miércoles, 15 de febrero de 2023

¿Qué pasa con Pompilio?

Ha dicho la abuela que éste será un año de Elecciones: que si autonómicas, que si locales, etc. Me lo ha contado porque puede que ir a votar sea para mi y para ella, la oportunidad de encontrar ¡por fin! al padre de su bisnieto.

- "Vas a ir a votar de punta en blanco. Te compras ropa sugerente, zapatos con diez centímetros de tacón..." - Mejor me compro unos zancos. - "Mira que eres bruta. Aprende elegancia de mi ex, si es que es verdad lo que cuentas de él" - De Pe a Pa - "Dime cómo va hoy" - No ha aparecido todavía. Estará de pruebas con la crem de la crem de la alta Costura... - "Menos lobos, Caperucita" - Veo que la envidia te corroe, abuelita. - "Te voy a sacar del testamento de un plumazo, boba de Coria"

Me temo que Pompilio, el duende de los calcetines perdidos, ha muerto. Sigue en la rama del árbol de la calle tan como lo dejé. Los comensales de la Santa Cena han organizado una porra pensando en ganar una pasta gansa y poder comer, después de más de dos mil años, comida caliente y del día. 

Pero el Destino, que es un guasón nato, ha llegado en forma de vendaval y se ha llevado al minúsculo duende vaya usted a saber dónde. Hale, se acabó la porra y el comer comida caliente, dijo divertido el Destino mientras hacía una profunda reverencia para despedirse. Naturalmente le hemos aplaudido a rabiar, menos los hambrientos

Desde entonces, el cuadro de la Santa cena está revolucionado porque algunos, la cristalera por ejemplo, va diciendo que vio a Pompilio arrojado por el viento dentro del cuadro y lo están buscando como agua de mayo. 

Pepe el jibarizado, desde la cocina dice que vio volar a Pompilio para caer de cabeza en el agua de la pila de lavar del comedor. Un montón de bolas de polvo se han tirado a buscarlo pero se han deshecho en el intento. La única que ha salido ganando ha sido Pascualita que se ha comido unas cuantas. No es que le gusten mucho pero hace caso al dicho que dice que a falta de pan, buenas son tortas.

 Mi primer abuelito apareció, por fin, vistiendo un sudario azul celeste lleno de globos chinos cruzando la Atmósfera y son explotados uno tras otro mientras sus restos caen en cascadas de confetti poniendo un toque alegre a ésta maravilla salida de la aguja de Coco Chanel.

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