jueves, 28 de febrero de 2013

- ¿Cómo sigue tu novio, abuela? - "Se pregunta cómo pudieron atacarle de ésta manera, unos billetes de avión" - Menos mal que no llegó a ver a Pascualita. - "Después de la explicación que le dio la Cotilla sobre ánimas del Purgatorio y el fantasma de mi anterior marido, ya no entiende nada de nada" - Mejor...¿Ya no os casáis, verdad? - "¿Quién te ha dicho que no?" - Yo creía que... - "No te dediques a pensar que no es lo tuyo. Todo sigue en pie, incluso el viaje de bodas a Egipto"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! ¡Que disgusto tengo! El valor de la palabra dada es nulo ¡¡¡Aaaaaaayyyyyyyyyy!!!  ¡Que dolor más grande!... Esa gentuza ha acabado con mis ilusiones... Anda, dame unas copitas de chinchón a ver si se me pasa el disgusto. - "¿Por qué vienes así?" - ¡Me han echado del trabajo! Y eso que me habían dicho que era un trabajo para siempre. ¡Y no he durado ni dos telediarios! ¡¡¡Aaaaaaaaaaaayyyyyyyyyyyyyy!!! - En ese momento entré yo - ¡Cotilla, no empiece ya con las saetas que aún no estamos en Semana Santa! - Qué feliz es tu nieta porque, siendo tonta, no te enteras de nada. - ¡¡¡Oiga, tía pestiño. Un respeto!!!

- ¡Les voy a meter un puro que se van a enterar! Los voy a denunciar por Despido Improcedente. - "Cotilla, dese con un canto en los dientes si no la han denunciado" - ¡Tengo que denunciarlos! ¿Lo han hecho porque soy mujer, algo mayor y hablo por los codos? No lo sé. Solo sé que han cerrado mi cuenta y se han quedado el dinero ¡Con lo que me costó ganarlo! - ¡Pero si es de ellos! ... ¿A donde va? - ¡A demandarlos. Como ha hecho Bárcenas con el PP! - Abuela ¿tu la oyes? Acabará en chirona, por loca. - "En ese momento se oyeron varios ¡CHAF, CHAF! Pascualita estaba haciendo sus "ejercicios" de salto... La cara de la Cotilla se volvió amarillenta y un temblor le recorrió el cuerpo. Se levantó y salió corriendo rumbo a su casa. Antes de que se cerrara la puerta de la calle, la abuela gritó: ¡¡¡Cotilla, devuelve la botella de chinchón!!!

miércoles, 27 de febrero de 2013

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa! Acabo de ver a Andresito entrando en la agencia de viajes ¿No me habías dicho que ya teníais los pasajes del viaje de novios? - "Sí. Ya hace un mes, por lo menos... Que raro" - Hoy he abierto la libreta en el banco. Me siento una potentada. - ¿No se han dado cuenta sus compañeros de los hurtos? - Supongo que no pero, han adoptado una curiosa costumbre desde hace unos días:  van a todas partes con los bolsos y carteras. Da risa verlos. - Eso es que no se fían de usted. - A ver si te crees que todo el mundo es tan desconfiado como tú.

La abuela llamó a su novio. Estaba intrigada por lo que le había contado la Cotilla. - "¡¿Quéééééééé?! ¡Por encima de mi cadáver! ¡Cagón, que eres un cagón!" - Colgó con tal fuerza que pensé que había roto el teléfono. - ¿Habéis roto?... ¿Me puedo quedar con tu ex novio?... - ¡Cállese ya, vejestorio!... Espero que sea una tormenta pasajera, abuela, porque no quiero quedarme sin mi parte de la herencia del nuevo abuelito. - "¡Dice, el  muy mamarracho, que ya no vamos a Egipto!" - Ah, pues vamos tu y yo solas. La que íbamos a liar. - Además, veríais a antiguos conocidos...jejejejejejeje - ¿Ah, sí? ¿A quién? - A las momias de los antiguos faraones jajajajaja. - ¡Esta nieta tuya acabará mal si un día se me cruza un cable. Que cruz tienes con ella!

Hoy la comida ha salido como si la hubiera hecho yo, malísima. - "La culpa la tiene "ese hombre" ¡Quiero ir en globo sobre el Nilo y el vejestorio de mi novio dice que es peligroso! ¡Yo sí que soy peligrosa cuando me enfado! - Mientras tomábamos el café (a la abuela le he puesto una tila doble a la que le ha echado un buen chorreón de chinchón) llegó Andresito. Traía unos pasajes con destino a Venecia. La abuela, enfadadísima,  lanzó los pasajes al "acuario" donde Pascualita descansaba tranquilamente. - Andresito saltó del sofá - ¡Qué haces! - y metió la mano en el agua para salvar los papeles. Lo hizo sin mirar y "pescó" a la sirena por la cola. Me levanté para salvarlo del ataque pero la abuela me hizo la zancadilla y caí de bruces al suelo. Ahora tengo la nariz hinchada porque sangré como un toro de lidia. Aunque el peor parado fue Andresito. El pobre tuvo que ir a urgencias porque le quedó la cara como si hubiese chocado contra con un tren de mercancías.

Y ahora ya no sé si va a ver boda. O si, a pesar de ello, recibiré parte de la herencia de Andresito... Lo que sí es seguro es que la abuela se va a Egipto. ¡Menuda es ella!

martes, 26 de febrero de 2013

Ya estoy hasta el moño de jerseys y gorritos en miniatura. Como la sirena se los moja cada dos por tres, hay que ponerlos a secar y en cuanto la Cotilla los ve se ríe de mí. - ¿Por qué no le dices a tu amiga que es cosa tuya? Siempre me cargas todos tus marrones. - "No puedo. Creería que tengo obsesión por tener un bebé"... - ¡Que tontería! Tú obsesión es que YO tenga un crío. - "Ya, pero como la que se va casar soy yo, puede pensar que quiero crear una familia" - ¿Te estás oyendo?... A no ser que adoptéis... y me fastidiaría que lo hicierais porque entonces el Médico y yo tocaríamos a menos. - "Pero si te va a tocar menos que nada. No tengo nada que dejarte". - Tu no, pero el abuelito... - "Ese aún tenía menos y en todo caso, si tenía  algo, se llevó el secreto a la tumba" - Me refería al abuelito Andresito. - "¡¡¡Pelota!!!"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! ¿Pelotas? ¡Me encantan las albóndigas! Vale, me quedo a comer... ¡Otro gorrito en el agua! Lo tuyo es grave porque estás teniendo una regresión a la infancia... Pero, alma cándida, aquí tienes que poner pececitos en lugar de gorritos. ¿No ves que hay agua y algas, incluso un barco hundido?.. ¿No será contraproducente que regrese a la niñez? Acuérdate de lo tonta que era tu nieta de pequeña. - ¡¡¡Ya está bien!!! Esto son cosas de la abuela, no mías. - Al ver los ojos muy abiertos de la Cotilla enfocados hacia ella, la abuela salió del paso. - "Déjala, pobrecilla. Está así desde que sabe que me caso. La envidia la corroe"

