domingo, 30 de junio de 2013

Hoy todo el mundo habla de tópicos, lo cual es una cosa muy tópica de cuando no se sabe de qué hablar. A la abuela le fastidian estas cosas (a no ser que sea ella la que decida que hay que hablar de eso) y le está poniendo la cabeza como un bombo a Pascualita y de paso a Pepe y a mí. - "¡Pues hoy voy a hacer paella! y que se fatidien los que la incluyen en la España cañí. Y como me entere de que alguno de esos se está comiendo un plato de arroz, le meto un soplamocos que hará palmas con las orejas" - Abuela, no seas intransigente con las opiniones de los demás. - "¿Estás oyendo a ésta energúmena, Pascualita? ¡Ya tiene razón la Cotilla cuando dice que tengo una cruz con esta"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! Hummmmmm... huele a paella... - "¿Tampoco te parece bien?" - Ya te has discutido con tu nieta... Si no quiere comerla, mejor para nosotras. Tocamos a más. - ¡Pues claro que quiero comer paella! Pero si no he dicho nada... es solo que he leído que los alemanes quieren quitarnos la siesta... - ¡¡¡Jajajajajajajaja!!! Habrás leído un chiste. - Que no. Que lo pone el periódico. - "¿Y quién lo ha escrito? pues alguien al que no le gusta el ciclismo" - ¿Qué tiene que ver la gimnasia con la magnesia? - "Pues que sacan la noticia, justo, cuando ha empezado el Tour. No hagas caso de estas cosas ¡Es envidia cochina!" - ¿Y si fuera verdad? (la Cotilla estaba preocupada) Estos alemanes son capaces de todo... ¿Crees que nos multarán si nos descubren durmiendo? porque mi jubilación no está para pagos extras.

Andresito llamó diciendo que vendría a comer y serían dos. La vecina puso mala cara - Tocaremos a menos. ¿Con quién dice que viene? - "Será con el Médico. A ver si lo juntamos con ésta" - ("ésta" soy yo) Pero no vino con su hijo sino con una señora rubia, entrada en años y carnes. - Os presento a Corina... - ¡Jopé! (se le escapó a la Cotilla) -  Es una vieja amiga... - "Ya se ve que es vieja" rezongó la abuela, celosa - Fue la mujer del socio que tuve durante 50 años. Es alemana y ha venido de vacaciones.

Cuando nos sentamos a la mesa hubo paella para todos menos para Corina - A mi gustarrrr paella, señorrrra. - "No se moleste. Sé que es un tópico. Tenga, salchichas" - La pobre nos miraba con ojos de borrego degollado pero no probó ni un grano de arroz. Después de comer nos sentamos en la salita a tomar el café y el chinchón. Antes de servirlo, la abuela me preguntó - "¿El chinchón es un tópico?" - Al decirle que no, le sirvió una copa. Entonces puso la tele y aparecieron los ciclistas con sus maillots multicolores y nos repantingamos en nuestras butacas. Al poco rato el sopor hizo acto de presencia pero la abuela no dormía, estaba pendiente de Corina y en cuanto la mujer dio la primera cabezada, se levantó y le arreó tal pescozón que la cabeza le rebotó dos veces en el respaldo. - ¡¡¡Qué pasarrrr!!! - dijo, alarmada. - "No se preocupe. Ya me encargaré yo de que no caiga en uno de nuestros tópicos"

sábado, 29 de junio de 2013

Hoy ha empezado el verano porque, si la Primavera entra cuando lo dice el Corte Inglés, el Verano llega con el Tour de Francia. Me encanta. Es magníficoooooo... ¡Huy! que voy a despertar a la abuela y la Cotilla que duermen a pierna suelta y roncando como locomotoras de carbón averiadas. ¡Menudo concierto! pero me dejan en paz.

Con el Tour no hacen falta pastillas para dormir, ni métodos de relajación. Nunca duermo tan bien la siesta como cuando los ciclistas serpentean por esas carreteras abrasadas por el sol mientras yo estoy espatarrada en el sillón con la baba caída sin enterarme de nada. Eso sí, cuando van a llegar a a meta, me despierto.

Después de comer nos hemos acomodado, con más ilusión que nunca, delante de la tele. Como si el maillot amarillo nos lo fueran a dar a nosotras, que ya podrían porque llevamos muchos años siguiendo a ésta gente y sobre todo, durmiendo a su costa.

Hoy la Cotilla ha estado más tranquila. Luis Bárcenas sigue en la cárcel y ella parece conformarse. Ya no tendrá que verle entrar y salir de los juzgados con cara seria y aguantando los insultos del populacho, ha dicho. Naturalmente, hemos discutido - ¿Llama populacho a los que le gritan porque están hasta las narices de los corruptos? Pues yo digo que es un ¡mamarracho! - ¿Has oído lo que dice tu nieta? ¿No le has enseñado educación? ¿Cómo puede llamar mamarracho a una persona que ha sido capaz de reunir, el solito, tantos millones de euros? ¡Hay que tratarlo con respeto! ¡Que cruz tienes con ella! - "¿Qué respeto? Ha robado a los ricos para dárselo a los ricos y quedarse la mayor parte para él" - Es justo. Ya sabes que, quién parte y reparte, se lleva la mejor parte - "Visto así... ¿Por qué no le escribiste para pedirle que te regalara uno de sus famosos sobres?" - ¿Cómo voy a escribirle al maestro? La emoción me ahogaría.

- Ahora que el hombre está donde, al parecer, se merece, podríamos quitar esa patochada de altar. Me da vergüenza tener eso en mi casa. - ¡Ni se te ocurra! Si se queda sin protección puede acabar en la guillotina. - ¡Oiga! que eso ya no se lleva. - "De momento, no, pero ya sabes que las modas, pasados unos cuantos años, vuelven" - Pero la guillotina es francesa... - "El mundo es un pañuelo, además aquí se probó una vez hace muchoooos años" - ¿Y cómo fue? - "Parece que bien. El reo sufrió un afeitado en seco"

Un café sin chinchón, no es nada, con dos copas empieza a ser algo pero, cuando los tragos se repiten, se aplazan las discusiones y se deja una llevar por el sopor y si encima, hay Tour... hummmmmmm... Hasta luegooooooooo....

viernes, 28 de junio de 2013

A ver qué dice la Cotilla ante la noticia del día. Lo que no entiendo es la discriminación. Han metido a un supuesto ladrón en la cárcel y sale en los telediarios, periódicos, radios, tertulias, en los cafés, en los mercados ¿Y qué pasa con los que entran a diario? No nos enteramos... ¿acaso éste es más guapo?... Le he echo esta reflexión a la abuela mientras desayunábamos y me ha dicho que no soy más tonta porque no me entreno. Y que si voy diciendo éstas cosas por ahí, que tenga la decencia de no decir que soy su nieta y menos ahora, con el rancio abolengo que tiene la familia de su novio, a la cual pasará ella a pertenecer muy pronto - "¡Está claro, boba de Coria!" - Y no contenta con eso, me ha dado tal capón que aún baila alguna estrella ante mis ojos.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! ¡¡¡Aaaaaayyyyyyyyyyyyyy que desgraciaaaaaaaaaaaa!!! ... ¡Toda la culpa es vuestra, tiquismiquis! ¡No quiero altares en mi casa, no quiero altares en mi casa! ¡Pues mira lo qué ha pasado al quedarse el pobre Luis sin protección! ¡¡¡Lo han metido en chirona!!!

Menuda perra ha cogido esta mujer con el temita. - Si lo han metido será porque habrá echo algo ¿no cree? - ¡Claro que ha echo algo! Ser luz y guía de los pobres mortales que le tenemos por el mejor de los de nuestros. - Ya se podrían mirar en otro espejo ¡Menudo tipo el tal Bárcenas! - ¡Alto ahí! No eres quién para  nombrarle. Solo podemos hacerlo sus incondicionales... ¡Lo que hubiera dado yo por estar en aquella boda de la hija de Aznar en El Escorial! Allí estaba la flor y nata de nuestra cofradía y hubiese aprendido a ganar  mucho dinero escuchándoles... ¿Me dejas que le ponga un altar a Bárcenas? ... Venga, mujer. Será una ayuda simbólica... No te va a costar ni un euro. - ¡Solo faltaría eso! ¡Abuela, ni se te ocurra!

Cuando nos hemos sentado a comer, sobre el aparador había una foto de Bárcenas iluminada por cabos de velas de distintos tamaños. La abuela no me hace ni caso y eso que estoy en mi casa.

No hemos podido poner la tele porque cada vez que salía Luis Bárcenas, la Cotilla lloraba como una magdalena. - ¡Pero si no es trigo limpio! - ¡Qué sabrás tú! Que se lo pregunten a los que han estado recibiendo sobres con dinero durante años de éste hombre ejemplar.

Ahora, mientras tomamos el café, tengo a Pascualita en el termo delos chinos, colgado a mi cuello y le he enseñado un juego: apagar con un chorrito de agua, las velas del "altar" ¡Que puntería tiene la jodía! La Cotilla está trastornada porque no sabe qué pensar sobre éste fenómeno - ¿Seguro que no es tu ex marido? - le pregunta a la abuela que no puede contener la risa. - "¡Quizás un altar es demasiado alpiste para éste pájaro! ajajajajaja "

jueves, 27 de junio de 2013

Hoy la abuela ha echo frito de sangre encebollada para comer ¡hummmmmmmmmmmm! Babeo solo de pensarlo. Me voy a poner las botas. Después de tanto tiempo sin comerlo, me gustaría que fuera todo para mí... bueno, y un poco para la abuela que, además ha echo el trabajo, pero tendré que compartirlo con la egoísta de la vecina. Porque es egoísta hasta decir basta. Jamás he visto alguien tan egoísta como ella... Pues no pienso darle cuartelillo y si ella se come dos platos, yo me comeré tres que para eso estoy en mi casa.

