martes, 28 de febrero de 2023

La duda.

 No salgo a la calle a menos que sea estrictamente necesario... Donde mejor se está es en casita. Así lo hemos decidido Pascualita y yo después de quitar el agua helada de la pila de lavar del comedor cambiándola por agua, salada también pero calentita. 

Encima del aparador he colocado una olla de agua hirviendo para que el vaho caliente a los pobres comensales de la Santa Cena. Un montón de bolas de polvo (¿de dónde han salido tantas?) están pegaditas a la olla. Incluso, durante un rato, ha venido a calentarse el nuevo Pompilio.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! ¡Brrrrrr, hace un frio que pela! - ¿Ha venido corriendo, Cotilla? - ¡Galopando podría decirse! - ¿Entrenándose para una maratón de la Séptima Edad? - Menos guasa, boba de Coria. Es que, con éstas heladas mañaneras, he preferido ir por la tarde a "limpiar" los cepillos de las iglesias. - ¿Y la ha pillado el cura? - No, pero casi... ¡Como corría el jodío! Por cierto, si Bedulio el Municipal te pregunta por mi dile que me he ido a la Conchinchina y no sabes cuando volveré.

Y se encerró en su cuarto sin darme más explicación.

Más tarde, mientras estaba sentada en el sofá de la salita, envuelta en una manta y viendo la televisión entre cabezada y cabezada, salió en la pantalla el enorme socavón causado por la lluvia, o vaya usted a saber (dijo el locutor) en las Avenidas de Palma. 

El sueño pudo conmigo hasta que mi neurona me sobresaltó poniendo en mi cabeza un nombre: ¡¡¡COTILLA!!!


lunes, 27 de febrero de 2023

¡Que frío, brrrrrrrrrr!

 Las ramas del árbol de la calle golpeaban sin cesar los cristales de la ventana mientras gritaban - ¡Abre, boba de Coria, abreeeeee! - ¿A qué viene ésta urgencia? - ¡Tenemos frrrrrriiiiooooo! - El vozarrón del árbol atronó el aire. - Pon la estufa en el balcón y nos calentaremos todos. - Se supone que los árboles no tenéis frío... - ¿Quién dice que no? ¿tú? - Perdona pero nunca he visto quejarse a ninguno así que, blanco y en botella, ¡listo!

En casa todo eran quejas: - ¡Hace mucho frío! (gritaban las bolas de polvo mientras corrían a juntarse bajo las camas) - Otra quejica era la cristalera del balcón, la cara que da a la calle. - ¡No hay quien aguante éste frío! - No es para tanto... (contestó la cara interior) - Las hay que nacen con estrella y otras, como yo, nacemos estrelladas ¡Brrrrrr, que fríoooooo!

Del comedor llegaban unos golpes con sordina; era Pascualita intentando hacer sus ejercicios de saltos mortales a pesar de que el agua salada de su pila de lavar se había congelado y ella caía, una y otra vez, sobre la capa de hielo. La dejé un rato más porque, a base de golpes se calentaba jijijijijiji

Miré el cuadro de la Santa Cena. Los comensales se habían liado sus larguísimas barbas, de los pies a la cabeza en plan momias, dejando unas ranuras para ojos, nariz y boca. Y como no, también se quejaban mientras yo me reía: ¡Dos mil y pico de años dan para tener unas confortables barbas!

Al final, harta de oír toda la mañana la misma cantinela y enfadada con el árbol por sus continuos golpes a los cristales, abrí la cristalera y salí a decirle cuatro frescas. ¡Y tan frescas! Porque la cristalera interior se cerró a cal y canto dejándome a la intemperie en mi propia casa y quejándome más que todos los personajes juntos.


domingo, 26 de febrero de 2023

¡Nena! ¿y el bisnieto pa cuando?

 Llevada por el espíritu del año electoral en el que estamos, la abuela ha tomado la delantera y se ha puesto el traje de pana para darme la vara con su eslogan favorito: ¿Y el bisnieto pa cuando.

Hasta ha contratado a unos tunos para que lo cantan bajo mi balcón. Y como es pegadizo ahora también lo canta, a todas horas, el árbol de la calle. Los gorriones trinan con éste ritmo y ¡hasta yo me he dado cuenta de que la canto con coro y todo: los comensales del cuadro de la Santa Cena. Y Pepe el jibarizado no se queda atrás: ¡OOOOOOOOOOOOOOOOOO!

Hasta la Cotilla, que era la que faltaba para el duro, al llegar de sus trapicheos dijo: - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! Nena ¿y el bisnieto pa cuando?

Ha sido la gota que ha rebosado el vaso y me he ido a dormir con las gallinas y ya que estaba en el nido, he puesto un huevo porque como dice mi primer abuelito: Donde fueres, haz lo que vieres.

Me levanté para contemplar el rolls royce más espectacular y extravagante del mundo y para ello tuve que ponerme las gafas de sol y otras, de juguete, a Pascualita que quiere ser el perejil de todos las salsas.

Modelo años treinta del siglo XX, carrocería de plata maciza, asientos forrados de seda natural blanquísima y llevando como chófer a la más elegante alma del Más Allá: ¡mi primer abuelito envuelto en un sudario de Coco Chanel tiraba rosas a diestro y siniestro oliendo a Gasolina Chanel número 5. 

Pascualita y yo estábamos emocionadas ante tanta belleza y, en qué mala hora se me ocurrió pedirle al abuelito que hiciera sonar el claxón porque sonó así: - ¡Nenaaaaa! ¿Y el bisnieto pa cuando?

Abrí los ojos de golpe. Me había quedado dormida mientras esperaba poner otro huevo para hacerme una tortilla.

sábado, 25 de febrero de 2023

Cuidadito con los cantos de sirena.

 Ayer le dije a Pascualita que un día de estos la llevaría a la playa para que oliera el mar y recordara sus milenios vividos en remojo. Me sacó los dientes en una mueca terrible pero, como la conozco como si la hubiese parido, supe que aquello era una sonrisa sirenil. Y pensé:  ¡que fea es la jodía!.

Mi primer abuelito que, últimamente, pasa más tiempo en casa que en el Más Allá, desde lo alto del cuadro de la Santa Cena, djjo: - Cuidado con lo que hablas que lo entiende todo y lo que es peor, se acuerda de todo lo ofensivo que dices y piensas de ella. - ¡Este bicho es una eminencia! Lo mismo sirve para un roto que para un descosido.

- Tu sigue así, guapita de cara que, como se harte te cantará y no será por peteneras.

¡Oh, noooooo! (exclamé dramatizando el momento) - ¡Oooh, noooooooooo! ¿Qué he echo para merecer ésto? ¡Otro cantante en la familia no, por Dios! Con el árbol de la calle ya estoy más que servidaaaaaaa!.

Me tiré al suelo, revolcándome como una loca para acabar partiéndome de risa y llenando el suelo del comedor de lágrimas y mocos. Mi primer abuelito estaba tan serio que acabé arrinconando el cachondeo.

Hoy ha echo un día expléndido y hemos ido a la playa tal como le prometí. Sentada en la arena de una de las calitas del Molinar, dejé que Pascualita saliera del termo de los chinos y se rebozara como una croqueta, oliera  el mar y expandiera la vista hasta el horizonte. Sus enormes y saltones ojos de pez brillaban de placer y de añoranza de su mundo perdido. 