Mientras comíamos, la Cotilla nos contó sus progresos. - Creo que abriré una libreta en el banco para ir ingresando mis sobresueldos. - "¿Qué tal lo llevas?" - Bien. Al principio no veía claro el asunto porque no avanzaba. Allí es muy difícil coger dinero, hasta que pensé que lo mejor era tomar el que estaba más a mano: de las carteras de mis compañeros ¡y funciona! Por eso quiero abrir una libreta. - ¿Va a hacer que sus víctimas le abran la cuenta en la que ingresará el dinero que les roba? - No te pongas tan trágica. En algún sitio tengo que guardarlo. - Cuando se enteren la despellejarán viva. - Tú, tan simpática como siempre.

De camino a la salita, la Cotilla se asomó al "acuario". Allí estaba Pascualita durmiendo tranquilamente entre las algas... que no tapaban del todo a la sirena. - En el agua  hay otra prenda de esas pequeñas ¿a ver qué es? - La abuela me tapó la boca con la mano cuando estaba a punto de decirle a la vecina que no la tocara. No hay nada que enfade más a la sirena que ser interrumpida, de forma brusca, cuando duerme. Y se armó la marimorena. ¡Una avispa-pez saltó a la cara de la Cotilla a la velocidad del rayo! ¡Nadie ha visto jamás algo tan horrible! Se ensañó con la nariz y los pelos de la pobre mujer dejándola, en unos segundos, como un Cristo. Y ella, entre gritos, llantos y moqueos, gritaba: ¡Vade retro, Satanás! ¡¡¡No me piques que soy alérgica a las avispaaaaaaas!!!

lunes, 25 de febrero de 2013

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaa! ¿No hay un café con leche para una pobre trabajadora de la banca? - "¿Ya has terminado?" - Menudo madrugón. Pero lo prefiero así porque, a estas horas los empleados están medio dormidos y si hay dinero por el suelo no me verán cuando lo coja. - "Pero las cámaras de vigilancia, sí" - ¿Ah, sí!... Vaya, vaya...me lo están poniendo difícil. Pero yo me crezco ante las dificultades. - "¿A ver si te crees que en los bancos alfombran los suelos con billetes de euro?... ¿Qué piensas hacer para ganarte el sobresueldo?" - Ahora no me hagas pensar que lo único que tengo es frío. ¿Has visto la nevada que hay en la Serra? - "No me he movido de aquí ¿cómo voy a verla?" - Pues como yo. Por la tele. - "¿Has puesto la tele de tu casa?" - ¡No! Ha sido en un bar, junto al trabajo. Me he presentado allí  y... me han invitado. - "¿El primer día?"

- Abuela, me temo que tu querida amiga esconde algo. - Bueno, hablé antes con el dueño. Le conté lo ricas que son tus croquetas (dije que eran mías) y le prometí que le regalaría dos docenas si, por las mañanas podía tomarme un café gratis. - "¿De dónde sacarás las croquetas?" (había sarcasmo en la voz de la abuela) - Tú me las darás... ¿no? - "No. Son para Blas." - Pero yo soy tu amiga...

Después de mucho discutir, la abuela no dio su brazo a torcer y la Cotilla se fue echando humo. Al dejar de oír voces, Pascualita se subió al alfeizar de la ventana para ver pasar a la gente por la calle. Y mientras la abuela le puso agua de mar, calentita, en el acuario. Después cogió a la sirena y le colocó un jersey a rayas, amarillas y negras y un gorrito a juego. Parecía una avispa-pez (por la cola). - ¿No había otros colores? - "Supongo que sí pero no tenía ganas de salir de casa a comprarlos" - Entonces se oyó la voz de la Cotilla que había vuelto a entrar y Pascualita se zambulló, con su modelito, en el agua tibia para esconderse en el barco hundido. - Se me ha olvidado preguntarte qué comeremos hoy - "¿No estás enfadada?" - Por supuesto pero, lo cortés no quita lo valiente... ¿Qué es esto? ¡Huy, que gorrito tan mono! ¿Qué hace en el agua? - "Se le ha caído a mi nieta" - Siempre tan torpe. No me extraña que no encuentre novio...¿A tus años vas a jugar con muñecas? ¡Por favor! Tienes que jugar con muñecos más grandes ¡pava!... Hasta luego. - "Toma dinero y luego te subes el pan" - ¿Y QUÉ ME LLEVO YO POR ESTE ASUNTO?  como decía Urdangarín a su socio. - "Un plato de lentejas" - ¿Y dos docenas de croquetas?...






domingo, 24 de febrero de 2013

Pensaba que las calles estarían blancas. Que la abuela no podría salir con sus botas de tacón. Que haría tanto frío que, en lugar de perros, veríamos pingüinos. Pero todo sigue igual a pesar del susto que nos metió en el cuerpo el meteorólogo de la tele. Así que la abuela ha ido a comprar las ensaïmadas con un simple anorak, sin abrochar. Naturalmente, cuando ha vuelto le he echado una bronca . Quiero que se tape porque hay mucha gripe y si cae enferma ¿quién guisará? ¿quién llevará la casa? Todo esto se lo digo por su bien... y por el mío. Incluso por el de Pascualita porque, si se pone enferma ¿a quién avisamos? Luego me ha llamado tonta y egoísta hasta que se ha cansado, que ha sido dos horas después.

Pascualita ha descubierto la calle. Tiene el "acuario" bajo la ventana de la salita y nunca se había fijado en ella. Quizás es porque es tan cotilla como la vecina y no se quiere perder nada de lo que hablamos, por eso siempre nos mira pero el otro día, la abuela se asomó a la ventana y la sirena se giró, dio un pequeño salto y se subió al alféizar. Desde allí ve un rectángulo de la vida del barrio y se entretiene mucho. Solo se zambulle cuando está cansada o le apetece respirar como un pez.

