sábado, 31 de marzo de 2018

El huracán.

Cuando la Cotilla ha venido de sus trapicheos nocturnos se ha dejado abierta la puerta de la calle y se ha ido a la cama tan pancha. A media noche, al ir al baño, en mitad del comedor he visto la silueta de una persona.

Se me han erizado los pelos del cogote. Una descarga eléctrica, del cerebro a los pies, me ha sacudido con fuerza. He abierto la boca y de lo más hondo de mi ser ha salido un grito desgarrador. Un quejío que ha atronado la escalera, de la entrada a la azotea. Y para colmo de males, la ventana que siempre dejo entornada por si algún día hay un escape de gas, se ha abierto de par en par debido al vendaval que nos ataca y se ha puesto a batir furiosamente.

- ¡Calla, loca! Soy Bedulio. - gritó la silueta del comedor. En mi locura, que el miedo alimentaba, creí que se trataba de un espectro y mis gritos se redoblaron - ¡¡¡BEDULIO HA MUERTO, BEDULIO A MUEERTOOOOOOO!!! - La voz airada de un vecino me corrigió. - ¡¡¡SE DICE CHANQUETE, ATONTADAAAAA!!!

Encendí la luz. El comedor estaba lleno de espectros en camisón o pijama... Eran los vecinos y vecinas, enfurruñados de nuevo conmigo. - ¡Vamos a recoger firmas para echarte del edificio! ¡Aquí no hay quien duerma!

Corrí a cerrar la ventana. Algo pasó volando junto a mi cara y cayó en el árbol de la calle. - ¡Qué ha sido ESO! (preguntó Bedulio a quien el valor se le estaba terminando) ... ¿Tu... abuelito? 

¡¿Pascualita?! (pensé) No puede ser. Está durmiendo en el acuario... ¿o no? Fue que no. ¿Qué hacía fuera del agua a éstas horas de la noche? ¿Tendrá insomnio, o una doble vida?

La llamé a gritos. - ¿A quién llamas? (la voz somnolienta de la Cotilla sonó a mi espalda) - A Pasc... ual. - ¿Le estás poniendo los cuernos a tu abuela con su querido? ¡Esto se lo tengo que contar a mi amiga! Despídete de la Torre del Paseo Marítimo, degenerada. Será para mi.

El viento zarandeaba los árboles con mucha fuerza. Una gran rama se partió, cayó a la calle y fue empujada por las fuertes ráfagas. Salí como una flecha a la calle y corrí hasta alcanzarla. ¡Allí estaba Pascualita! agarrada con manos y dientes para no salir volando.

La metí en el bolsillo de la bata e intenté volver a casa pero me fue imposible. El viento huracanado me empujaba ¡hacia el mar!. Fue como si me tirasen puñados de arena a la cara. No podía abrir los ojos. El mar rugía. Pascualita se revolvía, furiosa, en el bolsillo. ¡Tenía tan cerca el camino a su hábitat que quería saltar! Unos brazos tiraron de mi. ¡Bedulio y los vecinos hicieron una cadena humana para salvarme! Claro que, a pesar del ruído del huracán, me llegaban retazos de sus voces - ¿Para qué la salvamos?... ¡Eso digo yo?... ¡Lo ha dicho el Municipal!... ¿Qué hacemos aquí? ... ¡Oiga, me quiero ir a casa! ... ¡Yo la suelto!...

Pascualita saltó, cayendo sobre el pecho del más pejiguero de mis vecinos, que gritó como un energúmeno al ser mordido y más aún, al sentir el desgarro cuando tiré de la sirena.

Mientras saltaba de dolor, su mujer le recriminó que hiciese el indio por la calle, a esas horas. Al pasar bajo una farola todos vimos la enorme hinchazón en uno de los pechos del hombre. Ella gritó, horrorizada. - ¡Nicomedes! ¿Desde cuando te pones hormonas, so jodío? ¡Tira pa casa que ya te daré yo hormonas!

viernes, 30 de marzo de 2018

Metiendo la pata.

Nadie a venido a buscarme. Ningún municipal ronda mi casa aunque sea vestido de paisano. ¡Se han olvidado de mi! Pero ¿tan invisible soy? ¿Tan poquita cosa? ¡Menudo bajón de moral tengo! Pensé que, al haber huido del cuartel, toda a policía vendría a por mi. Con la ilusión que me hacía ser perseguida por tanto hombre cachas... pues mi gozo en un pozo. Que poco dura la alegría en casa del pobre.

Para ponerles las cosas más fáciles me he pasado el día cerca y enfrente del cuartel. Y aunque parezca mentira, cuando alguien me descubría, en lugar de venir hacia mí con las esposas en las manos, salían corriendo a esconderse. ¿Han recibido órdenes de los jefes de no tocarme un pelo? ¡Esto tiene que ser cosa de Andresito que es de la cuerda del Gobierno y manda mucho! Le voy a cantar las cuarenta. ¡Que deje que me toquen todo lo que quieran! Bien está que ejerza de abuelastro pero que no se pase, hombre. No todos los días me dan una alegría erótico-festiva ¡y con esposas!

En cuanto entré en casa llamé a la Torre del Paseo Marítimo. Contestó el mayordomo. - ¿Yes? - Dile al abuelito que se ponga, plis. - No ser posible. No estar in the hause. - ¡Pues lo buscas! Es urgente. ¿Dónde está? - In the garden haciendou panadas. - ¡Que se ponga! - Tener manos pringosaus. - ¡Me importa un pito! - Yo tener que limpiar telefono luegou. - ¡¡¡l´qfgpasrg`jasdkcasoñdjifi!!! ¿Me has entendido, inglés?

Le bajé los humos al del Brexit y claudicó. - ¡Hola, nena! ¿Te apuntas a hacer panadas con nosotros? - ¡Quiero que dejes de meterte en mi vida! - Huy, no pensé que te ofendieras por esto. - ¡Naturalmente que me he ofendido y enfadado y cabreado ¡y no sé cuantas cosas más! - ¡Vaya! - Si me quieren tocar, que me toquen. Tu no eres quién para vetarlos. - ¿Te van a tocar una serenata? ¿Tienes un admirador? ¡Voy a decírselo a tu abuela! - ¡No tengo admirador ni perrito que me ladre, por tu culpa!

Se quedó callado y quien calla, otorga. - ¡Ya verás cuando se entere la abuela! (mi voz sonó cargada de rencor) - Nena... tengo la impresión de que no hablamos del mismo tema. - No te me vayas por las ramas, aguafiestas, porque has sido tú quién ha disuadido a los municipales para que no me detengan. - ¿Yooooooooo?

La duda me asaltó. El abuelito no miente y menos en Semana Santa. Tragué saliva... y disimulé: - Jejejejejeje Estaba de bromas ¡y te la has creído! jejejejejeje ¿Te has enfadado?... ¿Síiii? ... Va, hombre, no te pongas así jejejejejeje Y sobre todo no vayas a sacarme de tu testamento por una tontería de nada... jejejeje... Ahora mismo vengo a ayudaros a hacer panades... ¿valeeeee?

jueves, 29 de marzo de 2018

¡Nos fugamos!

Pasé tanto  miedo pensando que pudieran encontrar a Pascualita entre mis ropas que me comporté como una energúmena, dando gritos a diestro y siniestro: - ¡¡¡No me desnudéis, por favooooooor!!! ¡¡¡No llevo nada encima que os intereseeeeeeeee!!! ¡¡¡Nooooo, no me toquéissssss!!! ...

Así estuve unas cuantas horas hasta que me quedé sin voz. Me extrañó que no me hicieran caso.  Después me enteré que Bedulio había advertido a sus compañeros sobre mí y luego les había repartido tapones para los oídos. - Hagamos como Hércules cuando su barco cruzó el mar donde estaban las sirenas y no nos pasará nada. Aquellos marinos también se taparon las orejas.Por eso no oyeron los cantos de sirenas y no fueron devorados.

Ni me desnudaron, ni me cachearon, ni me tocaron... Debo reconocer que me dio coraje que siguieran mis protestas tan al pie de la letra.

Lo malo fue que había gente poniendo denuncias en el cuartel de los municipales y oyeron mis voces. Como un solo hombre todos y todas, cogieron sus móviles y mandaron, urbi et orbe, la noticia del suplicio que estaba recibiendo una mujer en una comisaría de Palma.

¡Se armó el belém! Hasta caballeros andantes, a bordo de sus coches, se presentaron para luchar contra "el dragón" que me raptó y de volverme al Castillo de mi padre, el de Bellver, naturalmente. Aquel lugar se convirtió en un caos cuando llegaron las cámaras de televisión. Las procesiones pasaron a un segundo plano porque, todo el afán de la prensa era saber quién me había torturado, quién había dirigido el tormento. Era tal el guirigay que nadie se hacía escuchar.

Harta de estar encerrada en un bolsillo, Pascualita saltó al suelo de la celda, luego se alejó reptando fuera de mi vista. Reanudé los gritos, esta vez plagados de gallos - ¡¡¡PASCUALITAAAAAAAAA, VEN AQUÍ, DESGRACIADA!!! ¡¡¡¿NO VES QUE TE VAN A MATAR?" ¡¡¡VUELVEEEEEEEE!!!

La voz de Bedulio se alzó sobre las demás: - ¡Mirad, un bicho asqueroso! - ¿Será lo que buscamos? (preguntó un compañero) - El Municipal, sabiendo que era él la máxima autoridad en aquellos momentos, dijo: - ¡Lo cogeré yo! - Y se llevó tal  mordisco de la fiera corrupia que se quedó sin respiración. Al ver como la mano de Bedulio crecía y crecía y crecía... a marchas forzadas, fueron muchos los que salieron a toda pastilla del cuartel. Me quedé sola con la sirena. Ella fue quien me acercó el manojo de llaves que se le había caído al carcelero.

Al llegar a casa, Pascualita y yo brindamos varias veces con chinchón para celebrar nuestra fuga.

miércoles, 28 de marzo de 2018

Pasión de Cotilla.

Durante dos horas, Bedulio y un compañero, estuvieron buscando por todos los rincones al famoso marciano. Al final se sentaron en la salita a descansar y poner en orden sus ideas, preconcebidas claro. El compañero se lo echó en cara: - ¿Por qué tiene que ser marciano el bicho que buscamos? ¿Por qué tú lo digas? ¿Por qué no puede ser un Saturniano? - ¿Cómo va a ser de Saturno con lo lejos que está? A ver si piensas un poco que para eso tienes cabeza y no solo para llevar la gorra.

La discusión siguió durante un rato hasta que en la tele empezó el concurso de la Isla y los supuestos náufragos. Se quedaron empardalados delante de la pantalla. Aproveché para ir en busca de Pascualita, antes de que le diera por dar saltos mortales y llamara la atención de los Municipales.

¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa! ¡Ay, nena que semana más buena!. Ya he perdido la cuenta de las carteras que "he hecho" estos días... - ¡Puso una a cada lado del altar, lo más lejos posible una de otra. - Júntelas y no tendrá que hacer el altar tan grande. Si acerca las fotos, con una vela para los dos van que chutan.

