domingo, 31 de octubre de 2021

Víspera de todos los Santos.

 Mi primer abuelito ha aparecido con un elegantísimo sudario-frac rojo pasión, cuyos faldones, largos como colas de novia, se enroscaban sensualmente en los brazos de la lámpara del comedor que babeaba extasiada ante semejante poderío.

Todos quedamos boquiabiertos. - ¡Que maravilla, abuelito! - Asi es como celebro la Fiesta Grande de todos los que un día fuímos mortales. - ¡Me encanta! (gritè mientras aplaudía a rabiar) 

Pascualita no se quedó atrás y, ante mi estupor, hizo palmas al compás del flamenco más puro y yo hice lo posible por imitarla.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! ¿A qué viene ésta juerga, nena? - A que es fiesta... -Lo que tienes que hacer es encender velitas como voy a hacer yo ahora mismo en la salita.

No contaba con que me opondría pero lo hice colocandome frente a la puerta e impidiéndole el paso. - Solo serán cuatro velitas en el altar de los Amigos de lo Ajeno. Para mi gurú Bárcenas. Se lo merece... Nena, o te quitas o te quito. 

Ante tamaño desafío me dio la risa floja y de un simple empujón por poco me manda a la cocina. Cuando quise reaccionar, la Cotilla ya había entrado en la salita y cerrado la puerta con pestillo. - ¡¡¡ABRAAAAAAA!!! (Que si quieres arroz, Catalina)

Mientras la sirena seguía marcando el compás, el árbol de la calle cantaba por Camarón a voz en grito. Pepe el jibarizado lanzaba su OOOOOOOOOOOOOOOOOOOO con aire flamenco, pensaba él. Todos, de una manera u otra, seguíamos el ritmo que nos ponía los pies a bailar (quién los tenía, claro)

Después encendí animetes. Solo entonces el abuelito echó el freno a tanto giro y me preguntó mientras señalaba las llamitas: - ¿Cuál es la mía? - La que màs te guste. - Entonces pónme una bengala de colorines que un día es un día.

Corrí a la tienda del señor Li. - ¿Pala que quelel, boba de Colia? - Para el alma de mi primer abuelito. - No ponel bengala, ponel llamita. - Y me dio una caja de lamparillas a pesar de mis protestas.

Le expliqué al abuelito lo ocurrido y dijo: - Enciènde una. - Y se transformó en una bengala de colorines que durará encendida toooooda la noche.

 

sábado, 30 de octubre de 2021

Las bombillas.

El dueño de la Eléctrica donde compro las bombillas, al verme entrar en su tienda ésta mañana, me ha dicho: - ¡Alto ahí, jovencita! - después ha venido corriendo con un trozo de alfombra roja en las manos que ha extendido a mis pies diciendo: - ¡Pisa morena, pisa con garbo, que unas bombillas, que unas bombillas te voy a vendeeeeeer!

No he sabido como tomarme esto pero me ha sonado a cachondeo. Por supuesto he pisado la alfombra como si fuera la reina de Hollywood y después, he comprado bombillas.

- Perdone que me meta donde no me llaman pero ¿qué hace con todas bombillas que me compra? ¿Acaso tiene una mala conexión en su instalación? -  Renuevo las rotas. - ¿Cada día? - Si, porque tengo una manía y es que me gusta ver por las noches jejejejeje - ¿No estará diciendo que MIS BOMBILLAS son de baja calidad? - Se agachó y de un tirón seco  tiró la alfombra a la papelera. - Nooooo. Es que tengo una... gata muy juguetona y le ha dado por las bombillas.

Al llegar a casa Pascualita, que parecía acechar mi llegada subida en el borde del acuario, hizo la señal de OK al ver las nuevas bombillas. - Mira, guapa (tendré que ir al oculista) a partir de ahora ahorraremos en bombillas. ¡No hay que romperlas! (la medio sardina mostró su sonrisa más horrorosa) NO, NO, NO, NO, NO, NOOOOOOOOOOO ¡¡¡NO!!! ¿Entendido? - La sonrisa se acentúo.

Mi primer abuelito volaba al rededor de la lámpara del comedor mientras ella, mimosa, le cantaba Tengo una vaca lechera. El, presuntuoso, dejaba que los bordes del sudario plateado acariciaran los esbeltos brazos de la lámpara. 

Ya sé que no está bien interumpir un idilio pero la pela es la pela: - Abuelito, si la sirena salta otra vez contra las bombillas, dale un revés y devuélvela al acuario, por favor. - ¡Con mucho gusto, nena pero una cosa es la obligación y otra la devoción y tu ves en mi a Hercules cuando solo soy una simple alma, volátil, brumosa, un suave soplido en el aire... Me temo que, por más que haga, mañana deberás comprar más bombillas.



 

viernes, 29 de octubre de 2021

La Luz.

 Es cierto que la luz está por las nubes. El árbol de la calle me ha llamado a grito pelado para que me asomara al balcón. Al salir, ha estirado una de sus numerosas ramas señalando al cielo. - ¡Mira! Por ahí va la Luz.

Efectivamente,la Luz, gorda como un cerdo cebado, haciendo brillar sus múltiples sortijas, pulseras, collares y demás joyamen que la hacían ir encorbada bajo su peso, se desplazaba, altanera, con unos esquís de oro que patinaban sobre montones de billetes de 500 euros que le salían por las orejas. 

La nube que le servía de peana móvil era de un color marrón tan sospechoso que me hice la siguiente pregunta: - ¿Será lo que creo que es? Pienso que si porque si no, a que viene que la Luz lleve una enorme pinza de la ropa (de oro, por supuesto) en la naríz?

El árbol, dándome un golpe en la espalda con una de las ramas, exclamó: - ¡Bien, nena! Has dado en el clavo. 

Saqué a Pascualita del acuario para enseñarle la Luz. - ¡Tenemos que ahorrar para que no se nos trague este esperpento y siga engordando! Aprende y cuando vuelvas a tu hábitat, si ocurre una sinrazón como ésta, ya sabrás qué hacer.

La sirena, sobrecogida por  la horrible visión que flotaba en las nubes, hizo la señal de OK con sus deditos palmeados y acto seguido saltó hacia la farola que está en la pared y, con su poderosa cola de sardina, hizo añicos los cristales y la bombilla que acaban de encender. No contenta con su hazaña, siguió saltando de farola en farola hasta que no quedó una sana en mi calle.

Cuando Pascualita llevaba un buen rato relajándose en su acuario llamaron a la puerta. Era Bedulio, el Municipal. - ¿Eres tu la rompefarolas...? - ¿Yooooo? ¿Con lo seria que soy?... Espera que preguntaré: - ¡Abuelito, ¿he roto yo las f... ?! ¡¡¡BEDULIOOOOO!!!

 

jueves, 28 de octubre de 2021

Pensar... que difícil.

No estoy de acuerdo con el método que usa la abuela para conseguir un bisnieto porque las consecuencias recaen sobre mi. Por esto me he puesto a pensar en algo que no me perjudique. Pero una cosa es decir que voy a pensar y la otra hacerlo. No tengo costumbre. ¿Cómo se pone una a pensar? ¿haciendo el pino? ¿bailando claqué? ¿fregando platos? Este método es el que menos me gusta.

Llevo toda la mañana intentándolo y no se me ha ocurrido nada. He pedido consejo al árbol de la calle pero estaba dando el do de pecho cantando Las mañanitas y me ha dado no se qué interrumpirlo. 

Me he dirigido entonces a los invitados a la Cena porque todos tienen pinta de pensar: unos miran aquí, otros allá y otro justo al lado contrario. Pero, para mi sorpresa, me han dicho que, aunque lo parezca (porque ponen mucho empeño en ello) no piensan: - Somos de escayola, bonita. No le pidas peras al olmo. - ¿Ah, no? ¿Por qué? ¿No me dará? - Porque es el único olmo que las cría y las tiene en gran estima. 

Mi primer abuelito, volando alrededor de la lámpara del comedor, apostilló que a ese olmo no hay quien le tosa. - ¿Porque da peras? - Será por eso.

De repente, doña Celos Reunidos Jeyper, encendió una bombilla - ¡Eeeeh! (le grité) apágala que la luz está muy cara a esta hora. - Pero, en lugar de hacerlo, dijo: - Cuando me visita mi hombre se encienden los faroles: - ¿Pagarás tú? - ¿Yoooooo? Soy una lámpara, boba de Coria.

Al ir a replicar, mi primer abuelito estiró los brazos y el hermoso sudario tornasolado y adornado con lucecitas led, me dejó tan alucinada que olvide lo que iba a decir. - ¡Que bonito! Y sale barato. Estoy pensando... ¡¡¡Estoy pensando!!! que este año hagas de Arbol de Navidad en un rincón del comedor. Quedarías espectacular. - Una beatífica sonrisa iluminó su cara. 

De repente, Pascualita salió como un resorte desde el fondo del acuario y se estrelló contra la bombilla encendida, rompiéndola y apagándola. La sirena quedó un poco atontada pero yo la aplaudí a rabiar. - ¡Bien hecho, Pascualita! ¡Sí, señora! ¡Hay que ahorrar!

miércoles, 27 de octubre de 2021

Estoy en un Ay.