A mediodía ha venido la Cotilla - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaa! Vaya movida que hubo en la manifestación ¿Crees que servirá para algo? - "Esperemos que sí. Los Pinochos saben que somos muchos los que estamos cabreados" - Claro que lo saben pero, que si quieres arroz, Catalina. El único que se ha dado por enterado  es Urdangarín. ¿Has visto como está? Se ha quedado en el chasis...¿Por qué no lo invitas a comer cocido? No le vendría mal comer caliente en vez de pijadas aristocráticas. Si es que él no está acostumbrado a eso. - "Ni a eso ni a forrarse con dinero ajeno porque mira que chapucero le salió todo. Pero se ve que es cabezón y siguió, erre que erre, hasta que se destapó todo" - ¿Lo invitarás o no? -"Va a ser que no. No sea cosa que me convenza para montar una fiesta de la tercera edad en El Funeral y acabe pagándola yo"

- Con unos cuantos días como el de ayer se me acaban las penurias. - "¿No me digas que también trabajaste por la tarde?... ¡si eran compañeros!" - Soy muy demócrata y no me gusta discriminar. - "¿También limpiaste bolsillos de los parados?" - Esos ya estaban limpios... A partir de mañana voy a darle un giro al "negocio". Empiezo a trabajar en una sucursal de banco. Tengo que ir todas las mañanas a limpiarlo. - Ya no tiene edad para eso. - Mi curriculum dice que sí. - "¿Lo has amañado?" - ¿Y qué? Ya va siendo hora de dejar las iglesias y pasarme a la banca. - "Me gusta tu visión de futuro y tus ganas de prosperar en la vida" - ¡Eso, tu dale alas! Estáis las dos para que os encierren. - ¿Brindamos por eso? - ¿Por que os encierren? - "¡Por lo que sea, boba de Coria! jajajajaja"

sábado, 23 de febrero de 2013

Todo el día está la abuela zascandileando por la ciudad y eso que hace un frío que pela. De buena mañana ha salido del brazo de la Cotilla y con Pascualita colgada del cuello, camino de los Juzgados. Iba tan abrigada que temo por la sirena, lo mismo se deshidrata de calor.

Llevaba una bolsa con bocadillos, agua, un megáfono, pastillas Juanola por si le daba carraspera, un pañuelo blanco para pedir la oreja de Urdangarín (eso ha dicho)y varios tapers llenos de croquetas de repuesto por si a Blas se le acaban las que se ha llevado muy temprano de casa.

Alguien ha dicho que había 100 policías pero, otro más exagerado, ha dicho que 200. A ver lo que dice la abuela porque, a la hora de exagerar no se queda corta. A pesar de la policía, ha podido dedicarle al duque consorte todas las lindezas que se le han ocurrido.

Han vuelto a casa cuando yo ya había comido. ¡Y que bien me ha sentado! porque estaba sola con Pepe y el pobre no da un ruido. Ni siquiera he puesto la tele.

Han entrado como un elefante en una cacharrería. Charlando por los codos y empujándose por el pasillo. Venían muertas de hambre - "¡Es la última vez que vamos juntas! Se ha pasado la mayor parte del tiempo limpiando bolsillos ¡incluso de los periodistas conocidos!" - Es que no los reconocía. Menudo cambio. Eran más bajos, más gordos... menos "cosa" ¡Que chasco! y encima estúpidos porque los he saludado como a viejos amigos... - Si no la conocen. - ¡Pero están todo el día en casa! - Pero ellos no nos ven. -¡Muchos humos tienen esos y esas! Así que no he hecho distingos, al fin y al cabo tengo unos gastos que cubrir. - ¿Les ha robado delante de tanta policía? - "¡Ya los policías también! Aprovechaba cuando compraban croquetas a Blas, por cierto, ¡que éxito han tenido las croquetas!"


viernes, 22 de febrero de 2013

- No están los tiempos para tener la cabeza clara, Pascualita. Cada día pasan cosas nuevas y no mejores que las anteriores. No es raro que la gente tenga olvidos y los neurólogos lleno en sus consultas. Yo, por ejemplo ¿cuántas veces he dejado el gas abierto?... unas cuántas. ¿Y el aceite al fuego? ... otras cuántas también" - ¡No me lo recuerdes! El día menos pensado saldremos en la sección del sucesos del Diario.

 "Estos fallos son consecuencia de la crisis" - No te pongas medallas. Di más bien que tienes la cabeza a las cuatro de la tarde.- "¡Te digo que es por la crisis! ¡Y por tú culpa! ¿No te has enterado que todo ha subido? Entonces ¿por qué me das el mismo dinero para los gastos? ¿Crees que sé convertir la paja en oro?" - A mi no me mires que tampoco me han subido el sueldo. - "¡Pues ligate a tu jefe, que eres más corta que las mangas de un chaleco!" - Como si fuese tan fácil... ¿crees que no hay competencia?  Menos yo, todo el mundo ha pasado ya por el aro. Incluso el becario y el bedel. - "¿Ese no está a punto de jubilarse?" - Sí, pero necesitaba un sobresueldo. - "¿Y tú a que esperas?" - A que aparezcan los brotes verdes famosos porque, ahora mismo, el hombre está a dos velas -"¿No se tomará a mal que seas tan interesada?" - Espero que no.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaa! Estoy fatal. Se me olvida todo... Ahora mismo no recuerdo si he desayunado o no. ¿No te ha sobrado un poco de café de esta mañana? - ¡Usted lo que tiene es más cuento que Calleja! - No. Debe ser cosa que trae la crisis. Está la gente muy desmemoriada... gente muy importante, no vayas tu a creer. Mira, sin ir más lejos, a nuestro President. Y eso que él es joven, quiero decir que es un poco más joven que yo. Pues el hombre no se acordaba de que tiene negocios y préstamos por más de 1 millón de euros... pobrecico. - "Debe tener algo malo en la cabeza porque a mí, que me separan pocos años de él,  no se me hubiese olvidado" - ¡Que sabrás tú si nunca has sido rica!

- He traído unos cuantos cirios de una iglesia que he visitado, para que los enciendas cuando comamos. A ver si así se queda tranquilo el espíritu de marido. ¡Que genio se gasta desde que está muerto! No sabes lo que me ha costado desenredarme el pelo. Me he puesto un poco de manteca como suavizante para no tener que darme tantos tirones. - ¡Así que es manteca! Me estaba preguntando que sería esa cataplasma pringosa que lleva.

jueves, 21 de febrero de 2013

- "Ay, Pascualita, que cuento tan bonito que nos ha contado el Presi. Nunca pensé que volviera Carlomagno   a salvar a Europa y resulta que lo teníamos en casa. Ahora que también te digo una cosa ¿de qué hablaban entre ellos ésta gente? ¿de lo malos que habían sido unos y de lo malos que son los otros?... Ahora ya no decimos de alguien que grita, discute e insulta, que parecen verduleras o pescaderas (siempre en femenino porque los verduleros y los pescaderos son el no va más de la buena educación y el hablar bajito) Ahora decimos que parecen políticos debatiendo. ¿Para eso les pagamos? ¿Para que se digan a la cara y delante de toda España lo que ya estamos cansados de saber los sufridos contribuyentes? ¿Y las soluciones a tanto desmadre, dónde están?...  ¡No tienen ni idea! ¿Comprendes ahora porque quise que escucharas todo el debate? Para que, cuando vuelvas a tu hábitat sepas lo que NO debes hacer."