- ¿Por qué se te ha ocurrido hacer ésta comida? - "He ido al mercado y acababan de traer la sangre y me ha venido la idea. Y dicho y echo. Cuando vayamos a comer, como habrá reposado, estará más bueno" -  ¿Vendrá tu querida amiga? - "¡Claro! La he encontrado en la calle y cuando le he dicho lo que iba a hacer se le ha echo la boca agua" - Bueno, pero yo quiero más cantidad que ella... al fin y al cabo soy la única que trabaja, la que paga la casa y la comida, la que... - "¡Para, para! Menos mal que dentro de poco me iré a MI Torre del Paseo Marítimo no tendré que aguantaros ¡Egoístas!" - A mi no me metas en el mismo saco, yo no soy como la Cotilla.

Me entretuve jugando con Pascualita porque la abuela no me dejaba entrar en la cocina. - "¡Como te atrevas a meter mano a la comida, te doy con el cucharón en la cabeza, Boba de Coria!" - He metido a Pepe en el agua le he echo dar varias vueltas por la pila bautismal, despacito pero en cuanto la sirena ha salido del interior del barco hundido para enterarse de lo que pasaba, le he dado velocidad a las vueltas para incitarla a perseguirnos. A este bicho no hay que rogarle, en seguida entra al trapo y se ha organizado una maratón a toda pastilla que ha terminado cuando apenas quedaba agua en la pila y mi brazo ya no tenía más fuerza. Ahora Pascualita está sentada sobre la cabeza jibarizada, como un naufrago en un islote. La abuela me ha dado dos collejas por dejar el comedor como una piscina municipal. Tengo que fregar el agua y marcharme después a la playa, con unas garrafas para traerlas llenas porque nos queda poca agua de mar.

Cuando he vuelto a casa era tarde porque me he encontrado con un cáos en el tráfico. Por un lado estaban con obras viales (¡¿no pueden hacerlas de noche?!) por otro había habido un accidente. Y cuando he querido coger un camino alternativo ha resultado que todos los chóferes habían pensado lo mismo. Total, que he llegado a casa, con más hambres que un maestro de escuela antiguo 1y apenas quedaba un platito de frito!. - ¡¡¡¿Y mi fritooooo?!!! - "Como no venías..." - ¿O no has comido por ahí?... - ¡¡¡¿Solo me habéis dejado ésto?!!! - Y gracias. Porque ya no nos cabía nada más en el estómago. Estaba taaaaaaaannnnnnn buenooooooo.

Que a gusto me hubiese quedado si las hubiese matado en ese momento... ¡Maldita educación! Me tuve que contentar con lo poquito que me habían dejado y un pan con aceite y tomate... Luego me senté a tomar el poco café que quedaba en la cafetera, deseándoles, mentalmente, que cayeran sobre ellas las 7 plagas de Egipto, todas a la vez. Mientras, ellas seguían con su charla que no era otra que... la matanza del cerdo paso a paso y con todo lujo de detalles. Al final tuve que salir corriendo hacia el cuarto de baño y vomitar hasta la primera papilla. Total, que me quedé sin frito... menos mal que aún quedaban dos o tres copitas de chinchón en la botella y serían todo para mí - ¡¡¡Eeeehhhh, no te lo bebas todo, egoístaaaaaaaaa!!!


miércoles, 26 de junio de 2013

- "Me he enterado que Andresito tiene unos problemas con el Ayuntamiento a causa de las obras que hizo en la Torre del Paseo Marítimo. Me lo contó ayer en El Funeral. Estaba tan preocupado que fue incapaz de concentrarse en la partida de póquer sex. ¡Qué hombre, en seguida se deshincha cuando tiene un problema!" - ¡¡¡Abuela!!!  ¡Esa cafetería es un antro de perdición! - "¡Y qué lo digas! No veas lo bien que nos lo pasamos... Harta de oír a mi querido novio, le aconsejé que se metiera a político y consiguiera ser elegido President de la Comunidad. Ya sabes lo pobre de espíritu que es .y en seguida salió con aquello de que ya le bastan los quebraderos de cabeza que tiene como para meterse en otros."

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaa! Yo también tengo dolor de cabeza ¿tenéis una caja de aspirinas? - ¿Va a hacerse una tortilla, no le basta con una pastilla? - Que graciosa es la pava de tu nieta cuando quiere... Es para guardarla en mi casa. No querrás que baje a las tantas de la noche a pediros una.- Lo prefiero. Así habrá más probabilidades de que ruede las escaleras - ¡Qué cruz tienes con ella!

- "Voy a ponerme guapa para ir a ver a Mateo" - ¿Mateo? - "El Alcalde. En el Ayuntamiento le han arreglado al President los problemas que tenía con su casa, pero para eso primero se ha tenido que hacer President. Fijaos si atrae ese título que, en cuanto nos oyeron hablar de este tema, tres o cuatro de los que estaban allí se acercaron a pedirle favores a Andresito - ¡Pero si no soy ni político! - protestó él, pero ellos siguieron erre que erre. - Pónnos en la lista y recuerda que somos los primeros.

- ¡Vaya, me han tomado la delantera! En cuanto le vea le pediré un piso del Ibavi, una ayuda familiar y... bueno, ya lo iré pensando ¡Ah! y que me ponga delante de todos porque yo soy más necesitada que nadie y si para ello tengo que decir que Rajoy es guapo y Wert el más listo, lo diré dónde haga falta.... Por cierto... ¿No te irás a ver a Mateo sin dejar la comida echa, verdad?


martes, 25 de junio de 2013

Estoy segura de que hoy, después de la discusión e intento de agresión por parte de la abuela, la Cotilla no vendrá a comer ¡Aleluya! Me hago cruces de lo lanzadas que eran éstas dos brujas en su juventud. Se comían la vida a bocados, las tías... Tan poco está mal porque, a ver ¿a quién hacían daño con eso? ¡A nadie!... bueno, si alguien se enteraba, sí... Basta ver a la abuela como se puso al saber la traición de su amiga después de tantos años... Y al abuelito también le hicieron daño porque se lo cargaron...Y de rebote me hicieron daño a mí que no pude conocerlo... En resumidas cuentas ¡vaya par de sinvergüenzas!

Para calmar los nervios sali a dar un paseo y me llevé a Pascualita en el termo de los chinos. Cogí el autobús hasta Marineland y entré a ver los peces para relajarme. Llevaba destapado el termo para que la sirena viera a sus congéneres. Al bicho se le erizaban los pelo-algas a la vista de algunas especies y con otras sacaba sus dientecitos de tiburón a pasear. Lamenté no haberme traído el guante de acero pero sus amenazas no iban contra mí, sino contra los tiburones, lo cual me acercó, espiritualmente, más a ella porque a mí tampoco me caen bien.

Salí rápidamente de allí y fuimos a ver a los delfines. Y contra todo pronóstico, la sirena pasó olímpicamente de ellos. Se metió en el termo y se durmió. Donde sí se mostró activa fue ante la piscina de las mantas. ¡Quería salir a toda costa! Y no me quedó más remedio que agarrarla de los pelos y mantenerla en el aire. Algunos niños le pidieron a sus padres, a gritos y aspavientos, que querían una birria de "muñeco" como el mío. Esto me despistó y Pascualita logró su objetivo dando un fuerte coletazo y cayendo entre un mar de mantas.  ¡Oh. oh! El maldito bicho se encontraba en su elemento y la veía disfrutar nadando a toda velocidad, saltando fuera del agua con una chulería que me sacaba de quicio. Entonces me vino a la memoria un reportaje sobre mantas que vi en la 2 y pedí a los niños que dieran golpecitos en el agua y verían lo que pasaba. Lo que pasó fue que todas las mantas, curiosas, se fueron hacia aquel lado y yo me metí en el agua, por el otro. Eso fue fácil, lo difícil fue coger a Pascualita. Lo conseguí después de caerme varias veces y calarme hasta los huesos. Al oír el chapoteo las mantas giraron hacia mi dispuestas a comerme a besos pero yo no estaba por la labor así que, rápidamente, me quité el vestido y lo tiré, usándolo como red, sobre la sirena y salí de allí pitando cuando ya unos cuantos bichos se pegaban a mis piernas.

Después de pagar una multa y comprarme unos gallumbos y una camiseta que dice "Recuerdo de Mallorca" volví a casa más histérica de lo que me había ido y con un hambre de lobos. Pero las lobas de la abuela y la Cotilla que, como no, estaba allí, no me habían dejado ni las migas. - ¿Y qué como yo? - "Hazte un pan con aceite, que es muy sano" - me dijo la abuela mientras apuraba su copa de chinchón

lunes, 24 de junio de 2013

Esta mañana la abuela ha salido de casa con la toalla, la crema para el sol, las chanclas, las gafas de sol, las aletas (solo las usa para delimitar su "territorio" sobre la arena. Pone una clavada cerca de sus pies y la otra cerca de su cabeza y ¡Ay! de quién traspase la línea imaginaria) el bikini, el pareo, el sombrero y el termo de los chinos, lo que nos ha costado una agria discusión que ha acabado ganando ella, como siempre, porque ha salido dando un portazo y dejándome con la palabra en la boca.

