sábado, 2 de octubre de 2021

A pintar.

La abuela ha llegado a casa seguida de un cargadísimo Geoooorge. - ¿A dónde va el inglés con tanto trasto? - "A pintarte la casa" - ¡Anda! ¿Y eso por qué? - "Porque quiero que pinte la Torre del Paseo Marítimo y como no tiene costumbre de hacerlo, aquí hará un ensayo general." - ¿Y si me deja la casa peor de lo que está? - "Por eso viene a entrenarse aquí" - ¿Y encima tendré que darle las gracias? - "Y doscientos euros por el trabajo" - ¡¿Qué?! Que la deje como está que aún no me ha tocado la Primitiva.

Pero, para un mayordomo inglés, una órden de su amo (ama en éste caso) es sagrada. Y tardó ná y menos en retirar muebles, poner la escalera y ponerse a pintar... ¿de blanco? No sería mi abuela si hubiese elegido ese color para mis paredes ¡Naranja!

Antes de que pudiera reaccionar y decir, por lo menos, ¡NOOOOOOOOOOO! ella exclamó: "¡Lo sabía! Queda espectacular. Si es que tengo un don..."

Mientras Geoooorge se peleaba con el rodillo, la abuela se acercó al acuario donde flotaban trozos de corteza desprendidos del tronco del árbol de la calle. - "Por cierto ¿sigue habiendo acercamiento hacia el balcón?" - No. Desde que puse a Pascualita en una de las ramas y se comió parte de ella, el avance es al revés: se aleja. - "Ha vivído tantas vidas, tantos millones de milenios, que sabe más que el tío de la lista."

De un salto prodigioso, Pascualita se metió en el escote de la abuela. La puso perdida de agua y no se enfadó. Anda que si se lo hubiera hecho yo ¡me borra del testamento. - "¡Aquí está lo más bonito que se pasea por Palma!" (dijo la abuela con una sonrisa de oreja a oreja). - ¡Gracias, abuela! - "Me refiero a mi sirenita de los siete mares, boba de Coria" 

Ya me parecía a mi... Y en un arranque, pregunté: - ¿También pintarás de naranja la Torre del Paseo Marítimo? - "¿Estás tonta?"

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