sábado, 30 de junio de 2012

Aunque no lo diga, la abuela está pasando las de Caín con tanto calor y tal como pasa en invierno, que si ella tiene frío todo el mundo tiene que taparse, en verano tenemos que refrescarnos tanto si queremos como si no y eso le ha pasado a la pobre Pascualita.

Esta mañana, en cuanto se ha levantado, la abuela ha corrido a meter el dedo en el agua del "acuario" y otro tanto ha hecho después de desayunar y al volver de la compra. Ha venido chorreando y blasfemando en arameo. En cuanto ha dejado el carrito ha sacado las cubiteras del congelador y las ha vaciado en la bañera rosa - "¡Pobrecita mía! Así estarás más fresquita" - Yo, que venía del trabajo sin saber de qué iba la cosa, dije - ¿Le has comprado un abanico? Ya es lo único que le faltaba ¡Adefesio completo! - "¡Habló el sabio Salomón! ¿tú te has visto en el espejo? Ni el calor se te acerca de lo avinagrada que eres" - ¡Que soy tu nieta! - Yo me haría las pruebas de ADN (la Cotilla volvió a sorprendernos en una conversación íntima) . ¿Estás segura de que no os la cambiaron al nacer? ... ¿Para que metes los cubitos ahí? ¡Ay, Dios! tu tampoco estás muy bien de la cabeza... ¿qué hay para comer?

Nos apartamos, prudentemente, del "acuario" para que a la Cotilla no le diera por indagar. Cuándo íbamos a entrar en la cocina la llamé, se giró y le tiré a Pepe - ¡Pregúntele al cheff!, jajajajajaja - Después de intentar durante un buen rato que no se quedara, lo único que conseguí fue otra bronca de la abuela afeándome  mi poca caridad -¡No puedo comer teniendo delante a ésta tía gorrera! - Ella sacó a relucir su escasa pensión - Y encima tendré que pagar en la farmacia. Y sube el butano y la luz...(dijo llorosa)  - De eso gasta poco porque se pasa el día en mi casa ¡Quéjese a los que nos nos roban! Seguro que si estuviera en Marbella iría a jalear a la Pantoja como hace ese grupo que la llama guapa en lugar de ladrona - ¡No digas eso que canta de maravilla! Pobrecita.

Un chapoteo desesperado llegó a mis oídos. Pascualita estaba azul y dando las últimas boqueadas. La saqué del agua y la metí en mi escote para darle calor ¡Jopé! estaba helada.De haber comido me exponía a un corte de digestión. Con preocupación oía castañear sus dientes - "¿Qué pasa?" (dijo la abuela) - ¡Que por poco la matas! Le has echado hielo de agua de grifo... Toma, cógela tu que a mi acabará mordiéndome.


No fue mucho lo que vio la Cotilla - "¿Ya estáis otra vez con la porquería esa? ¡Ni que fuera el brazo incorrupto de Santa Teresa!... ¿Falta mucho para comer? - "Media horita ¿por qué?" - Para ver si aún tengo tiempo de ir a Sanidad a meteros una denuncia por guardar comida caducada en casa. - ¿Será capaz de comer aquí y luego ir a  denunciarnos? - Lo cortés no quita lo valiente.



viernes, 29 de junio de 2012

Sentadas en la penumbra de la salita después de comer, con un helado de chocolate refrescándonos el gaznate y la botella de chinchón aguardando su turno, hablábamos de vanalidades (porque no son horas de charlas trascendentales para el cerebro cuando se cierne sobre él el dulce abrazo del sopor veraniego ¡La siesta, vamos!)

La Cotilla empezó su concierto de ronquidos, resoplidos y ruiditos varios y eso que dice que no duerme nunca, sino que se traspone ¡Ja! La abuela repasa el periódico entre cabezadas. ¡Mira que es testaruda! tiene toda la tarde para hacerlo y escoge este sagrado momento ¡Si no se entera de nada! Yo sigo paladeando el helado. Con los años me estoy volviendo golosa y al chocolate no puedo decirle que no. Uf, que difícil me resulta mantener los ojos abiertooooossss... huuuummm....

- "¡¡¡Bien, bien y mil veces bien!!!" - Menudo salto he dado, un salto tan grande como la rabia que me ha entrado - ¿Crees que son maneras de despertar a un cristiano? - "¡Mira lo que pone aquí! ¡Alemania ha perdido! ¡¡¡Toma, Merkel, chúpate esa!!!" - Tu abuela está loca... Anda, pásame el chinchón o me voy a cabrear mucho. - ¿Es que la ha despertado? - ¿A mí? No, si no dormía, solo estaba... - Un día la voy a grabar para que escuche sus gruñidos de tigre acatarrado. ¡Estaba dormida como un plomo! - ¡Jesús, que humos!  - "¿Pero es que no me habéis oído? Ha perdido Alemania..." - Si, te hemos oído y quien ha perdido ha sido la selección de fútbol alemana, ¡coñe! ¿Pero no dices que el fútbol es el opio del pueblo, nos aborrega,  no nos deja ver la realidad y no sé cuantas cosas más? - "Sí, todo esto es verdad pero es tan agradable darle en los morros a los amos de Europa ¡Que subidón!" - ¡Bueno! No me lo puedo creer - "¡Eres inaguantable! Para un poco y disfruta. Imagínate El Arenal lleno de teutones engreídos, sintiéndose superiores al resto de la humanidad (como si los años no hubiesen pasado) viendo como los hombres morenos, bajitos y de barba cerrada les mandaron a llorar a los pechos de la Merkel. ¡Gracias, Dios mío!" - Ande, Cotilla, páseme la botella que una cosa así solo puedo soportarla después de unas cuantas copas. - La razón habla por tu boca, hija.

jueves, 28 de junio de 2012

- ¡Me encanta el calor, me encanta el calor!... ¿Y ahora que el calor ya está aquí, qué? - "Me aguanto" - Pues aguántate pero no te quejes que ya me duele la cabeza de oírte... ¿No has guisado hoy? - "Tu no sabes lo que es pasarse media mañana comprando..." - ¿Tanto tiempo? - "¡Claro! Hay que hablar con unos y con otras; reir; pasarnos recetas; discutir sobre el género que vas a comprar; escuchar a quién piensa que te cuenta algo interesante aunque no la conozcas de nada. En definitiva, buscar la sal de la vida en el trabajo diario y codearte con los vecinos" - ¡Madre del Amor Hermoso! cuanto rollo para comprar unas patatas y algo de fruta - "Nunca aprenderás" - ¿Quiéres ver lo que tardo yo? - "Pascualita, no la escuches. Esta nieta mía no tiene ni idea de lo que es ir al mercado. Ir al súper es algo automático: cojo esto, esto y esto, me pongo en la cola, pago y adiós muy buenas, en cambio en el mercado hay calor humano pero este pedazo de carne con ojos no se entera" - Bueno ¿y qué hay de la comida? porque yo tengo hambre - "Pon la mesa que está al llegar"

El señor Li se ha presentado cargado con bolsas de comida china - Oh, no ponel tenedoles, yo tlael palillos - (Con los palillos comerá su padre) dije yo por lo bajini a la abuela (¿Cómo se te ocurre que nos traiga éste la comida? A mi no me gusta) - "Pues no comas" - La Cotilla nos saludó cuando ya estaba sentada en su sitio - No te preocupes, me lo comeré yo... ¡Hola, señor Li! Que buena pinta tiene todo - El hombre estaba boquiabierto porque no la había visto entrar - Si señola comel con nosotlos no se si bastal lo que he tlaido... Sel muy tlagona - ¡Es una caradura! - ¿Ahora qué te he hecho?

Mientras comíamos (con tal de que la Cotilla no comiera más de lo que debía hice de tripas corazón) el señor Li habló de lo triste que quedó el día en que no pudo probar la "croqueta" de la abuela que salió disparada por la ventana de la cocina - ¿Hala otlo día pala mí? - ¡Usted no comerá esa porquería si yo puedo evitarlo! - El señor Li se puso muy serio y le dijo a la abuela que, sí quería, él podría hacer rollitos de primavera con cachitos de la "señola Cotilla" de relleno - "No, déjelo que aún nos envenenaríamos"

Después de comer nos sirvió unas copitas de saké. Nos pareció que era poca cantidad y fui a buscar "nuestras" copas. La conversación derivó hacia el partido de la Selección. Había que ver a la Cotilla sacando el poco pecho que tiene, como si los penaltis los hubiese tirado ella. Y para demostrar que era más de la Roja que nadie, se tomó tres copas de chinchón, consecutivas,como tres soles. La mezcla fue explosiva. Sacó del bolsillo la llave de mi casa y la tiró al "acuario" - ¡Total jijijijiji... no sirve para naaaaadaaaaaaa... ¡hip!... ese trassssto - La mala suerte quiso que le acertara a Pascualita en la cabeza. La pobre dormía tan ricamente  acurrucada entre las algas del fondo ¿y qué es lo que peor le sienta a la sirena? Ser despertada bruscamente. Por lo que pudiera pasar me puse las gafas de sol y la abuela se fue a la cocina. Pascualita subió a la superficie echa una fiera y lanzó dos chorritos de agua envenenada, uno a los ojos del señor Li y otro a los de la Cotilla. En un momento se armó un guiriga., Todo fueron gritos y carreras  hasta que pudimos sujetarlos y hacerles beber casi toda la botella de chinchón para que luego no recordaran nada.  Poco después todos dormíamos, unas la siesta y otros la mona.

miércoles, 27 de junio de 2012

- "Hace años vi una película llamada "El mundo está, loco, loco, loco" y recuerdo que a penas podía oir los diálogos a causa de mis carcajadas. Esta noche tengo que dar una charla en el Funeral..." - ¿Y eso? - "Hemos decidido que, cada día, uno de nosotros hablará de un tema distinto y a poder ser, de actualidad. Hoy me toca a mí" - ¿Y hablarás sobre esa película que es más vieja que San Antón? - "No , pero me dará pie para comenzar mi exposición" - ¡Jesús, que frase! - "Debo cuidar mi léxico porque Andresito me ha comentado que suelto muchos tacos cuando hablo... ¿tú que dices?" - ¿De qué? - "¡Vatualmón, tía! ¿Escúchame cuando te hablo, leches!" - ¡Ah, lo de los tacos... pues no me he dado cuenta - "Supongo que tengo un novio un poco finolis" - Será eso.

A media mañana ha venido Blas. - "¿Quiéres más croquetas?" - No, he venido para charlar un rato como hacíamos antes - Me fijé como, disimuladamente, Blas ponía un dinero detrás de la maceta del taquillón de la entrada. Se había convertido en una costumbre de la que nadie hablaba.

Nos estábamos tomando un café en la cocina, con Pascualita enterándose de todo desde lo alto del bote de cola cao, cuando un torbellino escandaloso acabó con nuestra tranquilidad - ¡Cuántas veces tengo que decir que no quiero que os quedéis a solas con MI Blas! - "¡Jopé, que susto!" - ¡Que no soy SU Blas, Cotilla! - ¡Déjala, que de ilusión también se vive! - ¡Mira tu nieta! no se puede ser más tonta. ¡Tú no tienes ni ilusiones ni biznieto para tu abuela! - ¡Abrid la ventana que va a salir volando! - ¡Eso, para que caiga sobre el Municipal y nos enchirone!

Después de comer, recuperada ya la calma, nos tomamos una copitas de chinchón mientras retomábamos la conversación de esta mañana: - "Esta noche tengo que lucir como un farol..."  - Sí, me contabas algo de una antigua película... - "Entonces me reí mucho y ahora que el Mundo está más loco aún, no tengo ganas de risas... ¿será a consecuencia de haber madurado?" - ¿Quieres decir que eres bastantes años más vieja? - "¡Sí, Cotilla, pero no hace falta ser tan explícita!... En definitiva ¿hemos perdido el sentido del humor?..." - A la par que los dientes, jejejeje... - ¡Cotilla!

