lunes, 31 de julio de 2023

Pompilio le quitó el calcetín.

Llamaron a la puerta. Era Bedulio el municipal, con cara de pocos amigos. - Traigo una multa a petición de los vecinos. - ¿Qué he hecho ahora? - Lo de siempre: escándalo público, no dejas dormir a la gente de bien... Y ahora has montado una timba: - ¿Yooooooooooooo? - En la denuncia cuentan que se te escuchaba, claramente, gritar: ¡SUBO LA APUESTA! - ¿Quééééé?

También se quejan de que la cristalera se ha pasado toooooda la noche dando golpes abriendo y cerrando la puerta. - ¡Alto ahí! Yo, con eso no tengo nada que ver... y con lo demás, tampoco. ¡Apáñate tú con la Cristalera! - ¿Quiéres que la multe? - No voy a pagar yo todos los platos rotos. 

La multa era grande para mi que no soy ni mil eurista. Y seguí negando la verdad. - Valientes vecinos tengo que se pasan la noche en vela vigilando a los que dormimos plácidamente. - Entonces me fijé en los pies del municipal - ¿Está de moda llevar un solo calcetín con el uniforme? ¡Que modernos!

Los ojos de Bedulio volaron hasta sus pies: - Llevaba dos. - Que raro... ¿no? - ¡Llevaba dos! (insistió) - Entonces dije las palabras mágicas: ¡Abuelito, mira que moderno va Bedulio!

Para cuando acabé la frase Bedulio ya había llegado a su cuartel batiendo los records olímpicos de todos los tiempos.

Que poco le gustan los fantasmas a éste hombre.

domingo, 30 de julio de 2023

¡Vaya!

La Cristalera daba portazos como si no hubiera un mañana y claro, me ha despertado en plena madrugada. ¿A santo de qué? Esto ha sido lo que iba a preguntarle, bastante furiosa, cuando de camino al balcón, a oscuras y con las legañas pegadas, he estampado el dedo meñique del pie izquierdo contra un taquillón de la abuela, que no quiso llevarse a la torre del Paseo Marítimo cuando se casó con Andresito.

- No me hace falta (le dije entonces) - "Pues anda que a mi" (contestó)Y aquí sigue. Estorbando.

- ¡Te vas a la basura! ¡Solo sirves para romper meñiques, jodío! - ¡Harta estoy de tus amenazas! ¡Házlo si eres mujer! - Se me encaró la birria de mueble.

Inmediatamente el comensal de las monedas de la Santa Cena se asomó al marco del cuadro donde viven y gritó: ¡Pelea, peleaaaaaaa! ¿Apostamos?

También quiso apostar Pepe el jibarizado pero lo rechazaron porque - ¡No tienes ni dientes para jugártelos!

Fue Pascualita la que nos sorprendió cuando, ayudándose de su hermosa cola de sardina, saltó a la mesa del comedor con unas cuantas algas en sus manitas palmeadas, para apostarlas. - ¿Te interesa esa birria de taquillón? jajajajaja ¡Pero si no cabe en la pila de lavar, media sardina!

La voz en off de mi primer abuelito me sobresaltó diciendo: El taquillón vale más por lo  que guarda que por el mueble que es... Ahí lo dejo.

sábado, 29 de julio de 2023

Hay quien nace con estrella...

La abuela NUNCA me ha regalado un ramo de flores de una floristería cara, ni un ramito de flores silvestres recogidas en el campo. ¡Nada! En cambio a Pascualita sí. ¿A santo de qué? Ya dice el refrán que hay quien nace con estrella y otros nacen estrellados. De esas soy yo.

- Pues sí (dijo la marisabidilla de la Cristalera del balcón) Mírame a mi. Tengo una estrella que me ilumina: estoy dentro de casa, No paso frío. Si llueve no me mojo... En cambio, mi hermana, que está en la parte exterior, está, claramente, estrellada: se moja, pasa frío. calor... todo tipo de inclemencias jejejejeje ¡huy, perdón por la risita!

Desde la cocina llegó la voz de Pepe el jibarizado que también tenía algo que decir: OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO - Y se quedó tan pancho Después, mi primer abuelito tradujo sus O:

- Presume de tener estrella - ¡Pero si te comieron los de la tribu vecina, fantasma! - OOOOOO... - Dice que él también era caníbal. - Menos mal que ahora es un llavero que si no, nos come a todos. - OOOOOO - ¡Por supuesto, dice! - ¡A qué te tiro a la basura! (le grité a la cabeza jibarizada) - No volvió a decir ésta boca es mía.

Pascualita saltó de la pila de lavar a la lámpara del comedor y allí, junto al ánima de mi primer abuelito, nos dedicó a todos los presentes su horrible sonrisa llena de dientecitos de tiburón. Tenía razón en hacerlo. Después de vivir todos los cambios de la Tierra y seguir activa, puede decir que nació con estrella...

 

viernes, 28 de julio de 2023

Ah, pues no había caído...

 Estoy preocupada porque no sé quien es la admiradora de Pascualita. ¿Quién ha descubierto a la única sirena viva del mundo mundial que, además, nació cuando el mundo aún no tenía Historia. Los dinosaurios ni estaban ni se les esperaba. O sea, que lleva la tira batiendo récords de permanencia en la Tierra. Es una superviviente nata que ahora está en peligro de ser descubierta.

Llamé a la abuela. Al fin y al cabo son uña y carne.

- GeoooorgeBrexit, pasa el teléfono a mi abuela. - Madame decir que no estar in house suya. - ¡¿A que vengo y te monto un pollo?! - En seguida se puso la abuela. - "Deja de asustar al mayordomo o liará el petate y se largará. Y entonces yo te montare un dos de mayo" - Vale ¡Oído, cocina!

Cuando le hube contado el episodio del ramo de flores, escuché bufidos a través del aparato. - "Nunca pensé que fueses aún más tonta que ayer pero menos que mañana. ¡LA ADMIRADORA SOY YO!" - Ah... pues, no había caído

- "Bueno, ¿y qué pasó con el mensajero que trajo el ramo? ¿Te sirvió para lo de mi bisnieto?" - ¿Quién? ¿Alejandro Magno? ¡Que va! Era mucho ringo rango.

La abuela sacudió la cabeza y dijo, quejosa: - "¡Que cruz tengo contigo!"

jueves, 27 de julio de 2023

Anda que...

Llamaron a la puerta y al abrir, me encontré ante un enorme ramo de flores. Y no tuve más remedio que preguntar: - ¿Hay alguien ahí detrás? 