No dejé que se arrimara al agua a pesar de que lo intentó varias veces. Y de pronto, se puso a cantar.

Pasaron unos minutos antes de que recordara la advertencia de mi primer abuelito. Sacudí la cabeza y miré. Ya tenía las piernas en remojo yendo tras los cantos de las sirena... de camino al fondo del mar.

viernes, 24 de febrero de 2023

Primer abuelito 1 - Ayuntamiento 0.

 Las voces que llegaban a mis oídos no daban lugar a dudas: alguien estaba matando a alguien. Salté de la cama y corrí hacia el balcón, cerrado a cal y canto a esas horas de la madrugada cuando empiezan a colocarse las calles. 

- ¡Abrete, cristaleraaaaaaaa! - Antes de llegar a ella estrellé uno de mis dedos meñiques del pie (que raro suena èsto) contra la pata de una silla y bajaron todos los santos del cielo en un momento. A punto es tuve de llamar a Bedulio para que viniera a poner orden en el tráfico de santos que, cantando salmos y apretujados los unos con las otras, caminaban en procesión entorno a la mesa del comedor.

- ¡Fuera, fuera! (les grité) - y se esfumaron dejando tras de sí olor a santidad. Y por fin salí al balcón donde los gritos arreciaban. - ¿Qué pasa, qué pasaaaaaa? (pregunté deseosa de enterarme de algo)

La futura víctima era el árbol de la calle que había visto aparcar la furgoneta de Parques y Jardines del Ayuntamiento de la que los operarios extrajeron una sierra mecánica que no auguraba nada bueno. - ¡Nena, van a convertirme en serrín! - Algo habrás hecho (sé que la frase es muy manida pero eso es lo que se espera que diga una persona de bien)

Una rama me golpeó en la cabeza y supe que no había estado acertada. - ¡¡¡HAZ ALGO, JODÍA!!! - y lo hice. Entré en casa, llené un cubo con agua fría del grifo y "bauticé" con ella a los dicharacheros operarios que llevaban hablando de fútbol desde antes de aparcar.

Los gritos subieron muchos decibelios cuando el agua fría los empapó. - ¡A ver quién es el guapo que toca el árbol! - La chulería se apoderó de mi. 

La gente se arremolinaba y llegaron las protestas - ¡Arboricidas! (gritaron algunos vecinos) - Y en menos de lo que canta un gallo, se presentó la Autoridad Municipal con Bedulio a la cabeza. 

Puesto en antecedentes por unos y otros, levantó los brazos dispuesto a que los operarios hicieran su trabajo: ¡talar el árbol de la calle! - ¡ESPERA! (grité) - Corrí escaleras abajo, me acerqué al oído de Bedulio y dije: - Mi primer abuelito está en lo alto del árbol y lo quiere intacto... Si quieres conocer la furia de un alma del Más Allá ¡adelante, valiente!

Cinco minutos después la calle estaba despejada y el árbol cantando el Brindis de la Traviatta.

jueves, 23 de febrero de 2023

¡Encima!

Al llegar a casa el comedor estaba lleno de humo y apestando. Corrí al el teléfono, llamé a los bomberos: - ¡Socorro, que vengan en seguida los bomberos del calendarioooooooooooo! - ¿Y si tienen el día libre que hacemos? (replicó con guasa) Ande, vaya abriendo la puerta ¿o lo dejamos para otro día? - Vale, vale... que suspicaz (me quejé)

Intenté abrir el balcón por si les daba por entrar por allí. - ¡Abrete, cooooñe! - La cristalera dormitaba al sol y tardó en reaccionar. - ¿Quién entrará por aquí? - Puede que los bomberos... ¿Cómo estás tan pancha habiendo un incendio en el comedor? - ¡¿Qué?!... No noto el calor del fuego... ¿qué me pasa? ¿acaso ya he estallado? ay, ay, ay Ya no soy de éste mundo... ¡snif!... ¡buaaaaaaaaaaa!

La sirena rasgó la tranquilidad del barrio y la gente se asomó a ventanas y balcones, mientras otros salieron a la calle, para enterarse de lo que pasaba. 

En un santiamén, los bomberos cogieron las mangueras, subieron la escalera y soltaron el agua.

La que se lió... Aún estoy con la fregona que goza de su minuto de gloria poniendo posturitas

Cuando se aclaró el humo encontramos a la Cotilla, mojada como un pollo, estampada contra el sofá de la salita, temblando como un conejo y sin saber qué había pasado.

Cuando pudo explicarse, después de beberse media botella de chinchón para pasar el susto, contó que había montado un altarcito a Los Amigos de lo Ajeno para recordar a su gurú Bárcenas. Y, en lugar de encender velas, velitas y velones (cosa a la que sigo oponiéndome) puso montones de varitas de incienso y de mil aromas diferentes. 

El humo se fue colocando estratégicamente por todos los rincones de la salita, pasó luego al comedor donde estuvo a punto de cargarse a Pascualita. Menos mal que se refugió en el barco hundido. finalmente ocupó toda la casa... y la peste también.

Los bomberos abroncaron a La Cotilla y, al irse, me entregaron un papel que no pude leer hasta que los ojos estuvieron libres de humo... ¡Era una factura A MI NOMBRE! - ¿Por qué? (pregunté a la Cotilla) - Porque ésta es tu casa... ¿No querrás que la pague yo?  - ¡Jodía Cotilla!

miércoles, 22 de febrero de 2023

Mal genio.

 - ¡Pascualita, mañana iremos a la playa aprovechando el buen tiempo! - La sirena estaba sentada en el borde de la pila de lavar del comedor tomando el sol que entraba por la ventana. 

Pensseque le alegraría la noticia pero, en lugar de demostrarme su alegría con saltos mortales, lo que hizo fue llevarse un dedo a la sien como diciendo - ¡Estás tonta, boba de Coria! - Iba a protestar cuando, desde lo alto del armario de la cocina, mi primer abuelito, vestido con un sudario preciosísimo de Oscar de la Renta, evitó que lo hiciera.

- Es que ha oído en la radio que mañana vuelve el frío, las tormentas, la nieve... Y dice que si quieres ir a la playa, por ella como si te pisan un cayo pero ella no irá.

- Que desagradecida y desagradable llega a ser éste bicho. No sé como no la rebozo y se la mando al señor Li para que disfrute comiéndosela.

- Nena, la sirena te está escuchando... - ¿Y? - No te pongas chula que no está de humor.

Por el rabillo del ojo (porque no se la puede perder de vista cuando está así) vi que iniciaba el movimiento de impulsarse con su formidable cola de sardina para lanzarse sobre mi pero fui más rápida: hice un quiebro al tiempo que abría la ventana de par en par y la medio sardina salía disparada contra el árbol de la calle.

El golpe fue fuerte. Muy fuerte. Y Pascualita quedó grogui y no espatarrada porque no tiene piernas pero sí hecha un guiñapo. Cuando recobró la conciencia mordió todo lo que había a su alrededor: tronco, ramas, hojas, incluso la pata de una tórtola a la que pilló por sorpresa.