Antes de las doce ya estaba en casa - ¿No ha ido bien la conferencia? - "Mejor de lo que pensaba... Ahora sabemos por qué no nos reímos: Tendremos que pagar los medicamentos que nos ayudan a vivir, a otros sus bancos les han robado los ahorros que habían puesto en bonos preferentes aconsejados por los mismos bancos; subirá el iva, la luz, el transporte ya lo ha hecho. Algunos tienen a sus hijos en el paro y deben ayudarles con sus pensiones que cada vez son más exíguas... El mundo se ha vuelto loco y nadie parece controlarlo. Creemos que solo nos puede salvar el fútbol porque estamos perdidos en un inmenso desierto y delante de nosotros hay un oasis en el que brilla el agua... pero solo es un espejismo. Si gana España el efecto óptico durará un poco más pero el final será el mismo. Terminará la ilusión y la fea cara de la realidad nos asustará a todos" - Abuela, necesitas un chinchón - "Sí, tráelo y haremos un conjuro. Necesitamos un Carlomagno que nos una y nos creamos de una vez, que todos somos Europa... ¡Jopé! (dijo pegando un puñetazo en la mesa) Pero si nos cuesta horrores creernos baleares, aquí cada uno es de su pueblo ¡i prou!





martes, 26 de junio de 2012

- "Mira Pascualita, aquí dice que ha muerto George el Solitario. Era un tortugo gigante" - Será tortuga jajajaja - ¡Ya está aquí Calixta la lista! Por lo visto era un muermo y no hacía vida social ni sexual el tío, por eso no tuvo descendencia...¡como tú, que a este paso me dejas sin bisnieto" - ¡Ya estamos! - "¿Pero qué te cuesta? - Tengo que encontrar al padre ideal - "¿Para qué, para un ratito? Para eso sirve cualquiera y por cuidarlo no te preocupes que aquí estoy yo..." - ¡Y yo! dijo la Cotilla entrando como una flecha - ¡Vaya. El dúo de la bencina!

- "1869 millones de euros cuántos serán en pesetas" - Buenooooo ¡Una morterada!... Debe ser como la fortuna del tío Gilito que tenía la casa llena de monedas de oro y las sacaba a paladas.. - "Hay unos hombres que quieren invertir esa cantidad aquí..." - ¿Aquí? - "En Palma, mujer. Frente a la Catedral" - ¡Jopé! Se me ha quedado la boca seca... ¿no tienes chinchón? - Cuando las copitas se hubieron vaciado varias veces, las dos amigas empezaron a ver las cosas más claras - "¡Hasta un campo de golf!" - Pues tendrán que dar trabajo a varias personas solo para ir a buscar las pelotas que caigan al mar - "No, si trabajo habrá para todos. Se acabará el paró y los bolsillos volverán a llenarse y nos olvidaremos de esta dichosa crisis. Gastaremos con alegría y seremos felices. Volveremos a creer en la inmortalida de la gallina de los huevos de oro. Nuestra juventud dejará las clases para correr en pos de la fortuna. El gobierno podrá reducir, todavía más, las cuotas de maestros en escuelas e institutos. Volveremos a tener la mano de obra más inculta del estado pero serán  los más ricos." - ¡Parece el cuento de la Lechera! -"Habrá música, canciones, fútbol y más fútbol en pantallas cada vez más grandes donde se arremolinará el ganado...huy, el chinchón me ha jugado una mala pasada jejejejeje... Oye, Cotilla ¿te apetece una tortilla de patatas? - Mira, ya se me hace la boca agua - "Por cierto, tengo que decirle a Mateo..." - ¿Mateo? - El Alcalde. Que me gusta mucho el olor de las calles recién regadas de buena mañana"

lunes, 25 de junio de 2012

- "¿Se puede ser más desgraciado?" - murmuraba la abuela mientras repasaba El Diario de buena mañana. - "De pequeña me enseñaron una poesía que decía: "Cuentan de un sabio que, un día, tan pobre y mísero estaba que solo se alimentaba de las hierbas que cogía, ¿Habrá otro, para sí decía, más pobre y mísero que yo y cuando el rostro volvió halló la respuesta viendo que otro sabio iba cogiendo las hierbas que él arrojó..."

- Vaya murga que le estás dando a la sirena de buena mañana ¿Se acerca fin de mes y ya tienes la cartera tiesa? - "Si eres inmigrante, sin trabajo, sin paro, sin prestaciones ni ayudas de ninguna clase, estás enfermo y vives en Balears, muérete en un rincón sin molestar" - ¡Jopé. Qué burra! - "Eso es lo que quieren nuestros votados políticos. Lo han escrito aunque luego, ante la evidencia, se les encoge el culillo y dicen que solamente son ideas" - ¡Menudas ideas! - "Gentes "humanitarias" como éstas, adoradores del becerro de oro, ayudaron a extender las grandes epidemias. Por no tratar debidamente a los enfermos, sus males tuvieron vía libre para infectar a media humanidad" - ¿Y qué pasa con Hipócrates? - "Nuestros votados políticos se lo pasan por el arco del tríunfo" - ¿Y los médicos? - "No. Ellos juraron sanar... Deseo para nuestros políticos que, si un día se gira la tortilla y tienen que emigrar a otros países, sean tratados, ellos y los de igual calaña, con la misma moneda" -  Abuela, esta gente siempre cae de pie.

Pensé que al llegar a casa tendría que hacerme yo la comida pero ha habido suerte. Una hermosa tortilla de patatas presidía la mesa. Pascualita, sobre el frutero, comía las miguitas que la abuela le iba dando. ¡A este bicho le gusta todo! menos mal que las cantidades que come son pequeñas porque sino valdría más hacerle un traje. La tele apagada nos permitía hablar de nuestras cosas tranquilamente hasta que entró la Cotilla con su habitual agilidad. La abuela cogió a Pascualita y me la tiró. Yo tuve el tiempo justo de cogerla y meterla en mi escote mientras rezaba para que no estuviera muy enfadada. - Hasta mi casa ha llegado el aroma de la toritlla ¡y no he podido resistir la tentación! - Usted está siempre en pecado mortal - ¡Que antigua es esta nieta tuya ¿Es que no sabes que ya no existe el Infierno? Lo dijo el Papa - Eso lo se yo desde hace mucho tiempo. En cuanto usted entra en casa huele a azúfre. - ¿Qué quieres decir, qué soy el Demonio? - ¡El Infierno entero, pesada!

Un rato después nos tomamos el café. Lo hice yo para poder librarme de la sirena que ya estaba medio asfixiada, la pobre. No la vi muy contenta y me acerqué con cuidado a darle unas gotitas de café y otras de chinchón. Una especie de sonrisa afeó su cara aún más pero a mi me bastó para sentirme tranquila. De momento me libraba del chorrito en el ojo.




domingo, 24 de junio de 2012

De la cocina salen bandejas y más bandejas de canelones que huelen a gloria... Hummmm - ¿A qué viene este banquete? - "Tu, como siempre, en la higuera... ¿Qué día es hoy?" - Domingo - "Y qué más" - Estooo...Ya te lo he dicho, domingo... ¡Ah! y seguramente vendrá alguien a comer a casa, lo digo por la cantidad de bandejas que estás sacando del horno - "Sí, hija (dijo con deje cansino) vienen todos, incluso el señor Li" - Oh, oh... Jaleo habemus. Andresito y el señor Li son como el agua y el aceite, no hacen buenas migas jejejeje...  - "Pues no les va a quedar otro remedio que entenderse o disimular ¡faltaría más!" - ¡Que cañera eres, abuela!

"Vuelvo a preguntarte ¿y qué más?" - No se me ocurre nada - "Ya veo que, a éstas horas, tu neurona aún duerme... Pascualita, guapa, dile a la boba de Coria ésta, que día es hoy" - La sirena que estaba sentada sobre el acuario rosa, levantó los bracitos e hizo movimientos hacia atrás y hacia adelante - ¿Es la danza de la lluvia? jajajajaja - La sirena sacó hacia afuera sus dientecitos de tiburón. No le gusta que se rían de ella. Ante la amenaza me puse las gafas de sol - "No se como no te dejo por imposible... Es el movimiento de las patas delanteras de los caballos menorquines cuando se ponen de pie... ¡Es San Joan, burra!" - No conozco a ninguno - "Pues ya es casualidad porque mira que abundan" - Bueno... sí... una Juana, creo... ¿y tú?... por cierto ¿Li quiere decir Juan? - "¡Y yo qué se!" - Pues si no habrá ninguno en casa ¿a qué viene la fiesta? - "Celebraremos San Joan como toca, por Chacho..." - ¿Es Juan?  ¿en qué idioma? (me tuve que callar porque me dio un pescozón) "por Joan de la India, de Bolivia, de Nicaragua y del Salvador... - ¡Cuántos! - "Es uno que ha estado en muchos sitios ¡Y no me líes!  por Joan Toni, por Juanito, por Joan de Manacor, por el You ..." - ¡No sigas o tendrás que hacer más bandejas de canelones!  


Después de comer brindamos con chichón, repetidas veces, por la llegada del verano.

sábado, 23 de junio de 2012

La abuela y Andresito están de morros,  la "culpa" la tiene el señor Li. y todo porque el novio de la abuela se sintió ninguneado por el chino. Le dio por pensar que se estaba tomando demasiadas libertades siendo, como es, casi un desconocido. A el, que está muy bien educado, no se le hubiese ocurrido coger comida sin que se la hubiesen ofrecido, en una casa en la que apenas le conocían.

Cuando el señor Li se marchó, algo mohíno por no haber podido probar la croqueta "gracias" a la entrometida de la Cotilla, la abuela y su novio tuvieron una discusión - El chino ese parecía estar a sus anchas en tu casa ¿a santo de qué? - "¿A sí?, no lo he notado" - Menudas confianzas se gasta para ser un desconocido - "Desconocido no, que nos lo presentaron el otro día en el Funeral" - ¿Y qué sabemos de él? - "Que es chino"- Efectivamente. Eso es todo - ¡Y que tiene algunas tiendas! (saltó la Cotilla) - "¿Estás celoso, cariño?" - No me gusta que abras la puerta al último que llega - "¿Por qué es chino?" - ¡Déjate ya de si es chino o no!... porque no lo conoces. Podría ser un gangster, raptarte y pedir rescate - "¡Guau! Menuda aventura" - Tú ríete. Esta gente no va con chiquitas. Si no se le paga lo que piden te hacen picadillo y te meten como relleno de los rollitos de primavera - Jajajajajaja... ¡Mira que eres exagerado!" - ¡Exagerado o no, no quiero volver a verlo en esta casa!

Los ojos de la abuela se achinaron (nunca mejor dicho) hasta convertirse en una fina ranura por la que salían chispas (cosa que no auguraba nada bueno para Andresito) "¡En MI casa entra quién YO quiero. Me gusta que quien venga se sienta a gusto y QUIEN no lo entienda así ¡ahí tiene la puerta! - Andresito se dio cuenta de que estaba pisando arenas movedizas y tuvo la inteligencia de recular aunque a la Cotilla, aquellos segundos de duda, le sirvieron para soltar - ¡En mi casa no entraría nadie sin tu permiso! - ¡¡¡Cotilla!!! (le grité)

Al final todo ha quedado en agua de borrajas y yo he tenido que irme a la calle con Pascualita en el termo porque la parejita se estaba poniendo de un empalagoso insoportable y no me gusta que la sirena vea esas cosas... Soy un poco ñoña, qué le voy a hacer. Antes de salir he tenido que sacar casi  arrastras, a la Cotilla que quería quedarse para "ver y aprender" - Además, ¡nadie me ha invitado a nada!.


viernes, 22 de junio de 2012


A mediodía hemos tenido dos visitas: Andresito y el señor Li han llegado casi a la par. Como la mayoría de las veces, cuando han llamado a la puerta he tenido que abrir yo - Hola, Andresito. La abuela está en la cocina (entonces me acordé de que Pascualita estaba con ella escuchando sus historias) ¡¡¡Abuela, ha venido tu novio!!! - ¡Que potencia de voz! ... ¿tiene visita? - No ¿por qué? - Como la oigo hablar... - Ah... es que le gusta comentar lo que dicen en la radio, así no se aburre - La Cotilla llegó en ese mismo instante - Hola, ¿qué pasa con tanto grito? - Le importará mucho, tía cotilla - Pase, Andrés... ¡He dicho Andrés! - Cuando quiere, la Cotilla tiene una sordera de campeonato.

