miércoles, 31 de agosto de 2022

Las alas.

 Mi primer abuelito me esperaba dando vueltas al rededor de la lámpara de la cocina. Entré a desayunar con Pascualita y me sorprendí al verlo- - ¿Qué haces aquí a éstas horas? ¿Te han echado del Más Allá? - No seas mal pensada, nena. Es que tengo algo que celebrar y con quién mejor que con mi nietecita ¡Saca el chinchón on the rocks de la nevera y trae dos copas. - Serán tres, contando a la sirena.

Llené las tres copas. En una de ellas se sumergió la medio sardina y tuve que "pescarla" para no tener un disgusto. Y, por fin, el abuelito contó su gran noticia. - ¡He ganado unas oposiciones, nena! - Ah, pero, eso también se lleva allí. - Si, hija. Hay que opositar para todo. Es una manera de no perder el eterno tiempo que tenemos por delante. ¡Voy a ser guardia! - ¡Anda, como Bedulio! Verás cuando se lo cuente.

- ¿Y qué tienes que vigilar en ese lugar si sois todos buenos? - Buenos, sí. despistados y dejados también. Hay que mantener el orden y la disciplina. Si quieres que te diga la verdad, me presenté a las oposiciones por las alas. ¡Voy a tener alas! - Pero si vuelas y flotas sin necesidad de ellas, abuelito. - Pero hace guapo. - Tu ya eras guapo antes, incluso, de nacer. - ¡Ole, mi nieta! 

- Deben tener un mantenimiento ¿verdad? - Pues, no sé... - Esa blancura habrá que cuidarla. Las plumas maltrechas se cambiarán por otras nuevas... ¿no? - El brillo deslumbrante no se consigue si no es a base de frotar cera... 

El abuelito estaba serio. Cogió la copa de chinchón on the rocks pero no lo consiguió porque es un ser intangible. Aunque lo peor fue la risa sarcástica de las copas. El abuelito quedó tocado.

- ¡Vamos, anímate! - No sabía que unas alas dieran tanto trabajo... Renunciaré a ellas. - ¡Oh, no! Estarás tan guapo con ellas ¿Por qué no le dices a la Momia que te ayude a mantenerlas perfectas y, de paso, peláis la pava en la oscuridad de su habitación. 

Parece que le gustó mi sugerencia porque desapareció dejando tras de sí un fragante aroma de Varón Dandy.

martes, 30 de agosto de 2022

¿Otro negocio? nooooo.

 Le he cogido manía a la alcachofa de la ducha. Pienso que, cuando menos me lo espere, soltará tal caudal de agua que me arrastrará hasta el desagüe que me tragará en un santiamén y a ver adónde iré a parar porque no conozco nada de los subsuelos de Palma.

 La Cotilla dice que no me haga ilusiones porque no estoy hecha un fideo. - Cosas más raras se han visto... - Reflexioné un momento y fue cuando me vino a la mente algo que escuché, hace tiempo, en la radio: En las cloacas se encuentran joyas. 

Sin darme cuenta había dicho esa frase en voz alta. - ¿Estás segura, boba de Coria? - Eso escuché... - Ya podrías haberlo dicho antes. Seríamos millonarias. Yo, por lo menos.

A la Cotilla se le iluminaron las pajarillas y hasta dio saltos como una rana en celo. Me temí lo peor. - Voy a llevarme el cuadro de la Santa Cena al trapicheo. A ver si diciendo que es una escultura sacada del natural, o sea mientras los comensales de verdad cenaban hace dos mil y pico de años, le saco unos miles de euros al caprichoso que quiera tener ésta "antiguedad" en su casa y compró dos trajes de buzo para andar bajo las calles.

- ¡Ni hablar de llevarse el cuadro ahora que nos hemos hecho amigos! - ¿Ves como no te funciona la azotea? ¡Búscate un novio, anda! - Ese comentario me sublevó más si cabe y grité: - ¡Abuelito, llévate a la Cotilla o no respondo!

Ipso facto, mi primer abuelito apareció como por arte de biribirloque dando vueltas al rededor de la lámpara del comedor para que se viera bien la capa del nuevo sudario que estaba estrenando: - ¡Estás magnífico! ¿De qué vas? - De padre súper héroe que acaba de comprar los libros del cole a sus tres críos... ¿Y la Cotilla? (preguntó mientras miraba a su alrededor)

El árbol de la calle, estiró una de sus ramas para señalarla mientras la vecina corría para alcanzar la esquina y desparecer.

lunes, 29 de agosto de 2022

Nuestro gozo, en un pozo.

Se frustró el negocio antes de empezarlo. Estábamos la Cotilla, su amigo el fotógrafo con una máquina de fotos de las primera que se inventaron, y yo. En un momento dado se abre el portón del chaletarro frente al que estábamos apostados esperando ver salir al tío bueno y conocidísimo... pero quien lo hizo fue un cachas, ancho como un armario de cuatro puertas, armado con una manguera que dirigió hacia nosotros en lo que, así de pronto, tomé por un detalle del que iba a ser retratado, para ayudarnos a pasar el calor de la tarde de agosto...

Vaya si nos refrescamos. El agua salió a toda presión y nos lanzó por los aires a los tres. Caímos en un solar, carísimo, lleno de maleza y por el que rodamos como peonzas hasta que el cachas pensó que ya estábamos bastante frescos. Paró el agua y se introdujo, con la manguera a rastras, por donde había salido. Y aquí paz y después gloria.

Cuando recuperamos el resuello y marchamos, mojados como pollos, en busca del coche del fotógrafo, éste hizo unas comprobaciones y dijo: - No se ha perdido todo. Ha salido una foto. -

A la Cotilla se le alegraron las pajarillas. ¡Iba a haber negocio! Incluso llamó a la abuela para decírselo. El fotógrafo se frotaba las manos, esperanzado. 

Llegamos a casa y una vez sentados en la salita, con  una copa en la mano y un cubo de chinchón on the rocks en la mesita de centro, el fotógrafo puso ante nuestras narices ¡la foto!

El silencio se adueñó de mi casa. Todos mirabamos e ibamos torciendo la cabeza en busca de un ángulo mejor para ver "aquello" Ni las bolas de polvo se atrevían a preguntar.

El concierto de pitos en la calle anunció la llegada de la abuela con su rolls royce. Minutos después entró como un elefante en una cacharrería. - "¡A ver esa foto!"

Salió hecha una furia y a mayor velocidad de la que entró: - "¿Qué es ésta birria?" - El primer manguerazo... dándonos de lleno... ¿No vale? (habló la Cotilla)

- "¡¡¡NO SOIS MÁS TONTOS PORQUE NO OS ENTRENÁIS!!!" - Gritó mientras bajaba los escalones de dos en dos.

 

domingo, 28 de agosto de 2022

¿Un fraude?

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa! ¿Ya has encontrado novio, boba de Coria? - Le importará a usted mucho. - Pues sí, porque podríamos ir a medias en el negocio. Lo han hecho unos millonetis y les ha salido bien. Por cierto, he pasado junto al contenedor de basura del súper y he rescatado estas magdalenas que están sin abrir... - No gracias (ésta mujer no aprende)

Pascualita está baja de moral. Se le nota porque no da saltos mortales y se pasa el día languideciendo tumbada sobre la arena del fondo del acuario.. Lo he comentado con la abuela que, en contra de lo que suele ocurrir, en cuanto la he llamado se ha puesto rápidamente al teléfono: - "Dime, nena" - Quería decirte que... - "¿Ya has hablado con la Cotilla?" - Pues... - "¡Hazlo!" - ¿Sobre qué? porque si es para que me coma las magdalenas que ha traído del conten... - "¡NO! Del novio que hay que buscarte. Que sea guapetón y conocido" - ¿Mío? - "¡NO! de la gente en general. Te haces unas fotos con él y ya está" - ¿No tiene que hacerme un bisnieto? - Eso sería un buen remate pero conociéndote, me extraña que quiera.