Una voz aterciopelada contestó: - Yo, Alejandro Magno. - ¡Ostras! - exclamé. Y sin pensármelo dos veces, di la vuelta al rededor del ramo para encontrarme con semejante personaje. 

Me llevé una desilusión. Esperaba verlo vestido con su armadura de oro, brillante como el Sol. - ¿Aires de grandeza? - Cosas de mi padre. Le gustaban los nombres rimbombantes. - ¿Hay más así en tu familia? - Sí, mi hermano pequeño. Le puso Tolomeo. - ¿Y eso? - Imaginatelo.

Abrí el sobre que acompañaba el ramo y leí, estupefacta: Para la señorita Pascualita, con cariño, de una admiradora. - Si me pinchan no me sacan sangre.

No me quedó más remedio que coger el dichoso ramo y colocarlo en la mesa del comedor. - ¿No hay propina? - Efectiviwonder, Alejandrito. Teniendo el mundo a tus pies, un euro de propina seria un bofetón para tu orgullo ¡Hale pues!

Desde el momento en que la sirena vio el ramo se quedó prendida de él.  Nadie podía acercarse y tocarlo, menos.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa! ¡Oh, que preciosidad! ¿Ya tienes novio dispuesto a hacerte el dichoso bisnieto para tu abuela? - Mientras la Cotilla hablaba, se acercó a las flores, las sobó y estuvo a punto de decir algo sobre llevarlas al trapicheo cuando la sirena saltó a su cabeza y en un santiamén la dejó pelada y mondada.

miércoles, 26 de julio de 2023

La isla vuelve en sí.

El árbol de la calle se desgañitaba mientras sacudía con fuerza sus ramas: - ¡¡¡El mar está aquíííí!!! - Mira que le gusta dar el espectáculo (comenté con Pascualita mientras desayunábamos las magdalenas que trajo la Cotilla, hace unos días, del contenedor de basuras del supermercado)

Tuve que preparar dos cola caos más porque los primeros fueron engullidos por las magdalenas. Estaban sedientas.

Harta de oír al árbol, le grité: - ¡Calla ya, jodío, que eres más pesado que una vaca en brazos! - Justo en ese momento, una ola entró en casa por el balcón.

Mojada como un pollo y a rastras, me asomé a la calle. Un oleaje impresionante, con olas de veinte metros en perfecta formación militar y arramblando con todo lo que encontraban a su paso nos dejó a los vecinos con la boca abierta... y tragando agua salada.

- ¿A qué viene éste desfile, capitán? - Venimos a defenderos de la arena del desierto. Por cierto ¿dónde está? - La mandé a tomar viento. - ¡Pues toma! - Y me prendió la Medalla del Valor, o algo así. - ¡Quita, capitán, que me mojas!

Como no había arena a la vista, el oleaje emprendió el camino de las playas

Por el rabillo de un ojo vi una pequeña sombra reptando hacia el balcón y me tiré en plancha a por ella. Pascualita se iba de extranjis siguiendo a las olas.

martes, 25 de julio de 2023

Cada mochuelo a su olivo.

Ha salido en todos los Medios de Comunicación, en primera página y con grandes titulares: ¡MALLORCA CRECE! ¿IBAN A HACER UN PUENTE Y SE LES FUE LA MANO?... 

Las toneladas de arena ardiente, caídas de sopetón  en el mar, han mandado las playas a dos días de camino de Palma yendo en dromedario. Y cuando llegan a ellas, la gente no sabe si está en Valencia o en Baleares. Pero lo nuestro es peor. ¿Donde voy a llenar las garrafas de agua de mar para la pila de lavar del comedor donde vive Pascualita? Me pilla a contra pie.

¿Y la sirena? Está nerviosa porque no huele a mar. Ahora nada le recuerda a su hábitat natural donde nació hace millones de años.

He preguntado cuanto vale ir en dromedario hasta la orilla, y me piden un pastón. He protestado pero me han sacado a relucir que los dátiles que comen son caros porque hay pocos. El precio bajará cuando las palmeras datileras que van a sembrar den sus frutos. - Pero para eso falta mucho (protesté) - ¡Claaaaaaro que sí! (dijo, con sorna, el sabio Salomón que me informaba, mientras se relamía pensando en la pasta gansa que iba a ganar)

Pisé mi propio ánimo, que iba arrastrándose por el suelo y no pude levantarlo. Entonces escuché unos suspiros: Pascualita lloraba lágrimas muy antiguas que me calaron hondo y me revelé contra la arena. Y grité desde el balcón: ¡¡¡FUERA DE AQUÍ, ARENA!!!

Como por arte de magia, la arena se replegó en su bolsa y muy ofendida, salió disparada hacia el Sahara. 

Y volvió a la isla el olor a mar y la humedad y las playas de aguas turquesas y...


lunes, 24 de julio de 2023

Dichosa bolsa de arena.

El día ha amanecido pesado. Se veía a simple vista que la arena del desierto que se pasea sobre nuestro pais, pesa un montón. - ¿A qué viene a hacer turismo a éstas alturas del verano? (pregunté a la bolsa caliente que traslada la arena de un lugar a otro) - Estaba hasta las narices de aguantar las pisadas de miles de turistas y me entraron ganas de recorrer mundo. ¡Y aquí estoy!

A eso no tenía nada que objetar, pero... (Me encanta este PERO... )  ¿Era necesario traerse el brasero? 

La nube pareció desconcertada: - ¿No me digas que la arena de Mallorca está fría? - No me dio tiempo a abrir la boca cuando la pesada bolsa de arena se despendoló como si le hubiese picado la tarántula maligna y bailase el vals de la temblaera. - ¡¡¡QUIERO TOCARLA!!! ¡¡¡NECESITO TOCARLA!!! - Hale, pues vamos a la playa (me oí decir)

Pascualita, que parece que no se entera de nada, saltó de la pila de lavar del comedor a mi escote, batiendo records. Y sin más preparación, salimos andando.

La bolsa de arena del desierto flotaba sobre mi, achicharrándome. - ¿No puedes bajar el termostato?. Me fundo. - Eres un poco tiquismiquis, amiga (se quejó). - Y tú muy exagerada. - ¡Claro! soy del Sur.

Al llegar a la playa la bolsa acercó una punta a la arena de la playa, tanteando, temerosa de congelarse, digo yo. - ¡Está fresquita! (gritó) - Y se desparramó sobre el mar dejando una playa enooooorme desde donde no se divisaba el mar.

.



 

domingo, 23 de julio de 2023

Un día como otro cualquiera.