Días después los trabajadores de Parques y Jardines recibieron de manos del alcalde una felicitación especial por lo bien cuidado que estaba el árbol de la calle aunque a trozos. . (experimentamos, dijeron) Los lugares mordidos por la sirena eran descomunales: hojas con las que se podían confeccionar prendas de vestir, troncos y ramas presumiendo de musculatura... y una tórtola con un muslo que hacía dos del de un gallo de corral.

martes, 21 de febrero de 2023

Inundación.

 La estridente sirena del coche de bomberos me ha despertado de golpe. - ¿Fuego? (pensó mi adormilado cerebro) ¡¡¡FUEGOOOOOOOO!!! (grité asustada) - y salí al balcón antes de que la cristalera se abriera de par en par... por eso ahora tengo un chichón en la frente que da gusto verlo.

No habia fuego, menos mal pero sí agua ¡inundación! - El líquido corría calle abajo, entraba en los garajes y anegaba lo que encontraba a su paso.

El Municipal Bedulio trataba de ayudar a los vecinos. Le llamé para recabar información. - ¿Ha llovido ésta noche? - NO. - ¿Pues de dónde sale tanta agua? - De tu finca ¿Has dejado el grifo abierto, boba de Coria? - El corazón se me desbocó. Corrí a revisar la cocina y el baño. todo estaba bien.

Antes de salir, de nuevo, al balcón cogí a Pascualita para que viera una inundación de primera mano. Fue ella quien, estirando un bracito con el dedo índice señalando arriba, quien me hizo ver que en la copa del árbol de la calle, había un bombero de calendario. - ¡Aaaayyyy, viene a por mi! - Mi corazón se desbocó de nuevo y corrí al teléfono para contarle a la abuela que el futuro padre de su bisnieto estaba junto a mi balcón - "¡Que romántico!"

El agua no dejó de fluir hasta que el bombero bajó a la acera deslizándose por el tronco de árbol. - ¡Eh, no te vayas todavía; no te vayas por favor que hasta la guitarra mia llora cuando dice adios...! - Pues ni por esas se paró el bombero.

La riada cesó y el árbol, compungido pudo contarme lo que había pasado. - ¡Me han quitado los adornos de Navidad cuando ya pensaba que eran míos para siempre! ¡Les había cogido cariño! - ¿Me estas diciendo que la riada era cosa tuya? - No es para menos ¿no crees? 

En aquel momento pensé que debería ser sincera con él: - Que no se entere nadie de que, por tu culpa, haya coches, muebles, etc que estén para tirar porque mandarán a los de Parques y Jardines a talarte sin anestesia. 

Y entré en casa en busca de mi desbocado corazón que corría pasillo arriba como si estuviera disputando el Derbi de la Cinco Naciones.

lunes, 20 de febrero de 2023

Quejicas.

 Los comensales de la Santa Cena se han despertado bulliciosos hoy. Han usado el mantel de la mesa de la tasca donde cenaron a modo de pancarta para quejarse de que ha sido Carnaval - ¡Y no nos hemos disfrazado!

Al llegarle la noticia a Pepe el jibarizado montó en cólera y gritó: - ¡¡¡OOOOOOOOOOOO!!! y tras él toda la santa compaña que habita mi casa. Todos estaban seguros que, de haber ido a la Rua, se hubiesen llevado el primer premio al mejor disfraz. Y si se hubiesen juntado, también hubiesen ganado el premio a la mejor Comparsa.

- ¡Nos has robado el premio, la Gloria, el estrellato, la llave de la puerta que lleva hasta el Oscar, el reconocimiento a una labor bien echa... - ¿De qué habláis? ¡¿Quién ha cogido la botella de chinchón?! - ¡La Cotilla! dijeron todos.

Con ojos legañosos, Pascualita surgió como una aparición del fondo de la pila de lavar del comedor hasta el borde de la misma y se puso a escuchar atentamente. 

La tropa de mi casa seguía dándome la culpa de vetarles el Porvenir espectacular que les hubiera supuesto ser presentados en sociedad. - Porque es que no nos conoce ni el Presidente de la escalera en cambio tú te paseas por ahí como Pedro con la guitarra. ¡Egoísta! - ¿Egoísta  yo?! ¡¡¡TURURÚ!!!

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaa! ¿Lo de egoísta es para ti, boba de Coria? ¡Muy bien dicho! Por cierto, ¿quién lo ha dicho? - La misma cosa que me ha contado que se hizo suya la botella de chinchón. ¡Ya la está sacando!

Casi no pude acabar la frase cuando la Cotilla se dobló y vomitó en mis pies hasta quedar seca. Después dijo: - Hale, todo el chinchón para ti.

Desde lo alto del frutero, mi abuelito observaba la escena luciendo un fantástico traje de pirata y una espada con la que hacía rodajas a los malos que pillaba.

domingo, 19 de febrero de 2023

Agradecida.

Cantando rancheras a la luz de la luna, así se ha pasado la noche el árbol de la calle. Y claro, no he pegado ojo. 

He salido al balcón a recriminarle que no eran horas de cantar sino de dormir y ha respondido: - A su majestad le encantan las rancheras. - ¿Crees que el Rey de España, que vive en Madrid, que está más allá del quinto pino, te escucha? - Me refiero a la Reina, boba de Coria. - Pero si viven juntos. Tampoco te escucha. 

- Mira que eres mastuerzo (¡me dijo el muy jodío!) Hablo de la Reina de las abejas zumbonas que siguen descansando en la lámpara del comedor. - ¡Mucho cuento tienen éstas! ¿a qué viene tanto cansancio si no van andando, que para eso tienen las alas? ¡Yo si que me canso cuando voy andando al trabajo o al mercado de Pere Garau a por verdura! - ¡Pero si lo tienes a tiro de piedra! Aquí el más cansado soy yo que llevo de pie desde que broté de la tierra. - Haberte echo una silla... - ¡Claro! y ahora estaría cansado de estar sentado.

Nuestra conversación había entrado en bucle por eso y porque la cama me llamaba a gritos, entré en el comedor, camino del dormitorio: - ¡Graciazzzzzzzzzzzzzzzzz! - La vocecita zumbona solo podía venir del enjambre. Era la Reina que, agitando sus patitas decía adiós. - ¡Graciazzzzzz por callar al árbol ¡Que pesadezzzzzzzz!

Y sin más emprendió el vuelo para continuar viaje seguida de su pueblo. - ¡En la cocina te he dejado miel ¡Adiózzzzzzzzzzzzzzzzzzzz! 

Menos mal que el árbol de la calle cantó una nana y pude dormir porque me había desvelado.

sábado, 18 de febrero de 2023

¿Mis dientes?

Este tiempo primaveral en pleno invierno hace que tengamos ganas de salir, de correr como vi hacer a Pompilio cuando pasó como una flecha mientras yo hablaba con Pascualita de cosas de mujeres: - ¿Y cómo hacías para ligarte a un sireno? ¿Qué técnica empleabas? - La sirena me miró asombrada, como si no hiciera falta explicar lo que yo preguntaba.

- Te lo pregunto porque tienes mucha experiencia en éstas cosas del querer después de milenios y milenios pasando el Celo.