Al ir a cerrar la puerta ha llegado el señor Li - Hola. ¿Está la abuela? - Sí. Pase a la cocina... sí, sí, por allí. todo recto... ¡¡¡Abuela, el señor Li!!! - ¡Uf! yo asustal mucho con glito fuelte - Lo siento.

En un momento la cocina se convirtió en un sitio muy concurrido. Pascualita estaba camuflada en el bote de la galleta picada ¿no había otro sitio dónde meterla? - Hola, Abuela ¿que hacel? - "Hago croquetas de pollo" - ¡Hum! a mí gustal mucho - Los ojillos oblícuos del oriental vieron a la sirena (a la que tomó por una croqueta), El bicho había hecho un imperceptible movimiento para sujetarse bien al borde del bote y evitar ser engullida por la galleta picada - ¡Oh! Aquí habel una cloqueta ... ¡Yo plobal! - Dicho y hecho. El puñetero chino cogió a Pascualita con dos dedos y abrió la boca para comérsela de un solo mordisco, sin embargo la Cotilla fue más rápida y de un manotazo mandó a la sirena a la calle a través de la ventana de la cocina que estaba abierta de par en par - ¡¡¡Nooooooo!!! - gritamos, desesperadas la abuela y yo. Salí corriendo hacia la calle mientras la abuela se encaraba con la vecina - "¿Estás loca?" - Loca tú. Si no es por mí ahora el señor Li estaría envenenado, pobrecito mío. (Esta quiere llevárselo al huerto ¡con lo que le gustan las tiendas de chinos!) A saber el tiempo que lleva caducada esa porquería.

Subí con la pobre Pasculita más muerta que viva. Afortunadamente había caído en blando, sobre la gorra del Municipal que estaba haciendo la ronda por el barrio. Cuando llegué a su lado tenía a la sirena en la mano - Creo que ha caído de tu casa - Sí, si. Ha sido la Cotilla. Yo iba a tirarlo a la basura pero ella, ya sabe cómo es, se me ha adelantado y lo ha tirado a la calle sin mirar si pasaba alguien - ¿Y que se supone que es esto? - Una croqueta mal hecha - dije mientras la cogía y salía corriendo escaleras arriba.



jueves, 21 de junio de 2012

Cuando he llegado a casa las babas salían por debajo de la puerta. ¿A qué se debía tal fenómeno? Pensé que un marciano, de visita en la Tierra, había trabado amistad con la abuela y ahora estaba sentado en la salita tomando chinchón y babeando, cosa que debía ser normal en su mundo. A mí, las únicas babas que no me repugnan son las de caracol pero no era el caso.

La Cotilla yla abuela dijeron, mientras lanzaban al aire un suspiro - ¡Oooooohhhhh, es taaaannnn ideal! - Bueno, que hacía yo parada en la puerta ¿acaso no sentía una curiosidad loca? - Sorteé el desagradable líquido pringoso. Lo primero que vi al  asomarme a la salita fue a Pascualita en manos de una personita, llena de glamour, que ni era verde ni tenía antenas. Vamos, que no era marciana. Retuve el grito que pugnaba por salir de mi garganta ¿Se había desvelado el secreto mejor guardado de mi casa?

La cabecita rubia se giró hacia mí y unos pícaros y grandes ojos azules me sonrieron - ¡Mira! ¡Es Tarta de Chocolate! - y me enseñó a la sirena. No vi en ella el menor atisbo de inquietud, se la veía relajada e incluso me pareció que sus siempre inexpresivosy redondos ojos de pez, hacían chirivitas

La abuela, con beatífica sonrisa, me contó - "Tiene una muñeca que se llama Bocadillo... ¿No es encantadora?" - No pude responder porque la Cotilla metió baza - Tiene tanta personalidad que puede poner nombres deliciciosos, como Tarta de Chocolate, a algo tan repulsivo y asqueroso como esa cosa que hace ya tiempo debería estar en la basura - Ya veo que ha echo mella en vosotras, pero... ¿quién es? - ¡Hoooolaaaa!jajajajajajajaja... - dijo la niña con un deje guasón y seguido de una risa tan contagiosa que un momento después estábamos llorando de risa - ¡Soy Eva y tengo tres años! jajajajajaja.... - Blas se puso a mi lado y me dio un susto de muerte - ¿Cómo has entrado? - La puerta estaba abierta...por cierto, ¿son babas lo que hay en el pasillo? - De estas dos (me miré) y mías... ¿Has visto que cosita?... ¡También se te cae la baba! - El inconfundible ruído de un batacazo en la escalera, seguido de un grito escalofriante nos indicó que el Municipal acababa de patinar en el rellano de la escalera y ahora la estaba rodando - ¿Alguien va a ayudarle? - "Prefiero quedarme con mi Chuli" - ¡Y yo! - ¡Y yo! - ¡Y yo! - Un ratito después el Municipal entró cojeando y con cara de pocos amigos - ¡Se puede saber qué es esa porquería que hay en el... ¡Ooooohhhhhh! - Sobre la mesa había una tarta con velitas, tres. Cuando la niña las sopló Pascualita hizo con sus deditos la señal de OK y todos dijeron ¡¡¡Felicidades!!!

miércoles, 20 de junio de 2012

- "Veinticinco años y un día... ¡ahí es nada! Y justo el día en que Hipercor saltó por los aires en Barcelona y todos nos sentimos familia de los muertos y heridos. Llegó como un rayo de esperanza y alegría. La muñequita que faltaba para completar el cuadro. Durante unos años fue Arale (ahora no recuerdo bien quién era quién) con su misma vocecita, las rosas en las mejillas y haciendo con sus deditos la V (no de Vendetta sino de Victoria). Felicidades Sai... o Isa... o Elizabeth... o Isabel ... (ya somos unas cuantas)" - ¿No me digas que conoces a alguien al que han condenado a 25 años y un día? ¿Pero con qué gente te codeas?... y encima chino.

Me tiene preocupada esa manía de la abuela de confraternizar con todo el mundo porque, al final, repercute en mi cartera. Un día los invita a tomar café y cuando quiero darme cuenta, ya están comiendo en casa ¿y quién lo paga? Mi menda.

La abuela sale muy arreglada de su cuarto. No va muy pintada ¡gracias a Dios! porque a veces parece la paleta de un pintor - "Estaré en el Funeral. Van a presentarnos a alguien que quiere entrar en nuestro selecto club (jijijiji... se me escapó la risa y me taladró con los ojos) Es alguien que quiere que, algún día, su foto esté también en la pared de los finados" - Jijijiji... escogédlos más jovencitos porque, al paso que lleváis, os quedaréis sin hueco en la pared - "Estás muy graciosa hoy... El domingo conocerás a esta persona porque pienso invitarla a comer" - ¡Pero, si no la conoces! - "Pues por eso mismo" - ¿De dónde has sacado esta blusa roja y dorada que canta a un kilómetro de distancia? - "De los chinos. ¿No ves que lleva el cuello Mao? Es en homenaje al "nuevo" - ¿Por qué?... ¡Ay! no me digas que es... ¡chino! - "Pues sí, chino, chino, filipino jajajaja... y veremos cómo aguanta los brindis de chinchón. Le invitamos porque es muy simpático, siempre ríe. Y también por el morbo y la curiosidad que tenemos por saber qué hacen con un chino después de muerto" - ¡Ya os podría dar por morder esquinas!

La abuela a vuelto a las horas brujas. Venía acompañada del chino (no creo que haya otro en el Funeral) . Me ha hecho una reverencia que ha querido imitar la abuela y por poco rodamos todos por el suelo. - Hola, soy Li. Señola abuela estal chunga pelo yo leíl mucho con ella. Me gusta (¡Ay, Dios, que al final tendré un abuelo chino!) Ahola dolmil mona. Mañana yo vel en Funeral - Yo decía que sí con la cabeza, incapáz de articular palabra. Si el chino había bebido chinchón a tutiplén, no se notaba. - Vamos a la cama, abuela y mañana me contarás lo qué ha pasado - "Jijijiji... ¡que jodío, el chino! jajajaja... ¡Nos ha tumbado a todos!

martes, 19 de junio de 2012

Hasta que no ha visto el Diario la abuela estaba perfecta. La oía hablar con Pascualita mientras desayunaba contándole lo mal que lo pasó ayer, durante el partido de España-Croacia. - "Si llego a coger a Piqué lo estrangulo. Me tuvo en un hay, el puñetero Pascualita ponía cara de circunstancia al ver como su amiga se alteraba y miraba en derredor para ver si estaba presente el tal Piqué. Esos momentos son los que hay que evitar estar estar presente.

Cuando he visto la errata en la primera página del Diario y a todo color, no he dudado en enseñársela a la abuela - Mira, hablan del partido - "A ver, a ver... ¿Cómo que perdió España? ... ¿Ha perdido?... Entonces ¿lo he soñado? ... No puede ser. No puede ser... Ha sido muy real... ¿Así que hemos perdido?... Aquí lo pone muy claro y en colores: Croacia 1- España 0.... ¡Ay, Pascualita! No somos nadie" - Se ha venido abajo. -" Ahora mismo y con este disgusto no estoy ni para guisar" - ¡Ostras! Esto no entraba en mis planes, lo único que quería era reírme un poco pero con las cosas de comer no se juega y tuve que decirle la verdad. Lo que acaba de ver era una errata como una catedral. Pero no estuvo tranquila hasta que oyó a Francino hablar de la victoria de la Roja.

Ha llamado a voces a la Cotilla y luego ha telefoneado. El resultado ha sido que en casa hemos comido como si fuera domingo: apreitivos, entremeses y lomo al horno con salsa. Naturalmente la Cotilla, Blas, el Municipal, Andresito y el Médico estaban encantados. Yo no, porque esta semana tendrá dos domingos que atacarán a mi cartera.

La abuela no quiso que Pascualita y Pepe se perdieran nada. La primera presidía la mesa desde lo alto del frutero, camuflada entre los plátanos. La Cotilla le dio tal manotazo a Pepe que, a punto estuvo de tirarlo de la mesa. La abuela y yo hicimos el mismo movimiento de protección - "¡Cotilla, hija, que el pobre no te ha hecho nada!" - ¡No me gusta que me mire un muerto mientras como! - Pascualita había levantado la cabeza y miraba a la vecina con cara de pocos amigos. Insistí para que comieran fruta y así, la tarta que habían traído Andresito y su hijo, no tendríamos que compartirla. Fue el Municipal quién alargó primero el brazo hacia el frutero y cogió el falso plátano. Al notarlo resbaladizo tuvo un escalofrío y lo soltó, dejándolo caer en el plato de Blas. Este, sin mirar, fue a cortarlo con el cuchillo (se nota que viene de buena familia) pero un grito desgarrador de la abuela le hizo desistir. La Cotilla fijó sus ojillos en la "fruta" - Pero... pero si es... ¡esa cosa repelente! ¡Tírala que ya debe estar pasada! Con cara de asco, Blas le dio un manotazo y Pascualita, aturdida, cayó junto al Médico . Picado por la curiosidad, alargó la mano para cogerla y lo que consiguió fue un mordisco que lo dejó dolorido e hinchado para todo el día y parte del día siguiente. Pensó que había sido una broma mía y no paró de decirme piropos el tiempo que estuvo consciente - Dame una de esas patadas que tanto me gustan- También con él practicamos el método chinchón para que no recordara nada después de la resaca.    

lunes, 18 de junio de 2012

La abuela ha desaparecido. Espero que no se trate de un secuestro porque no está la cuenta corriente como para ir pagando rescates. Quizás tendría que avisar al Municipal para que ponga en marcha el protocolo anti-secuestros pero me da pereza  levantar el teléfono y marcar... Ya aparecerá. No creo que esté muy lejos y si en realidad la han secuestrado, la gente que lo haya hecho no la aguantarán mucho tiempo.

