domingo, 31 de octubre de 2021

Víspera de todos los Santos.

 Mi primer abuelito ha aparecido con un elegantísimo sudario-frac rojo pasión, cuyos faldones, largos como colas de novia, se enroscaban sensualmente en los brazos de la lámpara del comedor que babeaba extasiada ante semejante poderío.

Todos quedamos boquiabiertos. - ¡Que maravilla, abuelito! - Asi es como celebro la Fiesta Grande de todos los que un día fuímos mortales. - ¡Me encanta! (gritè mientras aplaudía a rabiar) 

Pascualita no se quedó atrás y, ante mi estupor, hizo palmas al compás del flamenco más puro y yo hice lo posible por imitarla.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! ¿A qué viene ésta juerga, nena? - A que es fiesta... -Lo que tienes que hacer es encender velitas como voy a hacer yo ahora mismo en la salita.

No contaba con que me opondría pero lo hice colocandome frente a la puerta e impidiéndole el paso. - Solo serán cuatro velitas en el altar de los Amigos de lo Ajeno. Para mi gurú Bárcenas. Se lo merece... Nena, o te quitas o te quito. 

Ante tamaño desafío me dio la risa floja y de un simple empujón por poco me manda a la cocina. Cuando quise reaccionar, la Cotilla ya había entrado en la salita y cerrado la puerta con pestillo. - ¡¡¡ABRAAAAAAA!!! (Que si quieres arroz, Catalina)

Mientras la sirena seguía marcando el compás, el árbol de la calle cantaba por Camarón a voz en grito. Pepe el jibarizado lanzaba su OOOOOOOOOOOOOOOOOOOO con aire flamenco, pensaba él. Todos, de una manera u otra, seguíamos el ritmo que nos ponía los pies a bailar (quién los tenía, claro)

Después encendí animetes. Solo entonces el abuelito echó el freno a tanto giro y me preguntó mientras señalaba las llamitas: - ¿Cuál es la mía? - La que màs te guste. - Entonces pónme una bengala de colorines que un día es un día.

Corrí a la tienda del señor Li. - ¿Pala que quelel, boba de Colia? - Para el alma de mi primer abuelito. - No ponel bengala, ponel llamita. - Y me dio una caja de lamparillas a pesar de mis protestas.

Le expliqué al abuelito lo ocurrido y dijo: - Enciènde una. - Y se transformó en una bengala de colorines que durará encendida toooooda la noche.

 

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