martes, 31 de diciembre de 2013

Ha llegado carta de la abuela. Y no la ha traído el cartero sino un señor oscurito que hablaba raro. Al principio pensé que era un pedigüeño pero cuando he visto la letra de la abuela en el sobre que me enseñaba, me quedé en blanco ¿Quién sería este tío? ¿Habían secuestrado a mis abuelitos y me pedían rescate por ellos?... Pues lo iban a tener claro porque, con la crisis que tenemos, a buenas horas iba yo a abrir la cartera. ¡Que se los queden y haber que tiempo aguantan a la abuela!

El hombre insistía en darme la carta pero yo no estaba por la labor de cogerla hasta que, enfadado, me la metió en el bolsillo de la bata con malos modos - ¡Eh, oiga! ¿A que llamo al Municipal! - Entonces me hizo un corte de mangas en toda regla y se marchó jurando en arameo, escaleras abajo.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa! - ¿Dónde va con la maleta? - A instalarme aquí. Es una tontería tener dos casas a medio habitar. Así que le he dicho a mi casero que dejo el piso. Ahora nos haremos compañía mutuamente. - ¿Pero... pero... pero...? - ¡No hay más que hablar! Sabía que te haría ilusión.

Ante hechos consumados ¿qué se puede hacer? ¿La mato o la mato? Entonces me acordé de la carta que tenía en el bolsillo y la leí. Venía de Egipto... - "He preferido mandártela por mensajero porque el correo es tan lento que volveremos nosotros antes de que la recibas ¡Y dale propina al hombre!" - ¡Anda! era un egipcio el que ha venido. ¿Y cómo iba a saberlo yo si no llevaba taparrabos? - ¿Te he dicho ya que eres tonta? (preguntó la Cotilla)

En la carta decía que habían visto las Pirámides: "Andresito quedó pasmado ante tanta grandiosidad y se le debió secar la lengua de tener la boca abierta porque, sin mirar, cogió el termo de los chinos y bebió un buen trago antes de salir corriendo como alma que lleva el diablo, dando saltos y alaridos, al rededor de la Gran Pirámide. Yo corrí tras él para arrancarle a Pascualita (este nombre no lo pronuncié delante de la Cotilla) de la lengua, que llevaba colgando. Como me era imposible darle alcance grité ¡al ladrón, al ladrón! e inmediatamente unos guardias, muy guapos por cierto, le hicieron un placaje a mi flamante marido y dio de bruces en la arena. Y le arranque la sirena y un trocito de lengua. Ahora no habla tan claro como antes... No sé si eso puede ser causa de divorcio. Tendré que mirarlo porque cuando nos casamos estaba entero"

- ¿Qué es lo que dice que le ha arrancado? - No se entiende muy bien la letra, Cotilla... ¿Quiere un chinchón? - Eso ni se pregunta. Por cierto ¿has comprado uvas para esta noche? Es que yo traigo unas que he encontrado en el contenedor de... - Mejor no me lo cuente. - ¿Estás contenta, verdad? ¡Año nuevo, vida nueva! ¿Quién nos iba a decir que íbamos a vivir juntas? jejejejejeje ¡Y lo que voy a ahorrarme en alquiler!

lunes, 30 de diciembre de 2013

Que sola y silenciosa esta la casa sin la abuela y Pascualita, porque se la ha llevado de Luna de Miel - "Para que sepa lo que es esto" - me comentó. Y no pude disuadirla a pesar de decirle que en una pareja, tres son multitud. - "Entonces que se quede Andresito" (dijo tan pancha) - ¡Es tu marido! - "Ya, pero no querrás que lo lleve todo el día colgado de mi brazo" - Al final se fueron los tres porque mi nuevo abuelito no tiene ni idea de lo que encierra el termo de los chinos. Y tampoco habló mucho durante la cena nupcial. Creo que seguía conmocionado por lo que le habían hecho al vestido de Dior. Y claro, ya que más daba que le colgaran un termo o no.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaa! ¿Has tenido noticias de los recién casados? - No. Deben estar pasándoselo muy bien y no se acuerdan de nosotras... Menos mal que tengo a Pepe que, aunque tiene poca conversación, me hace compañía. - La vecina me miró y puso los ojos en blanco. - Por cierto (dijo) gracias a la boda podré subir la cuesta de enero tranquilamente... Las velas que cogí de la Catedral se están vendiendo muy bien en cuanto la gente se entera de que son de la boda "espectacular" de la que habla todo el mundo y que el Hola no recogió porque no quisieron pagarme lo que les pedí por la exclusiva, me los quitan de las manos. - ¿Quiso hacer negocio a nuestras espaldas? - La ocasión la visten calva. - ¡Que cara más dura! Yo me tendría que haber llevado una comisión ¿no le parece?

- Otra cosa que salió muy bien fue la limpieza de cepillos y sobre todo, las limosnas que conseguí pasando la canastita entre los bancos. - ¡Era la boda de mi abuela! Tengo derecho a recibir un tanto por ciento de las ganancias. - Has llegado tarde, querida. La Momia, que es la madre del novio y por lo tanto tiene más categoría que tú, ya me lo pidió. - La miré espantada ¡Pero si está forrada! - Ya, pero la pela es la pela.

En vista de que acercaba la hora de comer y la Cotilla no se iba, calenté agua, eché unas pastillas de avecrem para hacer una sopa y freí unos calamares a la romana que me dejaron la cocina echa un asco con tanta salpicadura. - No te ha llamado Dios por el camino de la cocina ¡que cruz tengo contigo! - ¡Oiga, si no le gusta, ahí tiene la puerta! - ¡Pero si no te gusta ni a ti, boba de Coria... ¿Sabes de qué me acuerdo ahora? De cuando Blas recorrió las mesas en busca de las croquetas que pusieron de aperitivo en aquel hotel tan lujoso ¡No dejó ni una! jajajajajaja Dijo que las congelará para venderlas cuando algún ex político sea juzgado. - El pobre, siempre mirando por su negocio. - Algunos invitados encopetados se enfadaron con él Ya ves, como si ellos no pudieran comer croquetas todos los días. - ¡Que egoístas!

Mientras tomábamos el café y el chinchón nos atacó la nostalgia. - ¿Qué estará haciendo ahora tu abuela? ¿Habrá chinchón en ese país al que han ido - Seguro que sí porque metió dos botellas en la maleta. - ¡Brindemos por lo previsora que es! jajajajajaja - ¡Y porque Andresito se porte como se tiene que portar! - ¡Y porque no se meta en líos! - ¡Y porque Pasc... digo... esto... - ¿No me digas que se ha llevado a su amante al viaje? - ¿Qué amante? - ¿Quién va a ser? ¡Pascual! jajajajajajaja ¡¡¡Brindo por eso!!!


domingo, 29 de diciembre de 2013

El vestido de boda de la abuela llevaba más volantes que el de Lady Di cuando se casó. Y una cola larguísima que no ayudaba nada a caminar con gracia. Cuando por fin el obispo acostumbró sus ojos al destello intermitente de las lucecitas navideñas que le incorporaron las costureras chinas del señor Li, empezó la ceremonia.

La música que la acompañó era de lo más variada: Me lo dijo Pérez; La Novia; Mi Jaca; Cocinero, cocinero y así  un montón más. Al salir del templo convertidos ya en marido y mujer, sonó la Raspa y los amigos de El Funeral tocaron las palmas al compás. Oí que un buen amigo de Andresito, espantado, le preguntaba qué criterio había seguido para seleccionar la música - Le dije a todo que sí a mi novia una noche que había abusado del chinchón.

Antes de que el Médico y yo saliéramos miré a la Cotilla  y la vi discutir con el sacristán mientras metía en una bolsa los cirios que se habían empleado. Al llegar los novios a la calle les esperaba un hermoso rolls
 roice a la puerta de la Catedral. Pétalos de rosa cayeron dulcemente sobre la pareja seguidos por dos kilos de arroz y gritos histéricos de ¡¡¡que se besen, que se besen!!! Los novios no se hicieron de rogar y hubo un momento de suspense cuando las dentaduras tuvieron un pequeño percance al quedar enganchadas una con otra. Luego, la abuela se volvió de espaldas y tiró el ramo a un grupo de amigas y familiares femeninos que gritaban ¡¡¡El ramooooooooooooooo!!! Y éste cayó en manos de... ¡La Momia! que emocionada, no pudo reprimir una lágrima ¡Me casaré, me casaré! En ese instante, todos los hombres, solteros o no, que estaban a su lado, se apartaron bruscamente.