¡Vaya! Pascualita tampoco está. Eso ya me preocupa más porque, al ser un especímen único en su género, a la policía puede darle por investigar y enterarse de que la teníamos nosotras y se nos caerá el pelo... Ahora no sé qué hacer porque, visto el panorama, no me conviene decirle nada al Municipal...
Esperaré a ver qué pasa.

Han pasado más de tres horas y la abuela no ha dado señales de vida. Me estoy empezando a preocupar porque se acerca la hora de la comida y a este paso, me tocará hacerla a mí... He comido un triste huevo frito con una bolsa de patatillas. Y he dejado el suelo de la cocina y los fogones llenos de aceite porque he ido a escoger el huevo más inconformista de la nevera que se ha defendido escupiendo a diestro y siniestro. Ahora tengo una salpicadura en un párpado que me escuece.

Ha venido Blas a por croquetas y me ha notado preocupada - Lo que estoy es enfadada. Ahora, por culpa de la abuela tendré que fregar el suelo de la cocina - Le he dicho que no la he visto en todo el día y se ha preocupado - ¿Has llamado a la policía? - ¡Ni hablar! - Mientras cerraba la puerta tras de sí, le oí murmurar  - ¡Que tía más egoísta! - ¿No lo dirá por mí?

Después de una siesta reparadora y un no menos reparador café con leche, me ha parecido oír ruido en el descansillo de la escalera y un segundo después entraban la Cotilla, la abuela y Pascualita, metida en el termo. Venían tan panchas, riendo y metiendo jaleo - "¡Ha sido fantástico! ¡No sabes lo que es abrir los ojos por la mañana al espectáculo de la Bahía! ¡Es impagable!... Anda, pasa. Te invito a un chinchón" - ¡Vaya! las hijas pródigas... ¿Se puede saber de dónde venís? - ¿Tú nieta me ha echado de menos? ¡Ver para creer! - Con usted no tengo nada que hablar - Como  hablas en plural y aquí somos dos... - "¡Nada de reproches! (dijo la abuela) Soy mayor de edad para hacer lo que me de la gana... incluso para pasar un fantástico fin de semana con mi novio jijijii... Desde que estuvimos en Londres mi Andresito parece otro.. ¡Ay, que hombre!" - ¡Ja! Seguro que vino cargado de viagras - "¡No digas groserías, envidiosa!"  - Y se fue a meter a Pascualita en el "acuario" - ¿Qué? ¿Sigue en pie la invitación o no? (la Cotilla iba a lo suyo)

Más tarde, cuando nos quedamos solas, me encaré con la abuela por no haberme avisado de que iba a estar  fuera de casa - "¡Mira esta nota que te dejé sobre el aparador y ahí sigue! Me voy hasta el lunes, dice... ¿Hasta hoy no te has dado cuenta de que no estaba?" - Es que ayer no estuve aquí y no tuve que guisar.

sábado, 16 de junio de 2012

La llegada de nuevos vecinos siempre es una incógnita. Ya no se presenta la gente como se hacía antes: Hola, me llamo Periquita y voy a vivir en la casa de al lado ... Si necesita algooo... - Encantada de conocerla (respondía la vecina antigua). Es usted muy amable y si, algún día necesita algo de mí no dude en llamar a mi puerta... - Bueno, pues ya que lo diceee... ¿Podría dejarme...? . Hum, creo que es mejor ir conociéndonos a medida que pasen los días aunque la abuela diga que es una falta de educación.

Un matrimonio con tres chicos grandes, en edad de llevar y dar la lata con las motos que aparcan bajo nuestra ventana cuando las tienen que desmontar, que es cada día, se han instalado en frente de casa. Como dueños del lugar (que se han echo) prueban el motor ¿a la hora de la siesta? ¡Bingo! Una noche estuve a punto de salir al balcón a pedir las dos orejas para un vecino (anónimo) que les tiró un cubo de agua. Si hubiese rematado la faena tirándoles el cubo, habría pedido también el rabo.

La abuela ha decidido contraatacar y sube el volúmen del televisor a toda pastilla cuando los niñatos ponen la música. En esos momentos Pascualita se esconde en el barco hundido y cubre el agujero con las algas. Está asustada y no es para menos porque hasta la superficie del agua del "acuario" hace olas.

Al Municipal lo trae loco. Lo llama cada día varias veces - ¡No puedo hacer más que poner denuncias! - "¡Voy a dejar de pagar los impuestos municipales! ¡Díselo a Mateo!" - ¿Mateo? - "¡El Alcalde!" - Cuando baja la Cotilla a casa lleva puestos algodones en los oídos. La abuela y ella traman soluciones drásticas contra los incívicos - Cortamos los frenos de las motos y que se estrellen - "Se darían cuenta porque miran más a las motos que a las novias" - ¿Y si les tiramos animales muertos al balcón? - "¿Los vas a coger tú?" - ¡Ni hablar! me dan asco - Cansada de oírlas les propuse que invitaran a merendar a toda la familia - ¡Nos saldrá por un ojo de la cara! ¿No has visto lo gordos que están? - Les durará poco la gordura porque, si les ponéis laxantes mezclados con la harina de la coca que hagáis, dejarán el asiento de la moto por el del water jajajaja... - Unos días después la familia incívica entraba en casa. Me temblaban las piernas y tomé unas copitas de chinchón para relajarme. Otro tanto hicieron la abuela y la Cotilla y pasamos del susto a la juerga

- "¡Hola! Pasad, pasad! Ya era hora que nos conociéramos un poco jejejeje ¡Sobre todo a estos bandarras! (y la abuela no se privó de arrearles un fuerte pezcozón a cada uno de los chicos)... Mirad. Hemos preparado una coca ... ¿eh? ¿de coaína? No, no, de harina de trigo... Ya veréis como os va a gustar... Venga, vamos a sentarnos... Voy a buscar el café" - Me encargué de cortar la coca y de distribuírla a los comensales. La Cotilla puso cara de "no me encuentro muy bien" y se excusó diciendo que tenía el estómago revuelto - ¡Mejor (dijo uno de los chicos) el trozo de la vieja esa, para mí! - Sí, hijo. come, come.

Cuando la abuela llegó con la cafetera solo quedaban unas cuantas migas en la bandeja. En caso de haber sido una coca "normal" no nos hubiese dado tiempo a probarla. - ¿Qué es eso que lleva prendido en la blusa? preguntó la madre que miraba el broche como si lo estuviera valorando (¡Esta tía nos robará a Pascualita!) pensé escandalizada. Poco a poco los ruidos intestinales fueron acallando la conversación - ¡No`s toy bien! - bramó uno de los salvajes - Me ví a ir pa casa - Y salió a toda velocidad. Acto seguido fueron desfilando de la misma manera todos los miembros de la familia. Los últimos ya dejaron tras de sí un aroma muy desagradable - ¡Uff! No hay quién lo aguante - LaCotilla también se marchó. Al quedarnos solas las tres, brindamos por el éxito de la Operación Trueno, jajajajaja...

viernes, 15 de junio de 2012


La abuela está loca por ir a la playa. Lo sé porque la he oído hablando con Pascualita sobre ello: - "Iremos a pasar el día allí. Eso es algo que lleva mucho trabajo porque, claro, no vas a ir con las manos vacías... Sí, ya se que se puede ir al chiringuito pero así es más cómo y barato. Llevaremos sillas, mesa, la nevera con hielo y bebidas y la cesta con la comida. La haremos en casa, tempranito y un buen trampó en un taper. Solo de pensarlo se me hace la boca agua. Ya verás que bien lo pasaremos y te reirás mucho cuando veas a mi nieta roja como un tomate jijijiji, la pobre tiene perdida la lucha contra el sol a pesar de la cantidad de cremas y potingues que se pone - ¿Así que piensas llevar a Pascualita a la playa? No pienso cuidarme de ella - "¡Nadie te lo ha pedido"! - Ya, pero me conozco el paño y pongo la venda antes de que salga el grano.

El día siguiente amaneció radiante y en seguida la abuela se puso manos a la obra: hizo tortilla de patatas con cebolla, cogió unas croquetas de las que guarda congeladas para Blas, coció dos huevos duros y empanó seis bistecs de cerdo - ¿No es mucha comida para dos? - "Nunca se sabe lo que puede ocurrir un minuto" después de ¡Ahora!" - ¡Ay, que susto, coñe! - Jajajajaja, que delicadita eres, mujer... Mientras coloco las cosas en la cesta, tu ve llenando la nevera - Me detuve a mirar el cargamento que, se supone, hay que llevar a la playa - ¡Aquí hay comida para un regimiento! - "¡Calla y trabaja! ¿No creerás que voy a hacerlo todo yo?"

Cuando hube bajado, yo sola, todos los trastos al coche, llegó la Cotilla - ¡Oh, que bien!  Nos vamos a poner como el quico ...- ¿No me diga que viene con nosotras? - ¡Claro! - Antes de que pudiera decir todas las cosas que se me estaban ocurriendo bajó la abuela - "¿ Estamos todas?... ¡Adelante, pues!" - Arranqué y conduje más velocidad de lo permitido, hice maniobras estremecedoras y... ¡nada!. No me paró ningún policía de tráfico. De haberlo hecho le hubiese dado las llaves y el coche con su contenido y que se las apañara el solito pero me di cuenta de que la abuela llevaba el termo de Pascualita colgado del cuello - ¡Pero... pero... paro no habímos quedado... - ¿Si? pues no puedo acordarme y ante la duda, se viene conmigo - La Cotilla creía que hablábamos de ella y puso cara de pobre inocente- Si molesto no tenéis que decirmelo...

Cuando bajábamos los trastos del coche pude susurrarle a la abuela - ¿Qué harás con Pascualita?  ¡Hay que echar a la Cotilla! - A la abuela se le ocurrió un plan para apartarla de la sirena - "Cotilla, hazme un favor. Se me ha olvidado la crema contra las picaduras de medusa... Pídele una al salvavidas" - ¿Ya te han picado? Si ni siquiera te has mojado los pies - "Es para prevenir" - Que vaya tu nieta que no hace nada - "No porque esta, cuando vea lo guapo que es el tío, no vuelve" -  La Cotilla fue a regañadientes y estuvo más de dos horas dándole la lata al cachas.

Pascualita estaba en remojo en un cubito rosa de Princesitas y encima la abuela le puso MI sombrero. A la  hora yo tenía la cabeza como una olla a presión. Recuerdo, vagamente, que desperté en una cama de hospital y hasta mucho más tarde no me enteré de que había sufrido una insolación de caballo y los médicos temieron por mi vida. Aunque la abuela no lo contó así - Nada. Solo estabas como una langosta cocida e incluso me pareció ver salir humo de tu cabeza ¡Que cosas! Alguien pidió una ambulancia y te trajeron al hospital a toda pastilla. Temían que, cuando llegaran, el Gover lo hubiese cerrado ya... Como ves, no te ha pasado nada raro pero a Pasculita... eso ya es otro cantar - Tenía la boca tan seca que no podía hablar, así que esperé a que me lo contara - Un niño descubrió a la sirena (¿le mordió? quise preguntar) Se la llevó sin pedirme permiso ¡que mal educado! corrí tras él y le hice un placaje en toda regla... No, no me vieron sus padres. El niño tenía la boca llena de arena y lloraba a lágrima viva. Cuando lo padres preguntaron qué había pasado yo estaba escondida detrás de una sombrilla. Me metí en el mar y limpié a Pascualita que parecía una croqueta rebozada. La llevaba en el cubito y le puse la tapadera de rejilla encima para que no se escapara. Casi lo consiguió la muy bruja. A casa nos trajo el salvavidas en su coche. La Cotilla iba delante porque decía que era su ligue... Tu coche sigue en la playa... No pongas esa cara. No podías usarlo porque estabas en coma.

jueves, 14 de junio de 2012

No sé qué me pasa, es como si viviera en una nube que me lleva de un lado a otro: ahora al trabajo, ahora a casa. Como un taxi, vaya. Le he dado la culpa a la Primavera. El caso es que me duermo por los rincones. Al final tendré que ir al médico.