Pascualita se llevó las manitas palmeadas a la cabeza y la golpeó con fuerza como diciendo ¡eres tonta!, después abrió tanto la boca que a punto estuvo de desencajarla y sacó a pasear su terrible dentadura de tiburòn. Una vez hecho ésto la señaló con sus deditos índice. Después cerró la boca y se dispuso a dormir la siesta sobre una cama de algas.

Me quedé como estaba: - ¿Qué has querido decir, media sardina? 

Mi primer abuelito, vestido con una elegancia que solo puede verse en el Más Allá y que llevaba un buen rato bailándole el agua a la Abeja Reina (¿querrá emparentar con la realeza?) dejó por un momento la conquista para aleccionarme sobre lo dicho por Pascualita. - ¡Demuéstrale tu poderío al futuro padre del bisnieto y caerá rendido a tus pies.! - ¡¿Mis dientes?!... - Pero ya había vuelto a lo suyo.

De la cocina me llegó el OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO de Pepe el jibarizado seguido de una explicación que no le había pedido. - Sí, nena, es Pompilio a quién has visto, pero el nuevo. El anterior fracasó en su trabajo cuando la Cotilla descubrió el escondite de los calcetines desparejados. Fue cesado ipso facto y su cuerpecillo fue archivado junto a los miles de ellos que le precedieron. - ¿Archivado, dónde? - En el archivador de la Oficina General, en la letra i mayúscula... de Inútil.

viernes, 17 de febrero de 2023

Toque de clarín.

Escuché decir a la Cristalera del balcón: - Pasa, bonita, pasa que pareces cansada. - ¿Quién entra en las casas por balcones o ventanas, me dije? ¡los ladrones! - A continuación me seguí diciendo ¡Será tonta la cristalera! Y me plantifiqué delante de ella en un periquete.

- ¿A quién has dejado entrar en MI CASA tan ricamente, María Pestiño? - A esa abejita que se pasea sobre el hule de la mesa del comedor. ¡Dale agua azucarada que viene reventada la pobre! - ¿Y qué más.? ¿Le pongo también una alfombra roja para darle la bienvenida? 

La Cristalera me miró asombrada. - Nunca pensé que fueras tan buena persona (dijo y un lagrimón cayo a plomo contra el suelo saliendo del ojo de su cerradura. - Lo mío es pura ironía, guapita de cara ¡y deja de llorar que pondrás el suelo perdido!. 

Sonó un clarín y hasta Pascualita se asomó al borde de la pila de lavar del comedor mientras el resto de personajes hacían lo propio y de éste modo se creo una gran espectación que llenó la casa de comentarios. - ¿Hay corrida de toros?  - Un clarín suena para anunciar más cosas...- ¡Ya sé, viene el Rey! - ¿De sotas, de copas, de espadas, de oros...? - ¡Oros, por supuesto! - Es el de España... (dijo un listo)

La cabeza empezó a darme vueltas, literalmente, lo cual es toda una experiencia. De repente todos desaparecieron de mi vista y volvieron a aparecer vestidos de punta en blanco mientras yo iba ¡con el pijama y la bata!

El segundo toque de clarín nos puso a todos firmes y entonces, con gran majestad, entró en mi casa... LA ABEJA REINA, seguida de un nutrido mogollón de abejas zumbonas a ritmo de samba que se instalaron, sin encomendarse ni a Dios ni al Diablo, en la lámpara del comedor, pillando desprevenido a mi primer abuelito que, en esos momentos, colocaba la espectacular cola de seda de su nuevo sudario.

jueves, 16 de febrero de 2023

Hambre feroz.

Menuda noche hemos pasado, Y creo que hablo en nombre de casi todos los habitantes de mi casa. 

Al principio tomé el ruido ensordecedor que sonó en plena noche, por rugidos frenéticos y enamorados de un tigre de Bengala anunciando, a todas las tigresas que no fuésen sordas, que estaba solterito y sin compromiso. 

El solo hecho de tener un tigre cerca ya me puso los pelos de punta pero, lo peor fue cuando presté atención ¡y no era uno sino varios los depredadores a rayas!

¿De dónde se habrían escapado? No sabía que había un circo en mi barrio.

Entonces me acordé de Pascualita. Tenía que rescatarla de las fauces de los tigres. Es la última y más antigua sirena del mundo mundial y no puede acabar entre los colmillos de un tigre. 

Desde mi cuarto y a grito pelado, llamé al árbol de la calle.: - ¡¡¡Canta una nana, por tus esquejes!!! - Un momento después su voz de tenor atronó el aire frío de la noche. - ¡¡¡Canta, canta hasta que se duerman las fieras!!!  

Poco después los rugidos se trocaron en ronquidos y pude salir en busca de la sirena que, por cierto, me recibió con la dentadura de tiburón presta para atacarme.También quisieron hacerlo todos los vecinos de la finca que aporrearon la puerta hasta casi arrancar las bisagras.

Todo el mundo estaba nervioso, cosa natural. Sin embargo hubo un detalle que me llamó la atención: los únicos que dormían a pierna suelta eran los comensales de la Santa Cena... y ¿dónde estaban los tigres?

Horas después de que Bedulio y sus compañeros Municipales, me salvaran de ser linchada por los vecinos del barrio que hicieron piña con los de mi escalera, me enteré de lo que había pasado.

No fueron tigres quienes rugían sino las tripas de los comensales de la Santa Cena, declaradas en huelga en protesta por no recibir el dinero de la porra con el que esperaban ¡¡¡COMER DESPUÉS DE DOS MIL Y PICO AÑOS SIN HACERLO!!!

 

miércoles, 15 de febrero de 2023

¿Qué pasa con Pompilio?

Ha dicho la abuela que éste será un año de Elecciones: que si autonómicas, que si locales, etc. Me lo ha contado porque puede que ir a votar sea para mi y para ella, la oportunidad de encontrar ¡por fin! al padre de su bisnieto.

- "Vas a ir a votar de punta en blanco. Te compras ropa sugerente, zapatos con diez centímetros de tacón..." - Mejor me compro unos zancos. - "Mira que eres bruta. Aprende elegancia de mi ex, si es que es verdad lo que cuentas de él" - De Pe a Pa - "Dime cómo va hoy" - No ha aparecido todavía. Estará de pruebas con la crem de la crem de la alta Costura... - "Menos lobos, Caperucita" - Veo que la envidia te corroe, abuelita. - "Te voy a sacar del testamento de un plumazo, boba de Coria"

Me temo que Pompilio, el duende de los calcetines perdidos, ha muerto. Sigue en la rama del árbol de la calle tan como lo dejé. Los comensales de la Santa Cena han organizado una porra pensando en ganar una pasta gansa y poder comer, después de más de dos mil años, comida caliente y del día. 

Pero el Destino, que es un guasón nato, ha llegado en forma de vendaval y se ha llevado al minúsculo duende vaya usted a saber dónde. Hale, se acabó la porra y el comer comida caliente, dijo divertido el Destino mientras hacía una profunda reverencia para despedirse. Naturalmente le hemos aplaudido a rabiar, menos los hambrientos

Desde entonces, el cuadro de la Santa cena está revolucionado porque algunos, la cristalera por ejemplo, va diciendo que vio a Pompilio arrojado por el viento dentro del cuadro y lo están buscando como agua de mayo. 