Por la tarde, antes de irse al trapicheo, la Cotilla insistió en lo del "negocio" - Arréglate bien y cuando te llame nos veremos en la dirección que te diré. ¡No faltes! ¡No te retrases! ¡No preguntes! y a una señal mía, te acercas al tío bueno con poses atractivas. Un amigo hará las fotos y ¡listo! - Me huele a chamusquina, Cotilla. - Mandaremos las fotos y un texto lleno de las tontás que dicen normalmente los que van a casarse, al Hola y lo queremos cobrar por la exclusiva. - (Me lo dijo) ¡Halaaaaaaaaaa! Que mal le sienta el chichón a éstas horas.

Pero fui.

La semana que viene, mandará más fotos en las que, con penita, diré que ¡HEMOS ROTO! y lo que queremos cobrar por esta otra exclusiva. Di mi opinión. - Me parece un fraude... - Que palabras más tontas te aprendes, boba de Coria.


 

sábado, 27 de agosto de 2022

Carne picada.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaa! Nena, mira que traigo del contenedor de basura del súpermercado ¡Un paquete de carne picada! - Estará caducada... - Ya salió la tiquismiquis "estará caducada, estará caducada" Otro gallo cantaría si hubieses pasado, como yo, los años del hambre. Mira bien la carne, está rosita. Puedes hacer albóndigas y por una vez, no serán de bote.

La parrafada final me convenció. Busqué el recetario de la abuela, que guardó en su cantarano cuando salió de casa para casarse con Andresito y tener un mayordomo inglés que le cocina todos los días del año.

Esperé que la Cotilla se fuera a sus trapicheos para preparar las albóndigas porque quería que Pascualita, a la que la abuela enseñó como hacer sus recetas, me confirmara que lo hacía bien.

Coloqué a la sirena en el frutero de la cocina y preparé los ingredientes. En cuanto destapé la carne picada Pepe el jibarizado, desde su estantería, dijo, estremecido: - OOOOOOOOOO. - Y eso que no tiene nariz. Si es que lo dijo por el olorcillo a tufo que salió del paquete envasador, que vaya usted a saber, como no dice ni pío...

Cada cosa que echaba en el bol de cristal era ratificado por la sirena que levantaba  su escuchimizado dedo pulgar.

Todo fue bien hasta que quise darle un poquito de carne para agradecerle la ayuda que me estaba prestando pero no la quiso. Sacó la lengua, puso los ojos bizcos e hizo como si vomitara. Pensé que la prefería condimentada pero tuvo la misma reacción. - De modo que estás en plan Nefertiti, faraona de las narices. Pues bien que te comías la carne que te daba la abuela ¡claaaaaro, como es tu amiguitaaaa del alma! 

Me enfadé muchísimo por aquel rechazo. Ya sé que no soy Arguiñano pero no me merezco el desprecio de un bicho antidiluviano

... Hoy es el primer día que, la Cotilla y yo, lo pasamos en la habitación de un hospital...  Toda la semana anterior estuvimos en la UCI...

viernes, 26 de agosto de 2022

Tengo la CIA en casa.

 Me llamó la abuela - "¿Viste a la Reina en el Hola?" - No porque hace meses que no voy a la peluquería. - "¡No me extraña que tengas sequía de pretendientes a futuro padre de mi bisnieto! Tienes que ir todas las semanas a que te arreglen ese alboroto de pelo que llevas siempre" - No me da el sueldo para tanto derroche. - "No es derroche, sino invertir en tu futuro, boba de Coria. Y ya te estás comprando EL short monísimo que llevó la Reina en nuestra isla" - Se agotó en poco tiempo... - "¡Pues uno que se le parezca. Si es que te ahogas en un vaso de agua"

Poco después llegó la Cotilla: - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa! ¿ya te has comprado los pantaloncitos? - No salía de mi asombro - ¿Está compinchada con la abuela? - Equili cuá. Me ha dicho que sea sus ojos y sus oídos en ésta casa. - ¡Ya me está dando la llave de MI CASA! - Tooomaaaa... - Me dio la que tenía en la mano, luego abrió una carterilla que sacó de su bolso sin fondo, la agitó y dijo con total desparpajo: - ¡Mira que bien suenan todas las demás! ¡CLIN, CLIN, CLIN...!  

Tendré que ir al Tribunal de Estrasburgo a pedir protección ante estas dos harpías. Mi primer abuelito dijo que bien podría hacer algo él que conocía a tanta gente... - Pero ahora son como tú: etéreos. - ¡Y presumidos! - Y encima, eso. Por cierto, te sienta muy bien el nuevo sudario aunque es un poco macabro ¿no? - ¡NO! Imita la toga del Gran Inquisidor de Castilla. Por eso rezuma sangre.

Se me pusieron los pelos de punta y pensé que sería demasiado castigo, para la abuela y la Cotilla, tener que pasar por todas las fases de un juicio de aquellos y dije al abuelito que muchas gracias pero no. 

Quedó algo desilusionado pero se rehízo enseguida cuando, guiñándole el ojo dije: . Pero no escondas mucho este sudario... por si las moscas. 

jueves, 25 de agosto de 2022

Alaridos.

Unas voces venidas del infierno, por lo menos, me pusieron los pelos de punta. Llamé a mi primer abuelito - ¿Qué pasa? - Eso digo yo ¿Y éstas prisas para verme? Espero que sea por algo importante porque estoy en plena prueba de mi nuevo sudario Verano Caliente, que me está haciendo Oscar de la Renta. Será una pasada... - ¡No seas tan frívolo, abuelito y escucha!

Por más que puso la oreja, el ánima de mi abuelito no se inmutó. - ¿Qué tengo que oír? - Esos gritos, lamentos, quejidos, rugidos de tigre de Bengala ... ¿Estás sordo? - En el Más Allá no se pierden facultades, bonita. - Pues no entiendo como no te sobresaltas... - Ah. ¿te refieres a la zapatiesta que tienen montada dos gatos en celo? jajajajajajajajajajaja ¡Aaayyy, que graciosa eres! - Y se esfumó.

Así que dos gatos... ¿en mi casa? No pero casi. Estaban subidos en la copa del árbol de la calle y se desafiaban, dispuestos a todo, hasta a quedarse sin rabo. - ¡¡¡Iros a otro árbol, jodíos. aquí no quiero peleas!!!

Los asistentes a la Santa Cena habían cambiado de postura y fijaban la vista en lo que se avecinaba. El de las 30 monedas en la faltriquera fue el único que intentó apostar pero, furioso, el árbol de la calle se sacudió desde las raíces hasta la hojita más alta y los gatos, ofuscados, perdieron el equilibrio cayendo sobre Bedulio que, en esos momentos pasaba por allí haciendo su ronda habitual y huyeron del lugar.

El pobre, asustado al verme en el balcón, gritó: ¡¡¡¿Eso es cosa de tu primer abuelitooooo?!!! - ¡ NOOOOOOOOOOOOOO! - ¡ANDA QUE NO! - Y giró la esquina a paso de carga.

miércoles, 24 de agosto de 2022

Viva la moda.

Lo de los sombreros Plaza de Toros ha traído cola. Ahora resulta que mi primer abuelito, que desde que es un espíritu se ha convertido en un dandy de tomo y lomo, no quiere quedarse atrás y, después de escuchar a su ex, les ha pedido a sus amig@s modisto@s que le hagan unos cuantos, a cual más original.

Mi segundo abuelito, Andresito, está desesperado y me ha llamado para pedirme ayuda. - ¡Tu abuela quiere que salga a la calle con una especie de Plaza de Toros en la cabeza! ¿Cómo voy a salir con ese horror? Iré dándome porrazos contra las farolas y las esquina. ¡Dios mío, y yo que creía que acabaría mis días tranquilamente en mi cama y no tirado en una acera con el cráneo abierto... ¡snif!...¡¡¡BUAAAAAAAAAAAAAAAA!!! 