 Algo le hizo el físio a mi cuerpecito serrano que me noto desconyuntada. Como una modelo de Picasso que suelen tener las narices en meridianos distintos a los demás mortales. ¿Y las caderas? Creo que están en el costillar .

En cuanto llegué a la consulta y dije mi nombre la tomó conmigo. - Tu abuela dijo que eras un caso aparte del resto del mundo. Que tienes las caderas hechas polvo y por eso, ni tienes novio ni perrito que te ladre.

Boquiabierta quedé ante el desparpajo de la abuela. Y esos segundos en shok los aprovechó el físio para desconyuntarme a pesar de mis gritos y peticiones de auxilio urbi et orbe. Hasta la policía se personó pero cuando "el artista" les enseñó la lista de mis males que le dejó anotada la abuela, me miraron compasivos y estrecharon la mano del "figura" diciendo: - Si necesita ayuda, llámenos que para eso estamos.

Cuando, acabada la sesiòn volví a casa, estaba segura de que caminaba con los nudillos... ¿y los pies? Irían a su aire, encantados de no trabajar. 

Aún no sé como llegué. Al doblar la esquina me vio el árbol de la calle y gritó, supongo que para darme ánimos, - ¡Estás hecha una piltrafa, boba de Coria! - Me alegro... que te ... guste mi porte... elegante... jodío... Aaaayyyy, que no llego... a la escaleraaaa...

Me costó pero lo logré. La Cotilla se cruzó conmigo en el portal y viéndome en tal mal estado, me propuso: - ¿Hacemos una carrera? ¡Quién llegue primera a casa gana cinco euros! - ¡Que tuve que pagarlos yo!

Llamé a la abuela: - No voy más... - "¿Pero, te gusta como padre del bisnieto?" . ¡Y yo que sé! No quiero verlo ni en pintura...  Aaayyyyyyyyyy ... - "Tranquila, solo lo he contratado por un mes. Mañana ya no sentirás nada"

Y tiene razón: no me siento las piernas, ni las manos, ni las caderas, ni... nada. Solo tengo terribles agujetas,,, Y Pascualita haciendo la señal de OK. Cuando me reponga la haré en escabeche ... Aaaayyyy...

martes, 26 de octubre de 2021

El fisio.

 - "Nena ¿te duele algo?" - No - "Que pena"- Vaya, gracias. - "No te lo tomes a mal. Es que Andresito lleva quejándose de dolor de espalda desde hace meses y yo, para no oírlo, lo mandaba al médico ¿Crees que iba al del Seguro particular, carísimo, que tenemos? Pues no. Iba derechito a casa del médico, que lleva cincuenta años jubilado como mìnimo, al que toda su vida lo llevó su madre. A don Gabriel le tienen mucha fe, tanto la Momia como Andresito y no me extraña porque tiene más años que Matusalen y está fresco como una rosita de pitiminì o eso dice mi suegra.

- ¿Y que tengo que ver yo en todo ésto? - "Nada pero me hubiese gustado ver como el médico le ponía las peras a cuarto a mi maridito cuando le dijo que tenía reúma - ¡Porque quieres! Eres tan cabezón como cuando eras pequeño ¡igual! ¿Cuántas veces te he dicho que lleves siempre una cabeza de ajos en el bolsillo de la americana? ¡Miles! pero tú, ni caso. ¡Mírame a mi! aún puedo marcarme un tango arrabalero porque siempre llevo la cabeza de ajos en el bolsillo.- Antes de llegar a casa se ha parado a comprar ajos en el súper aunque ya no le harán nada porque el mal ya está hecho"

- ¿Ajos en el bolsillo? ¡Que tontería! - "Pues la Momia, que siempre los ha llevado, sigue bailando salsa con los cubanitos culito-respingones. El caso es que algún amigo le ha recomendado a Andresito que vaya a un físio que, con unos masajes quedará como nuevo..." - Sigo sin ver que pinto en ésta historia.

"Pues que ayer pasé por la consulta a recoger a Andresito y vi que el fisio está de toma pan y moja, nena ¡Es todo un galán!" - ¿Y? - "Que mañana te espera a las siete de la tarde para darte un masaje" - ¡No me duele nada! - "Ya lo creo que sí. ¡Las caderas!" - ¿Pero... ? - "Vale la pena comprobar si sería un buen padre para mi bisnieto" - ¡Abuela!... ¿Y quién le pagará? - "Tu, naturalmente, no querrás lo ponga todo yo"

lunes, 25 de octubre de 2021

La bata del abuelito.

Sobre la lámpara del comedor, mi primer abuelito parecía meditar. Debía ser algo muy gordo porque se presentó en bata de andar por casa bastante usada... - ¿Qué te pasa? - Eso mismo le he preguntado yo y aún es la hora en que tiene que contestarme (me informó la lámpara) 

Esperé un rato para insisir y nada. Lleguè a la conclusión de que con esa medida del tiempo que tienen en el Más Allá, puede estar en la inopia los siglos que le de la gana.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaa! - La Cotilla me pilló mirado hacia arriba. - ¿Qué miras? ¿Has visto un ovni circuvalando la lámpara, boba de Coria? - Hice como si no la hubiese oído y le salí por los Cerros de Úbeda: - ¿Mi primer abuelito tuvo una bata Verde Chillón abuatada? - ¿Eh? ¿Cómo sabes eso? (su voz no era ya tan firme como cuando llegó a casa) - ¿La tuvo? - Si... Se la compró tu abuela... Recuerdo que ... le costó mucho encontrarla porque... era muy fea... 

El abuelito seguía a lo suyo. - Si que es fea. Y hortera. - ... ¿Es...? Tu no puedes saberlo... Se le enterró con ella... - Claaaaaaaroooo, por eso está tan ajada. - ¡No puedes saberlo! (tuvo que sentarse porque se le aflojaron las piernas) Lo peor fue cuando hablé con él.

- Estás horroroso con esa bata ¿Dónde están tus espectaculares sudarios que son la envidia de quienes habitáis el Más Allá? - Entonces sí hubo reacción. - Hola, nena, me preocupa que tu abuela vuelva a celebrar el Jalouy de las narices en lugar de nuestras tradiciones. - ¿Es lo que estabas pensando? - Si. Quiero que encendáis candelitas flotando en el agua. Que habléis de mi. Que comáis torrijas, panellets, etc. etc. ¡Lo que se hacía siempre! 

Estás desfasado, abuelito ¡y tira ya esa bata que es más fea que pegarle a un padre! - No puedo. Es el nexo entre mi antes y mi después...

A todo esto, la Cotilla ya llevaba media hora desmayada. - ¡Dámela! (grité) La quiero para hacer una broma. Anda, guapo, resalao... - Tendi la mano y la bata, haciendo honor a su apellido, chilló: - ¡¿Una broma?!  ¡¡¡Para bromas estoy yo!!!!

 

domingo, 24 de octubre de 2021

Bebedor de agua caliente.

 - "Geooooorge ha ido al mercado a comprar marisco para una paellita. La haremos en tu casa ¿te parece bien?" - De mil amores, abuela. - "Le he prometido que no dejaré que te acerques a él. Ya estás avisada. Piensa siempre que, si tengo que elegir entre tú y él, me quedo con él. ¿Valeeeeeee...?"

Tuve que decir que sí, que remedio me quedó. Y me escoció saberme el último mono de la casa pero duró poco el escozor en cuanto recordé que lo importante de todo lo hablado era ¡que iba a comer paella de marisco!

Al entrar en casa, el inglés se pegó a la abuela como una lapa. Incluso mi primer abuelito se dio cuenta y grito: - ¡Heeeey, franchute, que corra el aire! - No es francés sino inglés. Por cierto, tanto la abuela como yo, queremos que sea el padre del vuestro futuro bisnieto ¿qué opinas? - ¿Qué bisnieto saldrá de un tío que se pasa el día bebiendo agua caliente con hierbajos? - Huy, pues no había pensado en esto. Tienes razón... - ¡Naturalmente!

Como por arte de mágia, en cuanto me puse a poner la mesa, la Cotilla apareció por el pasillo con un trotecillo cochiquero camino del comedor. - ¡Avemariapurísimaaaaaaa! ¡Me apunto! 

Durante la comida Geooooorge no se apartó de la abuela a pesar de que no me moví de la silla. Aunque lo intenté: - ¿Llevo los platos sucios a la cocinaaaaa...? - "Nooooooo..." - ¿Traigo la frutaaaaaa...? - "Que nooooo...?" - La Cotilla no nos quitaba ojo mientras chupaba cabezas de gambas sin descanso. Hasta que no pudo más: - ¿Por qué no puedes hacer nada, boba de Coria? - Porque el inglés tiene miedo de que me lo coma (dije con desparpajo y me gané un patadón en la espinilla por parte de la abuela)

Geooooorge había palidecido mientras a mi me salieron los colores del dolor. - ¿Te lo quiéres comer? jajajajaja ¡Deja que la niña se divierta, mujer, que ya va siendo hora! 