Después de discutir con Pepe los pros y los contras de que Pascualita vaya sola con la abuela a la playa, la cabeza jibarizada me ha dado la razón ¡es un peligro! He decidido llamar al trabajo para decir que no me encuentro bien y no voy a ir a trabajar (espero que nadie me vea en la playa) cuando, como empujada por un tornado, la puerta de la calle se ha abierto con estrépito y la abuela ha entrado como un elefante en una cacharrería - "¡Me repatea la informalidad! ¿En qué quedamos? ¿Estamos en verano o no? ¡Me he quedado helada esperando el autobús! Dichoso cambio climático que no sabe a qué carta quedarse! Ahora mismo voy al mercado a comprar para hacer un buen cocido... ¡Atchiiiiiiisssssss! ¡Hala, constipado al canto!"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaa! ¿Hablabas de un cocido? ¿Pero tú sabes el calor que hace? - "¿De que País vienes tan calurosa..." ¡Atchiiiiiiiissssssss! - ¡No pienso comer cocido! - "Allá tú. Te aseguro que éste tendrá sus garbanzos, su jamón, su pringá... Vamos, todo lo que le toca" .... ¡Atchiiiiiiiiissssssss! - ¡Salud! Tómate un chinchón y se te pasará el frío...¿o es que tienes el corazón caliente? jejejejejejeje  ¿Ya estás con los nervios de la boda?... Estas cosas no se olvidan aunque hayan pasado muchos años ... ay... - "Ay ¿qué? boba de Coria ¿Cuándo has sentido tú esas cosas si nunca te has casado?" - No hace falta casarse, basta estar al lado del novio en el momento justo... el novio de otra, se entiende jejejejeje... - "¿Qué quieres decir?" - ¡Huy, nada, nada! jejejejeje - "Cotilla ¿me estás vacilando?" - ¡Nooooo! jajajajajaja... además, ¿qué más da? Han pasado muuuuuuchos años.

La abuela se quitó el termo de los chinos (¡menos mal!) y me lo tiró, luego cogió a la vecina por la pechera. Y de repente abrió la boca con asombro ¡acababa de recordar algo! - "¿Fuiste tú la chica sobre la que comieron mi primer marido y sus amigotes en la despedida de soltero? ¿Tú eras "la mesa"? ¡¡¡Te mato!!!" - Y se inició una carrera, a vida o muerte, al rededor de la mesa del comedor. - ¡Para a tu abuela! - me gritaba la Cotilla. - "¡Coge a esa mala pécora!" me gritaba, a su vez, la abuela. Al final nadie cogió a nadie porque el fuelle y las piernas les fallaron a las dos y acabaron derrengadas en el sofá.

Comimos ensaladilla rusa, fresquita, porque con tanto ejercicio sudaban a mares las dos amigas. Pero la discusión duró hasta la hora del café - ¿No sé a que viene tanto aspaviento si al final nos lo cargamos las dos? - "Porque de novio estaba muy bueno y te aprovechaste de él" - Ahí te doy la razón - "¡Tendrás cara!"

Me tenían tan harta que fui a buscar a Pascualita, me puse las gafas de sol y dejé que escupiera agua envenenada a las dos porque era tal el jaleo que armaban que la pobre sirena no sabía a quién atacar. Ahora ambas tienen un ojo hinchadísimo y duermen la mona. El chinchón, para éstas cosas, es mano de santo.


domingo, 23 de junio de 2013

La vida es una caja de sorpresas: ¿Hay algún día que, al empezar, pensemos que será tranquilo y después lo sea? NO. Generalmente suele ocurrir todo lo contrario. La cosa se va animando a medida que pasan las horas y acabas rodeada de gente que grita más que tú.

Eso es lo que ha pasado hoy. Un hermoso domingo de verano, ideal para quedarse espatarrada en casa, sentada en la terraza, con un refresco en las manos, bajo la sombrilla y viendo a Pascualita nadar feliz en una pequeña piscina de plástico, para niños, que le he comprado, mientras la abuela prepara su magnífica paella. El único PERO que se le puede poner a tan idílica escena escena es que la Cotilla vendrá a comer.

Bueno, pues todo esto que he contado es lo que estaba haciendo cuando la abuela me ha ordenado que fuera a por pan - Pero si queda de ayer - "Tenemos invitados ¿no querrás que les demos pan duro" - (¡Mi gozo en un pozo!) ¿Invitados? ¡No fastidies! - "Nuestra nueva familia"

Cuando volví con el pan bajo el brazo encontré la casa llena de gente: Andresito, la Momia, el Médico y la Cotilla que, por cierto, no dejaba de pellizcar uno de los pasteles que, a todas luces, no había traído ella.

Sin medir las consecuencias de sus palabras, quizás debido a un cierto nerviosismo, la abuela dijo - "Id todos a la terraza y tomaremos el aperitivo allí" - Para quedar bien delante de mi nueva familia, ayudé a llevar platos y vasos y no fue hasta que se me iluminó la bombilla cuando me acordé de que Pascualita seguía allí, a sus anchas en la piscina de plástico.

Salí corriendo, atropellando a la Cotilla que en esos momentos entraba en casa con cara de asco y algo cogido con dos dedos - ¡Loca! Anda, tira esto a la basura, que no lo vea la Momia. A tu abuela se le ha caído una sardina en aceite dentro de esa piscina de los chinos. - ¡¡¡Pascualita!!! grité para mi fuero interno. La vecina la llevaba cogida por la cola, boca abajo y el bicho se dejaba llevar sin protestar. Cuando la cogí aparecieron detrás de mí la abuela y su futura suegra.

La abuela estuvo al quite - "¡Mira lo que ha encontrado mi nieta! Hace días que lo perdí. Es el adorno de un broche muy antiguo que tengo" y se guardó a la sirena en el bolsillo. La Cotilla fue a protestar - ¡Pero si es una sardin... aaaaaaayyyyyyyy! - Le di tal pisotón que no andará en tres días. Menos mal que estaba allí el Médico y le vendó el pie con maestría - ¡Que cruz tienes con tu nieta! - se quejaba amargamente mientras me echaba miradas asesinas

Nada de eso le ha impedido a la Cotilla comer a tres carrillos, aunque la Momia no le va a la zaga. Por lo visto siempre controló su peso pero desde que pasó de los 100 se dijo que todo el monte es orégano y no le hace ascos a  nada. Igual ha pasado con el chinchón. A éste paso saldremos a tres botellas por semana.

Cuando las visitas se despedían le he dado una patada en la espinilla al Médico de esas que hacen saltar las lágrimas, cosa que él me ha agradecido con una bobalicona sonrisa de enamorado. Y todo porque le ha dicho a la Cotilla que durante tres días es mejor que se quede ¡EN MI CASA! para descansar el pie.

sábado, 22 de junio de 2013

La Cotilla está haciendo una lista de sus amigos. Lleva media hora y solo ha apuntado tres - ¿Ya no tiene más? - ¡No me atosigues!... Es que... no recuerdo sus nombres - Pues ponga los apodos o los apellidos... ¿Y para qué dice que quiere esa lista? - Que yo recuerde y tengo buena memoria, no te lo he dicho. - Pues, una de dos, o no tiene amigos o la memoria le falla como una escopeta de feria.

- "Cotilla, vamos a comer" - Ahora voy... - "Que se enfría ésto" - Humm... sí, sí... - "¿Qué le pasa?" - Algo se lleva entre manos ¡y gordo! Se olvida hasta de la comida... ¡Déjala, así tocaremos a más! - Dos platos y postre después, la vecina se dio cuenta de que no había comido - ¿Porqué no me habéis esperado? ¡Que cara! - "Un momento. Hasta que no digas qué te pasa, no probarás bocado"

- He conocido a tanta gente que alguno será juez o procurador, o político, o cura... - ¿Cura? No se acerque a ellos porque como sepan que les limpia los cepillos la pondrán a caldo. - El caso es que no quisiera que me investigaran y me sentaran en el banquillo - "¿Por cuatro perras que coges?" - No... es que nunca he echo la Declaración de la Renta... - ¡Encima de caradura, es defraudadora! - No tengo nada que declarar pero, como soy pobre llevo las de perder..  En cambio José Mari es rico, tuvo bigote y buenos amigos y haya echo lo que haya echo, no le van a llamar a declarar - ¿José Mari? - El ex.

El chinchón calmó los ánimos de la Cotilla. ¿Así que puedo estar tranquila, verdad? - "Si no lo estás, puedes dejarte bigote y tal vez te confundan con él jejejejejejeje" - Vaya... no lo había pensado...

Empezábamos a amodorrarnos cuando llamaron, insistentemente a la puerta. Corrí a abrir, asustada - ¿La vecina del 4º está aquí? (Un municipal como un armario de tres puertas preguntaba por la Cotilla) ¡Que salga! - La pobre salió, llorosa y temblando. Con los brazos por delante, ofreciendo las muñecas para que le pusieran las esposas. La abuela, dominando la situación, preguntó qué pasaba. - Nos ha llamado un vecino porque está saliendo mucho humo de su casa. - ¡¡¡Me he dejado al fuego una olla con agua!!! - "Para qué?" - Para lavarme... Hoy es sábado y toca. - La mujer subió a toda pastilla y yo le grité: ¡Piense en lo del bigote! jejeje Aaaaaaaayyyyyyy - ¿Por qué dará la abuela unos capones tan fuertes?

viernes, 21 de junio de 2013

Mientras desayunaba, la abuela miraba el Diario y movía negativamente la cabeza. Desde lo alto del azucarero, Pascualita no le quitaba ojo, sobre todo porque estaba pendiente de que le diera más galleta María mojada en café con leche. Un poco más allá Pepe, con los ojos cerrados y cosidos, aguardaba con su infinita paciencia a que ocurriera algún acontecimiento. No porque a él le afectara lo que pasara... bueno, a veces sí le afectaba, por ejemplo cuando Pascualita, enfadada, le mordía y arrancaba un trozo de su cabeza, o cuando la abuela me lo tiraba, sin mucha puntería.

