sábado, 31 de diciembre de 2022

¡Feliz Nochevieja ¡!

 Cuando se me pasó el disgusto de saber que "el chaval" no venía por mi sino a por lo que pudiera afanar en casa, recordé lo que dijo la Cotilla cuando se estaba quedando traspuesta el otro día; que había "algo" para mi en su bolso sin fondo.

Entre otras muchas cosas, encontré un vestido de noche color rojo español (¿será esto?, pensé) Me lo probé. Colgaba un poco por aquí, otro poco por allá. Algunos volantes estaban deshilachados... Vamos, que tenía más años que la mismísima Cotilla. A éstas alturas de la tarde no encontraría ninguna modista que lo recompusiera. Y para hacerlo yo... mejor dejarlo como estaba.

A dos palmos sobre  el Arbol de Navidad mi primer abuelito llamó mi atención haciendo sonar unas campanitas de plata: . Nena, la solución está en el pegamento Imedio. - ¿Tengo? - le pregunté. - Viene entre los volantes del vestido. - ¡Y así era! Y el vestido quedó niquelao. Después gasté casi una botella de perfume para matar la peste del pegamento y a quien Dios se la de, San Pedro se la bendiga.

Llegaron los invitados. Mi primer abuelito se plantó junto a la Momia durante toda la cena. En cuanto entró el médico entró le lancé un patadón a la espinilla que lo dejó sin aliento; después. dando media vuelta le dejé la otra espinilla temblando. ¡Como lloraba el pobre! - ¡Aaaaaaaaayyyyyyyy, nena! ¡Me haces el hombre más... ¡buaaaaaaa! ... feliz de la Tieraaaaaaayyyyy!

Más tarde, cuando todo hubo terminado y los comensales emprendieron camino hacia la escalera, el Médico, cojeando como un poseso pero con una sonrisa de oreja a oreja, me cogió entre sus brazos y me dijo al oído: Dame otra patada para el camino, nena. - Y no me hice de rogar ¡¡¡AAAAAYYYY!!!


viernes, 30 de diciembre de 2022

El candidato.

Las ramas del árbol de la calle que dan a mis ventanas, no paraban de repiquetear en ellos como si quisiera llamar mi atención. Claro que también podría ser a causa del viento... que no soplaba.

El árbol de la calle se puso a cantar a voz en grito La vaca lechera y enfatizaba cuando llegaba al ¡TOLÓN, TOLÓN! y eso me hizo sospechar que algo ocurría. Salí al balcón: - ¡Por fin, boba de Coria! Hace tres horas que te mando mensajes sublibinales y tu tan pancha. - ¿Qué ocurre? - Un hombre está intentando subir por mi tronco hasta tu balcón. Me da mala espina. - ¡No lo veo! - Es que se ha vuelto a caer. 

Llamé a la abuela echa un manojo de nervios. - ¡Geooooorgebrexit, pónme con mi abuela, plis! - Madame decir que... - Se trata de su bisnieto ¡RÁPIDO!

- Ay, abuelita, no sé si ha sido el Papa Noel con retraso, o los Reyes adelantándose pero el caso es que ¡me han traído un papá para tu bisnieto! - "¿A tú casa? ¿qué tal es?" - Lleva toda la mañana intentando subir a mi balcón ¡Que romántico es! Estoy emocionada... ¡snif!...

Después de un rato en silencio, la abuela habló: - "¿No será un ladrón, nena?" -  ¡Pero, bueno! Te pasas la vida dando la tabarra con el bisnieto y ahora que tenemos un candidato, romántico incluso, vas y le pones pegas ¡No hay quién te entienda!

Salí de nuevo al balcón y el escenario no era el mismo: en la acera estaban Bedulio y sus compañeros Municipales, porras en mano, gritándole a alguien que yo no veía: - ¡Que bajes, te digo, chaval! ¡Estás rodeado! - Entendí que le hablaba al candidato a padre del bisnieto y defendí lo mío. - ¡Como me estropeéis la mercancia se lo cuento a mi abuelito y os caerá la del pulpo!

Oí a un municipal comentar con Bedulio: - ¿De qué mercancia habla esa chica? - Ni idea. Lo que me preocupa es que se meta su primer abuelito por medio...

jueves, 29 de diciembre de 2022

La abuela pide más que Hacienda.

Llevo tanto tiempo sin dar una buena patada en la espinilla a alguien que no me queda otra que entrenarme para que, cuando se la de al Médico, no tenga una decepción. Por eso me paso el día dando patadas a todo lo que se me pone delante y, ahora mismo, tengo el pie baldado. Como se nota el paso de los años... 

 Ha llamado la abuela para decirme que me vaya agenciando en vestido de noche, con mucho brilli brilli, que haga babear a su hijastro. - "A ver si, por fin, alguien cae rendido a tus pies y te hace a mi bisnieto"

- No me presiones, abuela. Estas cosas hay que tomarlas con calma. - "¡¿MÁS TODAVÍA?!"

La Cotilla llegó a la hora de comer - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa! ¿Aún no has abierto ninguna lata? ¡Son las dos, nena! - Es que estoy indecisa entre fabada asturiana o albóndigas con tomate... - Trae la baraja y lo echamos a suertes. - Al final abrimos las dos latas y nos pusimos como el kiko. 

Sentadas en la salita, mientras el sueño se iba apoderando de nosotras, me pareció escuchar a la Cotilla diciendo que había "algo" para mi en su bolso sin fondo. Y caí en los brazos de Morfeo plácidamente...

Desperté entre unos porrazos en la puerta de la calle y el susto que me dio Pascualita al saltar, desde no sé dónde, a mi escote.

- ¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAAH, JODÍA MEDIA SARDINA!!! 

Acerqué el ojo a la mirilla y me encontré con otro ojo, oblícuo, que miraba desde el rellano de la escalera. Tragué saliva: - ¡GLUB! La mafia china... (dije para mis adentros) - Y sin pensar lo que hacía, abrí la puerta de golpe, pegué una patada en la espinilla al dueño del ojo oblícuo mientas Pascualita (a la que le encanta una buena pelea) iba de mi escote a la cabeza del chino al que, por cierto, le caían unos lagrimones como puños.

En un santiamén, el mafioso lució una cabeza monda y lironda ¡y gratis!

miércoles, 28 de diciembre de 2022

Preparando la Nochevieja.

La abuela me ha pedido que me encargue de comprar las uvas para fin de año: - Que las compre tu mayordomo inglés... - "Ellos no toman uvas" - ¿Los mayordomos ingleses? No me extraña, será para que no se ahoguen al tragarlas con prisas. A mi me pasa todos los años... - "Siempre te estás quejando ¿Te has ahogado de verdad? No. Pues no me hagas perder el tiempo. Y ya sabes: las uvas SIN PEPITAS".

- ¿Y por qué no puede ir Geoooorge? ¿Se ha herniado? - "Tiene que preparar las delicatessen para Nochevieja" - Vale; así me callo... ¿Qué cenaremos, abuela? - "Lo que traiga la Cotilla del contenedor de basura del súper" - ¿Y las delicatessen...? - "Para Andresito, la Momia y yo que para eso somos ricos" - La madre que la parió (dije al tiempo que colgaba el teléfono)

Media hora más tarde volvió a llamar la abuela y su tono había cambiado. - "Nena, lo de antes era una broma, tontorrona ¡Hoy son los Santos Inocentes, boba de Coria!" - Ah, pues también son una broma las maldiciones que te he echado

Me dijo que había decidido cenar en MI CASA. - "También vendrá el hijo de Andresito, el Médico, así que pon una bonita mesa para que vea que sabes hacer algo" - Sí, abuela. - "Ha preguntado por ti (no sé que ha visto visto en ti...) Y dice que está loquito por verte"

Jejejejejeje Como dice él: Nadie arrea patadas al tobillo como yo ¡Prepárate, querido masoquista!

martes, 27 de diciembre de 2022

Villancicos.