- "¡Hey, despierta, Bella Durmiente!... ¿Quieres que te cuente la fiesta del Funeral?" - ¿Eh?...
- ¿Es necesario?  -"¿Qué te pasa que te duermes por los rincones?" - Eso quisiera saber yo... Será que me ha picado la mosca del sueño... - "¡Eh. Espabila"

En el trabajo he tenido que ir mil veces al lavabo a echarme agua en la cara porque no podía tener abiertos los ojos. Me estoy empezando a preocupar.  Hace un rato "he visto" (creo) como la abuela y Pascualita se hacían señales riéndose de mi. Tengo que averiguar si es real para no meter la pata y las riña sin necesidad. Encima se reirán más de mí.  Creo que la abuela me está hablando - "... y Conchita no paró de reir. Pienso que iba un poco piripi... No lo puedo asegurar porque yo también reía como una loca... pero no creo que fuese por el chinchón que me había tomado jejejeje Aún me da la risa cuando lo pienso porque la condenada tiene una risa contagiosa que, como le de en los funerales, tenemos que salir de la iglesia a todo correr... Recuerdo que un día al cura no le hizo ninguna gracia que la mitad de los feligreses abandonara el templo a todo correr y su voz tronó - ¡Tened un poco de respeto! ¡No es momento de salir a fumar un cigarrillo! - La risa de Conchi se agudizó y nuestros rostros se llenaron de lágrimas. Hice lo único que se me ocurrió  Me volví a medias hacia el sacerdote que nos miraba con el ceño fruncido y me señalé la entrepierna (dándole a entender que teníamos pipí porque, eso a nuestras edades nos da prioridad de paso, incluso ante el Obispo). Por la cara de asombro debió haber entendido otra cosa y entonces sonó el móvil de Conchi tocando ¡Paquito Chocolatero! a toda pastilla porque es un poco sorda. Entonces estalló nuestra risa y ya no pudimos volver a entrar en la iglesia porque era asomarnos y reir..." - Yo pensaba: ¿y ésta qué me cuenta?

¡Ya se lo que me pasa! He estado a punto de hacer un abuelicidio y un sirenocidio. Mientras dormía la siesta me ha parecido oír:  "Te despertarás a las tres y media". Era un soniquete que se repetía en plan mantra y a las tres y media me he despertado, como un reloj. Ha sido de improviso y a la abuela no le ha dado tiempo de apartarse de mí. ¡Me han robado una hora!

La muy bruja mete en mi cerebro la órden de despertarme a la hora que le da la gana. A mí me extrañaba hacerlo a horas tan tempranas, fresca como una rosa. Pero, claro, me faltan horas de sueño y por lo visto mi cuerpo las está recuperando. He corrido tras ellas pero poco tiempo porque, al pasar por la salita, he ido directa a la butaca. La abuela se ha sentado en frente de mí, con Pascualita en el termo. Estaban pendientes de mis reacciones, que eran cero. Entonces la abuela y la sirena han hecho la señal de OK mientras  chocaban dedo contra puñito. ¡Que  asco les tengo a esas dos!

miércoles, 13 de junio de 2012

- "El Parlament debió parecer ayer un patio de vecinos porque se dijeron de todo menos bonito - Abuela, deja el periódico y desayuna tranquila que no es bueno para la salud empezar el día cabreada. - "Eso quiere decir que estoy viva. No como tú que parece que tienes sangre de horchata" - Hala, ya me ha tocado... ¿Qué vas a hacer de comer? - "¡No me cambies de conversación!"

Cuando salía hacia el trabajo la he oído que hablaba con Pascualita - "...pues, sí señor. Nunca cambies tus convicciones por un plato de lentejas (o de algas, en tu caso). Te saldrán enemigos de debajo de las piedras pero tendrás la conciencia tranquila y eso es muy bonito, en cambio no quisiera estar en el pellejo de los "estómagos agradecidos" cuando se miren al espejo ... ¿Y el otro?  ¿Está enfermo de egocentrismo ?"

Blas llegó pronto a casa - Vengo a reponer existencias porque ayer me puse a la puerta del Parlament y... ¡Que éxito!. La cosa se alargó mucho y la hora de comer se les pasó, el caso es que cuando descubrieron mi mercancía se tiraron como lobos a comprarme TODAS las croquetas. Así que tuve libre el resto de la tarde y me fui al cine con mi mujer - "¡Muy bien hecho!... ¿Ves? No hay mal que por bien no venga... Coge las que necesites... Con lo tranquila que podría ser la vida y lo que nos gusta enredarla" - ¿Por...? - "Lo digo por Boquita de Piñón... La política es una cosa muy seria que solo debería ser ejercida con mucho sentido común y el que quiera hacer experimentos, que los haga con gaseosa y deje de entrometerse con las cosas que funcionan" - ¡Que pena que no se presente usted a las elecciones! - "¿Yo? jajajajaja... No me quieras tan mal"

La Cotilla entró como una flecha y a Blas se le encogió la barriga. Ella se le acercó, mimosa, sacando el morro hacia fuera como si quisiera besarlo - "No te asustes. Te está enseñando las heridas que se hizo el otro día... No puede hablar" - Blas retrocedió lentamente hasta protegerse tras la mesa del comedor, solo así se atrevió a preguntar qué le había pasado - Ella siguió su avance y poco después ambos habían dado   la vuelta sin llegar a encontrarse. En cuanto estuvo junto al pasillo, se giró y salió corriendo escaleras abajo.

Por la puerta abierta apareció el Municipal con cara seria - Tengo que hacer un registro porque la boba ésta (y señaló a la Cotilla) ha vuelto a ponerle una denuncia... ¡Que asco de tía! y seguro que luego se queda a comer. - La abuela sacó el chinchón y dos copitas - "¿Te la tomas ahora o después del trabajo?" - Ahora... No tengo ni idea de qué fue lo que le hizo eso pero, si algún día lo descubro, -  le daré la enhorabuena.
 - "¡Me parece bien... No, no debo tomar más de una copa porque esta tarde tenemos fiesta en el Funeral. Celebramos que llega un nuevo verano y seguimos vivos" - Sí señor, es un buen motivo para una fiesta... pero, total, por unas copitaaaaas... - "¡Venga, que no se diga! ¡Salud!"

martes, 12 de junio de 2012

- "¿A ver esas fotos? Menos mal que te has acordado de guardarme las hojas de la boda del año ¿Eso quiere decir que me has añorado o que has querido evitar la que te hubiese caído encima?" - Bueno... jejejeje, un poco de todo.

-"¡Anda! Menudo rumbo. ¡Hasta llevaron una vedette!" - Fue lo primero que pensé yo también - "Ah, ¿no lo es?... ¡Jopé y requetejopé! ¡¡¡Es la novia!!! Entonces lo de la cabeza ¿es la Cimera del Rei Jaume I?"  ¡Deu mevet, quina cosa!" - Se ha quedado tan impresionada que no le ha quitado ojo a la foto durante un buen rato en el que a mi me ha dado tiempo de recoger la ropa del tendedero, doblarla y guardarla; preparar café con leche con galletas para merendar. Al llevarlo a la salita la abuela seguía conmocionada. Y antes de que yo pudiera abrir la boca, entró a su velocidad acostumbrada, la Cotilla al oler desde su cocina, el aroma del café. Afortunadamente no puede hablar porque aún tiene el labio muy hinchado y las heridas frescas pero eso no le impide hacer lo que más le gusta: comer y cotillear (aquí el orden no altera el producto)

- "¿Has visto estas fotos?" - dijo que sí con la cabeza - "¿Qué te parecen... fuertes, eh?" - Así estuvieron un rato. Luego vio la del pañuelo... ¡Uff! No puedo reproducir lo que dijo porque enrojecerían hasta los descargadores del muelle... Yo no tenía ni idea de que supiera tantos tacos... ni que hubiera tantos. Cuando se fue calmando, cosa que le costó el tomarse unas copitas de chinchón a las que la Cotilla se apuntó, me dijo que tirara esos papeles al contenedor azul ¡ahora mismo!

Cuando subí a casa venía venía Blas conmigo - "¡Hombre! Llegas a punto para merendar. Luego te daré un consejo para tu negocio" - ¿Qué aprenda él a hacer croquetas? (dije con mala baba) - La Cotilla hizo como que iba a vomitar - "Tiene toda la razón. Das vomitera cuando eres tan egoísta" -  A ver, dígame - "Mira, te vas a Bankia y pides una línea de crédito. ¿Qué no sabes que es eso? No te importe. Llegas allí y dices: quiero lo mismo que ha pedido Rajoy y lo pido ahora para ser el primero en recibirlo cuando os llegue el dinero de Europa. Les dices también que tendrás las cuentas claras y encima tendrás contentos a los Hombres de negro porque, de cuando en cuando, les regalaras una docenita de croquetas... No podrán negarse, ya lo verás" - Huy, no se. Esto no se lo dan a un hombre humilde como yo... - "Ahora sí. Ya están cansados de guripas, ladrones, tramposos y demás ralea que solo fardan de lo que tienen sin decir de dónde y cómo lo han conseguido. Una persona honrada será valorada como se merece" - ¿Seguro? - "No. Pero ¿por qué no pueden ganar los buenos por una vez?

lunes, 11 de junio de 2012

¡Se acabó la tranquilidad! Ha llegado la abuela. Ahora que nadie me oye tengo que reconocer que la echaba de menos, pero ese es un secreto que me llevaré a la tumba.

Apenas se ha cerrado la puerta tras la abuela, la Cotilla ha entrado como una centella. Tanto Andresito como yo hemos puesto mala cara ¿no podía espera un poco a que nos contáramos nuestras cosas? Pues no. Si el apodo que, hace años le puso la abuela, la retrata muy bien.

- Al final no has podido ver a la Reina ¿verdad? - "Sí que la hemos visto y la saludé" - Pero desde lo alto de un puente no vale. Tendría que haber sido a solas - (Sin pensárselo un segundo ha respondido) "¿Y quién te dice a ti que no?" - Porque tú nieta me lo hubiese dicho - ¿Yooooo? A buenas horas...- ¿Y cuándo estuviste con la Reina? - "¿Con Isabel? ... El sábado... Estuvo simpatiquísima y le encantó el chinchón que le regalamos. No lo había probado nunca y cuando lo hizo no podía parar. Hay que ver lo que aguanta esta mujer... Le dije a Isabel que fuera moderada..." - ¡Huy, moderada. Será verdad que has estado con ella porque has vuelto muy finolis... ¿La llamabas por su nombre de pila? - "Y de tú. No ves que tenemos la misma edad" - La Cotilla abría los ojos como platos y en ellos se veía como crecía la envidia - ¿Te regaló algo ya que tu le diste la botella de chinchón? - "¡Ay, sí! Esta mujer está en todo y mira que tiene trajín a su alrededor. Me regaló una taza. Mira, es esta" - La taza "real" era de las que venden en los souvenirs, con la foto de la Reina y la bandera inglesa - "¿A qué es bonita?" - La envidia iba creciendo a medida que la abuela le soltaba la trola a la vecina - ¿Me dejarás beber en ella? - "¡Ni hablar! En esta taza no beberá nadie porque es un recuerdo muy especial" - Un poco tonta sí que has vuelto.