El mayordomo corrió hacia la cocina, cerró con llave la puerta y acto seguido se escuchó el ruído del fregadero. Entonces, sorbiendo los mocos y las lágrimas, grité: ¡Quiero la cocina como los chorros de oro o vengo a por ti y te hago padre!

Pascualita, desde la mesa de la Santa Cena a la que visita desde el día en que la estampé contra ella, porque desde allí tiene una visión más amplia del comedor, me hizo el signo de OK con sus deditos palmeados mientras me dedicaba su horrible sonrisa.

sábado, 23 de octubre de 2021

El rugido del Dragón.

El rugido del Dragón llegó, abriéndose paso entre un oleaje de sueños, hasta mi cerebro y el terror hizo que saltara de la cama en medio de la oscuridad reinante de mi cuarto. El alarido que saliò de mi garganta después de dejarme el meñique del pie incrustado en la pata de la cama, recorrió todo el barrio y volvió a entrar por la rendija de la ventana de la cocina. ¡Anda que no estaba satisfecho el susodicho Alarido, de haberse ido por ahí de pingoneo!

Corrí despavorida por el pasillo mientras los muebles me atacaban, cosa que no encontré rara porque eran las horas brujas de la noche que es cuando pasan las cosas más inverosímiles y el rugido de un Dragón del medioevo en pleno siglo XXI lo es.

Conseguí encender la luz del comedor. Los invitados a la Cena dormian entre ronquidos sordos. Pascualita se asomó al borde del acuario para enterarse de a qué venía tanta claridad y, en cuanto me vi, volvió a meterse en el barco hundido.

Un nuevo rugido hizo que me escondiera bajo la mesa del comedor, lloriqueando. Pepe el jibarizado, al que había abandonado en una silla aquella misma tarde, movió su ojo catalejo buscando el motivo de tanto trajín. Al verme soltó su clásico - OOOOOOOOOOOOOOOOOO - pero sin temblores de pánico en su voz. 

Tuve que abrir yo el balcón porque la cristalera estaba en el mejor de los sueños y no se enteraba de nada. Un gorrión que soñaba, calentito en su nido, emitió un suave pío, pío y volvió a reinar el silencio a mi alrededor.

Me fui a la cama, coja y somnolienta además de extrañada porque ninguno de los de casa diera la menor muestra de desasosiego ante la amenaza del Dragón. 

La puerta de la calle se abrió y cerró. La Cotilla volvía de sus trapicheos nocturnos. Llegó cansada pero tranquila. -  Le susurré: - ¿No lo ha escuchado? - ¡¡¡AAAAYYYY, LA MADRE QUE TE PARIO, JODÍA. QUE SUSTO ME HAS DADOOOOOOO!!!

Al día siguiente se comentó en la radio local: - Ayer, otro periodista volvió a sitúar el volcán de la isla canaria de La Palma en la ciudad de Palma de Mallorca, del ARCHIPIELAGO BALEAR. ¡Manda narices! - Y eso, claro, me alteró el subconsciente.

 

 

viernes, 22 de octubre de 2021

De ilusión también se vive.

- "¿Qué le has hecho a Geoooorge, nena?" - ¿Nada. No me ha dado tiempo. - "Pues está con el tembleque d el Baile de San Vito. Balbucea al hablar..." - Porque habla inglés ... -- "Llama a su madre. Grita viva el Brexit. Dice que quiere a su Reina y no sé cuantas cosas más  porque lo dice tan deprisa que me cuesta entenderlo. Y está así desde que llegó de tu casa"

- Tuve un arrebato, abuela. De repente me di cuenta que él es el mejor candidato para papá de tu bisnieto. - "¿Geoooooorge? ¿Estás segura?" - Pero si es un chollo. Piénsalo bien y ya me dirás cosas... Podrías hacer una campaña electoral casera a mi favor... ¿No crees?

- ¡ Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! ¿Qué quería tu abuela? - ¡¿También sabe con quién hablo?! - ¡Claro! Ahora solo tengo que afinar un poco más y saber de qué se habla. - En el Circ du Solei la acogerán con los brazos abiertos, Cotilla. - No me des coba y dame información. - Nada importante. Hablábamos de Geoooorge. - Bah, ese sosaina bebedor de té, sin sangre en las venas, que hasta el sol de verano resbala por su piel blanquecina ¡Aaaayyyy, que repeluco!

Con éste comentario dio por terminado su interés por el mayordomo.

Cuando se fue la Cotilla me senté con Pascualita para contarle lo ilusionada que estaba con Geoooorge. - ¿Te imaginas que nos casáramos? (la sirena movió, negativamente, la cabeza) - Sí, ya sé que no tenemos un noviazgo muy largo (sus ojos de pez se abrieron como nunca) - El bisnieto sería políglota ¡Ostras, como fardaría yo con las madres del colegio! Y tú serías su tía la del pueblo jajajajajaja En tu larguísima vida jamás has tenido un sobrino políglota! Y todo, gracias a mi y a mis artes de seducción. 

La sirena, haciendo oídos sordos a mis palabras, de un salto prodigioso, cayó en la jarra de chinchón on the rocks que estaba en la mesita de centro de la salita. - ¡¿Se puede ser más egoísta?! Es para las dos, medio sardina.

Me costó sacarla de la jarra pero lo logrè, después, de gancho, la lancé hacia el acuario pero... fallé. Lleva media hora estampada contra la mesa de la Santa Cena en plan pescado al horno.

 

jueves, 21 de octubre de 2021

Tan cerca y tan lejos.

La abuela no quiere hablarme pero yo sí que quiero hablar con ella. Marqué su teléfono y se puso, como no, el mayordomo inglés. - ¿Tu llamar por buñuelos de madame? - Si, GeorrrrrgBrexit. - Madame decir que no estar y que mi traer buñuelos a tu hause luego. - ¡Que no me entere yo que te has comido alguno! - Tu ser boba de Coria, seguro.

Media hora más tarde el rolls royce de los abuelitos aparcó en la parada del bus como ya es tradición. Los ingleses son tan dados a las tradiciones que, si no  las hay, las inventan. Los Municipales ya no entregan las multas a Geoooorge sino que las reunen todas y se las mandan a los abuelitos en Navidad a la Torre del Paseo Marítimo y ellos, como son riquísimos, las pagan todas juntas y añaden un aguinaldo para los guardias. 

Así se crean las tradiciones, o ésta por o menos. 

Mientras Geoooorge trajinaba en la cocina yo conté los buñuelos. La abuela siempre me manda dos docenas y esta vez también y me evité un berrinche.

El mayordomo colocó bandejas, platitos, la jícara con el chocolate, las copitas para el Moscatel y otras un poco mayores para el chinchón. La Cotilla vino a paso de carga pasillo adelante. - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! ¡No empecéis sin mi! - Me rio yo de las Narices  de los grandes perfumistas. Se ve que no la conocen porque se la rifarían ¡Menudo olfato tiene usted para lo que quiere!

Cualquiera que hubiese entrado en el comedor hubiese jurado que solo éramos tres comensales: la Cotilla, Geooooorge y yo, lo cierto es que éramos cuatro porque Pascualita, aunque escondida en el bolsillo de mi falda, no perdía calada, ni de la comida ni de la bebienda.

Que rico estuvo todo. Que apañao es el inglés. Que majo, que planta tiene y que manos para la cocina... De repente lo vi con un bebé en brazos, el plumero en el bolsillo del delantal, dándo el biberón, delante de una olla humeante que despedía un aroma exquisisto... Era el padre perfecto para el bisnieto de mi abuela. Y después de tanto tiempo ¡yo acababa de caerme de un guindo!

Me acerqué glamurosa, mimosa, moviéndome como una cobra real hipnotizando a su víctima, mientras él fregaba los platos y dejaba la cocina como los chorros del oro. Con voz de Marilìn Monroe, dije: ¿quières ser el padre de... ?

Algo se debió oler porque, sin darme tiempo a acabar la frase, salió por pies y hubiese seguido corriendo hasta Inglaterra si no hubiese mar por medio. ¡Que jodío el inglés!

miércoles, 20 de octubre de 2021

¿Preciosas sirenitas?

 La abuela ha dejado de hablarme hasta que encuentre un padre para su bisnieto. Dice que no pongo nada de mi parte. Que no me esfuerzo, etc. etc. Y luego, para humillarme, suelta: "Si Pascualita fuese de tu tamaño ya tendría bisnietos a porrillo saltando a mi alrededor" - Y poniéndote los suelos de la Torre del Paseo Maritimo chorreando de agua si saliesen a la madre... - "Serían preciosas sirenitas ... (yo creo que la abuela está payá) Claro que también podrían salir al padre y entonces caminarían erguidos" - Y de cintura para arriba serían sardinas. ¿Te lo imaginas?... creo que me gusta más de cintura para abajo.