De buena mañana ha empezado a cantar el árbol de la calle, El Brindis de la Traviata- Y no ha sido un suave tarareo sino a pleno pulmón de barítono. - Dos horas después y acabada mi  paciencia, gruñí: - ¿De qué vas, Blas? - El "artista" se sintió ofendido porque "me has cortado el rollo, tía"

Tuvimos una discusión. - La de vecinos que darían lo que fuera para poder oírme como haces tú ¡Y te quejas! - Yo no pedí ese "privilegio" pedazo de madera sin desbastar.

Horas después los personajes de casa se dividieron para poder apostar por quién tenía razón: el árbol o yo.  Cuado empezó el Tour de Francia en la tele hicimos un alto para verlo, dormir la siesta, volver a los ciclistas... y así hasta llegar a la meta. Después reanudamos lo que teníamos entre manos.

Al final se hizo de noche y sopló la brisa del mar. Pascualita emergió del fondo de la pila de lavar del comedor y se zampó un montón de tortitas de bolas de polvo. Fue quien quedó más satisfecho, no como Pompilio que dejó abierta la puerta de donde atesora los calcetines desparejados y alguien se llevó un montón.

No fue hasta que el cucú del reloj de pared cantó las doce de la noche para que nos fuéramos a dormir cuando salió la Cotilla a sus trapicheos y vimos como los calcetines desaparecidos, pugnaban por escapar del bolso sin fondo de la vecina: - ¡Auxilio! (gritaban) Y cuando pensábamos que Pompilio iría a su rescate, resulta que se fue a dormir diciendo: - Las buenas costumbres ... son las buenas costumbres.

sábado, 22 de julio de 2023

La Boda.

De repente, un espeso humo amarillo, que olía a envidia cochina, inundó mi casa. - ¡¿Qué ocurre?! - grité espantada mientras corría hacia el descansillo de la escalera para saber dónde estaba "el incendio" pero, por lo visto, no había fuego en la finca.

Acto seguido llegó la Cotilla y lanzó sobre la mesa el comedor un ejemplar de la revista de La Boda. - Me ha dicho tu abuela que mires y aprendas, boba de Coria. - Pero bueno...- ¿Y éste humo? ¿Qué has fumado? - Iba a explicarle que yo no tenía nada que ver con ello cuando sonó el teléfono. Era Geoooorge, el mayordomo inglés de los abuelitos - Madame querer hablar con you. - No conozco a ningún You, GeooooorgeBrexit de las narices. -"No te metas con el pobre Geoooorge (protestó la abuela, indignada) y toma nota del bodorrio. ¡Tiempo has tenido para el tuyo!. Al paso que vas, se te pasará el arroz y adiós bisnieto, Blancaflor.

A dos palmos sobre la lámpara del comedor y alumbrado por un potente foco, estaba el responsable del humo amarillo: el ánima de mi primer abuelito.

- El mudo está mal repartido (se quejó). Ya lo decía cuando vivía y sigo diciéndolo. He lucido sudarios impresionantes que dejan en bragas cualquier modelito de los que salen en la revista ¡y no me sacan!  ¿A qué viene ésta discriminación? ¿Tú lo sabes? ¡¡¡PUES, DÍMELO!!!

A ver cómo se lo digo...

 

viernes, 21 de julio de 2023

Pelar gatos.

 La Cotilla está de uñas conmigo porque dejé escapar un negocio seguro el día que el gato salió de ésta casa, por pies. Le he dicho mil veces que no era egipcio, solo calvo. Pero no me escucha y repite como un mantra: -  ¡Era un gato Esfinge! ¡Carísimo!

Está desesperada buscando dinero para llenar la faltriquera. Este verano no ha podido alquilar su piso del 4º a turistas engañados. Los vecinos quieren pasar un verano tranquilo. Yo me he unido a ellos aunque dando un nombre ficticio: Pascualinda.

Está intrigadísima: - ¿Tu sabes quién es ésta, nena?  - Ni idea. - ¿Hay vecinos nuevos en la escalera? - Ni idea. No me meto en la vida de nadie. - ¡Aburrida!... El caso es que éste nombre me suena.

Cuando se marchó a sus trapicheos respiré tranquila.

Volvió tarde y cargada, además de con su bolso sin fondo, con un saco del que salían maullidos y bufidos que no presagiaban nada bueno.

- ¿Gatos? (pregunté) - Dos. A uno lo pelo yo y al otro tú. - Metió mano al saco y me lanzó una especie de tigre de Bengala en miniatura y una maquinilla de afeitar. Solo a Pascualita he visto atacar más rápido. 

Nuestros gritos llegaron de una punta a la otra del barrio. Bedulio el Municipal acudió con refuerzos pero al ver que los lamentos salían de mi casa, optó por una retirada, vergonzosa pero efectiva... Sigue sin estar preparado para enfrentarse a los fantasmas.

Acabó viniendo una ambulancia. Ahora estamos cosidas, vendadas, doloridas, cabreadas... - ¡Has dejado escapar otro negocio! ay, ay, ay... - ¡Calle, ya, jodía! ay, ay, ay...

jueves, 20 de julio de 2023

El gato.

 Ha entrado un gato en casa. Se coló detrás de la Cotilla, sin que ella se diera cuenta, cuando llegó de sus trapicheos. Estamos todos desconcertados porqué ¿acaso hay ratones en casa? que yo sepa, no. De todas maneras he pasado la pregunta a los que viven aquí por si, debido a mi despiste congénito, los hay y no los he visto.

El primero que protestó fue mi primer abuelito al sentirse desplazado por el gato que, de un salto, se subió en lo alto de las cortinas del comedor: - ¡¿Qué hace éste bicho en mi lugar preferido para aparecerme?! - Pero el gato no contestó a mi pregunta. Bostezó y siguió dormitando. - ¡Echalo, nena! - ¿Y si me araña? 

De la cocina llegó la opinión de Pepe el jibarizado: - OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO - Está claro que no le gustan los gatos. - El árbol de la calle no sabe a qué carta quedarse. Por un lado le da gustirrinín cuando un gato afila las uñas en su tronco. Por otro, sale su faceta de gallina clueca protegiendo a los gorriones que viven en sus ramas.

Así fueron opinando todos menos Pascualita, feliz flotando en el agua de mar de su pila de lavar del comedor... hasta que el gato, desde su atalaya cerca del techo, divisó ¡una sardina! Rara pero comestible. 

Garras en ristre, saltó a por la sirena a la velocidad del rayo y encontró... ¡agua! y  ¡DIENTES DE TIBURÓN!

No di opción a Pascualita a devorarlo pero no quedó un solo pelo de gato por arrancar en un plis plas.

