lunes, 29 de febrero de 2016

La diosa Cotilla.

- "Nena ¿has visto a la Cotilla?" - No. Y me extraña... No creo que haya salido a la calle con la pinta en que la ha dejado Pascualita. - "¡Calla, calla! cada vez que me acuerdo de aquel culo voluminoso y esas tetas elefantinas me parto de risa jajajajajaja" - Abuela, no seas mala que es tu amiga. - "¿Qué tiene que ver la velocidad con el tocino? Nunca la había visto tan... poderosa jajajajajaja" - Tendríamos que hacerle una foto para la posteridad. - "¡Tienes razón!. Y podría ser la que se coloque en la Pared de los Finados el día que se muera. Menudo cachondeo porque, será mirarla y reírnos"

Seguimos un buen rato metiéndonos con la Cotilla que, como no estaba presente, no podía ofenderse. Antes de despedirme de la abuela quise saber cómo estaba el abuelito. - "Bien. Ya empieza a hablar y a comer tortillas, croquetas y cosas así. - ¿Estará contento? - "De momento, porque el miércoles se reanuda el juicio del Caso Noos y me ha dicho que quiere ir. Le acompañaré y en cuanto desvíe la vista hacia la infanta se las verá conmigo" - No me parece bien que tengas tan pisado al pobre abuelito. - "A ti lo que te gustaría es que Andresito se convirtiera en Infante consorte ¡Pues vas lista!" - ¿Cómo si está Urdangarín - "Veremos si lo sigue siendo cuando acabe el juicio" - ¿Crees que habrá divorcio real? - "Torres más altas han caído y mira que el ex Empalmado es alto"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaa! - ¡Cotilla! ¿Viene de la calle? Pensé que con el tipo tan raro que se gasta estos días, se quedaría en su casa - En mi casa no hay butano para la estufa y aquí si. - Pues, compre. - ¿Para qué? ¿Para gastar? Aquí no gasto. A ver si te crees que soy tonta... (nos miró con cara de suficiencia) Adivinad de dónde vengo... - ¿Sin pistas? - A palo seco. - Humm... de limpiar cepillos. - ¡¡¡NO!!! - La abuela y yo dijimos algunas vaguedades más antes de rendirnos.

- Vale. Os lo diré porque no lo adivinaríais nunca.  ¡Me han entronizado! ¡Soy la Madre Tierra! - "Héchame el aliento, Cotilla ¿Te has dado un golpe en la cabeza?" - He encontrado una secta que me adora. Soy su virgen - "¡¡¡¿Virgen, tú?!!! jajajajajaja ¡Nena, esconde el chinchón que le afecta mucho.

Nos contó que un hombre extraño se le acercó. Se postró ante ella y la llamó Madre Tierra a voz en grito. - En cuanto me enteré que me estaba llamando gorda le arreé una patada en toda la boca... - "¡Bien que hiciste!" - Luego me imploró que fuera con él a su templo. Dijo que habría una ceremonia y después baile, comida y bebida ¿quién puede negarse a algo así? - Cotilla, un día la encontraremos descuartizada. - "¡¿Es una secta satánica?!" - No lo sé, pero lo que daban estaba muy rico.

Por lo visto, los adeptos a esa religión adoraron a la Cotilla por lo que representaba su oronda figura: caderas anchas, trasero como una plaza de toros, escote inmenso en el que acoger a cuantos más hijos pródigos, mejor: la Madre Naturaleza - Tengo que ir al templo los domingos y fiestas a las que sea llamada, comeré y beberé gratis y recibiré donativos por hacer milagros. - "¿Puedo ir yo también a que me cojan de diosa?" (La abuela, celosa, sentía que se la llevaban los demonios) - Lo siento pero diosa solo hay una y SOY YO.

domingo, 28 de febrero de 2016

Invierno recortado.

 Los abuelitos han venido a comer a casa. En realidad él ha comido muy poco y todo a base de líquidos, ayudándose con una cañita. ¿A quién se le ocurre enamorarse de la Infanta y dejar que se entere la abuela? Pobre Andresito.

Ella traía cara de pocos amigos. Pensé que le duraba el enfado con su marido a pesar de haber consumado la venganza, pero no era eso. - "El Pinocho Mayor del Reino, con su manía de recortarlo todo, nos ha dejado el Tiempo hecho unos zorros. ¿Dónde se ha visto que gente de nuestra categoría... (luego puntualizó) Andresito y yo, tengamos que sufrir un Invierno recortado: ahora hace frío y el resto de la semana calor, o al revés. Así no hay quién luzca la ropa que me han echo en Dior ¡Si soy rica, quiero que se me vea, coñe!

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! Vengo de dar una vuelta por tu barrio (dijo la Cotilla a la abuela) y me ha faltado el canto de un duro para coger un abrigo de lana precioso que estaba en un contenedor. ¡Nuevo! Tendría que haber corrido, a pesar de no haber ningún otro jubilado pobre a la vista porque, un segundo antes de atraparlo ¡lo ha cogido una criada con delantal y cofia! - "¿En mi barrio? Me extraña" - La he insultado a base de bien y me ha dicho, con la cara roja de vergüenza, que su señora la había enviado a recogerlo. - "¡¿En mi barrio?!" - ¡Que sí! - "Imposible" - "Era un abrigo rojo con el forro naranja - "¡El de Pichurri! ¿Has oído, Andresito? ¿Por qué lo habrá hecho?" - Porque lleva quitando y poniéndoselo desde hace meses y consideraba que ya lo tenía muy visto, por eso lo tiró pero, como ha vuelto el frío de golpe, lo ha rescatado para no tener que ir todo el día con las pieles puestas, que parecen no estar muy bien vistas... ¿Sabes si los jubilados que no llegamos a fin de mes tenemos un Sindicato que nos ampare contra las intromisiones ajenas a nuestro trabajo de rescate de prendas en los contenedores? - "Pues... es que desde que soy rica, estas cosas no me interesan" - Bueno, lo buscaré y pondré una denuncia contra la Pichurri esa.

Pensé que Pascualita tendría frio en el acuario y me la llevé a la cocina mientras las dos amigas hablaban de sus cosas. Puse a la sirena en el frutero y me dediqué a adobar la carne para asarla. Me concentré tanto en lo que estaba haciendo que me olvidé de todo. Se me había ido el santo al cielo y no volví a la Tierra hasta escuchar los gritos guturales de un orangután muy cerca de mi.

Instintivamente, cogí la escoba, di media vuelta y le arreé un escobazo... al abuelito que había entrado en la cocina sin que lo advirtiera y estaba sentado a la mesa sorbiendo un zumo con pajita. El "orangután" era él que gritaba sin poder al tener parte del interior de la boca cosida. Y todo porque Pascualita, siguiendo su fea costumbre, al ver la taza saltó en plan bomba y hubo zumo por todo. El pobre Andresito, que no sabía lo que le pasaba, se llevó un susto de muerte... y un buen escobazo de propina.

Salió corriendo despavorido, camino de la puerta de la calle. Yo salí tras él con la sirena en la mano pero se me escurrió, cayendo sobre el exiguo pecho de la vecina. Antes de que yo llegara a la puerta el pecho de la Cotilla había aumentado unas cuantas tallas.


sábado, 27 de febrero de 2016

El Empalmado

No teniendo nada mejor que hacer, me senté frente al televisor para ver un ratito el juicio del Caso Noos y dormir la siesta al sopor de la verborrea de Diego Torres. Hasta ahora pensaba que no había nada más soporífero que las carreras ciclistas pero, no.

Cuando desperté, una gafas anaranjadas llamaron mi atención - Pascualita ¿has tocado el mando con la cola? - No me hizo ni caso la puñetera, que descansaba en mi regazo. - ¡Anda, pero si es el ex duque empalmado!

Llené de nuevo la copa de chinchón, le di unas gotitas a la sirena y nos dispusimos a escuchar... ¿Qué le pasaba a éste hombre? ... Apenas se le oía... Luego se dedicó a decir... ¡nada! no dijo nada porque no sabe nada, no se enteraba de nada, ni siquiera sabía quien trabajaba para él. Vamos, que era un tonto útil... Un decorado que se limitaba a poner su hermoso palmito y la mano para que se la llenaran de euros. ¡Que contraste con su socio!

Entró la abuela.- ¿Cómo está el abuelito? - "No tengo ni idea" - Pareces Urdangarín. El tampoco sabe nada. - "Yo tengo un motivo. Andresito habla por señas y no tengo ganas de traducir" - También él tiene un motivo: casi veinte años de cárcel penden sobre su cabeza.

Durante un rato nos dedicamos a beber, mirar y escuchar. Hasta que la abuela saltó: - "¿Te acuerdas de la película Oficial y caballero?" - ¡Ay, sí!... - "¡Eso es el ex duque! Una belleza rubia, alto y apuesto. Alguien a quien su mujer mostraba orgullosa ¡mirad que pedazo de tío me he ganado por ser la progre de la familia!"

Pascualita, cada vez que la abuela señalaba a la pantalla, se volvía a mirar. - "!Era un bombón! que encima la hacía feliz y la llenaba de hijos igual de rubios, altos y guapos y seguir presumiendo. Y como el guaperas ya lo tenía todo, se dedicaría a vivir del cuento mientras daba todos los días, gracias al Destino por cómo se estaba portando con él" - ¡Imagínate que a mi me elige Felipe, abuela! ¿te imaginas? - "No. Hay que tener mucha imaginación para ésto" - Quiero decir que... ¿por qué dices que no? ¿Qué tiene Letizia que no tenga yo?

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! ¡Ostras, que gafas lleva este tío! Las habrá encontrado en un contenedor de barrio rico (dijo la Cotilla, entrando en casa como un elefante en una cacharrería) - "Es el Empalmado" - A éste si que le va como un traje el refrán: la avaricia rompe el saco. - De eso hablábamos ahora, Cotilla. Decía yo que si Felipe me hubiera elegido para casarme con él... - No le des más chinchón a tu nieta que no le sienta bien.

- ¡Pero, bueno!... (¡Ay, ay, ay... ¿Dónde estaba Pascualita? ¡La Cotilla no podía verla!... ¡Oh, no, no, nooooooooooooo) - La sirena había saltado a la butaca donde la vecina se dejó caer con un suspiro de cansancio. ¡Y de la que se levantó como un cohete directo a la Luna! Y como una Luna llena se le puso el trasero una vez que le arranqué, de un tirón seco y doloroso, a Pascualita que lo mordía, llena de rabia, a diestro y siniestro.

Casi una botella entera de chinchón tuvo que tragar para caer dormida como un lirón y borrar de su mente el ataque de la sirena. Voy a tener que pedir un descuento a la fábrica de chinchón porque no gano para tanta botellas.
  


viernes, 26 de febrero de 2016

Andresito está enganchado.



La abuela entró dando un portazo - "¡Andresito está malo!" - ¡Espero que no me llenes la casa de kleenex con sus mocos! - "He dicho que está malo, no constipado" - ¿Se ha estropeado? ¿Ha caducado?... ¿Se ha oxidado? ... ¿Qué le pasa? - "Tiene el cerebro a punto de explotar" - ¡Pues no lo traigas aquí! No sea cosa que explote, que luego me tocará pintar el piso y no estoy para gastos.

Se acercó al acuario donde Pascualita nadaba tranquilamente, dejándose acariciar por las algas del fondo. Bruscamente, la mano de la abuela se cerró sobre ella que, asustada, sacó los dientes de tiburón a pasear aunque no encontró donde hincarlos. Poco después, la sirena nos contemplaba desde la mesita de centro donde también estaba, Pepe, la cabeza jivariaza, esperando ansiosas unas gotitas de licor.

