viernes, 26 de abril de 2024

Menudo reto.

Los abuelitos se han asociado con GeoooorgeBrexit con lo de las paellas con té y dicen que el negocio va viento en popa. Ya se sabe que dinero llama a dinero. ¡No saben ná los ricos! 

He intentado que me admitiesen en la sociedad pero que si quieres arroz, Catalina. No les han convencido mis argumentos ni poco ni mucho, o sea, nada. Aunque la que se tira de los pelos es la Cotilla, a la que tampoco han querido como socia. - ¡Con lo bien que se me da vender cualquier cosa...! -

Como excusa para no admitirla, la abuela le dijo que su aspecto dejaba mucho que desear, cosa que encabritó a la interfecta que sacó a relucir su vena dramática: - La culpa es del... ¡snif!... Gobierno por darme una... ¡snif!... pensión tan ridícula que no llego a fin de mes y tengo que sacarme las castañas del fuego ¡BUUUUAAAAAAAA!

Pero, como a la abuela no se la dan con queso, la Cotilla se quedó compuesta y sin sociedad con que llenar la faltriquera.

Ahora, además de comer la horrible paella inglesa, tengo que conquistar a Geooorge . y no sé cómo. El mayordomo es más estirado que un chicle. Metódico como un reloj suizo. No se ríe para que no se le descomponga el tupé. Encima, no nos podemos ver ni en pintura.  Y me temo que sabe que voy a ir a por él por su dinero. Veo dificilísimo que de todo ésto salga un bisnieto para la abuela... Le convendría más hacer una novena a Santa Rita.           

jueves, 25 de abril de 2024

El té.

Mentiría si dijera que la curiosidad no me ha dejado dormir porque he dormido como un lirón pero, al abrír los ojos, me venía a la mente la frase, reconvertida en lámpara de neón rosado: ¿Quién es el jodío que cría una potra?

Siempre me digo que, de hoy no pasa que lo averigüe pero siempre surgen problemas caseros más urgentes como, por ejemplo, poner paz entre tres personajes condenados a entenderse... : la escoba, la fregona y el recogedor. Un chulapo entre dos damas. Mal asunto.

Ellas se han echo íntimas amigas y al pobre que se lleva toda la basura lo menosprecian. El hace de todo para ganarse su amistad pero ellas no están por la labor. En cuanto se les acerca se lían a golpes contra él. 

También los he recibido yo por meterme donde no me llaman ¿Acaso soy la Reina del arbitraje casero? Que haga de árbitro Rita la Cantaora. Entonces se me ocurrió aprovecharme de los tres personajes: - ¡A ver, listos! Habrá un premio para quién descifre la famosa pregunta. 

A punto estuve de no poder acabar la frase porque el Rercogedor gritó: - ¡Sé quién es el personaje: ¡¡¡GEOOOOORGE!!!

Nos dio un ataque de risa a las tres: - ¿Una potra en la Torre del Paseo Marítimo? jajajajajajaja ¿El jodío es Geooooorge? ¿ese pánfilo que cocinó una paella con té? jajajajajajajajajaja¿ ¿Y cómo se ha echo rico GeooooogeBrexit? jajajajajajaja - Con lo que más les gusta a los ingleses: ¡El té!

- Pero si eso ya está inventado... (Respondí llena de sabiduria) - Sí, pero la paella guisada con té solo se le ha ocurrido a él y ahora es el personaje más famoso para sus compatriotas que disfrutan comiendo algo con sabor inglés cien por cien.

- ¿Y... la potra que tiene que ver... en ésta historia absurda...? - Es la Suerte que le sonríe. ¿No es una yegua joven? ... - NO. - ¿Y ... mi amigo Geoooorge se ha hecho... rico?- ¡Riquísimo! 

Sonó el teléfono. Era la abuela que, tajantemente, dijo: - "Nena, el papá de mi bisnieto tiene que ser ¡GEOOOOORGE!, sí o sí. ¡Hale, pues!"


miércoles, 24 de abril de 2024

¿Quién es el jodío?