Entonces me di cuenta de que sin mi peculiar familia, mi vida sería más aburrida aún y sentí el pellizco del cariño que me contrajo, un poquito (tampoco hay que exagerar) el corazón.

De repente, la abuela hizo una pelota con el periódico y lo lanzó por la ventana de la cocina - "¡Esta gente ya no es lo que era! La crisis los ha ablandado" - ¿A qué gente te refieres? - "A los alemanes. ¡Menudos eran... y son, cuando llevan unos cuantos litros de cerveza en el cuerpo! En la época de las comidas sin fundamento y bebidas sin... nos hemos vuelto blandengues ¡O nos han vuelto! No me extrañaría que la Humanidad fuéramos conejillos de indias para que hicieran experimentos con nosotros un grupo de personas riquísimas y poderosas, siempre en la sombra pero manipulando gobiernos, bancos, empresas y farmacéuticas. Es que no hay otra explicación" - ¿Ha pasado algo gordo? - "¡¡¡Gordísimo!!! Están ensayando con nosotros. Preparan potingues, por ejemplo...en hamburguesas. Les echan los polvos de María Coco y al comerlas, media nación puede volverse agresiva y la otra mitad no. Unos se enfrentan a otros y ya está la guerra armada ¿por qué? Porque uno de esos ricachones tiene fábricas de armas y las fabrica como churros. Por lo tanto, tiene que venderlas también como churros" - ¡Ay, abuela! ¿Qué le has echado al café? ¿Vinagre?

A medida que avanzaba la conversación y la abuela se ponía más nerviosa, Pascualita empezó a fijarse en mí y eso no trae nada bueno así que tuve que tomarme el cola cao con las gafa de sol puestas, por si acaso. Y no me enteré de a dónde quería ir a parar la abuela con tanto sermón.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! Para que no podáis decir que siempre estoy comiendo en vuestra casa por la cara, aquí traigo unas magníficas hamburguesas, bien frescas. - "¿Hamburguesas? ¡No quiero ni verlas!" - ¿Qué te ha echo tu nieta? - ¡Oiga! que no le he echo nada... Y no me trago eso de que son frescas... ¿De dónde las ha sacado? porque con lo poco que cobra... - Son del contenedor de basura de en frente del súper y son frescas porque las acababan de meter. - ¡Yo no las pienso comer! - Pero si el ministro dice que no pasa nada aunque hayan caducado. - Hablaba de yogures. - ¿Y qué más dará una hamburguesa o un yogur? - ¡¡¡Abuela, tíralas!!! - ¿Con la crisis que hay?... ¡Que cruz tienes con tu nieta!

Afortunadamente había conejo con cebolla, riquísimo. Y la Cotilla guardó de nuevo sus hamburguesas - Así tendré para cenar tres días. - Luego, mientras tomábamos el café, la abuela nos contó que la hija, alemana, de la mujer alemana, Hilda, perdida y rescatada dos días después por el perro de los bomberos, ha desistido de denunciar al Consell ante la guardia civil. - "La mujer ha estado dos días perdida cuando en veinte minutos el perro pudo haberla encontrado ¡y todo por no pagar unas horas extras a los bomberos. Y no pone una denuncia! Lo que yo digo. Alguien experimenta con nosotros" - Un rato y cuatro o cinco copas de chinchón después, la abuela, que aún le daba vueltas al mismo tema, dijo ya más apaciguada - "Bien mirado, ya que han venido de vacaciones, tampoco van a perder el tiempo poniendo denuncias..." y de repente se atragantó - "¡El chinchón también está manipulado! ¡¡¡Maldita sea!!!


jueves, 20 de junio de 2013

La abuela está como unas castañuelas porque la propuesta que le hicimos la Cotilla y yo, ha dado buen resultado. Nos lo ha contado, mientras desayunábamos, a Pascualita y a mí. - "¡La momia es una tía fantástica! Nos divertimos un montón. Todo era nuevo para ella que siempre se ha desenvuelto (lo dijo así) en otros ambientes más distinguidos. Entre otras cosas porque tuvo un marido muy estirado. Rico a más no poder y que se pasó la vida de diversión en diversión pero con otras mujeres. Con ella era distinto porque era su esposa y guardaba la compostura ¡Nunca bebió champañ en el zapato de tacón de ella pero sí en el de otras".

"De estas cosas se enteró cuando ya había pasado de los 60 años. Se le ocurrió pagar a un detective para que le informara de los pasos que daba su marido cuando no estaba con ella. Por supuesto, se llevó un disgusto muy grande pero también una alegría porque se consideró liberada del juramento que hizo cuando se casaron. Si él, que también había jurado, se lo saltaba a la torera ¿por qué ella no? Además, se murió poco después" - Que casualidad ¿no? - "La vida está echa de casualidades en las que no creo" - ¿No estarás diciendo que le dio un mejunje como hiciste con el abuelito? -"¡Anda, calla y no digas bobadas!... Ayer descubrió las tiendas de los chinos. Nunca había entrado en una y le encantó, sobre todo el detalle de tener tras ella, como una sombra, a la dependienta - ¿Es una esclava? (me preguntó) Y le dije que sí. Y va y me dice - ¿Puedo decirle que se ponga a cuatro patas para sentarme en su espalda? - Ahí me pilló pero salí del apuro tirando, con disimulo, un euro al suelo. En cuanto la china se agachó, la momia se sentó sobre ella jajajajaja

Llegamos al Funeral y lo pusimos patas arriba. Nos subimos a una mesa y la presenté al personal. Se llama Francisca Evarista Teresa Rosaura de todos los Santos" - ¡Jopé! está sin nombres la tía. - "Imagínate la cara que pusieron todos pero lo simplifiqué diciendo que podían llamarla ¡Momia!" - ¿No se enfadó? - "¡Le encanta! Se conoce que ha echado las patas palante y se ha puesto mundo por montera. Lo primero que hizo fue invitar a varias rondas de chinchón a los presentes que acabaron coreando su nombre mientras Conchi ponía  la música de Paquito el Chocolatero de su móvil ¡¡¡Momia, Momia, Momia!!! jajajaja Fue muy divertido. A Andresito tuvimos que hacerle un masaje cardíaco. Entonces su madre se acercó a la pared de los Finados y dijo: Si se muere pondremo su foto aquí ¿que te parece?" - ¡Pero si ella es mucho más vieja! - "De años, no de espíritu. Total, que estoy encantada con mi suegra" - O sea ¿qué os casáis? - "Sí. Y hemos llegado a un acuerdo las dos. Ella seguirá viviendo en esa Residencia tan cara en lugar de en la Torre del Paseo Marítimo y yo me la llevaré de juerga cada vez que me lo pida"

 ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! ¡Esto hay que celebrarlo. Niña, saca el chinchón! - Siempre me admira el buen oído que tiene usted, Cotilla.

miércoles, 19 de junio de 2013

En cuanto he visto a la abuela le he dicho - ¿Por qué no me dijiste que ibas a tener suegra? - "No lo sabía. Me enteré anteayer en El Funeral. Me lo dijo Andresito pero como estábamos de juerga no le hice caso sin embargo, ayer por la mañana, me llamó para confirmarme que vendrían" - ¡Menuda papeleta!... ¿Cuántos años tiene ésta mujer? - "¡Ciento cinco!... Eso me ha dicho su hijo" - La tía es de armas tomar... ¿Aún piensas casarte?

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaa! jajajajajajaja ¡Tú, con suegra. No me lo puedo creer jajajajajaja ¿Y piensas casarte? - "Yo, sin la Torre del Paseo Marítimo, no me quedo"

Mientras estábamos comiendo Andresito llamó por teléfono y en seguida la abuela puso el grito en el cielo - ¡¡¡"Eso sí que no"!!!... ¡¡¡O ella, o yo!!! Piénsatelo... ¿ya lo has pensado? Claro, mi amor. Sabía que me entenderías y... ¿QUÉ? ... ¿Que te quedas con ella? Pero... pero... pero ¡¡¡Vete al cuerno!!!

- ¿Hay boda o no hay boda? - Abuela ¿qué pasa? - "La momia dice que no soy mujer para su hijito. Que soy una trepa. Que solo me caso por su dinero..." - Debe ser psicóloga porque en el poco tiempo que estuvo aquí, te retrató. - ¡¡¡Cotilla!!! - ¿Qué más ha dicho? - "Que quiere vivir con nosotros, en el caso hipotético de que nos casemos que, para eso la Torre es suya¡ ¿Os lo imagináis? ¡Me tendría de criada!"

Con la discusión perdí de vista a la Cotilla que se entretuvo en rebañar nuestros platos y me ha dejado a medio comer.

