domingo, 21 de abril de 2024

Se calman las aguas.

 Mi primer abuelito tiene un cúmulo de emociones que lo tienen en un ay, desde el día en que lió... lo que lió. Por un lado reconoce que se lo pasó bomba porque llevaba tiempo sin hacer  una pillería. Desde antes de que lo "murieran" (pensó)

Sin embargo su "gracieta" estuvo a punto de costarle el amor de su amadísima Momia. Se sintió mal sabiendo que su hijo era un adúltero y también cuando se enteró de que no... aunque casi. Lo del zapatillazo, según dijo, estuvo bien. - No hay que dejar que los hijos se nos suban a la espalda. 

De los "mandamases" del Más Allá recibió un toque de atención: - Que sepas que has perdido dos puntos de tu carnet de Conducta.

Al comentarlo conmigo le tembló la voz. - Imagínate que no pudiera probarme los maravillosos sudarios, de los grandes modistos, nunca más. ¡Una y no más, Santo Tomás! (gritó, arrepentido)

Lo cierto es que ahora todo el mundo va con pies de plomo, hasta la escoba y la fregona, por si acaso se reparten tortas y les cae alguna. 

Y mientras Pascualita sigue riendo como una loca hay alguien que no puede ser perdonado así viva muchos Brexits: ¡Geoooorge, el mayordomo inglés! ¿Té como agua o caldo a una paella? ¡Vade retro, Satanás!

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