- "Andresito se ha emperrado en ir a todas las sesiones del juicio del caso Noos" - ¡Pero si no va nadie a verlo! - "El sí. Y come croquetas de Blas el parado. Dice que le gustan más comerlas allí que en casa. Que tienen otro sabor" - ¿Tu marido es tonto? - "De remate" - Pero si las haces tú... - "El caso es que toma tantas aspirinas como croquetas" - ¿Eso es bueno? - "¿Es bueno escuchar a Diego Torres, horas y horas, como si estuviera dictando una clase magistral en la cátedra de la Universidad?" - No creo. - "¡Pues, claro que no! Así está Andresito. Tiene dolorido hasta el cerebelo" - Que no vaya. - "Dice que se ha enganchado" - ¿Al juicio? - "¡A la Infanta! Dice que es su caballero andante" - ¡Jopé! Menuda historia ¡como para escribir un libro! - "Anoche me puse una peluca rubia, una berruga en la cara, tres gotas de Chanel número 5, los estilettos rojos con medias negras de costura y  un camisón que lo más grande que tiene es su nombre y subiéndome a la cama, pasé una pierna a cada lado de su cuerpo. Le llamé suavemente: Andresitoooooo... Andresitooooo... El jodío estaba roque y tuve que clavarle el tacón en el esternón para que se despertara. ¡Y vaya si se despertó! Gritaba ¡¡¡Me mataaaaan, me mataaaaaaaaan!!!

Estuvo a punto de tirarme de la cama del salto que dio. Luego, pasado el primer susto, dejó de bizquear y me miró. Entonces abrió la boca diciendo: ¡¡¡Cristinaaaaaaaaaaaaa!!! No dijo nada más. Esta vez le metí el tacón en la boca y apreté. Ahora está en la consulta del maxilofacial... 


jueves, 25 de febrero de 2016

La abuela me pone las peras a cuartos.


La puerta de casa se abrió de golpe y retumbó en la pared. ¿Un trueno espantoso? preguntó mi inconsciente. Nadie le contestó porque yo dormía como un lirón. El inconsciente siguió preguntando ¿un avión que ha roto la barrera del sonido? ¿ha descarrilado el tranvía?... Abrí un ojo ¿el tranvía? Esto no me cuadra. Hace siglos que quitaron los tranvías de Palma ¿A qué viene esto? ...Inconsciente! ¡Déjame dormir! - "¡Sal de la cama, maldita sea!" (gritó la abuela, encuadrada en el marco de mi cuarto)

Ni que decir tiene que salté y me puse firmes sobre la alfombra. La abuela tenía un cartel en las manos, que me enseñaba como si fuera el cuerpo del delito de un crimen del que yo era la culpable. - "¡¿Cómo has sido capaz, boba de Coria?!" - ¡No he matado a nadie, abuela!

La seguí hasta la cocina mientras ella entronizaba a Pascualita sobre el frutero para que no se perdiera ni una coma de lo que allí se diría. Pero antes, desayunamos y la sirena saltó, feliz, a su taza de cola cao. Todo el contenido pasó a la mesa de golpe. Entonces volvió a saltar, esta vez para salir y reptando, se rebozarse en el chocolate mientras se relamía. - La abuela la cogió por la escasa mata de algas de su cabeza y la metió bajo el grifo del fregadero. - ¡La vas a ahogar. Esto es agua dulce! - Pascualita, desconcertada, se acercó al paquete de magdalenas caducadas, se tendió sobre la mesa y en un momento, se la comió. Luego otra, otra, otra y otra... Total, que nos dejó sin nada que mojar en un santiamén.

- "¿Reconoces que has escrito éste cartel?" - Sí, pero... - "¿Reconoces que me has humillado públicamente?" - Es que... -"¿Te has atrevido a lavar nuestra ropa sucia fuera de casa?" - A cada nueva pregunta daba un paso más hacia mi. - ¡Para, que me das miedo! - La sirena nos miraba atenamente. No parecía gustarle el caríz que estaba tomando aquello - "¡Me acusas de haber contagiado a todos los vecinos y cuelgas el cartel en la entrada!" - ¡Solo he dicho la verdad! -

¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaa! ¿Nos vamos a la presentación? Yo ya estoy lista: - "Ahora mismo, Cotilla. Espera que ésta irá a explicarle a los vecinos que lo que dice el letrero, que la gripe se contagió por mi culpa, es mentira. ¡Ya estás tardando!" - ¿A dónde vais? - A culturizarnos a la librería Literanta. Pau presenta a sus famosos perros, Atlas y Axis, hablando en italiano" - ¡Quiero ir! - "Ni hablar del peluquín" - Y saldremos por la tele porque le harán entrevistas (dijo la Cotilla con mala baba) - ¡Yo también quiero saliiiiiiir! - "Y nos llevaremos "esto" (la abuela se colgó del cuello el termo de los chinos con Pascualita dentro) y "ésto" - ¡¡¡Nooooooooooooooo, La botella de chinchón, noooooooooooooooooo!!!

miércoles, 24 de febrero de 2016

La abuela liga de nuevo.

Mientras yo me debato entre la vida y la muerte, la abuela se ha dignado a visitarme. - ¡Creía que me había abandonado a mi suerte! - "¿Qué suerte, boba de Coria? ¿Estar griposa y mocosa; estornudar, babear, toser; mojar la cama de sudor apestoso... A eso le llamas SUERTE? No eres más tonta porque no te entrenas... Por cierto, tus vecinos preguntan por ti jejejejejeje Les he dicho que después los saludarás" - ¡Ni loca! ¡Tienes que sacarme de aquí sin que me vean! Soy el único cartucho que te queda si quieres ser bisabuela algún día. - "¿Me estás chantajeando?" - Sí.

Lo cierto es que no ha venido por mi sino a buscar un antiguo bañador, que compró en los años 60 en uno de los puestos de ropa del Mercado de Pere Garau. - ¿Guardas eso? - "Si las iglesias hubiesen tirado los millones de huesos y huesecillos encontrados a lo largo de la Historia, en lugar de darles una identidad como reliquia, se les hubiese acabado el negocio hace tiempo. ¿No has oído eso de que quién guarda, siempre tiene?" - ¿Es para un museo? - "Es para mi. Me voy a la playa con Pascualita y quiero lucir tipo sesentero"

Mientras rebuscaba en su antiguo dormitorio, llamaron a la puerta - ¡¡¡Abuelaaaaaaa. Abre tú, que serán los vecinos!!! - "Será Baldomero. Es muy puntual" - A través de la mirilla vi a un hombre mayor vestido de capitán de barco... o algo así. - ¿Baldomero? (pregunté) - ¡El mismo que viste y calza, señora!

Entró en casa como si fuera el mismísimo Cristobal Colón recién llegado de América. Hizo un recorrido turístico, habitación por habitación, como si yo no estuviera. Al llegar a la de la abuela encontró la puerta cerrada. - ¿Está aquí la Estrella más glamurosa de la mar océana? (la voz le sonó como el trino de un ruiseñor) - La "estrella" contestó, encantada - "¡Oh, Capitán, que amable eres! Ahora salgooooooooo..." - En efecto, salió envuelta en un anticuado albornoz blanco que había sufrido muchos lavados en otro tiempo. Entonces, como si de un sádico exhibicionista se tratara, lo abrió apareciendo en bañador con faldita y pecho picudo. - ¡Dios mío! (pensé yo) - ¡Dios mío! (gritó el capitán Baldomero) ¡Dejas a la Venus de Milo a la altura del betún!

- ¿El abuelito vendrá con vosotros? (pregunté a mala leche porque esta situación me olía a adulterio y no quería ser cómplice... ni quedarme sin heredar la Torre del Paseo Marítimo) - "¡No cabe en el yate! jajajajajajaja"

Mientras la pareja se desacía en risas y piropos, metí a Pascualita en el termo de los chinos que colgaba de mi cuello. Después, me disfracé de repartidor de propaganda, con el carrito de la compra llena de todo lo que echan durante un mes en el buzón y que me gusta guardar. Me puse un sombrero de paja y unas gafas que encontró la Cotilla en un contendedor de basura. Nadie se fijó en mi y unos minutos después, en el anticuado coche del Capitán Baldomero, nos alejamos camino de la playa.


martes, 23 de febrero de 2016

¡Asediada!

En cuanto se abre la puerta de la calle de la finca se oyen toses y estornudos sin parar. He contagiado a todos los vecinos y están al acecho, fisgando por las mirillas, para colgarme cabeza abajo por el hueco de la escalera.

Menos mal que los farmacéticos y los médicos están de mi parte. Agradecido por la cantidad de clientes que les mando, aunque alguno ha empezado a quejarse porque van saturados. ¿Por qué tengo que pagar yo el pato de algo que empezó la abuela? ¡No puedo vivir con esta desazón! ¡No tengo espíritu de lámpara de techo! ¡¡¡Me marearé!!!

Pascualita tampoco está contenta. Nunca había tenido gripe, ni a estornudado y aunque le digo que no hay mal que por bien no venga ya que así podrá presumir de nuevas experiencias cuando vuelva a su hábitat, no se deja convencer y quiere morderme. Reconozco que debe estar reventada de tanto salto como estornudos hace. También yo estoy hasta el moño de recoger agua del suelo... y a la sirena, porque no siempre acierta con el acuario cuando desciende. ¡Y a todo esto, la abuela en su Torre del Paseo Marítimo, tan pancha. Ni la Cotilla viene a casa! Me han dejado sola ante el peligro.

Me atrincheraré en casa. Cerraré puertas y ventanas porque también se han contagiado todos los guardias del cuartel de Bedulio y me temo que la venganza será terrible. No voy a ganar para multas ¡Y encima sigo fatal!

La única que se ha apiadado de mi ha sido María Antonia... ¡Nooooo! La Munar, no! Mi María Antonia. Está encantada con su menisco nuevo. También lo estaría yo, con lo que me gusta estrenar cosas. Afortunadamente no vino a casa y no se ha contagiado. ¡Solo faltaría que se uniese a los vecinos que quieren usarme de lámpara!... Alguien comentó que me pondrían una bombilla en la boca - Por lo menos servirá para alumbrarnos (dijo el gracioso)

La abuela me ha llamado - ¡Por fin! Necesito... ¡atchis!...que mandes a Geoorge a defenderme y de paso, que... ¡atchís!... traiga pizzas porque no puedo salir a la calle. - "¿Qué pasa? ¿La han quitado?" - ¡No te hagas la lista! Estoy asediada... ¡atchis! - "Ahora vendrá mi mayordomo. Coge el fulard color fucsia con lentejuelas de colores que guardo en el cantarano de mi cuarto y cuando pite, se lo tiras por el balcón. Esta noche tenemos fiesta en El Funeral y quiero ponérmelo" - ¡Y colgó!


lunes, 22 de febrero de 2016

La gripe.

Me duelen TODOS los huesos. Los he contado y no ha fallado ninguno. La cabeza me duele, mi nariz es como un grifo mal cerrado que gotea sin cesar. Y toso, toso y toso como un viejo fumador empedernido. Mi caja torácica es un tambor afónico y estoy más muerta que viva... ¿Quién tiene la culpa de que esté con la GRIPE?... ¡La abuela!