Sentadas en la salita, con el café y el chinchón, se me ocurrió una idea - Abuela, si quieres esa Torre tendrás que hacer de tripas corazón. Deja de ver a la momia como a una enemiga. Haz que se pase a tu bando. Camelala. Llévala al Funeral y demuéstrale como eres. Creo que le gustará más eso que estar junto al soso de Andresito. - "No bebas tanto chinchón que te vuelve más tonta de lo que eres ¿No ves que es una señora de alto copete?" - Es un torbellino de 105 años. Le queda medio telediario ¡déjala que disfrute! - Oye, la boba de Coria de su nieta creo que tiene razón. ¿Por qué no lo pruebas? - ¡Eso! Llámala y dile que se ponga cuanta quincalla y brillos tenga, que ésta noche va a saber lo que es bueno. - ¡Y si le falta luminaria, llévatela a la tienda del señor Li!

martes, 18 de junio de 2013

No he podido comer. Tengo la boca abierta de par en par desde el mediodía y no consigo cerrarla. Como siga así tendré que ir a urgencias a que me la cierren. He tragado tantas moscas que a penas tengo hambre...

Esta mañana la abuela me ha anunciado que tendríamos invitados. Me gusta que venga gente a comer  porque así contrarrestamos a la Cotilla y además, la abuela suele esmerarse en los menús. Nada más desayunar, ha entrado en una espiral de excitación. Ha barrido, quitado el polvo y fregado la casa ¡dos veces! Ha puesto un mantel en la mesa del comedor. Lo ha quitado. Ha puesto otro. Ha repetido la operación unas cuantas veces más. Finalmente se ha decidido por uno que guarda, en el canterano, como oro en paño. Ha sacado una vajilla, luego otra ¡menos mal que solo tenemos dos! Y así con todo: vasos, cubiertos... Todo ha sido cambiado y vuelto cambiar.

La he oído hablar con Pascualita mientras tomaban el café con leche - "Siento que el café no esté muy cargado pero, lo último que necesito hoy es ponerme de los nervios. ¿Has pasado alguna vez por algo así? Es una papeleta, te lo digo yo... Y encima, con éste calor, quiere comida contundente, no le van las medias tintas" - (Ahí intervine) - ¿Qué vas a hacer de comer? - "Fabada". - ¿No quieres decírmelo? Mejor, será una sorpresa.

Al llegar a casa todo relucía y de la cocina llegaba un olor que me recordaba a... ¿fabada? En ese momento entró la Cotilla - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! ¡Uf! ¿No hueles a fabada? ¿A quién se le ocurre con el calor que hace? - La abuela, al oírnos, salió de la cocina como una exhalación - "¡Arreglaos. De prisa, que los invitados están a punto de llegar!" - La vecina y yo nos miramos extrañadas  ¿Arreglarnos? pero si vamos como siempre - Abuela... - "¿Quéééééééé?" - ¿Qué comeremos? - "¡Fabada!"

Antes de que sonara el timbre de la puerta nos ha pasado revista a las dos ¡no ha consentido ni un pelo fuera de su sitio! Finalmente, los invitados han echo acto de presencia en el comedor, en cuya mesa la abuela había colocado un montón de bandejitas con entrantes, a cual más delicioso - ¡Pero si son Andresito y el Médico!  - a exclamado la Cotilla para, acto seguido, meter la pata hasta el fondo - ¡¡¡y una momia!!!

El silencio podía cortarse con un cuchillo. La abuela estaba pálida como la cera. Finalmente "la momia" habló con voz cascada: ¿Qué has echo para comer? - "Fabada" - Estupendo. Retira todas éstas tonterías y vamos a lo que importa ¡Tengo hambre! - Mamá (ha dicho Andresito) mi novia ha preparado estos bocaditos con mucha ilusión - ¡¡¡¿Mamá?!!! (ahí fue donde se me abrió la boca y así sigo) ¡Tres platos de fabada se metió la vieja entre pecho y espalda!  más media botella de chinchón después de un vaso grande de café. Luego urgió a sus hombres que debían irse - ¿No quieres descansar un poquito, abuela? (dijo el Médico - No puedo. Me esperan en casa de Merche para la partida de cartas y el té con pastas.

Cuando nos quedamos solas y la abuela se relajó, la Cotilla expresó lo que yo no podía decir : La venganza de tu ex marido acaba de salir por la puerta ¡Menuda suegra!

lunes, 17 de junio de 2013

Parece que el efecto de los porros ha desaparecido porque a la abuela se le han bajado los humos.  Menos mal, porque aguantar todo el día a la Reina de Egipto no sabéis lo que es. De todas maneras la Cotilla, que tiene la cara hinchada como si le hubiese picado un enjambre de avispas, no se fía.

- "¿Por qué me habéis quitado la ilusión de ser alguien importante? Ahora me veo una zarrapastrosa... ¡Toda la culpa la tiene Conchi!" - No lo dudes. ¿A quién se le ocurre llevar a una fiesta los porros del yerno? - "No, si eso estuvo bien. Lo malo es que no me los dio todos... ¿A ver si te crees que ella no los probó? ¡Pero si era Cleopatra y la Reina de Saba al mismo tiempo! jajajajaja Ese día se había peleado con su marido y se pasó la noche gritando que le cortaran la cabeza. Al principio a él le hizo gracia pero cuando a todos nos empezó a hacer efecto la bebida y alguien cogió el cuchillo de cortar jamón, se le pasaron de golpe los efluvios etílicos jajajajajaja" - Un día vais a tener un disgusto. - "¿Lo dices por si le cortamos la cabeza a alguien? ¡Que va, mujer! Más de una nos lo agradecería jajajajajaja"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! ¿Cómo está hoy la Reina de Egipto? - De capa caída. Hoy no llega ni a esclava. - ¡Menos mal! porque no quisiera que me tirara otra vez a ese que dijo... ¿como era? Osi... - Osiris, el dios de los muertos - ¡No me digas más! ¡¡¡Quería matarme y por poco lo consigue la jodía!!!

- "Hola, Cotilla... ¿Qué te ha pasado en la cara?" -¡ Un "regalito" del antíguo Egipto! - "¿De qué va ésta?" - Te perdono si haces la paella que no nos diste ayer. - "Ayer... ¡que tiempos aquellos en los que tenía esclavos para todo... ay, como los añoroooooo..." - Pero si fue ayer. Tu abuela aún está un poco pallá. - Tuve que darle la razón.

Después de comer, sentadas en nuestras butacas, miré a las dos amigas que roncaban a pierna suelta agradeciendo el fresquito que entraba por las rendijas de las persianas. Y sentí envidia porque nunca tendría una amiga así... ¿Por qué no tenía amigas? Quizás porque el genio de mi abuela las atemorizaba. O acababan hartas de la Cotilla que, continuamente, se metía con ellas... Pero ¡yo tenía una amiga! pequeña y fea, a la que había sacado de muchos apuros... Sentí añoranza y me levanté a buscarla. Luego, sentada de nuevo en la butaca, con Pascualita sobre mi rodilla, me sentí, más que amiga, madre y la acaricié una y otra vez, le compuse la birria de pelo-alga de su cabeza y seguí con el dedo el perfil de su boca... ¡que se abrió de repente y me mordió con toda la fuerza de sus mandíbulas -¡¡¡Serás....!!! - Sacudí con fuerza la mano y Pascualia salió disparada para caer, aturdida, en el escote de la Cotilla...- ¡Anda y que te den, monstruíto! ¡¡¡Que te salve tu abuela!!! - Y corrí a curarme el dedo hinchado que me dolía horrores.


domingo, 16 de junio de 2013

- "¡¿Se puede saber por qué me has despertado tan temprano?!" - ¿Temprano? Van a dar la una. Tendrás que hacer la comida ¿no? - "Estaban a punto de hacerla mis criados" - ¡Despierta, que estamos en nuestro pisito de siempre! - "¡¡¡Arrodíllate ante la Reina de Egipto!!!

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaa!... snif... sniff... No huelo a paella... ¿por qué? - ¡Chist! no meta cizaña que la abuela ha tenido un brusco despertar. - ¿Qué le has echo? - Viendo la hora que es, despertarla o nos quedamos sin arroz. - Por una vez estoy de acuerdo contigo.

La abuela apareció en el comedor, disfrazada de ¿egipcia?. Llevaba una toalla enrollada en la cabeza y se había prendido el broche con Pascualita, en plan adorno faraónico. Llevaba los ojos tan pintados que a penas se le veían. De vestido llevaba un pareo que le dejaba un pecho al aire, cosa que encontré fuera de lugar para ir a hacer una paella. Un montón de collares y pulseras, más unas chanclas con abalorios, completaban el modelito. Quedamos con la boca abierta al verla - ¿Pero... pero de qué vas, mujer? - "Soy la Reina de Egipto" - ¡Vaya perra que has cogido, abuela!... ¿voy poniendo la mesa?

Nos tuvo en un ay a la Cotilla y a mí porque no sabíamos si comeríamos o no. Después de su exhibición por el comedor, se encerró en la cocina y cuando salió, dando unas enérgicas palmadas, nos obligó a sentarnos, después de ella. Luego acercó un plato con bocaditos para picar, a la Cotilla diciéndole . ¡¡¡Prueba!!!- Me enfadé porque siempre me deja en segundo plano. La vecina, muy ufana, cogió uno, se lo metió en la boca, masticó ¡y vomitó! - "¡Ajá! Lo que me suponía. Alguien ha querido envenenarme" - A la Cotilla le cambió la cara ¿veneno? - "Catadora, come otro bocadito" - ¡No me da la gana! - "¿Osas replicar a la gran Reina? ¡Morirás como una rata! ¡Tú! ("tú" era yo) Acércamela para que sienta en la nuca el aliento de Osiris!" - Abuela... ¿Estás bien? - ¡¡¡Está loca. Me ha envenenado!!! - cogí un bocadito y lo lamí - No es veneno ¡es bicarbonato, puagggg!