- No hagas caso a la abuela, hombre... - ¿Entonces a quién? ¿A ti? - Pues, si... - ¡Ni hablar! dice tu abuela que toda la culpa es tuya. ¡¡¡TUYAAAAAA!!! - Y me colgó el teléfono.

Estaba patidifusa. La culpa era de Pascualita, que se metió en mi mochila de playa sin permiso, saltó y fue cazada por el pico de una gaviota que pensó hacer una buena merienda con la medio sardina pero le salió el tiro por la culata cuando Pascualita, convertida en fiera corrupia, mordió su cabeza con saña y el veneno hizo su trabajo: hinchó de tal manera aquella cabeza que logró historias y leyendas urbanas como en los tiempos en que los juglares andaban por el mundo. 

Puse la tele para olvidarme de mis problemas y de repente, ¡una alegría! La moda española resurgía como el Ave Fénix "gracias" a la fiebre desatada en todo el mundo por los absurdos sombreros Plaza de toros.

Y entonces me dio por pensar: ¿Y qué gano yo con eso? ... ¡¡¡NADA!!! ... anda que...

martes, 23 de agosto de 2022

La mutación.

 Ha sido noticia en todos los Informativos y es la comidilla de las redes sociales: - ¡En Mallorca se ha encontrado una gaviota con una cabeza descomunal!. Algo nunca visto. Se cree que se trata de una mutación producida por el Cambio Climático ¿Quiére decir esto que la Humanidad, dentro de unos pocos años, seremos cabezones? ¡Ya nos advirtieron los ecologistas cuando todavía estábamos a tiempo de reconducir la destrucción de la Tierra!

Los grandes sombrereros pusieron sus talleres manos a la obra para ser los primeros en lanzar al mercado modelos Plaza de toros para los grandes cráneos de las grandes fortunas que no tardarían en ir naciendo.

Me llamó la abuela: - "¿Pascualita ha estado en la playa? " - ¡Que vaaaaaaa! - "Entonces ¿de dónde sale la gaviota cabezona?" - Bueno..., un poquito sí que estuvo ¡pero yo no la lleve! Se coló en mi bolso la muy... - "Cuidadito con lo que dices de mi chiquitina bonita" - ¿Cuánto tiempo hace que no vas al oculista, abuela?

Una vez que la abuela ratificó que fue un mordisco de Pascualita lo que modificó el tamaño de  la cabeza de la gaviota va y me suelta: - "He encargado unos sombreritos Plaza de toros para niños, a Christian Dior" - ¿Para quién? (no salía de mi asombro) - ¿Para quién va a ser? Para mi bisnieto, boba de Coria que, al paso que vas, cuando nazca ya se habrá completado la mutaciòn en los humanos.

lunes, 22 de agosto de 2022

¡A la playa!

 Estaba desayunando cuando se me ha ocurrido ir a la playa. Era temprano y me apeteció meterme en el agua fresquita. Así que no me lo pensé dos veces y llené mi mochilita amarilla con un hermosa margarita pintada, con la toalla, las gafas de buceo, dos galletas de Inca, las gafas de sol y las llaves de casa pero, antes de salir, como de costumbre, fui a hacer el último pipí

Me entretuve un poco payaseando ante el espejo del cuarto de baño y ya, por fin, salí camino de la playa.

Yendo con mi despiste habitual no caí en la cuenta de que la mochila parecía tener vida propia hasta que la puse sobre la arena, la abrí para cambiar las gafas de sol por las de buceo y saltó fuera una bola de polvo - ¡¿Qué haces tú aquí?! ( pregunté asustada) - Lo mismo que tu y que esos. "Esos" eran los comensales de la Santa Cena que cayeron de bruces al suelo porque, después de llevar dos mil años en la misma postura, fueron incapaces de estirar las piernas.

Antes de cerrar la bolsa Pascualita saltó al escote de mi bañador - ¡Ah, no! Tu no puedes meterte en el mar ¡Te escaparás y la abuela me hará picadillo! ¡A la mochila se ha dicho!

Pero, con la sirena, una cosa es decirlo y la otra hacerlo. La puñetera abrió la boca, sacó a pasear la dentadura de tiburòn llena de veneno y la colocó sobre uno de mis pechos como diciendo ¡A que te muerdo!

Menos mal que mi primer abuelito apareció de pronto sobre una sombrilla vecina, le dijo algo a Pascualita, que no pude oír, y ésta, de un salto con tirabuzón cayó... en el pico de una gaviota que venía en vuelo rasante. La alegría del pájaro duró poco, justo hasta que recibió el mordisco.

Yo estaba patidifusa con tanto ajetreo hasta que el sudario verdemar del abuelito me rozó la cara y escuché: - Me la llevo a ver "sirenos" Y ambos desaparecieron.

Nadé evitando que se me agarraran los que, en su día, fueron pescadores. Alguno se ahogó porque, o bien no sabían nadar o era muy difícil hacerlo en posturas tan incómodas.

Poco a poco, han retornado al cuadro del aparador.

domingo, 21 de agosto de 2022

Las aguas se remansan.

 La Cotilla ha intentado muchas veces entrar en casa estos días en que he tenido la puerta cerrada y atrancada para que no descubriera el zapatiestas que montó Pascualita cuando no "consiguió atrapar al bello sireno"

Hoy, por fin, ha podido meter su llave y entrar. - ¡Avemariapurísimaaaaaaa! ¡La próxima vez que te vayas de viaje, avísame! ¡He tenido que dormir en el ascensor! - ¿Por qué no ha ido a su casa del 4º? - Los turistas no me han dejado entrar... - Pues... ajo y agua. - ¡Malhablada!

Mientras comíamos la última lata de albóndigas con tomate, la Cotilla no me quitaba la vista de encima. - ¿Tengo monos en la cara? - Monos, no, pero te noto rara. Pónte de perfil ¡Ya está! te ha crecido la napia estos días. ¿Y el moreno caribeño? - No conozco ninguno... (tuve que admitir) - Ya me extrañaría pero hablo del moreno del sol. Mira que eres rara: te vas al Caribe y vuelves tal cuál te fuiste. - ¿De qué habla? - No te hagas la longui que me lo dijo Bedulio.

- ¿Bedulio? - Me contó que los vecinos denunciaron ruidos extraños y aterradores (se le cambió la cara al decir ésta palabra al pobre) en ésta casa y su Jefe le mandó venir a investigar. El del 3º derecha, le comentó que fue como si el Infierno se hubiera trasladado a ésta casa pero otra dijo que te entrenabas a bailar rumba para irte al Caribe y ya no investigó más ¡Ya podrías habérmelo dicho, jodía!

Pascualita está más tranquila ¡Menos mal! pero no olvida... Por eso llevo las gafas de bucear puestas por casa todo el día por si me escupe agua envenenada en los ojos... Que cruz tengo con ella.

 

sábado, 20 de agosto de 2022

Es peor el remedio que la enfermedad,

Durante los años que lleva Pascualita en casa hemos probado de todo para aliviarle los calores erótico-festivos y nada a dado resultado. La falta de sirenos, aunque sean de mentira, me pone de los nervios. 

He llamado a algunos de los manitas que fabrican robots con apariencia real y me piden los dos riñones y ambos ojos: - ¡Aprovechados! ¡que mi sueldo no llega a mil euros! (les dije a todos) - Respondieron que si quiero un muñequito vaya a las Muñecas de Famosa. Otro me llamó viciosa. A este no lo entendí... ¡Ah, ahora caigo! ¡La madre que lo parió!

Finalmente, un cerebrito encontró una solución "viable" Hizo una peliculita en 3D donde un sireno de buen ver y pelazo de algas que llegaban hasta la punta de la cola plateada, nada tranquilamente en las profundidades del mar. La escena se repite hasta la saciedad para que Pascualita se recree mirándola.