Salió a la carrera hacia la puerta de la calle que abrí antes de que la Cotilla saliera de su cuarto al oir el MARRAMAMIAU que soltó el bicho.

- Nena, eso que acaba de salir ¿es un gato egipcio? ¡Pero si son carísimos! ¡corre a buscarlo!

Y me fui a dar una vuelta.


miércoles, 19 de julio de 2023

Tortitas de polvo.

 Pascualita ha descubierto que las bolas de polvo, con el calor, se convierten en pasta. Como éste bicho come de todo, las probó y puso sus redondos ojos de pez, en blanco.  Este gesto fue el pistoletazo de salida para comer cuantas "exquisiteces" pueda. Y creo que ha terminado con las existencias porque hace días que no sale ninguna de debajo de la cama.

He observado que el comensal de las treinta monedas del cuadro de  la Santa Cena busca un acercamiento con la medio sardina. Tuve que recurrir a mi primer abuelito para enterarme de lo que se trae entre manos.

Con un revoloteo de abanicos danzarines, formando parte de su nuevo sudario de alta costura, el abuelito se presentó en casa refrescándola, que falta le hacía. - El comensal quiere comprarle a la sirena, todas las "tortitas de polvo" que encuentre. - ¿Para qué? - Para hacer negocio, nena. No ves que esa gente llevan dos mil y pico años sin comer. - ¡Que tío más listo! - Sí, pero hay un inconveniente... Pascualita primero come y luego piensa.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaa! - Hola, Cotilla. Se me ha ocurrido un negocio en el que podemos ir a medias ¡Vender tortitas de polvo! - De polvorón querrás decir, boba de Coria - No, no ¡de polvo!

La Cotilla abrió la nevera y sacó una jarra de chinchón on the rocks vacía en sus tres cuartas partes. - Ya me parecía a mi... Acabarás en Alcohólicos Anónimos. Que cruz tengo contigo.

 


martes, 18 de julio de 2023

Siestas gloriosas.

Si no existieran las carreras ciclistas como el Tour de Francia, habría que inventarlas. Hasta Pascualita es aficionada a ellas ¡una forofa! Nos sentamos juntas en la salita, delante de la tele a esperar, ansiosas, la aparición de la Serpiente Multicolor. La sirena incluso aplaude a rabiar. Después nos tomamos unos chinchones on the rocks bien repantingadas en el sofá...

Lo siguiente que vemos es la llegada a meta de los esforzados de la ruta y si es español, mejor. Luego solo tenemos que quitarnos las legañas de los ojos porque, durante la siesta, gloriosa en éste caso, también salen.

El verano nos gusta a todos los de casa. Incluso a la Cotilla. Suele decir: - ¡Que bien se duerme con ésta gente! - señalando a la pantalla del televisor.

Los comensales de la Santa Cena son grandes aficionados. Y eso que se sorprendieron mucho cuando vieron una bicicleta por primera vez : ¡Es un borrico sin cabeza!  (dijo uno) . Otro pensó que para qué querría él un borrico raro al que hay que ayudarlo a caminar. - Prefieros el de mi casa que me lleva donde quiero con solo decirle ¡arre!

Se discutió largo y tendido sobre éste tema y aún siguen. Sin embargo todos hemos llegado a la misma conclusión: - ¡Que bien se duerme con los ciclistas!

lunes, 17 de julio de 2023

Como una gamba.

 Esta noche me desperté chorreando y pensé que la gansa de Pascualita se había metido en mi cama tal como salió del agua de la pila de lavar del comedor. 

Encendí la luz  dispuesta a comer sardina cruda pero el bicho no estaba allí sino flotando tan ricamente en el agua con cubitos de hielo que le eché antes de acostarme. 

Me senté en el suelo del balcón buscando la fresca, o el fresco ¡que más da! pero no lo encontré. Al punto se despertó el árbol de la calle y se puso a canturrrear Tengo una vaca lechera. Repitió mil veces el estribillo y sin darme cuenta, me dormí.

Ahora estoy en la UCI y parezco una gamba a la plancha, Solo falta que me espolvoreen perejil picado por encima,: - Aaaaaayyyyyyy No sé cómo no se quejan los langostinos. Bueno, ya me quejo yo por ellos ¡Aaaaayyyyyy... Menuda insolación.

Toda la culpa es del árbol de la calle por cantarme una nana y dejar luego, que durmiera  hasta que una vecina ha visto que yo empezaba a echar humo y me ha tirado un cubo de agua. Pero, lo peor ha sido que han venido a "apagarme" unos bomberos de CALENDARIO ¡y no recuerdo haberlos visto!

La abuela ha venido a verme al Hospital y me ha traído un presente; una bolsita llena de rabitos de pasas que, dice, van muy bien para la memoria.

 

domingo, 16 de julio de 2023

La misericordiosa.

 El árbol de la calle está quejoso conmigo porque dice que, ya que lo he lisiado, podía haber puesto más de mi parte y dejarlo, realmente, baldado y así la Seguridad Social de Parques y Jardines, le concedería una subvención de por vida.

Hay seres que nunca están contentos. Aunque debo darle la razón en cuanto a que le hubiese gustado más un buen y clásico manguerazo que la modernez de la espuma- - He visto las fotos del periódico y parezco un Papa Noel y encima, la espuma me hace parecer gordo. - ¡Pero si lo eres!  - Se enfadó tanto que cantó las Mañanitas, durante horas y a pleno pulmón. Esto no hay quien lo aguante.

Pascualita sigue impresionada por el incendio y cuando menos me lo espero, sale al balcón, salta a la rama quemada y se está un buen rato. No conocía esta faceta misericordiosa de la sirena. Al pensar en ello se me saltan unas lagrimitas que, a su vez, dan brillo a mis ojos... No hay mal que por bien no venga.

Cuando vuelve a casa la meto bajo el grifo para quitarle el hollín que la vuelve negra. Después salta a su pila de lavar del comedor y duerme unas siestas gloriosas pero, no quiere comer.

Lo he comentado con mi primer abuelito: - ¡Claro! Está llena porque ha descubierto que los bichitos asados están buenísimos. ¡Y el árbol tiene parásitos a punta pala!

Ya me parecía a mi que tanta bondad olía a chamusquina.




sábado, 15 de julio de 2023

No pudo ser.

 He dejado una bolsa de cubitos sobre el fregadero y Pascualita ha tardado, ná y menos, en lanzarse sobre ella y se la ha hecho suya porque cualquiera desafía esas filas de dientes de tiburón en miniatura y cargados de veneno. 