- ¡Eh..., eh! queremos turrón. - Los comensales de la Santa Cena intentaban llamar nuestra atención inútilmente porque la algarabía que había en casa tapaba sus voces. 

El árbol de la calle llevaba una hora cantando villancicos y nosotros con él, a pesar de lo mucho que se había quejado de mi porque dice que canto como un grillo afónico. ¡Ya lo sé pero un día es un día! - Vale pero si después llueve a cántaros y se producen inundaciones no me culpes. 

Pensé que serían cuatro o cinco cancioncitas de mi niñez pero el repertorio del árbol de la calle no tiene fin y las cantas en sus idiomas respectivos, cosa que ha llegado directo  al corazón, que no tiene, Pepe el jibarizado porque se lo comió con patatas y cebolletas el Jefe de la tribu  enemiga que ganó la batalla.

Emocionado, dejó caer un chorrito de lágrimas por el ojo-catalejo y a continuación cantó algo de su tierra con mucho sentimiento: - OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO. - fue largamente pitado, aplaudido y vitoreado.

Pascualita no quiso ser menos y encaramándose al borde de la pila de lavar del comedor, cantó una canción larguísima... que no oyó nadie; ni las bolas de polvo. Menos mal que estaba al quite mi primer abuelito, colocado a dos palmos por encima del Arbolito de Navidad. 

Antes de hablar, el abuelito lució ante todos nosotros su último sudario de fantasía de Madame Chanel. Llevaba un bordado de pastores esperando a los Reyes Magos junto al  Portal, a falta de poder verlos en el Hola; y criticarlos a gusto. 

- Pascualita ha cantado una parte de su extensa vida en la que conoció, entre otros, a Ulises: Ha cantado como se comía a los pescadores que se tiraban al agua tras ella una vez que los había hechizado con sus cantos. Ha dicho, por ejemplo: Chupaba, uno a uno, sus dedos hasta dejar los huesecillos mondos y lirondos... ¡snif!... ¡que bonito, nena!... Me he emocionado... ¡snif!...

 

 

 

 

 


lunes, 26 de diciembre de 2022

Sin sorteo.

¡De lo que me acabo de acordar a hora! A buenas horas, mangas verdes (diría la abuela) ¡de pedir el AGUINALDO en Nochebuena! Y mira que hay un villancico específico para eso, pues no me he acordado. Tal vez sea una premonición: ¡me tocará el Gordo del sorteo de El Niño!

La abuela se presentó, como por arte de magia, en casa y dijo: - "El sorteo de EL NIÑO se celebrará en El Funeral. Allí pondrán los bombos con las bolitas y los niños y niñas de San Ildefonso seremos nosotros, los socios del club de la Tercera Edad ¡Lo que nos vamos a reir cuando nos veamos vestidos como los niños que cantan los números.

- ¡Abuela, es una excelente noticia! Yo también quiero salir. Seré como una ráfaga de aire fresco entre tantos mayores. - "No estás invitada" - ¡Quiero ir! - "Por mi como si quieres morder una farola. He dicho que no y es que NO, ráfaga de aire contaminado de las narices.(que mal le sentó que dijera esa frase)

Sentí la rebeldía correr por mis  venas y saliendo al balcón, grité a los cuatro vientos como Escarlata Ohara en Lo que el viento se llevó: - ¡A Dios pongo por testigo que iré a ver el sorteo y saldré por la tele! - solo que, a falta de un nabo llevaba una bolsa de pipas en la mano.

Más tarde me llamó la abuela: - "¿Le has contado a la Cotilla lo del sorteo DEL NIÑO?" - Si, y quiero ir a verlo, abuelaaaaaaaa... ¡buaaaaaaaaaaaaaaaa!

- "Ni irás tú ni yo, ni nadie, bocazas. El señor Li es el encargado de poner las bolas en los bombos ¡Y han desparecido!" - ¿Los bombos? - "¡Las bolas! Maldita Cotilla" - ¿Cómo sabe el señor Li que ha sido ella? - "Por sus tobillos de gorrión. Por lo visto se las ha vendido a los suecos" - ¿Para qué? - "Para llenar colchones y mejorar los dolores de espalda" - ¡La madre que la parió! - "Pues sí..."

 

domingo, 25 de diciembre de 2022

El dedo índice acusador.

 Los personajes, abuelitos incluídos, no paran de preguntarme - ¿Esto es Navidad? - Sí. - Pero si solo hemos hecho que comer y comer. - Y eso gracias a la abuela. - ¡¡¡GRACIAS ABUELAAAAAAA!!! - Pobrecitos, no saben que nadie les oye, salvo mi primer abuelito, un poco la Momia y yo. Bueno, entre ellos también... Ahora me explico porque tengo la cabeza com un bombo.

Nadie se puso de acuerdo para cantar villancicos a coro. Todos, hasta la más pequeña de las hojitas del árbol de la calle, quería hacerlo solos, para lucirse. - ¡Pero si sois unos tres millones! es imposible porque dará tiempo a que el turrón caduque y yo quiero comerme el de Jijona ¡ya! - ¡Y YO, Y YOOOOO!

No acabamos de decirlo cuando Pascualita, salió como un cohete desde el fondo de la pila de lavar del comedor, aterrizó en la bandeja de los turrones y se zampó el de Jijona con papel y todo. Más tarde llegó Geooooorge a dar buena cuenta de esa delicatesen; no lo encontró y se chivó a la abuela mientras me señalaba con un índice acusador. - ¡¡¡ELLA, MADAME, COMER MI TUGON!!! . "¡Egoísta! Siempre tienes que dar la nota" - ¡Ha sido Pascual...!

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaa! ¡¿No me digas que has metido a tu querido en la misma casa donde ésta tu marido?! (un indice acusador señaló a la abuela) 

Andresito, que pasaba camino de la salita, al ver a la Cotilla, gritó - ¡Tu te has comido mis alfajores! (y un dedo índice acusador la señaló)

Intentó abrir la boca pero la Momia, en un arrebato maternal y apuntándola con el dedo índice acusador, dijo: - Ya estás devolviendo los alfajores de mi hijo. - Y ante la amenaza firme de una madre, la Cotilla no tuvo otra opción que vomitar los alfajores que decía no haberse comido.  

Menos mal que, antes de que se levantara otro índice acusador, mi primer abuelito apareció sobre el árbol de Navidad con un espectacular sudario de Estrella-cometa de Belén, que brillaba como el oro y cantaba villancidos como si los hubiera parido.

viernes, 23 de diciembre de 2022

¡¡¡FELICES FIESTAS!!!

Menudo potaje hay montado en la parada del bus donde Geoooooorge ha aparcado el rolls royce de los abuelitos, como si estuviera en su casa, como hace siempre. No tiene barra el inglés ni ná aunque hay que reconocerle que tiene un cuajo para aguantar insultos que deja bien elto el pabellón de los flemáticos hijos de la Gran Bretaña.

El caso es que ha llegado bien temprano con un cargamento de viandas a cual más suculenta. Habrá dejado el Mercado a medio gas. Ha tenido que hacer varios viajes, del rolls a mi casa y viceversa, hasta subir toda la compra.

