martes, 31 de octubre de 2017

La víspera de todos los Santos.

Han llamado a la puerta y al abrir, me he encontrado con un tembloroso y desmejorado Bedulio. - Holaaaa ¿Qué haces por aquí a éstas horas? - El jefe me tiene tirria o no me mandaría venir a ésta casa en la víspera de Todos los Santos. Así que, ni me mires ni me hables. Toma el sobre con las multas de aparcamiento para tu abuela y ¡Adios!

Antes de que pudiera dar un paso hacia el ascensor, del interior de la casa se oyeron varios ¡CHOF! seguidos. El color desapareció por completo del rostro del Municipal. - A... ay, ay, ay... (dijo sin que apenas se le escuchara) - Tienes mala cara ¿Quiéres un chinchón? - ¡Quiero irme! - Una risa siniestra terminó de ponerle los pelos de punta. - ¡¡¡¿Qué ha sido esto?!!! (estaba desencajado)... ¿Hay alguien contigo...? - Claro ¡TU!

Le faltaban manos para santiguarse. - Entra, hombre. A mi primer abuelito le gustará saludarte. - ¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAH!!! -  Y corrió escaleras abajo.

Cerré la puerta y un minuto después entró la Cotilla. - ¡Avemariapurísimaaaaaaaa! ¿Qué le has hecho a Bedulio? Por poco me tira al suelo cuando nos hemos cruzado. - Sus miedos paranormales le juegan malas pasadas y como es víspera de Todos los Santos, cualquier ruído lo altera. - Pues si me lo encuentro esta noche lo mismo le da un infarto. - ¿No me diga que se va a disfrazar? No le hace falta.

A la Cotilla no le hizo gracia que le dijera eso y la muy zorra me echó una maldición. - Esta noche no estarás sola en ésta casa. Del Más Allá vendrán a hacerte compañía y ¿quién sabe si a llevarte con ellos? - ¡Ja! Mire como tiemblo jajajajajajajaja

Aquellas palabras se fueron incrustando en mi cerebro a medida que pasaban las horas. Y como, encima oscurece antes por el cambio de hora, la noche llegó deprisa. Me acurruqué en el sillón de la salita, rodeada de pan, sobrasada, agua, leche, pipas, chinchón, danones, etc. etc. Provisiones por si tenía que pasar allí la noche.

Cuando las noticias de la tele se convirtieron, de nuevo, en unitemáticas sobre Cataluña, me invadió el sueño pero, una luminaria fosforescente que salía del comedor, me espabiló. - ¡¿Es usted, Cotilla?! Que sepa que no me da miedo jajajajajajaja - Silencio. La luz se fue desplazando hasta entrar en la salita. - ¡No puedes hacerme nada, Puigdemont! Se que estás en Bélgica, fantasmón! - Silencio. - La luz era pequeña e iba de abajo arriba. Una sonrisa diabólica flotaba sobre ella. Y quién quiera que fuese aquel espectro, venía hacia mi.

De repente supe que debía defenderme del inframundo y lancé a la lucecita verdosa, todo cuánto tenía al rededor mientras gritaba, asustada, - ¡Vuelve a los Infiernos, maldito seas! - Pero nada puede detener a un alma en pena cuando quiere atacarte. Claro que yo no me daba por vencida y lancé patadas al aire, más que para herir, para subir mi autoestima. Y mientras yo daba en hueso, un ¡aaaaaaaaaay! estremecedor llenó el silencio de la casa.

Era la abuela. Cubierta con capucha y capa negras, llevando en la mano una plancha enchufada, cuya lucecita verde brillaba en la oscuridad y a Pascualita en la otra, también con capita y capucha negra. Sus terribles dientes era lo único que quedaba un poco visible en la negrura de la salita.

Ahora estoy un poco mareada por el chinchón que he bebido al verme libre de seres de ultratumba... y por el pescozón que me dio la abuela al patearle la espinilla. 

lunes, 30 de octubre de 2017

El Jordi plasta.

Seguimos con la tabarra de estos días: el Prusès, la Independencia de Cataluña, Puigdemon... Es que no puedo poner la televisión sin que salga el temita. Y a mi me gustaría que lo dejaran de lado y hablaran de lo que de verdad interesa, porque en España están pasando cosas y no nos estamos enterando como, por ejemplo: ¿Se casará, o no, Belén con su novio? ¿Qué día y a qué hora? ¿Por la iglesia o por el juzgado?... Si es por el Juzgado ya pueden ponerse a la cola porque tienen delante un montón de políticos a los que están juzgando o a punto de juzgar. Esto es un sin vivir.

El concierto de pitos anunció a la abuela que ha subido a casa como  una exhalación. - "Nena, prepárame chinchón on the rocks" - ¿Una copita? - "Llena una jarra y déjate de ridiculeces, coñe. Vengo traumatizada porque creía que el tormento a los presos estaba prohibido en España" - Yo diría que sí. - "Tampoco hace falta que opines que nadie te lo ha pedido"

La abuela venía peleona. - "Los Jordis sigue en la cárcel" - Pues sí... - "¿Te imaginas el trauma que debe tener el Jordi bajito con eso de llamarse Sánchez?" - Hay mucha gente que se llama así... - "Pero no son independentistas catalanes." - Eso sí...

- Este hombre se ha convertido en el plasta mayor del Reino al dar la vara, continuamente, al recluso que le ha tocado de compañero. El pobre hombre está desesperado, ni come ni duerme desde que  Jordi Sánchez comparte con él la celda. Habla sin parar del Procès y eso no hay cristiano que lo aguante. El recluso dice que no es justo tamaño martírio y amenaza con denunciar a la cárcel si no le cambian de celda! Parece que, finalmente, su queja se ha tenido en cuenta y lo han cambiado de celda" - ¡Menos mal, pobre hombre! - "Bebamos a su salud" - No me lo tuvo que repetir. 


domingo, 29 de octubre de 2017

El otro Cid campeador.

- "¡Nena, estoy emocionada como si fuera a salir con mi primer ligue!" - ¿Quién fue, abuela? - "¡Yo qué sé! solo faltaría que tuviera que acordarme de todos. Además ¿qué tiene que ver eso con lo que te estaba hablando?" - Lo has dicho tú: estoy tan emocionada como si... - "Ya sé lo que he dicho, coñe. Era un modo de explicar lo que siento por un hombre que, como el Cid, está ganando una importante batalla después de muerto." - ¡Ostras!... ah, ya sé... - "Tú que vas a saber, boba de Coria"

Que poco le gusta a la abuela que le quiten protagonismo, por esto no me deja meter baza pero yo sé a quién se refiere, a Viriato... aunque... ahora no sé si ganó algo después de muerto... Es que cuando dimos ésta lección en el colegio no la estudié porque solo tenía ojos para un niño llamado... estooooo... hummm... ¿Sería Vespasiano?... o que su padre tenía una Vespa.

La abuela me sacó de mis elucubraciones, menos mal porque empezaba a dolerme la cabeza. - "¡Manolo Escobar!" anunció a bombo y platillo e inmediatamente, corrió a por Pascualita, luego colocó un disco en el tocadiscos y sonó la canción Que viva España. Y se puso a bailar el pasodoble con la sirena en la mano.

- ¡Baja el sonido, abuela! que vergüenza que lo escuchen los vecinos con lo antiguo que es eso. - "¿Antiguo? Pero si está arrasando en las redes sociales, en las manifestaciones, en los mítines... ¡Qué sabrás tu de música!" - Sé que esto es más antiguo que andar palante.

Pascualita abría su horrible boca, sonriendo de oreja a oreja, si las tuviera, balanceándose al compás de la música y haciendo la señal de OK con sus deditos. - "¡Mira cómo le gusta a la chiquitina bonita!" - ¿Bonita? ¿Ya has bebido chinchón a éstas horas?

Después de ésta canción vino otra y otra y otra... Salió el carro, por supuesto, que no sé yo como no lo han encontrado ya. A mi se me figuraba que Manolo Escobar se metía por todos los rincones de mi casa y saldría cantando cuando menos me lo esperara. - "¡Que grande eres, Manolo! Triunfando de nuevo y eso que estás muerto!" -¡Ah!... ¿Era este? pues... no era quién yo pensaba...