Sea como sea, la abuela ha cortado toda relación conmigo y por un momento se me ha hundido el suelo, literalmente, bajo mis pies porque el Agujero con harém de lombrices de tierra se ha abierto para saludarme. - Le he agradecido el detalle pero le he dicho que prefiero que me escriba cartas. - ¿Por qué? - Me hace ilusión. 

Cuando se ha cerrado ya estaba yo preparándome un cola cao con espuma para relamerme al tomarlo pero... Pascualita ha dado un salto mortal con tirabuzones desde el acuario a la mesa del comedor y de allí, en un portento gimnástico sin precedente, se ha impulsado con la cola hasta la mesa de la cocina aterrizando, límpiamente ¡en mi taza! mientras Pepe el jibarizado gritaba: - OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO.

Mi venganza ha sido terrible: los dos han ido de cabeza a la bañera mediante un tiro con gancho del que me siento muy orgullosa... aunque debo perfeccionarlo jijijijiji

Les he dado un baño con sales, aceites y gel oloroso a pesar de que Pascualita se quejó al principio pero fue perdiendo fuelle a medida que el agua dulce se la iba llevando a su terreno.

El vozarrón del árbol de la calle me sobresaltó. - ¡No lo hagas, boba de Coria! ¡Es una especie única¡ ¡Sería un crimen de los más gordos! ¡Mejor vendela y serás rica! - ¡¡¡NO ME IMPORTA EL DINERO. A LA PORRA CON EL!!! (dije a voz en grito, que para eso estaba en mi casa) - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! ¡¿Ya has bebido de buena mañana?! Que cruz tenemos contigo.

martes, 19 de octubre de 2021

Cambio de táctica.

Parece que la abuela ha cambiado de táctica y, ahora, en lugar de mandarme a la conquista de candidatos a futuro padre de su bisnieto, me los manda a casa en plan obreros. Hoy ha venido uno diciendo - Hola, soy el pintor que le manda su abuela para que le pinte la casa. 

Se me iluminó la cara pero, inmediatamente, se me oscureció: - ¿Quién tiene que pagarle por su trabajo? - Su abuela, por supuesto. - ¿Lo ha firmando delante de un notario? - Por toda respuesta entró cargado con todos los pertrechos de su oficio, escalera incluída. Y yo corrí al teléfono. La misma abuela me confirmó lo que me había dicho el hombre. - "Se amable con él. Invítale a una cervecita, a jamón serrano, al berberechos, a... " - ¡Para! Solo tengo magdalenas que trajo la Cotilla anteayer del contenedor del Súper. - "Así nunca llegaremos a nada" (dijo y colgó)

Lleva todo el día pintando sin dejar de cantar, de charlar, de lanzarme piropos, incluso cuando he ido a tender las sábanas me ha dicho que así no se hace. Se ha bajado de la escalera y, en lugar de ponerlas en un solo alambre, las ha abierto y colgado entre dos alambres. - Así las cuelga siempre mi madre.

- Huuuuuy (dije) - ¿Te duele algo, morena? - La mano. - Trae que te la curo: Sana, sana, culito de rana, si no sana hoy, sanará mañana (y se lió a darme besitos desde la punta de los dedos hasta que... ¡¡¡PLAF!!!) - Ay, que a gusto me he quedado. Ya no me duele nada.

Sin decir ni pío, el pintor agarró sus avíos y salió por la puerta mientras yo le preguntaba, inocentemente; - Para quitar las babas ¿uso jabón lagarto?

Media hora después llamó la abuela y tuve que apartar el teléfono de la oreja porque sus gritos los escucharon hasta los pasajeros de un trasatlántico que aún no había entrado en la bahía de Palma.

Al atardecer, Pascualita levantó sus bracitos al verme. La cogí porque una cosa así no ocurre todos los días. Nos sentamos en el balcón a ver como el sol desaparecía tras las fincas de la calle. Compartimos unas copitas de chinchón y, llevada por la buena sintonía del momento le pregunté: - ¿Me darás unos panallets de tu rosario dulce? 

Menos mal que tengo buenos reflejos y la tiré, desde una buena distancia, al acuario en el que entró un poco a trompicones. Allá ella. Yo me libré de su mordisco.

lunes, 18 de octubre de 2021

¿Quién me cantará?

 Se está acercando el día... ¡tatatachaaaaaan! Y mucho me temo que ocurra lo de siempre que, como no me ponga un casette de La Tuna me va a dar una serenata Rita la Cantaora. Y digo yo ¿es necesario que toooooodos los años se celebre en Mallorca (y me temo que en el resto de las islas Baleares) el DIA DE LAS VIRGENES?

Una rama del árbol de la calle repiqueteó en los cristales del balcón. - Preguntan por tí, boba de Coria (dijo la rama con entonación de: Asómate, capullito de alhelí, rosita de mis amores, encanto de tus mayores...) ¡PLOF! - Ahí me di cuenta que, hasta un vegetal leñoso. sabe tirar de mala baba y apunto estuve de ir a por un serrucho y amputar por lo sano pero me detuvo la voz poderosa del árbol de la calle.

- No se lo tengas en cuenta. Es jovencita y disfruta de la vida. Hace un rato me ha parecido que hablabas sola... ¿Es por el Día de las Vírgenes? ¿No tendrás serenata? ¡Tranquila que aquí estoy yo! - ¡Y se puso a cantar Las Mañanitas!

Entré en casa y la cristalera, atenta, se cerró detrás de mi para que no lo oyera.

Por la tarde llegó la abuela, seguida del mayordomo inglés que llevaba tres paquetes: uno de buñuelos rellenos y otro de buñuelos de boniato que nos zampamos con sendos cafes con leche. claro que no estábamos solas porque, alertada por el olor de los buñuelos, la Cotilla se presentó ante nosotras como por arte de mágia. 

Al ver que la abuela no abría el tercer paquete, quiso saber por qué: - "Es un rosario dulce para... una amiga". - ¿Qué amiga? ¿Es más antigua que yo? ¿Cómo se llama? ¿Dónde vive? ¿La conozco?... - "Vale ya de interrogatorio" - Déjame pensar: si no me contestas a nada es señal de que, ni es amiga, ni te interesa que yo sepa a quien te refieres... humm... Entonces es... para...¡Pascual! El jodío Pascual por el que Andresito lleva una cornamenta que no cabe en la Catedral. ¡Pobrecito! ¡Si se tenía que haber casado conmigoooooooo!

Nos costó tres cuartos de botella de chinchón que se calmara.

Cuando recobró la cordura el tercer paquete ya no estaba a la vista.

Ahora, además de tener que pasar ES DIA DE SES VERGES sin que me canten serenatas, tendré que ver como la medio sardina da buena cuenta del rosario, con sus panallets tan ricos.

domingo, 17 de octubre de 2021

La Bella y la Bestia.

 Al fin se le agotó el fuelle a la sirena. Se quedó ronca y está más furiosa que nunca. En vez de echarle la comida en el agua, ahora se la tiro de lejos procurando acertar en el acuario pero no siempre lo logro. Ahora hay comida de tortugas marinas por el aparador , el suelo, la mesa de la Cena y los comensales, con cara de circunstancias me miran a través del pienso que les cubre hasta las pestañas.

Pero no hay quien se arrime. Pascualita está al acecho y salta como un resorte con la boca abierta al máximo dejando ver sus terribles dientes que, aunque pequeños, hacen mucho daño.

Hay un silencio extraño en casa y todo por culpa de la medio sirena. Está mal sufrida porque tiene casi tantos años como la Tierra, un montón de ellos, sola y eso debe llegar a aburrir pero, bueno, es problema suyo. Yo he decidido poner un poco de alegría en casa y me he ido a la calle.

He regresado con una hermosa orquídea que, con sus flores perfectas, nos ha levantado el ánimo a todos. 

La cristalera del balcón se ha abierto para dejar entrar al sol que no quería perderse el espectáculo. Ha iluminado a la planta y ella, agradecida, le ha regalado su mejor sonrisa. Las hojitas del árbol de la calle se han asomado entre curiosas e incrédulas. - Es verdad lo que dicen ¡Es bellísimaaaaa!

Las flores de un blanco inmaculado se llenaron de rubor ante los piropos. Y uno tras otro, los personajes de casa se extasiaron contemplándolas. Hasta el abuelito apareció sobre la lámpara del comedor. Tímidamente, como un colegial, alargó la mano para tocar la planta pero un severo: - ¡¡¡QUIETO, PARAO, ROBERT REDFORD!!! la hizo retroceder.

La lámpara no estaba para experimentos amorosos y encima con una planta... Si fuera con otra lámpara prodría competir...  pero una planta ¿dónde se ha visto eso? ¡NO, HIJO, NO!!!

De repente algo salto a la maceta y antes de acercarme a ver qué era ya lo sabía: Pascualita. Pensando que se la iba a comer fui a por la escoba pero la sirena, impresionada tal vez por la belleza de las flores, se instaló sobre la tierra de la maceta y se la hizo suya. Era un cuadro digno de ver: la Bella y la Bestia.

 

sábado, 16 de octubre de 2021

Pascualita ¡otra vez en celo!