Después ha ido a la Torre del Paseo Marítimo para recoger a los abuelitos, volver a aparcar en la parada del bus y subir a casa cargando varias maleta, cosa que me ha preocupado por si me pedían asilo familiar para alguno de ellos o de ambos. Por último, Geoooorge subió en brazos a mi bisabuelastra, la Momia.

Aquí hubo sus más y sus menos cuando mi primer abuelito vio a su amada en brazos de otro. - Es el mayordomo, abuelito. - ¡Peor me lo pones! Siempre es el asesino. - Entonces ella, (que dada su larguísima vida, ya lo ve) le guiñó un ojo mientras le decía: - Como tú, ninguno, amor meu. 

La abuela, en plan Capitana General, me hizo saber que las Fiestas Navideñas, que ella las alarga hasta el 20 de enero, San Sebastian, Patrón de Palma, comeríamos en MI casa para no ensuciar la SUYA.

 Pascualita no cabía en sí de gozo. En cuanto vio a su amiga del alma saltó a su escote y con los nervios desatados, mordíó sus flácidos pechos que tardaron ná y menos en ponerse turgentes y enormes para alegria de Andresito que no se esperaba esta sorpresa.

Mientras la abuela bebía chinchón a morro para aliviar el dolor del veneno, el árbol de la calle entonó con voz de tenor Noche de Paz mientras los demás personajes hicieron los coros. 

Y yo aprovecho para, en mi nombre y el de todos ellos, daros las gracias por seguir mis pequeños relatos y desearos SALUD, AMOR Y TODOS CUANTO DESEEIS Y OS MEREZCAIS.

jueves, 22 de diciembre de 2022

El disgusto de la Cotilla.

El árbol de la calle está espantado. - ¡Me han dicho que he salido en el telediario y no me he visto! Y digo yo ¿con qué permiso han usado mi imagen y encima, gratis? - No te hacía tan interesado (repliqué) Tienes la vida resuelta. No tienes que ir a trabajar, ¡No necesitas nada! - Ese es mi problema. A mi me gustaría cobrar un sueldo y meterlo en mi cuenta del banco ¡Es la ilusión de mi vida!

- ¿Y por qué has salido en la tele? - Fue cuando vinieron los bomberos por la luminaria que organizó la loca de la Cotilla. ¡Apunto estuve de chamuscarme algunas hojas, pobrecitas mías! Temblaban como idem en una tormenta.

- Anoche le eché la bronca a la vecina pero no me hizo ni caso. Lloraba como una magdalena de esas, caducadas, que trae de vez en cuando del contenedor de basura del súper. - ¿Por qué? - Se quedó sin la foto de su gurú que había colocado sobre el altar de los Amigos de lo Ajeno porque ¡se quemó! Dijo que con éste enorme sacrificio se saldaban sus cuentas con la Sociedad. Hay que ver cómo se puso cuando dije, inocentemente: Yo estaría más contenta si devolviera el dinero. ¡Me tiró un zapato! ¡Mira, aquí tengo el chichón!

- ¿Con lo que le costó ganarlo? (gritó fuera de sí) ¡tu no tienes honor! Y luego amenazó con poner más velas mañana. - ¡¿Le habrás dicho que no?! (dijo el árbol de la calle) - Pues... no dije nada pero avisé a los bomberos para que vengan enseguida... en cuanto los del calendario estén libres.

- ¡Que cruz tenemos contigo, nena!

miércoles, 21 de diciembre de 2022

Vuelve a casa por Navidad.

 La Cotilla nunca había traído tanto cirio a casa. - ¡Avemariapurísimaaaaaaaa! ¡Aaayyy jiijijiji! ¡Aaaaayyyy jijijijiji! ¡Como el turrón, vuelve a casa por Navidad! ¡Aaaaayyyyyy jijijijijiji!

De ésta guisa entró la Cotilla en casa. Pensé que se había vuelto majareta y no le di la menor importancia. Cuando empecé a preocuparme fue viéndola sacar cirios y más cirios, de todos los tamaños, de su bolsa sin fondo. - Oiga ¿no pensará encenderlos todos? - Sí, señora ¡todos a la vez! - No caerá esa breva (dije, aunque no estaba muy convencida)

Tiró de móvil último modelo que sacó de la faltriquera. - ¿Y esa virguería? Le habrá costado riñón y medio, por lo menos y luego dice que no llega a fin de mes. - Que mala es la envidia. No me ha costado nada, NADA. Lo he encontrado en la calle. - Pero si es nuevo de trinca. - Solo se necesita un sexto sentido que tengo yo y estar en el sitio justo en el momento oportuno.

- ¿Estaba cerca de una tienda de regalos? - ¿Cómo lo sabes? - ¿La de los chinos del señor Li? - ¡Efectiviwonder! - ¡Lo ha robado! - ¡Esa boca! Solo he aprovechado una oportunidad; y ahora voy  a montar un altar para los Amigos de lo Ajeno, dedicado a mi gurú Bárcenas ¡que comerá los turrones en su casa! - Angelico...

En un visto y no visto llenó de velas, velitas y velones, toda la salita. Y mientras la Cotilla los encendía yo llamé al Parque de Bomberos: - Pero que vengan los buenorros del calendario...¿Ah, sí? ... vale. Me conformo con los suplentes... ¿Tampoco? ¿Qué les queda?... ¿Los suplentes, de los suplentes, de los sup..., de los..., de los, de los...? Si que están solicitados... Que vengan quien sea y evite que mi casa se convierta en una falla.

martes, 20 de diciembre de 2022

Irá a la huelga.

Pascualita quiere bolas de Navidad en la pila de lavar del comedor. Lo sé porque me lo ha trasnsmitido mi primer abuelito, que sabe idiomas y hasta entiende el "sireno". Una nieta nunca debe que dudar de lo que diga su abuelo.

He  ido a colocar unas bolas en la pila pero ha salido la sirena, como una flecha de entre las algas, enseñándome los dientes de tiburòn. - ¡Hey, quieta parada, fiera! - No me mordió pero se mostró agresiva, dando saltos mortales hasta dejar la pila casi vacía de agua salada.

Llamé a voces a mi primer abuelito - ¡¡¡Me has engañado!!! ¡eso no se le hace a una nieta! - No debo hacerme expresado bien, nena. Pascualita quiere bolas de polvo como tienen los demás. - Retrocedí, espantada. - ¡Se las comerá! o las deshará mojándolas. - Tal vez no. Piensa en el Espíritu de la Navidad...- Que iluso eres, abuelito.

Una voz profunda, bien modulada, sonó a mi espalda, sobresaltándome: - ¡Estáis agotando mi paciencia! - Me giré en redondo y ¡allí estaba, disfrazado de elfo con las medias echas una pena! - ¿Quién es éste? (pregunté)  ¡El jodío espìritu de la Navidad, que no se os cae de la boca pero luego no salgo ni en los belenes y ni en los adornos de los abetos! - ¿Y esas medias? (preguntó el abuelito, tan preocupado por la moda desde que se fue al Más Allá) - Las llevo desde hace tropecientos años y, por más que pido unas nuevas, me dicen que no hay presupuesto. Un año de estos voy a liarme la mana a la cabeza y me declararé en huelga. -

El abuelito, arrugando la nariz, dijo: - No encuentro mejor excusa para hacer una huelga que luchar por unas medias nuevas.


lunes, 19 de diciembre de 2022

Cientos de bolas.

 Las bolas de polvo están revolucionadas y no paran de correr de aquí para allá mientras gritan. - ¡Queremos ser bolas de Navidad! ¡El polvo al poder!