Sin comerlo ni beberlo, me he encontrado con mi familia invadiendo mi casa. No cabía nadie más porque, aunque no se les vea, los personajes también ocupan lugar. Sobre todo las bolas de polvo que proliferan como los conejos en Australia. Por eso me encaré con la escoba: - ¿Para qué se supone que estás tú aquí, pendeja? - ¡Huy, lo que me has dichoooooo! (estaba ofendidisima la tía) ¡Te denunciaré! - Entonces me puse chula: - ¿Encima de que no cumples con tu deber? Pues, muy bien ¡¡¡Aquí te espero, comiendo un huevo, una tortilla y un caramelo!!!

Las bolas jugaban al escondite por debajo de los muebles y montaban tal escándalo que apenas escuchaba lo que decían la abuela y los demás.  Los ojos echaban chispas. Los brazos subían y bajaban. Los dedos señalaban. Las bocas gritaban. Los comensales de la Santa Cena aplaudían o pateaban el suelo según iba discurriendo la Conferencia. 

De repente hubo un silencio de esos que aparecen de repente y alguien dice: Ha pasado un ángel y vuelven a subir los decibelios. Fue durante esos segundos que pude oír: - ¡Que potra tiene el jodío! (dicho con mucha rabia) - Y me quedé con una pregunta dispuesta para salir de mis labios en cuanto hubiera oportunidad: ¿Conozco al jodío que cría una potra? Hablaré con el abuelito en cuanto pueda. Debe estar probándose un nuevo sudario...


 

martes, 23 de abril de 2024

San Jorge, Jordi, Geooooorge, etc.

La Cotilla entró en casa como una exhalación y se encerró en la cocina. - ¡Avemariapurísimaaaaaaa! - ¡Oiga, que no he terminado de desayunar! (y Pascualita tampoco, huy, huy, huy...) 

Puse la oreja en la puerta y escuché quejarse a la vecina sobre MI MODO de desayunar - ¡¿Cómo vas a encontrar novio si, cada día, montas un pollo con el cola cao?!Ya eres mayorcita para seguir tirándolo por todo!... ¡¿Dónde demonios está la fregona?!

- ¡Abra y la ayudaré! - ¿A qué? ¿A caer? No, gracias. - ¡¡¡ABRA, COÑIIIIIIE!!!

Por una vez, me hizo caso. Entré en la cocina y divisé a la sirena escondida tras el estropajo del fregadero. La escondí en el bolsillo de la bata y bebí el poco cola cao que quedaba en la taza de Pascualita ¡Puag! 

La Cotilla estaba frenética. Iba de acá para allá entre sartenes y rebozados. -  Podrías haberme dicho que hoy es el Día del Libro en lugar de pensar en las musarañas. - No sabía que le gusta leer. - ¿Quién habla aquí de leer? Se trata de los libros, boba de Coria. Entre ir a comprar la materia prima y hacerlos, voy a llegar a las tantas para venderlos.

- ¿No me diga que ha escrito un libro? ¿salgo yo? - Te salvas porque tengo mucha prisa que si no la íbamos a tener gorda ¡Anda, vete al balcón a que te de el aire y déjame trabajar!

Poco después se fue como había llegado: ¡A la carrera! - Me asomé al balcón: - ¡Cotilla ¿y las rosas? - ¡TU PADRE! (contestó de muy mala manera) 

Más tarde llamó la abuela: - "Nena, comeremos en tu casa" - ¿Pan con aceite? - "Nooo. Los "libros" de la Cotilla. Ves friendo patatas. Andresito no vendrá. Se lo han llevado al hospital porque se le ha salido la hernia del ataque de risa que le han provocado los libritos de lomo rellenos que iba a vender en la Plaza Mayor... Por cierto, hoy es San Geoooorge. Hazle un regalito a mi mayordomo." 

 Le regalé una coliFLOR que llevaba dos semanas dando vueltas por la despensa.

lunes, 22 de abril de 2024

Relamiéndose.

 Ha entrado un vencejo en casa. Eso sí, está bien educado porque ha piado: - Con permiso. - Y se ha colocado sobre el cuadro de la Santa Cena. Un rato después ha preguntado: - ¿Estamos en Primavera? Pensé que tenía el reloj biológico en perfecto estado de revista pero hace un frío de tres pares de narices. 

Como no supimos a quién se dirigía me erigí en portavoz del resto de personajes pero no me dio tiempo a ejercer como tal. Se me adelantó Pepe el jibarizado soltando su OOOOOOOOOO desde la estantería de la cocina. Mira que le gusta hablar al llavero y eso que no tiene cuerdas vocales ni nada que se le parezca. 