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! ¡¿No me digas que tienes sus discos de vinilo?! (gritó la Cotilla al entrar en la salita, porque la música estaba a todo meter) - "¡Síiiiiiiii!" - Seguro que me darán un buen dinero por ellos. - "No pienso venderlos" - ¡Egoísta! - La discusión fue subiendo de tono mientras la sirena, escondida en el escote de la abuela, se enfadaba porque se había acabado el baile.

sábado, 28 de octubre de 2017

¿República sí o no?

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! Vengo a que me ilustres, boba de Coria... ¿Hay o no hay independencia en Cataluña? - Abrí un ojo legañoso e intenté mirar a la Cotilla con un desprecio infinito pero creo que no lo conseguí porque, inmediatamente, me dormí otra vez.

- Ya lo dice tu abuela ¡no eres buena para nada! ¡¿Somos republicanos o no?! - ¡¿A mi que me cuenta?! ¡¿Acaso tengo pinta beatle?! ¡¿Me llamo Puigdemon?! ¡¡¡¿NO VE QUE ESTOY DURMIENDO!!! - Vale, pero... ¿Se ha vuelto a desdecir?

Recuerdo, vagamente, que le tiré un zapato a la cabeza.

Mientras desayunaba esta mañana, le comenté a Pascualita, la discusión de esta noche con la Cotilla. La sirena no paraba de saltar del frutero a su taza de cola cao. Reptaba, subía a pulso y se volvía a tirar. Y aunque viéndola inmersa en éste trajín, nadie diría que me estaba escuchado, no era así porque en cuanto la oyó gritar por el pasillo, se escondió entre la fruta y sacó su dentadura de tiburón a pasear. Después espero a que entrara en la cocina para lanzarle un chorrito de agua envenenada, acertándole en un ojo.

¡La que se armó! Todo fueron carreras, gritos, ayes y lamentos, llanto, mocos y aspavientos. Menos mal que el chinchón obra milagros y después de beberse casi media botella, durmió unas horas a pierna suelta. Ni siquiera se enteró cuando me comí una fabada de bote y magras con tocino, de bote también.

Hace un rato que se ha despertado con un ojo enorme que da grima verlo. Parece el ojo que todo lo ve trasplantado a la cara arrugada de la Cotilla. Naturalmente no le he dicho nada pero me ha costado mucho aguantarme la risa. Ella ha seguido como si la conversación de ésta madrugada no la hubiésemos interrumpido. - Entonces ¿hay república ya? - Hay pero... no hay. Ha durado menos que un bizcocho en la puerta de un colegio. - ¿La ha proclamado o no? - Aquel ojón mirándome fijamente me desconcertaba - jijijijijiji ... Sí, sí... - ¿Somos republicanas? - Ay, jijijijiji... no lo sé. ¿Usted es catalana? - No. Des Pont d`Inca. - ¡Pues no es republicana, pardala! - Ahora me das un disgusto. - No sabe jijijijijiji cuanto lo siento jajajajajajaja...

jueves, 26 de octubre de 2017

Ha nacido una estrella del suspense.

La abuela ha llegado a casa entusiasmada. Con las mejillas arreboladas, los nervios a flor de piel, la ilusión reflejada en el rostro. - ¿Estás excitada? (pregunté, preocupada) - "¡Síiiiiiiiiiiiiii!" - ¿Sexualmente? (en seguida me arrepentí de la pregunta) Huy, perdón. No me lo digas, no, no, noooooo. No quiero saberlo. - "No te diría que no" - ¡Que no me lo digas! Soy tu nieta y me avergüenza conocer tus intimidades. - "No eres más tonta porque no te entrenas, boba de Coria. ¿Por qué preguntas, pues?" - Ha sido un lapsus... Perdón...-

- "Ha nacido un actor como la copa de un pino. El rey del suspense. Un tío que maneja magistralmente los tiempos para mantener al espectador en vilo. Estoy segura que los Goya al mejor actor y director, se los llevará él. Incluso el Oscar. Es simplemente un fuera de serie" - ¡Caray abuela! hace tiempo que no te había visto tan entusiasma... ¿Lo sabe el abuelito? - "Sí. Y no lo puede ni ver" -  Estará celoso...  - "Puede ser porque lo critica constantemente" - Pues sí que le ha dado fuerte jejejejejejeje

Estábamos sentadas en la salita, junto con Pascualita, saboreando un chinchón on the rock. - ¿Yo conozco a esa eminencia, abuela? ¿Qué películas ha hecho? - "Pues... no tengo ni idea... como tampoco sé lo que oculta su cerebro tras las cortinillas de su frente?" - ¡¿Lleva cortinillas?!... No recuerdo haber visto a nadie así... Solo a Puigdemon pero él no es... - "¡Justo! ¡Ese es el artista! - ¿Puigdemón?... ¿"Estás segura, abuela"? - "¿Sí. Tiene a todo el País en vilo, pendientes de sus palabras. De si dirá sí o dirá no. Deshojando la margarita. Mosqueando incluso a los suyos que, totalmente despistados, a ratos le aclaman y a ratos le llaman traidor, para volver a aclamarlo en cuanto abre de nuevo la boca. ¡Que dominio de la escena tiene éste hombre!"

Pascualita miraba extasiada a la abuela, luego me miraba a mi, dudando si debía atacarme o no. Tuve que decirle a la abuela que bajara el tono porque la sirena no sabía a qué carta quedarse y podía escupirme de un momento a otro. - "¡Que ilusión, me parezco a Puigdemón!" - ¡Te ha salido un pareado! (grité mientras aplaudía a rabiar) - Pascualita, visto lo visto, acabó dando saltos mortales en mi copa de chinchón.

miércoles, 25 de octubre de 2017

Antropófaga.

He traído sardinas del mercado para comerlas con pimientos fritos y solo de pensarlo se me hace la boca agua. - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaaa! ¿Vamos a comer sardinas? - Usted no lo sé, yo sí. - Yo también. No soy alérgica a las sardinas. - He traído las justas para mi. - A mi me dijo el médico que necesito fósforo. (y se hacía la sorda)  - Pues chupe una caja de cerillas.

Como siempre, la Cotilla siempre llega en el momento menos oportuno. Se sentó a la mesa después de colocar su cubierto y su vaso. - ¿Y yo? (pregunté) - Si quieres criados, los pagas.

Como se ha convertido en una huéped vitalicia de mi casa, ya no sé si está bien que la mande a freir espárragos.

- He traído unos botes de tomate frito del contenedor del súper. - Estarán caducados... - ¡Eso no tiene importancia! Si caducan hoy, te lo puedes comer hasta medio mes después y eso tirando por lo bajo. - Un día tendrá una desgracia. - Cuando cobres lo que yo, tendrás el estómago blindado de comer lo primero que encuentres.

Discutimos un rato sobre poner o no, el tomate frito en el plato. Llegamos a una solución salomónica: ella se lo pondría y yo no. Tomada la decisión entré en la cocina a preparar las sardinas... - ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaah! - ¿Qué pasa? (la Cotilla llegó, asustada) - ¡No están las sardinas! - ¿Estás segura que las has comprado? - ¡Claro! Y eran muy frescas - Habrán saltado por la ventana. Por eso yo cojo las cosas caducadas: esas no se mueven.

Busqué por toda la casa pero no aparecieron. Harta de esperar, la Cotilla se fue a comer al comedor social mientras yo seguía buscando. Fue al pasar por el comedor cuando un destello salió del acuario. Una escama prendida en las algas del fondo se cruzó con un rayo de sol y brilló. Más abajo, Pascualita, con la barriga llena, reposaba en la arena. Los destellos se sucedían cada vez que las escamas chocaban con el sol. Y yo me estaba poniendo de mal café. Di un golpe en el cristal del acuario y la sonrisa sardónica y peligrosa de Pascualita apareció, mostrando entre los dientes una aleta de ¡sardina! - ¡Antropófaga! (le grité)


martes, 24 de octubre de 2017

Ha subido la luz ¡otra vez!

De madrugada, al terminar los trapicheos que siempre lleva entre manos, la Cotilla ha vuelto a casa y no ha tenido otra idea mejor que despertarme. - ¡Levántate que me tienes que ayudar! - ¡Aaaayyyy, no veo. No veooooooo! (grité asustada ante una repentina ceguera) - ¡Enciende la luz, coñe! Yo tengo las manos ocupadas.