- No me fío de ella. ¡Lo va a camelar! ¿No has visto que mirada más penetrante tiene? Y mi gurú es un santo varón, un inocente, por eso le pasa todo lo que le pasa. Lo engañan como a un chino y después ¡mira lo que le toca sufrir! - ¡¿No me diga que está celosa?! - ¡Claro que lo estoy! Soy como esas mujeres dolientes de las coplas, que adoran al torero en silencio, sufren por él, mendigan una palabra, una sonrisa suya y después llega una lagarta ¡y se lo lleva para esquilamarlo y disfrutar de su fama y su dinero y cuando todo ésto se acaba, lo deja tirado como un trapo! mientras la pobrecilla, o sea yo, le amará toda la vida, sin pedir nada a cambio, hasta que la muerte los una, por fin, en el cielo de los amores imposibles. - ¡Jopé! Cotilla, que dramática ha venido jajajajajaja - Me acerqué al altar, cogí las dos fotos y las hice pedazos. - ¡Hale, se acabó el problema!

- ¡¡¡Quedas detenida en nombre de la Ley, POR INSENSIBLE...!!!  ¡Buaaaaaaaaaaa!

Detrás de mi, Bedulio y su compañero, se secaban las lágrimas de emoción. Me pusieron las esposas mientras sorbían los mocos. A empujones me metieron en el ascensor, después en el coche patrulla y finalmente en una celda. Y mientras ellos contaban a los compañeros lo que había pasado, yo seguía pasmada sin entender a qué venía mi detención. Pero el estupor se convirtió en ansiedad cuando Pascualita se removió en mi bolsillo ¡Me había olvidado de ella y estábamos en la boca del lobo! Entonces grité: - ¡¡¡QUIERO HABLAR CON MI ABUELAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!

martes, 27 de marzo de 2018

Pesadillas.

Esta noche he dormido fatal por unas pesadillas. Cada vez que me despertaba quería llamar a la abuela para que viniera a hacerme compañía pero, unas veces por pereza de levantarme, otras porque tenía miedo de que hubiera alguien debajo de mi cama y otras... En fin, que no he llamado a nadie.

Después, mientras leía el periódico desayunando, me he dado cuenta de que mis sueños tenían que ver con la realidad. Por ejemplo, en un de ellos alguien decía, con voz tenebrosa, que el sexto beatle había sido detenido. ¡Son cuatro! gritaba yo, histérica y decía sus nombres como en los conciertos de los sesenta: ¡¡¡Jhon, Paul, George, Ringo!!! Sin embargo la cara del sexto beatle crecía hasta hacerse un ídolo descomunal. A mi alrededor, la gente se desgañitaba, se tiraba al suelo y lo adoraban como a un dios: ¡¡¡Puigdemont!!!

Fue una de las primeras veces que me desperté, sudorosa y tuve que recurrir a un vaso de agua para calmarme. Poco después me dormí y en mi sueño aparecieron gentes con capirotes. Venían a por mi, con los hachones encendidos, arrastraban cadenas y su sonido me ponía los pelos de punta. ¡¡¡Abuela, quieren comerse a Pascualita!!! - Algunos capirotes llevaban sacos a la espalda llenos de panecillos con aceite, preparados para meter a la sirena. Me señalaban con el dedo ¡¡¡Ella tiene al monstruo!!!

Abrí los ojos en la oscuridad y me quedé acurrucada. No me atreví a sacar una mano de debajo de las mantas para encender la luz de la mesilla de noche ...

El periódico hablaba del bicho extraño que vieron algunos nazarenos durante la procesión y a una loca, a la que reconocerían con los ojos cerrado, que se lanzaba a por él. Todos estaban de acuerdo en que era un extraterrestre, la controversia estaba en el astro de procedencia ¡Era un marciano! decía uno. ¡Era de Saturno, lo sé de buena tinta! estaba convencido otro. Y así fueron haciendo a Pascualita oriunda de medio Firmamento.

La noticia decía también que se había echo un retrato robot de "la loca" y lo enseñaban. ¡Se parecía tanto a mi como un huevo a una castaña! Respiré aliviada. Nadie podía reconocerme. Y bebí una copa de chinchón a mi salud antes de que llamaran a la puerta. Era Bedulio. - ¡Vengo a requisarte al marciano! - Quedé petrificada... En el rellano, los vecinos murmuraban - Con el buen ganado que tenemos por aquí, la boba de Coria va y se busca el novio en la estratosfera. Con razón dice su abuela ¡Que cruz tengo contigo!


lunes, 26 de marzo de 2018

De procesiones.

El señor Li ha vuelto. Quiere comprarme lo que quiera que sea eso que vio en casa saltando como una pelota supersónica. Le he dicho que le sienta mal el licor de arroz de su tienda y se ha puesto como un basilisco.

- No tengo nada que venderle ¿Cómo quiere que se lo diga? ¿En chino mandarín? - De repente la cara se le iluminó. - ¿Dónde estal gambas goldas que tu complal a mi? - En el acuario... - No estal todas. - Se han muerto algunas, si. - ¿Pol qué? - No sé. No soy veterinario. - ¿Tú comel? - ¡¡¡¿Esoooooo?!!! ¡Puag! ¡No! - Yo milal en acualio. - ¡Quieto parao! No puede pasar porque he fregado el suelo y todavía está mojado.

- ¡Tu decil mentilas! - ¡Váyase a paseo! - Este hombre me pone de los nervios. Menos mal que llamó la abuela. - "Nena ¿te vienes de procesiones ésta tarde?" - ¿No hay un opción mejor? - "No. Es Semana Santa  y punto" - No hay quién te entienda. Tan atea y no te pierdes una procesión. - "Que tendrá que ver la gimnasia con la magnesia. Pónte el vestido negro, la mantilla y la peineta que paso a buscarte en media hora"

Como buen inglés, Geoooorge llegó puntual y como buen inglés amante de las tradiciones, aparcó de lado, en la parada del bus. Cosa que fue amenizada por la banda de pitos de los coches atrapados.

Y como buena española, le hice esperar un buen rato porque no había acabado de acicalarme. Mientras, la abuela le ponía a Pascualita un vestido negro que le quedaba fatal a la pobre gracias a su color natural, ahogado-mediterráneo. - "No sé dónde clavarle la peineta a la sirena" - Mejor no le claves nada que, como se enfade, nos pondrá como a un Cristo.

Volvimos tarde a casa. Y reventadas. Con los zapatos en la mano y las medias con carreras. Y el termo de los chinos, vacío. Pascualita había desaparecido. La última vez que la vi estaba asomada a su termo, con los ojos brillantes de emoción. La música la atraía pero los grandes confites que daban los nazarenos la llevaban por la calle de la Amargura.

Los penitentes pasaban junto a nosotras y regalaban confites a nuestro alrededor y no nos llegaba ninguno. Harta de esperar el regalito, la sirena empezó a lanzar dentelladas a diestro y siniestro y puso en ello tanta pasión que acabó rodando por el suelo hasta caerse de la acera y quedar debajo del hábito del nazareno más cercano. Me lancé a por ella pero una fila de sillas me impidió el paso y tuve que dar un pequeño rodeo. Mientras, la procesión seguía, lentamente, su camino.

Durante un buen rato me dediqué a levantarle las faldas a todos los que estaban cerca hasta que Bedulio, muy elegante en su uniforme de gala, me lo prohibió. - ¡¿No te de vergüenza?! - Estoy buscando una cosa... - Te pondré una multa como sigas así. - No me quedó más remedio que aguantarme a pesar de saber que no vería más a Pascualita.

Con el alma en vilo emprendimos el viaje de vuelta con más pena que gloria. Me dejé caer en el sillón de la salita y lancé los zapatos al aire. Cogí el chinchón para ahogar mis penas y entonces ocurrió una especie de milagro. Pascualita apareció al olor del licor. Se había enganchado con los dientes a los bajos de mi vestido sin que, debido a mi aturdimiento (la abuela dice a mi tontería supina) me enterara. Y, por supuesto, ¡brindamos!

domingo, 25 de marzo de 2018

Un chino en casa.

El señor Li no ha hecho caso del cambio de hora y se ha presentado a las siete de la mañana en casa ¡A las siete que ayer eran las seis! Cuando he abierto la puerta lo he puesto de vuelta y media - ¿Se ha creído que esto es un local de 24 horas? Aquí se duerme, señor mío ¡cuando me dejan los pelmas como usted! - Se ha mostrado conciliador. - Tu dolmil y yo milal gambas goldas que decil Cotilla tu tenel en acuario de algas. - ¡¿La Cotilla se ha ido de la lengua?! ¡La matooooooo! - Oh, no matal. Ella contal cosas a mi. Hale, hale, a dolmil. Yo cogel silla y vel gambas goldas.

¡ ¿Cómo voy a dormir con usted aquí?! ¡Ni hablar. Mi casa es mi castillo y yo, como castellana, lo mando a freir monas! - El chino abrió todo lo que pudo sus ojos oblícuos y exclamó - ¿Monas fleilse?... ¿Con ajo?

Sonó de nuevo el timbre de la puerta. Era Bedulio. - Los vecinos te han puesto una denuncia porque dicen que sales a jaleo por noche y no pueden dormir. - Son unos exagerados. Yo duerno a pierna suelta así que ya me dirás de qué jaleo hablamos.

Pasamos al comedor. Allí estaba el señor Li vigilando los movimientos de aquellos bichos que salieron de su tienda. Los dos hombres se saludaron y se hicieron compañía uno al otro.De repente, Pascualita, harta de no ser el centro de atención como le gustaría, salió disparada hacia el techo con el que estuvo a punto de chocar. Después hizo una rápida exhibición de tirabuzones y saltos mortales a cual más espectacular. Si en esos momentos alguien le preguntara al señor Li o a Bedulio ¿qué era esa cosa que zumbaba en el aire y se movía a la velocidad del rayo? no sabrían qué decir. Estaban boquiabiertos intentando comprender pero, nada. Que si quieres arroz, Catalina.

En un momento de descuido lancé el trapo del polvo sobre Pascualita y así fue como pude cogerla. Después todo fue como coser y cantar. Metí a la sirena en el bolsillo de mi bata y entré en la cocina a tomarme unos lingotazos de chinchón que compartí con ella, cosa que me agradeció arreándome un mordisco en un dedo. Desde entonces no puedo meterme ese dedo en la nariz. No cabe.

 


sábado, 24 de marzo de 2018

El comodín de Cataluña.

Sonó el teléfono. Era la abuela: - "Nena, te aviso que Andresito va para tu casa a pedirte asilo político-familiar" - ¡Otra vez! ¿Os habéis creído que mi casa es Bélgica? ¿Qué le has hecho? - "¡Nada! Lo que pasa es que se está volviendo viejo y tiene rarezas, discute por tonterías... Me sabe mal decirlo pero ¡chochea! y eso me pone de los nervios" - Pues no le contradigas...

- "Tu no sabes lo que es aguantar a un hombre cuando se pone así. Me ha preguntado cuánto he gastado en ropa ésta semana ¿te lo puedes creer?" - ¿Y qué le has dicho? - "Le he hablado de Cataluña" - ¿Qué tiene que ver una cosa con otra? - "Eso me ha dicho él. ¡Nada! le he contestado. Sigo la estrategia del Gobierno cuando no quieren contestar o esconder sus trapicheos: ¡hablan de Cataluña!" - Ahí tienes razón... - "Se ha puesto como un miura. Así que le he dado dos capotazos, un pase de pecho, he abierto la puerta de la calle y lo he mandado a los corrales" - O sea, a mi casa. - "Exactamente"

Llamaron al timbre. - Te dejo, abuela. Ha llegado tu miura. - Un compungido Andresito esperaba en el rellano de la escalera. - Hola, nena. Creo que me voy a divorciar de tu abuela... Me saca de mis casillas y encima, ahora se ríe de mi emulando al gobierno. - No te tomes las cosas a la tremenda, abuelito. Y sobretodo, no te divorcies o me quedaré sin la Torre del Paseo Marítimo...