Una de las flores cayó al suelo y la abuela no dudó en agacharse para cogerla, poniendo en serio peligro su integridad física a causa de los taconazos. Colocó la flor dentro del termo de los chinos y Pascualita no tardó nada en comérsela. A pesar de estar camuflada entre tanto volante, la vi y parecía mareada. Supuse que sería a causa de los destellos navideños. Finalmente, el coche se puso en marcha mientras la abuela, sentada sobre las rodillas de su ya marido, lanzaba besos a diestro y siniestro como si fuese la mismísima Reina de Inglaterra.


sábado, 28 de diciembre de 2013

28 de Diciembre, día de los Inocentes y sobre todo, el día de la boda de la abuela. Hasta ayer mismo pensé que podría tratarse de una broma pero no, ha sido peor ¡Se ha casado! y aún estoy conmocionada ¡y lo que te rondaré, morena!

A las cinco de la mañana ¡¡¡a las 5, hora local!!! he sido zarandeada de mala manera y sacada del maravilloso sueño que me estaba llevando por los mares del Sur, en un crucero donde ligaba a todo hombre que se me ponía a tiro. La abuela y la Cotilla, una a cada lado de la cama, dando voces como si ocurriera una desgracia, han conseguido que abra los ojos. - "¡Levántate, boba de Coria, que la boda es a las ocho de esta tarde!"

¡Que día me han dado! Me han tenido arriba y abajo, corriendo a buscar los anillos (Ya los tiene el novio, señorita - me ha dicho el joyero sorprendido) - A la modista para recoger el traje de novia al que le han echo unos arreglillos - ¡¿A un Chanel?! - "No quiero que nadie me haga sombra éste día y como me han dicho que el obispo llevará brillos en su casulla... Corre a la tienda del señor Li" - ¿Dónde voy primero, a la modista o al chino? - "¡Pero si es lo mismo! Me lo arreglan allí"

Ha seguido todo el ritual: baño con sales y aceites olorosos; peluquería, depilación, maquillaje y uñas. ¡Y no ha guisado, claro! hemos comido pan con aceite y un poco de choped que ha traído la Cotilla del contenedor del súper - Ya podría haberlo comprado siendo un día tan señalado (dije, enfadada) Un día vamos a tener una desgracia. - ¿Comprarlo? ¡Si nos van a subir la luz! tengo que ahorrar para comprar velas.

A las 7 de la tarde ya estaba yo camino de la Catedral. Quería ser la primera en llegar para no perderme nada, sobre todo no perderme a los chicos casaderos y con dinero que vendrían por parte de Andresito. La Cotilla se quedó para acompañar a la abuela en el coche - Si va a salir en el Hola, también quiero salir yo, aunque sea de refilón como nuestro Pinocho cuando acompañó a los Príncipes (me dijo, agresiva) .

Al llegar a la Catedral me di cuenta de que, con las prisas, no había cogido a Pascualita... Durante una fracción de segundo no supe qué hacer... ¿debía volver a buscarla? El Médico apareció a mi lado, guapísimo, me cogió del brazo y juntos avanzamos por el pasillo central de la Catedral como si fuésemos los protagonistas.

Luego vino un aluvión de alegres amigos y amigas de El Funeral, a cual más colorista y a los que se les notaba que ya habían empezado la fiesta por su cuenta. Por fin un murmullo de expectación nos indicó que la novia había llegado. El órgano tocó el Quince años tiene mi amor, del Dúo Dinámico, mientras Andresito y su madre, la Momia, recorrían lentamente el largo camino hasta el altar. Precioso cuajado de flores blanca (cosa que causó la risa de Conchi ¿Blanco virginal? jajajajajajaja)

Detrás apareció la novia del brazo de la Cotilla. Ambas calzadas con estiletos que las obligaban a caminar apoyándose la una en la otra. Un ¡¡¡Oooooooooooohhhhhhhhhhhhhhhhhhh!!! general salió de todas las gargantas, la mía incluida, cuando lo que, en principio parecía una novia, se convirtió en un árbol de Navidad. El delicado vestido de Dior apareció profusamente adornado con lentejuelas de colorines y los volantes llenos de lucecitas que se encendían y apagaban. Al cuello llevaba el termo de los chinos forrado de blanco y vi a Pasculita asomada para no perderse detalle. Y coronando el "modelito" se alzaba orgullosa la peineta naranja fosfi de su amigo el travesti que aplaudía a rabiar mientras, emocionado, lloraba a lágrima viva. Otra que también lloró fe la Momia. Miraba a su futura nuera con arrebato. El que no parecía estar tan de acuerdo fue Andresito que no dudó en desmayarse tres o cuatro veces antes de que la abuela llegase a su lado... No puedo seguir sin aclararme las ideas. Tomaré un chinchón... Bueno ¿por qué ponerle puertas al campo? jejejejejejeje ... Estoy muuuuuuuuuuy cansada así que, mañana será otro día.

viernes, 27 de diciembre de 2013

Ayer la abuela me dejó sola todo el día. Cuando me levanté ya no estaba y tuve que prepararme el desayuno. Tampoco había comida hecha, ni canelones ni escaldums, ni nada de nada. Así que, después de mucho esperar, me senté a la mesa de la cocina, puse a Pascualita sobre el frutero y me dispuse a comer las sobras de Navidad. - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaaaa! ¿Y tú abuela?... ¿No hay comida? ... - Hay sobras. - ¿Dónde has emparedado a tu abuela... Y por qué tienes al Niño Jesús en el frutero? En esta casa estáis más locas cada día.

No me quedó más remedio que comer con la Cotilla y devolver a Pascualita a su pesebre en el Belén. La abuela no regresó hasta bien entrada la noche y no venía de muy buen humor - ¿Te parece bonito venir a éstas horas? (le recriminé) - Me dedicó una mirada asesina que me heló la sangre. - "No está el horno para bollos y menos para tus tonterías" - Pero no me podía callar - Piensa que vas a casarte y deberías guardar las formas ¿qué va a pensar la gente que te haya visto entrar en el portal? - "En cual? ¿En el de Belén?" - En el de casa, mujer. Eres una novia en ciernes y todos los ojos están fijos en ti? - "¿Has acabado con la botella de chinchón? Te he dicho mil veces que no es sano beber sola"

"Me he pasado el día de hospital en hospital, visitando a mis amigos. La mayoría están, más o menos, bien pero hay tres que nos han preocupado mucho, así que a media tarde hemos ido a El Funeral con los próximos viudos y viudas para preparar sus sitios en la pared de los Finados." - ¡Pero si no habían muerto! - "Ya, pero estaban a punto y los preparativos para sus homenajes llevan tiempo. Hay que calcular las botellas de chinchón y otros licores, que nos harán falta. Hay que elegir las fotos que se llevarán a enmarcar. Pensar en el menú que comeremos ese o esos días. En fin, que hay que ser previsores"

 - ¿Y al final, cuántos han caído? - "¡Ninguno! ¿Te imaginas que disgusto? Después de tanto esfuerzo, van y no se mueren. Catalina estaba tan decepcionada por la informalidad de su marido, que no paraba de llorar" - Sería de alegría, abuela. - "¿De alegría? A ella le hizo mucha ilusión cómo preparábamos el homenaje a su marido y cuando vio que no lo podríamos hacer porque, en lugar de morirse parece que va a mejorar, no pudo evitar sentirse avergonzada por la poca sensibilidad de su hombre. ¡Si hasta tenía pensado el vestido que iba a comprarse! Pero ya sabemos lo egoístas que llegan a ser algunas personas ¡Y si son hombres, más! Pobre Catalina, no tenía consuelo. Y eso que le dijimos que no era culpa suya" - Y al final ¿en qué ha quedado la cosa? - "Catalina, una vez superado el disgusto, se ha enfadado y ha dicho que a ella no le amarga nadie, y menos su marido, una fiesta tan bonita y si tiene que darle un empujoncito, se lo dará" - ¡¡¡Abuela!!! Eso quiere decir que es capaz de... (no pude terminar la frase) - "Naturalmente. Los hay que son muy indecisos y conviene que reciban una pequeña ayuda. Pobre Catalina..." - Y se fue a la cama sin despedirse siquiera.