Deslumbrada por la bombilla, tarde un poco hasta que pude fijarme en lo que abrazaba la Cotilla: ¡un montón de velas de todos los tamaños y calibres! - ¿Ahora se dedica a vender cirios? - Es el momento oportuno. ¡Nos han subido la luz muchísimo! y yo me saco unos euros que me ayudan a llegar a fin de mes. - Alguien habrá pagado el pato (comenté entre dientes) - ¿Qué insinúas...?

Pasé de ella porque no eran horas de discutir ni de nada. Solo de dormir. - Vamos a la salita a montar un altar de los Amigos de lo Ajeno... - ¡¡¡¿Quéeeeeeeeee?!!! - Están juzgando a Luis Bárcenas... o Luís el Cabrón como le llaman sus íntimos. Le he visto en la televisión cuando llegaba a la Audiencia y me ha impactado. Cada día está más guapo. Hoy, mismamente, parecía un Madelman andando con una cartera en la mano y unas espaldas cuadradas, tan perfectas que no parecían de éste mundo.

- En esta casa no se montan más altares a los gánsters de guante blanco. - ¡Hay que hacerlo! Mi gurú está en peligro. La Fiscal tira con bala y quiere enchiquerarlo. - ¡Que lo haga! - No puede mandar a la cárcel al cerebro de una operación financiera que dio tanto rendimiento... La Fiscal le tiene ojeriza ¡seguro!

- Haremos una cosa. Montaremos un altar a la Fiscal y al juez para que dicten condenas ejemplares contra los que fueron a la boda de la hija de Aznar. - ¿Por haber ido a la boda? ¡No es justo! Les llevaron regalos a los novios.

Después de una noche que transcurrió entre discusiones, nos sentamos a desayunar. Al poner la radio daban la noticia del asalto a una cerería: - El robo fue hecho por una persona cuya descripción, dada por el vigilante de la empresa, está entre Doña Rogelia y la Vieja del visillo. La Cotilla se atragantó. - ¡Yo tengo mucho más glamour que esas dos!

lunes, 23 de octubre de 2017

Intentando resolver el enigma.

Me he despertado antes del alba porque tenía una desazón que me tenía inquieta en la cama. ¿Será verdad que Pascualita es el eslabón perdido de la creación? ¿Entonces, el ser humano no desciende del mono y éste, del árbol? ¿Venimos del mar? ¿O los peces vienen de la tierra? Porque al ser la sirena mitad persona, mitad sardina, nos plantea un dilema como el del huevo y la gallina ¿Qué fue primero? en el caso de Pascualita ocurre lo mismo: ¿viene primero del mar o de la tierra?

Menudo fastidio encontrarnos en otro atolladero cuando aún no hemos resuelto lo del huevo y la gallina. Ya son ganas de marear.

He pasado más de la mitad de la noche contemplando a Pascualita mientras ella dormía a cola suelta sobre la arena del fondo del acuario. Por más cábalas que he hecho, he sido incapaz de encontrar la solución a su enigma.

Afortunadamente, Darwin duerme el sueño de los justo sin saber que su teoría estaba equivocada. Es algo que nunca podré probar porque no puedo exponer a Pascualita a la curiosidad ajena si no quiero que la encierren en un laboratorio... Claro que, de hacerlo, me lloverían fama y dinero a espuertas y a nadie le amarga un dulce...

Absorta en mis pensamientos, no oí entrar a la abuela. - "¿Ya estás alelada de buena mañana?" - Pienso en riquezas sin cuento. - "De ilusión también se vive, boba de Coria" - Entonces le conté mis pensamientos creyendo que se pondría de mi lado pero no, se encabritó como un pura sangre y a punto estuvo de patearme.

- "¡Quítate esas ideas de la cabeza si no quieres hacer palmas con las orejas!" - ¡Avemariapurísimaaa! ¿Ya estás haciendo enfadar a tu abuela? ¡Que cruz tienes con ésta nieta! ¿Qué ha pasado? - "Nada... que quiere traicionar la confianza de una amiga..." - Lo que yo te digo: Que cruz tienes con tu nieta" - ¿Qué amiga es esa? - "Es Pasc... Angelines" - ¡Pascual! ¿Quiere traicionar a tu querido? ¡Que cruz tienes c... ! - "¡Ya vale! Sé que tengo una cruz pero no hace falta que lo repitas tanto" - ¿Quién es Angelines? - "¡Ay, Cotilla, que cotilla eres, jodía!"

Cuando me quedé sola, eché un buen chorro de chinchón en el agua del acuario. Tengo que congraciarme con la sirena para poder examinarla detenidamente, sin que me muerda o me deje ciega.

domingo, 22 de octubre de 2017

Pascualita, icono de la evolución de las especies.

El agua que ha limpiado las calles se ha llevado también  retazos de canciones que quedaron pegadas en el azúcar de los buñuelos, pisados en el asfalto, por los rondadores en la Noche de la Vírgenes. ¿Pero hubo alguna vez once mil vírgenes? se preguntó Enrique Jardiel Poncela en uno de sus libros. La abuela, como no, dijo que lo hizo pensando en ella.

Como el rencor por el pescozón aún me duraba, dije, arriesgando mi vida: - "Tú nunca has sido vírgen, abuela" - Contra todo pronóstico lanzó una carcajada al aire - ¿De qué te ríes? - "Eso mismo me dijo mi primer marido. Debe ser cosa de la genética el que seas tan tonta como él"

Poco después la escuché cantar Clavelitos, a voz en grito, junto al acuario. Pascualita, encantada, la escuchaba subida en el borde. Entre gorgorito y gorgorito, le daba pequeños trocitos de buñuelos que la sirena paladeaba con deléite.

- ¿Crees que la sirena es virgen y mártir, abuela? No lo creo yo ni harta de vino. - "Ni lo sé, ni me importa. Es mujer y se merece el mismo homenaje que nosotras" - ¡Es una sardina a medio hacer! - "¡Es la muestra viviente de la evolución del ser humano! Un pez en plena transformación a mujer" - Abuela, no bebas más chinchón que te afecta. (esta conversación la mantuvimos a distancia por si las moscas)

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! No hay nada como una trifulca ciudadana para que la gente acuda a las iglesias y llene los cepillos para ver quién es el más bueno ¡Mira mis bolsillos! a tope de euros. Hoy se me ha dado bien la "limpieza" - ¡Cotilla, la van a enchiquerar un día! - Si solo es un día, me sale a cuenta mi trabajo. - No me ha entendido... - Sí, aguafiestas, sí.

Desde el comedor nos llegaba el canto de la abuela. - ¿A quién le canta Clavelitos? - A nadie (dije) es que se le ha pegado la melodía. - ¡Voy a cantar con ella! - ¡Nooooooooo! - ¿Por qué? (quiso saber la Cotilla) - Por nada... - La Cotilla abrió los ojos como platos y dando a entender que ya sabía de que iba el percal, dijo: - ¡Pascual! (Y entró en el comedor como el caballo de Atila)

Inmediatamente la oí jurar en arameo, gritar, llorar, saltar, etc. etc. cuando la saliva venenosa de Pascualita le dio en los ojos.

sábado, 21 de octubre de 2017

Noche de ronda.

La abuela ha venido toda ufana a casa cuando todavía no habían puesto las calles. - "Pasaba por aquí y he subido para preguntarte cuántas serenatas te han dado ésta noche" - ¿Serenatas?... zzzzzzzzzzzzz... - "¿No sabes que esta madrugada es la Fiesta de las Vírgenes?" -  ¿María?... zzzzzzzz. - "Noooooo... Y no te hagas la tonta, boba de Coria, porque eso quiere decir que nadie te ha venido a rondar ¡Que vergüenza tener una nieta tan sosa como tú!... ¡Despiértate!"

Ser arrancada de esta manera tan poco sutíl, de un sueño profundo y reparador, tendría que estar penado con treinta años de cárcel aunque, a la abuela, se la repanfinfla porque, aunque se tenga por la proletaria número uno, al estar casada con Andresito, adscrito al partido del Pinocho Mayor del Reino, solo vería la cárcel en postal, como Urdangarín sin ir más lejos.

Conseguí abrir un ojo legañoso y la visión que estaba ante mi me puso los pelos de punta. - ¡¡¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaah. Vade retro, Satanás!!! (grité espantada y recibí un pescozón digno de aparecer en las páginas del Libro Guinnes de los Records) - ¿Eres... tú. abue.. abuela? -

La pregunta venía porque el ser que estaba junto a mi cama tenía la cara sudorosa, el maquillaje corrido formando una paleta difusa de colores apagados. Los pelos llenos de confetti y alguna serpentina colgando de las orejas. - ¿Qué te ha... pasado? - "¡Me he divertido un montón en El Funeral, cosa que tu no has hecho!"