Al cerebrito le dije que era para un sobrinito al que le encantan los sirenos. - Serán sirenas, que es lo normal. - No, a mi sobrino le gustan más los sirenos... - Pero... - Ya sabes, para gustos, colores.

Antes de ponerlo en la tele como me enseñó "el artista" me cercioré de que no estaba la Cotilla en casa. Cerré la puerta con llave y avisé a todos los de casa que íbamos a conocer al "novio" de la sirena. Suspiraron aliviados al saber que había encontrado la solución a su problema.

Puse a Pascualita en mi regazo, delante del televisor y lo puse en marcha.

Ahora no tengo tele, ni butaca en la salita. Mi nariz es más larga que la de Dumbo. Mi primer abuelito no tiene cortinas donde aparecer. El cuadro de la Santa Cena cuelga, peligrosamente, de un clavo. En casa no quedan jarros, flores de plástico ni nada que se le parezca La vidriera está rota. El árbol de la calle ha perdido algunas partes de sus ramas... Es como si un tornado hubiese entrado en casa.

Cuando la sirena vio al apuesto sireno se lanzó a por el sin darme tiempo a sujetarla. Una y otra vez intentó hacerse con él y al no lograrlo, mordió. Mordió todo cuanta cosa se le puso a tiro. Era un basilisco cabreadísimo ... y así sigue.

viernes, 19 de agosto de 2022

Sigue el celo.

Un ¡¡¡OOOOOOOOOOOOOOOOO!!! desgarrador quebró mi dulce sopor siestero. Salí corriendo hacia la cocina donde Pepe el jibarizado tiene su estantería particular. - ¡¿Qué te pasa, Pepito?! ¿Quieren comerte otra vez? (pregunté por preguntar porque de su cuerpo ya no queda nada y su cabeza es una cáscara vacía y recosida)

Pero resultó una pregunta muy oportuna porque Pascualita, que está poseída por un apetito sexual malsano y milenario que la corroerá unos días más, tenía cogido al jibarizado con intención de morder y arrancar trozos del pobre Pepe. - Cogí un trapo de cocina y, de una fuerte sacudida, lancé a la sirena al fregadero que estaba lleno de agua jabonosa y, por supuesto, dulce.

Pascualita debió dar un trago y no le gustó en absoluto. Tosió, vomitó, y para darme miedo, apareció como un zombi remojado, de entre una montaña de espuma de mistol. - ¡Aaaaayyyyy, que escena más terrorífica! No me la voy a poder quitar de la cabeza ¡Fuera, bicho, que luego te soñaré! 

Estuve consolando un buen rato a Pepe el jibarizado para que se calmara sin prestar atención al paradero de la media sardina... hasta que escuché la algarabía de las bolas de polvo. Pascualita las tenía acorraladas bajo el aparador y en cada embestida contra ellas, se comía unas cuantas. 

Pronto se cansó del "menú" y atacó a las patas del aparador que protestaron enérgicamente ya que, aunque sean de roble vasco, tienen las patas sensibles y los mordiscos de la sirena las obligaban a saltar de acá para allá hasta que, a punto estuvo el acuario-puerta-lavadora de estrellarse contra el suelo. Menos mal que el espíritu de Nefertiti, que apareció acompañada de mi primer abuelito (que no cabía en sí de gozo, todo hay que decirlo), lo protegió.

 

jueves, 18 de agosto de 2022

¡Quiero una solución!

 Pedí consejo a la abuela: - ¿Cómo arreglarías tú el problema? - "Pregúntale a ella" - Es como hablar con la pared. - "Con los años que llevas conviviendo con ella, ya tendrías que entenderla ¿Y por qué me preguntas a mi?" - Bueno..., eres una veterana..., tienes mucha experiencia... seguro que sabrías qué hacer si no tuvieras a Andresito y te entrara el celo, abuela... ¿abuela?... ¡¿abuela?!

No pasó ni un cuarto de hora cuando el rolls royce de los abuelitos aparcó donde siempre, en la parada del bus y acto seguido, se escuchó el concierto de pitos de los coches que quedaron atascados, autobús incluído.

Como un basilisco, la abuela se vino a por mi y no pude hacer nada para parar o esquivar su famoso pescozón rebotacabezas, Aún me duelen los coscorrrones que me di... ay...

- "¿Te parece bonito llamarme vieja (que no lo soy), ninfómana (que no lo..., bueno, dejémoslo así de momento) ¿Me has llamado Madame al decir que tengo experiencia en sexualidades ¡¿Me has llamado Madame?!" - No sé a que viene tanto alboroto si tu mayordomo te lo llama constantemente? - Me llama madame, con respeto pero en tu boca ha sonado a faraduleo-perdulario. ¿Eso se le dice a una abuela? - Tragué saliva y me preparé para recibir un nuevo pescozón pero su atención se había trasladado al acuario-puerta-lavadora donde Pascualita, sentada en su borde, levantaba los bracitos hacia su amiga del alma, que corrió hacia ella y yo suspiré aliviada.

Y ahora ¿a quién pregunto yo?... ¡Ya sé. A la Momia! Ella sí que es veterana con sus ciento y pico de años y... - ¡¡¡Para el carro, Mariano!!! - Mi primer abuelito, con voz tonante y airada, desde lo alto de las cortinas, salió en defensa de la virtud de su amor platónico... ¡Pues vaya!



miércoles, 17 de agosto de 2022

Y vuelta al celo.

Llamé a la abuela que, después de mucho discutir con Geoooorge, su mayordomo inglés y perro guardián, se puso, por fin, al teléfono. - ¿Has visto el Tiempo? Dicen que lloverá en Palma... - "No. Dicen que lloverá en Mallorca" - ¿Y tu ull de poll que te dice? - "Mi ojo de pollo, o callo, dice que sí, que lloverá" - Entonces prepararé el paraguas, las katiuscas, el chubasquero... - "¡Para, para! Ni que te prepararas para recibir al Diluvio Universal, boba de Coria!" 

El árbol de la calle, que había escuchado el diálogo, se rió de mi. - Que exagerada eres. Si solo han caído cuatro gotas que ni siquiera han mojado la calle. Mis gorriones están que trinan contra ti porque se les han llenado los nidos de arena y me han encargado que te diga (porque saben que la culpa es tuya) que te vayas de una vez por todas a Egipto, te estés unos días allí para que te vea bien el Desierto y deje ya de venir a visitarte aquí. (Me conmoví) - Es que, desde la primera vez que nos vimos, hubo sintonía entre nosotros... Aaaayyy...

A pesar de mis suspiros logré oir al árbol de la calle cuando musitó: - No es más tonta porque no se entrena.

Pascualita está inquieta. No creo que sea por la tormenta que se anuncia porque las habrá visto de todos los colores en su larguísima vida, así que tiene que ser otra cosa... ¡Oh, nooooo! ¡El celo otra vez! ¿Pero cuánto le dura, a la medio sardina ésta, su vida sexual? 

Mientras la sirena daba furiosos saltos mortales, cayendo donde menos lo esperaba, le recriminé su falta de previsión para el futuro. - ¿Te tenías que comer a todos los sirenos que se atrevieron a rondarte? Haber dejado uno vivo que te sirviera de comodín porque a ver qué hago yo ahora ¡otra vez!

martes, 16 de agosto de 2022

Calor en Agosto.

- Mira, Pascualita, pongo la tele y salen las noticias del día: - ¡Hace mucho calor! - Enchufo la radio: - ¡¡¡Un calor enorme se ha instalado en España!!! - Y eso que estamos en Agosto (dice un tertuliano de cabeza bien amueblada). Y acabo por desenchufar tele y radio. Me siento en el balcón, a la sombra que me da el árbol de la calle, con un botijo de la abuela, de cuando era proletaria, con agua fresquita y un abanico de propaganda. 

Poco a poco, el sopor me invade y me siento trasladada a mis veranos de la infancia. Cuando nos anunciaban que venían Olas de Calor y yo creía que eran olas del mar calientes. Solo que, entonces la gente decía: - ¡Claro que hace calor! ¡Estamos en Verano! 