- ¿Fuiste capaz de torturar durante horas a Pascualita con ese rollo político? Si la pobre tuviera uso de razón te denunciaría por malos tratos psicológicos. - ¡Pero si le estaba haciendo un favor! - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! (tuve el tiempo justo de coger a Pascualita y meterla en el azucarero) ¿No sabéis lo que me ha pasado? ¡No os lo podéis ni imaginar!... ¡Ha sido algo... ay, no sé cómo decirlo! ¡Estoy estupefacta! ... - "¡Cuenta, que nos tienes en ascuas, leñe!" - ¡Es que no me vais a creer! - "Toma una copita de chinchón, a ver si te calmas"

Fue mano de santo. - ¡Me ha tocado el gordo! - "Cómo? ¿Estás segura?" - Segurísima. ¡Y no sabes la ilusión que me hace! - "Puedo hacerme una idea ¿Y le ha tocado mucho?" - Mucho no. Lo suficiente. - Bueno, ahora podrá invitarnos a nosotras. Ya era hora. - "Mujer, déjala que ya estamos acostumbradas... pero, como madrina que serás de mi boda, espero un regalo de postín" - ¿Y eso por qué? - ¡Será rácana! Porque ahora es rica. - ¿Yo. Por qué? - "¿Pero no acabas de decir que te ha tocado el gordo?" - Sí, pero no veo... la relación. - ¡Abuela, luego dices que la tonta soy yo! - Entonces a la Cotilla le dio un ataque de risa y así se tiró más de un cuarto de hora, entre toses, lágrimas y carcajadas. La abuela la sentó a la mesa de la cocina, le dio agua y preparó café. Poco a poco, la vecina se fue tranquilizando - Jijijijijiji... ¡ay, que risa! Me ha tocado el gordo... jijijiji... ¡Pedro el gordo! jajajajajaja. Me ha dado un meneo en toda regla jajajajajaja... a mis años (que no son tantos) no me lo esperaba y me ha hecho mucha ilusión. ¿Tú sabes el tiempo que hacía que no me pasaba algo así jajajajajaja - "¡Eres tonta del bote! Tómate el café ¡y ponle azúcar, boba de Coria!" - Oh, no (pero no dije nada porque pensé que la abuela tendría sus razones)

En cuanto la Cotilla destapó el azucarero, una flecha pringosa saltó a su cabeza y en un santiamén le enredó el pelo, entre tirones y moriscos, de tal manera que parecía haberse peleado con un gato furioso. A estas alturas la mujer corría como una posesa dándose contra las paredes. Entonces la abuela, acercándose a ella, la enfiló hacia la puerta de la calle y justo cuando la Cotilla iba a salir al rellano, dio un tirón de Pascualita y se la metió en el bolsillo, luego despidió a su amiga diciéndole - "¡Que poco le gustó a mi marido el mejunje que le diste, Cotilla!" - Y la otra salió corriendo, escaleras arriba, dando alaridos.


miércoles, 20 de febrero de 2013

La abuela ha hecho cocido para comer porque no quiere que la interrumpa cuando empiece el Estado de la Nación. Lo oirá por la radio porque dice que mirándoles las cara a los políticos, se pone muy nerviosa. Le da la sensación de que les importamos un rábano - Pues, ni lo veas ni lo oigas y santas Pascuas. - "No puedo hacer eso. Tengo que enterarme de lo que hablan, lo que esconden, lo que echan en cara al contrario. Como se defienden y sobre todo, cómo se venden" - ¿Te vas a pasar dos días oyéndolo todo? - "Sí, señora. Así, si luego me cabreo será con razón" - O no. - "¿Qué quieres decir?" - Que "o no te cabreas" - "¡Huy, no caerá esa breva"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaa! - La llegada de la Cotilla nos cogió de sorpresa porque estábamos abstraídas con nuestra conversación. La abuela, que en esos momentos tenía a Pascualita en una mano y a Pepe en la otra, los lanzó: la sirena cayó, bruscamente, al agua de su "acuario" y Pepe le dio en la cabeza a la vecina. - ¡¡¡Ay, Señor. Ya están aquí las ánimas!!! - "Es Pepe, mujer... pobrecito mío. ¿Te has echo daño, bonito? - ¿Bonito eso? Abuela tendrás que usar las gafas todo el día. - ¿A mi no me dices pobrecita? La cosa esa me ha dado un castañazo - "Te lo tienes merecido por entrar sin avisar" - ¿Cómo que no, si me oyen los del ático?

- ¿De que color vas a ir vestida en tu boda? Lo pregunto para ir pensando en mi vestido. Tenemos que ir a juego. - ´"¿Dónde dice que deba ser así?" - Ya hablaremos de eso... ¿vas a ir de rojo? ¿negro? ¿gris? ¿verde?... Di algo. - "Iré de lo que van las novias, de blanco"

Después de reír durante un buen rato y de tomarse tres copas de chinchón, la Cotilla empezó a respirar - Mira que hace años que te conozco y aún me sorprendes con tus salidas jajajajajaja ... Venga, en serio. Dímelo. - "No sé a qué viene tanta juerga. He dicho blanco y no hay más que hablar" - Estás tentando a la suerte. Mira que a tu anterior marido no le gustará. - Entonces se oyó un ¡Chof! Pascualita, enfadada por lo que consideró un mal trato, se quiso hacer notar. - ¡Ay, ya está aquí! - Metió las manos en los bolsillos buscando, frenética - ¡Menos mal que lo llevo siempre encima! - Sacó un rosario y lo tiró con fuerza al agua de la bañera rosa... y no se oyó el choque contra el agua porque le había dado a la sirena en la cabeza. Entonces se formó una especie de maremoto a pequeña escala y hubo agua por todo. Pascualita se había enfurecido y no sería yo quién se acercara a ella. - "¿Por qué llevas un rosario?" - Para disimular cuando voy a las iglesias a limpiar los cepillos  - Chorritos de agua envenenada brotaban como un surtidor. La muy ladina, no se dejó ver. pero dejó el suelo perdido. La Cotilla puso pies en polvorosa aunque, antes de salir por la puerta, preguntó - ¿Qué tienes de comer? - "¡Cocido!" - ¿Con la pringada? - "La duda ofende" - Entonces ¡me quedo! - "¿Y el fantasma de mi marido?" - ¡Correré el riesgo! - dijo mientras se sentaba en su sitio  de la mesa del comedor.
 

martes, 19 de febrero de 2013

Menos mal que a la abuela ya se le ha ido el síndrome de los Goya. Menudo día me dio y tendríais que haberla visto cuando se fue al Funeral. Se puso las botas de tacón de aguja, plumas y lentejuelas. Se colocó un turbante que le hizo el indio de la tienda de la esquina, con brillos tornasolados; le clavó una pluma verde y parecía un semáforo. En vez de minifalda o pantalones de pitillo, se puso una falda larga estilo hippy y un cinturón con un montón de abalorios. Antes de salir a la calle repasó el verde de los párpados, la máscara de pestañas después de ponérselas postizas (como le dije yo: cuando parpadees vas a constipar a quién esté a tu lado y puedes ser responsable de su muerte porque, un constipado a vuestros años puede ser mortal) No sé para que hablo. Ahora tengo un chichón en medio de la frente gracias al cenicero que me tiró.