- "¿Nadie te ha cantado Clavelitos?" - Pues... - "¡Ni lo sabes, durmiendo como un ceporro! A éste paso nunca tendré un biznieto" - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! ¡Estoy entusiasmada! ¡Me han dado una serenata! - ¡Oh, no!. Lo que me faltaba es que la Cotilla viniera presumiendo de eso. - "Pues a ésta, no" - Que cruz tienes con tu nieta...

Decidí contraatacar. - ¿Iban borrachos quienes os han cantado? ¿Que tenéis vosotras de vírgenes, de verges? - "Siempre me he considerado así"(dijo la abuela toda cargada de razón) - ¡Y yo! (soltó la Cotilla) - De usted me lo creo porque la abuela le birló todos los novios... - ¿Qué insinúas? ¿Que no lo catado? ¡Pues sí! - La abuela, sorprendida, saltó. - "¡¿A quién?!" - ¿No querrás que te cuente ahora mis intimidades? - "¡Claro que sí!"

La vecina no soltó prenda y se inició una fuerte discusión a la que tuve que poner fin yendo en busca de la botella de chinchón mientras los vecinos empezaban a protestar - ¡¡¡No son horas de borracheras!!! (y eso que aún no habían empezado a beber)

miércoles, 18 de octubre de 2017

Pesadillas.

Sigo teniendo pesadillas. Esta noche me he despertando gritando como una loca y bañada en sudor frío mientras los vecinos llamaban a la policía creyendo que se cometía un crimen.

Fue a Bedulio a quien me encontré al abrir la puerta después de que el timbre sonara, un buen rato, con insistencia. - ¿A quién estás matando? (me dijo el Municipal) - ¡La víctima soy yo! Una sirena, gorda y fea, tan grande como una ballena azul, daba saltos mortales en la bañera y cuando vi que todo aquel peso se me venía encima no he podido menos que gritar para salvar la vida. - ¿De qué demonios estás hablando? A ver, échame el aliento... ¡chinchón! No me extraña que veas... ¿cómo has dicho?... ¿sirenas? Si ya sabía yo que no tenía que haber venido. - También estaba Cleopatra con la cara de mi bisabuelastra. ¡Esta mujer tiene más de dos mil años porque se bañó en la Fuente de la Eterna Juventud! ¡Es horrible! - ¿La Momia? pues yo la encuentro muy agradable a esa señora. - ¡Pero es viejísima! - Y tú tonta perdida...

Los vecinos, viendo que no había sangre de por medio, se fueron retirando a sus casas mientras se quejaban - Mira que hacernos levantar para nada... 

No tenía ninguna gana de quedarme sola en casa con el monstruo de Pascualita rondando por mi cerebro. ¿Y si los sueños son reflejos de la realidad, aunque no sea actual? De éste modo, las sirenas debieron ser, en principio, enormes ballenas que fueron evolucionando,  milenio tras milenio, hasta quedar canijas y enanas como la que tengo en casa. La de cosas que estoy descubriendo a base de soñar y de pasarlo mal.

Me acerqué al acuario. Pascualita dormía sobre las algas del fondo. Parecía que había empezado a perder volúmen aunque, todavía, cuando soltaba un eructo, le salía un tufillo a queso manchego, magras con tomate, morcilla, vino de Membrilla... que echaba para atrás.

Volví a la cama. Pondría la mente en blanco y dormiría a pierna suelta las horas que me quedaban hasta que sonara el despertador... pero, agazapada en lo más hondo de mi cerebro, estaba la enorme ballena, a la que le estaban saliendo unos bracitos de manos palmeadas que, sin anunciarse, saltó sobre mi hundiendo la cama con su peso y convirtiéndome en papilla.

martes, 17 de octubre de 2017

La fuente de la Eterna Juventud.

La abuela no para de ponerme los dientes largos contándome cosas de su viaje a La Mancha. Cuando lo hace se le nota la satisfacción en la cara. Se hincha como un globo viendo como me muerdo los labios de rabia al pensar que antepone a un asco de sirena a su nieta.

- "Me bañé en la fuente de la Eterna Juventud jejejejejeje. Lo siento por ti, boba de Coria porque te queda abuela para rato. Me lo recomendó mi suegra. Ella, durante el reinado de Alfonso XII, también se bañó en esas aguas de las Lagunas de Ruidera y mírala, fresca como una rosa." - ¿Cómo sabes que es esa fuente y no otra cualquiera? - "¿ Nunca has oído hablar de las Lagunas de Ruidera? ¡Claro que sí! Lo que pasa es que eres sorda intrauterina y no te enteras de nada cuando te hablan."

- Me refería a la Fuente de la Eterna Juventud... De las lagunas ... creo que... algo habré escuchado... - "¡Lo sé porque lo pone en un letrero! además, los patos que nadan por allí son los más longevos de Europa. Incluso los cangrejos que se crían en sus aguas tienen más años que Matusalen a pesar de tener muy buena apariencia. Fíjate hasta dónde llega la vitalidad de éstos bichos que uno, a punto estuvo de seccionarle a Andresito el dedo meñique mientras" - ¡Yo quiero ir a bañarme allí! - "Has perdido la oportunidad. Inténtalo el año próximo. De momento, todo está cerrado hasta nueva orden"

Tengo que buscarme un novio que me pague el viaje y la estancia en las Lagunas de Ruidera. En contrapartida, lo haré padre del biznieto de la abuela. ¡A ver quién puede superar tamaño regalo!

Me acerqué al acuario. La bola de grasa en qué se había convertido Pascualita, flotaba entre dos aguas como una hoja a la deriva. Seguía gorda como una ceporra y abría y cerraba la boca contínuamente como un pez fuera del agua - ¿Qué hago? (pensé) - ¿La meto en el horno o en la sartén? - Miré cuántas patatas tenía en la despensa... ¡ninguna! Sentí alivio porque ya no tenía que
bajar a la calle a comprar. Si no había patatas, pues ¡No había patatas y a otra cosa, mariposa!


lunes, 16 de octubre de 2017

Me corroe la envidia.

La abuela ha vuelto con las pilas cargadas y las cartucheras también, las que se le han puesto en la cintura, tanto a ella como a Pascualita. La sirena no cabe en el termo de los chinos ni metiéndola a rosca. - ¡¿Qué le has hecho a ésta pobre que parece el muñeco de Michelín?! - "Pasarlo requetebien y caminar mucho" - No me imagino como ha podido "andar" mucho la medio sardina si, de cintura para abajo, solo tiene cola de pez. - "¿Acaso crees que es tan inútil como tú? tiene muchos recursos. Recursos inteligentes quiero decir."

No me tragué la trola. - ¿Ya está preparada para leer el Quijote? - "Totalmente. El argumento le ha encantado" - ¿Y por qué habéis engordado tanto? - "¡¿Quién está gorda, boba de Coria?" - Pues... vosotras dos... (a medida que iba hablando reculaba hacia la puerta de la calle por si tenía que salir corriendo)

Me llovió una catarata de improperios y mientras aguantaba el chaparrón, llegó la Cotilla. - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa! ¿Ya has vuelto? ¡Jopé, que gorda estás! - La cara de la abuela se transformó en una máscara maligna a la que solo le faltaban los cuernos y echar fuego por los ojos para ser un demonio muy cabreado. - "¡¡¡FUERA DE ESTA CASA. LAS DOS!!!"

Cabizbajas, bajamos hasta el portal y fue allí donde caí en la cuenta de que yo no tenía que irme de aquella casa porque era ¡LA MIA! y volví sobre mis paso a toda pastilla. Aquello me permitió escuchar a la abuela hablar por teléfono con su amiga Conchi: - "¡Nos hemos puesto las botas!... ¡Qué va! en coche todo el tiempo... jajajaja Que morcillas... Chocolate con churros. Sí, se aguantaban de pie en la taza..." - En cuanto me vio aparecer me tiró el listín de teléfonos a la cabeza.

Pascualita a penas flotaba. La boca y los ojos se perdían entre los hinchados mofletes. Pensé que era el momento oportuno para gastarle una broma pesada porque casi no tenía hueco por donde salir los chorritos de agua envenenada... de todos modos, como no estaba segura al cien por cien, lo dejé correr.