miércoles, 25 de diciembre de 2013

- ¿A que hora volviste, abuela? - "A las tantas de la madrugada" - ¿Tienes resaca? - "¿Cuándo me has visto tú con resaca?" - He perdido la cuenta. - "Vaya Nochebuena... Hemos estado en la UCI del Hospital" - Y Andresito se enfadó por tener que acompañarnos ¡Menudo juerguista está hecho! Pero ya le he dicho que cuando nos casemos se le va a acabar la vida de crápula" - ¿A los dos? - "No. A él"...Todo ha empezado porque Conchi, que llevaba unos tacones de aguja de palmo y medio de altura para impresionar a su nuevo novio,  bailaron Paquito el chocolatero una y otra vez. Ya sabes que le tiene una querencia especial a ese pasodoble y no se cansa nunca de él pero los demás queríamos bailar Arre borriquito a ritmo de rap. Total, que nos pusimos a discutir todos contra todos y de las palabras se pasó a los empujones..." - Pero, abuela, ya sois mayorcitos para ésto ¿no? - "Si vas a restregarme la edad, te lo contará tu tía"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaa! ¡Feliz Navidad! Ya me he enterado de la que se armó anoche en El Funeral. ¿Cuántos hay en el hospital? - "Seis o siete. Pero lo peor fue cuando llegaron los familiares ¡Ahí si que se montó una buena! Todos culparon a Conchi a pesar de estar con la pierna escayolada" - ¿De un golpe? - "¡Que va! Se cayó de los tacones mientras bailaba y se partió la tibia y el peroné. Los demás también están ingresados por caídas. Íbamos por la segunda botella de chinchón cuando empezó la pelea, aunque sin mala intención. Unos se cayeron por la risa, otros porque ya no se aguantaban en pie. Otro quedó como un escarabajo panza arriba. Total, unos cuantos huesos rotos jajajajajajaja. Y Conchi llorando a moco tendido porque, entre su novio que estaba entre los heridos y su pierna, se le fastidió el plan de la noche que para eso había comprado 10 pastillitas azules y unas cajas de preservativos jejejejejeje" - ¿Para qué? (dije, asombrada) - "Para qué va a ser. Para no quedar embarazada que los Pinochos han puesto muy difícil lo del aborto"

- Pues yo cené en el comedor social que estaba de bote en bote. Cuanto más nos aprietan las tuercas los Pinochos, más ayuda la gente. Se me saltaron las lágrimas y todo. Hasta brindamos con cava.Y como estábamos en la noche de la solidaridad, yo invité a chinchón hasta que se acabó la botella - ¡Vaya, Cotilla! Es todo un detalle ¿No me diga que compró una botella... o la encontró en el contenedor de basura del súper? - No. La cogí de vuestra casa porque pensé que os gustaría ser solidarios - ¡Tendrá cara! - Miré al "Niño Jesús pascualino" y a punto estuve de cogerlo y tirárselo a la gorrera de la vecina, pero dormía plácidamente y es peligroso despertarla. 

martes, 24 de diciembre de 2013

- "¡¡¡Ande, ande, andeeeeeeeeee, la marimorenaaaaaaaaaaaaa, ande, ande, andeeeeeeeeeeee que es la Nochebuenaaaaaaaaaaaaa!!!" - ¡Abuela, para yaaaaaaa, que me tienes loca con tanto villancico! - "¡¡¡Arre borriquitoooooo, arre burro, arreeeeee, anda más de prisa que llegamos taaaaaaaaarde!!!" - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! ¿Qué le pasa a tu abuela? se la oye desde la esquina. - Está así desde que se ha levantado. - ¿Ya ha empezado con el chinchón? - Que yo sepa, no... pero nunca se sabe.

- "¡Pero que par de sosas! ¡¡¡Alegría, alegría, que estamos en Navidad!!!" - ¿Alegría? (dijo la Cotilla) ¿con lo poco que falta para que nos suban otra vez la luz? - Los ricos no se enteran de esas cosas (dije yo, envidiosa) y como ella lo será dentro de poco... - "Os corroe la envídia jejejejejeje y eso que no os he contado lo de la cuchara de plata" - ¿Qué cuchara? - "Una que tengo de mi bisabuelo" - Vaya novedad. Mucha gente tiene cucharas de plata en su casa. Yo, sin ir más lejos, he encontrado muchas en las bolsas de basura de los contenedores... Tengo una colección. Lo malo es que no puedo comer con ninguna de ellas. - ¿Por qué? (pregunté intrigada) - Porque como aquí y no en mi casa (dijo tan pancha) - Eso tiene fácil arreglo, Cotilla. Quédese a comer allí y nosotras estaremos más anchas. - ¿Pero tu has visto que poco espíritu navideño tiene la boba de Coria de tu nieta? - "No te esfuerces que no tiene arreglo"

La abuela ha montado el Belén y el Árbol y, como todos los años, ha puesto al Niño Jesús más horroroso que se pueda imaginar: ¡Pascualita!. Le ha puesto una especie de saco con tirantes para que no se le vea la cola de pez y está tan pancha tumbada en el pesebre. Es que la abuela tiene mano de santo con el bicho ese.

- Bueno ¿qué pasa con la dichosa cuchara? - "Que es del año en que se dieron las primeras ¡Tengo un trozo de Historia de Menorca en casa!" - ¿Y cuánto vale? - "Creo que nada... ¿por qué?" - Podrías dejármela y se la llevaré a que me la valore un joyero que a veces me compra cosas. Si me paga bien no me costará tanto subir la cuesta de Enero. - ¿Cómo que si me paga? ¡La cuchara es nuestra, tía crápula! - "¡Mía! querrás decir. Y saldrá de ésta casa conmigo cuando me case."

 Muy orgullosa, se apartó de nosotras y empezó a tararear: "Tengo un tesoro... tengo un tesorooooooo" - ¡Ya está bien, abuela. Cállate! - "Ahora mismo, cariño ¡¡¡La Nochebuena se viene, la Nochebuena se vaaaaaaaaa y nosotros nos iremos y no volveremos máááááááááááááásssssssssssssss!!!" - ¿A dónde te vas a ir? (preguntó, ingenua la Cotilla) - Y la abuela le salió por sevillanas: ¡¡¡Tengo una Torreeeeeeeeeeeee, tengo una  Torreeeeeeeee, en el Paseo Marítimo. Olé, mi madreeeeeeeeeeeeeeeee!!!

lunes, 23 de diciembre de 2013

La abuela se ha empeñado en que le caiga mal el desayuno porque, en lugar de leer el periódico como hace siempre, que también son ganas, está mirando la lista de la lotería de ayer - "Nada... nada... nada de nada... Estos niños de San Ildefonso cada año son más tontos. ¿Por qué no sacan mi número que es el mismo de siempre? ¡Treinta años hace que estoy abonada a él y no se enteran los jodíos!" - Los pobres no lo saben - "¿Y para qué van a la escuela? ¿Qué les enseñan? Al final tendré que ir, personalmente, a meterles mi número en la cabeza a fuerza de capones." - Anda, deja eso y come tranquila, mujer, que te dará un soponcio ¡Pero si a ti te ha tocado la lotería casándote con Andresito! - ¡Avemaríapurísimaaaaaaaaaaaaaa!

- Cuánta razón tiene tu nieta - "Vaya, no habría esperado este comentario de ti" - Yo tampoco. Debe ser el espíritu de la Navidad, menos mal que dura poco. Esta Nochebuena iré a la Misa del Gallo a la Catedral para limpiar los cepillos. Imagino que lo que saque me llegará para comprar un pasaje a Madrid... - "¿Cambias de aires? ¿No vas a venir a mi boda?" - ¡Claro! Estaré de vuelta el mismo día. Es que me daré una vuelta por la parroquia que frecuenta el ministro Montoro. Allí los cepillos notarán los millones que le han tocado a ese hombre y podré vivir unos meses tranquila porque, encima de que estamos caninos, nos suben la luz.

- Será a nosotras porque usted la usa poco, vecina (no me pude callar) - La abuela cogió el teléfono y marcó un número - "¿Oiga, es la oficina de los peperos?... Quiero presentarme a ministra de Hacienda ¿qué tengo que hacer?"

La Cotilla y yo la mirábamos boquiabiertas. - "¡Ya sé qué tienen uno pero yo soy UNA! No..., no estoy afiliada... A mi lo que me interesa es el chollo...¿Por el bien del País?... ¿qué País? Ah, sí. No, no, no, Yo quiero el chollo para MI bien... ¡como todos!... ¿No hay plazas? Ya. Y el que hay no suelta el sillón ¿verdad?... Vale. Más adelante volveré a llamarles haber si hay suerte" - Vaya cara que tienes. - "¿Yooooooooooo? A mí que me registren" -

- ¿Qué? (dijo la Cotilla) - "Piden demasiadas cosas y difíciles. Fíjate que hay que afiliarse" - ¡Uf!... Por lo menos lo has intentado y eso se merece un brindis ¿no? - "¡Niña, saca el chinchón!" - ¿Y el ginet?  - "Para luego es tarde"

domingo, 22 de diciembre de 2013

La abuela, sentada a la mesa de la cocina con un bloc y un boli, ha dado comienzo al ritual de la Navidad. En la radio los niños de San Ildefonso van cantando los números y los premios de la pedrea como una letanía y hacen que me duerma. Por eso ahora tengo un chichón en la frente por darme con la cabeza en el borde de la taza de cola cao. - La abuela y Pascualita me miran con el ceño fruncido -"¿Puedes dejar de hacer ruido? Al final no me enteraré del número del Gordo.