Poco a poco fueron llegando Blas, el Municipal y el Médico. Todos estaban encantados de que el viaje saliera bien y estuvieron contando anécdotas hasta que se hizo la hora de comer, momento en que Blas y el Municipal se despidieron, sin embargo la Cotilla lo que hizo fue sentarse a la mesa, en su sitio de siempre. Me di cuenta de que, como el que no quiere la cosa, iba arrimando la taza "real" hacia ella. Aquello fue para mí, la gota que rebosó el vaso.

El Médico pidió comida china por teléfono, cinco raciones. - Pide cuatro solo, yo no tengo mucha hambre (dije) - Pero la vecina, que es un saco sin fondo en cuanto al comer, gritó - Déjalo que si sobra ya me lo comeré yo.

La abuela y yo fuimos a la cocina. Estaba ansiosa por ver a Pascualita y con tanta gente al rededor no había podido hacerlo. Yo me dedique a poner la mesa, a recoger las maletas de la abuela, en fin, que estuve enredando un poco mientras padre e hijo hablaban de sus cosas. La taza ya estaba bien centrada en el sitio de la Cotilla. Cuando llegó el chino con el encargo a la Cotilla los minutos se le hicieron horas - ¿Pero qué le pasa a tu abuela? Se nos va a enfriar la comida... ¿Sabéis que os digo? Que voy a empezar a comer - Finalmente todos se sentaron a la mesa y yo volví con una botella de agua y le llené la taza a la Cotilla que se esponjó de orgullo sabiendo que iba a ser quién la estrenara. Levantó la taza con parsimonia, disfrutando del momento. La abuela fue a decir algo pero un gesto mío la contuvo. Levanté mi vaso y brindé por los buenos momentos y  "por los mejores que no tardarían en llegar". Antes de llevarse la taza a la boca preguntó, mosqueada - ¿También te vas de viaje? ¡Menudo rumbo! - y dio un trago y un segundo después la taza volaba por los aires al tiempo que Pascualita, bien aferrada con los dientecitos de tiburón al labio superior, se balanceaba en el aire. Mientras yo cogía taza al vuelo, la abuela tiró de la sirena y se la metió en el bolsillo. Andresito y su hijo, asustados por los alaridos y el chorro de sangre que escapa de la herida, no sabían qué había pasado - ¿Se ha cortado con la taza?

Casi una hora después, mientras la Cotilla dormía la mona, remedio infalible para que se borrara de su mente cualquier resquicio de lo ocurrido, Andresito comentó - No se qué le ha pasado pero es una bendición que nos deje en paz - ¡¡¡Amén!!! dijimos los demás mientras chocábamos nuestras copitas de chinchón.

domingo, 10 de junio de 2012

He vuelto a comentar con Pasculita la nueva foto de la boda del año: la de la ceremonia del pañuelo. ¿Pero es que ninguna de esas mujeres que asisten al bodorrio es capaz de plantarse ante esa costumbre cavernícola? . La carita de la novia, preocupada al tener que pasar el rito y sentirse como un objeto que puede ser desechado o admitido con juerga y fiesta en la familia de su novio dependiendo de que el puñetero pañuelo se manche o no, es un poema  No he podido evitar ponerme como un basilisco - ¿Será menos mujer si pasa del pañuelo? ¡Que vergüenza!... ¡Oh, sí. Me dirán que es una tradición ¿Y?... Lo mismo que se implanta, se quita y no creo que se hunda el mundo - Pascualita estaba confundida ¿A quién le gritaba yo?... La abuela seguía fuera de casa por lo tanto no era a ella... No me quitaba el ojo de encima tratando de entender mi actitud y de pronto su cola se tensó, hizo un salto mortal hacia atrás entrando limpiamente en el agua para salir, acto seguido, como un torpedo lanzándome un chorrito de agua envenenada en un ojo ¡Qué puntería tiene la jodía! En estos casos deseo fervientemente, convertirla en harina de pescado.

A mis gritos ha entrado la Cotilla - ¿Qué te pasa?... ¿Te ha entrado algo en el ojo? ¡No te quejes tanto que no encontrarás marido! A los hombres no les gusta que nos quejemos... - ¡A la porra los hombres, y las mujeres machistas y...! ¿Cómo ha entrado? - Con mi llave. Me ha parecido que era una emergencia. Además, tu abuela está al caer y hay que volver a las buenas costumbres - Prefiero seguir como hasta ahora,  llamando a la puerta cada vez que quiera entrar - No, guapita. Las tradiciones son las tradiciones - Lo mejor de las tradiciones es romperlas ¡Y no me cabreé más! ¡Venga, fuera de aquí!

Me he pasado la mañana echándome colirios y tomando copitas de chinchón para adormecer el dolor. Al final será verdad que Pascualita es más lista que el hambre,  y ha querido entender que le gritaba a ella. Lo ha echo por eliminación: ni estaba la abuela ni ninguna de las personas que suelen visitarnos. Solo quedábamos ella y yo y la que gritaba era yo. El veredicto fue rápido y la sentencia más rápida aún. Y ahora yo tengo uno ojo como un colchón y una borrachera como un piano.

sábado, 9 de junio de 2012

Le he enseñado a Pascualita la foto del año de la boda del año. Y, como yo, se ha quedado pasmada. Sentada sobre el borde del "acuario" la miraba sin pestañear con sus redondos ojos de pez. He decidido    guardar la hoja del Diario porque no creo que encuentre calificativos cuando la abuela me pida los pormenores. Aún estoy conmocionada por esa especie de casco de caballero de la Mesa Redonda, que la novia tuvo que aguantar sobre su cabeza. Y el traje de él, tan blanco, tan brillante, tan...En fin, ya sabemos que para gustos, colores.

En esas estábamos cuando ha venido Blas a por croquetas. Me he acostumbrando tan rápidamente a la soledad, a ir en bragas por casa sabiendo que nadie entrará para sorprenderme y a llevar a Pascualita de acá para allá que cuando he abierto la puerta la he cerrado de un portazo - ¡Espera un momento! - Cuando volví a abrir la cara me ardía de verguenza y Blas tenía cara de guasa - Cómo se nota que la Cotilla ya no viene por aquí jejejeje... - Quise hacer como que no había pasado nada y le invité a comer pero me dijo que no quería exponerse a perder dos o tres días de trabajo por un dolor de estómago o de barriga. Esto no se le ha dicho nunca a la abuela. Mi fama de mala cocinera me precede y finalmente ha aceptado hablar conmigo un rato conmigo mientras nos tomábamos un chinchón y unas aceitunas - Tendría que haberme hecho banquero. Mejor me hubiese ido. Los grandes no van al paro, se jubilan con un montón de dinero bajo el brazo, haya crisis o no. Y ahora vamos a pedir dinero a Europa ... para los bancos. Cuanto más burros e incompetentes son, mejor se les premia -No creo. Lo han estado negando - Esa es la clave, mentir y luego hacer lo contrario. Ya sabemos de qué pie cojean. ¿No crees que la gaviota, que es un animal carroñero,  ha dado bastante de sí a juzgar por la cantidad de corruptos que han salido a la luz? ¿Qué te parecería que pusieran en su lugar las tijeras que tan famosas se están haciendo?...Y ya que están metidos en cambios podrían poner una canción conocida por varias generaciones de españoles y que es muy pegadiza - ¿Cual? - ¡Vamos a contar mentiras jajajajaja...!

Llamaron a la puerta. Era la Cotilla. No me acostumbro a que se comporte así. - He oído que tenías visita y  he bajado a ver quien era... ¡Ay, pero si es Blas! - No lo puede evitar, se le iluminan los ojos cuando lo ve y a él se contrae el ombligo del susto. No la aguanta ni cinco minutos - Yo ya me iba - Hijo, parece que te echo - ¡No, que va! Es que tengo prisa... Adiós -

La vecina no ha perdido el tiempo. Ha dado un repaso a fondo al comedor y se ha fijado en la hoja de periódico - ¿Quienes son estos?... ¡Jesús, María y José. Qué envidia.  Siempre me hizo ilusión casarme con un vestido así - ¿No preferiría hacerlo con un hombre jejejejeje... - ¿Y esa corona? ¡Fantastica! - La Cotilla me da la razón cuando digo que para gustos, colores... A ver qué dirá la abuela.

viernes, 8 de junio de 2012

Más temprano que nunca, la abuela ha llamado para, entre otras cosas, recordarme que tengo que felicitar a dos personas que hoy cumplen años y sobre todo, que no pierda ripio de lo que acontecerá en la boda del año que se celebra hoy. Me parece imposible que dejemos de ver cada día a la repeinada pareja, ya eran como de la familia.

- "Si no te lo recuerdo seguro que no felicitas a Mica" - Como me acababa de despertar de un profundo sueño y las neuronas aún no se habían enterado, mi cabeza era una nebulosa espesa llena de lucecitas y platillos volantes que no dejaban pasar la luz del entendimiento - Mica... Mica... ¿Has dicho Mica, por casualidad? - "Sí, aunque no por casualidad... ¿Qué te pasa? ¿Estás tonta?... Tómate un chupito de chinchón y verás como te despejas" - ¡Pero si son las cuatro de la madrugada! Deberías estar durmiendo - "Es culpa tuya que no lo haga porque estaba segura que te olvidarías de todo... Además jejejejeje... Andresito está echo un toro... - No me cuentes ahora tus batallitas de cama... Vamos a ver ¿quién es Mica? - "Esa personita que habla como un loro, tiene cara de ángel, es rubia como el oro y se lleva a la gente de calle con su imaginación desbordante" - Ah, sí. Micaela... ¿qué le pasa? - "¡Que cumple cinco años, animal de bellota!" - Vale, vale. No grites... Te prometo que, en cuanto la vea, le daré las felicidades... - "¡Y besos manchegos de mi parte!" - Tus deseos son órdenes, querida abuela - "¡Menos guasa!" - Hale, hasta mañana - "No corras tanto... ¿Y Mar?" - En calma, supongo, porque no hace viento - "No eres más tonta porque no te entrenas... ¡La del Diario de Mallorca digital!" - ¿Se casa, la han ascendido... ¿qué le pasa? - "Que es su cumpleaños" - ¿Pero no era el de Mica? - "¡De las dos, pazguata!" - ¿También tengo que darle besos manchegos? Es que no la voy a ver... - "Felicitalas a las dos y queda como una Reina" - Ahora que la nombras... ¿Ya has tomado el té con ella? - "Pero no ves que está ocupadísima con su Jubileo... No me extraña que Pascualita te clave los dientes de vez en cuando ¡A ver si espabilas!"