Hoy está la cosa más tranquila. Se ha levantado contenta y le ha contando a Pascualita que dejó boquiabiertos a todos los que estaban en la cafetería. - "Hice una entrada triunfal envuelta en el chaquetón de piel de conejo que me compré allá por los años 60 del siglo pasado. No esperaban que llevara algo de color, por mi promesa, pero me dio pena teñirlo porque me encanta el color rosa chicle que tiene" - Lo que no entiendo es cómo no te tiraron piedras por la calle. - "Porque la gente tiene más sentido del humor que tú, boba de Coria... ¡Ay, Pascualita, Andresito quiere que nos casemos!" - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! ¡Por fin tu nieta se va a casar y nos la quitaremos de encima! - No caerá esa breva. La novia es la abuela. - A la Cotilla se le demudó la cara y le entró flojera en las piernas - ¡Ah, no! ¡Ni hablar del peluquín! ¡¡¡No te puedes casar!!! - "¿Cómo que no?" - A mí me hace ilusión tener un abuelito - Lo tuyo es normal porque eres tonta de capirote ... - ¡Gracias! - ... pero tú ¿cómo vas a meter a dos maridos juntos? Sería .la guerra de Corea al cuadrado. - "¿De qué hablas?" - ¡Ya no podré venir a comer a esta casa! - ¡Abuela, cásate mañana!

Sentadas al rededor de la botella de chinchón, la Cotilla estaba más calmada - ¿Lo entendéis ahora? Tu primer abuelito, al que nosotras despachamos... ya me entiendes... tiene un genio de mil demonios desde que es una alma en pena, porque estando vivo era un trozo de pan. - "Ni tanto, ni tan calvo" - Pero ahora es peligroso. Fíjate las veces que nos ha atacado. ¡Y eso que no estaba celoso! pero si pones a otro en su lugar... Creo que emigraré a la Conchinchina. - Pues ¡buen viajes, vecina! ... ¡Vamos a brindar por tu boda, abuela! - Eh, eh, que yo también quiero brindar. Una cosa no quita la otra y la boda no me la pierdo... ¡Por la madrina, que seré yo! - ¡Que cara tiene!

lunes, 18 de febrero de 2013

Al entrar en la cocina he encontrado a la abuela con un trapo de cocina puesto al cuello como si fuese una estola y desfilando, arriba y abajo, con un brazo en alto y un paquete de azúcar sin abrir, en la mano. Se había pintado como una puerta: los labios de rojo pasión, los párpados verde malaquita y una máscara de pestañas que parecía imposible que pudiera levantarlas. Boquiabierta me he quedado ante tamaño espectáculo a las 8 de la mañana.

Sobre el bote de cola cao la sirena no se perdía detalle y de vez en cuando hacía la señal de OK y aplaudía. Entonces la abuela cogió a Pepe y lo usó de micrófono: - "Y el Goya es paraaaaa.... ¡tachán, tachán!... ¡La abuela! por su papel estelar de ama de casa con poco presupuestooooo!" - El "premio" (el paquete de azúcar "era" don Francisco de Goya) fue colocado en una de las estanterías de la despensa -"¡Ay, que ilusión me hace!"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaa! ¿Qué pasa, qué pasa? - Por lo pronto, que no es sorda. ¡Como le funciona el radar! Estamos en la entrega de los Goya. Mire" - ¡Yo también quiero uno! - Que mala es la envidia. - "¿Viste la entrega de premios, Cotilla?" - No, porque como la paga no me llega a fin de mes, no uso la electricidad para nada y así solo pago lo mínimo. Luego veré el resumen de la Gala en tu casa. - ¡Eso! Total, pago yo. - ¿Pero es que tu nieta sirve para algo más? (preguntó con descaro a la abuela)

- "Me equivoqué, Cotilla. Yo tendría que haber sido artista y podría lucir esos maravillosos vestidos, esas joyas, esa sonrisa de felicidad al recibir el premio. Y sobre todo le podría haber cantado al Ministro las verdades del barquero, así como el que no quiere la cosa. ¿Quién me tomaría en serio? Todo el mundo sabe que los artistas son raros y no hay que hacerles mucho caso... ¡Me apuntaré a una escuela de artistas!" - No la dejes beber tan temprano (me dijo la Cotilla) - "¡Estoy en el mejor momento de mi vida y puedo hacer el papel que me pidan! De tía, de madre, de sobrina, de hija..." - Sí, de hija de Matusalem. - "Calla, envidiosa" - Anda, baja a la Tierra y dime ¿qué comemos hoy?




domingo, 17 de febrero de 2013

- "No voy a poder quitarme el luto en mucho tiempo" - Buena te has levantado hoy... ¡"Es domingo, abuela! Arriba ese ánimo y haz una buena paella. - "¿No te das cuenta de que nos estamos quedando sin gente?" - ¿Lo dices por Blas? Hace tiempo que no viene por aquí, pero el sábado que viene vendrá Urdangarín a declarar delante del juez Castro y los fiscales. Entonces nuestro amigo necesitará croquetas y vendrá a buscarlas. - "Es que tengo un mal presentimiento"

Desayunamos en la cocina, con Pascualita sentada sobre el rollo de papel porque no puedo consentir verla sentada sobre el azucarero o la fruta... aún sigo viendo aquel rabo de lagartija moviéndose frenético en su boca ¡que repelús! Ni siquiera la ensaimada ha animado a la abuela. Tendré que pensar algo para animarla si quiero que la paella salga buena.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaa! Ayer vi a Blas... - "¡Que casualidad!" - Se va a quedar sin casa.-  La abuela giró en redondo, cogió las llaves y salió de estampida dejando a la Cotilla con la palabra en la boca. - ¿Y la paella? (pregunté yo) - Llegamos ante la casa de Blas y en lugar de llamar al timbre, la abuela decidió que era mejor aporrear la puerta hasta que salió Blas con cara de pocos amigos - ¿Qué pasa?... ¡Abuela! ¿ha ocurrido algo! - "Vamos a mi casa. Os invito a paella"

Blas y su mujer comieron con nosotras una de las mejores paellas de mi abuela. Después ella creyó que había llegado el momento de hablar del problema que les acuciaba. - "Escuchadme bien: nada de cuerdas, ni pastillas, ni tiros, ni despeñaderos, ni mar, ni pozos, ni nada de nada ¿Entendido?" - Pues... no. - "No quiero veros en los papeles, ni en el telediario, ni en los corrillos del mercado ¿vale?" - No sé... - "¿No sabes de qué te hablo?... del desahucio... No os matéis, por favor... Pedid ayuda... Vosotros no tenéis la culpa de la crisis... son ellos, los que la crearon, quienes tienen que pender de una cuerda" - La mujer de Blas se levantó y la besó en la mejilla. - No tendría que quedar ninguno... ¿Brindamos para que todo salga bien? - ¡Amén! (dijo la Cotilla) y esa gentuza que se prepare porque nunca se sabe de qué lado caerá la tortilla.