Me encerré en la salita junto a la botella de chinchón, dispuesta a bebérmela toda con tal de dormir y despertar luego volviendo a la normalidad... porque ésto es una pesadilla ¿verdad?... ¡¿Y por qué la abuela no me ha llevado a mi a La Mancha?!

miércoles, 11 de octubre de 2017

Nos vamos a La Mancha.

El teléfono sonó mientras yo sobrevolaba el castillo de la bruja, que tenía la cara de Puigdemon, montada en la escoba que me había dejado. La bruja me jaleaba: ¡si metes éste papelito en ésta hucha tendrás todas las escobas mágicas que quieras y vivirás en un país multicolor!. Pero yo apenas la escuchaba porque me estaba mareando. - ¡Ole, mi niña. que bien lo hace! - Acabé vomitando y siendo incapáz de acertar a meter el papel en la ranura.

Inmediatamente, una bruja con la cara de Rajoy voló hasta mi con su escoba. - ¡Toma ésta y no hagas caso de los cantos de sirena de éste iluminado! - Mientras me hablaba me llenó la cara de salpicaduras de baba. - ¡Oiga, que me está poniendo perdida! ¡No quiero ni su escoba, ni la otra! ¡¡¡Dejádme tranquila, brujas!!! - Ellas me perseguían gritando: ¡¡¡Tienes que elegiiiiir!!!

Menos mal que la abuela, cuando llama por teléfono, no se da por vencida a la primera de cambio e insiste hasta que le contesto. - ¡¡¡Abuelaaaaaaaa. Que pesadillaaaaaaaaaaa!!! - "Te llamo para desdecirme de una cosa que te dije" - ¿No te vas de viaje? - "Sí. Pero a la tierra de Don Quijote" - ¿Un amigo del abuelito? - "¿Don Quijote? ¡¿No me digas que no sabes quién es?!" - Es que Andresito tiene tantas amistades... - "Recuérdame que te de un pescozón de los que hacen època cuando nos veamos ¡animal de bellota!"

Me costó un rato aclarar la mente y deducir que se iban a La Mancha. Claro que eso ya fue a la hora del desayuno.

A media mañana vino la abuela y antes de decirme nada, recibí el pescozón prometido apesar que no se lo recordé. - "Me llevo a Pascualita para que conozca los parajes manchegos por donde pasó Don Quijote. Cuando lea el libro lo saboreará mejor." - Que lo saboreará me lo creo y no dejará ni un cachito pero... ¿leerlo? ¡Es una especie de sardina, abuela! ¡No sabe leer! Y no quiero que te la lleves. Si la descubren acabará sus días frita junto a un buen plato de migas. - "¡No seas zopenca! Me la llevo y punto"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! ¿A quién te llevas y a dónde? (quiso saber la Cotilla en cuanto puso el pie en casa) - Enfadada como estaba, no pensé a quién le estaba hablando. - ¡A Pasc...! de viaje... - ¡¿A Pascual?! ¿Con Andresito? ¡Tu no tienes vergüenza! (le gritó a la abuela, fuera de sí) -"¡Que no es a Pascual!" - ¿A quién si no? - "A Pasc... Tu no la conoces" - ¿La? jajajajaja Crees que soy tonta ¿verdad? ¡No es "La" es "El"! - "¡Nena, saca el chinchón. Correeeeeee"


martes, 10 de octubre de 2017

El peluche.

A la hora de desayunar ahora somos cuatro: Pepe, Pascualita, Orni y yo. Reconozco que, salvo Pepe y yo, los otros dos están muy mal educados. Pascualita sigue poniendo la mesa perdida de cola cao y Orni hace lo propio en el suelo porque le pongo una palangana con magdalenas del contenedor del súper ,con leche y más que comerlo, se reboza en él.

Me está saliendo por un pico este desayuno porque, constantemente, tengo que añadirle leche a medida que las magdalenas, más secas que la pata de Perico, se hidratan con ella, engordando a ojos vista.

Bedulio ha traído unas multas para la abuela. - Cómo se nota que es rica. Creo que los municipales quieren hacerle una fiesta homenaje por tener el record de multas del año. - Estará muy contenta cuando se lo diga. Le encanta ser la guinda del pastel

De pronto, el cuerpo de Bedulio quedó tieso como una vara. Solo sus ojos delataban que era humano. Unos ojos que giraban en sus órbitas siguiendo los pasos de Orni que se acercaba husmeándolo todo, hasta la puerta de entrada. - Es, solo, un peluche... - -Se... mueve mucho... - Va con pilas. - Está parcheado... ¿de dónde lo has sacado? - Lo trajo la Cotilla de sus trapicheos. - ¡Tíralo que tendrá pulgas! - Poco a poco, Bedulio recuperó el movimiento. - Me voy... No me gusta éste "bicho" -

En ese momento se abrió la puerta del ascensor. Era la Cotilla. Bedulio no perdió la oportunidad de satisfacer su curiosidad de policía. - ¿Dónde encontró "eso"? - Ella siguió el dedo del policía que señalaba al pequeño monstruo que tanto la asustó el otro día. - ¡¡¡Todavía está aquí? ¡Tíralo al water! - Bedulio dió un brinco - ¿Por qué arma tanto escándalo? - Porque es tonta. Se asusta de un simple animalito. - ¡¡¡¿No has dicho que era un peluche?!!! - Puede que lo haya... dicho...

Palideció. - ¿Es... tu... abuelito? - ¡No digas tonterías, hombre ¿Cómo va a serlo?. - Los vecinos salieron a la escalera. - ¡Con vuestras voces no se oye la novela! - ¡Perdón, señora Duquesa de Ca La Pardala! (el tonillo no le gustó nada) - ¡¡¡Como baje te avío, bruja!!! - ¡Cuidado que no te mande mal de ojo! - ¡Que se atreva!

Llegó la abuela. - "¡Mirad que traigo! ¡Los billetes de avión!" - ¿Para mi, abuelita? - "Que más quisieras! Andresito y yo nos vamos a Egipto a descubrirnos mútuamente" - ¿No os habéis descubierto ya? - "Pues nos daremos, nuevamente, por descubiertos... ¡Cómo somos ricos!... ¿Qué es ese bicho?" - ¡¡¡Un peluche!!! - gritaron los vecinos  y entraron en sus casas.

lunes, 9 de octubre de 2017

Pascualita y Orni, se han hecho amigos.

Nadie, salvo la abuela y yo, sabe que un bicho raro se pasea como Pedro por su casa, en mi casa. El ornitorringo y Pascualita han echo buenas migas. Tal vez sea porque ambos viven en hábitats diferentes y eso evita rencillas y celos. La sirena es de agua salada y Orni (le llamo así para que se sienta como en su casa) de agua dulce. En éste sentido son incompatibles pero mejor así, sería muy desagradable ver como uno se come las algas del otro y viceversa, o peor aún, que se comieran entre ellos.

Ambos se miran con curiosidad. Son dos fenómenos de la Naturaleza. El otro día no me pude resistir y les hice una foto juntos. Los dos se encontraron bajo la mesa del comedor. Se miraron largamente, cosa que proveché para ponerme el guante de acero por si se producía algún altercado. Pero todo se limitó a saciar sus curiosidades. - ¿Quién-tiene-una-boca-como-esa, Pascualita? (le hablaba yo en plan didáctico) - Venga,-dímelo-bonita.... ¡El-pato-Donald! Y tú, Orni, dime ¿quién-tiene-una-cola-como-ésta?... ¡La-sardinaaaaaaa!... ¡Que-listos-sois, jodíos!

Un rato después Pascualita se lanzó sobre mi y tuve el tiempo justo de apartarme antes de que me clavara los dientecitos de tiburón en el cuello. - ¡Eeeeeeeeh, ¿quiéres matarme, fiera corrupia? - En cuanto se me pasó el enfado comprendí que los bichos querían estar solos. Y me quité de enmedio.

Me pasé la mañana viendo la tele y escuchando la radio. Me costaba trabajo entender lo que se contaba y veía. Cientos de banderas, con los mismos colores, unas con rayas anchas, otras con rayas más estechas. Muchas veces enfrentadas, otras codeándose entre ellas. Y siempre gritos, insultos, canciones, voces fuertes creyendo, por ello, tener más razón que otros apenas audibles.