Llamé a Andresito - ¿Qué pasó anoche en el Funeral? ¡La abuela está como una cabra! - El pobre vino en seguida y entre los dos la acostamos. La Cotilla ni se arrimó. Andresito nos contó que la noche anterior la abuela se empeñó en celebrar un aquelarre en la cafetería para echar mal de ojo a todos los que quieren tocar las pensiones, desde el Presidente al último mono. Al final, como casi siempre, tuvo que venir la policía a causa del jaleo que armaron. Pero la abuela, que se erigió en Jefa de las brujas, quiso ponerse en contacto con el Demonio y para ello no dudó en beber, bailar, beber más, bailar más y fumarse unos cuantos porros de Conchi ,que le había quitado a su yerno Y acabaron viendo al Demonio ¡pintado de rosa y flotando! Luego dijo que era la Reina de Egipto y mandó decapitar, ipso facto, a quien toque las pensiones... - Andresito se interrumpió (él tampoco estaba muy católico) y pidió a la Cotilla que se asomara a la habitación de la abuela para ver si dormía. Medio minuto después la oímos gritar como si la mataran.

Corrí hacia el cuarto y tuve tiempo de oir a la abuela diciéndo : "¡Toma, Osiris!" - La Cotilla saltaba, brincaba y chillaba mientras Pascualita, se agarraba con los dientes en su nariz -  ¡¡¡Quiere matarme!!! ¡¡¡Me ha tirado al Demonio!!! - De un tirón seco desprendí a la sirena y la metí en el bolsillo. La Cotilla sangraba y moqueaba y no se estaba quieta. Me costó mucho que se sentara y se amorrara a la botella de chinchón hasta que se durmió.

sábado, 15 de junio de 2013

Esta madrugada una voz suave me ha susurrado al oído: Échate para allá que no quepo. Al principio pensé que sería parte del sueño en el que estaba inmersa... ¿qué demonios soñaba? Después, más atenta, estiré la pierna para asegurarme de que, como siempre, estaba sola en mi cama pero ... ¡no! Sin darme tiempo a reponerme, la voz susurró de nuevo : ¡Que te eches pallá, borde!

Repentinamente despierta, salté de la cama y traté de encender la luz que, con el susto, se me había olvidado donde estaba ¡Había alguien conmigo! pero ¿quién? ¿un ladrón... o varios? ... Bueno, habría que ver cómo estaban antes de ponerme a chillar como una posesa. Por fin encontré el interruptor de la lamparilla de noche y la encendí. Y entonces grite ¡como si me estuvieran matando!

La abuela llegó apresurada y con sus ojos legañosos miró fijamente al huésped - ¡¡¡Cotilla!!! ¿Qué haces aquí?

Más enfadada que un mono, la vecina nos puso al corriente de su "visita" - ¡Parece que tampoco voy a poder dormir tranquila aquí. Y todo por la boba de tu nieta! ¿A qué vienen esos gritos? ¿Es que no me conoces? - Pero ¿qué hace en mi cama? - Intentar dormir pero, entre que roncas como un volcán en erupción y duermes espatarrada ocupando todo el sitio, no puedo. - ¿Y qué pasa con su cama? - Allí arriba se ha quedado, no querrás que me pasee con ella a cuestas... ¡Que cruz tienes con ella! (le dijo a la abuela ¡Encima!)... Tengo terrores nocturnos infantiles. - Lo de los terrores nocturnos, lo entiendo, basta con que se mire en el espejo para tener que pasarse la noche en blanco pero ¿infantiles? - Estoy más joven cada día... no como otras (miraba a la abuela) - "Y yo. Basta que mires mi cutis. Es como de porcelana" - Sí, de porcelana rota y pegada para que de el cante... ¡Iros a dormir de una puñetera vez, que mañana trabajo! - La Cotilla intentó volver a mi cama pero mandé a las dos amigas a freír espárragos - Abuela ¿no querías amiga? ¡Pues toma amiga!

A la hora de la comida nadie me habló. Estaban enfadas ¿ellas? ¿Y yo, qué? Me contenté con escuchar su parloteo. Después, mientras tomábamos el café que me tuve que servir YO, conseguí hacerme con la botella de chinchón y me sentí la Reina del castillo. - "¡Oye! Pasanos un poco"... - Antes quiero que la Cotilla me jure que NO dormirá en mi cama por muchos terrores nocturnos infantiles que tenga - "¿No querrás que vuelva a pasar otra noche con ella? Da patadas y resopla cuando ronca. Me ha constipado" - ¿Cotilla, que dice? - Bueno... si no queda más remedio dormiré con tu abuela pero, en cuanto te duermas... - ¡Ni se le ocurra venir a mi cuarto! Esta noche el abuelito velará mis sueños y no está de muy buen humor. - A partir de ese momento, tomamos tranquilamente nuestras copitas de chinchón.


viernes, 14 de junio de 2013

La abuela ha salido de buena mañana (a un recado) y ha vuelto con cara de pocos amigos. Se ha metido en su cuarto y la he oído remugar mientras estrellaba cosas contra el suelo. - ¡¿Qué pasa?! - "¡Nada que te importe!" - Así que he seguido desayunando tan tranquila, sobre todo porque lo que se rompía era suyo pero, por si acaso, he cerrado la puerta de mi cuarto con llave.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! ¿Qué le haces a tu abuela? - Nadaaaaaa... que manía ¡Abuela, está aquí la pesada de la vecinaaaa! - "Hola,Cotilla... Vienes en mal momento poque he dado cuenta de que voy a casarme con el hombre equivocado" - ¡Vaya! Si no lo quieres para ti, me lo quedo. - "¿Para que disfrutes de la Torre del Paseo Marítimo? ¡anda ya!... Me sacrificaré" - ¿Quién es el otro? - "Alguien que está forrado de oro. He ido a ver lo que me costaría embaldosar la fachada del balcón con chapas de titanio y he quedado quedado patidifusa, luego he mandado al vendedor a tomar viento pensando que se reía de mí, pero decía la verdad. ¡Y el tío ha forrado casi todo un museo en Bilbao! Se llama Guguenhein (o algo así) pero yo le llamo Hein, es más íntimo" - ¿Y Andresito qué ha dicho? - "No sabe nada...  ¡¿Por qué no lo habré conocido antes?!" - ¿Le conoces? - "¡Que no, pesada! Con él a mi lado, hubiese pasado a la posteridad. Imagínate dos enormes navíos en la bahía... uno a la derecha y otro a la izquierda. Un velero antíguo, anclado en el tiempo: La Catedral. En el otro extremo, un barco moderno que acaba de llegar, forrado de titanio, un museo Guguenhein, sensible a los cambios de la luz del sol a medida que pasan las horas ¡Que me río yo del edificio de Gesa! Dentro de unos años, en los libros de historia de nuestra Comunidad, al hablar de gente importante, los primeros seríamos Jaume I y yo... fíjate si no es para romper cosas"

Las dos viejas se ha sentado en la salita a hacer su cábalas entre copa y copa, de chinchón. - ¿Y si lograras conocerle, romperías tu compromiso con Andresito? - "¡Claro! pero no caerá esa breva" - Cosas más raras han pasado... Si ese tío es alemán, tendrá un apartamento en la Isla... ¿Entonces podría quedarme con Andresito?
- "¡Que perra te ha cogido con ésto! ¡¡¡Pues no!!!. Lo tendría de reserva por si las moscas" - ¡Mira que eres egoísta! ... ¿Y si voy le cuento todo ésto? - La abuela entrecerró los ojos. Avanzó un dedo acabado en una uña pintada de rojo pasión hasta ponerla junto a un ojo de la Cotilla que parpadeó, nervioso y dijo con voz ronca y amenazadora: - ¡Que te daría de comer Rita la Cantaora!

jueves, 13 de junio de 2013

Que sopoooooooooooooorrrrrrrrrrrr... como apetece la siesta mientras una ráfaga de aire fresco llega a través de la ventana y trae consigo el aroma de las flores que la adornan... ¡Uf! que ramalazo de romanticismo me acaba de dar... ¿a qué se deberá?... ¿No estaré echando de menos al Médico? no, no, no...¡¡¡NO!!! ... ¿no?

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa! ¿Qué comemos hoy? ... ¿No está tu abuela? - Ha ido a cuidar a Andresito. Creo que tiene gripe. - ¿Ha dejado comida echa? - Que más quisiera yo... tendré que descongelar unas lentejas del mes pasado... - ¡Hale, pues que te aprovechen! - La Cotilla se ha ido, supongo que iba a la cola de los Capuchinos para que le den de comer como a otros muchos.

- "Me ha parecido oír a la Cotilla ¿no está?" - Tenía prisa ...  así comeremos tranquilas las dos solas. - "¡Vaya aburrimiento!" - ¡Abuela!... Tienes que contarme más cosas del viaje y es mejor que la vecina no esté por si tienes que hablar algo de Pascualita...

Como si me hubiese oído, la cabeza de la sirena emergió en la pila bautismal, dio un gran salto y cayó sobre el hombro de la abuela - "¡Pero que lista es mi pequeñaja! ¡¡¡Guapa, más que guapa!!!" - ¿Cuándo tienes la visita al oculista? - "Tienes el don de la inoportunidad. ¡Eres igualita a tu abuelo!... ¿Por qué crees que dejó tan pronto éste mundo?