Mientras van cayendo los premios, que la abuela apunta ilusionada para, al minuto darse cuenta de que no es el suyo, y observo a Pascualita que no le quita ojo a su amiga y la imita en alguno de sus movimientos. ¿Estará tomando nota, mentalmente, para organizar un sorteo de Lotería Nacional cuando esté en su hábitat?... ¿Pero cómo puedo imaginar éstas cosas? La culpa es de la abuela que habla de esa sardina como si fuera un ser humano. - ¿Ya ha salido el gordo, abuela? - "Nooooooooooooo" - ¿En qué crees que terminará? - "¡Y yo que sé!" - Dicen que el 9 hace tiempo que no sale... o el uno... Que tontería ¿verdad? "¡La tontería es tenerte que aguantar! ... ¡ha salido un quinto premio y no he oído el número" - Pero si lo repiten tres o cuatro veces. - "¿Tú que crees que hago sentada aquí a éstas horas? ¿Rascarme la barriga? ¡Quiero ser la primera de España en apuntar el premio!"

- ¡Avemariaprísimaaaaaaaaaaaaaaaaa! ¡Hale, ya me ha tocado el gordo! - ¿Es verdad eso, Cotilla? ¡cuánto me alegro por usted! (dije, mientras la envidia me corroía) - No te pongas en plan pelota que no van por ahí los tiros... - "¡Pero mira que eres tonta, mujer! ¿Ya no te acuerdas de que a la Cotilla le toca cada año? jajajajajajajaja" - ¿Dónde está la gracia? - ¡Pues que he ido a ver a Bonifacio y le he dicho que me tocara! Si crees que con 250 kilos no está gordo, ves a que te gradúen bien las gafas jajajajajaja Por eso puedo decir, muy segura, que me ha tocado el Gordo-

Me tienen harta estas dos. Llevan un rato riéndose de mi. Así que me he ido al comedor para no oírlas y de paso, ponerme una copita de chinchón... y otra de ginet... Ahora ya no sé si he bebido más de uno que del otro y como me... hip... gussssssssssssta ir a la par, tendré que... hip ... tomarme otra de... ¿de qué? ... hip... Ante la duda, una copita de cada... hip... una ¡Uf!, que tajada he cogido más tontamente...

sábado, 21 de diciembre de 2013

- "¡¡¡Hombres!!!" - La abuela colgó el teléfono hecha una furia. - ¿Qué pasa? - "El pesado de mi novio dice que con un vestido de Chanel carísimo, no puedo ponerme la peineta de plástico de mi amigo" - ¡Claro que no! - "¿Qué sabrás tú de moda? El señor Li tiene plástico de la mejor calidad. Además el naranja fosfi irá muy bien con el color blanco huevo frito roto..." - Jajajajaja ¡Se dice blanco roto, abuela! - "Ya salió la lista ¿Cómo llamarías al blanco del huevo frito una vez rota la yema, eh?" - ¿El vestido es amarillo? Trae mala suerte. - "Lo sé jejejejeje Pobre Andresito"

La abuela ha tenido una conversación con Pascualita y Pepe. Ambos la escuchaban sin pestañear... porque ninguno tiene pestañas. Yo me he acercado a la cocina para escucharla - "El viento no nos dejaba caminar hacia el avión... Era pequeño y con hélices ¡Pero si eso es de cuando Franco era cabo! Había llegado el momento de ser fuerte, no tener miedo porque el primero que no deseaba que nos pasara nada malo, era el piloto... ¿O no? Pensé en ir a preguntárselo pero teníamos prohibido soltarnos el cinturón y como se me ha quedado ancho el pantalón, será por los nervios de la boda dichosa, no me atreví a moverme para no dar un espectáculo en el pasillo.

Subimos dando bandazos a diestro y siniestro. Saqué el carnet de identidad para ponérmelo en la boca pero preferí un caramelo que me desatascara los oídos. Finalmente dejamos las espesas nubes de viento atrás y vimos un tímido sol. Entonces saqué el chaleco salvavidas de debajo del asiento y salí al pasillo para celebrarlo con alegría. Y imité a las azafatas: En caso de necesidad páselo por la cabeza... La gente se puso a reír porque lo hacía la mar de bien. Tire de aquí pero no lo hinche dentro del avión... ¡pero se hinchó y me quedé atascada! Se nos caían las lágrimas de la risa, aunque a mí no sé por qué ¿Serían los ginets que bebí antes de subir al avión?... Al final me echaron una bronca y solo paré de reír cuando me dijeron: No le da vergüenza ¡a su edad! ¡Alto ahí, pipiolos! Hasta aquí podríamos llegar. Y me metí en la cabina del comandante, que es pequeñísima y puse a las azafatas a parir. En cuanto él me replicó le contesté que más vergüenza me daría a mi ser comandante de un cuchitril como aquel. Cuando le oí mentar no sé que de la guardia civil, le dejé con la palabra en la boca. Y no fue eso lo peor, sino que Andresito se puso tan furioso contra mí (que mal beber tienen algunos... ¿o no había bebido? peor entonces. Estuve a punto de anular la boda pero la Torre del Paseo Marítimo acudió a mi mente y no dije nada. Así que ya sabéis, queridos. El día que vayáis en avión sabed que no les gustan las bromas a las tripulaciones"







viernes, 20 de diciembre de 2013

La llegada de la abuela a casa se ha cargado la paz que reinaba en ella desde que se largó a Ciutadella. - ¿Ya estás aquí? ¿No ibas a estar diez días?... Es imposible que hayan pasado tan pronto... - "Que poco dura la alegría en casa del pobre ¿eh? jajajajajaja ¡Ah, se siente!" - ¿Has decidido lo que vas a hacer con respecto a tu boda? - "Claro ¡casarme! ¿O crees que quiero quedarme para vestir santos como tú? Además, está la Torre del Paseo Marítimo... y también Andresito, claro" - Como que es el novio.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaa! ¿Ya estás aquí? Pero si no te has ido cuando ya has vuelto... - "Ya veo que me habéis echado de menos (la voz de la abuela sonó resentida). Pues ahora no os voy a dar el queso que he traído de Menorca. Me lo llevaré a mi nueva casa... ¿No oís un ruidito? ¿Qué pasa aquí?" - Verás, abuela... Tenemos realquilados... - "¿Por qué? ¿Te han despedido? Si es así, me parece bien, así ganarás un dinerito y no vendrás a vivir a mi casa..." - Mira que cosita tan bonita (dijo la Cotilla mientras arrimaba, con mucho cuidado, una jaula a la mesa de la cocina -¡Son diamantes! - "Eso son palabras mayores. Al final te van a trincar" - Son pajaritos, abuela ¡Han nacido ocho mientras tú estabas de picos pardos por ahí! - La abuela miró y al momento se echó para atrás - "¡Son gremlims!" - El señor Li se los quiere comer, por eso están aquí - "¡Sería raro!"

Pascualita al oír a su amiga y saltó agilmente de la pila bautismal a la mesa de la cocina dando un susto de muerte a la Cotilla - ¡¡¡Aaaaaaaaaaaayyyyyyyyyyy, el puñetero de tu primer marido otra vez!!! - Antes de que la abuela pdiera coger a la sirena, le di un manotazo y cayó sobre la coca que la¡ vecina había encontrado en el contenedor del súper. Y sacando sus dientecitos de tiburón a pasear, dio buena cuenta de la misma comiendo de arriba abajo, quedando enterrada en bizcocho. En ese momento Andredito llamó a la abuela y cuando colgó estaba radiante. - "¡¡¡Voy a ir de Dior!!! Dice que no me merezco nada por debajo de eso" - ¿De Dior? - "¡Mi traje de boda me lo ha echo Dior! jajajajajajaja" - ¿Dior? - preguntó la Cotilla. - ¿Ese también vendrá al banquete? Pues a mi que no me quiten condumio para dárselo a él. - Pero, abuela ¿qué crees que pensará de ti tu amigo el travesti, con la ilusión que le hacía que llevaras ropa suya ése día? - "No se podrá quejar. Llevaré la peineta naranja fosfi"

Mientras comíamos, la abuela nos contaba que estos días ha estado encantada por no tener que cocinar. - Nosotras tampoco hemos cocinado. En el comedor social hasta te sirven. - "Hemos visitado un sitio donde hay una mesa, una taula, altísima. No sé de quién será pero debe costar un pico alimentarlo" - ¿Lo has visto? - "No. Debe ser uno de esos que tienen que emigrar a Alemania porque no les llega el presupuesto" - Hay que ver la de cosas raras que se encuentra una cuando sale por el extranjero. - "Cotilla. No era el extranjero" - ¡Si lo sabré yo! En cuanto tienes que salir allende el mar, es el extranjero.