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! Vengo reventada. Nunca pensé que la tercera edad me pillaría trabajando. - (¿Tercera? pensé) - El trabajo es salud, dignifica a la persona... (el abuelito estaba sembrao) -¡Pues tu debes estar podrido y con la dignidad por los suelos (la Cotilla sacó a la tigresa que lleva dentro) porque nunca te he visto dar un palo al agua!. - Fue tal la contundencia con que le respondió que mi pobre abuelito palideció, luego tartamudeando, dijo: - Pues en Cataluña ha salido la gente... - ¡¡¡ABUELITO, SE UN HOMBRE SIN TRAMPA NI CARTON!!!




viernes, 23 de marzo de 2018

Mi gozo en un pozo.

La Cotilla ha entrado en casa como un elefante en una cacharrería , a las horas brujas de la madrugada. - ¡Mi héroe ha salvado a su Jefe! ¡Nenaaaaaaaa! ¿me escuchas? ¿No estarás durmiendo? - Hasta hace un momento sí. Y los vecinos también. - ¡Mi gurú se ha portado como lo que es, un señor! - ¿Si le dejo que me cuente lo que ha hecho, se largará con viento fresco?

Creo que no obtuve respuesta pero me soltó el rollo de todas maneras. Me senté en la cama dando cabezadas. - ¿Me escuchas, boba de Coria? - Que síiiiiiii.... - ... y ha borrado a M. Rajoy de sus papeles... - ¿Eh?... zzzzzzzz ... - ... el pobre ha evitado así que a esa persona la confundan con su Jefe. - ¿Qué pobre? ... ¿Luis Bárcenas?... zzzzzzz - ¡¡¡NENAAAAAA!!! - Estoooo... ¿Es el pobre?... Quiero decir: ¿ahora es pobre?... - ¡Que cruz tengo contigo!

Antes de volver a dormirme, o sea, medio segundo después que la Cotilla se callase, me pareció escuchar porrazos en la puerta de la calle. A mediodía una vecina me ha confirmado éste detalle. - ¡Mira que hemos tocado y no te has dignado a abrir! ¡¡¡Nos tienes hartos!!! Pocas son las noches en las que no hay jaleo en tu puñetera casa ¡¿Cuándo te vas con tu abuela!?

Esta pregunta ha bailado todo el día en mi cabeza ¿A qué ha venido ésto? ¿Acaso la abuela les ha dicho a los vecinos que quiere tenerme en su casa? ¡Ostras! ¡Es fantástico! Seré servida por un mayordomo inglés, como una lady de esas que salen en las películas.

Como si hubiera hecho un conjuro, la abuela se presentó en casa y antes de que pudiera preguntarle algo, soltó: - "Menudo cabreo tiene tu abuelito desde el telediario. No ha querido las natillas que había de postre ¡Y mira que le gustan! Encima se ha enfadado conmigo porque no sabe pillar una broma" - ¿Qué has hecho? - "Preguntarle si todos sus títulos académicos pasan la ITV"

- ¿Por eso se ha enfadado? Que poca correa tiene. - "Eso le he dicho yo ¿Y sabes qué me ha contestado, de muy mala manera? ¡Que tengo muy mala leche!" - Tal vez le dolía el estómago y no estaba para bromas... No te preocupes porque, cuando venga a vivir con vosotros... - "¡Me alegra ver que estás de buen humor!" - ¡Como no voy a estarlo! ¿tendré una habitación que de a la Bahía de Palma? ¡Porfi, porfi, porfi, abuelita! - "¿Dónde tienes el chinchón?" - Le di la botella pensando que quería brindar por la buena nueva y lo que hizo me descolocó. Echó un buen chorreón en el agua del acuario, que Pascualita le agradeció haciendo la señal de OK con sus deditos palmeados, luego se tomó tres o cuatro copas seguidas y el resto ¡lo tiró por el fregadero! - "Cuando la bebida afecta hay que dejarla. ¡Y a ti te afecta mucho!" - Y se marchó dando un portazo.


jueves, 22 de marzo de 2018

La Cotilla fue joven...

Me estoy recuperando de un ataque de risa... jijijijiji. Me lo ha provocado la Cotilla... Parece que no, pero cuando está en racha es hasta graciosa jijijiijijiji....

Ha llegado de sus trapicheos nocturnos cuando aún no habían puesto las calles y me ha despertado el trajín que ha formado en la cocina preparándose un desayuno mañanero. Me he levantado a fuerza de voluntad y de la rabia que me da que me despierten cuando estoy en lo mejor del sueño. Arrastrando las zapatillas he conseguido llegar sin partirme la crisma ni las espinillas contra ningún mueble.

Sobre la mesa estaba Pepe (¿qué hacía allí?), un paquete de magdalenas y varias cajitas de donuts, más duros que la pata de Perico. - ¿Se puede saber qué está haciendo, Cotilla? - Un café. - ¿Y Pepe? - El no. - No ¿qué? - No sabe. - No sabe... ¿qué? - Hacer café. - Eso ya lo sé. - Entonces  ¿para qué preguntas, boba de Coria? - ¿Qué hace aquí? - Se ha bajado del estante y me hace compañía. - ¿Solo? - No, también estoy yo y ahora tú. - ¡Cotilla, ya vale! Pepe no tiene piernas, ni toma café. - Pero hace compañía. - Eso... sí.

Aclarado éste asunto hemos pasado a otro mientras he cogido un paquete de donuts, se ha roto el envase y se han puesto a  rodar por el suelo de la cocina como si fueran de Fórmula Uno. - ¡Mira, han arrancado solos! (gritó la Cotilla) - ¡Está como una cabra! - Sí y te contaré por qué. Si me hubieras visto en mis años mozos... - Cuéntemelo. Ahora ya estoy desvelada. - Yo era clavadita a Marilín Monroe... - Jajajajajajajajajaja ¿qué le ha echado a su café? - Era una chica espectacular... - jajajajajajajaja - Con unas curvas impresionantes... - jajajajajajajaja - Con un pelo rubio natural que era la admiración del vecindario - jajajajajajajajaja - Me eligieron miss de mi barrio con solo quince años... - ¡Déme el chinchón que yo también quiero contar milongas! jajajajaja

Y así siguió hasta que tuve que echarla de casa porque me dolía todo el cuerpo de tanto reír y temí que me diera algo. Ahora pienso que, con casi cien años que tiene, es normal que se le vaya un poco la cabeza...

Hace un rato que ha venido la abuela. Ha comprado pescado en el mercado y quiere que lo límpie yo - ¿Yooooooooooooooooo? ¡Que asco! ¡Límpialo tú o Geoooorge! - "Nosotros no podemos. Me han hecho la manicura hace un rato y ¿no querrás que mi mayordomo llene el rolls royce de peste a pescado?"

Pascualita ni nos mira. Está pastoreando a las gambas gordas. La abuela le ha tirado un pez y ella, de un coletazo, lo ha sacado del acuario - La Cotilla me ha contado una historia... - La abuela me asegura que todo es cierto. "Por eso tiene un trauma como un camello. Porque la preciosa era ella pero la que se llevaba a los chicos de calle era yo... Y  ya ves, tu no has salido a mi... ni a ella tampoco" - Ten abuelas para ésto.

miércoles, 21 de marzo de 2018

El alarido.

La Cotilla ha llegado a casa de madrugada, ha entrado en mi cuarto, ha levantado las veintisiete mantas que me cubrían y ha puesto su mano, huesuda y helada,sobre mi barriga. El resultado ha sido un alarido espeluznante resonando, a través de las paredes, en todo el barrio. Las luces de las ventanas vecinas se encendieron todas a la vez - ¡¿Qué... ha sido... ESO,... Paco?! - ¡¡¡El Hombre lobo!!! - ¡¿El de París?!

Las exclamaciones de miedo se sucedían. - Ya no se oye... Vamos a dormir. - ¡¿Estás loco?! Si nos dormimos nos devorará, Ataúlfo. - ¿Quién es ese Ataúlfo? - ¡Eso digo yo ¿quién es?! - ¡No te hagas la loca que lo has dicho muy clarito!

Las sirenas de la policía, bomberos y ambulancias pusieron música de fondo a los comentarios. - ¡Con tanto ruído no nos enteraremos de quién es Ataúlfo, jopé!

La puerta de casa fue aporreada por los vecinos que se arremolinaban en el rellano. - ¡¡¡ESTO NO PUEDE SEGUIR ASÍIIIIII!!! - ¡¡¡QUEREMOS DORMIIIIIIIIIR!!!

Yo también quería dormir pero el jaleo que montaban no me dejaba. Por eso me asomé al balcón y vi a Bedulio entre los municipales que se congregaron bajo mi casa, interrogando a los pocos noctámbulos que encontraron en la calle. Acerté a oír: - El grito ha sido desgarrador ¡Mire, mire, todavía tengo los pelos de punta! - ¡A ver si espabilan y lo atrapan esta misma noche! (se quejó el pobre que duerme entre cartones en mi portal. - ¿A quién? (preguntó Bedulio) - Al Hombre Lobo de París. - Será de Palma (y sonreía con autosuficiencia el Municipal) ¿O el grito era en francés? - Ahora que lo dice... ¡Claro que sí!

La cosa se iba alargando hasta que Bedulio, distraído, levantó la vista hasta mi balcón. Entonces le hice señas de que subiera. Le vi reticente pero, finalmente, claudicó. - Al entrar preguntó que qué había pasado - Porque esto debe ser cosa tuya... - Te equivocas. La culpa la tiene la Cotilla que  me ha tocado la barriga con... - ¡¡¡No me digas más!!! - Te estoy contando lo que pasó para que te hagas una idea. - Pero no entres en detalles, puñetas...

Acabamos bebiendo chinchón para combatir el frío. - Con estas temperaturas tan bajas, no tendríamos que trabajar... - ¡Apoyo la... ¡hip!... moción, Bedulio! - ¡Organizad... ¡hip! ... una manifestación... ¡hip!... que éste mes lo tendré dificil para llegar a fin de mes! -

Poco después fuimos cayendo en un sopor muy agradable... zzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz... ¡hip...


martes, 20 de marzo de 2018

¡Son cerdos!

Gracias a la manía del pastoreo de Pascualita no me ha quedado más remedio que ir a comprar más algas para rellenar el fondo del acuario. Esas gambas gordas comen como una lima nueva.

Lo he comentado con la abuela. - Mira lo que me han costado las algas ¡Me debes la mitad!  - "Yo no he comido ninguna" - No te hagas la tonta. ¿No querrás que pague yo los gastos de los caprichos de tu amiga? - "Vive en tu casa. Te hace compañía. Disfrutas de sus gracias..." - ¿Gracias?... ¿Qué gracias? - " (La abuela me razonó)Tienes tan poca sensibilidad que eres incapaz de ver que eres una privilegiada por tener en tu casa a la única sirena que existe en el mundo... Por cierto, tenemos que cruzarla enseguida porque se le pase el arroz como a ti, boba de Coria"

- Creo que ésta se dejó a su pareja en el Arca de Noe cuando salió de allí después del Diluvio Universal (repliqué) y desde entonces, ni tiene pareja, ni ha tenido ni se la espera" - "Como siempre, eres la alegría de la huerta. Porque tú seas una sosaina no tiene que serlo todo el mundo, Pascualita incluída... A ver si se chifla de una de éstas gambas que sea macho y celebraremos, por todo lo alto, la continuídad de la especie" - Mira que te gustan los cuentos chinos, abuela.