Pepe el jibarizado, desde la cocina dice que vio volar a Pompilio para caer de cabeza en el agua de la pila de lavar del comedor. Un montón de bolas de polvo se han tirado a buscarlo pero se han deshecho en el intento. La única que ha salido ganando ha sido Pascualita que se ha comido unas cuantas. No es que le gusten mucho pero hace caso al dicho que dice que a falta de pan, buenas son tortas.

 Mi primer abuelito apareció, por fin, vistiendo un sudario azul celeste lleno de globos chinos cruzando la Atmósfera y son explotados uno tras otro mientras sus restos caen en cascadas de confetti poniendo un toque alegre a ésta maravilla salida de la aguja de Coco Chanel.

martes, 14 de febrero de 2023

Ni en las redes, oiga.

 Pompilio no volvía en sí. Acabé sacándolo al balcón y poniéndolo sobre una rama del árbol de la calle.

- Estoy emocionado (me dijo este) Es como si hubiéseis detenido a Al Capone. Llama a los de la tele para que den la noticia en los telediarios tal como te la dicto: 

- ¡El mundialmente DESCONOCIDO ladrón de calcetines, ha sido detenido en Palma, en el primer piso del número 80 de la calle Balmes! La Cotilla, una mujer mayor que vive allí, RECOGIDA POR CARIDAD, encontró una enorme cantidad de calcetines de un solo pie. Y como suele ocurrir con las cosas importante, el hallazgo fue fruto de la casualidad. El conocido como Arbol de la Calle, famoso en el barrio de Pere Garau por su bella voz y sus muchos conciertos dados desinteresadamente, lo tiene acogido en sus ramas hasta que la Justicia decida qué hacer con él. 

Hice caso al árbol y llame a la tele y nos dispusimos a esperar la avalancha de peticiones de devoluciones de calcetines... Llevamos más de veinticuatro horas y aquí no se ha presentado nadie.

El árbol dijo: - Anúncialo en las Redes. - Y así lo hice. Fui hasta el Paseo Sagrera y di la noticia a un pescador que, sentado en el suelo, arreglaba las redes de pesca. Me miró como el que oye llover, encendió un pitillo, dejó que el humo lo dejase medio ciego y continuó trabajando en las redes.

Bueno, pues seguimos sin noticias de los millones de personas ansiosas por encontrar su desaparecido calcetín.... - ¿Y si lo anuncio en el facebook? (pregunto a Pascualita) - De momento se ha zambullido en la pila de lavar del comedor, metiéndose en el barco hundido a dormir la siesta.

lunes, 13 de febrero de 2023

La suerte de la Cotilla.

- ¡Pompilio, preséntate ante mi ipso facto! - ordené como si fuese Cleopatra convocando a Julio César para arreglar el mundo. - Con la de trabajo que tengo... (protestó el duende) ¿qué tripa se te ha roto, boba de Coria?- ¡Devuélveme el... ! - ¿Rosario de tu madre? - ¡No! - ¿El Alcázar de Segovia? - ¿Pero qué dices? - ¿Melón con jamón? - ¡Mi calcetín nuevo, coñe! - Eso sería un sacrilegio que no estoy dispuesto a hacer. ¿No comprendes que los Pompilios que me han precedido se retorcerían como sarmientos en su lugar de retiro eterno? ¡Nunca! ¡Jamás un Pompilio hizo tal cosa. Mi recuerdo quedaría postcrito para siempre.

- Déjate de zarandajas y devuélveme mi calcetín o te echaré a escobazos de ésta casa.

En un satiamén la escoba apareció a mi lado en plan pelota: - Tus órdenes son música celestial para mis oídos, ama de mis entretelas. Pide y te obedeceré . Y entonces, cuando iba a abrir la boca, llegó la Cotilla. - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaa! 

- ¡He encontrado una mina de oro, nena! - ¡Ostras! ¿En Mallorca? - Para afinar más la puntería te diré que ha sido en ésta casa, en mi cuarto y ya, rizando el rizo, en el cajón secreto del cantarano de tu abuela. - Entonces la mina de oro es ¡MÍA!... Por cierto ¿cómo puede haber una mina de oro en un cajón? . ¡Son cientos y cientos de calcetines desparejados! ¿Tú sabes la de cojos que hay en el mundo? ¿Y amas de casa que sufren por la pérdida de un calcetín? ¡Voy a hacerlos felices a todos vendiéndoles cuantos calcetines quieran para recuperar las parejas!

De reojo vi que Pompilio se había desmayado. Y a la escoba, inquieta porque no le había ordenado nada. Pero, en ese momento solo me preocupaba tener que pagar ¡Y cuánto, por MI CALCETÍN!

domingo, 12 de febrero de 2023

¡Vaya dos!

 Me llamó la abuela. - "A ver si vas a ser la única que no me felicite" - ¿Has ganado algo? - "Si, bonita: experiencia"  - Sobre qué. - "Es mi cumpleaños" - Entonces has ganado en años. - "¿Ya empezamos con las indirectas?" - ¡No he dicho nada, abuela! No se la fecha de tu nacimiento ¿Así que es hoy...? - "¿Te he dicho que lo sea? Estamos en El Funeral celebrándolo con los amigos y amigas tan ricamente" - Y colgó el teléfono.

Y me quedé sin saber si era su cumpleaños o no. ¿Y cuántos cumple? porque ya habrá pasado de los cien. Por mucho que se pinte como una puerta y se ponga minifaldas de las que quitan el hipo, si tiene cien, tiene cien. 

Llamé a Andresito para ver si me aclaraba algo. - ¡Hola, nena! ¿Ya has felicitado a tu abuela? - Pues es que no sabía que hoy era su cumpleaños. - ¡No lo es! pero tenía ganas de que le hicieran regalos. Es una pillina. - ¿Sabes la fecha verdadera? - Ni idea. Este tema es secreto de Estado y no se toca. Yo le voy haciendo regalos muy de cuando en cuando esperando acertar alguna vez.

Más tarde, sentada a la mesa del comedor con Pascualita apoyada en el florero de las flores de plástico de la tienda de los chinos del señor Li, le contaba la tontería que se trae la abuela con sus años. La sirena me miraba fijamente y, de vez en cuando, asentía con la cabeza como si me entendiera. - Qué eso de no decir la edad lo hagas tú es normal porque tienes tropecientos millones de años y...

La actitud de Pascualita cambió de repente. Abrió la boca sacando a pasear su pequeña dentadura de tiburón mientras la saliva envenenada fluía a su boca y no me quedé a ver como me la escupía. No es recomendable.

La sirena estaba enfadadísima sin que yo supiera por qué. Menos mal que mi primer abuelito siempre está al quite. Esta vez se presentó con un sudario de Christian Dior muy peligroso. Era una recreación en seda natural rojo sangre, de la que salían hachas obedeciendo la órden de la reina de Corazones: ¡QUE LE CORTEN LA CABEZA! 

Sin quitarle el ojo a las hachas pregunté: ¿Por qué? - Es fácil, nena: le has puesto dos tropecientos millones de años más y no te lo perdona. ¡Jopé!


sábado, 11 de febrero de 2023

Gambas prefabricadas.