Mientras tomábamos el café, la abuela se fijó en lo poco que quedaba de la botella de chinchón - "Allí probé una cosa que no está nada mal: un ginet" ¿Alguien quiere?"- ¡Niña, saca el chinchón para brindar por el ginet! - ¿Y qué hacemos con él? - ¡Brindar por el chinchón!

martes, 10 de diciembre de 2013

Si ayer la abuela estaba nerviosa, ahora no hay quién la aguante. Se ha pasado la mañana llenando y vaciando la maleta que se llevará a Ciudadela e intentando meter a Pascualita en el termo de los chinos. La pobre sirena ya tiene escoceduras en los michelines. - Abuela ¿no ves que no cabe? - "Pues tiene que entrar" - Ha habido un momento en que ha parecido que se le ha encendido la bombilla y ha ido al cuarto de baño para regresar con una pastilla de jabón en las manos. - "No si me hablaras tanto ya tendría el problema resuelto ¡Cállate ya!" - Mojó la pastilla y cuando empezó a echar espuma, quiso embadurnar a Pascualita - "Como se hace con un anillo que no quiere entrar en el dedo" - Le di un manotazo al jabón y salió disparado por la ventana a la calle. - ¡¡¡La vas a mataaaaaaaaaar!!!

Dos minutos después llamaron, insistentemente, a la puerta - ¡Abran a la policía o tiramos la puerta abajo! - La abuela salió echa una furia - "¡Ya no hay más aguinaldos!" (les gritó) - Sin encomendarse ni a Dios ni al diablo, dos policías nacionales entraron hasta el comedor - ¿Dónde está la víctima? - "¿A cuál se refiere?" - Sorprendidos por la pregunta, empuñaron las pistolas como en las películas de la tele. - "Aaaaaaaayyyyyyyy, que emoción! Están buenísimos" (dijo mirándome. Y yo ya me veía teniendo que elegir al candidato a padre de mi futuro hijo) Pero la abuela, que es muy práctica, dijo: - "No vayas con remilgos que se te está pasando el arroz. Cualquiera es bueno"

Afortunadamente, Pascualita estaba a buen recaudo en el bolsillo de mi blusa, sobre el corazón. - ¿A cuánta gente tenéis presa? ¿Sois una mafia? ¡Vamos, vamos, que no tenemos todo el día! ¿Os dedicáis a la extorsión? ¡Pues se os ha caído el pelo! - La abuela me comentó _ "¿Tú los entiendes?" - ¡¡¡¿Qué dónde están las víctimas, coño?! - "En la cocina... ¿Qué pasa? ¿No los puedo matar? ¡Dichosos Pinochos. Siempre poniendo trabas a todo!"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa! - La Cotilla venía hablando por el pasillo - ¡Traigo otro para que te  lo cargues! ¡Otro sobresueldo para turrones! - De pronto se vio encañonada y obligada a tirarse al suelo. -¡Tírese usted! A ver si se me va a escapar el pavo. - Efectivamente. En la cocina había dos pavos esperando su última hora y la Cotilla traía otro. Algunas vecinas preferían comprarlos vivos y la abuela y la Cotilla se encargaban de matarlos, desplumarlos y limpiarlos. Y se sacaban unos euros extras para estas fiestas.

Con la mente echa un lío, los policías enseñaron el jabón - Esto ha caído de este piso. - "Sí. Lo ha tirado la lumbreras de mi nieta" - Y hemos oído gritos de "la vas a matar" ¿por qué? - "Es que uno de los pavos, es pava" - Ya, pero no era una pregunta lo que hemos oído sino una afirmación. - "Mi nieta no fue nunca fue bien en el colegio, señor policía y confunde los términos..." - La Cotilla terció - ¡No saben ustedes la cruz que tiene con ella!

Me estaban sacando de quicio y mi respiración se agitó hasta hacerme jadear. Las hubiera estrangulado allí mismo. Con el vaivén del pecho Pascualita se mareó e intentó salir del bolsillo haciendo fuerza con la cola pero se encontraba estrecha y no podía. Uno de los guardias se fijó en aquel movimiento que él encontró erótico a más no poder. En unos segundos empezó a babear mientras los ojos le hacían chirivitas - ¡Mira, mira! (le dijo a su compañero, dándole un codazo) - "Jajajajajaja Mi nieta es tonta pero graciosa. Trabaja en un circo y le encanta quedarse con la gente... ¿Quiere un chinchón, joven?... ¿está casado? ¿Sí? Oh, es un pequeño detalle sin importancia jejejejeje... Pase a la salita y mi nieta le servirá una copita. Y usted, si ha terminado su trabajo, puede irse" - Pero se fueron los dos, claro. - "Que desaborido es el jefe éste. Ahora que casi teníamos arreglado lo del bisnieto..."

lunes, 9 de diciembre de 2013

Estábamos comiendo cuando a la abuela se le ha caído la cuchara de la mano y ha habido lentejas por todo. Tenía los ojos como platos y la boca tan abierta que parecía el túnel del Ave. La Cotilla gritó: - ¡Le ha dado un aire a tu abuela! Ya puedes despedirte de la Torre del Paseo Marítimo. - Espero que no me haga esta faena, con la ilusión que me hace. ¡Abuela, abuelaaaaaaaa. Espabila, mujer! - Afortunadamente todo quedó en un susto y la Torre vuelve a estar a mi alcance.

- ¿Qué te ha pasado? - Unos lagrimones enormes rodaron por sus mejillas y yo, precavidamente, me puse las gafas de sol. - No he visto persona más inútil que tu nieta. En lugar de llamar al médico, se pone las gafas ¡si aquí no hace sol, boba de Coria! - "¡Voy a perder mi independencia! ¡Voy a estar atada a un hombre! ¡Pero cómo he podido ser tan tonta!" - ¿De qué hablas? - "¡No puedo casarme! ¡Quiero ser libre como un pájaro!" - En mi imaginación, la Torre se alejaba de mí - ¡Claro que te casarás, abuela! Estás pasando la crisis de dudas que ataca a todas las novias... Además, quién tienen que estar asustado es Andresito porque será él quien pierda la libertad, la independencia y la tranquilidad, pobrecillo.

- "No quieras convencerme. Tengo que huir de aquí. Debo pensar bien lo voy, o no, a hacer" - La abuela acababa de caerse del guindo (que no del Ministro de Guindos, eso no se lo perdonaría mi futuro abuelito y menos antes de estar casados) - ¿A dónde vas a ir? - "¡A Ciudadela!" - Abuela, decidas los que decidas, yo estaré a tu lado pero... procura decidirte a favor de la Torre.

- Si vas a Ciudadela, vendré contigo (se apresuró a decir la Cotilla) Allí todas las iglesias están "sin limpiar" - Tengo que ir sola. Debo pensar el paso que voy a dar... ¡Ay, Dios mío, que miedo me ha entrado!" - ¿Por qué? los hay más feos que Andresito... ¿De verdad te irás? ... ¿Y quién me hará la comida?... - Vente conmigo al comedor social. Prefiero eso a que me envenenes.

Mientras tomábamos el café, la Cotilla nos hizo brindar repetidas veces por el viaje de la abuela - ¿Pero te irás sola, sola? - "Bueno... he pensado en llevarme algo que quiero mucho" - Ah, pillina. Seguro que te vas con ese Pascual misterioso. - ¡Ni hablar! (dije yo sin pensar) - ¡Deja a tu abuela que eche una cana al aire antes de perder su libertad jajajajajajaja - La abuela y yo nos miramos fijamente. Y vi en sus ojos que, dijera yo lo que dijera, se llevaría a Pascualita. Y tratando de disimular, dije - ¿Así que te llevas a Pepe, verdad? - "Verdad" - ¿Esoooooooooo tan feoooooooo? Bueno, hija. Si te sirve para pensar... allá tú.

domingo, 8 de diciembre de 2013

- Ay, esas ensaimadas  del domingo ¡qué ricas son! No hay mejor manera de empezar la jornada... - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaa! - ¿Qué hace usted aquí? Ya me ha estropeado el día. - ¿Eso quiere decir que ya no vas a comerte la ensaimada? ¡Pues me la como yo! dame un café con leche, anda. - ¡¡¡Abuelaaaaaaaaaaaa, échalaaaaaaaa!!!

La abuela salió de su cuarto a velocidad de crucero. Pasó ante nosotras con una bolsa de deporte en la mano en la que metió un cacharro con agua y a Pascualita, luego se acercó a la mesa de la cocina, cogió a Pepe y se fue por el pasillo hacia la puerta de la calle - ¿No desayunas? - "¿Con vosotras en plan guerrero? ¡No, gracias!" - ¡¡¡Me pido tu ensaimada!!! (gritó la vecina) - Quedé conmocionada al darme cuenta que, de dos que había comprado, no iba a probar ninguna.