En fin, que el Cambio Climático no empezó la semana pasada sino hace mucho tiempo y nos lo venden como una novedad. ¿Para lavar conciencias? 

Tú si que habrás visto uno cuantos Cambios Climáticos, como cuando todo se heló y se formaron los Polos y los glaciares. Solo que tal vez a ti te pasó desapercibido porque no teníais ni tele, ni radio que os diera, noche y día, la murga con el : ¡Que frío hace, jolines. - Y es que, cuanto más te lo dicen, más frío (o más calor) tenemos... ¡Ay, Pascualita! de lo que me estoy dando cuenta ahora mismo: ¡¡¡Las Redes Sociales nos están hipnotizando!!!

Ahora hace falta saber el por qué... ¿tú que dices? - Por supuesto no dijo nada pero mi primer abuelito vino en mi ayuda y, de paso, bebió agua del botijo (entrando en él porque lo que es levantarlo... aún le falta mucho para ser un fantasma con todas las de la Ley). - ¡¡¡Madre mía, que rica está!!! - gritó entusiasmado, quedándose con el sabor recuperado de su juventud y dejándome a dos velas sobre lo que opina, o no, Pascualita

lunes, 15 de agosto de 2022

Cubiteras por allá.

 La Cotilla ha venido cargada de cubiteras vacías. Las ha llenado de agua de garrafa y ahora tengo el congelador lleno de cubitos de hielo. - ¿Por qué ha dejado fuera las bandejas de carne que estaban congeladas? Se van a estropear. - No te preocupes. Las venderé antes de que huelan. - ¡Oiga, que no es eso! ¿Cómo que las va a vender si son mías? - Chica, si las vas a tirar mejor sacarles provecho. - ¿Para mi? - ¿Tú vas a venderlas? ¿No, verdad? Entonces ¿qué ganancias quieres, boba de Coria?

- Y ¿a qué viene tanto cubito? - ¿Es que no oyes las noticias? ¡Falta hielo para los cokteles, los whiskys, el tinto con gaseosa, para el chinchón on the rocks...? Si es que no te enteras de nada y así va España. - Ahora tendré yo la culpa de la inflacción. - Pues no vas desencaminada.

A media tarde ha vaciado las cubiteras en bolsas térmicas que, a saber de dónde las ha sacado y ha salido tarifando hacia el lugar de trapicheo. - ¡Se le van a derretir! (le grité desde el balcón)

Mientras ella desaparecía por una esquina, a paso de carga a pesar de sus muchísimos años, por la otra aparecían un grupo de la Mafia China del señor Li. Al verme asomada me interrogaron a gritos: - ¡¿Estal Cotilla en tu casa?! - No. - ¿Tu tenel cubitos de hielo en congeladol tuyo? - Nasti de plasti - ¡No hablal en chino, polfi, que mi no entendel! En tu casa habel bolsas télmicas? - Hubo. Las ha habido pero, ahora mismo, no, resalao. - Tú hablal muchos idiomas, nosotlos no. Sel pobles chinitos... - ¡¿Y cubitelas?! (saltó otro) 

Entonces, el árbol de la calle se puso a cantar, inspirado, repentinamente, por la palabra: ¡cubitera! - ¡¡¡CUBITERAS POR AQUÍ, CUBITERAS POR ALLÁ, CUANDO VAYAS A BAILAAAAAR... !!! - Y acabó por desconcertar a los mafiosos cuando yo hice dúo con él: ¡¡¡ES DIAAAAAAAAAAAAAAAA DE FIESTAAAAAAAAAAAAAA. VAMOS A BAILAAAAAR...!!!

domingo, 14 de agosto de 2022

 Ayer, por primera vez y sin que sirva de precedente (supongo) mi familia se preocupó por mi. Yo ni me enteré pero, me ha contado Pompilio, que hasta Pascualita estaba inquieta al no verme en todo el día.

Ni siquiera mi primer abuelito sabía dónde estaba porque desaparecí sin decir ni pío. ¿tal vez ni siquiera yo me di cuenta? Algo de eso hubo.  Claro que si no me hubiesen necesitado, mi desaparición no hubiese tenido la menor importancia. El caso es que, cuando reaparecí, allí estaba todo el mundo haciendo conjeturas.

- "Alguna banda mafiosa se ha enterado que somos ricos, la han secuestrado y ahora pedirán el oro y el moro por devolvérnosla vivita y coleando. ¡Pues no vamos a soltar ni un euro, Andresito!" - Pero, cariño... - "¡No hay más que hablar. Si quieren dinero, que trabajen!" (la abuela fue categórica) - ¿Y si es cosa de la Mafia China del señor Li? (avanzó la Cotilla) - "Entonces te hubiesen llevado a ti" - (Todos estuvieron de acuerdo con la abuela)

Mi primer abuelito no podía hacer nada salvo insuflar ideas en la mente de los presentes como se vio claramente, cuando la abuela se dio un golpe en la frente diciendo: - "¡Ahí va, los donuts!" - Y corrió a la nevera, sacó cubitos y los echó al acuario de la sirena a quien el calor estaba cociendo a fuego lento. 

El árbol de la calle, juró y perjuró que no me había visto desde el desayuno. Pepe el jibarizado lanzó un OOOOOOOOOOOOOOO preocupadísimo. Los comensales de la Santa Cena no probaron ni el pan. Las bolas de polvo dejaron de correr bajo los mueble para no perderse nada de lo que se decía.

Era noche cerrada cuando la cristalera, abierta de par en par, explotó: - ¡Ya no puedo más! ¡La conciencia me atormenta! ¡La nena está en el cubo de fregar! - ¡Calla, traidora! (grito la fregona mientras empujaba el cubo hacia el balcón para vaciarlo a la calle)

Una rama frondosa del árbol se lo impidió y obligó a la fregona a que se escurriera bien, hasta la última gota. 

A Bedulio, a quien no le llegaba la camisa al cuerpo, le castañeaban los dientes de miedo mientras repetía el mantra: - La nena está en el cubo... La nena está en el cubooo... 

Efectivamente. Estaba en el cubo desde el momento en que un golpe de calor me fundió mientras la cristalera me recriminaba lo sucia que la tenía: - ¡LIMPIAME AHORA! - ¿Con éste calor? ¡Ni hablar! -

El Calor que andaba prendado de la cristalera, se hizo el machito delante de ella y me fundió. La fregona, ansiosa de que el Calor se fijara en ella, me absorbió y se metió en el cubo pero el Calor ni se fijó en ella. Mohína, pensó en hacerme pagar las pocas veces que la uso.

Geoooorge, como buen mayordomo inglés, escurrió la fregona a fondo y fui apareciendo... Y este es el motivo por el que, anoche, no pude escribí el relato de Pascualita.

viernes, 12 de agosto de 2022

Reunión familiar.

Nunca pensé que mi primer abuelito pudiera probar el chinchón, dada su condición de fantasma pero el amor todo lo puede... o eso dícen. 

La abuela y Andresito, acompañados de la Momia, llegaron a casa en su magnífico rolls royce conducido por, el cada vez más apocado, GeooooorgeBrexit que, cada día se arrepiente más de haber votado a favor de ello.

La visita de la bisabuelastra alegró las pajarillas de mi primer abuelito que, sabedor que su amor platónico estaba en casa, apareció más bonito que un San Luis, envuelto en un sudario imitación del traje del Gran Almirante de la Mar Océana que llevó Cristobal Colón en su día. 

Tampoco ella se quedó atrás y lució unas camelias en el pelo que ya le hubiese gustado llevarlas a la Dama de las susodichas. 

Cuando se vieron se paró el mundo aunque, en casa, pocos nos dimos cuenta de ello, quitado de Pascualita y yo. Y esa fue la primera y única vez, que he escuchado suspirar a la sirena... ¿por un viejo amor? 