El timbre sonó varias veces hasta que lo escuché. - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! - ¡Cotilla! ¿Y la llave de casa? ¡¿No me diga que la ha perdido?! - Noooooo. Se la he dado a una pareja que vendrán mañana a hospedarse en la habitación de tu abuela. - ¿Por qué? - Para sacarle un provecho. La tienes vacía desde que se fue... - ¡No puede hacer esto. No es legal! - Hay tantas cosas que no son legales... por ejemplo, este... ¡¡¡¿Qué engendro monstruoso acabo de ver?!!! ¡Es Frankestein andando a dos patas! - ¡No diga tonterías! Es un ... - ¡Aaaagh, viene a por mi...! - No hay nadie, Cotilla. - ¡Lo he visto, lo he vistoooooo! -

Orni decidió que había llegado el momento de jugar y volvió a pasar ante los ojos atónitos de la Cotilla. - ¡Aaaaaayyyyyyyyyyyyy! ¡está allí!... ¡Y allí! ... - Un chorrito de agua envenenada dio de lleno en el ojo derecho de la vecina, que alarmó a todo el barrido con sus berridos. - ¡¡¡Haz algo, boba de Coria!!! ¡¡¡trae agua!!! - Pensé que lo mejor era darle chinchon y dejar que el alcohol la tumbase y durmiese lo máximo posible. Como así fue... Shisssst... que no se despierteeee.

domingo, 8 de octubre de 2017

El señor Li está feliz.

Era temprano cuando el señor Li llamó a casa. - ¿Estal abuela? - Estará en su casa, digo yo. - Ah, como yo no sabel que decil tú, plegunto. - Llame allí y déjeme dormir. - Colgué porque no tenía ganas de meterme en discusiones. Poco después volvió a llamar - Abuela no estal. Geooooolge decil que venil a tu casa a comel ensaimada. Yo también venil. - ¡¡¡Oiga, que aquí no hay nadie!!! - Pero no me oyó porque ya había colgado.

La abuela tardó cinco minutos en llegar cargada con un paquete de ensaimadas calentitas. - Te ha llamado el señor Li y ha dicho que ahora vendrá. - "¿Para qué? - ¡Yo que sé! - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa! - ¡La que faltaba para el duro! Está visto que no voy a poder dormir un ratito más. - ¡Traigo unas botellas de leche entera! - ¿De dónde las ha afanado? - ¡Lávale la boca con lejía a tu nieta! Son del contenedor del súper, para que te enteres, boba de Coria. 

Sonó el interfono. - Soy Li. - Entró en casa el chino más feliz del barrio. Llevaba la sonrisa puesta y apenas se le veían los ojos. - Parece contento. - ¡Mucho! Quielo a España, a Cataluña, al Ploces, a que Pal-lem o Hablemos y mucho más a Lajoy y a Puigdemon ¡Ole, ole y ole! - ¡Caray, que ataque patriotero le ha dado de buena mañana!

Mientras desayunábamos, el señor Li nos contó que se está forrando vendiendo banderas, de todos los tamaños, de España y Cataluña. - Los tlabajadoles míos tlabajan como chinos haciendo más bandelas. Hay que hacel muuuuuuchas polque España ganalá Mundial de fútbol y ¡más bandelas vendidas! Yo contento, yo invital hoy, a todas, a comel gambas goldas en mi Lestaulante... - De repente se dio una palmada en la frente - Yo olvidal jejejejejeje Li complal holno y hacel ensaimadas muy licas, licas. Abuela tu complal siemple a mi. - Y se marchó dejándome tocada de ala. - ¡Ni se te ocurra! (grité una vez que se cerró la puerta tras el chino)

- "No seas tan categórica. Habrá que ver a qué precio las tienen" - ¡Serás rácana! - Que exaltada eres, boba de Coria. Hay que mirar los pros y los contras antes de rechazar una oferta. - ¡Aquí no hay que mirar nada. No es no! - "Y así le fue a quién lo dijo!" jajajajajaja - Yo tengo que mirar el euro para llegar a fin de mes. - ¡No me venga con cuentos porque, con los trapicheos que se trae entre manos, tiene que tener el riñón forrado ¡Llorica! - Huuuy, que mal vamos a terminar tu nieta y yo...


sábado, 7 de octubre de 2017

Ornitorrinco.

Me he dado cuenta de que estoy muy sola en la vida. Tengo a los abuelitos, a la Cotilla, a Pascualita, a Pepe, incluso a Geooorge y a Bedulio... pero no tengo novio, ni marido, ni amante, ni perrito que me ladre.  Podrían pasar semanas enteras sin que yo pronunciara una palabra ¿Con quién voy a hablar? Pepe es el más sensato pero no habla por no ofender y porque no tiene cuerdas vocales. Debió estar en Papúa-Nueva Guinea en tiempo de crisis y cuando el Gobierno de allí mandó hacer recortes, la tribu que lo tenía le recortó el cuello.

La cuestión es que, por mucho que le pinche, no se inmuta y no me da la réplica para que yo pueda contrareplicarle y así sucesivamente. La conversación es un arte que no puede ejercer una persona sola porque entonces sería un monólogo y debo reconocer que no sirvo para eso. Es más,no le llego a la suela de los zapatos al gran monologuista de España: El Pinocho mayor del Reino.

Pascualita tampoco me da la réplica como no sea a mordiscos y ¡no, gracias! Por eso he pensado en tener una mascota a la que sacar a pasear sin que llame la atención más allá de lo estrictamente necesario... Creo que me la fabricaré.

He cogido la idea de la película Frankestein. No parece tan difícil hacer un animalito con retales de otros. En cuanto a su conservación, tengo un buen congelador en la cocina que apenas empleo

No pensaba decir nada a nadie porque quería que fuera una sorpresa pero ayer, celebrando mi victoria sobre la abuela y la Cotilla, con las que apostamos que quién acertara las veces que se habla de Cataluña en el telediario, se bebería una botella de chinchón ella solita, se me soltó la lengua y lo largué todo.

- "¿Te estás oyendo, boba de Coria? ¡Eres un monstruo! ¿No puedes tener un perro o un gato como la gente normal?" - No, abuela. Un gato se comería a quién tu sabes y a un perro hay que bajarlo a la calle tres veces al día" - ¡Así te oreas, animal de bellota! ¡Que cruz tienes con tu nieta! (dijo, alarmada, la Cotilla) Por cierto ¿quién es "quién tu sabes"?

No hubo contestación porque nos hicimos las locas. Estuvieron toda la tarde recriminándome mi estupenda idea ¡Que pesadas! menos mal que caí en algo parecido al coma etílico y dormí toda la tarde y parte de la noche.

Durante días recorrí el mercado y las calles de mi barrio en busca de animales que me inspiraran la mascota que quería hacer... Hasta que llegué a la tienda de peces donde compró el pienso a Pascualita. Un chapoteo llamó mi atención y busqué entre los grandes acuarios deseando que se tratara de un sireno, claro que sería carísimo... y entonces lo vi. Una criatura hecha de retales ¡viva!

Me he endeudado y tendré que ir al comedor social hasta que le pague el último euro al dueño de la tienda, pero ha valido la pena. - ¡¡¡Abuela, ya lo tengo!!! - "¡Ahggggg! ¡Estás locaaaaaaa!" - ¡Tienes que verlo! - "¡¡¡Ni harta de chinchón!!!" - Pero si es moníiiiiiisimo. - "¡A mi me da un ataqueeeeee!" - Le gusta a Pascualita, aunque están en acuarios separados. - "¡Que no se coma al monstruo, que me da repelús!" - Ya venía bautizado... - "¡Vade retro, Satanás!" -  Se llama Ornitorrinco...  "¿Eh?... ¡Aaaaaaah! Así, sí, boba de Coria"

viernes, 6 de octubre de 2017

¿También se irá la Sagrada Familia?

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! - ¡Oh, no. La Cotilla! - Siendo ya malo que venga a casa a darme la tabarra, peor lo es que eran las tres de la madrugada. Me tapé la cabeza con la sábana y fingi no haberla oído. Pero cuando esta mujer tiene algo entre ceja y ceja, no hay quién la pare. - ¡Levántate,

boba de Coria, que traigo croasancitos del contenedor del súper para desayunar! Y saca el chinchón porque ya no tendré que irme a Cataluña. Mira, ni siquiera llevo la barretina.