Que tabarra llegan a dar. Y son muchas porque se van desdoblando hasta el punto de tener que ir sorteándolas para no espachurrarlas. Quien no tiene miramiento es Pascualita. Se hincha de comerlas porque, creo que se ha dado cuenta que no llenan la barriga porque se deshacen entre sus dientes de tiburón.

Las bolas han estado entrando al cuarto de la Cotilla mientras ella está de "limpieza" de cepillos en "sus" iglesias. Y como estoy imbuida del Espíritu Navideño, las he dejado a su aire. Allí han encontrado botes de pintura de distintos colores y les ha faltado tiempo para darse baños en ellos.

El árbol de la calle, que es un quejica, se ha pasado la mañana diciendo que en sus ramas no quería ver ni una bola de polvo. - ¡Trituraré a quién lo intente! - Pero han quedado taaaan monas que el gruñón ha claudicado. Y ahora mi casa está llena de bolas de colores colgadas de las cortinas, las lámparas... En el cuadro de la Santa Cena se han metido un montón. A la Cristalera le ha parecido súper guay tener unas cuantas de adorno. Hasta Pepe el jibarizado está feliz compartiendo su repisa con ellas. Ha soltado un OOOOOOOOOOO regocijado. 

En fin, que cada vez se acerca más el momento de comer turrón. Y el árbol de la calle está ensayando sus villancicos...

 

domingo, 18 de diciembre de 2022

Hay cosas difíciles de entender.

Por fin ha llegado la tranquilidad a casa. Y mira que ha costado porque el ginecólogo insistió mucho en hacerle un reconocimiento a la abuela ¡y grabarlo! - Es para que me crean mis colegas. - "¡Que no, jodío!" - Menos mal que, cuando el hombre despertó del coma etílico no recordaba nada.

Poco a poco la tripa de Pascualita fue volviendo a su tamaño natural, el dolor desapareció y durmió, metida en el barco hundido, toda la tarde.. Horas que la abuela y yo aprovechamos para charlar. - "Tengo la moral por los suelos. He pasado de la ilusión de ser bisabuela a no tener nada... ¡snif..." - Abuela, yo, algún día tendré uno y... - "¡Como no lo tenga la Cotilla...!"

En un momento dado me di cuenta (¡y la abuela también!) que las bolas de polvo se habían ido reuniendo a nuestros pies para no perder detalle de lo que hablábamos. - "¡¿Qué es ésta porquería acumulada?! ¿Haces colección de esto?" (dijo con cara de asco) - Abuela, no hables así, pobrecitas. - Me miró con ojos espantados: - "¿Te estás escuchado, boba de Coria?" - Y sin más fue a la cocina a por la escoba. La avisé: - ¡No lo hagas! - Pero fue demasiado tarde. La escoba, viéndose ninguneada, se lió a escobazos con la abuela que no dudó en salir corriendo, escaleras abajo y largarse a toda pasatilla con el rolls royce.

 

sábado, 17 de diciembre de 2022

¡Gracias, Faro de Alejandría!

 Al ir a poner el pie en el rolls royce se me iluminó la parte del cerebro  que atañe a la memoria como si fuera el famoso Faro de Alejandría. - ¡Alto! - (grité) y la escena quedó en suspenso, como en las películas.

De pronto tres pares de ojos se clavaron en mi. - "¿Qué pasa ahora?" - Piensa, abuela, piensa en lo que te traes entre manos... o entre el bolso. - "¿Crees que tengo, ahora mismo, la cabeza para traducir jeroglíficos, boba de Coria?" - Intenté ayudarla...

- ¿Qué cosa es única en el mundo entero? - "¿Tengo que adivinarlo AHORA?" - ¡SÍ! - "Lo que me preocupa ahora no puede esperar ¡Vamonos!" - ¡NO! - "¡Arranca, Geoooorge!"... - El rolls royce se fue apartando de la acera dando saltos y los vecinos, admirados, aplaudieron a rabiar.

En esas estábamos cuando la abuela se fijó en la parte iluminada de mi cerebro y al parecer se cayó de un guindo porque, azorada, dio contraorden al mayordomo que volvió a aparcar el coche en la parada del bus.

Mareada del traqueteo, la Cotilla prefirió irse de trapicheos dejándonos el camino expedito para poder hablar con tranquilidad. Por fin la abuela aceptó que el ginecólogo no viera a Pascualita aunque no pude convencerla de que no estaba embarazada; aún así me estuvo dando remedios para un empacho que, dije, tenía yo. 

Sentadas en la salita  mientras disfrutábamos de un fresquito chinchón on the rock, llamaron a la puerta ... ¡Era el médico! Explicó que no podía quedarse en su despacho sin antes a ver visto un embarazo en una mujer que ronda los cien años. - Es que si es verdad, es para mear y no echar gota.

Media hora después llegó la ambulancia para llevárselo al Hospital y tratarlo de un coma etílico de lo más aparente... - "Que poco aguantan algunos" (dijo)

viernes, 16 de diciembre de 2022

¡Hay parto!

- No hubo manera de convencer a la abuela de que Pascualita no estaba embarazada. - "¡Envidiosa! Si sabré yo lo que es una barriga de embarazada y una barriga de empacho ¡Son distintas!" - Pero no ves que la pobre no deja de quejarse. - "No te voy a perdonar nunca el no haberme avisado antes para disfrutar del embarazo de mi sirenita de los siete mares" - Pero si no... 

Llamó por teléfono - Cuando pregunté a quién dijo: - "A mi ginecólogo. ¿No ves que está de parto? - ¿El ginecólogo? - "¡Es un hombre!" - Pues si él no está embarazado, no lo está nadie, abuela.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! - ¡La Cotilla! esconde a Pascualita. (susurré preocupada por si la vecina descubría  la única sirena del mundo). La abuela la metió, suavemente en su bolso.

El ginecólogo se puso al aparato. Se estuvieron saludado y cuándo el hombre preguntó que clase de molestia tenía, la abuela dijo, escuetamente, (por la presencia de la Cotilla) - "Embarazo" - El médico quiso saber de quién. - "Yo" - Solo de imaginarme la cara que pondría el pobre me dio la risa floja. - Jijijiijjijijiji

La Cotilla señaló a la abuela abriendo mucho los ojos; dije que sí con la cabeza y le contagié la risa. - Jijijijijijijijiji

Por teléfono continuaba el diálogo de besugos. En un momento dado él debió preguntarle la edad a la abuela porque lo puso de vuelta y media. - "¡Y en desagravio no te pagaré el parto!" - La Cotilla, con las lágrimas corriendo por su arrugada cara, me susurró: Ah, pero ¿hay parto? ¡JAJAJAJAJAJAJAJAJA!

Y salimos corriendo en pos de la abuela, hacia el rolls royce que ya nos esperaba con el motor en marcha.

jueves, 15 de diciembre de 2022

Embarazada.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaa! Nena, en la mesa de la cocina he dejado un montón de dulces de Navidad. - Ya me parecía a mi que tocaban las campanas de la Catedral, por una vez y sin que sirva de precedente, se ha rascado el bolsillo y... - Muchas películas ves tu, boba de Coria. Son del contenedor del súper; la mayoría caducaron ayer, o sea que nos llegaran, tranquilamente, hasta Reyes.

Cuando se fue la Cotilla a "limpiar" los cepillos de las iglesias en las que "trabaja", fui a probar los dulces pero se me había adelantado Pascualita. 

Debió ver los polvorones, porque se pasa el día zascandileando por ahí y en cuanto pudo se díjo ¡ancha es Castilla!. Se catapultó con su poderosa cola de sardina para caer sobre la mesa y probar todo cuanto tenía a su alcance.