Mientras estuvimos de cháchara entrecruzada porque hacía tiempo que no nos reuníamos todos y había mucho que contar, la botella de chinchón fue pasando de mano en mano pero antes se escuchó el consabido: - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! - de la Cotilla que tiene un olfato para la comida y bebida ajena que le sale gratis que es digno de figurar en los anales de nuestra pequeña historia familiar.

De repente algo llamó mi atención: un diminuto ser, rápido como el viento, se llevaba un calcetín de Andresito y otro de Geoooorge sin que se dieran cuenta. ¡Que pillín, Pompilio! Y entonces fue cuando vi la escena de amor que no es de éste mundo: la bisabuela se llevó la copa de chinchón a sus finísimos y arrugados labios centenarios e, inmediatamente, los labios jóvenes de  mi primer abuelito se posaron en el mismo lugar. ¡Ostras, me emocioné! 

jueves, 11 de agosto de 2022

La Comunidad de los borrachos.

Desde el akelarre cervecero, en el barrio nos llaman la Comunidad de los Borrachos por los litros de cervezas que se bebieron aquí. Aunque, al final el líquido desbordó por la escalera, puertas, ventanas, salió por el portal en busca de un camino que lo llevara al mar pero, antes llenó alcorques de árboles de la calle (todavía hacen ¡HIP! la mayoría de ellos)

Al caer en las cloacas, ratas, ratones, cucarachas y demás fauna viviente en tan sórdidos parajes, celebraron un fiestón pero, aunque eran muchos los bichos que se apuntaron al jolgorio, no acabaron con la bebida y ésta fluyó hasta el mar. En el Mercado de Pere Garau he escuchado comentar a varios pescadores que, algunos peces pescados ésta madrugada, huelen y saben, a cerveza.

A todo esto, los vecinos están tan agradecidos a la Cotilla por el detalle que tuvo de invitarles a la barra libre, que ya no se oponen a que meta guiris en su casa aunque no les dejen pegar ojo. - La pobre mujer de algún sitio tiene que sacar los euros para llegar a fin de mes. - Me arrepiento de haber pedido la intervención del Macho Cabrío. total, para lo que ha hecho... - Tendríamos que haberle pedido un descuento por ofrecernos una actuación descafeinada. - ¡Pues ya se le podría haber ocurrido antes, vecino!

Los únicos que estaban mustios eran los de mi casa porque no habían catado la cerveza de la Cotilla. Y envidiosos del árbol de la calle al que, con la borrachera, solo le faltó sacar los pies del alcorque y bailar Lambada con la farola que tiene cerca y que, hace ya unos años, le hace ojitos... Hay que ver lo que tarda el Ayuntamiento en venir a cambiar una bombilla que falla más que una escopeta de feria.


miércoles, 10 de agosto de 2022

Akelarre deslucido.

 Agolpados en el rellano de la escalera estábamos casi todos los de casa, bolas de polvo incluídas. A los que no podían asomarse como el árbol de la calle, lo comensales de la Santa Cena, la vidriera del balcón, etc. les contábamos lo que ocurría unos pisos más arriba.

Pascualita y Pepe estaban conmigo, la primera en mi escote y la cabeza jibarizada colgada de mi cuello.

El escándalo que se formó atrajo a vecinos de otras fincas y poco después llegaron los Municipales con Bedulio a la cabeza. Al verme se echó un poco para atrás mientras que el color desaparecía de su cara. - ¿Está tu... abuelito ... aquí? - ¡Claro!. También le gustan las fiestas aunque ya no esté en éste mundo. Tendrías que ver lo elegante que va con su sudario akelarrero, lleno de cuernos y cuerpos ardiendo... - ¡¡¡Calla, calla o te arresto!!!

Los gritos del árbol de la calle sonaron muy enfadados. - ¡¡¡Déjate de cháchara y cuenta lo que pasa!!!

Lo que pasaba era que las brujas que debían bailar, seducir y hacer el mal a troche y moche, no se presentaron. - Se han asociado y dicen que, por cuatro perras, no exponen sus escobas al anárquico tráfico de los patinetes. 

Total, que el akelarre estuvo muy deslucido y la Cotilla, que sabe más que el Diablo, vació la despensa de su casa de la gran cantidad de botes de cerveza con que obsequia a sus inquilinos-turistas a los que les cobra el oro y el moro por un pisito interior, para congraciarse con los vecinos.

A la cerveza se apuntaron todos. Aquello fue un despiporre de borracheras. A la gente les salía la cerveza por todos los agujeros de sus cuerpos.

El primero en marcharse del jaleo fue el Macho Cabrio: - Ya no estoy para estos trotes (me dijo cuando pasó por mi rellano) Menos mal que tengo sacos de bicarbonato en el Infierno. Que pase un buen día, señorita. - Lo mismo le digo, buen hombre ¡digo, MAL hombre!


martes, 9 de agosto de 2022

El Macho Cabrío.

 A media mañana llamaron a la puerta. al abrirla por poco me desmayo. Una figura enoooorme, con cuernos y oliendo a azufre, muy educadamente, dijo: - Permita que me presente, señorita. Soy el Macho Cabrío... Me han contratado los vecinos de ésta Comunidad de Propietarios y ahora no recuerdo en qué piso se celebrará el Akelarre. Sería tan amable de indicármelo:

Lo intenté varias veces pero se me había desencajado la mandíbula de la sorpresa y me costó que volviera todo a su lugar. - Creo que es... en el 4º... ¿Es usted el famoso Macho Cabrío? ¿El auténtico? - Pues sí. - Siempre creí que apestaría a azufre a lo bestia. Los ojos lanzarían llamas... Vamos, que sería usted una bestia currupia. - ¡Y lo soy! Lo que pasa es que con la Pandemia tuve que reinventarme y dejar de lado el machismo puro y duro. Con la sequía he suprimido las llamas infernales para evitar incendios. Y así todo. Fíjese, hasta los cuernos están afeitaos no sea cosa que en pleno despiporre, alguien se pinche con ellos y me denuncien al Sindicato de Ferias y Festejos.

Se despidió y cogió el ascensor para subir tres pisos. 

Mientras entraba en casa pensé que ésto ya no es lo que era. Hemos estrenado una nueva Era y así constará en los siguientes libros de Historia y... - ¡¡¡NENAAAAAAA!!! - El árbol de la calle me llamaba a voces. - ¡¡¡TÍRAME AGUA. ESTOY SEDIENTOOOOO!!! - Va a tener que ser un vasito porque estamos con plena Sequía y el agua es para apagar incendios. - ¡¡¡POR FAVOOOOOOR!!! ¡¡¡TENGO LA BOCA COMO PAPEL DE LIJA!!! ¡¡¡NO PUEDO CANTAR LAS MAÑANITAAAAAAAS!!!

(¿Ah, no?) pensé... ¿A que no le echo ni el vasito?

lunes, 8 de agosto de 2022

Hale.

La Cotilla sigue sin aparecer y siguen los rumores sobre su paradero. Yo, que sé de que pie cojea, creo que, con ella, han rellenado los últimos rollitos de primavera de la tienda del señor Li pero ¿para qué voy a hablarlo por ahí si nadie me escucha ni me hace caso? ¡Anda y que los zurzan!

Mi primer abuelito me ha jurado por su salvación eterna que está encerrada en el 4º piso pero ¿es un fantasma, por muy de la familia que sea, alguien de fiar? Por lo pronto me monto mi propia teoría y que salga el sol por Antequera y a ver quién tendrá la razón.

Al abuelito no le ha sentado muy bien que desconfíe de él a pesar de que le he dicho que se trata de una especie de juego y que  si todos pensamos lo mismo pues, ya me dirás tu donde está la gracia.