 Cambié de tema porque éste empezaba a ser peligroso. - ¿Qué tal por Bilbao? - "Lo primero que hice fue despejar la duda que siempre me ha corroído. ¿Se dice Bilbao o Bilbado?"... - Abuela... - "De abuela nada. Pregunté a gente que es de allí y me confirmaron que se dice Bilbao, incluso los pijos lo dicen... bueno, menos Ana Botella que, por lo visto, rompe todos los esquemas... Y una vez aclarado esto ¡nos fuimos de pinchos! ¡Y chacolí! ¡¡¡Madre mía, cómo nos pusimos!!! Al final no cabía en el tranvía. Tuve que quitarme la faja y hubo desparrame general de lorzas. Con lo apretaditas que las llevaba pero es que me salían los pinchos por las orejas... Y al final, para rematar la faena, me tomé media botella de chinchón y fue como si estuviera en casa.

En el tranvía me dormí como un ceporro. Andresito me despertó porque le habían llamado la atención a causa de mis ronquidos (eso no se lo perdonaré nunca porque, una señora como yo, NO ronca) Le dijeron que en el transporte urbano de Bilbao no aceptaban fieras.¡ Eso me dijo mi novio! Y siguió metiendo el dedo en la llaga: dicen que no roncas, sino que ruges como el león de la Metro Goldin Mayer... -¿Yooooooo?... ¡No veas la que lié! Fui a encararme con el conductor pero tropecé y solo tuve opción de agarrarme a su cuello. El tranvía iba por libre pero yo no quería caerme y apretaba con fuerza mientras al hombre se le ponía la cara de diversos colores: del rojo al morado intenso. Un montón de manos ajenas consiguieron que lo soltara y el pobre hizo lo que pudo para no descarrilar. Entonces vi un edificio extraño. Como un amontonamiento de cubos, brillante , que me atrajo. ¡¡¡Pare, pare!!! grité y el chófer no se hizo de rogar. Pero no fuimos a ver el edificio porque Andresito estaba con la taquicardia a causa del disgusto ¿Que disgusto? le pregunté  ¡si a la que han llamado FIERA es a mí, bobo de Coria!


miércoles, 12 de junio de 2013

Desde que ha vuelto del viaje, la abuela me da las gracias por todo. Dice eskarrikasco. La primera vez lo dejé pasar, pero cuando la cosa se repitió ya me mosqueé y le dije - ¡Para tu madre, por si acaso! - Bueno, como se puso la señora. Me llamó mal educada, inculta, barriobajera y no sé cuántas cosas más - ¡Pues no me insultes! - "¡Te estoy dando las gracias en euskera, borrica!"

Como solo se ha aprendido ésta palabra, la usa para todo y para darse pisto delante de la gente - "Para que vean que sé idiomas y no cómo tú que solo hablas catalán, castellano y por teléfono. Yo, además de eso también se decir eskarricasko" - Pues si que es corto ese idioma. - "Hay más palabras pero, sabiendo esta, para qué quieres más. Además, no vivo allí. Es como el alemán. Se decir aufidersen ¡y con eso voy que chuto!" - ¿Crees que te entienden los alemanes? - "Es su problema si no entienden su lengua, no será que no lo pronuncio bien. Claro que, a esta gente les gusta empinar el codo con la cerveza, no es raro si luego no me entienden..." - Será por eso.

Andresito llamó por teléfono para avisar a la abuela que no podría recogerla para ir al Funeral. Tenía gripe. Cuando colgó estaba malhumorada - "¡Hombres! Se les rompe una uña y quieren que les lleven a la UCI... Me culpa de su gripe ¡como si se la hubiese contagiado!" - ¿Dormisteis con las ventanas de par en par? - "¡Claro! y se pasaba las noches diciendo que hacía frío... pero la gripe no la cogió allí, por lo menos, no toda... Estábamos en Lekeitio, en la desembocadura del río y nos asomamos para ver unos peces grandes, de dos palmos o más, que nadaban en fila india. Había muchos y marchaban hacia el mar. Me entusiasmé y les hice fotos, cada vez más inclinada hacia adelante, hasta que se me cayó al agua el termo de los chinos ¡Pascualita estaba cerca del mar. A muy pocos metros! Empecé a gritar - ¡Salta, Andresito, salta y coge el termo. Que se va, que se va! - ¿Crees que me hizo caso? - Ya te comprarás otro en los chinos - me dijo el viejo patoso - ¡¡¡Quiero éste. Quiero este!!! - Entonces dijo que ya no tenía edad para ser tan caprichosa ¡Que yo no tenía edad, me dijo el vejestorio andante! No me lo pensé dos veces. Me agaché, lo cogí por las piernas y lo tiré de cabeza al río. Unos chicos del pueblo saltaron al agua sin pensárselo y cuando vi que trataban de coger a Andresito, les dije ¡¡¡Primero el termo, que es muy valioso!!!

Afortunadamente, uno me hizo caso y los demás sacaron a mi novio, lloroso y asustado ¿Tengo que casarme con "esto"? pensé... y luego me vino a la mente la Torre del Paseo Marítimo y comprendí que era el hombre de mi vida"

martes, 11 de junio de 2013

Mientras desayunábamos, Pascualita ha saltado de su pila bautismal a la mesa y a punto a estado de darse un baño en mi colacao. Eso me ha dado pie a preguntar a la abuela qué tal se había portado la birria de la sirena en el viaje.

 - "De maravilla. No ha dado ninguna guerra ... Bueno... se puso un poco nerviosa durante el vuelo. Me senté junto a la ventanilla, a pesar de las quejas de Andresito que cree tener la exclusiva de ese sitio solo porque sufre de claustrofobia" - ¿Por qué le quitaste el sitio? - "Para que Pascualita viera el paisaje" - ¡Pero si ese bicho no se fija! - "Sí que se fijaba porque le sujeté la cabeza y no le quedó más remedio que ver las nubes" - ¿No la vio nadie? - "No. Andresito iba con los ojos cerrados y creo que rezando el rosario porque no dejaba de murmurar. Abrí la tapa del termo, lo justo para que la sirena se asomara un poco. Además, yo estaba girada, dando la espalda al pasillo... Pero me asusté"

 - ¿Había turbulencias? - No. Es que oí la voz de la azafata, con un inconfundible acento alemán y pensé que me hablaba ¡la Merkel! ¡¡¡Jopé!!! me dije. ¡Ésta viene a sacarme los cuartos! Di un respingo y el agua del termo de los chinos y Pascualita, salieron por los aires. Afortunadamente el agua le cayó a los pasajeros que iban delante de mí y no me mojé nada pero Pascualita cayó en el carro de las azafatas. Asustada, dió coletazos a diestro y siniestro tirando los botes de bebidas abiertos y llenando la moqueta del pasillo de colores: rojo del tomate, naranja del zumo, negro del café..." - ¿Qué hiciste? - "Me puse de pie sobre Andresito y se puso a gritar como si le mataran... creo que pisé algo blando entre sus piernas, y me tiré en plancha sobre el carrito para poder cogerla porque acababa de sujetarse con los dientes a la oreja de un señor que se estaba tomando un zumo. Tiré de ella y me llevé un trocito del lóbulo... Poca cosa, pero el energúmeno gritaba como si me la hubiese llevado entera. No sabes la que se montó. De repente, todo el mundo gritaba sin saber por qué y acabó apareciendo el piloto, con cara de susto pensando que sufríamos un ataque terrorista... ¡Que gente más escandalosa!" - ¿Ahí acabó todo? - "No lo sé porque, como la cosa no iba conmigo, después de meter a Pascualita en el termo, me dormí hasta que aterrizamos. Fue un vuelo fantástico... Andresito no lo vio así. Estaba molesto conmigo por haberle pisado... ya sabes, los colindrones

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! ¿Es cierto lo que he oído? ¿Hay criadillas para comer? Hummm... con el tiempo que hace que no las cato. - "¡Y lo que te rondaré, morena!"

lunes, 10 de junio de 2013

Que silencio hay en casa. He venido antes de que llegue la abuela porque no quiero que sepa dónde y con quién he estado, que luego me hace un interrogatorio tipo Gestapo y me deja para el arrastre. Sé cuál sería su primera pregunta "¿Ya habéis encargado a mi bisnieto?"