Hablábamos junto al acuario mientras la sirena dormía una de sus siestas, flotando entre dos aguas. Abrió los ojos y nos miró fijamente. - "Mira si es lista que sabe que hablamos de ella" (la abuela estaba orgullosa.) - No puede saberlo. Es un pez. - "Te equivocas en redondo. Es una chica, boba de Coria." - ¡No es ni chicha ni limoná!

Pascualita volvió a su tarea de éstos días: apacentar el "rebaño" de gambas gordas que entró en el bosque de algas y en cinco minutos acabaron con él.

Estábamos asombradas. - ¿Podemos considerar a estas gambas como vacas en el fondo del mar? - Seguimos mirando y, de repente, una de las gambas más gordas desapareció como por arte de magia. - Pero... pero... ¿qué ha pasado? - "Ha sido un visto y no visto" - Un rato después desapareció otra gamba.

La abuela sacó su móvil he hizo un montón de fotos. En esas estaba cuando desapareció una nueva gamba. Luego nos sentamos a la mesa de la cocina y estuvimos mirando detenidamente las fotografías... Las repasamos varias veces por si se nos había pasado algún detalle por alto... ¡Y lo encontramos! ¡Vimos a Pascualita desencajando su diminuta mandíbula, absorber y tragarse una de las gambas más gordas, en un santiamén.

Se nos pusieron los vellos de punta. La sirena cebaba a las gambas gordas ¡para comerlas! ¡¡¡Estábamos criando un monstruo sin saberlo!!!

Tuvimos que beber unos cuantos tragos de chinchón antes de poder asimilarlo. Horas después comprendimos que habíamos errado al considerar a las gambas gordas como vacas porque comían vegetales. Pero no era así: ¡Eran cerdos vegetarianos! Entonces llegó la decepción: ¡ya no habría pequeñas sirenitas y sirenitos ni continuidad de la especie que valga!

lunes, 19 de marzo de 2018

Las gambas gordas del señor Li.

Han aparecido bichos raros en el acuario de Pascualita. Creí que era una invasión de marcianos o venusianos salidos de algún cascarón caído del espacio tras unas de las muchas tormentas de éste invierno. Aunque después, viéndolos con detenimiento, he caído en la cuenta de que se trata de las gambas gordas del señor Li.

Así que la sirena no se las había comido. Tal vez se trate de una raza inferior a la suya que no han evolucionado tanto como la sirena que está entre humana y pez. O al revés. Quizás es Pascualita quién se ha quedado atrasada en su evolución de animal mixto a pez completo.

Al final de mi académico razonamiento he tenido que tomarme tres copitas de chinchón contra el dolor de cabeza que siempre me produce el pensar. Ya lo dice la abuela: nena, no pienses que no es lo tuyo.

Como lo que dan por la tele no vale un duro, me he entretenido mirando el acuario y las evoluciones de los nuevos huéspedes. - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaa! Pero bueno. Las campanas de la Catedral no paran de tocar en toda la mañana y ahora veo por qué ¡Habéis llenado el acuario de peces... o de lo que sean esos bichos! ¡Aleluyaaaaaaaaaaaaaaa! - Viene muy graciosa, Cotilla jejejejejeje - Porque he hecho balance de mis ganancias en la huelga del otro día y no me fue nada mal. - ¡Pero que poca vergüenza tiene! ¡Robarle a los pensionistas! ¡Ya no se puede caer más bajo! - Otros me han ganado así que  no te pongas estupenda. Además, siempre será mejor que les quite yo una minucia a que lo hagan los de siempre a manos llenas. - Puede que tenga razón, Cotilla, aunque no me acaba de convencer...

Me llevé a la Cotilla a la cocina para evitar que viera a Pascualita que, me pareció, que pastoreaba a las gambas del señor Li. Las agrupaba y las acercaba a las algas donde se ponían a comer... Claro que también podían ser visiones proporcionadas por el chinchón. Tendré que observarlo con la cabeza despejada...

- He venido para hablarte de mi piso (me soltó la vecina)Ya lo he alquilado. - A gente seria, supongo. - Supongo porque no he visto reir a nadie... Son extrajeros, de un sitio rarísimo que ni sé dónde está. Se les llama hooligans o sea que el país será... ¿Hooligunlandia?... Una cosa así. - ¡Cotilla. No puede meter salvajes en ésta finca! - Noooooo, salvajes, no son... Son blancos. - ¡La madre que la parió! ¡¡¡Y DEJE EL CHINCHON DE UNA VEZ!!!

domingo, 18 de marzo de 2018

¿Otra subida de pensiones?

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa! Tengo que hablar con Andresito sin falta. - Pues aquí no está, Cotilla. - Pues llámale y dile que venga, que es muy urgente. - ¿Qué se trae entre manos? - Tengo que pedirle un favor y cómo él es de la cuerda de los que gobiernan, podrá ayudarme. - Dígaselo a la abuela... - ¡Ni hablar! No quiero saber nada de ella después del tortazo que me dió. - Allá usted pero yo no quiero meterme en camisas de once varas.

Fuimos a la cocina y allí sacó de su bolsa, que me recuerda a la de Mary Poppins en la que llevaba hasta una lámpara de pie, unos paquetes de magdalenas del contendor del súper. - Están sedientas (le dije después de echarles una rápida ojeada) - Hace varios días que las guardo... El primer café con leche se lo tomarán ellas pero el segundo ya podremos beberlo nosotras.

Así fue. Las magdalenas que estaban resecas, como si hubiesen cruzado el desierto del Sahára con la cantimplora vacía, absorvieron el líquido en cuanto lo tocaron. ¡Fue espectacular! Ya saciadas, serví una nueva tanda de cafés con leche y pudimos desayunar.

Finalmente, la Cotilla se decidió a contarme lo que le preocupaba.  - Ha dicho el Pinocho Mayor del Reino que subirá las pensiones... siempre que se pueda. - ¿Lo ha dicho a raíz de la manifestación del sábado? - ¡Claro! A mi lo que me preocupa es la coletilla "siempre que se pueda" Por eso quiero pedirle a Andresito que, en cuanto sepa que van a pagar me ponga a mi la primera de la lista de Balears ¡Necesito el dinero! - ¡Y yo! - No es lo mismo. - ¡Oiga que yo también como!

La Cotilla quería acondicionar su piso, el 4º, para alquilarlo a turistas éste verano. - ¿Ya tiene los permisos y cumple los requisitos que se necesitan? - Los necesitaría si fuera como tu pero, como no voy a decir nada a nadie... ¿quién se va a enterar?

- Si nos pagan lo harán a todos a la vez. - ¿Y si tienen que rescatar más autopistas o más bancos? ¡Me quedaría sin dinero.- ¿Le pagarán bien los turistas? - ¡Y por adelantado! - Pues mejor no le diga nada a Andresito... Querría asociarse con usted. - Bueno... no estaría tan mal. - Mejor asóciese conmigo. - ¡Menudo negocio haríamos! - ¡Tengo hasta el nombre! Inmobiliaria NA Y MENOS... ¿qué le parece, Cotilla?

Estaba tan feliz por mi acierto que fui en busca del chinchón. A la vuelta eché un buen chorreón en el acuario y Pascualita hizo el triple salto mortal con tirabuzón hacia atrás.

sábado, 17 de marzo de 2018

A destajo.

Ha salido el sol. Buen día para ir a la manifestación... sola. Así que cuando me ha llamado la abuela para decirme que pasaría a buscarme le he dicho que, probablemente, no iría. - "¿Por qué?" - Estoy rara... - "¡Eso va a ser la menopausia! Te lo dije: ¡espabila o me quedo sin bisnieto! ¡¡¡YA SE TE HA PASADO EL ARROZ, BOBA DE CORIA!!!"

- Que no es eso. Será cosa de la Primavera... - "Ahora mismo paso a recogerte. Te vienes a la manifestación, y allí tendrás para elegir padres para el bisnieto. ¡Y no me vengas con cuentos de si este no me gusta, éste tampoco! Este mes tiene que estar todo arreglado ¡¿ME HAS ENTENDIDO?!"

Ha sido tan clara y contundente que, a pesar de que hablábamos por teléfono, me he cuadrado y he echo el saludo militar. ¡Menudo genio tiene la señora!... Y el caso es que, ahora mismo, no estoy por la labor de ponerme a fabricar al bisnieto... Que perezaaaaaaaaaaaaaaa...

En la Plaza de España hemos encontrado a la Cotilla. - "¿Hace mucho que has llegado?" -  El tiempo de hacer tres carteras. - Esta mujer no tiene vergüenza (exclamé alarmada) - La plaza estaba llena de abuelos y abuelas bastante irritados contra los políticos y sus mentiras pero no se respiraba tensión. Alguien cogió un micrófono para anunciar que la manifestación no arrancaría hasta que no se fuesen los políticos que se habían acercado para hacerse la foto y colgarse la medalla.

La Cotilla, que iba y venía de un lado al otro, nos contó: - No sé si se habrá ido algún político pero he visto unos cuantos camuflados entre la gente. - No creo que se hayan quedado... (dije con suficiencia) - Pues le acabo de "limpiar" la cartera a uno. - ¡Abuela, esta mujer hará que nos metan en prisión. ¡Creerán que somos sus compinches!

Poco a poco, íbamos llegando hasta la Delegación del Gobierno. Llevábamos un paso lento y eso me permitió pararme a comprar un vestido monísimo que vi en un escaparate. La abuela me lo recriminó. - "No hemos venido a eso" - Así mato dos pájaros de un tiro. - "¡Que cruz tengo contigo!"

De repente, la abuela gritó y se escuchó, sobre el batir de tambores de la batucada, los cantos de las consignas políticas, el murmullo de las conversaciones de la gente, los pitidos de los silbatos..., el ¡¡¡PLAF!!! de un tortazo dado con la mano abierta en la cara de la Cotilla.

La manifestación se paró. Hubo un momento de desconcierto. - ¿Quién ha sido?... ¿Los antidisturbios? (gritó alguien) - ¡Que vaaaaaa! ... Tuve que salirme de la manifestación y entrar en una bocacalle cercana al Borne para reir a gusto.

La Cotilla, llevada por su afán recaudador, trabajaba a destajo sin mirar a quién estaba desvalijando y tuvo la mala suerte de intentar abrir ¡el bolso de la abuela! Y ésta no se anduvo con rodeos.

Ahora la Cotilla tiene una mejilla tan hinchada como si le hubiera mordido Pascualita y el amor propio por los suelos.

viernes, 16 de marzo de 2018

La Primavera se acerca...

- Cuando ya pensaba que la Primavera venía a toda pastilla, con su polen, sus abejitas, avispas, procesionaria, Procesiones, florecillas de campo y de jardín, nazarenos multicolores, saetas, escapadas de largo fin de semana, etc. etc. etc... O sea, lo que toca. Resulta que la semana que viene ¡nevará!