¡Ella es la culpable! Por eso la he denunciado a los municipales -¡Me ha pegado la gripe! - le he dicho a quién cogió el teléfono. - ¡Es el peligro público número Uno! ¡¡¡Arrestenlaaaaaaaaaa!!! - ¿Cómo lo ha hecho? ¿Le ha hechado el aliento en la cara? ¿Le ha tosido encima?... - ¡¡¡Nooooooooooooo!!! ¡Ha traído la Gripe a mi casa! - Al final, el funcionario me ha recomendado que tomara un vaso de leche caliente con coñac y una aspirina y que sude. Pero no me he conformado. - Vale, pero primero, deténganla o seré yo quién cree una pandemia de gripe por toda la Ciudad. - ¿Tiene usted pruebas de que ha sido su abuela? (me dijo el guardia en tono concialiador) - ¡¡¡Cientos de pruebas encerradas en una caja de taperwere!!!

Ahora estoy esperando que vengan a por ellas, saquen el ADN para convencerse de que digo la verdad, y enchironen a la abuela junto con los corruptos. Lo siento por ellos que también acabarán griposos pero creo que ya no quedan celdas libres.

Bedulio ha llegado sin entusiasmo alguno- - Me mandan para que averigüe de qué tonterías hablas. - ¿Consideras que una gripe es tontería, sobre todo si te la han pegado? - No se dice pegado sino, contagiado. Y como no puedo perder tiempo, dame las "pruebas" (¿había recochineo en su voz? ¡Naturalmente que lo había!) que en el Cuartel tengo cosas más serias que hacer.

La fiebre me subió hasta más allá de los cuarenta grados preceptivos. - Voy a buscarlas... ¿podrás quedarte solo unos minutos a pesar de estar rondando por aquí el fantasma de mi primer abuelito? (mi voz sonó angelical) - Se le cambió la cara y la pose. Ahora parecía más humano. - Ya no tengo... miedo de ... esas cosas. He ido a terapia y he... mejorado mucho. - No sabes cuánto me alegro, Bedulio. (y cuando iba por el pasillo, camino de mi cuarto, grité) ¡No le asustes, abuelito! ¿No ves que está de servicio? (me asomé y vi a pobre Bedulio, temblando como una hoja y mirando a diestra y siniestra.

Antes de volver al pasillo, abrí la caja grande de taperwere y al llegar junto al Municipal hice como que tropezaba - ¡Abuelito, ya está bien de bromas! - y todo el contenido cayó sobre él. - ¡¡¡Aaaaah!!! ¿Qué guarrada es ésta? - Cientos de pañuelos llenos de mocos de la abuela. - ¡Por qué los tienes tú? - Mandó a Geooorge que los trajera para que nadie, en su casa, se contagiara... ¡Atchís! - ¡Está mal de ... ¡atchís! la cabeza! ¿Por qué los guar... ¡atchís!... das? - ¡Son... ¡atchís... pruebas de que... ¡atchís! digo la verdad! - ¡¡¡Llévate... ¡atchís!... los de aquí ¡atchís!!! - gritó despavorido Bedulio pero, lo que le dio la puntilla fue escuchar esto: - ¡¡¡Atchis!!! ¡¡¡Chof!!!  ¡¡¡Atchís!!!  ¡¡¡Chof!!!... - Era Pascualita, también contagiada, que a cada estornudo saltaba fuera del agua del acuario. Bedulio corrió escaleras abajo como alma que lleva el Diablo... porque él creía que, realmente, el Diablo tenía algo que ver en todo esto.

viernes, 19 de febrero de 2016

La Munar. Ni la sombra de lo que fue.

El concierto de pitos bajo el balcón de casa, anunció la llegada de la abuela. - "¡El Anguila ha entrado en mi casa y se ha llevado la escobilla del water que compré el otro día!" - No debiste comprarla tan cara, abuela. Este antisúper héroe, tiene querencia por ellas y por los billetes de 500 euros. - "¡También se los ha llevado el jodío!" - Es un peligro público este hombre. - ¿Dónde los guardabas? - "En el cantarano de mi abuela. No sé cómo ha podido hacerlo porque Andresito dormía en el cuarto, junto a él" - Por algo le llaman el Anguila.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! No os lo vais a creer pero ¡me han robado la bolsa de magdalenas caducadas que cogí del contenedor del súper! - "¡Seguro que ha sido el Anguila!" - Yo también lo creo porque ha sido visto y no visto. - ¿Pero no lo están juzgando? - Sí, pero es tan escurridizo que es capáz de estar en varios sitios a la vez. - ¡Que Dios nos coja confesados!

Cuando la Cotilla se marchó a dar otro repaso a los contenedores habituales y seguir luego haciendo negocio a las puertas del juzgado del caso Noos, la abuela y yo le dimos descansos a las lenguas para tomar un te. - ¿No prefieres un café? - "¡Quita, quita, que lo del Anguila me ha puesto de los nervios!" - Pascualita, sentada sobre el frutero, no nos quitaba ojo. - Abuela, no grites o esta fiera corrupia me saltará encima... Por cierto, ¿has visto a la antigua Princesa de Mallorca después de los años que lleva en la cárcel? - "No salgo de mi asombro. Pensé que era una mujer del clan de la Paca, con esa pinta y esa ropa... Ay, mira, se me pone la carne de gallina"

Pascualita saltó a la mesa, se arrastró hasta mi taza y se metió de cabeza. Al salir, me escupió el te a la cara. - ¿No te ha gustado? Pues es lo que hay, querida. - Viendo que yo no tenía intención de prepararle un cola cao, se impulsó con la cola y "voló" hasta la encimera. Como no se había hecho daño, me despreocupé de ella y seguí pegando la hebra con la abuela a costa de los ex mandamases políticos corruptos de las islas.

Me sobresalté cuando escuché el - ¡Avemariapurísmaaaaaaaaaaa! - de la Cotilla, que venía por el pasillo a paso de carga. Salté de la silla en busca de Pascualita para esconderla pero la sirena no estaba donde yo creía. Miré a la abuela pero estaba tan perdida como yo. - Me merezco un chinchón. Tengo un negocio en mente que será una mina de oro. Vamos a brindar. - Lo hicimos unas cuantas veces. - Voy a vender tintes de colores fosfis en la cárcel. No podemos permitir que nuestras reclusas famosas salgan con la pinta que llevaba la Munar, cuando vayan a juicio ¡¡¡¿Qué pensarán de nosotros en el extranjero?!  ¡¡¡¿Acaso queremos matar a la gallina de los huevos de oro que es el turismo?!!! - Cotilla, no beba más que le afecta las meninges. - Todo lo contrario ¡Me inspira!... Vaya, se ha terminado el chinchón ¿Tienes otra botella? - En el armario que está detrás de usted. - En cuanto lo abrió, apareció la sirena que, saltando sobre ella, le hizo un peinado nuevo.


jueves, 18 de febrero de 2016

La edad de la abuela, secreto de Estado.

- Abuela ¿Cómo va tu pleito de la bruja? - "No encuentro abogado que quiera llevarlo" - Pensé que siendo algo extraordinario... - "Tienen miedo de enfrentarse con la Iglesia. Ya sabes lo que dijo Don Quijote" - Pues no. Yo no había nacido. - "¡Ni yo!" - Pero te pilló más cercana a él en el tiempo y te llegarían los ecos. - "¿Pero cuántos años me hechas tú, alma de cántaro?" - Pues... año arriba, año abajo... ¿los de Cervantes? - Me tiró un florero a la cara y ahora solo puedo comer purés y cosas blanditas porque me tragué dos dientes ¡Que rabia me dio! Hubiése podido meterlos bajo la almohada para el ratoncito Pérez, aunque ésto no se lo pude decir a la abuela porque se me escapa el aire por la mella y no hablo bien.

Hay que ver lo mal que le sienta a ésta mujer que le menten la edad. Y cómo no sé cuando nació, porque es un secreto de Estado, según dice, para no dar pistas de su paso por el espionaje durante un montón de guerras.

Un día dejó caer que había sido ella quién descubrió a Mata Hari. - ¿Por tu culpa la fusilaron? (fue una pregunta acusatoria por mi parte) - "Lo hice por despecho. Le gustaba imitar lo inimitable: mi elegancia arrabalera que tanta fortuna me dio en mi trabajo. Montones de hombres ricos y riquísimos, quedaron prendados de mi exotismo y pusieron a mis pies sus enormes fortunas que yo gastaba a manos llenas.

Una vez, la esposa despechada de uno de aquellos millonarios, me retó en duelo para lavar su honor. - ¡Ni con la más sofisticada de las lavadoras podrás conseguirlo! le grité a la cara - Al decir ésta frase empecé a dudar de que estuviera diciendo la verdad. - En aquellos años no se había inventado la lavadora, abuela - "¡Qué sabrás tu, boba de Coria! ¿Acaso estabas allí para verlo?" - Tuve que darle la razón, claro está... El caso es que el duelo se efectuó..." - ¿Matáste a aquella pobre mujer? - "Nadie mató a nadie porque, mientras elegíamos las pistolas que íbamos a usar, nos pusimos a hablar de las monerías que vendían en una pequeña sombrerería de París  y acabamos tomando el té cerca del Arco del Triunfo. Con lo cual demostramos a nuestros enfadadísimos padrinos, que no paraban de decir que éramos unas frívolas, lo inteligentes que somos las mujeres. Mejor optar por un sombrero bonito que hacer un feo cadáver"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! Van a inaugurar una nueva película de Super héroes. - dijo la Cotilla al llegar a casa. - ¿Ah, fí? (seguía sin hablar bien) - Aquí los villanos son ellos. - ¿Lof fufer féroef? - Sí. Y al jefe le llaman El Anguila, por lo escurridizo. - ¡Folinef, fe guay! - Es un avaricioso al que le gustan los palacetes, las escobillas de baño carísimas, codearse con la crem de la crem y aparecer en cuantas más fotos, mejor. - ¡Falla, que intefesante! - Cuando hace de persona normal se llama Jaume Matas y es un pez gordo pero, cuando se transforma en depredador de dinero ajeno, se convierte en ¡La Anguila!

Por la tarde se lo conté a la abuela y dije que podríamos ir juntas a ver la película. Ella me dijo que lo pensaría mientras seguía con el juego de hacer pasar a Pascualita a través de la mella de mis dientes. Yo temblaba - ¿Fe mordefá, afuela? - "No tiene por qué... ¿Le has hecho algo?" - No... Fero le daré un foco de chinchón fara tenefla contenta...

miércoles, 17 de febrero de 2016

Bruja, sí. Bruja, no

Me ha despertado el frío. Dormía destapada y he pensado que habría soñado mucho aunque no me acordaba de nada... Me he subido el embozo hasta los ojos y debo haberme quedado dormida porque no recuerdo nada... hasta que he vuelto a tener frío porque volvía a estar destapada.

Al tirar de las mantas he tocado una mano y he gritado como si me estuviesen quitando la piel a tiras, después he encendido la luz y una sombra negra, parada junto a la cabecera de la cama, me ha puesto los pelos de punta y un alarido en la garganta.

- "¡Calla ya, boba de Coria, que despertarás a toda la finca!" - ¡Me vas a matar de un infarto, abuela! - "Venía a hablarte de la antepasada a quién quemaron por bruja" - ¿Y tiene que ser a éstas horas? - "¿Qué tiene de malo ésta? Me he enterado de que fue una niña extraña porque, al contrario que sus amigos, no se dedicaba a apedrear gatos, o pisar lagartijas. Le gustaba buscar plantas y hacer infusiones... Y alguna vez, esta afición le jugó malas pasadas y alucinaba en colores con unas setas que estaban muy solicitadas.