 De repente, en la tranquilidad de la mañana un estridente sonido vino a perturbarla. Aporreé la puerta del cuarto de la Cotilla: - ¡Deje de tocar el pito, coñe, que me está poniendo de los nervios! 

La puerta se abrió con furia y una legañosa y desgreñada anciana, me gritó a la cara: - ¡Deja de beber chinchón tan temprano, jodía, que a éstas horas, las personas normales dormimos! ¿Qué hablas de pito? (evidentemente, la Cotilla no tocaba el pito, que seguía sonando a todo meter. Ni lo oía).

Aquello me dio que pensar. En el comedor los asistentes a la Cena se tapaban las orejas con las manos. El ventanal del balcón estaba abierto de par en par mientras sostenía una fuerte discusión con el cristal de la parte de afuera y el árbol de la calle: - ¡Que te cierres de una vez que ésto no hay quien lo aguante! - Claro, y se queda el pitido dentro de casa. - ¡No se puede aguantar. Canto y no me escucho! (se quejaba el árbol)

Cuando los gorriones empezaron a emigrar cerré de golpe la cristalera ante las protestas del cristal de dentro. 

Para acabar de redondear la orquesta, Pepe el jibarizado soltó su OOOOOOOOOOOOOO, pero hizo algo útil. Enfocar su ojo catalejo para, finalmente, dejarlo fijo en un punto: el acuario de Pascualita.

Desde lo alto de la lámpara del comedor, mi primer abuelito se despedía de mi agitando la mano: - ¡No te vayas! Tradúceme lo que le pasa a la sirena. - Pero no parecía estar por la labor y dio media vuelta en redondo haciendo revolotear los volantes verde manzana ribeteados de rosa fosfi (se va pareciendo a la abuela en lo estrafalario) .- ¡Que soy tu nieta! (mi voz se alzo sobre el pitido y surtió efecto)

El abuelito, aguantándose las ganas de volar a la tranquilidad del Más Allá, dijo: - Pascualita clama por un sireno... o varios. Ha entrado en celo y viendo que seguirá quedándose para vestir santos, como viene haciendo desde que se zampó el último que quedaba, varios milenios atrás está furiosa y lanza su llamada urbi et orbe, escondida en el barco hundido porque tiene la moral por los suelos. 

De repente, la sirena saltó hasta la lámpara del comedor y la emprendió a dentelladas contra el abuelito. Todos gritamos horrorizados. ¡Me quedaría sin abuelito! Pero no pasó nada porque un alma no puede morderse. - ¿Que ha pasado? (le pregunté cuando se me pasó el susto) - No le ha gustado que le diga: ¿Te lo comiste? Pues ajo y agua, jodía...

viernes, 15 de octubre de 2021

De plantón.

Aún me dura el enfado contra mi misma y como no quiero ser la única cabreada de la casa, le he puesto un espejo a Pascualita en el acuario y llevo media hora esperando el resultado. Debe dormir dentro del barco hundido.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaa! Vengo a encender unas velitas a... - ¡A nadie! Por lo menos en esta casa Y MIENTRAS YO ESTE EN ELLA. - Es por una buena causa (lloriqueó). Ya sabes que están juzgando a Villarejo... Ah, se me olvidaba. Bedulio quiere salir a cenar con su mujer y un amigo y necesita una chica que le acompañe y así serán cuatro. Y ha pensado en ti. -  ¿Bedulio? - Sí. Ves y lo pasarás bien. - Lo pensaré.

La Cotilla cogió el mando de la tele y no paraba de cambiar canales: - ¡Pare ya, coñe! - Es que tenía que decirte otra cosa y no puedo recordarla... Algo del señor Li... - ¿Para mi? - ¡Ya me acuerdo! Que te invita a la fiesta del Año Nuevo Chino. - Aún falta mucho... - ¡No! Lo han adelantado a hoy por si vuelve la pandemia a lo bestia y clausuran las fiestas. - Pues ahora me pone en un compromiso, Cotilla. Dos eventos el mismo día... No iré a ninguno y Santas Pascuas.

- Son a distintas horas. Podrás ir a los dos. Pero arreglate ya, mujer y no tendrás que correr.

Hice caso a la Cotilla y poco a poco, me fui ilusionando, incluso llamé a la abuela para contárselo. - "Trata bien al amigo de Bedulio que, de ahí, puede salir mi futuro bisnieto."

Una vez lista, me tomé tres o cuatro copitas de chinchón para darme ánimos. - ¡Vete ya, pesada! - Salí a la calle hecha un pincel. Antes de llegar a la esquina me di cuenta de que no llevaba la mascarilla. Di la vuelta deprisa y tropecé con el Municipal que dijo: ¡Lagarto, lagarto! - ¡Luego nos vemos! (grité yo)

Una rama del árbol de la calle se sacudió dejando caer un sin fin de hojitas sobre mi. - ¡Oyeee! - Una vez captada mi atención, la rama señaló la ventana de la salita con una iluminaria que no era normal. - ¡La madre que la parió!

La Cotilla se había salido con la suya y encendido cuantas velas, velitas y velones tenía a mano, en el altar de los Amigos de lo Ajeno. El cubo de agua que tiré los apagó todos, dejó chorreando a la vecina y a Pascualita prendida de una de sus tristes tetas.

Rabiosa como estaba de no poder destrozar a la enemiga que se reflejaba en el espejo que yo había colocado en el acuario, atacó con fuerza aquel lacio apendice. Mordió, mordió y mordió hasta que conseguí arrancarla de allí.

Ahora, tanto la sirena como la Cotilla tienen un coma etílico después de la botella de chinchón que les di, por separado, para calmarlas. Mañana la vecina andará de lado debido al grosor y turgencia del pecho atacado. Y yo sigo esperando que venga a buscarme el amigo de Bedulio.


 

jueves, 14 de octubre de 2021

Aquí no ha pasado nada.

 Sigue la revolución en la escalera porque aún no se han acallado los reproches de la noche bruja en que la anarquía se instaló entre las parejas. 

Al principio me hacía gracia y lo comenté con Pascualita: - Conque todo el mundo es perfecto ¡Sí, sí ¡Vaya si lo han demostrado! - Entonces la sirena me hizo un corte de mangas ¡Ella, una media sardina, ha aprendido ese movimiento tan universal! 

Corrí al teléfono: - ¡GeoooorBrexit, dile a mi abuela que se ponga! - Pero la abuela no se entusiasmó con mi relato. - "Nos lleva millones de años de adelanto mi querida sirenita. Lo que me extraña es que no seas tu quién esté en el acuario porque eres un animal primario" - ¿Es un insulto, abuela? - "Estoy constatando un hecho, boba de Coria. Pascualita te mandó un mensaje y tu solo viste un mono de feria " - ¿Qué mensaje...? - "Qué perdiste una oportunidad de oro de encontrar al futuro padre de mi bisnieto al no hacer lo mismo que tus vecin@s" 

Después de una pausa para procesar el discurso de la abuela, noté que mi mente se abría, poco a poco eso sí, hasta que, frunciendo el entrecejo y aguantando la rabia que subía de las tripas a la garganta, grité como Escarlata Ohara en Lo que el viento se llevó, aunque no lo mismo: - ¡¡¡¿Y YO QUE?!!! (dije, con dos días de retraso)

Enfadadísima conmigo misma y con el mundo entero, llamé a mi primer abuelito y le ordené que deshiciera la situación que tanta risa nos había hecho.

Borró de las mentes de los vecinos cualquier pequeño rastro de la música altamente erótica y la palabra Tesoro. Después le dio cuerda a las pocas fuerzas de Torcuato para cerrar el enorme agujero que había hecho. Y en un santiamén  todo quedó como si no hubiese pasado nada.

Por la tarde, mientras Pascualita y yo merendábamos pan con miel y unas copitas de chinchón, me llamaron: - ¡Nena, aquí estoy para lo que necesites. - Gracias, Agujero... ¿Te hace un chinchón? - La sirena sacó sus dentadura a pasear como el que no quiere la cosa y el agujero hizo mutis por el foro.





miércoles, 13 de octubre de 2021

Hay tesoro.

 Hoy se han movido la finca y el árbol de la calle. Lo del edificio lo he achacado al volcán de La Palma aunque los asistentes a la Cena me han dicho que no, por activa y por pasiva: - ¡Que noooooooooo, boba de Cooooooria!

Lo del árbol de la calle lo he visto más como un ataque de hipo pero esos sabelotodos me lo han vuelto a negar: - Nasti de plasti, titi.

No les he prestado la más mínima atención y he esparcido el rumor de mis teorías. Ha bastado con contárselo a la Cotilla para que en un santiamén lo haya sabido toda la finca. Nadie, a pesar de los corrillos que se han organizado para dar sus opiniones, ha pensado que el causante fuera el enorme y profundo agujero en el que está empeñado Torcuato y sus ayudantes.

Hoy he visto, desde el agujero de casa, que Bedulio ¡había venido a ayudar! Ha oído la palabra TESORO y no ha podido resistir la tentación...