Al principio mordió algunos dulces con el papel. No le gustaron y los dejó a medias, después aprendió a quitarles el envoltorio y se los zampó enteros. Ahora yace sobre la mesa, con la tripa abultada como si se hubiese tragado una pelota de ping pong, lanzando ayes lastimeros a causa del empacho.

Llamé a la abuela - Geooooorge, Pónme con la abuela. Es un asunto de vida o muerte. Se trata de Pascual. - El mayordomo inglés dudó un momento pero lo espabilé gritándole: - ¡¡¡PASCUAL!!!

La abuela se puso al teléfono: - "¡Te he oído, jodía! Andresito está con el celo y..." - ¿Has comprado un perro y le has puesto el nombre de tu marido? - "¡No! y no querrás que te cuente las intimidades de tus abuelos" - Pascualita está malita...

Mientras le explicaba lo que había pasado, al otro extremo del cable del teléfono no había nadie. El rolls royce, con el inglés al volante, aparcó en la parada del bus. El grito de la abuela a mis espaldas me catapultó hasta el techo del comedor donde me di de bruces con el fantasma de mi primer abuelito.

- "Aaaaaaayyyyyy mi chiquitina bonita ¡¡¡ESTÁ EMBARAZADAAAAAA!!! (se volvió hacia mi diciendo) A ver si aprendes, blancaflor"

miércoles, 14 de diciembre de 2022

El señor Li vuelve a la carga.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa! Me he encontrado con el señor Li y hemos hablado un ratito ¡Es más pesado que una vaca en brazos! Cuando hablo con él de ti, siempre acaba llevándome a su terreno porque quiere saber si tienes gambas gordas en casa. 

- ¿Le he dado permiso para que hable de mi por ahí? - Solo faltaría ésto, boba de Coria. Si quiero saber cosas tengo que contar otras. Es la ley de la oferta y la demanda. Por cierto, ahora vendrá. - ¿Quién? ¿Oferta o Demanda? o es como Ortega y Gaset que todo el mundo creía que eran dos, pero era uno... - ¡¡¡EL SEÑOR LI, PANOLI!!!

No tardó en llamar a la puerta. - ¡Abra, cotilla, que ahora no puedo! - ¡Ni loca! ¿Y si es la mafia china? - No caerá esa breva.

El señor Li me trajo una cajita con rollitos de primavera que me entregó haciendo un sin fin de reverencias, tantas que acabé pensando que hacía una tabla de gimnasia.

- Yo venil a tu casa a milal si tenel gamba golda. Cotilla decil que sí. - La Cotilla desvaría (dije quitándole importancia a lo oído. - Quelel milal en pila de laval - ¡Mire, mire; no se prive! 

Pascualita estaba a resguardo, en el bolsillo de mi bata. - ¡No habel!... Yo milal en cocina... - Y así fue mirando hasta el último rincón de la casa; hasta que se convenció de que no había gambas gordas y se fue pero dejando un aviso: - Yo volvel otlo día ¿Vale? - Sí, hijo, si...

 

martes, 13 de diciembre de 2022

La nieta se sigue entrenando...

No para de llover y el árbol de la calle está encantado porque crecerá más, llegará a los pisos  altos y podrá fisgar en ellos como viene haciéndolo en mi casa desde hace tiempo. - ¿No te da vergüenza cotillear en casa ajaena? (le pregunté y contestó con desparpajo: - NO.

Desde la cocina llega un OOOOOOOOOOOOOOOO envidioso de Pepe el jibarizado. El no puede ver nada desde la estantería de la cocina y ésto me ha recordado que tengo que ser más detallista con él... luego pienso que es una cabeza hueca y me echo atrás. No es culpa mía que se lo comieran sus enemigos. - Algo habrías hecho, Pepe. - Le dije, pensando que ni me oiría ni contestaría, pero no. Allí estaba mi primer abuelito, flotando a medio metro por encima de la nevera, para hacer de intérprete.

- Dice que lo único que quería era comerse al jefe de la tribu contraria porque estaba como un lechón cebadito... Solo de pensarlo se le hace la boca agua. - Menos mal que no tiene saliva porque me pondría el suelo perdido. (dije, aliviada) 

- También dice que ha notado que Pascualita es tu favorita y le traes novios... - ¿Eso dice el llavero? ¡envidioso! ¿También quiere un sireno? - No. La cabeza de una jibarizada (dice) - Entonces me enfadé - ¿Cree que ésto es un lupanar? ¡Es una casa decente! Y hasta que mi abuela no tenga un bisnieto aquí no va a procrear nadie. ¿entendido? Un OOOOOOOOOOOO mohíno me confirmó que sí me había oído. 

Del cuadro de la Santa Cena me llegaron rumores apagados, como un inició de protesta que acallé de inmediato. - Al primero que se me desmande lo pongo junto a las bolas de polvo y si tose, que tosa. - Alguien murmuró: - ¡Dictadora! - ¡¿Quién ha sido?! (grité) - Uno de los doce levantó la mano. - He dicho Amada Directora.

Me gustó el título. Mañana me compraré una medalla en un tenderete para lucirla en el pecho con garbo y tronío. Directora, nada menos...

 

lunes, 12 de diciembre de 2022

El Espiritu Navideño.

El árbol de la calle lleva dos días cantando villancicos y hoy ¡está ronco perdido! Aleluya. Por fin podré dormir a pierna suelta. Y mira que le he tirado cosas para que se callara pero iba embalado y sin frenos.

Me he acostado temprano para recuperar el sueño perdido y creo que todos los demás han echo lo mismo porque no se oía una mosca en casa hasta que... - ¡Avemariapurísimaaaaaaaa! ¿Ya estás en la cama, boba de Coria? - Llevo sueño atrasado, Cotilla.

La vecina cogió la botella de chinchón, a la que le he puesto un lacito rojo para que también sienta el Espíritu de la Navidad, y le ha dado un tiento que la ha dejado bailando la raspa. - ¡Madre mía, como trasiega ésta mujer! Tanto la abuela (otra que tal baila) como ella, están conservadas en alcohol. Amojamadas; y así pueden vivir el tiempo que les de la gana.

- ¿Qué sueño atrasado llevas tu,  carita de azucena? - Huy, Cotilla, que cosa más bonita me ha dicho. - ¿Ah, sí?... Será el Espíritu Navideño porque sino, no me lo explico...

Al cabo de un rato volvió a la carga con el tema del sueño: - Pero si duermes más que los lirones, nena (a todo eso ya llevaba trasegada media botella de chinchón con mi ayuda) - No se puede dormir con un personaje que dice OOOOOOOOOOOOO cuando menos te lo esperas; con un árbol de la calle que canta a voz en grito; con una cristalera tiquismiquis; con unos comensales que no te quitan el ojo de encima; con unas bolas de polvo que hacen carreras bajo los muebles... ¡hip!... y con una sirena escuchimizada que se cree la Reina de los mares... ¡hip!... ¡Un momento...! ¡Pascualita ES la reina de los mares, jolines! - ¿Pas... Pascual...? ¿tiene algo que ver con Pascual, el querido de tu abuela? - ¡Ya lo creo, Cotilla!

Me desperté a media noche con una idea fija en la cabeza: - ¿Tendré que hacerle reverencias a la media sardina ¡¿cada vez que nos veamos?! ... ¡Lo que me faltaba para el duro!

domingo, 11 de diciembre de 2022

PELIGRO, PELIGRO

Pascualita hace méritos para acabar en un frasco de formol. Ahora se arrastra en pos de la mariposa de tres cabezas con muy males intenciones. - ¿No pensarás comértela, verdad media sardina? 