Asomé las narices y, efectivamente, no llevaba la barretina, ahora iba disfrazada de payesa mallorquina. - Se me hacía muy cuesta arriba el tema del pasaje del barco porque con mi pensión no me llega ni para pipas ¡Ya no tendré que emigrar a aquella república independiente! Me quedo aquí. - ¿Y eso? - Las grandes empresas se van del Principat y algunas vendrán a Mallorca ¡y podré trapichear en casa! ¿Crées que se traerán también el templo de La Sagrada Familia? ¿Te imaginas el dineral que tendrán sus cepillos? Podría retirarme de la profesión en dos años, nena.

- Tiene usted más cara que espalda, Cotilla. Acabará en la cárcel. - ¿Por qué? - Por robar. - ¿Yoooooooooooo? No hago más que coger lo que me hace falta para llegar a fin de mes. - ¿Cómo su gurú Bárcenas, no? - ¡Exactamente! Es un santo barón y todo lo ha hecho por su familia, para que no les falte de ná. ¡Un hombre así tendría que haber encontrado yo! - Se lo hubiese quitado mi abuela. - Sí... la muy jodía.

De repente se escuchó un golpe secó, como de algo que acabase de caer al suelo. - ¿Hay alguien escondido aquí? - No... - (una sonrisa cínica se pintó en su cara) - ¿Tienes un ligue? ¡Que contenta se pondrá tu abuela! - No es un ligue. - ¿Aún no es un amigo con derecho a roce? Pues acelera porque a tu abuela se le está acabando el combustible vital jejejejejeje - Huy, si la oye, Cotilla. - Pero no está aquí y puedo decir las verdades del barquero... ¡¡¡Aaaaaayyyyyyyyyyyyyyy!!!

Pascualita había clavado sus dientes en el dedo gordo del pie derecho de la Cotilla. ¡que poco le gusta a éste bicho que la despierten bruscamente, como ha hecho la vecina con sus gritos! Furiosa, se ha tirado al suelo y reptado hasta mi cuarto donde ha llevado a cabo su venganza.

El dedo se está hinchando de forma espectacular mientras los gritos de la Cotilla no dejan dormir al vecindario. Voy a por la botella de chinchón, a ver si se calla...

jueves, 5 de octubre de 2017

¿Me quieres?

Me ha llamado la abuela - "¿Está la Cotilla por ahí?" - A Dios gracias, no. Se fue a dar el coñazo a otro lado... ¿También quiere que le respondas Si o No? - "Menuda tabarra da la tía" - Repúdiala, abuela y así no tendrás que aguantarla más y no aspirará a heredar la Torre del Paseo Marítimo. - "Ya salió la avariciosa!"

Veinte minutos después, en la calle empezó el clásico concierto de pitos ante el mal aparcamiento del rolls royce y la abuela, subida a unos tacones de vértigo entró mirando a todas partes. - "¿No ha venido, verdad?" - ¿Quién? - "¡La Cotilla, boba de Coria!"

Pasamos a la cocina a tomarnos un cafetito y un chinchón y hablar de nuestras cosas acompañadas de Pascualita y Pepe que, aunque no opina de nada, por lo menos hace bulto... bueno, bultito. - ¿Has traído el testamento para que vea como has desheredado a tu amiguita? - "Nena ¿me quiéres...?" - ¡Ostras, abuela. Jamás pensé que me dirías algo así... Acabas de ponerme en un compromiso... No sé que decir porque ninguna mujer me ha preguntado algo así en toda mi vida... ¿Es para comenzar una relación seria? Lo digo porque tendrías que divorciarte de Andresito. Yo soy muy moderna, ya lo sabes pero, la moral y la ética son puntales para mi... No puedo comprometerme con una mujer casada... Creo que tomaré otro chinchón... ¡Uf, que nervios me han entrado...

Los ojos de la abuela se salían de sus órbitas y en cuanto vio que me llevaba la copa a los labios, pegó un manotazo y la tiró al suelo donde se hizo añicos. Pascualita, subida a lo alto del frutero hizo la señal de OK a la abuela. - "¡No bebas más que te afecta las meninges! ¿De qué hablas?" - ¡Pero si me has preguntado tu ¿cómo no te vas a acordar? - "Te he preguntado si me quieres... Y no me has dejado terminar la frase, atontá. La frase es: ¿me quieres por el interés?" - ¡Aaaaaah, ya me parecía a mi! ¡Pues claro que sí, abuela!

Medio minuto después salía por la puerta, murmurando: - ¡Con semejante especímen familiar prefiero dejar la Torre del Paseo Marítimo a la Cofradía Autónoma de Mujeres Pilinguis, Sociedad Anónima: CAMPSA... ¡Vaya!

miércoles, 4 de octubre de 2017

¿Sí o no?

Me está pasando algo extraño. Tengo miedo de encender la tele y no voy a hacerlo hasta que consulte con Iker Jiménez y me diga si los caretos que salen en la pantalla cuando menos me lo espero, tienen algo que ver con fenómenos paranormales... Yo diría que sí.

Lo he hablado con la abuela y dice que a ella le pasa igual, aunque cree que la culpa es de su suegra, la Momia, a la que le ha dado por el espiritismo y se pasa el día invocando a sus antepasados, que aunque ya no estén en éste mundo, son más jóvenes que ella.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa! - La Cotilla entró en casa a paso de carga y con una barretina por montera. - ¿De que va vestida? - De independentista ¡Rápido! dime, sin pensar, ¿SI o NO?. - ¿Para qué? - ¿Qué parte de"sin pensar" no has entendido? - Pero es qué... no sé de qué va la cosa. - ¡De SI o NO! No es tan difícil, boba de Coria. - Ya, pero es que así, en frío... no sé por cuál opción decantarme . - Vale, te daré una pista: si dices NO iremos a comer al comedor social. Si dices SI comeremos en un restaurante con tres estrellas Michelín. Venga, ¡vota ya, leñe! - Sigo en la duda porque la comida del comedor social me gusta... La del tres estrellas no lo sé... ¿Y si nos hacen una cosa rara y no nos gusta? ¿qué pasará? ¿Qué nos quedaremos sin comer? ¡Pues vaya plan!... Por otro lado... - ¡Ya me has hartado! Me voy yo sola y que salga el sol por Antequera. - ¿Al tres estrellas? - ¡¡¡SI!!! - ¿Y si no le gusta? - ¡Calla ya! ¡Que cruz tenemos contigo!

La Cotilla siempre logra su objetivo: ponerme nerviosa. He salido al balcón a tomar el aire. En el árbol de la calle unos gorriones discutían acaloradamente. Entre trinos airados y picotazos me pareció escuchar ¡SI! ¡NO! - ¿Será posible? (me dije)

Me senté con Pascualita en el sofá de la salita y llevada por la fuerza de la costumbre, encendí la tele y ¡allí estaban otra vez los caretos de Rajoy y Puigdemon! - ¡¡¡VADE RETRO, SATANAS!!! - grité y nos refugiamos en la cocina donde, ya tranquilas, compartimos un chinchón... ¿o fueron dos?

martes, 3 de octubre de 2017

La soledad.

¡Me han dejado más sola que la una! ¡Bien por Pascualita y sus cabreos! Creo que a éstas horas la abuela y Andresito están probándose pelucas en una tienda especializada. La Cotilla se hizo un apaño con una bufanda de mi primer abuelito que encontré en un cajón del cantarano del cuarto que fue de mi abuela y salió de casa, dolorida y clavadita a un hindú. Solo le faltaba la vaca sagrada.

Salvo la abuela, los otros dos no se explican qué les pasó y no seré yo quién se lo diga. De todas maneras, cuando se iban, la abuela se me acercó y muy bajito, me dijo: - "Esta me la pagarás, boba de Coria" - Pero si yo no he hecho nada... - "Por eso" - Ahora estoy preocupada porque de ésta mujer se puede esperar cualquier cosa y ninguna buena.

Ha estallado una tempestad de rayos y truenos, vientos huracanados y lluvia a raudales que corre como un río por las calles. Y estoy sola. No del todo, lo sé, pero con un tiempo así de tenebroso no me apetece que me haga compañía una cabeza decapitada y reducida al tamaño de un llavero. Cuando la luz del relámpago se refleja en la pared de la cocina, veo la sombra de Pepe aparecer de repente y se me pone la carne de gallina.