Media hora después, harta de escuchar su soliloquio que no llevaba a ningún sitio, llamé a mi primer abuelito. - ¿Qué dice el pesado ese? - Le está contando la historia de su último día al vencejo... - ¡Oh, no! - Me había olvidado completamente de él y tuve un mal presentimiento. - ¡Quietos! (grité al grupo de comensales, hambrientos siempre y con once meses de ayuno por delante) ¡Y tú, sal de ahí o te comerán estos triperos!

Asustado por mis gritos, el vencejo voló hasta la pila de lavar del comedor donde, a la velocidad del rayo, apareció Pascualita entre las algas, con la dentadura de tiburón dispuesta para el almuerzo. - ¡Vete, vencejo, veteeeee!

No tuve que repetírselo. La Cristalera se entreabrió un poco para que pudiera salir y cerró de golpe para que no entrara el frío. 

Por la tarde pregunté por el vencejo al árbol de la calle: - Los gorriones lo han echado con cajas destempladas, celosos perdidos porque las gorrionas quedaron prendadas al verlo volar como un campeón olímpico.

 

domingo, 21 de abril de 2024

Se calman las aguas.

 Mi primer abuelito tiene un cúmulo de emociones que lo tienen en un ay, desde el día en que lió... lo que lió. Por un lado reconoce que se lo pasó bomba porque llevaba tiempo sin hacer  una pillería. Desde antes de que lo "murieran" (pensó)

Sin embargo su "gracieta" estuvo a punto de costarle el amor de su amadísima Momia. Se sintió mal sabiendo que su hijo era un adúltero y también cuando se enteró de que no... aunque casi. Lo del zapatillazo, según dijo, estuvo bien. - No hay que dejar que los hijos se nos suban a la espalda. 

De los "mandamases" del Más Allá recibió un toque de atención: - Que sepas que has perdido dos puntos de tu carnet de Conducta.

Al comentarlo conmigo le tembló la voz. - Imagínate que no pudiera probarme los maravillosos sudarios, de los grandes modistos, nunca más. ¡Una y no más, Santo Tomás! (gritó, arrepentido)

Lo cierto es que ahora todo el mundo va con pies de plomo, hasta la escoba y la fregona, por si acaso se reparten tortas y les cae alguna. 

Y mientras Pascualita sigue riendo como una loca hay alguien que no puede ser perdonado así viva muchos Brexits: ¡Geoooorge, el mayordomo inglés! ¿Té como agua o caldo a una paella? ¡Vade retro, Satanás!

sábado, 20 de abril de 2024

Va de venganzas.

Los abuelitos han invitado a una paella de marisco que ha hecho su mayordomo inglés, Geoooorge.

Estábamos tan contentos de que lo ocurrido entre Andresito y la Cotilla fuese solo un malentendido que nos olvidamos de vigilar al "cocinero" para que no hiciera lo que hizo: el agua de la paella era té. Fue su "toque británico"

Los vecin@s del barrio esta madrugada se han vengado. Encerrados en sus casa a cal y canto han dormido plácidamente mientras bajo mi balcón una veintena de tunas estudiantiles pagados por ellos, han cantado Clavelitos de las doce de la noche a las ocho de la mañana.

Mi primer abuelito fue quién lió la madeja del malentendido

Entre prueba y prueba de sudarios de alta costura, al abuelito le dio por pensar en sus últimas horas de su vida... - ¡Claro! (se dijo) ¡El cola cao preparado por mi mujer y las magdalenas que trajo la Cotilla, sabían a mata hormigas - "¡Come, bobo, come!"  (le decían y no dejó ni una gota ni una miga) Después llegaron los dolores de la muerte y entró por la puerta grande, en el Más Allá. 

Mandó mensajes sublibinales a la Cotilla y a Andresito (su sustituto en la cama de la abuela) haciéndoles creer que estaban locos de amor el uno por la otra, por muy difícil de creer que fuera.

Cuando se lo contó a la Momia ella hizo lo que se espera de una madre con su hijo díscolo ¡Tirarle la zapatilla a la cabeza! Y vaya si le dio. Aún se le ve el chichón a Andresito.

Pascualita aplaudía a rabiar con sus manitas palmeadas. ¡Como le gustan las peleas a la medio sardina!