martes, 13 de diciembre de 2022

La nieta se sigue entrenando...

No para de llover y el árbol de la calle está encantado porque crecerá más, llegará a los pisos  altos y podrá fisgar en ellos como viene haciéndolo en mi casa desde hace tiempo. - ¿No te da vergüenza cotillear en casa ajaena? (le pregunté y contestó con desparpajo: - NO.

Desde la cocina llega un OOOOOOOOOOOOOOOO envidioso de Pepe el jibarizado. El no puede ver nada desde la estantería de la cocina y ésto me ha recordado que tengo que ser más detallista con él... luego pienso que es una cabeza hueca y me echo atrás. No es culpa mía que se lo comieran sus enemigos. - Algo habrías hecho, Pepe. - Le dije, pensando que ni me oiría ni contestaría, pero no. Allí estaba mi primer abuelito, flotando a medio metro por encima de la nevera, para hacer de intérprete.

- Dice que lo único que quería era comerse al jefe de la tribu contraria porque estaba como un lechón cebadito... Solo de pensarlo se le hace la boca agua. - Menos mal que no tiene saliva porque me pondría el suelo perdido. (dije, aliviada) 

- También dice que ha notado que Pascualita es tu favorita y le traes novios... - ¿Eso dice el llavero? ¡envidioso! ¿También quiere un sireno? - No. La cabeza de una jibarizada (dice) - Entonces me enfadé - ¿Cree que ésto es un lupanar? ¡Es una casa decente! Y hasta que mi abuela no tenga un bisnieto aquí no va a procrear nadie. ¿entendido? Un OOOOOOOOOOOO mohíno me confirmó que sí me había oído. 

Del cuadro de la Santa Cena me llegaron rumores apagados, como un inició de protesta que acallé de inmediato. - Al primero que se me desmande lo pongo junto a las bolas de polvo y si tose, que tosa. - Alguien murmuró: - ¡Dictadora! - ¡¿Quién ha sido?! (grité) - Uno de los doce levantó la mano. - He dicho Amada Directora.

Me gustó el título. Mañana me compraré una medalla en un tenderete para lucirla en el pecho con garbo y tronío. Directora, nada menos...

 

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