"Una vez el rey del País le pidió unas cuantas para comprobar si era verdad lo que se contaba de ellas, pero la niña no pudo ofrecérselas: Las que tengo son para ésta noche.  Y aunque pareció que el rey se conformaba con la somera explicación, no lo hizo y mandó seguirla. Y así fue cómo se enteró de que esa noche había ¡un akelarre!

"También el Jefe de la Inquisición lo sabía. Así que, en cuanto acabaron de cenar , se fueron cada uno por su lado hasa el lugar donde, en medio de cánticos, gritos, palabrotas... y todo lo que necesita para una fiesta por todo lo alto, apareció ¡¡¡El Demonio!!!" - el grito de la abuela me llenó de temor.

" Uno de los momentos cumbres era cuando nuestra antepasada entregaba bolsitas con hongos a los presentes. El rey exigió que le entregaran una pero, nuevamente, se le negó. - ¿Por qué soy el rey? - Por eso era. El era rico y podía ver los elefantes rosas cuando quisiera. solo tenía que ordenar que pintaran de ese color a los que tenía en su Zoo particular. Y rey gritó: ¡¡¡Acabaré contigo, bruja!!!" - ¿Era bruja de verdad? - "Vete a saber. El caso es que ahora hay que dilucidar si ese ¡¡¡Bruja!!! que soltó el Rey lo dijo en plan piropo o enfadado. En el caso de que se demuestre que era la primera opción, (se sabe que aquel rey era un don Juan rematado) cobraré la indemnización por los peerjuícios que le causaron a la pobre mujer" - ¿Sería mucho? - "Su peso en oro" - ¡Avemariapurísimaaaaaaa! ¿tienes oro? Dichosa tú. Nenaaaaaaaaaaaa Saca el chinchón.


martes, 16 de febrero de 2016

Buscando dinerito.

La abuela está aburrida y ha venido a trastear a mi casa. Tiene la mesa del comedor repleta de papeles, carpetas, bolígrafos, folios... De vez en cuando se va al que fue su cuarto y saca más trastos. Y así lleva todo el día.

Me he acercado con Pascualita y al verla, me ha gritado que como la sirena salte y le descomponga los papeles - "¡Con lo que me está costando ponerlos en orden!" - me abrirá en canal. Más tarde he puesto la radio para escuchar música mientras hacía las tareas diarias. - "¡Apaga eso, boba de Coria, que me desconcentro!" - ¿Por qué no te lo llevas todo a tu casa y me dejas en paz? - "Porque allí escuchos las lamentaciones de Andresito contínuamente. Hay que ver lo quejicas que son los hombres por una tontería de nada" - Pobrecillo, si aún no puede sentarse bien del todo... - "Compadéceme a mi que tengo que aguantarle. Y encima, como ya está en casa, no podemos seguir con el negocio de las fotos ¡Que cruz tengo con él!"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaa! Vengo de tu casa. Quería preguntarte si sigo llevando mujeres del Inserso para lo de las fotos. - "No. Ahora ya está consciente y no se dejará" - He pasado a saludarle y como estaba parlanchín, hemos pegado la hebra un rato. Lo malo es que se me ha calentado la boca y le he contado lo de la fotografía que le hiciste y mandaste a lo de los Records Guinnes... ¿Qué histérico es, no? Ha puesto el grito en el cielo y se ha encerrado en el armario del pasillo. - "Eso es señal de que está enfadadísimo. Allá él. Si le dan un premio lo recogeré yo y si es en metálico, mejor que mejor. Al fin y al cabo él solo ha posado, en cambio yo he tenido la idea y he hecho el trabajo"

- Por cierto, al oír los gritos ha aparecido tu suegra y le he tenido que contar el motivo del jaleo. Ha dicho que, ya que a Andresito lo parió ella, es justo que se lleve una parte de las ganancias. Me parece justo aunque, repartiendo entre tres, toca a menos... ¿Estos papeles son tuyos? - "De la familia. Busco un documento donde se condena a morir en la hoguera a una antepasada mía, por bruja" - ¡Que horror! - "Pues sí. Debió pasarlo mal la pobre" - ¿Para qué lo quieres, abuela? - "Para pedir daños y perjuícios por la injusticia... aunque bruja, si era, según contaba mi abuela. Como casi todas las mujeres de mi familia... menos tú, que debes ser la oveja negra porque no das la talla. Por no dar, no me das ni un biznieto" - ¡Ya salió! ¿Te van a indemnizar? - "¿Qué te apuestas?" - Podríamos brindar por ello. - "¿Por qué?" - Por lo que sea. ¡Niña, trae el chinchón!

lunes, 15 de febrero de 2016

¿Batirá el record Andresito?

- "Nena, estamos en la clínica" - ¿Qué le ha pasado a mi bisabuelastra? - "Que yo sepa nada. Está encantada con su nuevo novio, un cubano que conoció en la clase de pilates" - ¿Tiene tantos años como ella? - "No, boba. Por eso está tan contenta. Es su profesor" - ¡Madre mía, Esto es el mundo al revés. La bisabuelastra con novio y yo, que soy muchísimo más joven, no tengo ni un perrito que me ladre. - "Siempre me pregunto lo mismo ¿de qué planeta has salido tú, boba de Coria?" - Entonces ¿qué hacéis en la clínica? - "Han ingresado a Andresito"

Pensé que sería por los disgustos políticos que se lleva, día sí y otro también pero esta vez no tiene la culpa Esperanza Aguirre sino Pascualita y ella. - "Es que no puede sentarse desde lo de San Valentín" - La abuela bajó la voz porque estaba por los pasillos de la clínica y no quería que nadie la oyera. - "Tampoco puede cruzar las piernas para leer el periódico" - ¿Sigue hinchado? - "Es algo descomunal. Por eso le he hecho una foto y la he mandado al Libro Guinnes de los Records. No creo que haya una cosa igual en el mundo. Así que una parte muy importante del cuerpo de mi Andresito ganará el record a los atributos masculinos más grandes y saldrá en el Libro" - ¿Lo sabe él? - "No le he dicho nada. Quiero que sea una sorpresa ¡Será famoso en el mundo entero!" -

No creo que al abuelito le guste. Es tímido y celoso de su intimidad... A veces la abuela se excede .

- ¿Entonces no hubo celebración del Día de los Enamorados? - "¡Ya lo creo que sí! Algunos ratos se quejaba como una damisela..." - Le dolería. - "¡Que va! Es un quejica y un cachondo, sobre todo después de tomarse media botella de chinchón. Cuanto más se quejaba, más me reía ¡fue divertidísimo!"

Más tarde, visité al abuelito, al que le habían puesto una especie de jaula para que la ropa de cama no le rozara la parte dolorida. Llegó la Cotilla acompañada de un grupo de mujeres. Rodearon la cama, la vecina destapó a Andresito,  que dormía profundamente gracias a los calmantes que le habían suministrado, y dejó que las mujeres fotografiaran aquella exageración con sus móviles. Al cabo de un rato, ya satisfecha su curiosidad, se fueron. Al salir, la Cotilla le dio dinero a la abuela. - ¿A qué ha venido ésto? - "Son mis ganancias del día. La Cotilla y yo nos hemos asociado para sacarles unos euros a turistas curiosas del Inserso" - ¡¡¡Abuela!!! -

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domingo, 14 de febrero de 2016

San Valentín

Los abuelitos han venido a comer. En el rolls royce han traído los avíos de la paella que Geooorge se ha encargado de subir a casa.

Me ha costado reconocer a Andresito por eso, en un aparte, le he preguntado a la abuela: - ¿Te has traído a la momia de Tutmosis III? - "¿Lo dices por Andresito? El pobre no levanta cabeza y se está quedando en el chasis" - No sabía que estuviera enfermo... - "Ya lleva unos años pero, de un tiempo a ésta parte, va de cabeza a la tumba con el freno de mano quitado" - ¡No digas eso, mujer, que se me encoge el corazón y luego no podré comer! - "Mira que eres boba. Es cuando se encoge el estómago que no se puede comer jajajajajaja" - Menos mal. Ya pensaba que me quedaría sin paella.

La abuela me contó que la culpa de todo la tiene lo de su Partido. - "No puedo poner la televisión en casa porque, en cuanto salen los Pinochos, se pone a llorar. Tiene manía persecutoria. Cada vez que llaman a la puerta piensa que vienen a detenerlo" - Pues sí que se cree importante el hombre. - "Eso le digo yo. Y si supieras cómo se puso, el día que el Presidente no le dio la mano a Pedro, cuando dije esa frase tan mallorquina: los cerdos y los señores, han de venir de casta" - ¿No le gustó? - "No. Gritó diciendo que el Pinocho Mayor del Reino es miope y no vio la mano del otro, cosa que no hubiese ocurrido de haberse puesto un guante rojo para que destacara" - Eso también puso ser... ¿no? - La abuela me miró de reojo. - "O que dio la casualidad de que los dos políticos realizaron sus movimientos al mismo tiempo: el abrocharse la americana uno y levantar la mano el otro ¡Claro, no se pueden hacer dos cosas al mismo tiempo!" - Ahí lleva razón el abuelito. (dije, convencida) - "¡Qué cruz tengo con vosotros dos!"

El arroz olía a gloria. Y como la nariz de la Cotilla es un detector de aromas culinarios, se presentó en casa en el momento justo en que Geoooorge sacaba la paella a la mesa. Después de haber devorado dos platos colmados, la Cotilla se fijó en el abuelito y eso que lo tenía delante. - ¡Anda, pero si es Andresito! Que mala pinta tienes, hijo (dijo con voz compungida. Después se dirigió a la abuela) Si estuviera en tu lugar ya iría eligiendo la foto para poner en la Pared de los Finados porque este no te dura dos telediarios. - ¡No mientes las noticias! (gritó, paranoico, el abuelito)

La abuela le llenó varias veces la copa de vino. - ¿Toma pastillas? - "Sí" - A ver si se va a morir mezclando pastillas y vino. - "Prefiero que se muera de golpe y me quedaré tranquila porque cuando se ducha temo que se vaya por el desagüe." - La Cotilla se levantó y puso la tele. - Total, si ya está más allá que acá... - En la pantalla apareció Esperanza Aguirre diciendo que se va. Lágrimas como puños salieron de los ojos del abuelito - ¡Otra que se va a la cárcel! (gritó)

Mientras la abuela le explicaba que nadie mentaba la cárcel, fui a por Pascualita. Quería que viera cómo se autodestruye una persona arrastrada por la oleada de la corrupción de su Partido, tal vez a ella le sirviera de ejemplo cuando vuelva a su hábitat... ¡Yo que sé! Puse a la sirena en plan broche sujeto a mi jersey pero, en cuanto vio las gambas, se lanzó en picado a la paellera. Rebotó al plato de Andresito y de allí a su entrepierna donde mordió con todas sus fuerzas para no seguir rebotando.

Los gritos del abuelito, a quién se le estaban hinchando exageradamente, sus partes blandas, se confundieron con los de la abuela: "¡¡¡GRACIAS POR EL REGALO, SAN VALENTIN!!!"



sábado, 13 de febrero de 2016

Ciudadanos quiere buscar el ADN de las cacas de perros para multar a sus dueños.