He intentado razonar con ella: - Deja que coja unos cuantos cubitos para repartirlos porque los demás también tenemos calor. - Su respuesta ha sido dedicarme una horrible sonrisa cargada de los más negros augurios. - Pepe el jibarizado, tiene calor... (dije, desde lejos) - Y se encogió de hombros.. - Es tu amigo... (bostezó ostensiblemente) 

Probé de llegar a su corazón nombrando a todos los personajes, Cotilla incluida pero ¡que si quieres arroz, Catalina! Al final no me quedó otra que ir al supermercado a por otra bolsa de cubitos... pero ¡se habían terminado!

- ¡Egoísta! - le dije al volver a casa pero la medio sardina ni se inmutó y siguió pegada al hielo. - ¡Sí que eres egoísta. No me has dejado ni una gota de chinchón on the rock! - La Cotilla salió de su cuarto en cuanto me oyó, hecha una furia.

El árbol de la calle metió una de sus ramas en casa. - Nena, abanícame, tírame cubos de agua, ¡Haz algo que me derritooooooo! - Lo único que se me ocurre es pegarte fuego y llamar luego a los bomberos para que vengan con la manguera. - ¡Haz lo que sea! No me gusta sentirme árbol del desierto.

Prendí fuego a una rama y el fuego se expandió rápidamente por la sequedad de la madera. Llamé a los bomberos mientras intentaba minimizar el desastre tirando cubos de agua al árbol que gritaba, espantado. 

La sirena de los bomberos sonaba ronca: - Como no me suban el sueldo va a ulular Rita la Cantaora. - Estaba quejosa. - Los pirómanos no me dan tregua ¡la madre que los parió!

Y, de pronto, en lugar de lanzar litros de agua sobre el árbol, lo llenaron de ¡espuma! Su gozo en un pozo.

viernes, 14 de julio de 2023

Algo huele mal.

Estoy cansada, extenuada, rota... por culpa de la abuela, aunque ella dice que la culpa es mía, El teléfono no dejó de sonar desde el minuto uno en que ella se enteró de que su estratagema no había dado fruto, ni lo va a dar, para conseguir su deseado bisnieto.

En cuanto descuelgo escucho: - No está hecha la miel para la boca del asno. -  ¿Se puede ser más tonta? ¡Sí! La boba de Coria lo ha demostrado una vez más... Y así, hasta el infinito y más allá ¡¡¡NO PUEDO MAS!!! Me voy de vacaciones.

Lo he comentado con la Cotilla que, muy servicial ella, ha llenado la casa de folletos de viajes. Los precios me asustan. Todo es carísimo para mi: - ¿Por qué no vas a Egipto, nena? Con lo que a ti te gusta. - Primero porque ahora debe hacer muchísimo calor y segundo, que no tengo monis para ese viaje. - Entonces la Cotilla dijo la frase que me hizo sospechar:

- No te preocupes por el dinero, YO TE LO DEJARÉ.

Mi primer abuelito, desde lo alto de la lámpara del comedor, se tocó la nariz - ¿Te huele mal, verdad? (le pregunté) ¡Pues anda que a mi!

La vecina esperaba mi respuesta mientras La Codicia asomaba a sus ojos: - ¡Las he visto más rápidas! (dijo la muy bruja)

Ese fue el momento en que unos timbrazos nos sobresaltaron. Mi primer abuelito, que lo ve todo por su condición de ánima, gritó: - ¡Son guiris arrastra-maletas! ¡¡¡SOCORROOOOO!!!

 

jueves, 13 de julio de 2023

¿Espejismo?

 Llamaron a la puerta cuando más apretaba el calor, por eso no me moví de donde estaba: tirada en el suelo frente al balcón abierto mientras una suave brisa, regalo del árbol de la calle, mitigaba un poco los calores.

Pero el timbre volvió a sonar y no tuve más remedio que ir a abrir. Detrás de la puerta estaba el hombre más guapo que había visto jamás y, por supuesto cerré de un portazo dejándolo en el descansillo.

Fueron más las veces que llamó y que yo abrí... hasta que me cansé y volví a mi primera posición frente al balcón para volver a coger el sueñecito.

Mi primer abuelito apareció hecho un pincel: - Hay un hombre guapísimo en tu rellano. Si yo hubiera tenido una boca como la suya tu abuela no me hubiese mandado al Otro Barrio - O esos ojos aterciopelados... - ¡Exacto! Aún estaría vivo.  - O esa melena sensual... - ¡Por ejemplo! - Ese metro ochenta bien repartido por un esqueleto digno de un museo... - ¡Ya te digo! Pero, nena ¿por qué le has dado con la puerta en las narices? - ¡No puedo enamorarme de una visión creada por el calor, el sopor, los efluvios de los chinchones on the rock que me he tomado... 

Sonó el teléfono. Era la abuela: - "¿Interrumpoooo? jijijiji" - Estaba hablando con tu ex... - "Déjate de tonterías, boba de Coria... ¿No te quejarás del cañón que te he mandado para ver si, por fin, te hacen a mi bisnieto?

- Ah, pero...  ¿era de verdad? ¡¡¡OH, NOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!

Corrí a la puerta y, al abrirla, me topé con la Cotilla que a punto estuvo de rodar escaleras abajo. - ¡¿DONDE ESTAAAA?! (grité) - El bellezón había desaparecido.

miércoles, 12 de julio de 2023

La Cotilla.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! ¡Estoy entusiasmada, boba de Coria! ¡Me contrataran en el Circ du Solei y ganaré un pastón. Tanto que podré comprarle la Torre del Paseo Marítimo a tu abuela con el mayordomo inglés incluído.

La Cotilla estaba radiante, pletórica, eufórica, vamos, que no cabía en sí de gozo... ¿Sería verdad lo que contaba? Esta mujer, últimamente, me tiene en un sinvivir.

Me propuse sacarle la verdad con la delicadeza que se me supone: - ¿Ya ha firmado el contrato? - Te importará a ti mucho eso. - ¡Qué va! Es para saber cuando podré poner su cuarto en alquiler. - ¡Traidora!

Hay que ver el cabreo que cogió. Pensé que se iba al Otro Mundo cuando el color desapareció de su cara y los ojos bailaron la danza del vientre mientras intentaban salirse de las órbitas. Que desagradable. Aunque no para Pascualita que, subida en el borde de la pila de lavar del comedor, batía palmas como una posesa.

- Un poco de seriedad, media sardina. - Pero no me hizo caso y poco después la sirena y yo llorábamos de risa.

Y, de repente, del cuerpo de la Cotilla surgió un foco blanco que se descompuso en colorines y nos dejó boquiabiertas. - ¿Qué... ha sido... esto...? 