Cuando me quedé sola, pensé que era raro que la abuela se llevara a Pepe. Siempre estaba en casa salvo las veces que salia disparado por la ventana cuando la abuela me lo lanzaba a la cabeza. Decidí llamarla al móvil... - Abuela ¿dónde estás? - "Estamos comiendo un chocolate con ensaimada en C,an Joan de s,aigo" - ¿Con Pascualita? Eres una inconsciente... - "No saques los pies del tiesto porque nadie la ve... Tengo mucho cuidado"... - Entonces la oí hablar con alguien ("¿Le gusta?... Es muy mona... Sí, es chica... ¿Que qué es?... pues un tamagochi de nueva generación... Sí, parece muy real pero no lo es jejejejeje ... No, no lo he comprado, me lo regalaron... De china, creo... No, no lo vendo. ¡Que no!...Le tengo mucho cariño... ¿35 euros? Menuda miseria ... ¿100 euros? bueno, eso es más razonable... (yo la llamaba ¡Abuelaaaaaaaaaaaaaaaa!pero no me hacía ningún caso) ¿Que si puede tocarlo? no... no... NO... ¡¡¡NOOOOOOOO!!! -  A través del móvil supe que Pascualita había sacado los dientes a pasear. Lo supe gracias a los gritos - ¡¡¡aaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!!! - ¿Abuela? ¿Abuelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa? ...  "¡Calla, coñe!!! Hay que ver lo que cuesta arrancar a la sirena. La tía se ha sujetado como una lapa a la nariz de esa mujer, a la que no conozco de nada. Me voy antes de que me culpen de lo que ha pasado y de que me cobren lo que he tomado. Y no vuelvas a llamarme porque me resulta difícil correr y hablar al mismo tiempo(la abuela jadeaba)... Ah, dile a la Cotilla que le llevo una ensaimada"












sábado, 7 de diciembre de 2013

La abuela estaba cosiendo. - ¿Preparando el ajuar todavía? - "El ajuar lo pone Andresito que para eso tiene dinero. Estoy haciéndole una faja a Pascualita" - ¡No me digas! ¿Y cuándo has visto tú una sirena con faja? - "¡Ni yo ni nadie, pazguata. Pero te aseguro que entrará en el termo de los chinos el día de mi boda.- Eso, y yo tengo que ir con ese especie de mini-botijo, sin poder lucir a gusto mis galas. - "No te tires faroles que no llevarás un Dior" - Me lo comprará mi futuro abuelito. - "¡Alto ahí! En la cartera de tu futuro abuelito YA MANDO YO. Y no pienso malgastar un euro en caprichos ajenos. Solo en los míos" - ¡Serás egoístaaaa! - "Naturalmente"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! ¿Alguna vez me he quedado en babia... como si pareciera que estoy tonta? - Sí. - Le pregunto a tu abuela - "Si" - Pues yo no me he dado cuenta... El otro día entendí que si dabas sangre te pagaban 67 euros. Negocio redondo, me dije, porque encima te dan de merendar... pero resulta que no es así. Que la sangre la das por la cara. - "Es una cosa voluntaria" - Pero yo tengo muy poca voluntad y muchas penurias. - ¡Ya estamos llorando! - ¡Pues yo entendí eso y me he puesto como una furia cuando he ido a informarme bien - "¿Al final has dado sangre o no?" - ¡No! Será la Cruz Roja, en Madrid, quién cobrará 67 euros por bolsa de plasma a las clinicas que la pidan... ¿Y yo? ¿Qué me parta un rayo? ¡Pues no doy! -¡Que interesada es usted, Cotilla! No piensa en los demás. - Si después de todo lo que me chupa el Pinocho mayor del Reino, encima doy sangre, se me caerá el vestido de tu boda de escuchimizada que me quedaré.

Con una copa de chinchón en la mano y la barriga llena después de una buena comida, la abuela dijo - "Nos han convertido en extras de una película de miedo" - ¿Cobraremos? - "Están llenando las calles de asesinos y violadores y no sabemos cuando nos atacarán. A los Pinochos solo les falta colocarse a la puerta de las cárceles y despedirlos con un beso cariñoso" - Dicen que hacen sitio para meter a los corruptos ¡Hay tantos! - También tendrían que meter a los ineptos que solo saben amargarnos la vida. - "Si nos ponemos así, no bastará el sitio" - (La Cotilla se fijó en una cosa) ¿Has empezado una labor nueva?... ¿Qué es esto tan pequeño? - "Una faja" - Jajajajajaja Te quedará una cintura de avispa. - "No es para míiiiii" - ¿Para tu nieta? ¡Ni llevándola a Lourdes le cabrá! - "Tampoco es para ella" - Entonces... (la Cotilla nos miraba con los ojos como platos) ¿Para mí? (dijo, compungida) Pero si no estoy gorda... ¡Tú lo que quieres en que no pueda hincharme de comer en tu boda, mala amiga!

viernes, 6 de diciembre de 2013

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaaa! - Se ha equivocado de casa. - ¿Seguro?... ¿No es el primer piso?... - Depende. - ¿De qué? - De si se va o se queda. - Me quedo y te hago compañía... Nos hemos equivocado las dos... ¿qué haces tú aquí? - Acabo de cambiarle el agua al canario y me vuelvo a la cama. Es fiesta. - ¿En qué quedamos? ¿Me he equivocado de casa o no? (la Cotilla se había puesto en jarras) - Déjeme en paz.

A media mañana, cuando realmente me he levantado, la abuela y la Cotilla estaban en la cocina brindando con chinchón. - ¿Qué se celebra? - "Ha muerto Mandela" - ¿Mandela?... ¡Mandela! Pero... ¿no se había muerto ya? - Anda, lávate la cara que tienes más legañas en el cerebro que en los ojos. - ¿Y por eso brindáis? -"Pues sí. En su honor. Esta noche lo haremos de manera oficial y pondremos su foto en la pared de los finados" - Pero él no iba por El Funeral. - "Nooooooooo... pero ha sido una persona muy importante que cambió el rumbo de su País con mucha dignidad y valentía. Además era abuelo y seguro que no le haría ascos a una copita de chinchón"

Hacía tan buen día que hemos salido a dar un paseo. La abuela ha intentado meter a Pascualita, a presión, en el termo de los chinos pero los michelines han dicho que nones. Al final se ha rendido a la evidencia y sobre todo, a los dientes de tiburón que la sirena le ha enseñado. - "Es injusto que se quede en casa con el sol que hace" - Y ha dado con la solución. Una jarra de cerveza, agua de mar, Pascualita, una mochila que se ha colgado delante, una toalla para sujetar bien la jarra y carretera y manta. Hemos llegado hasta la Catedral y mientras la admiraba he comentado: - ¿Creéis que la construyeron los extraterrestres? - "¿Te has dado un golpe en la cabeza?" - ¿Y las pirámides? - "¿Quieres que te repita la pregunta?" - ¡Que cruz tienes con ésta nieta! - Pues mucha gente lo cree. Y escriben libros y dan conferencias sobre esto y se ganan sus buenos euros. - "¿Y no los corren a gorrazos?" - No, porque hay gente pa tó... Los llaman  piramidiotas. -  "¡Me gusta! y podemos aplicarlo a muchas cosas, por ejemplo... ¿Cotillidiota? jajajajajaja" - ¿Qué es eso? - "Nietidiota jajajajajaja" - ¡Eso sí que lo he entendido! jajajajaja (gritó la vecina) - Vaya ¡Que lista!

Sentadas sobre unas rocas y dejando que el agua fría nos besara los pies, no fuimos conscientes de la cantidad de gaviotas que, poco a poco, se fueron posando a nuestro al rededor, hasta que una, impaciente, levantó el vuelo y fue directa a por Pascualita que estaba como asomada a un balcón viendo el panorama. Del susto, la abuela cayó de espaldas, el agua se derramó y Pascualita rodó sobre la arena rebozándose. - La Cotilla se tiró a por ella de cabeza - ¡Una gamba gorda para el señor Le! Me la pagará a precio de oro. - ¡Suéltela ahora mismo! - ¡Ni hablar! ¡Es mía! - Cuando vio que me lanzaba hacia ella, se metió a la sirena en el escote y apretó con las manos mientras, encantada, dijo: - ¡¡¡Desapareció jajajajAaaaaaaaaaaayyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy!!! - Ahora duerme la mona en el sofá de la salita aunque, antes de cerrar los ojos, ha dicho con voz pastosa. - Guuuuuuuardaaaaaaaarme a... a... a... rrozzzzzzzz.

jueves, 5 de diciembre de 2013

Blás el Parado ha venido a traer la parte de las ganancias que le corresponden a la abuela en la venta de las croquetas. Parece que la cosa ha ido bien. Aunque el hombre venía un poco mohíno porque el juicio al ex President Matas ha terminado. Y si no hay juicio, no hay venta de croquetas. La abuela lo ha consolado al reecordarle que todavía faltan muchos juicios por celebrar. La época dorada de los corruptos ha traído pingües beneficios a los abogados que contratan y que se llevan calentitos los dineros de sus rapiñas, a pesar de la poca fortuna en los resultados de los juicios.