- "¡Nena! escucha que te vas a reír un rato jajajajajajaja... ¿Me oyes?... ¡¡¡Nenaaaaaa!!! Hay que ver lo que te gusta dormir. Si todos hiciéramos como tú, apañada estaría España ¡Despierta ya, jopé!" - ¿Humm...? zzzzzzzzzzzzz - "Te voy a reglar un perro para que lo pasees por ahí jajajajajajajaja. Es que me parto solo de pensar la pinta que tendrás cuando el que estire de la correa sea él y te pasee a ti jajajajajajaja... ¿Me estás oyendo?... Andresito, me voy a casa de la Nena que no me contesta. Ves llamando a Pompas fúnebres que lo mismo se ha muerto"

Los vecinos de la finca estaban asomados a la escalera insultando a la abuela por el escándalo que formaba llamando al timbre y aporreando la puerta de mi casa - ¡Saque la llave, desgraciada! - "¿Y si está muerta?" - ¡Razón de más porque no creo que se levante a abrirle, vieja loca! - Justo cuando la abuela empezaba a subir las escaleras para encararse con quién le había dicho esto último, abrí. - ¿A qué viene ésto?

Me dio tal empujón la abuela que recorrí el pasillo de espaldas y trastabillando hasta llegar al comedor donde tropecé con la alfombra y me caí, arrastrando conmigo el acuario al que me había agarrado para evitar justamente eso: la caída.

Mojada como una sopa, con las algas por montera y la sirena, recién despertada, lanzando dentelladas desde mi barriga, empecé a darme cuenta de la situación en que me encontraba,pero no el motivo. - "¿Se puede saber porque no contestabas ni abrías?" - Estaba durmiendo. - "¡Lo que estás es catatónica perdida, boba de Coria! Nadie duerme tan profundamente como tú. Ya se lo dije a tu madre cuando te vi nada más nacer: ¡Esta niña no es normal. Te ha salido tonta!" - ¿A qué viene todo esto, abuela? - "Tengo que contarte algo y como por teléfono no decías ni mú, he venido para decírtelo a la cara" - ¿Es algo urgente? - "¡Naturalmente! Es algo que, si no te lo cuento, no podré dormir"

Preparé café. Por la ventana de la cocina solo se veía la luz de las farolas, lo demás era pura negrura. Miré el reloj: las tres y media de la madrugada. Se me alteraron los nervios pero no dije nada. Puse café en tres tazas. Pascualita, siguiendo su fea costumbre, saltó dentro de una de ellas y nosotras nos tomamos el nuestro. - ¿Qué tienes que contarme? - "Que me hace ilusión que tengas un perro jijijijijiji y con lo despistada que eres, no ganarás para pagar multas jajajajajajaja" - ¿Por tener un perro que no quiero tener? - "Hay, hija, que sosa eres. Más de una vez, no recogerías las deposiciones que iría soltando por ahí" - Si mi perro perdiera deposiciones, claro que las cogería. - "¡¿Las cacas?!" - ¡Hay, no. Que asco! - "¿Lo ves? Te caería una multa" - ¿Por eso? Si están las aceras llenas y no multan a nadie. - "Ahora sí. Dicen los de CIUDADANOS que quieren que se examine el ADN de los excrementos caninos abandonados para identificar a sus dueños ¡y multarlos!"

El café empezaba a hacer mella en mi y... en Pascualita. Ambas nos estábamos poniendo frenéticas aunque por diferentes razones. - ¿Eso era lo que tenías que contarme? - "¿A qué es divertido? jajajajajaja Ciudadanos quiere gastarse una pasta gansa en ¡eso! ¡Vamos! pa mear y no echar gota"

La cafeína me atacaba el sistema nervioso. Mis ojos se abrían como platos. Me temblaban las manos, hablaba más deprisa. Le di un manotazo a Pascualita y me clavó los dientes quedándose colgando de la mano. Sus ojos también estaban desorbitados. De repente, cogí un cuchillo del fregadero dispuesta a hacerle la autopsia en vivo a la abuela y al Lucero del Alba... Tengo un vago recuerdo de verla correr por el pasillo, entre nubes rojas y desaparecer tragada por la oscuridad de la escalera. Pascualita seguía mordiendo mi mano y ni siquiera sentía el dolor... Después todo han sido vueltas y más vueltas en la cama intentando, en vano, dormirme de nuevo,

 Esta tarde, al despertar, la mano estaba tan hinchada que apenas se veían los dedos. La cama estaba desecha y la botella de chinchón vacía sobre la colcha. Pascualita dormía aferrada a ella. Creo que tiene un coma etílico. He llamado a la abuela y con voz pastosa le he dicho: - ¡La madre... ¡hip!...que te pa... ¡hip!... rió! Es lo menos que podía decirle.

viernes, 12 de febrero de 2016

El registro.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaa! ¿tienes bolsas de plástico grande? (me ha preguntado la Cotilla al llegar a casa) - Alguna tengo... ¿para qué las quiere? - Tengo que vaciar mi casa de papeles. La policía entra en las casas para registrar y llevarse lo que creen que puede ser delictivo. - Aquí no ha venido nadie. Ni siquiera Bedulio. - ¡Vendrán cuando menos te lo esperes! Ya puedes hacer limpieza. - ¿De papeles?... Bueno, tengo unos periódicos atrasados que no tiro por si tengo que ponerlos en el suelo para no pisar lo fregado. - ¡Allá, tú! Estás avisada.

Y subió en el ascensor hasta el 4º piso. Poco después bajó bolsas llenas de papel y las metió en la despensa. - ¡Oiga! Sus porquerías las baja al contenedor. - Cuando sea de noche. Imagínate que me descubre la policía tirando material comprometido. Me aplicarían la Ley Antiterrorista ¡Quita, quita! - Cotilla, digame la verdad ¿está borracha? - Tu ríete. Ya veremos si ríes igual cuando te trinquen.

Conseguí que se estuviera dos minutos quieta y nos tomamos unos chinchones para templar los nervios. Después, más relajadas, me contó: Han entrado en las sedes del PP de Valencia y de Madrid buscando papeles ¿Te imaginas? Y eso que estos todavía mandan. Fíjate si vienen a mi casa con la cantidad de papeles que guardo. - Pero, Cotilla, aquellos son importantes y comprometedores. Serán facturas hinchadas, dobles, falsas, etc. - Yo tengo unas facturas que cogí de un contenedor porque necesitaba papel para escribir notas y las uso de bloc sujetándolas con una pinza de la ropa. Y están sin iva. - Bueno, eso la convierte en corrupta, sí... Hale, bájelas al contenedor ¡ya! No vaya a comprometerme.

Mientras la Cotilla renegaba de mi porque quería esperar a la noche y a mi no me daba la gana, llegó la abuela. - "Pónme chinchón, nena... ¿Solo una copa?... Andresito está de los nervios. Busca papeles hasta debajo del orinal de la Momia" - ¿Y tú no le ayudas? - "¿Yooooooo? cuanto más lejos esté de cosas comprometedoras, menos me salpicarán" - Eres su mujer... - "Tenemos separación de bienes, de corruptelas y choriceos" - ¿De bienes también? - "Solo hasta que se calmen las cosas... ¿Qué hacéis con tantos papeles?" - La Cotilla teme que su casa sea la próxima que la policía registre. - "¿Por cuatro papeles manchados de aceite? jajajajajaja ¡Que teatrera eres! Vamos a tomarnos un chinchón para celebrar que has logrado encasquetarle a mi nieta tus papeles viejos para que los baje ella al contenedor jajajajajaja" - ¡NO pienso hacerlo! - "¡Pues te quedas sin chinchón!" - ¡¡¡Abuela!!!


jueves, 11 de febrero de 2016

¡Hágase!

He dormido como un lirón porque nadie me ha despertado a medianoche. También el desayuno y más tarde la merienda, han sido tranquilos. Incluso la comida. Podría pensarse que también lo ha sido la siesta pero, no. No he dormido ni viendo la tele porque estaba aburrida ¿Dónde estaba la abuela que ni siquiera me ha telefoneado?

El concierto de pitos bajo el balcón de casa ha anunciado su llegada. Venía excitadísima. - "¡He ido a ver el juicio del Caso Noos!" - ¿Te has pasado todo el día allí? - "Quería ver a los protagonistas de cerca y como no tenía otra cosa mejor que hacer, le he dicho a Geooorge que me llevara. Ha sido aparcar el rolls royce y vernos rodeados de periodistas y fotógrafos haciendo fotos y metiendo los micros a través de las ventanillas. ¡Hasta he firmado autógrafos!" - No sabía que eras famosa. - "¡Ni yo jajajajajaja! Pero ha sido un malentendido. Al ver el rolls royce han pensado que llegaba un corrupto más, que había comprado el coche con el dinero de todos. He tenido una fama internacional, efímera, pero ha sido bonito"

"Al darse cuenta de su error han corrido hacia Blas a comprarle croquetas para seguir matando el tiempo.  ¡Que ilusión me ha hecho ver en persona a los corruptos de lujo! Los he reconocido a todos. La Infanta y su marido se sientan en la última fila. Será para no tapar la vista a los demás porque son altísimos.

"La jueza ha tenido que poner en vereda a uno de los abogados, un poco chulillo él, pero la señora no se ha amilanado y él ha pedido excusas ¡Bien hecho! he gritado. Y por poco me sacan fuera de la sala.

"Aquello es como el teatro de la Opera. ¡No veas como cantan todos! Como los Tres Tenores. Hoy le ha tocado dar el do de pecho a Jaume Matas. Ha cambiado de look. Ahora va repeinado, como si le hubiese lamido una vaca y con la raya a un lado. Siempre ha sido muy presumido pero esta pinta de niño empollón no le sienta muy bien. Por lo visto lo fue, por lo menos en Historia Sagrada y se le quedó grabada la Creación del Mundo, cuando Dios decía ¡Hágase! y aparecían los mares, la luz, etc. etc. Cuando él se vio investido President se creyó un dios. Por eso, cuando se le apareció el Yerno Urdangarín, como un ángel alto y rubio, pidiéndole parné, Matas no lo dudó y dijo a sus subordinados el famoso: ¡Hágase! todas las veces que hizo falta para que los dineros de nuestros bolsillos pasaran a los del futuro Duque en Palma do. Los deseos del Yerno eran música celestial en sus orejas, tanto que se le acabaron escacharrando y ahora lleva sonotones" - ¿Vas a volver mañana? - "Sí. Iré con Pascualita y una botella de chinchón para no aburrirme"  


miércoles, 10 de febrero de 2016

Heliodoro.

- Abuela ¿Heliodoro era mi abuelo? - "¿Ya has bebido de buena mañana?" - ¿Era mi abuelo o no? - "¡Y yo qué sé! Mira, he traído ensaimadas para desayunar"  - Puse a Pascualita sobre el frutero y desde allí saltó, limpiamente, a su taza de cola cao salpicando por todo. - ¡Pascualita, ya está bien! - "Deja que disfrute la pobre"

Mientras limpiaba el desaguisado, Pascualita aprovechó para comerse mi ensaimada. - ¡Noooooo! ¿Abuela, por qué dejas que haga ésto? - "Porque tiene hambre el angelito" - Luego se miraron e hicieron el signo de OK. Aquello me soliviantó y vacié mi taza de cola cao sobre la sirena. Mi bebida estaba caliente y le pilló de sorpresa. Al sentir el calor se enfadó y saltó a por mi con la dentadura hacia afuera como los tiburones. Cogí el periódico que tenía a mano y le di un revés digno de Rafa Nadal, mandándola de golpe hasta el comedor y suerte tuvo de encontrar el balcón cerrado a causa del viento porque, si no, hubiese aterrizado en el árbol de la calle. Ahora lo hizo contra los cristales donde se quedó un rato inmóvil. - "¿No vas a ver si la has matado?" - Tu misma dijiste que bicho malo nunca muere.