Algo así me ha pasado a mi ésta noche cuando me he despertado, a las horas brujas de la madrugada, como si alguien me llamara en medio del silencio nocturno. He prestado atención.

Me he asomado al agujero, un poco temerosa porque me da yuyu. Antes he cogido a Pepe el jibarizado y a Pascualita, a la que no le ha hecho ni pizca de gracia que la despertara ¡Como si no tuviera todo el día para dormir, la tiparraca!

- ¡Vaya, por fin! Luego dirás que no duermes, boba de Coria. - Ahora escuchaba, alto y clara, la voz que venía del agujero. - ¿Quién eres...? (no las tenía todas conmigo) - Paquita la cantaora, no te jode. ¡El agujero! - ¡No puede ser! No tienes boca. - Otra cosa no tendré pero boca ¡Bocaza me han hecho esos pejigueros! Diles que paren ya o acabaran descubriendo mis secretos. - ¡Eso es lo que quieren... queremos todos. 

Tuve que buscar la complicidad de mi primer abuelito, la potencia de voz de Pepe y los buchitos de agua envenenada de la sirena para que el agujero se ablandara, (era mucho martirio para el pobre)

Lloroso, nos dijo que tenía amores clandestinos en un harém de lombrices de tierra, a cual más espectacular. - Si se corre la voz estarán en peligro de que se las coma el topo. - Como es eso si no has sido agujero hasta ahora. - Perdona, guapa, el que nace agujero, lo es aunque no ejerza. - Y ¿hay tesoro o no hay tesoro? - ¿Te parecen poco tesoro mis hermosas lombrices?...

 

martes, 12 de octubre de 2021

Que jodía.

 Aaaayyyyy, que ganas tenía de que amaneciera para ver si se calmaban las cosas y, por fin, podía dormir a pierna suelta porque, entre el concierto de jadeos que salían de casi todas las ventanas del edificio y más tarde, la sucesión de golpes en la entrada de la escalera, no he pegado ojo.

Pero con la llegada del día no se ha calmado nada. Ha habido, eso sí, gritos, portazos: - ¡Me voy a casa de mi madre, cabroncio! - ¡¿Dónde has pasado la noche?! Aqui.... - ¡Echame el aliento, Marijuli que me tienes mosca!... - Y así toda la mañana en casi todos los rellanos.. 

Me asomé por el agujero del comedor y vi a Torcuato picando, xino xano, mientras un grupito de vecinos sacaban las espuertas de tierra a la calle. Eso llamò la atención de alguien y aprovechando que tenía móvil nuevo, tiró de él y poco después se presentó Bedulio, bloc de multas en ristre.

A todo ésto el árbol de la calle tocó con sus ramas a la cristalera del comedor que se abrió obediente. - Nena (me dijo), tus vecinos ya me están tocando las raíces y no lo voy a consentir. - A mi que me registren. Me voy a ver la tele. - ¡Oye! Tendrás cara...

Fue entrar en la salita con la sirena en la mano y mi primer abuelito, subido a la lámpara (que estaba encantada de tenerlo para ella sola durante el tiempo del Desfile de las fuerzas armadas y no la bruja de la lámpara del comedor que siempre lo acapara) gritó y se dio un batacazo contra el suelo. - ¿Te has hecho daño? (pregunté, solícita) - No porque soy un ánima pero ¡mira el humo de colores de los aviones! - ¿Y ese morado? - ¡Ese morado! 

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! - Cotilla ¿no será usted la responsable? (dije señalando la pantalla) - No contestó, se limitó a sonreir pícaramente. - Que jodía.


lunes, 11 de octubre de 2021

No gano para sustos.

 Le he pedido a la abuela asilo familiar en la Torre del Paseo Marítimo y me ha dicho que Rita la Cantaora. 

Debido a su avanzadísima edad he pensado que no me había entendido. - Es eso mismo que me has solicitado a mi muchas veces para Andresito porque... - "Ya sé lo que es eso, boba de Coria, pero no puede ser" - Pues me urge mucho salir de casa por un tiempo. - "Pues sal, hija. ¿Quién te lo impide?" - Es que como no sea en tu casa, no sé donde dormir y comer... - "Trae a Pascualita y te quitas un problema de encima" - ¿Y yo? - Vive tu vida, sal del nido y tal vez encuentres al futuro padre de mi bisnieto. Por cierto ¿qué tal es el albañil? ¿te hace tilín?

Se lo describí y dijo: - "Vaya... Bueno, pues nada, ya hablaremos otro día ¡No te olvides de la sirena!" - Y colgó.

¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! En el rellano están las fuerzas vivas del edificio. Me ha costado trabajo meterme entre ellas. Me han pedido que te convenza para que te asomes. - ¿Están muy enfadados? - Yo diría que si. Ya sabes que son muy pejigueros. Tiquismiquis, vaya. - ¿No les ha dicho que todo es culpa suya, Cotilla? - ¿Mía? ¿De quién es éste piso? ¿quién vive aquí? ¿quién paga la Comunidad? - Eso... ¿quién? - ¡¡¡Tú, alma de cántaro!!! Por lo tanto eres quien debe dar la cara. - ¿Y si me la rompen...? - Tal vez te hagan un favor.

Decidí enfrentarme a mi Destino. Abrí la puerta mientras Pascualita se acomodaba en mi escote. El Presidente de la Comunidad, sacando pecho, encabezaba al resto de los vecinos que al verme y como si lo tuvieran ensayado, pasaron un dedo por sus respectivos cuellos. Donde había dedo yo vi cuchillos afiladísimos. Los vecinos se habían convertido en piratas ávidos de sangre ¡y cerré la puerta de golpe! Pero no funcionó.

Alguien puso el pie y yo sentí que, de un momento a otro, caería por el agujero de Torcuato y desaparecería en él para siempre... Entonces, al filo del precipicio llegó, envuelto en sedas de Oriente a modo de sudario maravilloso, mi primer abuelitoy revoloteó entre los vecinos esparciendo un olor muuuuuuuy AFRODISIACO y, como música de fondo, un tintineo de monedas mientras metía en sus mentes la frase: ¡TESORO ESCONDIDO!

Todos desaparecieron hacia sus casas... Lo que no sé es si se fue cada oveja con su pareja...

 

domingo, 10 de octubre de 2021

Siguiendo la vertical. Anda que...

 Serían las seis de la mañana cuando me han despertado unos golpes que, en mi aturdimiento, no he sabido de dónde salían. He dado media vuelta y a dormir otra vez. Más tarde, de nuevo he tenido un brusco despertar cuando al ruído de los golpes, al que ya me había acostumbrado, (soy muy rápida para algunas cosas) se unió el repiqueteo furioso del timbre de la puerta.

Pensé que el vecino incívico había recapacitado y venía a excusarse de hacer ruído a esas horas y en domingo. - ¡Por mi, date por perdonado! (grité desde la cama y di otra media vuelta)

Cuando horas después me levanté y fui en busca de Pascualita para desayunar juntas unas ensaimadas que trajo ayer la Cotilla del contenedor del súper, me pareció ver una sombra en el comedor - Abuelito... ¿eres tú? - Soy Torcuato (contestó una vocecilla cascada) - ¿Qué hace aquí? - Lo que me mandó la Cotilla: ahondar. He dormido con ella para estar tempranito en el tajo. - ¡¿Aquí?! (mi garganta emitió un gallo nervioso) - Claro que no jejejejejeje... En la cama, no te joe la boba de Coria ésta.

Pasé al otro lado de la mesa del comedor. Allí había un agujero a través del cual saludé a una vecina que entraba en ese momento en la finca. Ella me gritó: - ¡SINVERGÜENZA!

Pascualita, harta de esperarme, se comió dos ensaimadas: la suya y la mía y cuando se lo recriminé me escupió un buchito de saliva envenenada que esquivé, cayó por el agujero y le dio de lleno al más chinche de los vecinos. Sus gritos se escucharon en los confines del barrio.

En plan mandón, dije: - ¡Quiero ésto tapado ¡pero ya! - Lo que tu digas prenda... en cuanto encuentre el tesoro. Ahora picaré un ratito más en la entrada siguiendo la vertical del agujero del comedor.

Y así estamos.

 

sábado, 9 de octubre de 2021

Las más bellas baldosas.

 Mi primer abuelito no ve con buenos ojos nada de lo que haga o diga la Cotilla. Quiere protegerme de su desfachatez y a mi me parece bien por eso, antes de que venga la vecina con el albañil prometido, le pedí que me ayudara. - Necesito baldosas que no sean muy caras. - No te preocupes por el precio. No voy a cobrarle a mi nieta. Tendrás las baldosas más bellas del mundo mundial.

Su sonrisa iluminó la casa entera y las ramas del árbol de la calle entraron por balcón y ventanas para no perderse el espectáculo. - ¡Que bonitoooooo! (exclamaron) - Bah, yo puedo mejorarlo (dijo doña Celos Reunidos Jeiper) - Pascualita se sentó de un salto en el borde del acuario dispuesta a no perderse nada de lo que fuese a ocurrir, después cerró un puño, abrió los dedos pulgar y meñique formando un botijo y acercándolos a la boca hizo el signo de ¡quiero chinchón! No sabe ná la medio sardina.