Unas cuantas copas más tarde, la abuela brindó por - "¡Pascualita, la vengadora! Corruptos del mundo, temblad!" - La Cotilla, con voz pastosa, me dijo - Tu abuela ya no es... hip... lo que era... hip... le basta beber un poco... hip... para decir tonterías... hip ... jijijijiji

sábado, 16 de febrero de 2013

Desde que volvimos del Castillo de Bellver no he vuelto a acercarme a Pascualita. No se me va de la cabeza  la imagen de la sirena con un dragón ensangrentado en la boca, moviendo la cola y poniéndome los pelos de punta. Me paso el día llamándola guarra. ¡Uf! que cosa más desagradable.

La sirena. al principio ni me miraba, pero a costa de repetir tropecientas veces la misma palabra mirándola a ella, ha terminado por mosquearse y ya van dos veces que me tira un chorrito de agua en plan aviso. - "La pobre está hasta el moño de ti ¡déjala en paz!" - ¡No puedo! ¡Que asco más grande! - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaa! ¿A quién da asco tu nieta? - ¡Oiga! un respeto! - Venía a ver como está el patio hoy porque tengo que saber si me como lo que me trajo la Cruz Roja o lo que tu hagas... ¿Qué has hecho? - "Lentejas" - ¿Y de segundo? - "Lentejas" - No es muy ameno el panorama... Bueno ¿qué hago?

Se quedó. ¡Si es que tengo una abuela a la que hay que echarle de comer a parte! - Aún no sé porque te enfadaste conmigo el otro día. - "Por meterte dónde no te llaman... ¿A qué vino eso de tirar el Alma en Pena  al foso del Castillo?" - ¿Por eso?... ¡Pero si tienes muchas! Podrías poner un negocio de venta y alquiler de fantasmas... Yo sería tu socia. Buscaría clientes entre los ricos porque, para ellos, eso de tener un Anima en casa es signo de abolengo y siempre podrían decir que es un antiguo abuelo. Nos forraríamos. Lo malo es que son peligrosas... ¡Ay, ahora he visto una! Ha tirado un chorrito de agua ¡Mirad ahí, en el suelo! - Que pesada es la sirena cuando quiere y ahora quería.

La Cotilla estaba intranquila y mientras comía, no dejaba de mirar en derredor - ¡Que ganas tengo de irme a mi casa! - Y yo de que se vaya  - Contra todo pronóstico, la vecina no se quedó a tomar la consabida copita de chinchón. - Te ayudo a recoger la mesa y me voy. - ¡Y esas prisas! jajajaja ¡El miedo es libre jajajajaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhiiiiiiiiiiiiiiii!!! - Esta vez no era un aviso y el chorrito cayó directamente en mi ojo. Mientras yo aullaba, maldecía y lloraba a moco tendido, la Cotilla salió corriendo despavorida. Al abrir la puerta chocó contra el Municipal que venía de traernos una queja de los vecinos por armar tanto jaleo. Ninguno de los dos se esperaba el encontronazo e irrumpieron en lágrimas y gritos de terror mientras la abuela, persiguiéndome con la escoba, me gritaba - ¡¡¡Cállate, tonta, más que tonta, que al final nos echarán de la finca!!!

viernes, 15 de febrero de 2013

No hemos dormido esta noche, ni siquiera Pepe que lleva años con los ojos cosidos, porque la abuela, que se ha levantado un montón de veces durante la noche, lo cogía y lo tiraba al aire como una pelota. Menos mal que el pobre es muy sufrido y no se ha quejado.

A las 6,30 ya estábamos en pie. Al sentarnos a desayunar la abuela se ha derrumbado. Me ha dado pena y he intentado hablar de cosa intrascendentes pero se ha levantado, furiosa - "¡Calla, que eres más pesada de que una vaca en brazos!" - Y me ha dado por pensar si estaría tan mal si quién se hubiese perdido, fuera yo... - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! He visto luz en vuestra cocina y vengo a ver qué pasa. - "Anda, Cotilla, coge el portante y desparece que ya bastante hiciste ayer"

Cogimos el primer autobús que salió, camino del Castillo de Bellver. Las puertas del bosque estaban cerradas porque aún era de noche. - Abuela ¿a qué vino la discusión en la Torre del Homenaje? - "Allí estaba el guardia disfrazado de antiguo al que Pascualita... ¡ay, pobrecita mía!... atacó. La Cotilla debió sentir  en sus venas, la llamada lejana, de la Primavera ante la visión de la cota de malla, que por cierto, le sentaba muy bien al hombre. Le vio sudar y no se le ocurrió otra cosa que arrancarme el termo del cuello para darle de beber. De un manotazo se lo quité y ella se revolvió y me insultó, yo la insulté más y la cosa subió de tono. Entre tanto, el termo iba de una a otra, hasta que la tapa, que estaba suelta, no tardó en soltarse. En ese momento el guardia se había acercado a nosotras, supongo que para poner paz y asustado por si nos caíamos Torre del Homenaje abajo.

Pascualita estaba mareada con tanto meneo y lo último que quería era estar confinada en el termo así que se impulsó con la cola y fue a parar al rostro del soldado. Ya te puedes imaginar lo que hizo. Se agarró con los dientes donde pudo para no caer. El hombre daba manotazos para quitársela de encima y cuanto más golpes le daba a Pascualita, más atacaba ella. La Cotilla, pensando que era un alma del Purgatorio traída de nuestra casa, cogió a la sirena por la cola y según nos ha contado, la tiró"

En cuanto abrieron las puertas subimos lo más deprisa que pudimos hasta llegar sin resuello al pie del Castillo. Una vez dentro nos dirigimos al foso, bajo la Torre. Acabamos con los ojos cansados y doloridos, de tanto forzarlos. Pascualita es muy pequeña y el foso, hondo y antiguo, con maleza entre algunas de sus piedras. Sería difícil encontrarla, eso si no se la habían comido las ratas, o las gaviotas, los halcones o cualquier otro pájaro. También cabía la posibilidad de que se hubiese estrellado contra el suelo o que hubiese muerto deshidratada... En fín, ninguno de estos pensamientos era positivo.