- ¿A Heliodoro le gustaba el tenis? - "¿A qué viene ésto?" - Es que he quedado admirada del arte que tengo con la raqueta. - "Era periodista" - ¡Pues yo he dado el golpe con un periódico! ¿Esto quiere decir algo?... ¿Era mi abuelito? - "Era tan rubio que parecía sueco" - Bueno... cuando me tiño también parezco sueca. - "Era guapo" - Yo también. - "¿Qué tiempo hace que no vas al oculista?" - "Era un tipo encantador" - Bueno, yo también... - "¡No digas una tontería más!"

- ¿Podría ser mi abuelito? - "Claro que podría" - Al parecer, tuviste una vida social intensa... - "Así es. No como tú que no te comes un rosco. Practicábamos el amor libre. Eramos ácratas. No había lazos que nos atasen y Heliodoro... en realidad se llamaba Tiburcio, era tan guapo que lo bautice de nuevo con el nombre de un dios y con ese nombre se quedó" - Cuando tengamos el biznieto ¿le pondremos Heliodoro también? - "Al paso que vas el biznieto vendrá cuando Pascualita vuelva a su hábitat..." - O sea... - "¡Nunca, boba de Coria!" - Nunca digas, nunca jamás, abuela.
























martes, 9 de febrero de 2016

Que mala es la envídia.

Cuando la abuela ha llegado a casa traía pelos de loca. - Cualquiera diría que te has peleado con Pascualita: - "Es el viento. Menudo vendaval. Mira, he tenido que llenarme los bolsillos de piedras para no salir volando" - ¿Por qué no te has puesto pantalón en lugar de la minifalda? - "Para que se me aireen los bajos... ¿Por qué va a ser, boba de Coria?" - Pues... no lo sé. A mi no se me ocurren éstas cosas. - "Ni éstas ni otras. No se te ocurre nada de nada" - ¿No se te levantaba la falda por la calle? - "Sí" - Me lo imaginaba. - "¡Uf! Hay que ver lo que trabaja tu neurona. Estamos en alerta amarilla por viento y tu "has pensado" que se me habrá levantado la falda ¡Pues claro! Por eso la llevo. Porque tengo unas piernas torneadas que valen un potosí. Y una ropa interior comprada en Christian Dior que es para enseñarla. Y si no hace viento no se ve" - ¡Abuela. Eres una mujer casada!

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! ¡Dichoso viento! Me ha fastidiado el negocio. - ¿Por qué? - Porque la gente tiende a arrebujarse en las chaquetas y abrigos y así no hay quién llegue hasta sus carteras. Creía que me sacaría un sobresueldo a la puerta de donde se juzga el Caso Noos pero el maldito aire me ha dejado a dos velas. - Lo siento (dije con retintín) - Riete de una pobre pensionista que sigue sin poder llegar a fin de mes...Te lo recordaré cuando te toque a ti, alma de cántaro. - Pero si me queda mucho tiempo por delante todavía. - Puedo esperar porque, quién ríe el último, ríe mejor.
Me acerqué a la abuela, temerosa. - ¿Tendremos que aguantar a la Cotilla tanto tiempo? - "Seguro. bicho malo nunca muere, dice el refrán" -

Blas el parado, llegó a media mañana, cubierto de sudor. - "¿Te persiguen?" - No, no. Vengo a por más croquetas. Me las quitan de las manos la gente que cubre la noticia del Juicio. - "Ya tengo preparada más pasta. No te preocupes. - ¡Claro! El señorito que no se preocupe pero, mientras, yo, las paso canutas. ¡Quiero vender croquetas! - "Lo siento pero le di a Blas la exclusiva"

Empezaron a discutir a grito pelado mientras la abuela freía una buena tanda de croquetas para que el parado se las llevara calentitas. Cuando la Cotilla lo vio salir, tan ufano, con el cargamento, corrió tras él y se tiró en plancha para bloquearle el paso y coger todas las croquetas que se le cayeran al suelo...pero no cayó ninguna porque no calculó bien el salto y se dió de boca contra el suelo, clavando los dientes en las baldosas. A la abuela le dio un ataque de risa que la puso al borde del infarto. A mi me costó horrores arrancar a la Cotilla del suelo porque los dientes estaban hincados hasta la encía.

Pascualita se había subido al borde del acuario y se la veía dudar entre quedarse de mirona o saltar, cayese donde cayese. Afortunadamente, siguió en su atalaya. Cuando la Cotilla se incorporó, la sirena me hizo la señal de OK. Entonces me uní a las risas de la abuela mientras la vecina, enfadadísima, gritaba: - ¡¡¡Fa fadre que fos fafió, fabronasssssssssssssss!!! - Secándome las lágrimas, le dije - ¿Quiere un chinchón, Cotilla? - ¡¡¡Fi, fofa de Foria!!!

lunes, 8 de febrero de 2016

La abuela va al médico.

- "Nena, me ha dicho el doctor que tengo que llevar una vida tranquila, sin excesos ni sobresaltos." - Te vas a aburrir. - "Eso le he dicho yo y me ha dado algunos ejemplos de lo que puedo hacer para evitarlo: ganchillo. Calceta. Pasear con zapatos cómodos viendo escaparates. Visitar exposiciones. Ir a misa. Sentarme en algún lugar agradable a leer... Ir de compras sin cargar mucho..." - Lo que yo te digo: te aburriras.

- "También me ha dicho que me acueste pronto y duerma todo lo que pueda" - ¡Ja! - "Le he comentado que eso ya lo hago" - ¿Perdón? ¿Le has mentido al médico? - "¿Acaso es mentira que me acuesto pronto? A las tres o a las cuatro de la madrugada es pronto" - Según se mire. - "¡Exactamente! Y yo lo miro de esa manera" - No sé para qué vas al médico si no piensas hacerle caso. - "¡Claro que se lo haré! Ya me he comprado un ganchillo e hilo. Y mañana pienso comprar agujas de tejer y lana." - ¿Vas a hacer labores? - "Todo se andará. De momento ya tengo el material. " - ¿Llevarás zapatos cómodos para ver escaparates? - "Para eso hacen falta gafas" - ¿Y los zapatos? - "Tengo un montón de stilettos a cual más cómodo"

- "A las exposiciones me llevaré a Pascualita para que aprenda lo que son y después, en su hábitat tal vez organice alguna" - Tus intenciones son buenas, abuela, solo hace falta que las pongas en práctica. No creo que la sirena vuelva a su hábitat nunca más. - "Mientras yo tenga asma no puedo dejarla ir. Desde que está con nosotras me encuentro mucho mejor" - A ti lo que te pasa es que te has sugestionado con ésta historia y te la has creído. - "¡Ya salió Pepa la lista! Todo el mundo sabe, menos tú, que el asma se cura llevando un caballito de mar colgado del cuello. Y yo llevo a Pascualita en el termo de los chinos. Y me da el mismo resultado"

- ¿Vas a ir mucho a misa? - "El médico ha dicho: ir a misa. O sea, una. Y como mañana tenemos el funeral de Heliodoro, habré cubierto el cupo" - ¿Pero no irás después a la fiesta de El Funeral en su memoria, verdad?- "¡Claro que iré! ¿Qué dirá el pobre Heliodoro si no me ve allí?" - ¿Cómo te va a ver si se ha muerto? - "¡No puedo faltar a la colocación de su foto en la Pared de los Finados!" - Basta con que esté la viuda... - "¡Sabrás tu quien es la viuda , alma de cántaro!" - Pues será quien presida el duelo y lleve la foto a la cafetería... ¿no? - "La verdadera viuda ¡soy yo!" - ¿Eres bígama, abuela? - "Y tu ¿eres tonta, nieta?" - ¿Lo sabe Andresito? - "¿Qué eres tonta? Si."



domingo, 7 de febrero de 2016

Primer premio al disfraz más original.

El teléfono no ha parado de sonar toda la noche. Que pesada la abuela. He acabado por no cogerlo.- "Nena, disculpa si te pillo en plena faena. Solo quiero saber si va bien la cosa" - Al principio no sabía de qué hablaba. - "De hacer un biznieto, boba de Coria... ¿aún estás en los preliminares?" - La abuela pensaba que estaba procreando a su primer biznieto. Cualquiera le dice que no.

Los admiradores que me rodearon mientras desfilábamos con nuestros disfraces con las comparsas, se fueron apartando de mi cuando vieron que el pecho no dejaba de crecer, de expandirse, de salirse de madre y amenazar con asfixiarme cuando su volumen sobrepasó mi nariz. Por un momento pensé que explotaría como un globo y los restos de mis apéndices mamarios tendrían que recogerlos de las copas de los árboles.

Algunos reían pensando que era una broma de Carnaval pero, cuando vieron que no podía respirar, se asustaron. Menos mal que, antes de desaparecer, uno de mis admiradores que debía ser el manitas del grupo, colocó una caña, en horizontal, entre el pecho y el vestido y dejé de sentirme tan ahogada.

Como la hinchazón seguía su camino ascendente y expansivo, en cuanto toda aquella masa de carne, que parecía haber sido tratadada con Clembuterol para engorde rápido, llegara a la altura de mis ojos, dejaría de ver,  decidí largarme y refugiarme en casa. Además, no quería que me detuvieran por escándalo público porque a punto estaba de quedarme sin vestido igual que El temible Hulk se queda sin camisa cuando se transforma en súper héroe.

Corrí todo lo que me permitieron mis pulmones ahogados, entre silbidos de admiración y de estupor, de hombres y mujeres. De repente un municipal me cerró el paso. - Tiene que venir conmigo. (dijo, muy serio) - ¡Bedulio! ¿Qué haces aquí? - Trabajar... Te veo rara... ¿Te has cortado el pelo? - No. - El alcalde quiere darte el primer premio al disfraz más original. - Que me lo mande por correo. - Es una órden del Alcalde ¡vamos! - Me cogió de la mano y tiró de mi.

Los ojos les hacían chirivitas a quienes estaban en el palco de autoridades y el Alcalde se las vio y deseó, para ponerme la medalla de ganadora. Normalmente van en el escote pero no le quedó más remedio que hacerlo encima del culo. Era el único sitio que, todavía, guardaba su forma natural.

Llegué a casa y me encerré en mi cuarto. No pensaba salir de allí hasta que volviera a mi talla de sostén. Me avituallé lo mejor que pude, con agua, leche, frutas, fiambres, pan y la botella de chinchón. Después cerré la puerta por dentro... Habrá que tener paciencia.

sábado, 6 de febrero de 2016

El Carnaval

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! Nena ¿tienes por ahí el vídeo de la película de Bambi? - Pues... ¿para qué? - Para verla. No sé porque llevo el nombre de Bambi retumbándome en la cabeza todo el día. - Que cosas más raras le pasan, Cotilla. - Es como cuando se te mete en la sesera una canción y no puedes parar de cantarla... ¿Tu conoces algún Bartolo?

La Cotilla ha vuelto a la normalidad pero, en su subconsciente, han quedado grabadas algunas cosas del cachondeo que nos trajimos, a costa suya, la abuela y yo. Espero que la cosa no pase a mayores.