Para fastidiarme ha venido envuelto en un sudario de campanillas que no paran de repiquetear a todas horas. - ¡Diles que paren que no hay quién las aguante! - Huy, lo mal que les ha sentado que dijera éstooooooo! - ¿Qué clase de orejas gasta éste especimen que tienes por nieta póstuma? Tenemos voz de plata rutilante que encandila a quienes nos oyen, excepto a ella. Menos mal que la hermosa sirena de las simas abisales de los siete mares, nos comprende, admira  y disfruta de nuestro tintineo ¡Que sabia eres Pascualita!

- ¡¿Hermosa?! ¡¿Sabia?! ¡¿Pascualita?!... Aquí alguien más que yo que le da al chinchón de buena mañana. - Y más enfadada que una mona, cogí un cencerro de semental que guarda la abuela en el cantarano de su antiguo cuarto, lo hice sonar: ¡¡¡TOLÓN, TOLÓN, TOLÓN!!! - Y se acabaron las quejas.

domingo, 7 de agosto de 2022

¡¿Otra pandemia?!

 Me llamó la abuela - "¿Qué has hecho con la Cotilla?" - Nada... - "No pareces muy segura. ¿No habrás hecho caldo con sus huesos, verdad?" - ¡Puag, abuela! Habla de otra cosa que estoy desayunando. - "A la Cotilla" - Perdona... ¿crees que la estoy mojando en el cola cao? 

Colgué el teléfono y llamé, inmediatamente, a Andresito. - ¡Abuelito, llama a tu hijo el Médico. Tu mujer ha perdido la chaveta! ¡Está como un ganado de cabras! ¡Cree que soy antropófaga y me estoy comiendo a la Cotilla! - ¡¡¡Jesús, María y José!!! Espero que no tendrás el mal gusto de invitarnos a probarla, nena.

¡Qué le está pasando a mi familia. ¿Será contagioso?

Pero el caso es que hace días que no he visto a la vecina... y, que yo recuerde, no he cometido ningún vecinocidio, ni con ella ni con nadie.

De pronto recordé que los plátaneros comen cualquier cosa: - Ay, ay, ay (pensé) - Una nube negra se posó sobre mi cerebro, tripulada por la neurona  que me tocó en suerte y que, en plan ordeno y mando, me dijo: - Primer paso: preguntar al árbol de la calle. - Salí corriendo  y la cristalera por poco se destroza con las prisas para abrirse de par en par. Depués lancé al aire mi inteligente pregunta: - ¿Te has comido a la Cotilla, árbol .Contesta ahora o calla para siempre - Antes me como una aceituna y tiro el hueso al alcorque para que salga un olivo a mis pies, con lo bonito que sería esto.

No me dio tiempo a calibrarlo. Corrí junto al acuario-puerta-lavadora y oí como la cristalera me ponía a parir: - ¡Más despacio, jopé, o me quejaré al Sindicato, coooooñe!

Mi primer abuelito, vestido con un sudario de canibal, lleno de huesos que sonaban como maracas sandungueras, dijo: - Pascualita no ha sido. - ¿Cómo lo sabes? (sentí la punzada de los celos) - La Cotilla está escondida en su piso del 4º. Su vecinos más cercanos han jurado montar un akelarre con ella y sus inquilinos guiris en cuanto los pillen. Ya han pagado la actuación del Macho Cabrío. - Vaya. Habrá que verlo.




sábado, 6 de agosto de 2022

Que pesado el señor Li.

 Me abalancé contra la Cotilla que ya iba embalada hacia la despensa: - ¡¿Está loca?! comer fabada con el calor que hace... - Hace dos días, comimos. - Pero ahora estamos en la séptima ola de calores... ¿quiére que le de un jamacuco? - ¿Qué comemos entonces? - Fabada asturiana congelada y convertida en cubitos. Ve, algo fresquito y saludable. - Si es así...

De momento, Pascualita está a salvo en la despensa. Claro que esto me cuesta tener que hacer cubitos de agua de mar para que la medio sardina no se achicharre.

Fui a la tienda del señor Li a por moldes de plástico de cubitos. Compré varios: blancos para los de agua del grifo, azules para los de agua de mar y rojos para los de Fabada. En ese momento no estaba el señor Li pero cuando se enteró de mi extraña compra (según él) se presentó en casa. - ¿A gamba golda gustal cubitos? - ¡Y yo qué se! - ¿Pol qué tanto cubito? ¿Tenel muchas gambas goldas? - Noooo. Son para... el árbol de la calle. El pobre pasa mucho calor porque está todo el día en la calle. - ¿Tu decil veldad? - Como siempre. (lo dije muy seria)

Tuve que tirar al alcorque tooooodos los cubitos que tenía porque, junto al árbol, el señor Li había dejado a uno de sus empleados para asegurarse que todo era verdad.

Esa misma noche tuve que aguantar el malestar del árbol por la cantidad de fabada consumida - ¡Me ha caído pesadísimo! ¡Tengo tantos gases que temo salir volando como un globo! El agua de mar, tan salada ella, me ha hinchado las raíces ¡Al final me dará un infarto!

Mi primer abuelito, envuelto en un sudario sudoroso que echaba gotas de sudor a diestro y siniestro, pensó que no era justo lo que le pesaba al árbol e hizo un vuelo rasante sobre el chino que estaba de guardia, mojándolo y dejándo un resquicio entre el Más Allá y el Más acá para que el hombre lo vislumbrara. ¡Y vaya si lo vio!

Corrió como si le fuera la vida en ello. Se postró ante su jefe llorando a mares y dijo: ¡Yo vel antepasado de boba de Colia! Mi no quelel vel más... - Y se desmayó.

viernes, 5 de agosto de 2022

La Cotilla reaparece.

La Cotilla, que ya no arrastra las orejas por el suelo, ha vuelto a casa ¡abriendo con una llave que no me dio! En represalia no le he preguntado dónde ha estado metida todos éstos días. Y mira que tenía ganas de contármelo: - Se me  ha echo muy larga la ausencia... (soltó) - ¿Habla de la Esencia de vainilla? - ¿Yooooo? Ni la he mentado siquiera. Es que he estado... - Nooo, aún no estoy en Estado de buenaesperanza, Cotilla. - Y así hasta que se ha cansado y ha dicho que se iba al trapicheo nocturno.

Pero no ha tardado en volver acompañada de un borrico enjaezado que transportaba botijos. - ¿No  irá a meter el borrico en el antiguo cuarto de la abuela? - ¿No querrás que duerma en la calle? - Mejor súbalo a su piso, el del 4º ¿recuerda? - Hay guiris... Hasta que no acabe el verano lo tengo alquilado a un montón de gente. - Seguro que el borrico es el más "persona" porque sus inquilinos son para echarles de comer aparte. Uno de éstos día que usted no estaba, los vecinos quisieron lincharlos. -  Menos mal que les cobro por adelantado.

En la calle sonó un característico toque de silbato y el borrico reconoció a su amo. Salió corriendo escaleras abajo dejando un reguero de cacharros rotos tras de sí. - ¡Ya se me jodió el negocio de botijos! No hay nada mejor para estos calores que beber agua fresquita. - Le faltan los abanicos... 

De su profundo bolso sacó un montón de ellos con gitana de bata de cola incluida. - ¿No serán de la tienda del señor Li? - ¡Claro que no! ¿Por quién me tomas?... A algún transportista se le habrá caído del camión... Bueno, pues entre la cháchara y el disgusto por los botijos, me ha entrado hambre ¿Abro una lata de FABADA ASTURIANA? - ¡¡¡NOOOOOOOOOO!!!

jueves, 4 de agosto de 2022

Poner a salvo a Pascualita.

 Cada día llamo a la tienda de los chinos para enterarme de como va la evolución del señor Li, cosa que me tiene sin cuidado pero me preocupa lo que pueda decir una vez que le baje la hinchazón del rostro.

- ¡Buenos días, boba de Colia. - Que no me llamo así... (estoy cansada de decírlo) - Señol Li estal contento contigo. Decil que tu sel muy buena. - Vale, dale las gracias. ¿Ha dicho algo más? - Si, pelo mi no entendel... yo sentil mucho.