Bueno, pues eso. Que muchas felicidades Mica y Mar. Dejo aquí constancia de que os he felicitado para que la abuela vea que es verdad. Que tengáis un día muy feliz.

jueves, 7 de junio de 2012

La abuela me ha llamado a las siete de la mañana para decirme que acababan de salir de la comisaría - ¿Otra vez? - "Es que los ingleses son muy pejigueros. Como no hablan ni jota de español, ni se esfuerzan como yo que en cuanto me dicen algo digo Yes, yes... Andresito me ha dicho que me calle y haga como ellos , o sea mirar al tendido. Por lo visto la policía me preguntó si estaba insultando a la Reina y yo dije ¡Yes, yes! a pesar de no haberles entendido. Menos mal que Andresito me sacó del embrollo porque no me gustó ni pizca como me trataron"

Abuela, si no los entiendes por qué les contestas - "¡Por que estoy muy bien educada! No como tú que nos saliste rana, porque, aunque fuiste a un colegio de monjas, no se te pegó nada bueno" - ¿Qué tal habéis pasado la noche? - "Tomando té. Esta gente lo arregla todo con ese brebaje... No he meado tanto en mi vida como estos días... Al final he aprendido a decir whisky con acento inglés y me dieron un poco ¡nada. Un culito! Que agarrados son" - ¿Y por qué creyeron que insultabas a la Reina? - "¡Yo qué sé. Están paranoicos... Estábamos en  un puente sobre el río... ese que tiene unas torres y siempre sale en las películas, cuando he visto que se acercaba la barcaza en la que iba la realeza. Me puse a gritar como una loca para que me oyera: ¡Isabel, Isabel...!Pero mira aquí arriba!...¡Oé, oé... Mira, Bob Esponja" - O sea, que has dado el cante. Pobre Andresito - "De eso nada. Me ha dicho que con mi espontáneo modo de ser, lo pongo a cien... lo que pasa es que aún no me lo ha podido demostrar porque vamos de comisaría en comisaría ... Finalmente. la Reina levantó la cabeza y yo aproveché para quedar con ella: ¡Que me invites a tu casa a tomar el té!... ¿A qué hora venimos? ... ¿A qué hora?...¡ Te traigo una botella de chinchón sin estrenar!... ¿Venimos ésta tarde?... ¡Respóndeme, Isabelona!... Creo que la pobre mujer, a parte de miope, es sorda... Al final no pude concretar nada porque dos tiarrones me cogieron de los brazos y me llevaron hasta un furgón de la policía... Estoy decepcionada.  Aunque, al final me he dado cuenta de que la Reina y yo somos iguales: ¡Tenemos la misma edad. Somos abuelas. Ella tiene un Rolls Roice y yo a Pascualita..." - ¿No irás a comparar? - "¡Pues sí! Porque yo nunca  tendré un Rolls ni ella una Pascualita porque no hay más... Por cierto ¿cómo está?" - Estupenda, la muy... - "Vaya, ya sabía yo que le harías alguna trastada a la pobre. Voy a colgar porque Andresito y yo vamos a estrenar la botella de chinchón y me va a demostrar todo lo que sabe hacer jejejeje... ¡Adeu!"

miércoles, 6 de junio de 2012

Ha mediodía han llamado a la puerta, era la Cotilla - ¡Hombreee! Veo que aún sabe llamar a la puerta... ¿Qué quiere a estas horas... Comer? -  No tengo inconveniente, aunque luego tenga que tomar bicarbonato... Venía a decirte que no te preocupes. No sé que clase de orgía tuvisteis ayer que te ha quedado la cara como el del anuncio del Netol. He denunciado al médico y a estas horas ya debe estar detenido - ¡Pero!... ¿De verdad lo ha denunciado?

¿Cómo le explicaba yo a la vecina que todo se debió a un ataque salvaje de Pascualita?. Llamaron de nuevo a la puerta, esta vez era el Municipal - ¡Ya no tienes de que preocuparte porque el fulano ese ya está en los calabozos - ¡Pero si no hizo nada! - Tu cara no miente. Está hinchada como el del anuncio del Netol (¡dichoso anuncio) ¿Te ha visto un médico? - ¡Sí! el que está detenido - Ese no vale (dijo la Cotilla)... El caso es que estas heridas se parecen a las que he tenido yo alguna vez... parecen mordisco. - El Municipal se acercó - Sí, yo también las he tenido... ¡Ay, Dios, ay, Dios... ¿A qué tendré que volver a registrar la casa? Estas cosas no buenas para mi salud mental ¡Odio a los fantasmas!

No me costó mucho convencerlo de que tenía razón. Había fantasmas en casa y me habían atacado como otras veces hicieron con él y con la Cotilla. El pobre salió corriendo (aliviado) para tratar de que soltaran al Médico lo antes posible. Sin embargo la Cotilla no quedó muy convencida - Los fantasmas son espíritus ¿verdad?... por lo tanto no comen, sin embargo este que vive en tu casa se ha comido a mis dos peces... No me cuadra.  Y a mí no me quedó más remedio que invitarla a comer aunque antes hice una última tentativa para que se fuera - ¿No le dan miedo los espíritus? - ¡Eso son cuentos de vieja! Ahora ¿por qué no me explicas lo qué pasó de verdad? - La verdad es que me atacó Pepe, aunque parezca tan pacífico.

Tampoco Pascualita estaba muy bien. Ayer se pasó un buen rato en agua dulce mientras el Médico me curaba las heridas.

La abuela llamó por la tarde - "¡Me has visto en la tele! Estuvimos junto al río cuando hicieron el desfile de barcos. ¡Que bonito! Todo el mundo llevaba banderitas inglesas menos yo que, para destacar, agitaba una toalla de playa de Bob Esponja y llevaba puesta una montera de torero... ¿No me has visto?... que raro... ¿Pero has mirado telediario?...  A lo mejor viste el tumulto que se formó. Esta vez sí que me han llevado a comisaría... Por una tontería... A mi lado había un inglés muy estirado al que le molestó mucho que llevara la toalla y no una banderita de su País. Le contesté que la llevaría cuando nos devolvieran Gibraltar y le hice un corte de manga para que me entendiera mejor. Empezamos a discutir  mientras Andresito, muy nervioso, iba traduciendo. Cuando le llamé mono gibraltareño  se puso como una moto ¡como si no hubiera monos allí! Total, que me arrestaron ¡a mí! pero al inglés ni lo tocaron. Luego me enteré de que era un loro... Ay, no, dice Andresito que era un lord... como hablan tan raro esta gente, me confundo. Hasta que no acabó el desfile no me soltaron porque decían que era una alborotadora ¿Yoooo? les dije.  Menos mal que no habíamos pagado nada...¿Sabes qué echo de menos? a Pascualita y al chinchón" - ¿Y a mí que me zurzan?- Entiéndelo,  no puedes compararte con ellos."

martes, 5 de junio de 2012

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Me he pasado por el mercado de Pere Garau a comprar gambas.  Eran frescas porque estaban congeladas jejejeje. El presupuesto no da para exquisiteces. Y en cuanto he llegado a casa he llamado al Médico para invitarlo a comer- Vamos a darnos un homenaje - le he dicho.

Casi no me ha dado tiempo a descongelar las gambas cuando ya estaba tocando al timbre de la puerta. Menos mal que había tenido la precaución de meter a Pascualita en el cuarto de la abuela, a Pepe, en cambio, lo he dejado en su sitio porque es muy discreto.

Libres de la presencia de miradas extrañas hemos dado rienda suelta a nuestra pasión ,tal como mandan los cánones, mientras íbamos recorriendo las distintas estancias de la casa. Al final, un sudoroso y cansadísimo Médico ha preguntado con un ligero temblor en la voz: - ¿En el cuarto de tu abuela también? - Y pensando en la sirena dije que no. Entonces él lanzó un suspiro que me pareció de desilusión pero que, a medida que lo pienso, creo que fue de alivio.

Después preparé una ensalada mientras él se dedicaba a asar las gambas. - ¡¿Haces gambas y no me invitas?! - ¡Que susto nos dio la puñetera Cotilla! - ¿Cuándo ha entrado usted? (dije, alarmada) - Cuando el olor de las gambas ha llegado a mi cocina... ¿por qué?... ¿me he perdido algo?... Ah, ya veo que sí, sinvergüenzas. Le he fallado a tu abuela porque le dije que cuidaría de ti. Esto lo remedio ahora mismo - Cogió un plato, un vaso y un cubierto y se sentó a la cabecera de la mesa del comedor - A partir de ahora no voy a quitaros el ojo de encima... ¡Venga esas gambas! La eché con cajas destempladas y cuando cerré la puerta la oí gritar poniéndome como hoja de perejil

Comimos tranquilamente, aunque tuvimos que cerrar la ventana y la puerta de la cocina porque la Cotilla seguía insultándome por el patio de luces. Luego pasamos a la salita a tomar el café y una copita de chinchón  y acto seguidos quedamos dormidos como ceporros en el sofá. Al despertar decidimos ir a dar una vuelta - En cinco minutos estoy lista - dije sabiendo que mentía como una bellaca. Cuando me vi perfecta fui a buscar a Pascualita y entré con ella en el cuarto de baño para darme el último retoque al maquillaje. No la vi muy contenta, no le gusta que la ninguneen cuando tenemos visitas. Para congraciarme con ella me la puse sobre la cabeza y cogí el lápiz de labios. Entonces el mundo se me vino encima. Pascualita acababa de verse  en el espejo y eso nunca ha dado buen resultado. Se enfureció contra su imagen ¡claro, es tan fea! y se revolvió sobre  mi pelo dándome tirones y mordiscos desde la raíz del pelo hasta la barbilla, pasando por orejas y nariz. Vamos, que me dejó hecha un Cristo.
Al oirme gritar como una loca, el Médico acudió presuroso. Tuve el tiempo justo de coger a la sirena y meterla en el depósito del agua del water (a pesar de saber que allí hay agua dulce) - ¡Pero qué te ha pasado! - dijo viéndome herida y desencajada - ¿Nunca has oído hablar de los ataques de histeria? ¡pues me ha dado uno!


lunes, 4 de junio de 2012

- "¡Tienes una resaca como un piano! ¡No te sale la voz! A ver cuándo aprenderás a beber con moderación" - ¡No es resaca, es sueño! ¿Por qué llamas a éstas horas? - "Porque luego tenemos muchas cosas que hacer... no es tan temprano. Andresito y yo nos vamos a dar un paseo por un parque enorme que está junto a nuestro hotel. Se llama Hyde Park pero le dicen Jaipark.

Lo conozco muy bien porque salía mucho en las películas antiguas policíacas. Allí asesinaban a las pobres chicas que lo cruzaban de noche y solas. Ya te contaré si encontramos algún cadáver entre la hojarasca ¡Que ilusión me haría!" - Vale. Ya hablaremos...  - ¡Espera! Ya sé porque los ingleses beben tanto té... ¡tienes que decirme ¿por qué?!" - ¿Por qué? - "Porque hacen un café asqueroso. Pura aguachirri... ¿Qué tal está Pascualita? ¿me echa de menos?" - (La sed de venganza me estaba ahogando) ¡Que va! Se ha hecho muy amiga de la Cotilla y esta noche está durmiendo en su casa. - "¿No será verdad?" - Adiós, buenas noches - "¡No, no. No cuelgues!" - Pero yo ya lo había hecho

Cuando me he dormido otra vez eran más de las siete y he llegado tarde al trabajo. He dado la primera excusa que me ha venido a la mente - La abuela no está bien y he tenido que llevarla al hospital - ¿Pero no está en Londres? - Pues... ejem... estoooo... Sí, sí, está allí pero han tenido que ingresarla - Como has dicho que la has ingresado tú... - Me he equivocado. Estoy tan acostumbrada a estar con ella que ahora no puedo cambiar el chip y sigo hablando como si estuviera en casa. - ¿Qué le ha pasado? - No me he enterado muy bien pero creo que es apendicitis. - ¿Otra vez? ¿Cuántos apéndices tiene tu abuela? - Oh... no os lo había dicho pero... (Dios mío, en que lío me he metido) es de las pocas personas, en todo el mundo, que tiene dos y como veis es una doble molestia. - Por la cara que puso la encargada deduje que no se había creído nada.

A mediodía ha venido la Cotilla y me ha pillado dándole una gota de vino a Pascualita. La mujer abrió mucho los ojos - ¡Ahg. Que asco!... Trae, que lo tiro a la basura mientras me vas sirviendo la comida... - Solo hay para mí - Si yo como como un gorrión. Con la mitad de lo que te has puesto tengo de sobra - ¡Que no! Y hasta que no venga la abuela, no quiero verla más aquí.- Y se ha puesto a llorar ¿cómo puede sentarme bien la comida teniendo este cuadro delante? Al final se ha salido con la suya.