- "¿Te quedas a comer?" - Blas el Parado ha preferido irse a casa con los suyos. La abuela le ha regalado sus beneficios - "Es mi aguinaldo pero ¡por favor! ni cantes ni recites, que ya tengo bastante con los que llaman a la puerta" - Se ha ido más contento que unas pascuas. Si es que, en el fondo, la abuela es un trozo de pan... si no tenemos en cuenta que envió al abuelito al otro mundo; o que se va a casar con Andresito por puro interés y pendiendo sobre su cabeza una espada de Damócles que puede caer sobre mi futuro abuelito cuando menos se lo espere... Pero, en fin, esas son intimidades de matrimonio en las que no debo meterme... prefiero pensar en lo bonito que será abrir todas la mañanas la ventana de mi habitación en la Torre del Paseo Marítimo y tener ante mí, la Bahía.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaaaa! ¿Es verdad lo que me ha dicho Blas el Parado? ¿Le has regalado las ganancias? ¿Y yo qué, eh? - "¿Tú qué de qué?" - ¿Te parece bonito discriminarme de esta manera? ¡Soy tu amiga y no me das nada! - "Comes aquí todos los días" - Por puro egoísmo tuyo que no quieres quedarte sola con la bobalicona de tu nieta. - "Pero si pareces un político ¡No te vas ni con agua caliente!" - Tienes suerte de que aún no he echo amistad con Madò Trepitja porque, ahora mismo, estarías más sola que la una ¡Me iré con ella y me llevará a los eventos oficiales donde me hincharé de comer canapés! - "¡Vete ahora, desagradecida! Llamaré a Bedulio y al señor Li y nos comeremos la caldereta de pescado sin tener que verte la cara" - ¿Has... has echo caldereta? Hija de mi vida, ya quisiera Arguiñano cocinar como tú. ¿Voy poniendo la mesa? Y a esos dos no les llame, así habrá más para nosotras.

Tomando el café, la Cotilla, que se había comido tres platos de caldereta y había rebañado el plato cada vez, murmuró algo entre dientes. No le presté mucha atención porque estaba pendiente de Pascualita que estaba dando buena cuenta de las sobras de la comida y poniéndose aún más ceporra. Era ya imposible que entre en el termo de los chinos. - "¿Qué dices, Cotilla?" - Nada, nada... Que me he enterado que Madò Trepitja es muy aficionada a las galletas Quely...Pero no han dicho si les mete algo dentro... Sobrasada con miel o queso a las finas hierbas... ¿Se las comerá a palo seco? Solo de pensarlo me atraganto... Me pondré otro chinchón por si acaso... ¿Eso que está en la mesa no es una gamba gorda? - "Gorda, sí pero gamba no" - dijo la abuela echándome una mirada asesina al tiempo que se pasaba, lentamente un dedo por el cuello como si fuera un cuchillo. Tragué saliva y a continuación, dos copas de chinchón. A veces la abuela da miedo.


miércoles, 4 de diciembre de 2013

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! Dejádme que me quede un ratito aquí porque en casa hace un frío que pela. - Pruebe a encender la estufa y verá como entra en calor. - Que más quisiera yo pero el Ministro de Industria no me deja. - Algo le habrá echo - ¡Ya estamos! siempre pensando mal de los pobres jubilados ¡Pues que yo sepa, nosotros no hemos subido la bombona de butano! - ¿No querrán que se la suba el Ministro? - No, no. ¡queremos que nos la baje! - "Déjalo, Cotilla, que encima tendríamos que darle propina... ¿Ya vienes de la calle?"

Mientras desayunábamos, la Cotilla nos comentó que la gente está de los nervios. - Fijaros que iba camino de una de las iglesias que son clientas mías, cuando he visto a un hombre tomándose un café en la calle, fumando ¿Creéis que he pensado: pobrecillo, el vicio le puede al frío?... Pues no. Me he tenido que contener las ganas irreprimibles de darle con la mano plana en todo el cogote. - "¿Por qué?" - ¡Ah!. Es la mala uva que circula entre nosotros... Unos pasos más allá dos mujeres que paseaban a sus perros, me han cortado el paso con esas correas kilométricas que llevan, mientras los animales se olisqueaban y ellas los miraban arrobadas. Me he encendido como un misto y ya iba a ponerlas a parir cuando el perro grande ha cogido al pequeño por una oreja y lo ha zarandeado. Inmediatamente las correas se han acortado y he podido pasar. De buena se han librado las dos pánfilas porque yo estaba dispuesta a hacer con ellas lo mismo que ha hecho el perro ¡Que rabia!

Mientras comíamos, ha venido el señor Li a encargar gambas gordas a la abuela. - Ahola venil Navidad y yo ganal dinerito vendiéndolas. - "No sé de donde voy a sacarlas" - Sí, sabel. Tú comel muchas y no dalme ninguna. Tú conseguil gambas goldas pala mi. - "Imposible" - ¡Tú sel egoísta! - y se marchó dando un portazo - ¡Jopé, con el chino (saltó la Cotilla) Le podríamos vender alguna de las cajas que dejen en el contenedor del súper... - ¡Ni hablar! (dije yo) No quiero salir en los periódicos por haber intoxicado a media colonia china. - Que tonta eres, hija mía. Pero si ellos comen perros... Bueno, para no desperdiciar la caja, se la mandaré a Madò Trepitja como regalo de Navidad. Con ésta gente conviene quedar bien por si un día necesito un favor - "Cotilla, tengamos las fiestas en paz. ¡Quién quiera un chinchón que levante la mano!" - La Cotilla y yo no nos hicimos de rogar... ni tampoco Pascualita que estaba escondida entre las manzanas del frutero y sacó una manita, rauda como una centella. Me sabe mal decirlo pero la abuela la está echando a perder.





martes, 3 de diciembre de 2013

La abuela está quejosa consigo misma. Ahora que tiene la boda casi encima, ha caído en la cuenta de que en diciembre hace frío, a veces MUCHO frío. Y quiere cambiarlo todo de arriba abajo. - Ya no puedes porque estáis en tiempo de descuento como en los partidos de fútbol. - "Es que nos vamos a helar" - Parece mentira que con la cantidad de inviernos que has pasado, no recuerdes que solemos ir tapadas hasta las cejas. - "Es que hacía tanto calor que no caí en ello... Pero llamaré al restaurante para que quiten todas las pijadas que encargué y pongan tazas de caldo bien caliente en plan aperitivo; arroz brut, caliente y picante, de primero; en lugar del sorbete de limón más tazas de caldo; después  lechona con patatas y de postre chocolate caliente con tarta nupcial" - ¿No te estás pasando un poco? - "Todos me lo agradecerán" - Acuérdate de poner dos o tres ambulancias medicalizadas a la puerta del restaurante por si les da un empacho a los invitados.

Llamaron a la puerta y salió la abuela a abrir porque aún voy coja. Llevaba a Pascualita en la mano, para darle calor, dijo. Aunque no lo necesita. No hay quien meta la mano en el agua de la pila bautismal de caliente que está. Ni la sirena la aguanta y se pasa el tiempo fuera. Ahora la pasea por toda la casa y no para de darle de comer: que si una miga de pan, que si un trocito de coca o un sorbito de chinchón para calentarle el estómago...  En el rellano estaba Bedulio y le entregó una tarjeta de navidad mientras le felicitaba con una sonrisa de oreja a oreja - ¡El municipal de su barrio le desea ¡Felices Fiestas! - "¡Vaya, Bedulio, que detalle!... Mira, se me saltan las lágrimas de la emoción. Me traes tantos recuerdos... Por cierto ¿a qué viene ésto? ¿Estamos volviendo 60 años atrás?" - Algo así. Piense en los recortes y congelaciones que han sufrido nuestros sueldos de funcionarios. Y ahora que llegan tiempos de gastos pedimos el aguinaldo... - "¡Pues sí que estamos buenos! Venir a pedirle aguinaldo a los jubilados que estamos más secos que la mojama... Anda, toma ¡y Félíz Navidad, hombre! ¡Hay que joderse!"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaa! - "Hola, Cotilla. Pasa..." - ¡La jubilada más pobre de su escalera, le desea Felices Fiestas de Navidad y Año Nuevooooooooo! - "¿Me estás pidiendo el aguinaldo?" - Naturaca. - "Pídeselo a papá Rajoy antes de que se lo de a los bancos" - Cualquiera se fía de los Pinochos... Venga, que estoy esperando. - La abuela le dio dos euros - ¡Hija de mi vida, te estiras menos que un portero de fútbolin!... He dicho ¡Y Año Nuevooooooooo! - "Ten, otro euro más y se acabó"

Mientras comíamos nos contó que había ido a ver a Madò Trepitja para conocerla y agradecerle las risas que se echaba con sus salidas. Pero no pudo ser porque, en aquellos momentos, estaba en el Parlament diciendo que de dimitir ¡nones ¡Naturalmente que no tiene que dimitir! Me he puesto como una fiera cuando me he enterado que se lo han pedido. Y a grito pelado, desde la calle, le he echo llegar mi solidaridad ¡¡¡Madó Trapitja, agárrese a la silla!!! La única que nos hace reír ¿cómo se va a ir a la calle?. - Pues los de verde no se ríen mucho. - Porque no la entienden...