Cuando he llamado hoy el que me ha cogido el teléfono parecía un cascabel: - ¡Señol Li decil otla cosa: ¡Golda! - ¡Cooooñe! (solté yo) - Señol Li decil que tu venil a tienda. - Yo trabajo, nene y tengo un horario. - Tu venil, polfi.

Dicen que la curiosidad mató al gato y, aún sabiéndolo, fui.

- ¿Tú polque llamal a mi cada día? - Es un deber ciudadano preocuparse por el prójimo. - Yo reil tu chiste, mila: ¡¡¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!!! - ¿A qué viene esto? - ¡¡¡TU TENEL GAMBA GOLDA EN CASA!!! - Si me pinchan mo me sacan sangre... - ¡No diga tontás, hombre! - ¡Mi sabel qué pasal! ¡¡¡GAMBA GOLDA ATACAL A LI Y A COTILLA!!!

No conseguí que diera su brazo a torcer. - Yo quelel gamba golda para espachulala, pisal.la, fleil.la en wok con salsa de soja y dal.la de comel a los pel.los... - ¿Gambas en el pelo? - ¡A los pel.los! ¡Tu hacel tonta! ¡Yo sabel! ¡Mi tenel cluz contigo!

Al llegar a casa Pascualita nadaba tranquilamente en su ´"exótico" acuario y no le gustó nada que la cogiera bruscamente para meterla en un bote de fabada asturiana lleno de agua de mar y guardarlo en la despensa junto a los demás botes...

Espero que la Mafia China no hile tan fino.


miércoles, 3 de agosto de 2022

¿Sabe el señor Li que le atacó una "gamba gorda"?

Cuando me cruzo con alguno de los trabajadores del señor Li me dan ganas de preguntar por él pero, claro, son de la mafia china y no me fio de ellos. Hoy me he dicho que no tengo ninguna culpa de lo que sucedió en mi casa. Esto me ha dado ánimos para preguntar al primer chino que he encontrado: - ¿Cómo está tu jefe? - Estal mal. - Vaya... ¿Dice algo? - Humm... - ¿Eso es chino? - Sel solo humm. - ¿No dice nada más? - Decil pelo no entendel.

Pedi verlo y me acompañaron a la trastienda de su negocio. La cara del señor Li era un amasijo donde no se veía ningún rasgo humano... Me recordaba a una masa de pan sin hornear. Se me ocurrió que no sería mala idea descubrir donde tenía la boca para ver si me decía algo de Pascualita. Pedí cañitas y, tanteando, busque donde insertarla y ¡por fin! di con su boca.

Primero de ese hueco salieron retahílas de insultos chinos. Bastaba ver la cara de sus empleados, apuradísimos y angustiados. - ¿Entendéis algo? - ¡Cla.lo! bueno... poco. Ahora sabel que humm quelel decil ¡TENEL HAMBLE, JODIOS!

Por la tarde, esperando que el calor remitiera un poco para sentarme en el balcón, un griterío llamó mi atención. Un montón de pájaros, llegados al árbol de la calle con lo puesto, pedían asilo político. - ¡Han arrasado nuestro árbol ésta mañana! ¡No tenemos dónde dormir!

Curiosa, me he acercado a ellos y mi vecino ha cogido el rábano por las hojas rápidamente: - ¡Nena, acógelos! Les han talado su árbol y yo no tengo más sitio. - ¡¿Llenar mi casa de pájaros?! ¡Ni hablar! - Eso es un sí ¿verdad? ¡Cristalera, ábrete de par en par. - ¡Eso está hecho! (su voz trinó como la de un ruiseñor y los pobres deshauciados, entraron en masa en el comedor.)

Vi que Pascualita, en plan Nefertiti en su acuario-puerta-lavadora, se relamía al ver tanta "comida" a su alrededor. -  Puse sobre el aparador una copa de chinchón, la choqué con la mía gritando. ¡CHIN CHÍN! y a la sirena le desaparecieron las malas intenciones,

martes, 2 de agosto de 2022

¡Mi familia!

 Esta noche he puesto una silla detrás de la puerta de casa temiendo que, en cualquier momento, entrarán o bien la Cotilla, o bien el señor Li ¡o los dos juntos! 

Sobre las cuatro de la madrugada he oído ruido y me he metido bajo la sábana pasando más calor que un tonto. 

La razón me decía que debía salir a hacer frente al intruso pero una cosa es decirlo y otra hacerlo. Saqué un poco el brazo, cogí el teléfono y llamé al cuartel de los Municipales. Se puso Bedulio. - ¿Haces horas extras? (pregunté sorprendida) - ¿Tú no duermes? (preguntó a su vez) - Hay gente en casa... Tengo miedo... - Te advierto que no voy a ir...

De repente los ruidos se intensificaron. - ¡Ayayayayayayay, Bedulioooooo! - ¡Ni me mientes! - ¡Ven, porfi y trae la porra! - La he dejado en casa... Voy a colgar. - ¡NOOOOOO! - Ya lo creo que colgó.

Con la luz del día llegó la tranquilidad. El árbol de la calle me cantó las Mañanitas, demasiado entusiasmado para mi gusto. La cristalera se abrió con más garbo que nunca y salí al balcón donde unos lamentos llamaron mi atención. - ¡Señor Li! - Estaba colgando, por la cinturilla del chandal, de una de las ramas del árbol. Por las trazas, había recibido un correctivo por parte de la sirena en la cara y no se sabía si estaba del derecho o del revés. 

La Cotilla tenía las orejas que le arrastraban por el suelo y dormía junto a una botella de chinchón vacía. 

Pascualita, satisfecha de si misma, presumía ante mi primer abuelito comentando la faena de esa noche.

Los invitados a la Santa Cena tenían las manos rojas de aplaudir y Pompilio era feliz porque había conseguido un nuevo calcetín, del señor Li, para su colección.

lunes, 1 de agosto de 2022

Pascualita está en peligro.

Estoy segura que la Cotilla ha hecho copias de mis llaves porque cada vez que viene a casa entra sin llamar y, hasta ahora, quien se filtra por las paredes es el ánima de mi primer abuelito... a no ser que la vecina se haya muerto y no me he enterado.

- ¡Avemaríapurísimaaaaaa! - ¡Otra llave que tiene que entregarme o ... ¿la ha palmado sin decirme nada? - ¡Toma la llave! ¡Lagarto, lagarto! - Así que está vivíta y coleando... - ¡Y por muchos años! - entonces ¿de dónde ha sacado tantas copias y, sobretodo, cuánto le han costado' Porque usted se estira menos que un portero de futbolín. - Se dice el pecado pero no el pecador. - Huy, ésto me huele a chamusquina.

Le estuve haciendo un interrogatorio en toda regla pero se resistió como gato panza arriba y no fue hasta después de la siesta cuando claudicó frente a una terrina de helado de chocolate con la que la amenacé con no darle ni una cucharadita si no me contaba la verdad ¡y me daba todas, absolutamente todas, las llaves!

Atiborrada de helado, me confesó que llegó a un acuerdo con ¡el señor Li! El hizo infinidad de llaves, GRATIS, quedándose un buen puñado para entrar cuando le diera la gana, a comprobar ¡QUE NO TENGO GAMBAS GORDAS! 

¡¡¡PASCUALITA ESTÁ EN PELIGRO!!! 

He llamado a Bedulio: - ¡Tienes que detener al señor Li y a la Cotilla! - ¿Con éste calor? ¿Qué han hecho? - ¡Copias de llaves! - Ya ves tú que delito más gordo... - ¡Son mías! - Me alegro mucho. - ¡De mi casa! - ¡Fiiiiiiiiiiiiuuuuuuuuuuu! Me quitas un peso de encima. Pensé que eran de la Casa Real. Hale, pues, hasta la siega del tocino.

¡Y colgó!