- ¿Cómo que nevará? ¿Es que nadie ha escuchado que ya es Primavera en el Corte Inglés? La biblia-oráculo del Tiempo por excelencia ha hablado y nadie le hace caso. ¡Yo sí, yo sí! Pero, qué si quiéres arroz, Catalina.

- Reconozco, ahora que nadie me oye, que tengo pocas neuronas y la mayoría duermen la siesta casi todo el día. Por eso no está bien que me descoloquen jugando a la Yenca con el puñetero tiempo. Y para rizar el rizo, ya se anuncia ¡el cambio de hora! Pero, por favor, los que movéis éstos hilos, ¡tened las manos quietas de una vez!

- Entre soponcio y soponcio he decidido que no voy a escuchar a nadie y si tengo que salir a la calle vestidita de Primavera, lo haré, aunque me cueste una pulmonía. ¡Los demandaré a todos!

- "¿Quiénes son todos, nena?" - Todos son MUCHOS. ¿Crees que entre ellos no encontraré a los culpables de éstos desaguisados? - "Seguro que si" - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaa! -
"¡Bienvenida, Cotilla!" - ¿Te alegras de verme...? - "¡No lo sabes tú bien! Bueno, me voy que todavía debo arreglarme para ir a El Funeral ésta noche. Tenemos que colgar la foto de Bonifacio Cortacéspedes en la Pared de los Finados y celebrarlo después" - Pero si faltan un montón de horas (se quejó la Cotilla)

No le sirvió de nada porque la abuela tomó las de Villadiego a paso de carga, escaleras abajo. Geooorge ya la esperaba con la puerta del rolls royce abierta y salieron de estampía dejando trás de si bocinazos, frenazos, indignación y tacos de los más altos calibres.

Yo seguía con mi perorata mientras la Abstenia Primaveral continuába jugando conmigo a volverme majareta. Entonces la Cotilla me pasó una copa llena de chinchón. - ¡Brindemos por los que van a ir a la cárcel por chorizos! A continuación brindamos por los que, siendo chorizos, no entrarán. Después por los estómagos agradecidos que no dudan en fastidiar al prójimo con su voto... Y así hasta que dejé este mundo... o casi.

Cuando volví en sí, muchas horas después, estaba la casa a oscuras, tenía la lengua como una lija y creí firmemente, ser vendedora del cupón de la Once. Tanteé a mi alrededor y toqué un cuerpo frío y húmedo en mi regazo. El miedo me paralizó y pensé que iba en silla de ruedas. Busqué las ruedas para hacer carreras por el pasillo. Pero solo había pasillo... Volví a tocar... - ¿Pascualita? - El mordisco me volvió a la realidad y recordé que me sabía todos los insultos del mundo ¡y lo demostré! Hasta que los vecinos, aporreando la puerta, gritaban: - ¡¡¡Esa boca, niñaaaaaaaaaaaaaaa!!!

jueves, 15 de marzo de 2018

Reflexionando.

Me duele la cabeza de la cantidad de críticas negativas que he recibido por dormirme en un banco de la calle, con una botella de chinchón en la mano y beoda perdida. ¿Qué querían que hiciera? La pandilla de familiares, amigos y conocidos, habían tomado las de Villadiego y como no me dieron un plano de por dónde pensaban ir, no pude encontrarlos.

Creo que sentarme en ese banco fue un gran acierto. Así estaré descansada el sábado cuando salga en manifestación. Tengo los pies desinchados, la cabeza embotada pero no creo que sea del chinchón sino de la murga que me dieron, desde que me encontraron hasta hoy.

Todo tiene sus pros y sus contras. En éste caso el pro vino en forma de asistenta social que pasaba por allí y me puso una dirección en la mano que tenía desocupada: la de un comedor social que no conocía. Este mediodía he ido y me he puesto de lentejas con verdura hasta las cejas. Estaban muy ricas.

Cuando la Cotilla se ha enterado de ésto me ha llamado "aprovechada" ¡Ja! mira quién fue a hablar.

Mientras estaba tumbada en el banco vino un señor de mediana edad y se sentó a mi lado. Luego dijo que era ¡mi primer abuelito! Yo alucinaba por un tubo pero me dio tantos detalles que no tuve mas remedio que creerlo. - Eres guapo (le dije) - Decían que nos parecemos (y me miró con detenimiento) Aunque... no sé... ¿Tú que piensas? - Bueno... si te quitaras la barba, te recortaras las cejas, te arreglaras la boca... ¡Mira. Ese lunar junto a la nariz es idéntico al mío! Pues sí, nos parecemos mucho.

Le pregunté si era cierto que la abuela y la Cotilla cooperaron para matarlo. - A tu abuela le hacía gracia y le seguí la corriente. Nunca he podido negarle nada a esa mujer. - Podrías haber muerto, abuelito. - Casi lo lograron y nunca la he visto más felíz. - ¿No eres vengativo? - Con tu abuela no. - ¿Con la Cotilla? - Ese es otro cantar.

De repente me vi rodeada por los míos y el abuelito preguntó. - ¿Qué es eso que guarda la abuela en ese termo? - ¡Puedes verlo! - ¡Claro! soy un fantasma, querida nieta. - Es Pascualita. Una sirena. - Conocí unas cuantas... te aseguro que cuando se quitan las escamas, todas son iguales. - ¡Abuelitoooo!

Vi el rostro de Bedulio frente a mi. - Abuelito, este hombre tiene un miedo enfermizo a los fantasmas. -  Pues lo haré disfrutar jajajajajajajajaja - Se acercó a la oreja del Municipal y sopló. - ¡Menudo vendaval! (dijo) - ¿Dónde? (preguntó Blas el parado) No se mueve una hoja. - Un nuevo soplido puso en alerta a Bedulio porque ésta vez fue en la otra oreja. Y yo murmuré con voz tétrica... - El... abue... litoooo.

Esta mañana los Jefes han impuesto a Bedulio la Cruz Mediana a la carrera más rápida del Cuerpo Municipal. Batió todos los records habidos y por haber corriendo que se las pelaba. Pero lo hacía sin rumbo fijo y dio más vueltas que un molino. Esa fue la razón de que no le otorgaran la GRAN CRUZ...Fue una pena. - ¡¿Alguien quiere más chinchón?!


miércoles, 14 de marzo de 2018

Preparándonos para la manifestación de las Pensiones.

La abuela ha venido a buscarme para ir a correr juntas. Le he tocado la frente y no tenía fiebre. - "¿Qué haces, boba de Coria?" - ¿Has dicho que vamos a correr? - "El sábado es la manifestación a favor de unas Pensiones dignas y quiero estar en forma para aguantar en la calle el tiempo que haga falta" - ¿Y por qué tengo que ir yo? - "Porque tienes el porvenir muy negro" - ¿Yooooooo?  pero si soy la heredera de vuestro patrimonio jejejejejeje - "O vienes conmigo a correr o cambio el testamento" - Vale...

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaa! ¿Ya estáis listas? - ¿La Cotilla también viene? - Naturalmente. Y Blas el parado. - ¿Alguién más? (dije, molesta) - Bedulio. - ¡¿También?! - Claro. - Vamos a parecer la Corte de los Milagros... ¿Y Andresito? - NO. Se queda cuidando de su madre, la Momia. Además, es un potentado...  - ¡Vaya excusa! ¿Y los cubanitos culito-respingones? - También van a ir a la manifestación.

Antes de salir, la abuela se colgó del cuello el termo de los chinos donde Pascualita, escondida de miradas ajenas, debía ver todo cuanto ocurriera para saber qué hacer cuando volviera a su hábitat, en el hipotético caso de que los peces le montaran una huelga por las Pensiones marinas.

En la calle nos esperaban los cubanitos, Blas el parado, Bedulio y Geoooorge. Nos agrupamos en medio de la calle y empezamos a correr. Dos minutos después éramos lo más parecido a una procesión de Semana Santa, seguidos de una cola de coches pitando porque no les dejábamos pasar. Y en lugar de cantar saetas nos decían de todo.

A pesar del jaleo que arrastrábamos pude oír a la Cotilla y a Blas el parado, haciendo proyectos para el sábado. - ... pues ésta vez trabajaré las carteras. - Haces bien en decírmelo (dijo él) así yo iré por delante vendiendo croquetas y aún tendrán dinero para pagarme... - Quise protestarles pero estaba sin resuello... Poco a poco, todos me dejaron atrás...

En cuanto encontré una parada de autobús, me senté a coger aliento y aproveché para estrenar una de las dos botellas de chinchón que llevaba en la mochila... Me habían dicho que metiera agua pero pensé que el chinchón nos daría más energía. Después seguí corriendo con la ilusión de alcanzarles, sin embargo hacía ya rato que habían desaparecido de mi campo de visión...

Mucho después, a la vuelta, me recogieron de un banco en el que me había acostado a dormir la mona... aunque no recuerdo nada.
                                                                             

martes, 13 de marzo de 2018

Salen a flote.

Con el guante de acero puesto por si me atacaba algún bicho extraño, metí la mano hasta el fondo del acuario en busca de las gambas gordas o lo que quedase de ellas. Pascualita salió del barco hundido con cara de sueño y se acercó nadando para ver que demonios hacía en sus dominios.

La abuela llegó en ese momento. - "¿Tienes que darle la tabarra todo el tiempo a la pobre Pascualita?" - Solo estoy colocando bien las plantas. Si no lo hago yo quién lo hará. - De pronto, me pareció que algo se movía bajo la arena el fondo y asustada, saqué rápidamente la mano del agua. - ¡Ahí abajo hay algo! - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaa! Estáis poniendo el suelo perdido de agua ¿Qué demonios hacéis? - "A mi nieta le ha dado por sacar el agua del acuario y hasta que no termine no parará" - ¡Que cruz tienes con con ella! -  "No lo sabes tú bien"

- ¿No has comprado un pez? - Dije que pondría un pez en recuerdo de Gabriel...  ¿Eso... (lo señalaba con el dedo? es un pez? - ¡No ve que sí! - Pues fírmalo como Picasso y nos forramos... - La Cotilla dio un respingo - Me ha parecido... que se movía algo ahí abajo. - ¡La ballena de Pinocho! jajajajajaja

 La Cotilla se enfadó. No le gustan las bromas a cuenta de ella. - Ande, meta la mano. Si tienen que comerse algunas cosas, mejor que sean las suyas. ¡Venga, Cotilla, que no tenemos todo el día! - Y mientras la vecina me ponía de hoja de perejil, fui a abrir la puerta a quién estaba tocando el timbre: Bedulio.

- ¿Está tu abuela? - ¿Has pedido audiencia? - No lo necesito. Soy la autoridad. - Pasa al comedor y ayúdame a buscar al amigo del abuelito. - ¿Qué amigo? ¿Qué abuelito?

Le cogí de la mano y entramos en el comedor. Pascualita se había escondido en cuanto nos visitó la Cotilla. - ¡Anda Bedulio, mete la mano bajo la arena que está bajo el agua!
 - ¡Me voy! - Y ese fue el momento que eligió para salir a flote, el bicho más raro que jamás se había visto. El pobre Bedulio se quedó sin habla pero no sin piernas que lo llevaron en volandas hasta la puerta de la calle y de allí hasta el coche de los municipales. - ¡Nunca más! ¡NUNCA MAS! (gritaba)

lunes, 12 de marzo de 2018

Un pescaíto.