El señor Li mandó a uno de sus empleados a casa para darme el encargo de preparar más gambas gordas como las que le mandé para la fiesta del Año Nuevo Chino y yo me quedé a cuadros. - ¿Seguro que te ha dicho eso? (pregunté al chino que estaba en el rellano) - Segulo, señola boba de Colia.

Me dijo que se acercaba el cumpleaños del señor Li y quería ofrecer lo mejor de lo mejor a sus familiares y amigos que fuesen a felicitarlo. Nada me convenció y acabé llamándolo por teléfono.

¿Co ni chi uá? - Hola, señor Li ¿de verdad quiere cinco kilos de gambas gordas? - ¡Oh, sí! Se buenas pala nuevo negocio mío. - ¿La consulta del dentista? - ¡Exacto! Yo ganal dinelito con dientes lotos y mucho más poniendo dientes nuevos. Yo muy contento. Tengo diploma con filma impoltante colgado en paled de consultolio. Sel bonito.

Compré un saco de yeso y un montón de gambón congelado y empecé a fabricar gambas gordas sabiendo que muchos dientes de quebrarían.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa! ¡¿Hoy comemos gambas, nena?! ¿Te ha tocado la Primitiva? - No, Cotilla. Es un encargo de... - ¡Me importa un pito! Se me antoja comer gambas y no serás tu quién me lo impida. ¡Trae unas cuantas que las voy a freír, no puedo esperar! Ya te freirás las tuyas. - ¡No coja tantas! - Mira que eres rácana; ¡Que cruz tiene tu abuela contigo!

Poco después, sentada en el balcón, de cháchara con el árbol de la calle y la cristalera, oímos: - ¡Aaaaaaaaaaaaaayyyyyyyyyyy mis muelaaaaaas!

La Cotilla acababa de quedarse sin ¡dos muelas! Curiosamente Pascualita lloraba a lágrima viva la rotura de varios dientes de tiburón. Yo estaba perpleja, menos mal que mi primer abuelito me echó un capote: 

- La Cotilla echó una gamba de esas a la pila de lavar del comedor diciendo: por lo menos, aparte de algas, esta "pecera" tendrá un bichito de mar aunque sea frito... - ¡La madre que parió a la Cotilla!

 

viernes, 10 de febrero de 2023

El tercer grado.

 No quiero decir nada pero yo veo que Pascualita tiene piernas. No como para salir andando sino insinuadas. Tal vez sigue evolucionando y al ser tan longeva, en ella se dan todas las evoluciones habidas y por haber y claro, las futuras también. Esta es mi teoría, la que tengo hoy; mañana Dios dirá.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! ¿Tu sabes para quién quiere tantos pantys tu abuela, boba de Coria? - En ese momento, si me pinchan no me sacan sangre ¡¿Se ha vuelto loca la abuela?! A éste paso descubrirá a la sirena y la pobre acabará sus días en el estante de un laboratorio metida en un frasco con formol.

- ¿Cuántos le ha pedido? - Cien... ¿Pensará montar una tienda? - Pues, no sé... - Pregúntale, venga. - ¿Ahora? - ¡Claro. Necesito más datos, por ejemplo las tallas, si las quiere variadas o talla única. Y los colores ¿verdes, amarillos... ? - ¡Color salmonete! (me salió del alma. Como un tiro)

Los ojillos de la Cotilla se achinaron más que los del señor Li. Las pupilas eran dos signos de interrogación clavados en los míos. - ¿Qué sabes tú que yo no sé? - ¡Nada! - El que no nada se ahoga..., el que no se ahoga, flota... una flota es una escuadra ... y una escuadra es un ángulo recto... que lo sepasssssss Ya estás cantando por soleares. - Mejor llamo a la abuela ¿vale? - No tan rápido, Flor de té o te aplico el tormento chino de...- ¡Sonó el timbre de la calle! y pensé: ¡salvada por la campana!

jueves, 9 de febrero de 2023

Que pesada es la abuela.

- "Holaaaaa, boba de Coriaaaaa. ¿Le siguen creciendo las piernas a Pascualitaaaaa?" jajajajajaja - Ya está bien de cachondeo, abuela. Además ¿para qué quieres que te cuente nada si después no me crees? - "Si que te creeeeeeo, Blancaflor" "¿Y cómo son? ¿rectas, curvas, mixtas, quebradas, onduladas o en espiral?" jajajajajajaja

Que pesada se pone la abuela cuando lleva dos copas de chinchón demás; y luego dice de mi la muy jodía. 

- "Vengaaaaaa, dime cositaaaaas" "Huuuuy, ya sé lo que regalaré el día de su cumpleaños! ¡Unos pantys!" - Abuela, ya vale (y colgué el teléfono)

Desde el borde de la pila de lavar del comedor, Pascualita parecía escuchar nuestra conversación; esa es una de las cosas que no debo decir en alto porque estoy rodeada de orejas, orejones y orejitas que, como radares cotillos, se enteran de todo y lo difunden. 

El árbol de la calle abrió su bocaza para decir: - Pues lo de la crecida de las piernas de Pascualita lo dijiste tú, monada, que lo sepassssss... - ¡Vale! Por un perro que maté me llamaron mataperros. (respondí airada)

- ¡Oh! Y estarás orgullosa de ello, sádica. Jamás pensé que harías algo tan horrible (dijo la Cristalera del balcón, escandalizada).

Harta de oírlos, cogí las llaves de casa para irme lejos pero, antes de cerrar la puerta, pude escuchar a mi primer abuelito diciendo: - Nena, dice la sirena que los pantys los quiere rojos, como los salmonetes.

miércoles, 8 de febrero de 2023

El paseo.

 A pesar de los problemas que suele darme la sirena cuando la saco a pasear, lo cierto es que hace compañía y tengo con quién hablar. Por eso, viendo la solana que hacía a pesar de los augurios de la tele, la he metido en el termo de los chinos y hemos ido a que nos diera el aire fresquito de la Serra de Tramuntana.

Caminando sin ton ni son acabé ante las puertas del Cementerio de Palma. Me asomé y desapareció el ruido del tráfico. Una vez dentro me recibió una exposición de estatuas preciosas. El sol avivaba los colores de las flores, naturales o de plástico, el bruñido de los metales, las fotos de las lápidas... 

El paseo fue agradable. Me fijaba en los nombres y decía: Hola, Manuel, hola Juana, hola, Pedro, hola Antonia... recordando lo que alguien escribió en una tumba egipcia: paseante, di mi nombre al pasar junto a mi y volveré a vivir.

En una de las fotos se veía a un hombre feliz con su barca. Poco después lo encontré tomando el sol tranquilamente, como si ya lo tuviera todo hecho. - Buenaaasss (le dije) - La voz de mi primer abuelito me sobresaltó: - ¿Qué haces por aquí? (pregunté) - Me he dicho: voy a ver a los amigos mientras hago tiempo para ir a probarme el nuevo sudario. - Lo tuyo es un no parar, abuelito.