Hace como que no me escucha pero sé que no es así. Y los comensales de la Santa Cena han empezado a apostar sobre si se la comerá o no. - Quizás sea la sirena quien acabe siendo comida porque ella solo tiene una boca, en cambio la mariposa tiene tres. (dijo uno que no parecía tener las cosas muy claras). Pero ahí estaba el de las 30 monedas, para poner las cosas claras y el chocolate espeso: - Una mariposa es como un elefante... (dijo) - ¡Halaaaa, exagerado! - ¡Tiene trompa. En éste caso, tres! - Pero no tiene orejas. - Enormes y coloreadas ¡sus alas! - Pesa poco. - Pascualita también es una sirena esmirriada. - Y así siguieron discutiendo toodo el santo día. 

- Al final no sé por quién apostar (dijo, enfadada la Cristalera) - El árbol de la calle pidió ayuda. - Dile a tu primer abuelito que me ayude a elegir, porfi. - Pero no pudo hacerlo porque tenía sesión de prueba de sudarios en el taller de costura de Oscar de la Renta. - ¿Es que tu abuelito no sabe hacer nada más? (protestó el árbol) - Sí. Lucirlos como nadie.

Desde la repisa de la cocina, Pepe el jibarizado también dio su opinión: - OOOOOOOOOO - y se quedó tan pancho.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaa! - A ver si limpias un poco, nena, que esto está lleno de bichos. Mira, ¡¡¡UNA SARDINA REPTANDO POR EL SUELO!!! 

La sangre se coaguló en mis venas. El corazón dejó de bombear y caí redonda al suelo junto a la sirena que, en un rápido movimiento de mi mano, acabo en el bolsillo de la bata. Fueron nano segundos los que transcurrieron hasta que la Cotilla se dio cuenta de lo que había dicho y exclamó, preocupada: - Nena, saca el chinchón que ya estoy viendo visiones... jajajajajaja ¡Mira que ver una sardina jajajajajajajaja reptando por las baldosas jajajajajaja ¡Ay, dios mio, que risa!

 

sábado, 10 de diciembre de 2022

 La mariposa tricéfala apareció, de nuevo, volando hacia la luz navideña que adornaba al árbol de la calle. Las tres cabezas venían discutiendo entre ellas ya que todas se derretían por los, supuestos, huesos de Pompilio. - ¡Cuando lo encontremos será para mi! (exclamó Yograxis) - ¡No te lo crees ni harta de vino! ¡Será para mi! (sentenció Graxisyo) - Jajajajajaja Se nota que no os miráis en el espejo (rebatió Xisyogra) ¡Pompilio es mio!

Enfrascadas en la discusión no vieron como el árbol se les echaba encima y el golpe fue morrocotudo (aunque para él fue la mariposa que lo arrolló a él)

- ¡Maleducado! ¡Cegato! ¡Inútil! (gritaron, aunque, debido al atontamiento por el golpe el árbol de  la calle apenas escuchó sus débiles voces)

Me asomé al balcón. - ¡Has visto, nena, las chicas de hoy en día van como locas! ¡Me han envestido! - Pero si solo es una mariposa... - ¡Mutante! No olvides este pequeño detalle. Fíjate, tres mariposas en una. El cambio climático avanza reduciendo la densidad de algunas especies. Ahora han sido las mariposas y dentro de poco ocurrirá lo mismo con las personas... ¡Huy, te imagino jajajajajaja... con tres cabezas y jajajajajaja... ¡me da la risa jajajajajajaja... flojaaaaaa jajajajajajaja, - Pues no le veo la gracia. - Cuando el árbol fue a replicar, le cerré la Cristalera en sus narices.

Pompilio salió de debajo el sofá de la salita. - Me ha parecido oír mi nombre... - Era la mariposa tricéfala... - ¡Que agobio ser tan guapo, por favoooooor! - Y se volvió por donde había venido.

viernes, 9 de diciembre de 2022

El Mundial.

El último día que jugó la Selección Española de fútbol por la tele el árbol de la calle me rogó que se lo dejara ver. Dije que ni hablar porque ¿dónde se ha visto a un árbol mirando la tele?; pero dio tanta tabarra golpeando con las ramas en los cristales que la Cristalera, harta, me pidió que le hiciera caso por una vez. - Tengamos la fiesta en paz, nena.

Consulté con mi neurona, que para algo tiene que servir y convenimos en darle el gusto, no fuera cosa que le diera por comerse los barrotes del balcón.

Saqué la tele al comedor y fuimos varios los que nos sentamos en el sofá, que también saqué de la salita: mi primer abuelito fue el único que se sentó aparte, Pepe el jibarizado, Pascualita (en mi escote), algunas bolas de polvo, Pompilio, la Cotilla y yo... ah, y el cuadro de la Santa Cena al que tuve todo el tiempo encima de mi falda; la cristalera y el árbol de la calle lo vieron desde su sitio. 

Antes de empezar el partido llamaron a la puerta. Era Bedulio. - Desde la acera de enfrente he visto que has puesto el televisor en el comedor ¡mirando hacia la calle! - Si. - Eso no es normal... - Vale pero ¿pasas o no. - ¿Hay alguien ... extraño cerca...? - ¡Claro! (y antes de que saliera corriendo lo empujé hacia el sofá).

Todo el mundo, menos el abuelito que flotaba en el aire, se quejaron de lo estrechos que estaban pero, como no les oyó nadie, salvo yo y no tenía ganas de discutir, pues aquí paz y después, gloria.

Cuando terminó el partido todos aplaudieron porque nunca habían visto fútbol y pensaron que ganaba el equipo al que le paraban más penaltis. A mi me dió la risa floja y solté unas lágrimas de palmo. Bedulio, admirado, lloró conmigo: - Me emociona... ¡hip!... ver como sientes los ... ¡hip! colores - ¡Como la Cotilla! (dije en un pronto, cosa que abrió el lagrimal de la vecina al recordar su gran negocio truncado).

Los comensales de la Santa Cena se revolucionaron: - ¡Queremos estar en la tele! ¡El cuadro es más ancho y las sillas más cómodas! (gritó el de las treinta monedas) y los demás le hicieron coro. - Ay, Señor, que cruz tengo con ésta tropa.

jueves, 8 de diciembre de 2022

Eramos pocos y parió la abuela.

La abuela no está de buen café y todo porque no le salió bien el "negocio" de la copa del Mundo de fútbol. Por lo visto se fue de la lengua ante sus amigas millonetis y ahora es el hazmerreir de su barrio. También Andresito está enfadado con ella porque no le hizo caso cuando le aconsejó que no vendiera la piel del tigre sin haberlo cazado antes. 

Total, que todo el mundo está de morros menos los personajes de mi casa. Por ejemplo, mi primer abuelito ha aparecido sobre el portier de las cortinas,vistiendo un elegantísimo sudario, de seda natural y color azul cielo, donde unos cuantos balones giran alrededor sin llegar a meterse en una portería que les va pidiendo, por favor, que lo hagan. Es una virguería.

Mientras alabábamos aquella obra de arte, los comensales de la Santa Cena discutieron sobre lo que han cambiado las cosas desde que los invitaron a cenar y quedaron encerrados en el cuadro: - En nuestros tiempos nos hubieran corrido a gorrazos si nos viesen adorando a eso que llaman pelota. - La de lágrimas que echa ésta gente para nada; Y digo yo ¿que han perdido? ¡Ya ganarán otro día!