"¡¡¡Vengo reventadaaaaaaaaaaaaa!!! ¡Qué bien lo hemos pasadoooooo! ¿Verdad, Pascualita?" - ¿Ya se ha ido Andresito? - "Está subiendo las maletas" - ¿El solo? No me parece bien. Ya tiene mucha edad para estos trajines. - "Pues baja tú" - ¿Yooooooo?... No son mias. - El pobre tuvo que subir y bajar tres veces porque no podía con todo, pero no me preocupé porque hay ascensor. Se le oía de lejos cuando arrastraba maletas y paquetes por el pasillo. Todo eran jadeos, toses y respiraciones asmáticas. - A este paso te quedarás sin novio. - "¿Que sabrás tú? A sus años sigue siendo una fiera en la cama... Te lo prestaría una noche para que tuvieras, de una vez por todas, a mi bisnieto pero no me parece ético" - Vaya, me alegra saberlo. - "Es que hice una apuesta con él a que tendrías al niño (por tu cuenta) antes de los 40 y si te preso a mi novio, haría trampa"

Cuando Andresito recuperó el resuello y empezó a articular palabras, balbuceó algo sobre los pasajes que no entendí: - "Jajajajajaja, no se puede quitar de la cabeza el mal rato que pasó cuando nos dimos cuenta, en el mostrador de embarque del aeropuerto, que me había dejado los pasajes en la mesa del  comedor. Se puso como una moto. Creí que lo fulminaría un infarto. Afortunadamente no fue así porque hubiéramos perdido la mitad del pasaje" - ¿Hubieses seguido el viaje sola? - "¡Claro! ya estaba todo pagado"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! ¡¡¡Tú nieta no ha dormido en ésta casa!!! - ¡Será...! ¡A usted qué le importa, bruja! - "¡¿Has cohabitado con el Médico?! ¡Hay, hija, qué alegría. Por fin tendré un bisnieto! Andresito ¡hay bebé a la vista!" - ¿Ya te has echo la prueba de la rana? (su expresión era de incredulidad) - La Cotilla, que iba a lo suyo, intervino - ¿Y tú para qué te has llevado el termo de los chinos? - Eso le dije yo (terció Andresito) pero una vez que me acostumbré a verla con él, la encontré muy sexy. - "Y no habla por hablar jejejejejeje" - Bueno y ahora dime ¿qué comemos hoy? - "¿Dónde has comido éstos días?" - Depende. Algunas veces en el comedor social. Otras, si se me daba bien la cosecha de los cepillos de las iglesias, me pagaba un menú del self service. Pero cuando más he disfrutado ha sido comiendo de gorra. Me colaba en restaurantes buenos con mi mejor sonrisa y aspecto de gorrión necesitado de cariño. Al sentarme sacaba la cartera, abultada con papel de periódico, y la dejaba sobre la mesa para que la vieran bien. Una vez terminada la comida iba al baño, sacaba una cuenta que encontré por ahí y al salir, delante de la gente, la guardaba en la cartera con cara de "ya he pagado" y me iba de allí con el aire más inocente y honrado del mundo... ¿A qué tengo arte? ... Pues eso se merece un brindis ¿no? - (y la abuela gritó) - "¡Niña, trae el chinchón!





 



lunes, 3 de junio de 2013

¡¡¡Se han ido, se han ido!!! Acaba de salir la abuela con Pascualita colgada del cuello en el termo de los chinos. ¡¡¡Bien!!! Se me presenta una semana tranquiiiiiiiiiiila.

Para quedar bien, he insistido UN POCO, en que lo mejor para la sirena era quedarse en casa, pero no he sido muy convincente jejejejejeje y se han ido ¡las dos! con aire de triunfo. Pero quién ha triunfado he sido yo... Pobres vizcaínos, no saben lo que les espera.

Y ahora mismo me voy yo también... a casa del Médico, porque, si tengo que darle una patada a alguien por lo menos que me lo agradezca y no como la Cotilla que encima se enfada.

Vamos a estar una semana a nuestro aire. Además, el Médico cocina de muerte. ¡Que más puedo pedir! Si no me gusta lo que ha echo se lo tiro a la cabeza y se pone como un toro.

Bueno, me largo antes de que venga la vecina porque no quiero ni que sepa que me he ido. Ya nos veremos el lunes.

domingo, 2 de junio de 2013

No quiero pensar lo que será mañana, que es cuando la abuela y Andresito se van de viaje a Vizcaya, porque hoy ya no hay quien la aguante. Sigue con el quita y pon de las maletas. No sabe a qué carta quedarse y se ha pasado todo el día pendiente del puntero con el que marca el tiempo el fraile Paco. Que dice BUENO, saca todo lo de invierno que ya tenía guardado. Que a la media hora cambia a REVUELTO, saca todo lo de verano y vuelve a meter los jerseys de lana.

- ¿Qué? ¿No comemos hoy? - "¡No me atosigues que aún es pronto!" - ¿Las dos y media es pronto? Pero si solo has entrado a la cocina a desayunar. - "Haz tú hoy la comida que estoy muy atareada" - ¡Avemariapurísimaaaaaaa! ¿Por qué no huele a paella?... En la escalera huele. - Vendrá de otra casa. De aquí no es. - Tendré que ir al médico porque no huelo nada - Ahórrese la visita. No huele porque no hay comida. - Que poca gracia tiene tu nieta... ¿o no es una broma? ¡Pero porque no has hecho nada! - "¿Qué no he echo nada? Estoy reventada de hacer maletas. Preparad vosotras lo que queráis" - Oye, que vengo a que me invites, no hacer de cocinera. Para eso me voy al comedor social ¡no te fastidia! - Creo que me iré con usted, sin que sirva de precedente. - "Vale. Ya me haré un pan con aceite"

Después de hacer una hora de cola, hemos comido macarrones y estaban buenos. Antes de irnos he dudado en si debía llevarle un poco a la abuela pero he decidido que no, no vaya a ser cosa que se acostumbre y nos quedemos sin sus guisos.

Pascualita no quiere separarse de ella. En cuando la abuela pasa por su lado, se impulsa con la cola y salta sobre ella, sin morderla. Se agarra al pelo, a la ropa, a donde puede. Pero como más le gusta es cuando la pone de prendedor y se la coloca en la solapa. Cuando he llegado a casa, afortunadamente, he entrado antes que la Cotilla porque la abuela la tenía en la mano y le contaba cosas del viaje que va a hacer. Pascualita, como siempre, la escuchaba atentamente. Era una estampa enternecedora pero me da rabia que la sirena no me trate igual a mí, que le ha sacado de muchos apuros. Por eso he tirado con rabia las llaves al suelo, se han sobresaltado y Pascualita ha saltado por los aires. La he cogido al vuelo mientras la abuela me ponía a parir y la Cotilla entraba en la salita - ¿Dónde está ese chinchón? - decía mientras tomaba asiento porque dice que está más bueno si se lo sirven.

He tirado a Pascualita en la pila bautismal, contenta de haberla fastidiado. Antes de salir del comedor me he girado para ver si había salido a flote y en ese instante un chorrito de agua envenenada me ha caído en el ojo. ¡Nunca recuerdo lo rápida que es! ¡¡¡Aaaaaaaaaaaaaayyyyyyyyyyyyyyyyyyy!!! - ¿Qué pasa? - ha dicho, temerosa, la Cotilla. - "Nada. El Abuelito que debe estar arreglando cuentas con mi nieta jejejejejej"

sábado, 1 de junio de 2013

Esta noche no hemos podido dormir gracias al cascabel. Antes no nos enterábamos si Pascualita se pasaba la noche durmiendo o no, pero hoy nos ha dado un concierto de lo más sonado. Harta de dar vueltas en la cama, me he levantado dispuesta a estrangularla pero la abuela se me había adelantado. - "¿Quién le ha puesto ésto a Pascualita?" - Viendo la cara de pocos amigos y la rabia contenida de mi abuela, la respuesta ha salido rápida - ¡La Cotilla!

"¿Estás segura? Entonces estamos perdidas. La Cotilla no se calla ni debajo del agua y en el barrio ya sabrán todos que tenemos una sirena... ¿Qué podemos hacer?" - Echarla al mar. - "¡Ni hablar! No puede faltar a mi boda... Tiempo tendrá de volver a su hábitat... Lo que me extraña es que le pudiera poner el cascabel ella sola"... - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaa! Que noche más mala he pasado (la Cotilla entró en el comedor sin hacer ruido y a penas tuvo tiempo la abuela de coger a la sirena y meterla en su bolsillo. Menos mal, porque yo estaba dispuesta a que la descubriera la vecina antes que tocar a ese bicho que no paraba de enseñarme los dientes. Debe estar desquiciada con tanto tilín tilín junto al oído)

- "¿Qué te ha pasado, mujer? ¡Vayas manos que traes! ¿Te has peleado con un gato?" - Con el espíritu de tu marido ¡Cómo muerde! pero al final conseguí ponerle el cascabel al dichoso muñeco vudú - "¿De qué está hablando?" (me preguntó la abuela) - No le hagas caso, debe haber bebido de buena mañana. - ¡Menudo chapucero es tu antiguo marido! no me extraña que lo mandaras al otro mundo! ¡Mira cómo me ha dejado! - "Ya te he visto las manos ¡que desastre! pero ¡¡¡Esto qué es!!!" - Le dije que las dos ¡¡¡Las dos!!! y solo me ha hinchado una. - "¡Y bien hinchada, por cierto!" - Y ahora voy de lado... Esto se tiene que arreglar... - Entonces hallé la solución al problema de Pascualita - Si quiere... podemos llamar al abuelito quitándole el cascabel al muñeco de vudú - La abuela me echó una mirada asesina que me heló al sangre - ¡Haré lo que sea! pero antes deja que me tome unos tragos de chinchón porque no te imaginas cómo duele eso.

Volví a hacer la comedia del día anterior: ojos tapados, entrega de Pascualita a la Cotilla con el guante de acero, esperar que le sacara el cascabel por la cabeza y meterle a la sirena a través del escote, ésta vez en el pecho contrario. Los gritos y las carreras de la vecina se juntaron con los míos porque la abuela me perseguía dándome golpes con el palo de la escoba.

La Cotilla y yo parecemos heridas de guerra. ¡Que dolor de cabeza! la tengo llena de chichones! Y encima, soy inocente ¿Qué culpa tengo yo de que la abuela estuviera obsesionada con su viaje a Vizcaya y no se enterara de lo que estábamos hablando?... Aaaaaayyyyy como dueleeeeeeeee.