Cuando se ha ido he atrancado la puerta con el taquillón de la entrada. A grandes males, grandes remedios. Luego he dormido una siesta reparadora... hasta que sonado el teléfono - "Estoy algo decepcionada porque no hemos encontrado ningún cadáver en el parque. Luego hemos cogido un autobús de esos rojos de dos pisos ¡Creí que me moría! El chófer iba bebido ¡seguro! porque conducía al revés. En realidad
todos los coches iban al revés ¡borrachos perdidos de cerveza!. Le gritaba y no me hacía caso. He tenido que arrearle con el bolso ¡Y el tío se ha enfadado! La policía ha querido detenerme ¡a mí!...Al final, Andresito ha vuelto a hacerme pasar por tonta... Y ahora estamos de morros" - (Lo que yo decía: pobre Londres)

domingo, 3 de junio de 2012

.A las ocho de la mañana ha sonado el teléfono. Era ella - "¿Hola?... ¿Hola... me escuchas" - Sí, abuela ¿Ha pasado algo? - "¿Algo de qué?" - No sé... algo malo - "El café de aquí es malísimo si te refieres a eso" - No, mujer... es queemos brindado con pensé habíais tenido un accidente... como me llamas tan temprano... "¿Temprano? Aquí ya es de día... ¿Cómo está Pascualita (dijo bajando la voz)" - Está bien. Y has el favor de no hablar de ella si Andresito está delante. "¡No sabes como se ha portado mi novio esta noche! Hasta hemos brindado cava para celebrarlo. La cena fue exquisita y bailamos hasta tarde, luego hemos dormido como unos benditos hasta hace un rato" - ¿Eso es todo? - "¿Te parece poco?. Que inconformista eres, hija, Nunca haré carrera de ti... Bueno, te llamaré a la hora de la siesta" - Y colgó. Naturalmente, ya no me pude dormir.

La Cotilla vino a media mañana. Estaba yo tan tranquila en la cocina tomando el desayuno mientras leía el Diario cuando me sobresalté al oír una voz a mi espalda - ¡Vaya! he llegado a tiempo... ¿Me has comprado una ensaimada? - ¡Mare de Deu, que susto! Haga el favor de llamar a la puerta cuando venga a mi casa o la denunciaré por allanamiento de morada... ¡No hay ensaimada ni leches! - ¿Cómo que no. Y esto que es? - Es MI ensaimada. Si quiere una ya sabe dónde está la panadería  - Me conformo con poco... Dame la mitad de la tuya y mientras me preparo el café con leche -  Ni que decir tiene que el desayuno me ha caído mal. Pero la he advertido que no quiero volver a verla hasta que vuelva la abuela.

Sobre las cuatro de la tarde, cuando yo había caído en el sopor del sueño, volvió a sonar el teléfono - "¿Hola. Eres tú?" - ¡No. Soy mi abuela! - "Que tonta eres, hija. Tu abuela soy yo... No sabes lo raros que son estos ingleses. Me querían detener" - ¿Qué has hecho? - "¡Nada. Que te lo diga Andresito. Hemos ido a visitar la Torre esa tan famosa   y resulta que, en vez de torre es un castillo enorme. Salas y salas llenas de armas ¿te imaginas? ¡Una tabarra!... Menos mal que hay unos cuantos cinturones de castidad y nos hemos reído un rato. Pero el jaleo se ha montado en la habitación donde la Reina guarda sus joyas ¡Que pasada! Aunque, si fuesen mías no las tendría tan lejos de mi casa.Mientras las miras no te puedes parar y claro, así no se ven bien y como nosotros habíamos pagado una entrada, me he parado. ¡Menudos joyones! ¡Y que colorines tienen!

La gente ha empezado a protestar pero como lo decían en inglés ¡a mí plin! Pero cuando he oído: Allí hay una vieja parada ¡Eh, señora,mueva el culo! se me ha encendido la sangre y he ido hacia donde estaba el desvergonzado. Los guardias han intentado separarnos pero les ha costado Dios y ayuda. Ya sabes tú que soy muy buena dando bolsazos. Andresito también ha recibido porque me ha dejado por tonta delante de todos diciendo que, como no se inglés, no sabía que no podíamos pararnos. ¡Pero si habíamos pagado la entrada!...¿Y por aquí, que tal?" - Bien, como siemp... - "Vale, guapa, Ya hablaremos en otro momento que nos vamos a tomar el té" - Y Colgó.

Cogí a Pascualita. Me sentía sola. Puse a la sirena sobre mi hombro y volví a hojear el Diario esperando no ser interrumpida como ésta mañana. De repente la cola de la sirena se tensó y saltó con la dentadura de tiburón hacia afuera estrellándose contra una foto de un Bauzá sonriente y pletórico después de haber sido reelegido, presidente de su partido Y después de gastar un porrón de euros nuestros (que  no tenemos) en guardias civiles valencianos, pensé. Me puse una copa de chinchón y le di unas gotas a Pascualita - ¿Brindamos por lo tontos que somos?

sábado, 2 de junio de 2012

A las cinco de la mañana la abuela ya estaba en pie y Pascualita y yo hemos tenido que aparcar el sueño. Más que nada porque con el jaleo que armaba no nos podíamos dormir. Cuando estaba en su cuarto la oía abrir y cerrar las maletas mientras murmuraba nerviosa - "¡Creo que me dejo algo pero no sé qué!"

Pascualita ha sido arrancada de su lecho de algas del "acuario" La pobre estaba tan dormida que ni siquiera  ha hecho amago de morder - "Tienes que aprender a hacer el equipaje por si un día te vas a tu hábitat... Ay, si pudieras hablar me dirías qué es lo que me falta porque la inútil de mi nieta no tiene ni idea" - Otra de sus idas y venidas ha sido al balcón. Se asomaba y volvía a entrar. Pensé que estaba nerviosa esperando a Andresito que tenía que pasar a recogerla con un taxi para ir al aeropuerto. Para eso faltaban aún unas cuantas horas.

- "¡ Hola, María. Que vamos a estar una semana sin vernos... porque me voy de viaje... No, sola no. Voy con mi novio... ¿A qué pueblo? ... No. Nos vamos a Londres y tal vez tenga oportunidad de tomar el té con la Reina... Bueno, ya te contaré cuando vuelva... ¡Gracias, gracias!" - Miré el reloj: las seis y media de la mañana y la abuela hablando a gritos con los vecinos madrugadores. Después de hablar con María lo  hizo con Pedro, con Fuensanta, con Catalina y con todos los que salían a pasear al perro o a comprar el pan. Al final me levante, enfadada. - ¡Abuela, entra que estás molestando al barrio entero!

Sobre las nueve vino la Cotilla - Vengo a desayunar contigo por si es la última vez - "¿Y por qué iba a serlo?" - Porque te vas en avión y con esos trastos nunca se sabe lo que puede ocurrir. Imagínate que os estrelláis. En ese caso siempre me quedaría un reconcome, aquí en el pecho, al pensar que no habíamos pasado juntas tus últimas horas de vida, que no me dejarían comer a gusto nunca más - ¡No se puede ser más burra! (le grité) - Tu nieta ya se está metiendo conmigo.

Cuando, por fin, pareció Andresito ya estaba cansada de aguantarla. Un rato antes habíamos tenido una discusión la abuela y yo a costa de Pascualita ¡Se la quería llevar! Al final, después de mucho tira y afloja, a claudicado pero no ha soltado a la pobre sirena ni para ir al baño. Cuando han venido Blas y el Municipal a despedirla estaba echa un mar de lágrimas. Al ver que sus amigos estaban tan preocupados que a punto han estado de llamar al médico de urgencias, se ha calmado - ¿Qué es eso que lleva escondido en la mano? preguntó al Municipal. Como vi que la abuela se había quedado en blanco, le eché un capote - Un relicario de la buena suerte - Eso son tonterías, no sirven para nada - Por lo visto, si crees sí (contesté con tono de Decano de la facultad de Oxford)  - Venga, vamos a sentarnos todos y a relajarnos con una copita de chinchón (propuse). Al final no fue una sino varias las copas que tomamos, cosa que a la abuela le fue bien porque los nervios dieron paso a la risa. De repente se reía de todo y acabamos contagaidos

¡Y por fin llegó el momento de irse!. Al taxista le estampó dos sonoros besos en cuando se bajó para ayudarles con las maletas, era un hombre de mediana edad y metido en carnes que se mostró muy confundido cuando la abuela le dio una palmada en el culo gritando -"¡Esto es carne y no lo que hecha mi madre en el cocido!".

Andresito miró furioso hacia el balcón, entonces yo hice la señal de - Ha bebido - llevándome el pulgar a la boca y cerrando el puño. La Cotilla, que bizqueaba a causa del alcohol, se asomó también - ¡Dile al... hip... piloto que vaya deeee... dereeecho... hip y discúlpame ante la Isabel... hip por no ir a tomar el ... te con vosooootras¡... - dijo a grito pelado y luego, muy bajito: No me llegan los ... hip... cuartos a fin de mes... hip, cabrones. - Al cerrar la persiana pensé - ¡Londres, no sabes lo que te espera!

viernes, 1 de junio de 2012

La euforia de presentarse a las  futuras elecciones ha sido arrinconada por cosas más urgentes. La abuela ve llegar el momento en que tendrá que cerrar las maletas y tiene le convencimiento de que no lo lleva todo.

Repasa una y otra vez la lista que hizo con lo que lleva guardado. Está todo pero cree que  hay algo que se le olvidó apuntar... seguro. Así que no me ha quedado más remedio que repetirle, una y otra vez, las cosas más inverosímiles que se haya podido olvidar: -  Pepe; la escobilla del baño... ("supongo que en el hotel habrá ¿no?" - me dice preocupada); el molde de hacer los cubitos; unos lápices de Ikea... - "No es esto, no es esto..." - Pero si llevas de todo, abuela. Solo vas estar fuera una semana y parece que te mudas de casa - Entonces se ha puesto a llorar - "¡Ay, cuánto te voy a echar de menos! (¡vaya!) Creo que llamaré a Andresito para que anule el billete... ay, ay.. No puedo marcharme,  no puedoooooo"

Mi corazón se fundía ante tales muestras de cariño. Me acerqué a ella y la abracé con fuerza - Yo también te quiero, abuela - "¿Es necesario que me estrujes? Que poco delicada eres, hija... Mírala, que carita de pena tiene" - ¿Quién? - "Pascualita... ¿de quién creías que hablaba...?  - ¿Y por estar con ella serías capaz de perderte el viaje? Hazlo y lo aprovecharemos el Médico y yo. Lo vamos a pasar de cine. - ¡"Que te crees tú eso! pero paso pena por la sirena, me va a añorar y no quiero que se ponga enferma" - No te preocupes, le pondré una foto tuya delante de la pecera. La más actual - dije con rencor - "¿La del DNI? Esa no que estoy horrible" - A mi me parece que estás igualita a como eres -. "Se me ve mayor" - ¿Más vieja, quieres decir?...

- ¿Qué. Ya has cerrado las maletas? - preguntó la Cotilla atacando desde la retaguardia - "Todavía no... ¿Qué te parece mi foto del DNI?" - ¿A ver? ... jajajajaja... pareces una delincuente pero eres tú - " Pero si parezco mayor que mi abuela que murió a lo 100 años y unos días" - Hay cámaras de fotos y espejos que, aunque nos duela (y nos duele) dicen la verdad. Yo tuve uno de esos espejos y lo rompí en mil pedazos -  ¡Estás loca! Son siete años de mala suerte. ¿Cuánto hace que lo rompiste?" - Unos dos años... ¡Ay, Dios, que faena!... ¿A qué viene lo de la foto? - Es que ésta quiere ponérsela a Pas... a Pepe para que no me añore" - ¡A Pepe! ¡Que tía más tonta! aunque, si se trata de dársela a Pas...cual, sería mejor regalarle una de  estudio. - "¿Ya estás con esa tontería otra vez?" - gritó la abuela y yo me aparté del "acuario"

Sonó el teléfono y lo cogió la abuela. Casi en seguida colgó de golpe - Era Andresito para preguntarme si había reducido el equipaje a una maleta ¡Este se cree que solo llevo calzoncillos y calcetines como él. Me pone de los nervios! - Y tú, como siempre, saliéndote con la tuya, pobrecillo - "¡Cotilla, no me calientes!" - Fui corriendo a buscar el chinchón que buena falta iba a hacerle a la vecina para olvidarse del chorrito envenenado que acaba de entrarle en un ojo.