Entonces Pascualita saltó del termo de los chinos al banco donde tomaba el sol el señor de la barca. - ¿Os conocéis? - La sirena me miró como diciendo ¡pues, claro, boba de Coria! Pero fue mi abuelito que me sacó de dudas. - Dice que lo conoce desde que era niño. A él siempre le gustó escuchar sus cantos de sirena. 

Poco después nos despedimos y salimos a la calle. La tranquilidad perdida afectó a Pascualita que, echa una fiera corrupia, saltó a la cabeza del conductor que, estando parado en un semáforo, dio tal bocinazo que tuve que correr tras mi corazón que había salido corriendo del susto. Yo pude colocarlo en su sitio pero el chófer-agonías quedó mondo y lirondo por un tiempo.

martes, 7 de febrero de 2023

Estamos apañados.

 Los primeros días del cambio de look del árbol de la calle, la mayoría de los gorriones que viven entre sus ramas, emigraron a otros árboles de índole conservadora. A uno de ellos le oí decir: nos mudamos porque tanta modernez no es bueno para la educación de los pollitos. Acabarían saliendo del nido antes de hora.

El árbol no paraba de quejarse. ¡Toda la culpa de sus "desgracias" era mía!

Unos días después del "corte de pelo" el árbol notó que, poco a poco, la actitud del vecindario hacia él cambiaba. La gente lo señalaba con el dedo pero no para reírse sino para presumir de él. - Tenemos el árbol más guay de la ciudad ¡Me encanta! (decía una mujer a su amiga) - No es para tanto... - Tu lo que tienes es envidia cochina, querida.

La autoestima del árbol subió como la espuma y se volvió más pesado que de costumbre. A las seis de la mañana cantaba, a voz en grito, Las Mañanitas para los madrugadores. Algo que nadie, salvo mis personajes caseros y yo misma, escuchaba.

El cuadro de la Santa Cena apareció vacío. Pregunté a todos por los Comensales - ¿Dónde están? - Nadie lo sabía. Ni siquiera Pompilio quién, por cierto, se enfadó cuando le insinué si se los había llevado a su escondite a falta de calcetines. - ¡Mi trabajo es un arte muy refinado y requiere una precisión conseguida a base de siglos mejorando la técnica y...! - Vale, vale, perdona, hombre. Estoy preocupada por ellos...  

En la parte baja del cuadro apareció una mano agitándose. - ¡Hey, estamos debajo de la mesa; desde aquí se le oye menos.

lunes, 6 de febrero de 2023

La discusión.

Llamé a la abuela: - ¡Pascualita está creciendo! - "Te he dicho mil veces que no bebas chinchón tan temprano" - Te lo digo en serio. Me da la impresión de que tiene las piernas más largas. - "¿Piernas? ¿Una sirena? Debes  estar a ésto de caer en un coma etílico ¡Vacía la botella de chinchón en el váter, boba de Coria!" - ¡Si la compré ayer! 

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! - "¿Es la Cotilla? Dile que se ponga al teléfono." - Las dos amigas estuvieron de cháchara más de medida hora, después la Cotilla colgó enfadada. - ¡En esta casa se ha perdido la vergüenza y las buenas costumbres! ¡No sé qué hago aquí, entre impresentables como vosotras! Menos mal que mi santa madre me educó como a una señorita.

- ¿A qué viene esto? ¿qué le ha dicho la abuela? - Que te has bebido una botella de chinchón y que si hay alguna más en ésta casa, la vacíe en el váter. - ¡Que no he bebid...! - ¡¿Qué voy a tirar?! En casa del pobre se aprovecha todo. Me quedaré las botellas y las venderé en el trapicheo. - ¡Son mías! Las pagué en el supermercado. - Bueno, pues ahora las cobraré yo. 

- También me ha dicho que te diga que no vuelvas a ir de paseo con  ¡Pascual! Así que le birlas el querido a tu abuela ¿Dónde está tu amor propio y tu dignidad? - No se lo digo porque también las venderá en el trapicheo ¡Aprovechada!

Más tarde, el árbol de la calle sacó a relucir ésta discusión. - ¿Y de quién es la culpa de todo éste malentendido? - De la abuela porque se le calienta la boca y un día soltará lo de la sirena y tendremos un disgusto, - O tuya por maleducarla ¡Pero si todo el mundo sabe quién es Pascualita! - ¡¿Qué dices, bocazas?! ¿Te has ido de la lengua? - Bah, son cuatro palabritas dichas sin mala intención...

La rabia nubló mi entendimiento y llamé a Parques y Jardines del Ayuntamiento.

Ahora el árbol de la calle, tan chulito él, quiere esconderse entre sus raíces. Los operarios de Parques y Jardines le han echo una poda especial y parece el Pato Donald, con el consiguiente recochineo del barrio. 

En año electoral, si dices que darás o retirarás, un montón de votos si no hacen tal cosa, los políticos no se hacen los remolones ¡Actúan!

domingo, 5 de febrero de 2023

El friki.

 Ha salido el sol y he pensado que lo mejor que podría hacer era ir a la playa a tomarlo porque, de momento, es gratis y no estoy para derroches.

Metí a Pascualita, a duras penas, en el termo de los chinos, puse un bocadillo de trampó con queso mahonés, un botellín de agua en la mochila y fui dando un paseo hasta la orilla del mar. 

Por el camino un friki se plantó delante de mi mientras los ojos le hacían chiribitas mirando el termo: - ¡Tía, menuda pieza de museo cuelga de tu cuello! ¿Te hacen cien euros por ella? ¡hay que ver lo que farda! - No me hacen. Le tengo mucho cariño... - Vale. Puedo estirarme hasta los doscientos... - Ni me molesté en contestarle, simplemente negué con la cabeza-

El friki bufó como un toro. - ¡Uf! Vas a hacerme un siete en la cartera ¡quinientos euros y no se hable más! - Di tal respingo que rocé la bombilla de la farola junto a la que estábamos, con la cabeza. 

Mi mano derecha fue a coger el termo pero mi neurona que, en ese momento estaba operativa dijo ¡Nones! y se explicó: - ¿Y Pascualita? - Y yo pensé: La jodía sirena, me ha chafado el negocio.

Dejé al pobre friki llorando a moco tendido mientras farfullaba: - Mi madre me compró un termo igualico..¡snif!...igualicoooooo... ¡buaaaaaaaaaaaaaaa! Por favooooor... ¡snif!... ¡Te doy MIL EUROS!

Corrí como un galgo tras la liebre. El fulano venía detras subiendo la oferta y no me quedó otra que pararme, hacer una cruz con los dedos y decir: ¡Vade retro, Satanas! - E inexplicablemente se largó dando alaridos.

No supe lo que había pasado hasta que vi como uno de sus ojos rebotaba contra el suelo varias veces y desaparecía por las rendijas de una alcantarilla.

Miré el termo. Pascualita, estaba asomada haciendo, satisfecha, la señal de OK con sus deditos palmeados.

- ¿Le has escupido? Te has pasado con el veneno, Blancaflor.


sábado, 4 de febrero de 2023

Así no se aburre.

Lo más granado de la Alta Costura está en el Más Allá. Hay que ver la rabieta que ha cogido la abuela cuando le he contado que, el primer sudario confeccionado en el Otro Barrio por Paco Rabanne ha sido para su primer marido.