Aún no puedo explicarme la suerte que tuvo de no ser mordida por Pascualita. Menos mal que, al metérsela en la boca, lo hizo por la cola, que ni no, ahora mismo no tendría ni encías ni lengua... Bueno, lo de la lengua no estaría mal.

- ¿Te vas a disfrazar? - No. Me da vergüenza. - Ponte una máscara. Así, sin que te vean la cara de pánfila que tienes, lo mismo ligas y le solventas de una vez por todas, el deseo de tener un biznieto a tu abuela. - Aquello me irritó - ¿Cree que no puedo ligar a cara descubierta? - No. - Esta noche me disfrazaré y saldré de caza. - Esto habrá que verlo.

La abuela se disfrazó de Sirena. Llevaba una larguísima peluca rubia que le llegaba a los tobillos, cuajada de estrellas de mar, lentejuelas y plumas de marabú - ¿Y esas plumas, abuela? - "Quedan bonitas ¿eh?" - No vienen a cuento. - "Soy una sirena que se ha comido un pájaro" - Visto así... - "Que poca imaginación tienes"

La Cotilla se vistió de ricachona, llena de brillos y oropeles. Sobre la cabeza llevaba un enorme EURO iluminado, en plan peineta. - "¿De qué vas?" - De millonaria gracias al euro que me han subido de la Pensión... ¿Y tú?  - "De sirena de los siete mares" - ¿Con plumas? - "Está visto que no está hecha la miel para la boca del asno" (dijo, muy digna, la abuela)

Cuando aparecí en el comedor, se quedaron boquiabiertas - ¿Os gusta? - El traje estaba echo a base de basura: papeles sucios, trapos viejos, chatarra, ruedas de bicicleta, la cara pintada de churretes negros, las medias rotas, zapatillas desastradas y algún pez colgando. - ¡Que porquería! - "¡Que asco"! - Voy de Mar Mediterráneo. - ¿Y con éste disfráz piensas ligar? - Me pondré junto a los ecologístas. Veréis como algunos picarán. - "¡¿Algunos?!" jajajajajajaja  - ¡De ilusión también se vive, boba de Coria! jajajajaja

Antes de salir, la abuela se colgó del cuello el termo de los chinos con Pascualita dentro. Le eché una mirada asesina - "Somos sirenas, alma de cántaro. Además, aprenderá lo que es el Carnaval y cuando vuelva a su hábitat podrá organizar uno allí" - En el espejo de recibidor nos dimos la última ojeada y entonces, Pascualita, saltó como una flecha a por uno de los pescados que yo llevaba colgados. Menos mal que la Cotilla ya bajaba la escalera llamando a todos los timbres para que las vecinas nos vieran. Tuve una lucha encarnizada para que la sirena no me estropeara el traje y solo conseguí que se comiera dos de los peces y me mordiera con saña en el pecho.

A medida que íbamos hacia el Paseo del Borne para encontrarnos con el grueso de las máscaras, notaba que la parte de arriba del vestido me estrechaba cada vez más hasta que saltaron las costuras y un espectacular escote apareció a la vista de todo el mundo. Fue un éxito total porque, al acabar el desfile, tenía a mi alrededor moscones de todo tipo y tendencia política. La abuela pasó por mi lado diciendo, entusiasmada, a la Cotilla: - "Creo que hoy, por fin, le harán un biznieto"

viernes, 5 de febrero de 2016

La Cotilla está pallá

El golpe que le di a la Cotilla la dejó atontada y no daba pie con bola. A ratos dormía, a ratos se despertaba... y a veces me preguntaba quién era ella. Pensé que era una ocasión para reírme de ella, así que, cuando volvió a preguntarlo, le dije que era la madre de Bambi. Me miró con los ojos muy abiertos y después, titubeando, dijo - ¿Tengo un hijo? - Pues sí. - Debo ser una mala madre porque no me acuerdo de él. - Sí, bastante mala. - ¿Qué quiere decir Bambi? - Es el diminutivo de Bartolo - ¿Mi marido se llama Bartolo? -Sí. Y tenía una flauta con un agujero solo. - ¿Tenía?... ¿murió? - Se largó a la Conchinchina. - ¿Eso está lejos? - Es un bar que hay a la vuelta de la esquina. - Entonces ¿volverá? - Quién sabe. Hace veinte años que salió a por tabaco...Encontraría cola. - ¿Veinte años? entonces ¿cuántos años tiene Bambi? - Cincuenta y pico, calculo yo. - Pues que pena. Me hubiese gustado cambiarle los pañales, darle de mamar, cantarle nanas... - ¡Eso ya no se lleva! Ahora los niños ya nacen sabiendo hacer todas estas cosas jijijijijijijijiji

Pascualita nos miraba, escondida entre las flores del altar de los Amigos de lo Ajeno. Parecía muy atenta a lo que hablábamos la Cotilla y yo. - ¿Me acompañas a la Conchinchina a buscar a mi marido? (preguntó la Cotilla) - Huy, no tengo el cuerpo como para ir en busca de nadie.

La abuela entró echando chispas. - "¡Estoy hasta las narices de los operadores telefónicos que todos los días llaman a la hora de la siesta!" - ¿Esta quién es? - La que le vende el tabaco a su marido jijijijijiji - La Cotilla saltó sobre la abuela como un tigre de Bengala - ¡¿Por qué no estás despachando a Bartolo?! - "¿Quién es Bartolo?" - ¡Su marido! jajajajajaja - ¡Hace veinte años que por tu culpa no lo veo. Ya no sé que cara tiene!

En un santiamén puse al corriente de la broma a la abuela. - "A tu marido lo tengo disecado en el mostrador anunciando Malboro en plan tipo duro" - Bueno, por lo menos no ha perdido el tiempo.  ¿Y mi Bambi? - "Saltando por el bosque, de flor en flor" - ¿Entreteniéndose? - "De caza. Es un mariposón" - Hay que ver de las cosas que me estoy enterando... ¡Mirad, el chupete de mi bebé! - "¿Qué bebé?" - Tenía la ilusión de dar el pecho a su niño jijijijijiji... ¡¡¡Oiga!!!... ¿Qué hace? ¡¡¡DEJE A PASCUALITAAAAAA!!!

La Cotilla, sin dar tiempo a nada, corrió hacia la sirena que se había quedado al descubierto y cogiéndola de la cabeza, se metió la cola en la boca y empezó a succionar mientras Pascualita lanzaba dentelladas al aire. - Así hacía mi chiquitin... Ahora lo recuerdo... Mi bebé... - La abuela pilló al vuelo la solución al problema. - "¿Qué bebes?" - ¡Chinchón! - contestó la vecina y en cuanto tuvo la copa en la mano, cogió a la sirena, pidió un palillo y a punto de ensartarla, dijo: - Siempre he pensado que al chinchón le falta una aceituna. - ¡¡¡COTILLAAAAAAAAAAAAA!!!



jueves, 4 de febrero de 2016

La Cotilla, fan de Bárcenas.

- ¡Madre mía la que ha liado la Cotilla en la salita! Como le di carta blanca para que montara el altar para los Amigos de lo Ajeno, se esmeró. Casi no se puede entrar: Aquello parece el Mes de María. Velas y flores hasta el techo. Voy a comprarme una máscara antigás si no quiero morir atufada viendo la tele... Claro que también podría tirarlo todo por la ventana pero creo que, en éstos momentos, no me conviene. Está muy crecida la vecina desde que Luis Bárcenas ha vuelto a las portadas de los periódicos.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaa! ¡Que guapo es éste hombre! Lástima que esté casado porque le haría un favor cada vez que me lo pidiera. - Por ejemplo, ¿llevar sobres con dinero a los paraísos físcales donde lo guarda? - Ya me extrañaba que hubieses entendido la ironía, ceporra. Me refería a favores sexuales.

El chinchón que estaba bebiendo en aquel momento, me salió por la nariz al atragantarme. - ¡Pobre hombre! Menuda condena tenerla a usted, arriba o abajo jajajajajajaja aunque, aunque, bien mirado, se lo merece. - ¿Te estás riendo de mi? - Noooo. Es que me he imaginado la escena y jijijijijijiji - Te corroe la envidia. Fíjate si es atractivo que han hecho una película sobre él y quieren darle un Goya al actor que lo representa ¡A Luis tendrían que dárselo! ¡Que artista en lo suyo!

- Y bocazas. Está cantando como un canario flauta. Ahora acusa a la Cospedal... - Si él lo dice, será cierto. Es un hombre que se viste por los pies... - Como todos. Incluso yo me visto por los pies pero no manejo sobres con dinero negro, ni llevo contablidad B de ningún sitio... - ¡Pero qué vas a llevar tu, boba de Coria, si para contar dibujas palitos! - ¡Oiga! A ver si le doy una patada a la especie de cucaña que ha montado y sale volando por la ventana - El otro día encontré una navaja albaceteña en un contenedor y aún no la he estrenado... ¿quiéres ser la primera en probarla?

Me entró el pánico y me acurruqué en la cocina con Pascualita. Desde allí llamé a la abuela hablando bajito para que la fiera corrupia no me oyera. - Residenciau de los señ... - ¡Déjate de chorradas, inglés y pónme con mi abuela! - ¿Digau? - Soy yo. - ¿Yo? - No. Yo. - Yo decir yo. - Pero no eres tu, sino yo. - Mi no entender... Hablar fuerte ¿Quién ser yo? - Tu eres tú, jodío. No puedo hablar más fuerte. - ¿Tú ser yo? - ¡La madre que te parió! ¡¡¡Soy yo!!! - ¿Yo?... ¡Ah! ¿ser china? ... Esperar. Venir madame. - Oí la voz de la abuela - "¿Quién es, Geooorge? - Yo. - "¿Tú?" - No. Yo. - "¿Has bebido sin mi permiso?" - Cogió el teléfono y gritó - "¡¡¡Estoy cansada de decirles que no quiero saber nada de ofertas telefónicas!!! - Y colgó.

La Cotilla entró en la cocina. - ¿Qué haces a oscuras? - Medito. - Que rara eres... ¿Qué tienes en la mano? - Instintivamente eché el brazo hacia atrás, escondiendo a Pascualita. - A ver, a ver... ¡Ah! ¿qué bicho es este? - ¡La Cotilla había descubierto a la sirena! -  ¡Eso digo yo! ahora iba a tirarlo por el wáter ¡Que asco! - No lo tires que, en tiempo de crisis, hay que aprovecharlo todo. - ¿No querrá comerse ésta porquería? (y metí a Pascualita en mi bolsillo) - Me has dado una idea ¡tráe acá! - ¡Noooooooo! - La sirena, asustada, saltó al suelo y rodó bajo los muebles de la cocina. El pobre bicho reptaba como una loca, alejándose de aquella mujer que le acosaba. - ¿Nos tomamos un chinchón, Cotilla? - Vale, pero después de coger a éste bicho y comprobar si es comestible. - En cuanto me dio la espalda, le arreé un escobazo que la dejó aplanada contra el suelo. Después, a rastras, la llevé junto al sofá de la salita y, aunque me costó, logré sentarla frente al televisor. Cuando despertó no recordaba nada. - No puedo ayudarle en eso, Cotilla, porque en cuanto ha empezado la película de vaqueros me he quedado traspuesta.


miércoles, 3 de febrero de 2016

La abuela entra a matar.

La Cotilla ha entrado como un ciclón en casa y cargada de velas, velitas y velones de todos los tamaños. - ¡Ayúdame que pesa mucho! - Me temí lo peor. - ¿Para qué es todo ésto? - Para el altar de los Amigos de lo Ajeno. - Ya se está dando la vuelta y largando de aquí ¡No quiero altares para sinvergüenzas!