Cuando quise darme cuenta, el suelo del comedor se había transformado en un maravilloso mosaico romano, brillante como el cristal y con unas alegorías que eran odas a la alegría y al amor tan preciosas que se me alegraron hasta los últimos rincones del alma. - ¡Abuelitoooo, es maravillosoooooo! - Y todos aplaudimos a rabiar.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! - De repente, toda la luz se apagó y donde hubo mosaico había baldosas rotas. La magia había desaparecido. - Mira, éste es Torcuato, el albañil. Te cobrará mil euros por el trabajo pero, si mientras lo ejecuta encuentra el tesoro, tendrá una pequeña participaciòn de las ganancias y no tendrás que pagarle nada.

Boquiabierta estaba: Torcuato era más feo que pegarle a un padre. Estaba más cerca de cumplir los noventa años que los ochenta. Caminaba a pasitos lentos mientras venía por el pasillo y fumaba en pipa. - Mira, nene, aquí tienes el estropicio que hizo ésta (me señaló) Hale, ponte manos a la obra tal como te he dicho: ahondando.

Esta palabra repiqueteó en mi mollera pero como estaba empardalada no supe descifrarla.

viernes, 8 de octubre de 2021

Anda que...

He pasado la noche en blanco, con mi primer abuelito dándome la vara por hacer caso a la Cotilla y haber contribuído a la masacre de baldosas del comedor. Además, las familias de las masacradas se manifestaron contra cualquier clase de violencia tirándome trozos de baldosas a la cabeza y para rematar la faena contrataron a los comensales de la Cena, que no dan ni golpe en todo el día, para que hicieran de plañideros y honrar así a las víctimas.

¿Y a mi quién me honra? porque tengo la cabeza llena de chichones, en cambio la Cotilla se fue de rositas porque como de las cosas que ocurren en mi casa no se entera... Y encima tendré que pagar a un albañil para que venga a arreglar el desaguisado que hicimos la vecina y yo... luego me pasará la factura ¿Cómo puedo ser tan cretina? y sobre todo ¿cómo la pago si no tengo nada ahorrado?... hum... hum...

No se me ocurrió nada y llamé a la abuela para que me diera una solución. Después de escucharme , simplemente, dijo: - "Que te haga un bisnieto y va que chuta" - ¿El albañil? ¿De buenas a primeras? - "Pues paga la factura"

¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! ¿qué, seguimos buscando el tesoro? - Lo que estoy buscando es un albañil, Cotilla (dije rezumando rencor) - ¿Vas a hacer obras? - Fui en busca del chinchón para no cometer un cotillacidio.

Después de unas cuantas copas, la vecina dijo que conocía un albañil que me haría un buen precio. Yo no estaba muy convencida. Además, mi primer abuelito, desde lo alto de la lámpara, decía que no con la cabeza pero no tenía ganas de discutir con la Cotilla dije, como quien no quiere la cosa: - No sé... A ver a quién me va a traer que, a veces, lo barato sale caro... - Y me quedó un come come que pa qué.

jueves, 7 de octubre de 2021

El tesoro oculto.

¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! - En contra de su costumbre de entrar en casa a paso de carga, esta vez la Cotilla lo hizo renqueando y respirando ruidosamente. Se oía desde la cocina y no pude por menos que decirle: - ¿Se entrena para los próximos Juegos Olímpicos de Paris? - Si encontramos lo que tal vez encontremos... ay, que me asfixio... iremos a Paris... ¡uf!... a ver como sudan... ¡jopé!... otros...

Camuflé a Pascualia entre los plátanos del frutero y salí de la cocina para ver qué pasaba. - Si va en busca del Dorado le recuerdo que el de Palma era un cine de barriada jejejejejeje - ¡Ayúdame, jodía, que se me cae todo. 

"Todo" era, palas, picos, cestos para meter tierra, frontales, mascarillas...  - No me diga que ha ido a la tienda de los chinos del señor Li y le ha endosado este lote ¡Aaaayyy, Cotilla, los años no pasan en balde jejejejeje

- El señor Li quiere ser socio en mi nuevo negocio. A ti no te queda más remedio que serlo porque, al fin y al cabo, ésta es tu casa. 

Una nube negra pasó ante mi vista. Eso quería decir que algo malo me iba a pasar: - ¿De qué va ésto? - Ultimamente salen a la luz muchos tesoros escondidos en sótanos o emparedados en viviendas antiguas. Algunos hasta han encontrado ollas repletas de monedas de oro ¡Imaginate lo que supondría un hallazgo para nosotras, boba de Coria... - Y el señor Li. - Así es. - ¿Y dónde ésta esa casa antigua? - Aquí. ¡Es esta! Y para colmo vives en el primer piso. O sea, blanco y en botella.

Y sin más preámbulos agarró un pico, golpeó con él en el suelo y se cargó una baldosa. ¡Se armó la marimorena! La baldosa gritaba ¡ASESINAAAAAA! ¡AY,AY,AY,AY,AY,AY,AY,AY,! Yo estaba estupefacta y no conseguía vocalizar nada. El resto de baldosas de la casa se fueron enterando de lo ocurrido y terminaron gritando todas a la vez. 

Como la Cotilla no se enteraba de nada, siguió rompiendo baldosas como quien casca nueces. Por fin se me desató la lengua: - ¡¡¡PAREEEEEEEE, BRUJAAAAA!!!  ¡Me destroza la casa! - No te quejarás tanto cuando encontremos el tesoro ¡Coje el otro pico y manos a la obra!

Ante la duda: - ¿Y si lo que dice es verdad? - no me quedó más remedio que picar.

miércoles, 6 de octubre de 2021

La coca.

 Pascualita y yo hemos desayunado el trozo de coca que sobró de mi cumpleaños. La hice, aunque no puedo presumir de que me saliera bien. Hice lo que pude, sobre todo en vista a que llegue por fin el futuro padre del bisnieto de la abuela. Se que algunas mujeres presumen de  conquistar a sus marido por el estómago.

Siempre creí que se referían a que los pobres padecían úlcera crónica y ellas los curaban con antiguas y misteriosas recetas que pasaban, de generación en generación, a las mujeres de esas familias.

Me metí en la cocina, encendí el horno y en un bol junté los ingredientes que creía recordar de cuando la abuela era proletaria, no había conocido a Andresito y me hacía cocas riquísimas. El resultado no fue el esperado y encima, no entendía por qué no había subido la coca.

No resolví el misterio hasta que abrí el armario de la cocina y un trino melodioso y cabreado, salido de la garganta de un canario dorado, muy enfadado, me dio la clave: - ¡Menuda repostera me ha tocado en suerte! ¡Que soy el canario!

Todos probaron la coca. Los más divertidos fueron los comensales de la Cena y Pepe el jivarizado: unos de yeso y el otro sin nada en la cabeza, literalmente. Eran dignos de ver haciendo lo imposible para llevarse un trozo a las bocas. Cuando los gorriones del árbol de la calle pudieron dejar de reir dieron buena cuenta de las migas que llenaban el suelo y los muebles del comedor. 

La lámpara fue la única que no intentó comer porque está guardando la línea, dijo, mientras suspiraba mirando a mi primer abuelito al que se le notaba en la cara que había comido cocas mejores antes de irse al Más Allá.

 


martes, 5 de octubre de 2021

Cumpleaños feliz.

Antes de que el Otoño nos vaya comiendo la moral a los que nos gusta el verano, celebro mi cumpleaños. Lo he dicho de palabra a todos cuantos viven en casa. Pascualita a bostezado como el león de la Metro, después de ha zambullido en el acuario hasta el barco hundido al que ha cubierto de algas antes de meterse dentro. 

Los de la Cena estaban a lo suyo y así han seguido: jugando a las cartas que habrán cogido de un cajón del aparador porque, mucho me temo que en sus tiempos nos naipes no existían. Y mientras me hacía éste razonamiento, Pepe el jibarizado expuso su opinión: - OOOOOOOOOOO. - y deduje que me daba la razón. 

Mi primer abuelito ha dejado caer unas lágrimas emotivas al darse cuenta de lo lento que pasa el tiempo (para los del Más Allá) y los poquitos años que cumple su nietecta, que soy yo. - ¿En serio te has emocionado por eso? - No sería un buen abuelo si no se me encogiera el corazón de alegría recordando tu nacimiento. - Pero si cuando nací ya hacía tiempo que criabas malvas, abuelito. - Recuerdo que ese día estrené un fantástico sudario color rosa fosfi en tu honor. - ¡Hala, que guay! 

El árbol de la calle, sacudiéndose el muermo de la caída de la hoja, cantó con su voz de tenor el Brindis de la Traviatta. - Aplaudí a rabiar. No debí hacerlo porque se animó y acabó cantando las Mañanitas ¡otra vez!