- "¡Seguro que no lo ha pagado porque cuando vivía tenía telarañas en los bolsillos!" - Claro que no lo paga, abuela, tu ex es todo un Top Model. Nadie lleva los sudarios como él. - "No lo entiendo, si era más soso que una almeja" 

 El árbol de la calle tiene una oreja tan grande como su boca y se entera de todo: - A tu abuela le ha dolido lo de su ex. Bueno y al final, ¿lo mataron o qué? - No me lo han aclarado, ni la Cotilla ni la abuela. Echan balones fuera...

Desde la cocina llegó la cascada voz de Pepe el jibarizado contando su historia: - ...el borriquillo iba contento hacia su establo después de un día de mucha faena y mucho calor. Pensaba en la hierba fresca que comería después de bañarse en el Nilo cuando de detrás de unas matas salió el cocodrilo más grande del mundo. 

Al oír los rebuznos corri a salvar a mi borrico de quien el cocodrilo había engullido ya la mitad. Tiraba yo de sus patas traseras cuando recibí una coz en la cara y un golpe mortal en el cráneo. Ese día, ni mi borriquillo ni yo nos salvamos... El jefe de la tribu vecina se aprovechó de mi apuro para matarme y convertirme en llavero.

- ¿En el Nilo? (preguntó, asombrado, el árbol de la calle) - Dice que mientras le dure el habla, contará su historia como le venga en gana. - Pues mira, le alabo el gusto. Así no se aburre.

viernes, 3 de febrero de 2023

Otro gran modisto ha emigrado al Más Allá.

Me ha despertado un suave tintineo metálico. Ni tapándome la cabeza con la almohada ha desaparecido. También lo han oído todos los que están en casa. Las primeras en protestar han sido las bolas de polvo: - ¡Aquí no hay quién duerma! Como no pagamos alquiler no podemos quejarnos. - Pues la Cotilla tampoco paga y se queja por todo.- A partir de ahí la queja ha sido general.

Los comensales de la Santa Cena también estaban quejosos aunque por otro motivo: - ¡Queremos vino! ¡Queremos vino! Hace mucho frío. - Ha sido inútil recordarles que se terminó hace ya más de dos mil años.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! ¿Has puesto el disco de los campanilleros, nena? ¡Mira que es bonito!: ¡Los campanilleros en la madrugá! - Vale, Cotilla, pare antes de que caigan chuzos de punta.

Desde la cocina llegó la voz, cada vez más cascada, de Pepe el jibarizado. - Parece que se te acaba la bicoca de contar historias. Toma pastilla Juanola - ¡ Ay, que ricaaaaaaaaaaa! Pues, como iba diciendo... fui a salvar a la hermosa princesa de las fauces del Dragón Comefuegos. Tuvimos una pelea a bofetadas que sonaban como redobles de tambor. En lo más recóndito de la cueva-pisito-social, me esperaba, agazapado entre las escamas de la cola del dragón, el jefe de la tribu vecina, empeñado en convertirme en llavero. 

- No debí hacerlo pero le di la espalda y el tiparraco se llevó mi cabeza para convertirla en Cabeza-hueca. Encima tengo que estarle agradecida porque, gracias a su tesón en rebanarme el pescuezo, he podido recorrer mundo,

Sobre la lámpara del comedor flotaba mi primer abuelito con un tintineante vestido metálico de Paco Raban. - ¿Has visto que sudario más original, nena? En cuanto ha llegado al Más Allá lo ha creado y me lo ha puesto: - Es que tienes un NO cuerpo de lo más atractivo, me ha dicho el maestro, nena.

jueves, 2 de febrero de 2023

El Mercado.

Carro de la compra en ristre, caminé por los pasillos el mercado de Pere Garau hacia la zona de carnicerías para comprar carcasas de pollo antes de que se me adelantaran las chinas. Es que con ésta gente tan madrugadoras, nunca sabes a qué hora vendrán y se las llevaran todas.

Pues yo tengo frío ¡Necesito caldito caliente para soportar los rigores del invierno!

Mientras llegaba a la carnicerías iba recogiendo frases, algunas entrecortadas, de gente que pasaba por mi lado, o hacía cola, número en mano, hablando con su vecina: - ¡Huy, como ha subido estooooo! - ¡El jamón está por las nubes! - ¡Oiga, ni se le ocurra pasarme porque estemos arreglando España! - ... Pues si no reservas mesa en los restaurantes no comes.- ¡ Están abarrotados! - La culpa es del Gobierno... - ¡Y del Alcalde! - María, pónme un kilo de higadillos de pollo para hacer Sopa al minuto... - ¡Ya no hay coles de Bruselas! En mis tiempos las había hasta agosto... - 

Mientras yo entraba en el callejón de las carnicerías por una puerta, por el lado opuesto lo hacía una mujer china. Nos miramos - ¡Oh, no! (gritamos) y emprendimos una frenética carrera contra reloj. - ¡¡¡PEDROOOOOOOOOOOOOOOOOO!!! (grité como si fuera Penélope) ¡QUIERO TRES CARCASAAAAAAAAAAAAAAAAS! - La mujer china también gritó pero yo arranqué el númerito una décima de segundo antes.

La mujer me miró con sus enfurecidos ojos oblicuos. Se llevaba cincuenta carcasas pero no las tres que conseguí con un esfuerzo sobrehumano y eso duele.

miércoles, 1 de febrero de 2023

¿Un regalito, a mi?

Llaman al timbre, miro por la mirilla y me llevo el susto del día: Mafia china y flores. - Ayayayayayayyayyyyyyyyy ¿Son las flores de mi entierro? - ¡Habla, señola. Se que estal aquí! Tlaigo legalito del señol Li pala usted.

- Ahora no puedo abrir, estoy desnuda. Deje el regalo en el suelo y lo recogeré luego.- No podel sel. Señol Li decil que dal en mano y yo dale en mano. Tu ablil que yo no milal.

Fui hasta el comedor diciéndome : ¿qué hago? ¿Qué hagooooooo? - Abre de una vez y veremos el regalo, coñe (me sermoneó el árbol de la calle) - Para una vez que te regalan algo, demuestra educación, boba de Coria (me sermoneó la Cristalera) 

- Pero si estás vestida ¡mentirosa! No te mereces el regalo (me sermonearon los comensales de la Santa Cena) - Está visto que me he levantado con el pie izquierdo - ¡Ya está bien de sermones!

- Nena, en el rellano de la escalera hay un pretendiente con cara de aburrido y un ramo de flores en las manos; ábrele, mujer. ¿Será el padre de mi bisnieto? - Venga, abuelito, menos guasa. 

Mi primer abuelito llevaba un nuevo sudario de seda helada. con abetos y copos de nieve que volaban por toda la casa e iban haciendo charquitos a medida que se descongelaban. - Se nota que ya no está la Momia... - El amor de mi vida a vuelto a su casa... y he recuperado la sana costumbre de vestir alta costura. Anda, atiende al del rellano.

Abrí. El chico se había quedado traspuesto y debía soñar que era Gengis Khan porque tenía tal pelea con quien estuviera en su sueño, que rodó las escaleras y acabó acostado sobre el ramo del señor Li y las flores echas cisco.