Cabizbajos y pensativos, así estamos mientras desayunamos en familia. No hablamos porque no hay nada que decir. El horror nos ha dejado mudos. Ni siquiera la Cotilla, al entrar en casa, ha lanzado su saludo escandaloso al aire.

Pascualita nos mira, camuflada entre la fruta del frutero de la cocina. Parece asombrada ante el silencio. Debe ser la primera vez que ocurre esto desde que vive conmigo. Siempre hay gritos, discusiones y hoy... solo estupefacción, dolor, pena, rabia. No creo que, si la sirena supiera lo que ha pasado, pudiera comprenderlo. Los animales matan por un motivo justo...

Para defender su territorio, por ejemplo ¿Es eso lo que ha hecho la mujer que ha matado a un pequeño "pescaíto"? ¿Defender su territorio? es decir, ¿el amor de su compañero y no tener que compartirlo con el hijo de él? ... Y luego esa frialdad. Aguantando el tipo tantos días... - "¿No comes, nena?" - No me pasa, abuela...

La sirena busca su taza de cola cao. No está porque la Cotilla desayuna con nosotras. - Esta noche no he trapicheado... - "¿Y eso?" - No tenía cuerpo para discutir... Estoy pensando que podríamos hacerle un homenaje al niño. Metamos un pececillo en ese acuario lleno de algas que tenéis en el comedor. Le llamaremos Gabriel y así el acuario servirá para algo.

- No me parece una buena idea (dije) - ¿Por qué? - Porque es un sitio para plantas acuáticas solamente. - ¡Eso son tonterías! - "La nena tiene razón. Sabes que no me gusta dársela pero, si la tiene, la tiene."

El pobre pescadito no iba durar nada allí dentro y no estoy dispuesta a ver como Pascualita se lo come. Además, no sé que ha sido de las gambas gordas del señor Li. Se escondieron y no he vuelto a verlas, ni siquiera sus restos, ni una escama. Claro que las gambas no tienen escamas... Si mañana tengo mejor cuerpo, buscaré a esos bichos.

Para contentar a la Cotilla y que nos deje en paz con sus ideas locas, le he dicho: - Vale, vale, meteré un pescadito. - ¿De qué clase? - De los que nadan bajo el agua ¡Anda qué...! - Esta nieta tuya cada vez tiene peor carácter. Se nota que está envejeciendo... - ¡¡¡Cotilla!!!

Dibujé un pez como buenamente pude. Lo miré detenidamente... sí, podía pasar por pez. Lo pinté como a Nemo y lo pegué con celo en el cristal del acuario. La abuela se acercó con Pascualita en las manos. - "¿Qué es eso?" - Un pescaíto llamado Gabriel.

domingo, 11 de marzo de 2018

Chaqueta de Alta Costura.

La abuela se ha vestido de tiros largos (es un decir porque llevaba una mini-falda-faja más corta que nunca). Subida en sus tacones de vértigo caminaba como si fuera una modelo de pasarela, de las que no se caen. Y estrenaba una chaqueta que le daba un aire de papagayo porque era de plumas de colores fuertes y mangas anchas. - ¡Ostras! ¿Se la has comprado al señor Li? - "Se lo había encargado a la casa Christian Dior hace unas semanas y me lo han entregado hoy. Un día fantástico para estrenarla ¿no te parece, nena?" - Pues... - "¿Tengo que darte pistas?" - Es que no sé qué día es hoy? - "Domingo, boba de Coria. Domingo" - ¿Un domingo pelado y mondado? - "Sí... " - Vale, pues no sé de qué va la cosa, abuela.

- "Hace viento. Mucho viento... " - Sí... - "¿Y qué usan los pájaros para volar? - ¿Los pájaros? pues... ¿las alas? - "Bien. ¿Y qué tienen las alas?" - ¿Tengo que adivinarlo todo? - "Ya te queda poco... ¡Plumas! Y mi chaqueta maravillosa, también. Por eso la encargué ¡para volar!" - Así que te vas de viaje... - "No te enteras de nada ¡Voy a volar ahora mismo" - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! - ¡Cotilla, ayúdeme! La abuela quiere tirarse por el balcón. - Déjala, asi me casaré con su viudo y tendré la Torre del Paseo Marítimo.

Enfundada en su chaqueta de papagallo, sacó una silla al balcón y subiéndose en ella, se tiró al vacío incorporándose a una fuerte ráfaga de viento que la elevó por los aires mientras ella movía los brazos y luego planeaba sobre la calle mientras Geooorge, desde abajo la miraba boquiabierto.

Oí gritar a una vecina - ¡Argemiro, sal, corre! ¡Mira, mira. Un loro gigante! Si se para en nuestro balcón lo coges ¡Ay, que ilusión me hace! - Pues que no te haga porque este bicho debe comer cañamones por un tubo... ¿Seguro que no es un águila? - ¿No ves que colores tan bonitos tiene?

De repente, la ráfaga de aire cesó y la abuela cayó en picado sobre el árbol de la calle, que amortiguó el golpe con las ramas. -  ¡Abuela! ¿Te has echo daño? - Si se hizo no se quejó. Estaba entusiasmada con la corta pero intensa experiencia que acababa de vivir. - ¿No te has matado? Que aguafiestas eres. (se quejó la Cotilla que ya se veía rica)

Una vez en casa la abuela se colgó el termo de los chinos, metió a Pascualita dentro y repitió la operación cuando el viento volvió a coger potencia. De nada valieron mis quejas para que dejara en paz a la sirena. - "Imagínate la de cosas que tendrá para contar cuando vuelva a su hábitat, boba de Coria"

Esta vez el viento sopló con más violencia y allá que fueron abuela y sirena, volando sobre las azoteas de las fincas vecinas. Cuando las perdí de vista iban en dirección a la tienda del señor Li.

Para matar la desazón que me embargaba, abrí una botella de chinchón y brindamos varias veces porque no les pasara nada malo - Y si le pasa, que le pase. La riqueza... ¡hip!... ha de compartirse. Hasta ahora... ¡hip!... la ha disfrutado ella, ahora... ¡hip!... la disfrutaré... yo... ¡hip!...

sábado, 10 de marzo de 2018

Envidia cochina.

Los abuelitos ha venido a casa cargados de ensaimadas. Me ha extrañado que trajeran tantas cuando solo éramos cuatro, con Geoooorge, a desayunar. - "No te olvides de la Cotilla" - Pues seremos cinco pero habéis traído para un regimiento. - "Las que sobren serán para la Cotilla. En desagravio por no dejarla "trabajar" el día de la huelga... Que las venda y se saque unos euros que añadir a la subida de su Pensión"

Sentí como la serpiente de la envidia mordía mi corazón. - ¿Y por qué no puedo venderlas yo? A mi no me han subido nada... - "Porque no eres pensionista." - Pero cobro una pixerada. - "¡A tí lo que te pasa es que estás celosa! ¡Eres una envidiosa al cubo!" - Pero soy tu nieta y ella no es nadie. - "¡Alto ahí! Es mi amiga de la infancia y eso es un grado" - Bueno, bueno... no os peleéis (intentó poner paz el abuelito)

Pero yo no estaba por la labor y decidí atacarle. - ¿Has hecho huelga a la japonesa? (le pregunté) - Me miró asombrado - ¿Yooooooo? pero si no trabajo, nena. Estoy jubilado hace muchos años. - "Tampoco hace tantos" - Mejor me lo pones, abuelito. Te habrán subido la Pensión... ¿No? - Pues... no sé... - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaa! Hummm que bien huele a ensaimada!

Después de desayunar me encontré de mejor humor aunque con la tripa a punto de explotar porque, para que la Cotilla no se llevara tantas ensaimada para sus trapicheos, me comí seis.

Desde el comedor nos llegaron los chapoteos de Pascualita en el acuario. Estaba rabiosa porque ella también olía las ensaimadas pero no podía catarlas. Guardé dos en la despensa para ella.

Nos sentamos a charlar en la salita y aproveché para dejar a la sirena en el frutero, sobre una taza llena de cola cao. Alto seguido empezaron los ¡chofs! debidos a los saltos mortales que daba.

Saqué el chinchón y repartí varias veces para que Andresito y la Cotilla se fueran despistando del ruído... Poco a poco se fueron quedando dormidos. Y entonces tarareé una canción de éstos días: ¡A la huelga 10!, ¡A la huelga 100!, ¡A la huelga madre, ven tu también!... ¡A la huelga 100!, ¡A la huelga 1000! ¡Yo por ellas madre, y ellas por mi!...

La abuela abrió los ojos. - Huy, lo siento... (dije, pensando que me tiraría un jarrón a la cabeza) - "Sigue, nena" - Trabajamos en precario, sin contrato y Sanidad. El trabajo de la casa, no se reparte jamás... ¡A la huelga 10!, ¡A la huelga 100! ¡A la huelga madre ven tu también...!

viernes, 9 de marzo de 2018

No hay mal que por bien no venga.

Aún me dura la emoción que sentí ayer y creía que nos pasaba a todas lo mismo pero no. La Cotilla ha regresado de madrugada con un humor de perros, dando portazos, gritando y despertando al vecindario. A mi no, porque duermo como un tronco, pero me lo ha contado mi vecina de rellano. - ¡Cada vez estoy más convencida de que la Cotilla tendría que ir a una Residencia! - No puede pagarla, mujer. - Que no se apure por eso. Hemos tenido una reunión, urgente, de vecinos y se ha acordado que la Residencia la pagaremos entre todos, tú y tu abuela incluidas, ¡con tal de no volver a veros en la vida!

Ante semejante falta de respeto hacia mí, me he enfrentado a ella. - ¡¡¡Mi abuela tiene su casa, Sinforosa (se llama así, qué le vamos a hacer) y ni tú, ni toda la panda de guripas que viven en ésta finca, sois nadie para decirme dónde tenemos que... ir... ¿Has dicho que nos pagáis la estancia? - ¡Mañana mismo!

A mediodía ha vuelto la Cotilla y su mal humor. - ¿Qué le pasa? - ¡Mira cómo llevo los brazos! ¡Pelados y en carne viva! Y todo por culpa de la remilgada de tu abuela. ¿a ver por qué no podía yo "trabajar" durante la manifestación? Me hubiese sacado el dinero suficiente para vivir tranquila durante unos meses y no tendría que ir a trapichear. Y encima, el tonto del Médico se tomó tan a pecho lo de enyesarme que me ha costado muchísimo arrancármelo. Los brazos se me han dormido y tampoco he podido "limpiar" los cepillos de las iglesias ¡No volveré a escuchar a la millonetis de tu abuela!

- No está todo perdido. Los vecinos, gracias a su cabreo, nos pagan para que nos vayamos a una Residencia. - ¡Anda y que les den! Siempre escuchando detrás de... las... puertas... ¿nos pagan? - Mientras vivamos. - ¡Caray! ¡Me apunto!

Ahora duerme la borrachera que ha cogido tras beberse una botella de chinchón a base de brindis a los vecinos.
 




jueves, 8 de marzo de 2018

Un rio historico.

- "Nena, pasaré a recogerte a las cinco de la tarde" - ¿Vamos a los toros? - "¿De qué toros hablas? ¡¿Te has dormido?! Luego dices que nunca te cuento nada ¡Espabila!" - Abrí los ojos y a pesar de la niebla espesa que tenía delante, logré vislumbrar las saetas del reloj: las cuatro y veinte. No vengas a las cinco abuela que tengo mucho sueño.