El portero se acercó, intrigado. - Llevan una hora mirando el foso ¿no les interesa el resto del Castillo? Es muy interesante. - "Verá, es que ayer se me cayó algo aquí y me gustaría encontrarlo" -  Una hora más tarde ya habíamos perdido la esperanza y la abuela juraba en arameo - "La mataré. Juro que la mataré" - Quise creer que hablaba de la Cotilla. De repente algo llamó mi atención. Unos pequeños helechos sujetos a una de las piedras de más abajo, se movían frenéticamente. La cola de una lagartija se sacudió en el aire - ¡Un dragón. Que asco!... ¡Mira, abuela! ¿No es esa la cola de Pascualita?

Con ayuda del portero y una cuerda larguísima, conseguimos bajar la garrafa de agua de mar que llevábamos. Cuando se paró delante de los helechos Pascualita saltó dentro. Había que ver la cara de asco que puso el hombre cuando vio lo que habíamos "pescado" - ¿Eso qué es? - También a mi se me revolvieron las tripas porque la sirena llevaba en la boca restos del dragón.

Al llegar a casa me negué a tocarla. - Esta tía a vivido gracias a comer lagartijas ¡mira que tripa más hinchada tiene! ¡Aaaaaaaaaaaaggggggggghhhhhhhhhhh Que no se me acerque! - "Venga tonta. Toma un chinchón que nos lo hemos ganado... ¿Le das unas gotitas a la sirena? jejejejeje"

jueves, 14 de febrero de 2013

Aprovechando el día soleado que ha hecho hemos decidido ir al Castillo de Bellver y comer allí, entre los pinares - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaa! ¡Vaya! ¿nos vamos de camping? -  Nos vamos nosotras dos - En una excursión, cuantos más seamos, mejor... ¿qué has puesto para comer? (le preguntó a la abuela) - "Lo clásico: tortilla de patatas y bistecs empanados" - ¡Mi comida favorita!... ¿A qué hora vendrá Andresito? - Nos vamos en autobús - ¿En transporte comunitario, apiñadas y sujetas los vaivenes que nos imponga el chófer? - Hale, pues cuando volvamos, ya le contaremos como nos ha ido - No, no. Por una vez me puedo sacrificar.

La Abuela llevaba colgado del cuello el termo de Pascualita para que tomara un poco el sol y oliera el olor del monte... Y digo yo ¿qué le importará eso a una sirena?. En cuanto llegamos al bosque buscamos un buen sitio donde dejar los trastos y las dos amigas se fueron a buscar espárragos.

Era tanta la paz y tan cálidos los rayos del sol que me quedé traspuesta. Y soñé que alguien se discutía allá a lo lejos. Poco a poco los gritos fueron subiendo de tono hasta que me despertaron ¡Jopé, que sueño más tonto! Sin embargo seguía oyendo los gritos y poco después reconocí las voces. Corrí hacia la entrada del Castillo y no las vi porque estaban en la torre del Homenaje - ¡¿Qué pasa?! - Pasé como una exhalación delante de la garita del portero. - ¡Oiga. Tiene que pagar la entrada! - ¡No puedo, es un asunto de vida o muerteeeeeeee! - ¡Se le va a caer pelo cuando la coja!

Al empezar la subida a la Torre apenas tenía aliento, menos mal que las encontré bajando la empinada escalera de caracol... Traían consigo a un hombre disfrazado de soldado medieval, con cota de malla incluida, que sangraba como un toro de lidia por varios puntos de la cara. En seguida supe quién había sido el agresor.

La excursión nos salió cara. Tuve que pagar una multa por colarme. La mochila, que dejé abandonad, había desaparecido junto con la comida. El "soldado", sin dejar de llorar como una Magdalena,  acusaba directamente a las dos viejas con el dedo. Para más hinri, la Cotilla recriminaba a la abuela por haberse traído de excursión a una de las furiosas Almas del Purgatorio que tenemos en casa (según ella) justo cuando  llegaba la policía a caballo que vigila el Bosque.

Hace un rato que hemos llegado a casa, gracias a Andresito que nos ha venido a buscar. Pero hemos perdido a Pascualita... Con tanto jaleo no nos acordamos de ella. Ahora el Castillo ya está cerrado y no podemos hacer nada hasta mañana por la mañana... Se nos ha ido la alegría al pensar que quizás no volvamos a verla... -  ¡Vamos brindar por no haber tenido que dormir en el cuartelillo!... ¡Ah! y porque nos hemos librado del alma en pena ¡menudo porrazo se habrá dado cuando la he tirado de la Torre jajajajaja ¡aaaaaaaaaaayyyyyyyyyyyyy! ¿A qué viene este capón? - "Yo me entiendo. Y si quieres chinchón te compras una botella y te la bebes en tu casa. ¡¡¡Largo!!!

miércoles, 13 de febrero de 2013

Hoy a la abuela, no hay quien le tosa. Está más hinchada que un pavo real con su cola abierta pavoneándose  delante de nosotras. Pascualita y yo ya la hemos dejado por imposible porque, cuando empieza con sus misterios, es pesadísima.

No hay nada que la fastidie más que pasemos de ella. - "¡Venga, decid que es lo que me han regalado!" - Acerqué un trocito de pan, mojado en colacao, a la boca de la sirena que lo comió ávidamente. Tiene un estómago a prueba de bombas este bicho. Si siempre ha comido así no comprendo como puede ser tan birria. - ¿Quieres que te diga cómo se hace un buen vaso de cola cao? - "No te he preguntado eso" - Perdona, estoy hablando con nuestra amiga. -"MI amiga. Recuerda que tu no tienes porque eres más sosa que un plato de sopa sin avecrem... ¡Venga, sigamos con el juego! ¿Qué me han regaladooooo?... Es algo precioso... Una obra de arte... Bueno, os daré una pista... a ver, a veeeeeeeeeerrrrr... ¡Ya tenemos uno!" - ¿De qué? - "¡Contigo no se puede jugar! A ver Pascualita... ¿Qué dices tú?" - La sirena se contentó con hacerle la señal de OK. - "¡Es más lista que tú, pánfila!" - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaa! ¡Vayas caras! ¿Ya te has peleado con tu abuela? ¡Que cruz que tiene la pobre contigo... ¿Qué ha pasado? - "Aún nada... ¿A ver si lo aciertas tú?... ¿Qué me han regaladooooo?" - ¿Cómo lo voy a saber si no estaba delante? - "¿Y la imaginación para qué sirve? Venga... dí algo" - Hummmm... ¿Qué has hecho de comer? - "No te preocupes de eso y concéntrate... Es una joyita..." - Este Andresito cada día es más agarrado. Una joyita, una joyita ¡Que te regale un buen pedrusco de esos que cuando brillan tienes que ponerte gafas de sol!