- ¡Te lo dije! (gritó la cotilla entusiasmada) ¡Me han hecho pruebas en Medicina Nuclear y algo bueno tenía que salir de esto! ¡Circ du Solei, voy para allá!

martes, 11 de julio de 2023

El microondas.

 La abuela ha llegado en el rolls royce conducido, como no, por el mayordomo inglés, Geooooorge que, como de costumbre, ha aparcado en la parada del bus. Sin embargo hoy no ha habido concierto de pitos. Está tan ahogada de calor la Parada que no ha tenido fuerzas para incitar a los automovilistas a clamar contra los aprovechados de turno.

El viaje hasta mi casa a sido para traerme un microondas del tiempo de Las Cruzadas. - ¿No los venden más modernos? (pregunté) - "Es posible. Si no lo quieres dáselo a la Cotilla y le sacará unos eurillos" - Por supuesto, me lo quedé.

Y es una de las peores cosas que he hecho: El microondas visigodo es un quejica. Y, encima, un salido: - Anda, nena, úsame - ¡¿Qué dices, so guarro?! - Que me calientes, Blancaflor

Al poco rato todos estábamos hasta las narices de él. - ¡Tíralo por la ventana, nena! (me sugirió una bola de polvo) - Pero que no caiga en mi copa (avisó el árbol de la calle)

Cuando el microondas lloró sentí pena por él pero se me pasó la tontería enseguida, en cuanto empezó a echar humo. - ¡No llores más, jodío, que se fundirán los plomos!

Lo he colocado sobre la nevera, junto al toro y la flamenca que me dejó la abuela cuando se fue de casa para casarse con Andresito, Y le he dado un título: Contador de Helados. Esto comporta que lleve la contabilidad de los helados que me como y de los que entran. Con el calor que hace no puedo quedarme sin helados.

lunes, 10 de julio de 2023

¿Imposible? Vivir para ver.

 - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaa! ¡Nena, voy a casarme! - Gritó desde la puerta de casa la Cotilla al volver de sus trapicheos. Debo decir, ahora que no me escucha nadie, que el corazón me ha dado un vuelco cuando he oído la noticia así, tan de sopetón.

Lo primero que pensé es que había tomado algunas copas de chinchón de camino a casa. Lo segundo, que si la noticia no era una broma ¡tendría ella el bisnieto para mi abuela antes que yo y se quedaría con la Torre del Paseo Marítimo! 

Sí, sé que tiene cien años, o los ronda pero cosas más raras se han visto en las revistas del corazón. Y cobraría una exclusiva millonaria mientras yo seguiría a dos velas. ¡Si es que el mundo está muy mal repartido!

- ¿Desde cuando tiene novio, Cotilla? (pregunté mientras la envidia cochina me reconcomía las tripas) - Cogió la postura de El Pensador y dijo: - Quiero recordar que intenté tener uno hace la tira de años pero tu abuela se me adelantó y... ¡Ah, calla! ¿quiéres decir AHORA?  Pues estoy en ello... - ¿No está usted mayor para meterse en estos berenjenales? - Nunca es tarde si la dicha es buena, boba de Coria. Además, quiero salir en el Hola y que me den una pasta gansa. - Para eso hace falta tener una madre famosa y... - 

No me dejó terminar porque, del interior de su famoso bolso sin fondo, sacó velas, velita y velones para parar un tren. - ¡Alto ahí! Prohibido encenderlos. - Tengo que montar el Altar de los Amigos de lo Ajeno que funcionan mejor que Santa Rita para solventar imposibles.

Me sacó de la salita a empujones, la cerró a cal y canto y poco después me llegó el olor de cera quemada...

domingo, 9 de julio de 2023

La Ola de Calor.

 Llamaron a la puerta y al abrir, encontré a un raro especímen pero, eso sí, simpatiquísima. - ¡Hola, soy la Ola de Calor! - ¡Vaya! Tanto gusto, señora. - Nunca he visto una casa por dentro ¿podría enseñarme la suya? - Casi prefiero contarle cómo es porque, de repente, ha subido mucho la temperatura y temo que se incendie.

- ¡No llegará la sangre al río, exagerada! Haga lo que quiera aunque, si no es mucha molestia, me vendría bien un vasito de agua fresca. Sobre todo que sea fresca porque, aunque no se lo crea, nunca la he probado.

Solícita fui a por el agua pero la nevera se negó a abrirse. - No puedo dejar que nadie que esté bajo mi jurisdicción, se achicharre... - De fondo oía a la botella de agua gritar: - ¡No quiero hervir!

Pascualita se asomó al borde de la pila de lavar y levantó sus bracitos saludando a la recién llegada. A mi me chocó aquello aunque no es raro que llevando tantísimos años zascandileando por ahí, es normal que haya hecho amistades de todos los pelajes.

Me supo mal que la Ola de Calor no pudiese refrescarse con un vasito de agua, como tampoco pudo asomarse al balcón a ver los nidos de gorriones que habitan el árbol de la calle. La Cristalera, cerrada a cal y canto, lo impidió.

Finalmente la Ola de Calor se marchó apesadumbrada por no poder hacer realidad alguno de sus sueños: - Lo siento (le dije) - Ya estoy acostumbrada... ¿me regalas un abanico? 

Se lo di pero no pudo usarlo porque ardió como una falla valenciana. - Siempre igual (dijo, quejosa, antes de seguir su camino) 

sábado, 8 de julio de 2023

Quien la sigue, la consigue.

Mientras desayunaba con Pascualita una noticia de la radio me hizo correr al teléfono y llamar a la Torre del Paseo Marítimo. Se puso Geooooorge: - Hola. Tu abuela decir que no estar, - No quiero hablar con ella, darling, sino contigo.

Inmediatamente se puso a la defensiva: - ¿Qué pasar? - Nada, hombre. Te llamo para darte la enhorabuena por la hazaña de tu paisano. - ¿Qué ser paisano? ... ¿Ser bueno? - Otro inglés. Pues... no sé si es bueno. - Mi no comprender, boba of Coria. - ¡Porque tenéis la cabeza a las cuatro de la tarde! Las cervezas os ayudan pero creo que es por el té. Tanto trajinar agua caliente a la tripa no puede ser bueno.

No le gustó nada que me metiera con su té. - Reblandece las entendederas. - ¡No tocar té! - ¡Vale, vale! Pues un paisano tuyo llegó hace cinco años a Mallorca a seguir la tradición, implantada por los ingleses, de hacer balconing, Y como mandan los cánones, se cayó al vacío estrellándose contra el suelo ¡Pero no se mató!