Después me aclaró que era de madrugada y ella vendría a buscarme por la tarde. - ¿Para qué? - "¡¡¡PARA IR A LA MANIFESTACIÓN, BOBA DE CORIA!!!" - Vale. (y colgué el teléfono) Me dio tal alegría que después no pude dormirme hasta las claras del día.

Cuando aterricé en el mundo de los despiertos llamé a la abuela. - ¿Digui? (me contestó una voz con fuerte acento inglés? - ¿Geoooorge?... ¿Qué haces hablando mallorquín? - Madame decir que yo decir eso al telefón. - Pero si no lo entiendes... -

- Dile a mi abuela que se ponga, porfi. - Madame dormir. Yo no molestar. - ¡Cobarde! - Yes. (y me colgó)

Sobre las cuatro de la tarde llegó la Cotilla. Llevaba ambos brazos enyesados y en cabestrillo y tuve que abrirle yo la puerta porque solo atinaba a llamar al timbre. La llave no la podía usar. - Espero que no dure mucho la manifestación porque esto ya me pica a rabiar.

A las cinco en punto, como buen mayordomo inglés, el rolls royce quedó aparcado en el carril bus, atravesado y causando graves problemas de tráfico además del concierto de pitos. La abuela usó el interfono para gritarnos que bajáramos o íbamos a llegar tarde.

- Sube y tomaremos unos chinchones para entonarnos. Además, es pronto. - "¡Que nos vamos, te digo! ¡Y baja a quien ya sabes!" - empezó un tira y afloja entre ella y yo que acabó con su victoria por agotamiento.

Encontramos  la Plaza de España bastante desangelada. Pero casi sin darnos cuenta, un río de gente de todas las edades empezó a fluir. A las siete la cabecera de la manifestación empezó por moverse por las calle de Palma entre el rugido de los tambores de las batucadas y lemas como ¡Ni una más, ni una menos!

Caminamos entre banderas, pancartas, risas, ritmos, canciones. Me paré para ver cuánta gente éramos. No se veía el final. Seguí caminando y alcancé a las dos amigas. La Cotilla se lamentaba: ¡Me habría forrado de tener las dos manos libres de yeso y vendas. Maldita sea! - A la abuela le brillaban los ojos - "¡Que bonito, nena, que bonito! ¡Mira y aprende, Pascualita!" - El reguero de gente seguía incesante hacia el Born donde se leerían discursos. - "¡Cuanta gente! ¡CUANTA GENTEEEEEE! ¡Me encanta ver a tantas mujeres de todas las edades y condiciones, junto a hombres jóvenes y no tan jóvenes" -. Era un surtido de todas las edades, codo con codo con nosotras y defendiendo juntos nuestros derechos Sin importarle que la vieran, la abuela sacó una botella de chinchón del bolso y bebiendo a morro, brindamos por el éxito de la convocatoria,

miércoles, 7 de marzo de 2018

Vistas hospitalarias.

Iba a prepararme una buena merienda de pan tostado con sobrasada calentita cuando se abrió la puerta de la calle y entraron la abuela y la Cotilla.

Pascualita, que estaba sentada en el frutero esperando el momento de echarle el diente al bocadillo, se temió lo peor y enrollandóse sobre sí misma se quedó esperando su viaje por aire. Como así fue. ¡ Jopé, por poco nos pillan éstas dos. Hale, vamos. Y salió despedida. Afortunadamente no se dio contra nada y entró, límpiamente, en el acuario... allí sí que se estrelló contra el barco hundido y "algo" se removió allí dentro.

Las dos amigas venían partiéndose de risa. - ¡Has tenido una idea fantástica! - "Me lo habían dicho pero no lo creí". Qué panorama, Que vistas jajajajajaajajajajaja - De dónde venís. - Del hospital. - ¡Pobre Momia! - "¿Qué le pasa?" - ¿Se está muriendo? - "Que yo sepa, no" - Entonces ¿para que fuísteis? - Para pasar el rato. ¡Nos hemos reído a placer!

"Mientras tomábamos el café con leche me contaron lo que había pasado. Geooorge aparcó el coche a una prudente distancia de la puerta del hospital y desde allí contemplaron el incesante ir y venir de pacientes hospitalizados, con camisón modelo: culo al aire y cajetilla de tabaco. Una vez en el exterior fumaban como carreteros. Algunos enfermos llevaban el goteo a rastras.

Unos hacían tertulia, otros se limitaban a saludarse. De pronto una fuerte ráfaga de aire acabó con la beatífica escena y varios culos quedaron expuestas como obras maestras. Las manos no daban abasto para parar tanta falda. ¡Lo que nos hemos reído! ¡O se tapaban delante o se tapaban detrás¡  ¡¡¡Al final hemos aplaudido a rabiar!!!

martes, 6 de marzo de 2018

A la Cotilla le gusta cumplir.

- "Le he dicho a Andresito que si no viene conmigo a la manifestación del día ocho, se va a enterar de lo que vale un peine" - Eso es algo que debe salir de él. El ir es voluntario. - "También es voluntario que me duela, o no, la cabeza una vez que se ha tomado la viagra" - ¡Pobre abuelito! - "Dónde las dan, las toman"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa! He dejado una nota en las iglesias que "límpio" diciendo que el día ocho haré huelga. - "¿Te parece normal hacer ésto?" - Claro. Al tratarse de reivindicaciones es justo que la empresa sepa el por qué de no asistir ese día al trabajo. - Cotilla ¿de qué empresa habla? Usted va allí a robar... - ¡Lávale la boca con lejía a ésta nieta tuya! ¡Que cruz tienes con ella! ¿Cuándo aprenderás a llamar a las cosas por su nombre, maleducada? Son trabajos que me ayudan a llegar a fin de mes. - ¡Son limosnas! - ¡Mejor me lo pones! Soy una pobre pensionista que aún está buscando la subida de éste año ¡No la veo!

Cuando las amigas se van me acerco con Pascualita hasta la tienda del señor Li para ver sus gambas gordas. A ver si hay suerte y se trata de sirenas. - ¿Tu que hacel aquí? - El chino me recibe de uñas. - Quiero ver las gambas gordas. - ¿Tu complal? - Tengo que verlas. - ¡Tu il hacel puñetas! - ¡Espereeeee!

Me echó con cajas destempladas. No me quedó más remedio que hablar con la abuela para que fuera ella a ver las gambas gordas. Y por la tarde se presentó en casa con dos extraños bichos. - ¿Esto son gambas? Parecen marcianos. - "Es lo que me ha dado... Mira éste, parece que tiene bigote" - Las gambas lo tienen. - "Como un galán de cine" - ¡Menuda imaginación, abuela! - "Tal vez sea un sireno..." - Pero estos bichos están congelados... - "Ha dicho el señor Li que les de un toque de microondas pero sin pasarme o los coceré" - Que difícil es todo ésto...

Sentamos a Pascualita sobre el frutero y estuvo observando, sin parpadear, el despertar a la vida de lo que quiera que fueran esos bichos. En cuanto empezaron a moverse los metimos en el acuario. La sirena empezó a dar saltos mortales y por último salió despedida con un fuerte impulso de su cola y se estrelló contra la vidriera del balcón - ¡Pero dónde vas, animal de bellota!

Cuando recobró el sentido la metimos en el agua de mar. Nadó en círculos hacia abajo, lentamente. Buscando a los intrusos que se habían escondido entre las algas. - Abuela, no quiero ver la escabechina que se avecina. Me voy a dormir. - "Yo también. Para ver a Andresito en plan presenten armas y decirle que nones ¡Placer de dioses!" 


lunes, 5 de marzo de 2018

Calentando motores.

La abuela se está preparando a tope para ir a la manifestación del ocho de Marzo. Según me ha contado Geoooorge, ya lo tiene mareado con el tema porque se empeña en darle mítines mientras él recoge la cocina.

En la Torre del Paseo Marítimo solo se oyen portazos. Los que dan el abuelito, la Momia, los cubanitos culito-respingones y Geooorge cuando ven venir a la abuela y se encierran en sus cuartos.  Muchas de sus vecinas millonetis, cuando la ven por la calle giran por la primera esquina que encuentran. Dicen que las acosa, a ellas y a su maridos, gritando consignas - "Mismo trabajo, mismo sueldo"

 - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaa! Traigo danones del contenedor del súper. - ¿De sabores? - No, naturales. ¿a ver si te crees que en los contendores sirven a la carta, boba de Coria? ¿Y la abuela? - Preparando consignas para cantarlas en la manifestación. ¿Usted irá? - ¿Yoooooo? ¡Ni hablar! tengo que trabajar. - ¿Ni siquiera para pedir que le suban la jubilación? - No. - ¿Por qué? - No me lo pide el cuerpo. (me contestó la Cotilla)

Más tarde lo comenté con la abuela. - "Tiene miedo de no estar a la altura de las circunstancias" - ¿Te lo ha dicho? - "Padece de un impulso incontenible de meter mano a las carteras, sobre todo en las aglomeraciones y teme pasarse el rato "trabajando" "¡No puedo hacerles ésto a mis compañeros jubilados (me dijo) ni a las mujeres trabajadoras, ni a los estudiantes que tienen cuatro perras, ni a nadie que luche por su dignidad! Pero la mano se me va. Lleva tantos años haciéndolo que el movimiento me sale natural. ¡No quiero convertirme en un ser despreciable!" - Vaya...

- "Pensando, pensando, hemos tenido una idea para que pueda ir a protestar a la calle. Llevará los dos brazos en cabestrillo. Así no tocará nada... ¡Ah, se me olvidaba. Pascualita también vendrá" - ¡No! se puede perder entre el jaleo. - "Tiene que ver lo que pase porque, cuando vuelva a su hábitat y le monten una manifestación, debe saber lo que tiene que hacer" - ¿El qué? - "Escuchar y enmendar los errores" - Brindemos por eso, abuela pero, como decía el Hermano Lobo: ¡Huuuuuuuuuuuuu, que difícil es esto!






domingo, 4 de marzo de 2018

Fiesta de la Comunidad (3)

La abuela, seguida de Geoooorge portando la bandeja de las ensaimadas domingueras, dijo: - "Este olor es gloria bendita" - Y las dos aspiramos con deleite. Mientras, el mayordomo entró en la cocina y poco después el aroma del café recién hecho a punto estuvo de hacernos levitar.

Sentados los tres a la mesa de la cocina y a punto de hincárle el diente a nuestra respectivas ensaimadas, oímos: - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaa! ¡¡¡QUIETOS!!! - La miramos asombrados - "¿Qué pasa, Cotilla?" - Siempre me criticáis porque traigo magdalenas o croisanes caducados del contenedor del súper. A ver qué diréis cuando probéis la ensaimada que traigo. ¡Horneada de ésta mañana! - ¡¿Le ha tocado la Primitiva?! - Mejor que eso. ¡Es gratis!

Y sin más preámbulos desayunamos. A cada mordisco que dábamos, la Cotilla decía: - ¡¿A que está buena?! - Y nuestra respuesta era: ¡buenísima! - La Cotilla vio que me guardaba un buen trozo. - Lo que te sobre me lo das y lo venderé por ahí. - No. Me lo comeré más tarde (pero era para Pascualita)

Nos habíamos puesto como el Kiko y decidimos ir a caminar para bajar la comida. - ¿No viene, Cotilla? - Tengo cosas que hacer. - dijo y no le echamos más cuentas.