Tomando el café, la Cotilla se ha fijado en Pascualita - ¿Qué tienes en la mano? - "Al Niño Jesús. Le he puesto una bombona de butano de la tienda de los chinos en el Portal pero no entra en calor" - La vecina me miró, preocupada, - La azotea de tu abuela parece que no funciona muy bien. Mira que comprar el butano a los chinos. A saber qué gas será.



lunes, 2 de diciembre de 2013

Espero que tengamos un día tranquilo porque es lunes y me he levantado con el pie izquierdo. Estoy harta de tanto trajín, visitas inesperadas, redadas, sobresaltos... De momento, en la cocina solo se oye el chisporroteo del aceite donde la abuela fríe las croquetas que vendrá a recoger Blas el Parado. Hoy juzgan al ex President Matas y en la puerta del juzgado habrá expectación y aburrimiento durante la espera. Eso da hambre y como la ocasión la pintan calva, allí estará Blás dispuesto a sacarse unos euros con las mejores croquetas del mundo mundial.

Viendo a la abuela tan concentrada he pensado que le vendría bien hablar un poco y le he preguntado por Andresito, más que nada por cortesía. - "¡No me hables de cosas tristes ahora! ¿No ves que estoy trabajando?" - Inicié otro tema. - ¿No crees que la Cotilla fue muy descortés con los guardias de la redada? - "¿Porqué?" - No tuvo el detalle del aguinaldo que tuvo con los geos... A mi eso me parece discriminatorio... ¿A ti no? - "¿Te estás entrenando?" - ¿Yo? ... ¿para qué? (no sabía de qué iba la pregunta) - "¡Para ser más tonta! ¡Y déjame en paz que al final se me quemarán las croquetas!"

Entonces desvié mi atención a Pascualita. Había saltado y venía reptando hacia mi. En la pared, haciendo guardia, estaba la sombra del fraile. Ni frotándola con un estropajo de aluminio se va. Era grotesca la sirena arrastrándose como un gusano regordete, más fea que Picio (un día tendré que enterarme de quién era este tío) y sentí deseos de jugar un ratito. Puse una magdalena sobre la servilleta, ofreciéndosela y en cuanto la tuvo a mano, di un pequeño tirón y el dulce se alejó. Pascualita bizqueó perpleja y a mi me dio la risa. Repetí la operación varias veces, acercando cada vez más la servilleta al borde de la mesa y cuando, ya enfadada, la sirena saltó sobre ella... ¡se estrelló contra el suelo! ¡¡¡Aaaaaaayyyyyyyyyyy que risaaaaaaaa!!! Se me saltaron las lágrimas de tanto reir - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! - Vaya, la pesada de la vecina llegaba justo a tiempo para estropearme la diversión.

- ¿Comeremos croquetas? - "No" - ¿Son para el enchufado de Blás?... - "No empieces..." - Es que estoy entrando en la espiral navideña que me lleva, irremisiblemente, a la melancolía... Menos mal que Madò Trepitja me hace reír. - "¿Quién es esa?" - La consellera de Educación... jajajajaja Es una mujer que no miente... bueno, en según qué. Porque dijo que de Educación sabía tanto como cualquiera de nosotros ¡y es verdad! ¡No sabe nada! Ni siquiera que las siglas no se traducen jajajajajaja ¡Eso lo sé hasta yo! ¿Ves como el mundo está mal repartido? ¡¿A ver por qué no me hicieron consellera a mi?! Ahora no tendría que ir de iglesia en iglesia rascando cepillos - "No te sulfures que te subirá la tensión" - Sí, en lugar de la pensión que sería lo ideal...

- "¿Y qué pasa con Madó Trepitja?" - Pues que está tan liada con el TIL que el otro día tradujo literalmente las siglas PISA por TROPITJA (en catalán. ¡Cualquier día lo hace en inglés jajajajajaja) - "¡No fastidies" jajajajajajaja ¿Pero quién nos gobierna?" - ¿No crees que esto se merece un chinchón porque sino no hay quién lo aguante? - "¡Tienes razón!" - ¡¡¡Aaaaaaaaaaaaaayyyyyyyyyyyyyyyyyyy!!! (grité con todas mis fuerzas mientras iniciaba el baile que sigue al mordisco de Pascualita) La muy traidora me mordió en el tobillo cuando yo ya me había olvidado de ella. ¡Maldita rencorosa! Sacudí la pierna violentamente y la sirena salió despedida estampándose contra el cristal de la ventana y tras ella fue Pepe. El no me había mordido pero me sirvió de arma arrojadiza para espachurrarla... A pesar del dolor y las lágrimas vi que la sombra del fraile avanzaba, inexorablemente, hacia mí ¡Y salí a toda pastilla, a pesar de la cojera, hacia el trabajo. La Cotilla dijo - Que tu nieta vaya corriendo a trabajar también se merece un brindis ¿no? - "¡Y que lo digas!"

domingo, 1 de diciembre de 2013

La ensaimada se le ha atragantado a la abuela cuando su suegra ha llamado para decirle que la policía ha estado en su casa y ahora venían hacia aquí para hacer una redada. - "¡Pero si el sarcófago lo tienes tú!" - Pero quién sale en el vídeo de las cámaras de seguridad eres tú, querida. Por eso les he dicho que lo mejor que podían hacer era hablar contigo porque yo, una pobre anciana de ciento y pico de años, no estaba para berengenales... ¿He echo bien, verdad?

- "Es excitante que hagan una redada en casa como si fuera un tugurio de película en blanco y negro.. Debería vestirme de mujer fatal para estar en consonancia con la situación" - Abuelaaaa... -Pascualita, que desayunaba con nosotras reptó por la mesa para cobijarse junto a Pepe arrastrando tras de sí un buen trozo de ensaimada. - ¡Es mía! Me estás dejando sin nada. - La jodía hizo la señal de OK mientras me sonreía siniestramente.

En pocos minutos, una cabaretera subida a unos altisimos stilettos, con las piernas embutidas en medias negras con lentejuelas, minifalda tubo, jersey dos tallas menor; unas criollas enormes en las orejas; labios rojo pasión; ojos ribeteados de negro ala de cuervo; pestañas kilométricas y el pelo coloreado como el plumaje de un loro, de punta y adornado con una cinta adornada con una hermosa pluma de pavo real, se contoneo sensualmente camino de la puerta de entrada y se apostó junto a ella - ¿Abuela?... ¿eres tú?... - En lugar de contestarme, abrió la puerta de golpe y alargó la pierna. Los policías entraron en tropel debido a la inercia de la carrerilla que habían tomado para tirar la puerta abajo. Y debido a la zancadilla, se fueron amontonando todos sobre el primero que entró y que, en esos momentos, tenía clavados los dientes en el taquillón de la entrada.

Recompuesta su marcialidad, los policías se sorprendieron ante la visión que les guiñó el ojo hasta que las pestañas se enredaron unas con otras. - ¡¿Quién es usted?! (preguntó uno porque al primero no se le entendía) -  "La abuela de la dueña de esta casa, cariño" - ¿Y esa pinta? - Voy de protagonista de novela negra... ¿Esto se supone que es una redada, no?... ¿Y qué buscan?" - El sarcófago egipcio que USTED ROBÓ en el museo. - "Fue para hacer una obra de caridad pero ya no está aquí... No tendría que decírselo pero ya que ESTO es una redada jijijijijijiji... ¡Huy, perdón... está en ésta dirección" - Pero si venimos de allí - "Pues, hala. Carretera y manta" - El hombre iba a encararse con la abuela cuando oyó a su espalda - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! ¿Otra vez la casa llena de gente? Si vendierais droga no estaríais tan solicitadas... ¿Qué comeremos hoy? - "Un cocido que levantaría a un muerto" - El que había clavado los dientes en el mueble, masculló - Brobrasssssssss.... Brobrosssssssss... ¿fien ef efta? -

Me acerqué a ver qué pasaba y al ver tanta gente puse a Pascualita en mi escote. Pero sentía tanta curiosidad como yo y no hacía más que asomarse. Afortunadamente, el único que la vio fue El Sindientes y por más que habló y gesticuló, nadie le hizo caso porque no lo entendían. Mientras los guardias cumplían con su deber y registraban todo, palmo a palmo, a Pascualita le entraron ganas de divertirse y a pesar de mis esfuerzos, se exhibió delante del herido, mostrando incluso su cola de pez y haciendo alarde de ella. Acabé metiéndola en el bolsillo de mi bata mientras el hombre gritaba - ¡¡¡Funa Fifena, funa fifenaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!! - Con mi más cándido tono de voz, recomendé - Si yo fuera ustedes, le llevaría a un hospital. Creo que delira.