- Durante cinco largos años rumió su fracaso y su vergüenza hasta que se decidió a ser un  inglés respetable, como tantos otros que lo precedieron.

Y ha vuelto a Mallorca ¡Al mismmo hotel del pasado! ¡A la misma habitación! Y se tiró ¡del mismo balcón! Y como, quien la sigue, la consigue ¡¡¡TACHAAAAAAANNNNNN!!! Esta vez ha quedado hecho puré y disfrutará de su hazaña en el Más Allá, con mi primer abuelito que también es un guasón.


viernes, 7 de julio de 2023

La primera ola de calor del verano.

Hoy tiene que llegar la primera Ola de Calor de éste verano. Lo anuncian en la tele cada vez que el locutor de turno abre la boca. Yo, por si acaso, he preparado el bañador y el flotador por si la Ola me desahucia de mi casa.

Esta mañana, unos locutores televisivos, bastante alterados, no han nombrado el Agua ni la Arena sino el Calor del Sáhara. Entonces el árbol de la calle abrió su enorme boca astillada y farfulló: - ¿A fé eftamof, a Arenaf, a Afua o Falores? ¡Efto no ef serio, homfre!

He pensado en defender mi castillo, o sea, mi casa. Pondré un barreño con agua fresca en el balcón, un botijo y un buen abanico. Negociaré con el Arbol un buen trozo de sombra de sus ramas. Después solo tendré que meterme en el barreño sentada, con las piernas fuera y a disfrutar del verano.

Pascualita tendrá un taper hondo y nos bañaremos juntas pero no revueltas. No me fio de ella. El pago al árbol consistirá en tirar, de tarde en tarde, un cubo de agua a su alcorque.

¡Que a gusto se estaba! Así me tiré un buen rato. Pascualita saltaba de su taper a mi escote procurando no caer en mi agua que era del grifo y no de mar como la suya. De repente oímos: ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa! (¡La Cotilla!)

Como una flecha saltó la sirena a su taper con tan mala suerte que falló la puntería y salió despedida a la calle, donde rodaba Bedulio el Municipal al que alguien le fue con el cuento de que yo tiraba agua por el balcón. 

Para cuando tuve a Pascualita en mi bolsillo ya hacía rato que Bedulio estaba mondo y lirondo.

 

jueves, 6 de julio de 2023

Mariano, el Cenutrio.

La escuché gritar mi nombre a lo lejos: - ¡Nenaaaaaaaaa, el agua está ricaaaaaaa! - ¡Déjame dormir, aguafiestas! (me quejé)

Era tan temprano que aún no habían puesto las calles de Palma en su sitio ni el clarín que todas las mañanas me despierta había sonado. Pero la Playa seguía llamándome, 

Me levanté de un salto, echa una furia y me planté junto a la pila del comedor donde Pascualita dormía sobre el agua. - Espero que no seas tú quien compromete a la Playa para que me despierte y te lleve a verla. ¿No ves que no son horas?

Y entonces sonó el clarín: - ¡¡¡TARARÍ!!! - Corrí al balcón que estaba abierto de par en par y grité con toda la fuerza de mis pulmones (por cierto, uno estuvo a punto de salirme por la boca) - ¡¡¡LA MADRE QUE TE PARIÓ, CENUTRIO!!! 

El tonto inútil de todas madrugadas lo había vuelto a hacer: salir del garage y tocar su escandalosa y potente bocina ¡cuando no hay un alma por la calle! (salvo la de mi primer abuelito)

Inmediatamente, de todas la ventanas y balcones salen zapatos, sartenes, cubos de agua, cajas de pastillas para dormir... además de los juramentos en arameo del vecindario hacia el Cenutrio.

Tuvo que pasar un tiempo hasta que nos enteramos de que tenía montado un negocio donde vendía a buen precio, la "recolecta" de las madrugadas.

Después del cabreo diario ya no pude dormir de nuevo y pensé que sería buena idea ir a la playa con Pascualita, a relamjarme .

 

miércoles, 5 de julio de 2023

¡De cumple!

Llegan los cumpleaños playeros y la abuela, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, me ha aconsejado, encarecidamente, que aproveche la ocasión para que me hagan a su querido y deseado, bisnieto.

Pero no todo es tan fácil como ella lo pinta. En primer lugar me tienen que invitar. Y no es que la gente de mi trabajo no cumpla años. Es que no me invitan... ¿Por qué? pues no tengo ni idea a no ser que no les gusta tener cerca a alguien que habla con su primer abuelito un día sí y otro también. Les gusta como anécdota pero no como una realidad. ¡Pero si no hace nada salvo lucir maravillosos sudarios de alta costura!.

También puede ser envidia cochina.

Pasan los días y no ocurre nada... hasta hoy. ¡Ha llegado una invitación a mi nombre! 

Un compañero cumple los cincuenta y va a montar una fiesta en la playa de C'an Pere Antoni donde ¡no va a faltar de nada! Y tanto que no porque, aunque mi primer abuelito no irá, sí que lo hará ¡Pascualita!

Es una pena que no pueda decírselo al del cumple ¡Estaría honradísimo de que la última sirena del mudo estuviese en su fiesta!.

Bueno... ya pasó todo. Ha sido una fiesta bonita hasta que unas gaviotas han descubierto a la media sardina y han ido a por ella... que ya había probado el chinchón. 

La pelea fue espectacular. Pascualita, presa de una furia venida de los tiempos más remotos, mordía a diestro y siniestro y a la velocidad del rayo. Cuando todo acabó la arena estaba tapizada de plumas y charcos de sangre. Y lo que era más espectacular aún: la hinchazón elefentiásica, de los mulos de la mayoría de las gaviotas, tan grande que no les permitía levantar el vuelo.

 

martes, 4 de julio de 2023

Su gozo en un pozo.

 Nadie es más tonto que el árbol de la calle. No se quita la Medalla de la Ciudad ni para dormir. Y se jacta de ello dando envidia a todos los personajes de mi casa, primer abuelito incluído.

Dice, por ejemplo: - ¡Me sé de uno que se trae mucho ringorrango con los modelitos estrambóticos de sus amigos modistos que no dejan de ser sudarios de M.U.E.R.T.O! En cambio yo tengo una M.E.D.A.L.L.A que me ha dado el Alcalde.

Nunca había visto a mi primer abuelito tan deprimido y eso nos apenó a todos. 

Pascualita fue la primera en atacar. Ayudándose de su hermosa cola de sardina, se catapultó al interior de la bocaza de madera y, en un santiamén, la convirtió en astillas. Y como no se le entendía, el árbol se calló. 