El árbol de la calle sentenció: - Y les pagan. - ¿En especie? - En euros. - ¿Esos papelitos de colores? - El comensal de las treinta monedas se quejó. - Eso ni es dinero ni es ná. El dinero tiene que sonar como mis monedas. Escuchad: ¡tilín, tilín, tilín! Que sonido más dulce. -¡Pesetero! - dijo el resto. 

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa! ¡Quítame "esto" de encima, nena! ("esto" era una mariposa un tanto extraña) 

Tenía tres cabezas intercambiables. Se presentó muy educadamente: - Me llamo Yograxis, Graxisyo o Xisyogra, dependiendo de la cabeza que lleva la voz cantante. - Vaya (pensé) otro bicho único en el mundo. - ¡Sí, como Pascualita! (replicó) - ¿Lees el pensamiento? - Claro, teniendo tres cabezas sería absurdo no hacerlo. Vengo en busca de Pompilio.. me han dicho que es guapísimo... aaayyy...

miércoles, 7 de diciembre de 2022

España eliminada.

 Lo de la Ley de Murphy tiene su telenguendengue porque es cierta a carta cabal. Si una cosa va mal la siguiente irá peor. O así me lo ha contado la Cotilla que ha llegado a casa con cara de funeral. 

- Huy, que mal estamos ¿qué le pasa? - Que ha perdido España. - ¿Qué ha perdido? ¿Las islas Filipinas? - Que poco patriota eres, boba de Coria. ¡Ha sido eliminada del Mundial de fútbol!... snif... - No sabía yo que era tan futbolera, Cotilla. - Siento los colores... y siento haber perdido la gran ocasión de mi vida de hacerme rica... - ¡Pero si usted no jugaba! jajajaja ¡Que guasona!

Los comensales de la Santa Cena desviaron sus ojos hacia nosotras. Pascualita dejó de tirar agua al suelo. Pepe el jibarizado, que se pasa el día cantando villancicos haciendo OOOOOOO, se calló. Hasta la cristalera se abrió de par en par para que el árbol de la calle pudiera escuchar nuestra conversación.

La Cotilla seguía lamentándose: - Se llevarán la Copa de oro a otro país... snif...  (aquí hay gato encerrado, me dije) - Es una pena ¿verdad? - ¿Una pena, no? ¡Una injusticia! Tu abuela, que ya ha comprado una estantería preciosa, no podrá ser la envidia de sus vecinos millonetis y yo me quedo sin recompensa. - ¡¡¡¿Iba a robar la Copa del Mundial compinchada con la abuela?!!! - ROBAR, ROBAR que palabra tan fea ¡Malhablada! - ¡¡¡LA MADRE QUE LAS PARIÓ!!!

martes, 6 de diciembre de 2022

Pompilio.

El jefe de los municipales se dio cuenta de la falta de calcetín en Bedulio y su compañero. - ¿Es una moda nueva llevar un pie tapado y otro al aire? - ¿Eh...? Es una costumbre entre los policías americanos (dijo uno) - Sí, lo vimos en varias películas... ejem.

En su casa el jefe se pasó el fin de semana revisando películas policiacas y en ninguna salió esa "costumbre", así que, cuando se encontró con los dos municipales no se anduvo con rodeos: - Quiero la verdad o habrá consecuencias.

Al jefe se le pusieron los bigotes de punta solo que, en lugar de apuntar hacia arriba como los de Dalí, apuntaban a los lados lo que le daba un aspecto extraño que inquietó el ánimo de sus subordinados que, ni cortos ni perezosos, cantaron por bulerías: - Ha sido en casa de la nena, señor. Alguien nos ha robado los calcetines sin quitarnos los zapatos... - ¿Qué alguien? - No lo vimos, señor. - Sé que en esa casa tiran mucho del chinchón (dijo el jefe) - ¡¡¡NO LO PROBAMOS, SEÑOR!!!

Se presentaron los tres en casa: - Venimos a descubrir al "artista" de los calcetines. - Se llama Pompilio (aclaré) busquen, busquen.

Poco después el jefe sintió frío en un pie y al mirar sus bigotes cayeron en picado colgando de la comisura de los labios - ¡¿Dónde está mi calcetín?! ¡No estoy para magias! - Bedulio corrió hacia la puerta de la calle sin esperar a los demás. Ya en la calle el jefe, con voz temblorosa, preguntó: - ¿Qué hace... una pila de lavar en...el comedor? y ¿qué... era "eso" que saltaba en el agua? - ¡Corra y calle, señor que todavía vendrá el abuelito para redondear la jugada!

lunes, 5 de diciembre de 2022

Está como un tren.

 Estoy muy enfadada con Pasculita. Le ha entrado la vena de ser famosa en el barrio y no deja de exponerse a que la descubran, la trinquen y acabe en un laboratorio metida en una botella con formol. 

Esto lo sabe porque se lo he dicho mil veces pero ella quiere ser la novia en la boda y el muerto en el entierro ¡Jolines ya con la medio sardina!

Me pone en evidencia asaltando a pobres vecinos que reciben mordiscos e hinchazones sin venir a cuento. .. Llaman a la puerta.... Es Bedulio, uniformado y con un papel en la mano que me entrega: Es el permiso de un juez para registrar MI CASA. - ¿Por qué? - Tienes algo que muerde. - ¿Yoooo? ¿Por qué? - Cuando ocurre un ataque siempre estás metida en medio. - ¡Pero si apenas salgo a la calle!

Por toda respuesta me apartó y él y su compañero entraron, pasillo adelante, hasta el comedor - ¡Pasad y mirar lo que gustéis! Solo os pido que si veis bolas de polvo no las rompáis. Viven aquí y son buenas vecinas. - ¡No empieces, nena o te llevo al cuartelillo!

Media hora después salían de casa con el deber cumplido. Les agradecí que encontraran calcetines antiquísimos debajo de los muebles... Por cierto, no fue hasta que llegaron al portal del edificio cuando se dieron cuenta de que les faltaba un calcetín: - ¡Tenemos que encontrarlos! No podemos decir al jefe que nos han robado los calcetines sin sacarnos los zapatos. ¡Nos llamará gilipichis (lloraba el compañero al atribulado Bedulio)

Yo, para levantarles el ánimo, grité: - ¿A qué nuestro Municipal está como un tren, abuelito? - Menos mal que Bedulio no pudo escuchar su respuesta guasona porque había salido de estampida. Pero yo sí: dijo - ¿DE LARGO O DE SUCIO? - ¡Abuelitoooooooo!

domingo, 4 de diciembre de 2022

Nada es imposible.

Pascualita sigue alicaída y encerrada en el barco hundido del que solo sale para comer el pienso para peces de todos los días.

Mi primer abuelito, preocupado por ella, me ha comentado: - Debería salir de casa. Cambiar de aires, aunque la mejor medicina sería encontrarse con otros como ella. - Eso es imposible, abuelito. - Hay quienes dicen que no hay nada imposible, nena... 

Desapareció dejándome pensativa... y claro, me dormi.

A la hora de comer llegó la Cotilla, que ha retomado su rutina de venir a comer a casa. Traía su enorme bolso lleno hasta los topes de velas, velitas y velones y me temí lo peor.- ¿No pensará poner un altar a los Amigos de lo Ajeno? - Sí a lo de montar un altar pero destinado al Fiscal que llora. - ¿Ya ha bebido chinchón de buena mañana? - Es rigurosamente cierto ¡llora! - Vale, la creo pero, a pesar de eso ¡no se enciende ni una vela en ésta casa! 

Y no encendió una sino un montón. Alguien vería el fuego desde su casa y llamó a los bomberos - ¡Corran o el barrio arderá como lo hizo Roma!