Me he llevado a Pascualita a la salita donde quedan restos del dichoso altar que montaron las dos viejas amigas el otro día. Los trozos de velas y velones, también se iluminan a la luz de los relámpagos, parecen viejas puntas de lanzas surgidas del barro del campo de una batalla muy antigua. Ahora solo me falta ver a un soldado de las Cruzadas y entonces bajo al bar de la esquina, donde hay gente, aunque tenga que nadar hasta allí.

Pascualita tampoco las tiene todas consigo. Se encoge ante el ruído del trueno y de momento se ha escondido en mi sobaco. No me fio de ella y nos hemos dado chinchón para recobrar el valor. Pero cuesta mucho, por eso he abierto otra botella. Si quiero dejar el miedo atrás debo perseverar. - ¿Está rico? (le pregunto a mi ¿amiga?) y hace la señal de OK con dedos temblorosos.

Me ha parecido que llamaban. Me ha costado llegar hasta la puerta porque el pasillo parecía tener vida propia... ¿Por qué se moverá tanto? ... ¡hip!...

Al abrila, un rayo ha iluminado el rellano de la escalera y ¡allí estaba el Yeti! O su primo ¡yo que sé! con unas greñas que le llegaban al tobillo, apestando a perro muerto, unas uñas enrevesadas de largas que eran. Y dio un paso hacia mi. ¡¡¡Grité, entre hipos, hasta quedar afónica!!! A los dos minutos se presentaron los bomberos. Los vecinos, asomados a los descansillos, también gritaban: - ¡¿Qué pasa. Qué pasa?! - ¿Quién nos ha llamado? (preguntaban los bomberos, muy cabreados) De repente un trueno hizo temblar la finca. Un rayo se había metido en la antena de la televisión y el ruído parecía anunciar el Fin del Mundo. - ¡Maldita sea! (dijo un vecino) se ha cargado la tele y no podré ver el partido.

lunes, 2 de octubre de 2017

Agujetas.

Mi casa se ha convertido en un hospital de campaña con tres heridos quejicas. El hilo musical que se extiende por todas las habitaciones es ¡Ay..., ay..., ay..., ay...! Menuda monserga. Estoy por irme, cerrar la puerta con llave y tirarla a un pozo ¡no aguanto más!

La abuela, Andresito y la Cotilla están tirados por los sillones y me han tomado por el pito del sereno: - "¡Nena, házme un café!... ¡ayyyyyyyyyy" - ¡Nena, otro chinchón que ya no me queda!... ¡ayyyyyyyyy! - ¡Nena, llama a mi partido y diles que se han pasado siete pueblos con las porras... ¡ayyyyyyyyyyy! - Ahí me negué en redondo - ¡Ni hablar del peluquín! No vaya a ser que se les escape un porrazo y me de a mi! - Si es por teléfono... - ¡No me fio!

Están los tres con agujetas hasta en las pestañas porque no se les ha ocurrido otra cosa que apuntarse a clases de baile mallorquín. A sus años... de ésto no he comentado nada, por si acaso se le va la mano a la abuela y me arrea un pescozón de los suyos. El caso es que han tenido su primera clase y ahora están doloridos. - Tendríais que tomar una aspirina y en cuanto os mejoréis llamo a Geooorge y os lleva a la torre del Paseo Marítimo. - ¡Ni hablar! (dijo el abuelito) Allí tendríamos que aguantar las pullas de mi madre que ya nos advirtió de lo que nos podía pasar bailando jotas y boleros.

- ¡¿Y hasta cuando pensáis quedaros aquí?! - Hasta que se nos pase, nena. - ¿Cuánto duran unas agujetas? - Huuuuuuy, algunas pueden durar meses (soltó la Cotilla) - ¡¡¡¿MESES?!!!

La desesperación se adueñó de mi. No resistiría tanto tiempo sin acabar loca de atar. Cogí a Pascualita para contarle mis penas pero, aturdida como estaba, no caí en que la sirena estaba profundamente dormida flotando entre dos aguas y al cogerla tuvo un brusco despertar que se tradujo en intentos furiosos de morderme ¡Y no me había puesto el guante de acero!

Los "enfermos",tomándome por una esclava de tercera categoría, no paraban de llamarme: - "¡Nena, pónme bien el cojín!" ¡Y a mi! ¡A mi también!  - La vista se me nubló y por unos instante lo vi todo negro, después rojo y a partir de este momento creo que desdoblé mi personalidad, porque cuando recuperé la conciencia, me encontré a tres personas gritando, llorando, pataleando ¡y saltando! con los cráneos mondos y lirondos y restos de pelo colgando como tristes banderas sin viento que las ondée... Por el rabillo del ojo vi un movimiento en el suelo. Pascualita, con la satisfacción del trabajo bien echo, reptaba por las baldosas camino del acuario. - Has encontrado la "cura" de las agujetas, muchacha. (le dije al tiempo que hacía la señal de OK antes de meterla en el agua)

domingo, 1 de octubre de 2017

La neurona no funciona.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaa! - ¿Dónde va con ese cargamento de velas, Cotilla? - A montar un altar en tu salita. - Me lo temía pero no va a poder ser. - ¿Y eso? - Está prohibido. - ¿Por quién? - Por mi religión. - ¡No me digas que te has hecho religiosa a tus años! - Mire quién habla. La que tiene más años que Matusalem. - ¡Huuuuuy, como se entere tu abuela de lo que has dichooooo! ¿Y qué religión es la tuya? - Una que no permite montar altares ¡La mía! así que ya está sacando toda esta cera de mi casa. ¡Vamos! un dos, un dos...

Los pitidos de la calle anunciaron a la abuela que subió seguida de Geoooorge, cargado con velones enteros y sin estrenar, cosa que hizo que a la Cotilla los ojos le hicieran chirivitas. - "Nena, quita los trastos de la salita que vamos a montar un altar en honor a la neurona del Pinocho Mayor del Reino" - ¿En mi casa? ¿Quiére que salgamos en la prensa en la sesión de desgracias? ¿A qué viene este empeño con los altares que os ha dado a las dos? - "Mira que casualidad, porque no nos hemos puesto de acuerdo ¿verdad, Cotilla?"

Me puse a Pascualita en la solapa, en plan broche para que viera los tejemanejes de las dos amigas. Mientras montaban el altar la Cotilla no paraba de remugar, no se la veía muy contenta. - Si me hubieses dicho que vendrías  no hubiese cogido tantos cabos de velas. He venido cargada como una burra por tu culpa, (La Cotilla estaba de uñas contra la abuela) con las que tu has traído va que chuta. Las mías las guardaré para venderlas por ahí. - "¡Ni hablar! Las pones también. La neurona no da más de sí, por eso necesita toda la carga positiva del mundo" - Desde que eres rica todo tienes que hacerlo en grande, jodía. - "Es agradable"

Cuando encendieron todas las velas nos sentamos en el comedor hasta que, hartas del calor de las llamas, salimos al balcón a respirar aire puro. - El que está en esa foto que has puesto ¿quién es? - "La neurona" - No sabía que esos bichos llevaran barba... - Es que ésta, al ser única, está muy compenetrada con quién la lleva... - ¿Crees que funcionará?

Yo estaba muy intranquila debido al fuego y acabé quedándome en el comedor para vigilar que no ardiera nada. Caminaba al rededor de la mesa para calmar mis nervios y al pasar junto al acuario, la sirena se tiró de cabeza al agua. Decidí llamar a los bomberos. - ¿Son los bomberos? - Sí, señora. - Señorita... ¿Tiene ahí a algún bombero de calendario? ... ¿Dos?Pues mándemelos... No, es por precaución porque hay mucha vela encendida y ya, de paso, me alegro la vista... ¡¡¡Oiga!!! (colgó)

En la televisión salieron escenas de mucha violencia gratuíta contra gente pacífica. - ¡Ostras, mirad esto! - La abuela se indignó. Corrió a la cocina, llenó un cubo de agua y se lo tiró a las velas apagándolas al instante. - ¡Abuela, lo has mojado todo ! ¿Dónde haremos la siesta? - "¡No ha funcionado, Cotilla! Ya me lo dijo Andresito y no le creí. Lo que más me fastidia es tener que darle la razón" - La vecina cogió la foto de la neurona barbada - ¿Qué hago con ella? - "¡Que dimita!" - ¿La neurona? - "Yo me entiendo". - Trae el chinchón, nena... ¡Y la fregona!