La cristalera del balcón se abría y cerraba siguiendo el ritmo de la Traviata y yo, tirando las zapatillas de andar por casa bajo las sillas del comedor, me puse a bailar con la fregona que, por cierto, se ruborizó desde la empuñadura del palo hasta el suelo. - Gracias, boba de Coria. Bailar ha sido siempre la ilusión de mi vida.

La lámpara del comedor se apagaba y encendía siguiendo el tirmo hasta que, de pronto, las bombillas fueron estallando una a una y quedamos a oscuras. Todo el mundo lo celebró como si fueran fuegos artificiales. Menos la Cotilla que entraba en ese momento y se fue estrellando contra los muebles.

 

lunes, 4 de octubre de 2021

Celos Reunidos Jeiper.

 Mi primer abuelito y la lámpara del comedor seguían discutiendo a cuenta de la lámpara psicodélica que yo pensé en un momento determinado de hace ¡cuatro días!

- Que cansinos sois. - ¿Por qué? (dijeron ambos al unísono) - Porque estoy hasta la coronilla de oiros. - ¿Y si hablamos de politica, de fútbol, de toros, de religión, de alterofilia... ¿ya no seremos cansinos? - Depende del tiempo que empleéis... - Te advierto que yo tengo cuerda para rato, bonita. Hasta que se me fundan los fusibles (a la lámpara del comedor no le gustó que le pusiera cortapisas y se me puso chula) Y mi hombre puede hablar hasta la Eternidad. 

- ¿Tú hombre?... ¡¿Mi abuelito?!... Pero si es un alma vagando per insecular seculorum. - Pero es más guapo que un San Luis ¿Tienes algo que objetar? - Ya he objetado al principio, María Manuela. - ¿Quién es esa? ¿Busca a mi hombre? ¡Le arrancaré los ojos! - ¿Te gusta ese nombre para ti? - No. Me suena a enemiga. - A ver éste otro: Doña Celos Reunidos Jeiper.

La lámpara del comedor rumió un rato y por fin exclamó: - ¡Me encanta! 

Solucionado un problema. Ahora ésta extraña, pero apasionada pareja, espero que guarde silencio muuuucho rato.

Sentada en el balcón con Pascualita veíamos caer las hojas del árbol de la calle que, al llegar al suelo se arremolinaban junto al tronco en un último y postrer esfuerzo por no separarse de su patria chica. 

El árbol, a medida que iba quedándose desnudo, estornudaba, tal vez disimulando unas lágrimas de añoranza ante la marcha de las hojas. - ¡Pónte la mascarilla, hombre, que seguimos en pandemia! - Ni siquiera me respondió. No volverá a ser el mismo hasta que, en primavera, le salgan las nuevas hojas.

De repente una alarma sonó en mi cabeza: - ¡Estoy apañada! Bedulio tambièn leyó mi pensamiento... - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! Lo del Municipal es otra cosa. Ahora es espía. 

Por poco me da un infarto. Y casi descubre a la sirena.

domingo, 3 de octubre de 2021

Por eso la llaman COTILLA.

 Solo falta que en casa ponga aquellas lámparas de discoteca, redondas y llenas de espejitos que reflejaban la luz por todo el local... Pues no es mala idea. Preguntaré al señor Li si tiene alguna en el sótano de su tienda.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaa! ¿Qué es eso que quiéres pedir al señor Li, boba de Coria?

Si me pinchan no me sacan sangre. ¡La Cotilla lee el pensamiento! Porque yo no había abierto la boca. Ahora tendré que estar con la mente en blanco mientrs esté por aquí, con lo pesado que es eso porque, basta que no quiera que se entere de nada para que me vengan recuerdos a borbotones.

Aturdida por el descubrimiento, le conté lo que quería saber, después miro en derredor fijándose en el color de las paredes. - Tienes razón. Podemos montar una discoteca turística como hay otros que tienen pisos turísticos. ¡Y cobraríamos entrada a los cuatro guiris que pasen el invierno en Mallorca!

Llamaron a la puerta. Era Bedulio. - ¿Así que éste piso es turístico? ¿Y sin declarar? Se te va a caer el pelo. 

El ánima de mi primer abuelito, subido en la lámpara del comedor, discutía con ella - Que noooo, guapetooooona. Que no voy a dejarte por la psicodélica. - ¡Eso decís todos pero en cuanto veis una novedad os falta tiempo para largaros con ella - Yo te juro... (les dejé con sus cosa para centrarme en las mías)

¿Cómo demonios se enteraba la Cotilla? Pero, por más que pensé y pensé, lo único que saqué en claro fue un fuerte dolor de cabeza que curé, ipso facto, con unos chinchones on the rocks. Ya más despejada solo pude que subrayar lo evidente: por algo, a la vecina, la llama COTILLA.

sábado, 2 de octubre de 2021

A pintar.

La abuela ha llegado a casa seguida de un cargadísimo Geoooorge. - ¿A dónde va el inglés con tanto trasto? - "A pintarte la casa" - ¡Anda! ¿Y eso por qué? - "Porque quiero que pinte la Torre del Paseo Marítimo y como no tiene costumbre de hacerlo, aquí hará un ensayo general." - ¿Y si me deja la casa peor de lo que está? - "Por eso viene a entrenarse aquí" - ¿Y encima tendré que darle las gracias? - "Y doscientos euros por el trabajo" - ¡¿Qué?! Que la deje como está que aún no me ha tocado la Primitiva.

Pero, para un mayordomo inglés, una órden de su amo (ama en éste caso) es sagrada. Y tardó ná y menos en retirar muebles, poner la escalera y ponerse a pintar... ¿de blanco? No sería mi abuela si hubiese elegido ese color para mis paredes ¡Naranja!

Antes de que pudiera reaccionar y decir, por lo menos, ¡NOOOOOOOOOOO! ella exclamó: "¡Lo sabía! Queda espectacular. Si es que tengo un don..."

Mientras Geoooorge se peleaba con el rodillo, la abuela se acercó al acuario donde flotaban trozos de corteza desprendidos del tronco del árbol de la calle. - "Por cierto ¿sigue habiendo acercamiento hacia el balcón?" - No. Desde que puse a Pascualita en una de las ramas y se comió parte de ella, el avance es al revés: se aleja. - "Ha vivído tantas vidas, tantos millones de milenios, que sabe más que el tío de la lista."

De un salto prodigioso, Pascualita se metió en el escote de la abuela. La puso perdida de agua y no se enfadó. Anda que si se lo hubiera hecho yo ¡me borra del testamento. - "¡Aquí está lo más bonito que se pasea por Palma!" (dijo la abuela con una sonrisa de oreja a oreja). - ¡Gracias, abuela! - "Me refiero a mi sirenita de los siete mares, boba de Coria" 

Ya me parecía a mi... Y en un arranque, pregunté: - ¿También pintarás de naranja la Torre del Paseo Marítimo? - "¿Estás tonta?"

viernes, 1 de octubre de 2021

Probando el árbol.

Hago que todos los días, Pepe el jibarizado, me diga si el árbol de la calle sigue acercándose al balcón. Coloco el llavero sobre una silla y observo como su ojo catalejo se mueve buscando si la distancia, de ayer a hoy, se va acortando... o no.

Una vez hecha la comprobación, Pepe lanza al aire su OOOOOOOOOOOOOOOOOO, entonces yo solo tengo que contar las O que suelta y cada dos o tres días, falta una. ¿Qué quiere decir ésto? Que el jodío platanero nos quiere engullir

Llamé a la Torre del Paseo Marítimo: - Geooorbrexit, dile a la abuela que se ponga. - A través del teléfono me llegó, alto y claro, el gruñido del mayordomo inglés. - Tu ser boba of Coria. Madame decir no estar. - ¿A qué vengo a por ti y te hago correr más que al tio de la lista? - No sé cuanto cree que corrió el famoso tio pero ha surtido efecto.

Le expliqué a la abuela los siniestros planes del árbol de la calle. - "¿Se lo has contado a Pascualta?" - Ella también tiene miedo. - "¡A saber lo que le habrás dicho! Dale a probar un trocito de árbol y a ver cómo reacciona?" 

No sabía si usar un hacha, una navaja, el cuchillo del pan... para coger un trocito de la madera del platanero... La Cotilla me dio la idea.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaa! Nena, tu que eres amiga del árbol de aquí abajo... - ¿Perdón? - No te hagas la longui que lo sabe todo el barrio. - Pero... - Pregúntale si puedo quedarme con los trozos de tronco que tira. Los venderé en el trapicheo como combustible para los meses de invierno. Con lo que ha subido la luz me los quitarán de las manos. - ¿Y si dice que no? (pregunté, ingenuamente) - ¡Lo sabía! Menudas amistades te gastas.

Antes de que la Cotilla se llevara los desechos del árbol, subí unos cuantos a casa y metí uno en el acuario. Pascualita se interesó por el trozo de madera. Lo mordisqueó y en un plis plás, se lo zampó.

Se los comió todos y tuve que ir a por más. La sirena estaba feliz con su nueva comida. Llené el acuario y la Cotilla lo vio. - ¡Son para prenderles fuego, no para ahogarlos, boba de Coria!