Las bolas de polvo saltaron, una tras otra, a su interior y se pasó la tarde tosiendo y estornudando. Los comensales de la Santa Cena apostaban cualquier cosa (migas de pan de dos mil años de antigüedad, por ejemplo) sobre cuántos estornudos seguidos hacía. O si las toses serían de tenor o de tiple. Estuvimos muy entretenidos.

Había caído ya la tarde cuando el Alcalde volvió a colocarse bajo el árbol de la calle. Esta vez con el ceño fruncido. Alargó una mano y dijo, enérgico: - ¡LA MEDALLA DE LA CIUDAD!

Los vecinos arremolinados en aceras y balcones, dijeron: - ¡OOOOOOOH! ¡¿POR QUÉ?!

- No se la merece. Lleva días sin soltar lágrimas ni mocos, lo que aumenta la sequía y encima presume como un pavo real.- ¡¡¡NO SE LA MERECE!!! (gritaron los vecinos) - Un empleado de Parques y Jardines fue el encargado de recuperar la Medalla de la Ciudad. 

Poco después la calle quedó vacía.


 

lunes, 3 de julio de 2023

¡Encima!

Mientras el árbol de la calle no encontraba consuelo ante los siete años de desgracias que le auguró la rotura de un espejo contra su tronco, la Cristalera del balcón temblaba como una hoja en la tormenta, afectada por haber visto el episodio ocurrir a pocos metros de ella. - Es que ... un poco más, y se estrella contra mi...

Tuve que gastarme parte de la paga en comprar tapones para las orejas. Tanto drama me superaba. Varias familias de gorriones habían levantado el vuelo hacia árboles menos sensibles

A pesar de todo, por casa estábamos bastante tranquilos. La Cotilla, desde que vio la horrible cara de Pascualita, no ha vuelto. Estoy por alquilarle su habitación a un maestro, o maestra, de los que tienen que salir por pies de los pisos de alquiler donde pasan el año lectivo porque, al llegar el verano, suben los alquileres para exprimir a los turistas de turno.

Una mañana, entre pitos e insultos, el rolls royce de los abuelitos aparcó en la parada del bus. Me extrañó verles a esas horas. - ""¡Viene el nuevo Alcalde y tú sin enterarte!¿En qué mundo vives?" 

- ¿Vendrá a casa? - "No viene por tí, boba de Coria si por el árbol" - ¿Lo van a talar? ¡Ya era hora. Es más pesado que una vaca en brazos ¡Míralo, no para de llorar!

Pero la cosa no iba por ahí. La llantina del árbol iba a ser premiada con La Medalla de la Ciudad por la contribución(del árbol) a paliar la sequía. Han sido tantas las lágrimas y los mocos echados por el plañidero vegetal que, una vez colmado de líquido su alcorque, éste se fue trasvasando a los demás de mi calle y las aledañas ¡Toda una proeza de ingeniería!

domingo, 2 de julio de 2023

¡Que cruz tengo con el árbolito de las narices!

 - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaa! Ay, no me aguantan las piernas. No pensé que entrenar corriendo fuera tan pesado. - Quien algo quiere, algo le cuesta, Cotilla. - Aplícate el cuento, boba de Coria. - Pero si tengo lo que quiero... - No dice lo mismo tu abuela.

 Una luz cegadora me dejó como para ir vendiendo cupones de la Once por las esquinas. - ¿Eres tú, abuelito? - Efectiviwonder, nena ¿Has visto que sudario tan espectacular me ha hecho Paco Rabane? - Si no puedo mirarlo cómo voy a verlo.

Mi primer abuelito le quitó algo de intensidad al brillo de un montón de placas metálicas brillantes como el oro. - Ahora, sí... Esas placas se te van a clavar. - ¿Dónde, si no tengo cuerpo?  jajajajaja

Al oír mi risa estridente la Cotilla palideció.

- ¿Hay alguien contigo? ... ¿No será...? - ¿Mi primer abuelito? ¡Sí, señora! Y está más guapo que un San Luis. 

La Cotilla corrió a su cuarto y regresó con un espejo. - ¡Si su espiritu está aquí, quedará reflejado en el espejo - Que tontería de teoría (dijo mi abuelito, divertido)

Su ánima no se reflejó en ningún sitio sin embargo sí lo hizo el careto de Pascualita gracias a  un pequeño movimiento nervioso de la vecina. También la sirena vio aquella cara blanquecina rematada por un penacho, escaso, de algas e inmediatamente entró en un estado de frenesí ante lo que ella consideró un enemigo. 

El ataque al espejo fue dicho y hecho.  Ante la violencia desatada por ¡vaya usted a saber qué! (como pensó la Cotilla) tiró el espejo por el balcón y acabó haciéndose pedazos al estrellarse contra el tronco.

Desde entonces el árbol de la calle, aterrorizado por los siete años de mala suerte que le  han caído encima sin comerlo ni beberlo, llora desconsolado, noche y día.

sábado, 1 de julio de 2023

El monotema.

 Mi primer abuelito apareció sobre la lámpara de la cocina justo cuando Pascualita y yo íbamos a comernos una ensaimada, recién hecha, a medias. 

Le ofrecí compartirla también con él y en su cara se pintó un rictus de tristeza: - No puedo. - ¿Por qué si tienes boca...? - Porque soy un alma del montón. Buena pero del montón. Para comer ésta delicia tendría que haber sido un santo en la otra vida... - Teniendo que aguantar a la abuela ¿no te ganaste los galones de santidad? Pues sí que van caros.

La abuela llevaba unos días dando la lata con el bisnieto que no llegaba. - Me tiene frita con el monotema: - Siempre ha sido muy cansina. Cuando quería una cosa la conseguía por agotamiento del contrario. - Lo último que me ha dicho es que vaya a buscar novio ¡a París! ... ¡Pascualita, no te comas toda la ensaimada, jodía!

Que egoísta es éste bicho. Y, para rematar la faena, se ha lanzado en plan bomba, dentro de mi taza de cola cao y ha puesto perdida la cocina de salpicaduras. - Menos mal que mi hermoso sudario de Coco Chanel repele las manchas (dijo el abuelito cambiando de sitio por si acaso)

- Le pregunté a la abuela que qué se me había perdido a mi en París si no sé decir ni oui. Lanzó un suspiro que hizo temblar el cuadro de la Santa Cena con todo lo que lleva dentro y abrió de nuevo la boca: - "Allí hay de todo, incluso hombres-lobo, nena." - ¿Y bisnietos? ¿Hay bisnietos en París, abuela? (no sé por qué pero... me colgó.)