El concierto de pitos anunció la llegada de la abuela. La puerta del ascensor se abrió mientras la Cotilla y yo seguíamos discutiendo. La mujer que apareció ante nuestros ojos nos sera desconocida. - Vaya, pensé que venía la abuela. - "Soy yo, alma de cántaro" - ¡Madre mía! Hay que ver los estragos que hace el arrepentimiento (dijo la Cotilla al ver a su amiga como una sombra de lo que fue hasta hace unos días) Lo mejor es no arrepentirse. Ya lo dice el refrán: a lo hecho, pecho.

Las chanclas de andar por casa sonaron: clac, clac, clac mientras la abuela entraba hasta la cocina. Nos acercamos y la oímos hablar. Me dio un vuelco el corazón. La Cotilla descubriría a Pascualita, así que tomé una decisión drástica - ¡Vaya a la salita y monte lo que le de la gana pero déjeme en paz! - No se lo tuve que repetir.

No era con la sirena con quién hablaba la abuela, sino con Pepe, la cabeza jivarizada. - "Estoy desolada. Tu puedes darte con un canto en los dientes, si los tienes, porque conservas la cabeza pero ni Andresito ni yo seremos nada cuando muramos. Los egipcios confiaban en ser momificados y nosotros en tener nuestras fotos en la Pared de los Finados. Nuestras almas tendrían un sitio donde volver cuando quisieran... Tampoco tendremos fiesta de despedida por todo lo alto, con los amigos cantando, bailando y emborrachándose a nuestra memoria... Y todo por culpa del qué dirán los del Partido que se lo han llevado calentito... ¡Anda y que los zurzan y a Andresito también!"

Escuché unos golpes: la abuela había lanzado las chanclas contra la nevera. Me asomé y vi que se servía un generoso vaso de chinchón. - ¿Ahogas tus penas en alcohol? - "Simplemente me entono" - Luego llamó a Geooorge al móvil. El flemático inglés aguantaba, estoico, las burradas que le decían desde los coches atascados por su culpa. El concierto cesó en cuanto arrancó el rolls royce pero duró poco porque unos minutos después volvió, aparcando en el mismo sitio. Subió una pequeña maleta y la abuela se encerró con ella en el baño. Cuando salió era mi abuela de siempre: Botas de pirata de charol negro. Pantis rojos. Minifalda plateada. Top ceñido verde loro repleto de lentejuelas. Mini abrigo con cuello de plumas de marabú, guantes rojos y pintada como una puerta. Preparada para matar, vamos.

- ¿Dónde vas, forastera? (le pregunté, orgullosa de ser su nieta. Cosa que no me pasa muy a menudo.) - "A El Funeral. A poner las cartas sobre la mesa."

Más tarde llamó el abuelito preguntando por ella. - Ha ido a recuperar a sus amigos. - ¡Oh, no! Nos descubrirá... ¿Qué dirán los míos? - ¿Los que os llamaban tontos por ser honrados? ¡Anda y que les den! ¡Corre a El Funeral y disfruta de la vida! - Tienes razón. ¡Gracias por el consejo Nena! - ¡Acuérdate de esto y házme heredera de la Torre del Paseo Marítimo, abuelito! - Dijo algo al cerrar la puerta pero no supe si era un SI o un NO

martes, 2 de febrero de 2016

La moral por los suelos.

La abuela está de capa caída, lo que para mi es un descanso porque ésta mujer tiene energía para parar un tren y me lleva por la calle de la amargura. Desde que es, oficialmente, corrupta no me despierta a las tantas de la madrugada... Soy yo quién la llama a ella.

- Abuela ¿estás despierta? - "Ahora sí" - ¿Qué te pasa? - "Que tengo sueño" - Estos días te he visto decaída... - "¡Cómo quieres que esté si me despiertas en lo mejor del sueño!" - La Cotilla y yo hemos llegado a la conclusión de que no pareces la misma de siempre. . "Tendréis que dar vacaciones a vuestra neurona por el esfuerzo que ha hecho" (dijo, sarcástica) - Anda, cuéntame qué te pasa. - "¡Que voy a borrarte del testamento. Que cruz tengo contigo!"

Siento que ha llegado la hora de que cuide de ella. Ya es mayor, aunque nunca se lo diría ... aún da buenos pescozones. Y sé que, en el fondo, le gusta sentirse protegida por mi. - Abuela ¿por qué no vienes a casa, haces una buena paella y hablamos de tus problemas mientras comemos? - "¡¿Por qué no te vas a a mierda?!"

A media mañana vino acompañada de Geooorge. Traían los avíos de la paella. Y mientras el mayordomo se encerraba en la cocina, nosotras nos sentamos a hablar,  con Pascualita mirándonos desde el florero y la botella de chinchón al lado.

- ¿Qué tienes que contarme? - "Que como vuelvas a despertarme a media noche, pagaré a un sicario para que te asesine cortándote a tiras, lentamente" - Jajajajajaja ¡Eres la pera, abuela! Por preocupada que estés, no dejas de pensar en cómo conseguir un biznieto ¡De un sicario nada menos! - "No eres más tonta porque no te entrenas"

Al final reconoció que, desde que se supo que Andresito y ella eran corruptos, en El Funeral sus amigos no les hacen ni caso. - "Noto un ambiente cargado de malos augurios contra nosotros" - Serán imaginaciones vuestras. - "De eso nada. Incluso Conchi me dijo el otro día que fuéramos buscando otro sitio para reunirnos" - Pero si ellos están allí. - "Eso le comenté y contestó que buscáramos también otra Pared de los Finados para poner nuestras fotos el día que muramos" - ¡Que fuerte! - "Mucho. Por eso me emborraché. Pero fue una borrachera triste. De las lloronas... Después, al irnos oímos palabras que, viniendo de nuestros amigos, nos dolieron: ¡Chorizos, Ladrones, Corruptos!"

Entonces me fijé en la indumentaria de la abuela. No se había maquillado. Vestía una bata de andar por casa y zapatillas de felpa. Pascualita no la reconoció, incluso le sacó los dientes varias veces. - Ves al baño y píntate. Coge mis colores. Ponte un vestido de cuando eras pobre y vivías aquí...  - En ese momento recordé que Geooorge llevaba un buen rato en la cocina. - ¿Qué hace el inglés? - "La paella" - ¡Me niego a comer una paella inglesa! - La abuela fue hacia el baño arrastrando los pies. Cuando salió parecía otra. La sirena hizo la señal de OK con sus deditos - Y ahora ¡a la cocina! (grité)

Al final de la comida habíamos acordado que explicarían a los de El Funeral, que lo de declararse corruptos fue un gesto de solidaridad con los del Partido pero que era mentira. Y se dedicarían a recoger firmas para que el Partido fuese abolido y declarado sucursal del clan de Ali Babá.

Después, dormimos una siesta reparadora, interrumpida bruscamente, por los gritos de la Cotilla. Abrí un ojo y la vi, como el ángel del Juicio Final, apuntado con un dedo a la abuela - ¡¡¡¿Qué te han hecho?!!!

Una cara irreconocible había sustituído a la de la abuela que corrió a mirarse en un espejo. - "¡¡¡¿Dónde compras las pinturas, animal de bellota?!!!" - El señor Li las tiene baratas y... - No pude acabar la frase porque me estampó la paellera y los restos de arroz, en la cabeza - ¡¡¡El arroz no, que no he comido!!! (gritó la Cotilla)




lunes, 1 de febrero de 2016

El Tonto y la Tonta.

- "Nena, ¿está Andresito en tu casa?" - No. - "La Cotilla me ha dicho que sí" - ¿A quién vas a creer más. A ella o a mi? - "A ella. Si lo ves le dices que nos vamos a divorciar" - ¿Quieres dejarme sin abuelito? - "No seas tonta, mujer. Tu abuelo murió hace ya la tira de años" - Ya lo sé. Pero éste me cae muy bien y encima tiene la Torre del Paseo Marítimo... ¿Por qué quieres divorciarte? - "¿Te gustaría que la gente te llamara tonta?" - Tu me lo llamas a mi. - "¡Yo no soy gente, soy tu abuela y te llamo como me da la gana! No es lo mismo."

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaa! ¿Y esa cara, a qué viene? - Los abuelitos se divorciarán un día de éstos. - ¿En serio? ¡Saca el chinchón que hay que celebrarlo! Por fin tengo vía libre para pescar a Andresito.

En ese momento, entró en casa. Se le veía muy descuidado con barba de varios días. Caminaba arrastrándo los pies como si fuera un viejo... quiero decir, más viejo aún. La Cotilla corrió hacia él y lo llevó de la mano hasta la mesa de la cocina. - Nena, preparale un café con leche y se comerá éstas ensaimadas de hace tres días. Mira qué buena pinta tienen. Estaban en el contenedor de un restaurante caro. - Sin rechistar, el abuelito se comió todo lo que le pusimos. - Y ahora te daré una buenísima noticia. ¡En poco tiempo volverás a ser soltero! (gritó una entusiasmada Cotilla) ¡Podremos casarnos! - ¿De qué habla ésta mujer? (me preguntó Andresito) - La abuela te va a pedir el divorcio... ¡y yo me quedaré sin tu herencia, buaaaaaaaaaaaaaa!

Durante la mañana se cruzaron un montón de llamadas telefónicas entre los abuelitos: explicaciones, quejas, aspavientos, cabreos, lloros, promesas de amor, palabrotas... Aquello era el cuento de nunca acabar y como se acercaba la hora de comer y yo ya estaba hasta el gorro de tanto trajín telefónico, le quité el teléfono de las manos al abuelito y dije a la abuela. - ¡La Cotilla ha pasado al ataque y se quedará con tu marido si no espabilas!

El concierto de pitos debajo del balcón no tardó en oírse. Los poderosos frenos del rolls royce se oyeron claramente cuando aparcó, como siempre, en la parada del bus. La abuela entró en tromba en el comedor, pegó un puñetazo encima de la mesa y se hizo el silencio. - "¡Cómo le toques un pelo a mi marido te rajo en canal!" - Pero si ya no lo quieres. Eres como el perro del hortelano: que ni come, ni deja comer. Tu no lo quieres, pues me lo quedo yo. - "¡Por encima de su cadáver!" - Será del tuyo... (se atrevió a decir el abuelito) - "¡El tuyo, alma de cántaro! Porque serás el primero en caer, después le tocará a la desgraciada ésta"

La discusión iba tomando mal caríz y decidí dejarlos solos por si se escapaba una torta y me daba a mi. Me senté junto al acuario y me tranquilicé viendo a Pascualita nadar con elegancia entre las algas del fondo mientra me miraba de reojo. Un rato después dejé de oír los gritos. - "Ya está todo arreglado" - ¿Ya no os divorciáis? - "No. Hemos llegado a un acuerdo. Andesito robará los pocos sobres que encuentre en su Partido y luego lo contará a los periodistas" - ¡Será corrupto! - "Pero no tonto. Habrá robado como todos" - ¡Irá a la cárcel! - "Ese es el plan. No estoy dispuesta a que nos digan: Ahí van el Tonto y la Tonta" - Os dirán ladrones, sinvergüenzas, corruptos, chorizos... - "¿Te imaginas qué categoría? Como a Rato y a toda la corte celestial del Partido. Volveremos a ser noticia. Saldremos en los telediarios y la gente hablará de nosotros... ¡Vamos a ser corruptos!"