Con los nervios a flor de piel saqué del agua a Pascualita, la metí a empujones en el termo de los chinos y salí a caminar.En un cine de Palma echaban La Sirenita y en mi cabeza, la neurona dio un respingo: - Sirena... Sirenita... ¡Son la misma cosa! Como dijo el abuelito ¡no hay nada imposible!

La película estaba empezada. Mejor. Quité el tapón del termo y la sirena se asomó. Pensé que babearía al ver a su paisana, tan mona ella, pero fue al revés. Aplaudía a rabiar cuando aparecía la mala de la película y se enfadaba con la pánfila Ariel hasta el punto de lanzarse hacia la pantalla con la dentadura de tiburón abierta de par en par... Alguien, una cuantas filas de butacas más adelante, gritó como un poseso cuando Pascualita chocó con su moño de rastas y dejó, en un satiamén, aquella cabeza poblada, monda y lironda. 

Al final la cogí... pero esa es otra historia.

 

sábado, 3 de diciembre de 2022

No hay mal que por bien no venga.

Pascualita lleva unos días sin salir del barco hundido. Está maltrecha del patadón de la Cotilla que, por cierto, cuenta a quien quiera oírla, que mató un bicho rarísimo en mi casa. Y cuando le piden que lo muestre, dice: - Se lo tragó el árbol de la calle porque, cuando le di la patada, tenía la bocaza abierta.

Los vecinos no se lo acababan de creer: - ¿Por qué no le hizo una foto con el móvil? - Me pilló de sopetón y no pensé en eso. - ¡Lo que no se ve, no existe, Cotilla! Menuda trolera.

El árbol tampoco se libró: - ¿Te comiste al bicho?... ¡Contesta! No dice ni mú... ¿Y éste es el que nos canta Las Mañanitas? ¡Amos, anda ya!

Como un azucarillo en un café con leche, se fue diluyendo la admiración y agradecimiento del vecindario hacia ellos mientras crecían a mi alrededor las personas que me saludaban, cosa que no hacían antes y me daban algo parecido a un pésame: - Hija de mi vida, que cruz tienes con ésta tropa...

No hay mal que por bien no venga.

Incluso Bedulio se atrevió a venir a casa a traerme una multa: - ¿Y eso por qué? - Por tirar basura dentro del árbol. - Fue la Cotilla. - Pero vive en tu casa. - Pues ponla a su nombre. - Ella es difícil de encontrar... - Dudó y después dijo: - ¿Me invi... tas a un ca... ca... ca... fé?

¡Vaya! Nunca pensé que diría ésto. Naturalmente que lo invité y nos sentamos en el comedor a tomarlo. De repente, envalentonado por el chinchón que le ofrecí, dijo: - Mira que creerme lo de tu primer abuelito jejejejeje. - Siempre me pareció una tontería porque no hace daño a nadie (contesté) El es felíz con sus maravillosos sudarios ¡Es una pena que no puedas verle!

- ¡Aaaayyy! - Un quejido lastimero salió de sus labios y yo proseguí: - ¡Te está saludando! - ¡Ay, diooos! - A un palmo de tu cara... - ¡¡¡PATAPAM!!!

Una ambulancia se acaba de llevar a Bedulio a urgencia después del batacazo que se dio contra el suelo al desmayarse. Mi primer abuelito, solícito, le acompaña situado a dos palmos sobre la camilla... Es tan atento.

viernes, 2 de diciembre de 2022

Pascualita y sus celos.

Quien salió ganando entre aquel batiburrillo de acusaciones de la Cotilla fue ¡el árbol de la calle! Caló hondo, en la sensiblería de la gente del barrio, el detalle de cantarnos todos los días Las Mañanitas. Por eso, queriendo agradecerles la atención, todos los vecinos y vecinas, al pasar por su lado lo saludaban a su manera: - ¡Hola, guapo! ¡Buenos días, Pavarotti! ¡Gracias por cantarnos! etc. etc. etc... a pesar de no haberlo oído nunca. 

También hubo futboleros que, juraron y perjuraron, que vieron a mi elegante primer abuelito, seguir, desde el aire, el balón del mundial. La cosa tuvo su gracia mientras a la Selección Española le fue bien pero el día que perdió lo pusieron como hoja de perejil ¡por no haber ayudado a meter goles! - ¿Qué le costaba al fantasmón? Eso sería hacer trampas, hombre. ¡Si hay que hacerlas, se hacen, coñe! No querrá ir al infierno... Puede que sea por eso, si...

La que trinaba era Pascualita que, como nadie sabe que existe, no tenía ni saludos ni quejas del vecindario. Así que empezó a mostrarse sin atender a razones. En cuanto entró la Cotilla en casa, que venía de sus trapicheos, saltó como  una flecha hacia ella y cayó a sus pies. La vecina dio un salto hacia atrás y un grito histérico: - ¡¡¡UN BICHO!!! - y le dio tal patada que la mandó entre las ramas del árbol de la calle... donde quedó KO. Mientras, la vecina cerraba la cristalera del balcón de un portazo que hizo temblar las bisagras de la misma.

Que cruz tengo con ésta gente.

 

jueves, 1 de diciembre de 2022

La voceera.

La Cotilla se ha convertido en la VOCERA del barrio. Recuerda a aquellos charlatanes que andaban de pueblo en pueblo voceando las virtudes de las mantas zamoranas que vendían. Solo que, en lugar de mantas, la Cotilla gritaba los cuatro vientos que me den todos los premios de cine y televisión: Y este año el Goya es para... ¡la boba de Coria! ¡Y el Oscar para la nena! ¡Y el León de Venecia y todo cuanto premio cinematográfico, del país que sea... ¡PARA LA NENAAAA!

La gente me para por a calle para que les de explicaciones y los remito a la Cotilla porque yo no sé nada.

¡Es una artista! ¡cuenta trolas y me las creo. Le confié a mi precioso  pececito rojo, Ataúlfo, y ¿qué hizo con él? ¡Se lo dio de cena al querido de su abuela! Pero a mi me dijo que lo maté yo metiéndolo en la pecera con agua de mar ¡Y me lo creí!

Los vecino@s del barrio se llevaban la manos a la cabeza y gritaban: ¡¡¡OOOOOOOOOH!!! 

 - ¡Habla con ésta birria de árbol que está junto a su balcón y que solo sirve para llenar la calle de hojas muertas! Y dice que debemos agradecerle al árbol que, todos los días nos cante Las Mañanitas. ¡Y me lo creí! a pesar de no haberlo escuchado nunca- Una voz sobresalió de entre el murmullo - ¡¡¡Sabemos que te gusta el chinchón, Cotilla!!! jajajajajaja

- El fantasma de su primer abuelito se pasea por su casa a cualquier hora del día y de la noche, siempre que no tenga que probarse nuevos sudarios de alta costura ¡Y me lo creí! - La gente ya estaba embalada: - ¡¡¡TOOOOOOONNNNTAAAAAAAA, COTILLAAAAAAAAAAA!!!

Escuchando semejante retahíla estaba Bedulio. Tenía el ceño fruncido y cualquiera podía ver como su cerebro hacía a trabajar a las neuronas a mil por hora. Y, a modo de jaculatoria, repetía en voz baja: ¡Que no me nombre..., que no me nombre...

Me asomé al balcón. En cuanto la Cotilla me vio gritó: - ¿Estás con tu abuelito, trolera? - No. Está jugando España el Mundial y no se lo quiere perder. Va medio metro por encima del balón para no perderse las jugadas. Y va elegantísimo... por supuesto.