La abuela, Geoooorge y yo, fuimos hasta el Paseo Sagrera para seguir celebrando la Fiesta de la Comunidad. Dejamos atrás el concierto de pitos porque, como  siempre, Geoooorge había dejado el rolls royce mal aparcado en la parada del bus.

La abuela llevaba el termo de los chinos al cuello y eso solo quería decir una cosa: Pascualita iba dentro. Nos incorporamos a la la riada de gente que caminaba arriba y abajo del Paseo. Nos paramos en muchos puestos y la abuela, que es rica, no paró de comprar cosas para desdicha del mayordomo que cada vez iba más cargado. Vimos mucho más movimiento de personas que en otros. Estaba la policía y se notaba a la gente muy nerviosa.

Allí estaba Bedulio en pleno trabajo de investigación. La abuela se arrimó a preguntar qué pasaba. - "¿Les han robado?" - ¡¿Cómo lo sabe?! - "Con tanta gente como hay, me lo he imaginado"

Han ganado el primer premio a la MEJOR ENSAIMADA DEL MUNDO. -  "¡Enhorabuena, señora!" le gritó la abuela a una llorosa mujer que no paraba de abanicarse presa de nervios. - De pronto Bedulio nos preguntó. - ¿Han visto a la Cotilla? - "Sí", Si, Yes. - ¿Ha mencionado algo de una ensaimada buenísima? - "No", Pues... ahora no caigo... - ¡Oh, yes! - ¿Así que ha estado en vuestra casa? - "¿Ah, sí...?" - Yo debía dormir todavía, -¡Noooooo! Ella traer ensaimada very buena. - La abuela, visiblemente enfadada, replicó a su mayordomo: - "¿No eres inglés? ¡¡¡PUES HABLA INGLES, BOCAZAS!!!" _ Y dando media vuelta dio por concluído el interrogatorio.



sábado, 3 de marzo de 2018

El señor Li tiene... ¿sirenos en su tienda?

- El viento parecía querer llevarse la Catedral. El viento es caprichoso y no se fija. Cree que la Seo es un velero varado sobre la muralla que lo alejó del mar. Pero no ha podido en ella, que es lo primero que buscamos con la mirada los mallorquines cuando llegamos por mar a la isla. - Pascualita no reprimió el bostezo que, por poco, le desencaja la mandíbula.

- Vale, he entendido el mensaje, doña Sinforosa. - Y dediqué mi tiempo a preparar nuestros desayunos. Más tarde salimos al balcón a ver los estragos del viento en mi calle. Y sí, había, pero en casa.  El viento le había echado un pulso a una planta de mis macetas y le ganó. La pobre planta estaba doblada y tirada. Le grité al viento: - ¡Mira que hay balcones y macetas en éste edificio y tienes que cebarte, precisamente, en la mía! ¡Anda y que te zurzan!

A punto de entrar en casa, me di cuenta de que me hacían señales. Era el señor Li que , desde la acera, hacía toda clase de aspavientos. No lo hacía mal del todo y le aplaudí. Pero no me hizo la reverencia de rigor... incluso pareció ofendido.

- ¿Quiére que le abra? - le pregunté cuando le vi dar patadas a la puerta de entrada. Le abrí y subió hecho un basilisco. - ¡¡¡Yo hacel indio en calle. Tú no ablil puelta. Tu sel boba de Colia!!! - ¡Anda! ¿Qué he hecho yo? - ¡¡¡Yo decil que tenel gambas goldas en tienda. Muchas. Y tú no entendel!!! - ¡Porque no sé chino, caray! - ¡Sel señas! - ¡Y qué!¡Son señas chinas! ¡¿Ya me ha dicho lo que quería decirme? Pues, hale. Tarifando para su casa, buen hombre!

Le cerré la puerta en las narices. Menuda sofoquina cogí. Me senté en la salita con Pascualita, a ver la tele. En cuanto salió Belen Esteban Pascualita se lanzó contra el televisor. - ¿Pero qué te ha hecho para querer morderla? -

Vacié varias copas de chinchón, a medias con la sirena y me fui calmando. Con la calma pude pensar con claridad. - ¿Qué quiso decir el señor Li con lo de gambas gordas? ¿Que, literalmente, son GAMBAS y son GORDAS... o son SIRENAS? Tendré que ir a su tienda a verlas... Y acabo de  echarle con cajas destempladas... ¡Vaya por Dios! Ahora tengo una papeleta porque no querrá ni verme, pero ¿a ver qué le costaba a éste hombre hablar en castellano o mallorquín? ¡Tenía que hacerlo en chino, el muy jodío!

Iré mañana. Ya se le habrá pasado el enfado... ¿Y si mañana, cuando llegue, ya las ha vendido todas y todos? porque supongo que también tendrá GAMBOS GORDOS...o SIRENOS.  Aaaaaaay, ¿por qué seré tan vehemente, Señor?

viernes, 2 de marzo de 2018

Fiestas de la Comunidad (2)

A la abuela se le ha mojado es rebosillo, es jipó, y la trenza postiza, que chorreaba agua como si fuera la fuente de Las Tortugas. Ha pensado que, para seguir celebrando la Fiesta de la Comunidad, lo mejor era vestirse de payesa. Payesa sui géneris, claro, porque la falda le llegaba a medio muslo y con las botas piratas de tacón de aguja, pocas jotas iba a bailar. Pero no se fija en éstos detalles si ella piensa que va de rechupete.

Por otro lado, Andresito no se atreve a decir nada en tocante al vestuario de su mujer. A lo único que se ha negado ha sido a salir a la calle vestido de payés, ¡con mini-bombachos!. Ahí ha habido sus más y sus menos porque la abuela quería que lucieran los dos por la calle, como pareja que son. Y él ha tenido que recurrir a la mentira diciendo que, por su estatus social y su posición en el partido, no podía salir de esa guisa por Palma. - Además, mi religión me lo impide. - "Pues es una pena que tengas tantos prejuícios porque, seguro que nos sacarían en los periódicos" - ¡Y en la televisión! (gritó la Momia para que se oyera su voz cascada, sobre la música de samba que pone a todo volúmen)

Salieron a la calle y fue la admiración de extranjeros, que se hincharon a hacerle fotos y de palmesanos sorprendidos. Iba la abuela muy ufana ante tamaño éxito cuando empezó a llover. - ¿No has cogido el paragüas? (preguntó el abuelito) - "¡¿Cuándo has visto tú una payesa con paragüas, pardalera?¡"

Andresito, se metió de cabeza en la tienda del señor Li y compró un paragüas plegable. A la abuela le sentó a cuerno quemado. - "¡¿No te da vergüenza tirar el dinero de ésta manera? ¿Acaso no tenemos cincuenta paragüas en casa y tienes que comprar otro?!" - Solo vale un euro... - "¡Con ese euro podrías invitarme a paella!" -  El chino, que no es sordo aunque a veces se lo hace, soltó - ¡Yo también venil a comel al.los paella! ¡¡¡Glacias, glacias!!! - Y el jodío se deshizo en reverencias. Luego me dijeron que fue difícil despegarse de él.

A media mañana se encontraron con la Cotilla que venía de "limpiar" los cepillos de "sus iglesias" - ¡Vaya marido poco galante que tienes! Ya sé porque eres rico, Andresito ¡Porque eres de la cofradía de la Virgen del Puño! ¡Mi pobre amiga toda mojada y tu cobijado bajo el paragüas! ¡Que vergüenza! ¡Con razón vamos a salir a la calle el día ocho! - A grito pelado hablaba la Cotilla y la gente empezó a corear. - ¡¡¡Machista, machista, machista!!!

Al final del día lluvioso, pasó lo que temía el abuelito: ¡Que salieron en televisión en pleno alboroto !

jueves, 1 de marzo de 2018

¡Vaya por Dios!

Hoy es el Día de las Islas Baleares. La fiesta de la Comunidad. Ha salido el sol. Han subido las temperaturas hasta convertirse en primaverales y todo ha influido para que los okupas de mi casa hayan salido a la calle a disfrutar de los festejos.

Han insistido en que fuera con ellos pero he preferido quedarme, abrir de par en par las ventanas y el balcón. Abrir un sendero desde la puerta de la calle al balcón y de éste a la cocina entre tanto trasto: colchones de playa, sillas, la tabla de planchar, platos y platos y más platos sucios, vasos, botellas, etc. etc., que tendría que haber quitado Geoooorge pero como se declaró en huelga de trabajos doméstico, me ha tocado a mi.

Al terminar, Pepe y yo nos hemos sentado a escuchar el silencio y disfrutar de la tranquilidad. Cinco minutos después me había dormido.

El timbre de la puerta me despertó. - Mi ser Geoooorge. - dijo el inglés. - ¡Contenta me tienes, jodío! ¡He tenido que cargarme toda la faena! - Tu guapa. - ¡Anda éste! - ¿Tú casar conmigo? - Echame el aliento... No parece que hayas bebido. - Mi no beber. ¿Casar conmigo? (insistió) - ¿Has hecho una apuesta? - No. - ¿De verdad quiéres casarte conmigo? - Yes. - ¿Por qué? - Mi querer ser españolo. - ¡Ostras! Por el interés te quiero, Andrés ¡Ya me parecía a mi! - Mi querer ser europeou también. - Pues no haber votado SI al brexit, atontao. - Yo tener una cruz contigou.

Menuda discusión hemos tenido. Y yo que quería tranquilidad. A pesar de que Pepe no dijo nada, ni pestañeó, sé que también estaba enfadado con Geoooorge, por egoísta.- ¡Antes me caso con Pepe que contigo. Mira lo que te digo. - ¿Con tío mío? Ser poquita cosa.

Dos horas después los paseantes volvieron contentos. - Nos hemos recorrido Palma entera ¡Mira cómo me ha cundido el trabajo! (la Cotilla estaba entusiasmada mostrándome su bolso lleno de carteras) - ¡No tiene vergüenza! - La vergüenza no da de comer, boba de Coria.

La abuela, que tiene ojos de águila, se ha dado cuenta, nada más poner el pie en la salita, que entre Geoooorge y yo había pasado algo. - "¿Pelea de novios?" (y todo porque teníamos las caras muy serias) - ¿Insinúas que nuestra Nena y Geooorge son novios? (gorogojeó Andresito) ¡que ilusión! Pero, aunque tengáis un bisnieto inglés, Geoooorge seguirá trabajando en casa... ¿verdad? - ¡Abuelito, no te montes historias! - Pero... tu abuela ha dicho...

El inglés estaba rojo como una langosta hervida. Y con pinta de evasor de impuestos. - Yo... irme... - "A veeeer... ¿qué ha pasado?" . Otra que tiene ojos de águila es la Cotilla. - ¿No ves lo que ha pasado? Estás perdiendo facultades... Será la edad jijijiijijiji . "¡¡¡COTILLA!!!" - Ni bisnieto inglés, ni ná de ná. Pero de ná, ná, ná. - La bombilla se encendió en el cerebro de la abuela - ¡¡¡¿NADAAAAAA?!!! (dijo encarándose con el pobre mayordomo que no sabía dónde meterse) "¡¡¡ESTO ES CULPA DEL BREXIT!!! - Yes, madame... Yo triste, asustadou y... así no poder hizar bandera...inglesa.