Así estuvimos hasta que llegó la hora de comer. Antes nos habíamos tomado una aspirina cada una porque teníamos la cabeza como un bombo. "¡Si no lo adivináis no comeréis! jejejejejeje" - No juegues con eso que es sagrado.- "Vale, os daré otra pista. Me lo trajo anoche a El Funeral y fui la envidia de todos" - ¿Quién te trajo qué? - preguntó la Cotilla, rápida como el rayo para no dejarla pensar - "Vino PAU a la cafetería y me trajo el 2º  VOLUMEN DE LA SAGA DE ATLAS Y AXIS... ¡Ay, ya se me ha escapado!" - ¡Menos mal! Gracias, Cotilla. - No pude menos que reconocerle la habilidad que había tenido.

Mientras tomábamos el café y ojeábamos el cómic, pudimos darnos cuenta del arte que tiene éste dibujante. ¿A ver quién le pone un pero? - "¡Mira, aquí estuvimos Andresito y yo un día... solitos. Es la Torre de ses Ánimes!" - ¿Estuvisteis allí, insensatos? ¡Con razón tienes la casa llena de ánimas del Purgatorio. Lagarto, lagarto!- No es usted más tonta porque no se entrena... Tenga, una copita de chinchón que hoy se la ha ganado. - Que simpática eres cuando quieres, guapa. - Ya lo sé pero... no se acostumbre.

martes, 12 de febrero de 2013

Cuando he entrado a a cocina a desayunar he recibido un disparo a bocajarro de la abuela - "¿Por qué le das licor al Fraile?" - ¡Ostras! me he quedado a cuadros. ¿A qué fraile conozco yo? ... - ¿No será cosa de la Cotilla? - "Siempre es bueno que haya niños chicos para echarles la culpa" - ¿La Cotilla es una niña chica? Vaya, empezamos bien el día ¿No serás tú quien ha empinado el codo de buena mañana?

Pascualita, sentada sobre la cabeza de Pepe, seguía atentamente nuestra conversación. Parece que ya se lleva bien con la cabeza jibarizada. Hace tiempo que no la muerde. Tal vez ha comprendido que es un ser pacífico, que no tiene malas intenciones. Así que se pasa el tiempo subida a ella y a veces, le arregla el poco pelo que le queda. Me emocionan estas cosas de la amistad.

Vaya, me he desconectado de la discusión absurda de la abuela, como se de cuenta, me mata. - "... y ahora mismo voy a marcar una raya en la botella de chinchón para saber cuánto ha bebido!" - Sí, abuela. - "¡A mi no me des la razón como a los locos!" - Es que no tengo ganas de discutir tonterías. ¿Cómo va a beber el Fraile si es de cartón? - "Tu dirás lo que quieras pero tiene todas las trazas"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaa!... ¿Qué le has hecho a tu abuela? - Nada. ¡Está como una cabra! Le ha puesto una marca al chinchón para saber cuanto bebe el Fraile. - ¿Tenéis uno en casa? No sabía nada. - El que anuncia el Tiempo (lo sabe de sobra ¡Santa paciencia!) - ¿Ese se bebe el chinchón? ¡Para matarlo, vamos! Y luego nosotras nos quedamos sin. - Me escapé de aquella jaula de grillos poniendo tierra de por medio.

Después de una buena fabada de la que todas repetimos, nos sentamos a tomar café con el estómago a punto de reventar. - ¿Así que al fraile le gusta empinar el codo? - "¡No tiene vergüenza! Cuando se queda solo hace de las suyas... con ayuda creo yo" (dijo señalándome con el dedo) - Estoy segura de ello, como es tonta. - ¡Oiga, tía petarda! -¿Se lo has notado en el aliento? - ¿Que aliento? Es un muñeco de cartón. - "Nunca te fíes de las apariencias... No, ha sido por sus predicciones. A ver, Cotilla, ¿que tiempo hacía esta   mañana?" - Infernal: viento, granizo, frío, lluvia. - "¡Exacto! ¿Sabes lo que marcaba él con su puntero? marcaba ¡BUENO!" - ¿No será que está mucho tiempo cerca de tu nieta? Ya sabes que la tontuna se pega... Anda, sírveme una copa antes de que ese tío se lo acabe.

lunes, 11 de febrero de 2013

Menudo constipado tiene la abuela. Le insistí en que se pusiera ropa caliente debajo del disfraz y por una vez me hizo caso, pero se pasó de la raya. Solo le faltó ponerse una manta zamorana. Luego no dejó de bailar, saltar y darse carreritas. Menos mal que los jugadores de balónmano no llevan tazonazo pero, aún así, cuando acabó la fiesta de Carnaval estaba derrengada Y sudada. - "¡Por tu culpa he cogido un resfria... a... a... ¡atchísss!" Ahí empezó una retahíla de estornudos porque con menos de 20 no se conforma.

Pero hoy está contenta. Ha sido de las pocas máscaras reivindicativas - "¿Qué le pasa a ésta sociedad?" (se queja) - Cuando ha venido la Cotilla se lo han pasado en grande recordando detalles de lo vivido ayer ¡Que rabia me da! porque me lo perdí casi todo por tener que estar pendiente de Pascualita. Eso sí, evité un conflicto ciudadano que pudo acabar con los huesos de mi abuela en la cárcel. Me costó lo mío pero, finalmente, la convencí de no tirar a la sirena a la cara del Alcalde - ¿Por qué quieres hacer esa salvajada? - "Para que Mateo se fije en mí" - ¿Qué Mateo? (preguntó la Cotilla, despistada) - "El Alcalde"- Al final dejó de resistirse cuando le dije que Pascualita no se merecía el maltrato que suponía estrellarla contra el rosto de ese pobre hombre.

Estábamos comiendo cuando han anunciado que el Papa ha dimitido. - "¿Ha dicho DIMITIDO?... ¿Qué habrá hecho? Porque si  nuestros políticos, con toda la porquería que se está destapando, no tienen ni idea de conjugar este verbo, lo del Papa habrá sido de campeonato" - Estará cansado. - "¿De qué? Mira, estas cosas me sacan de quicio..." - Abuela, que el hombre ya está muy mayor. - "Si no es eso pero, si lo hubiese dicho antes, yo podría haber ido al Carnaval disfrazada de Papa dimisionario y hubiese dado la campanada" - ¿Qué jubilación tendrá este hombre? (preguntó la Cotilla) Si es como la mía está apañado.


domingo, 10 de febrero de 2013

Esta tarde saldré en Sa Rua, el desfile del Carnaval. Alquilé un traje de princesa de cuento de hadas y al probármelo me sentí como tal... solo me faltaba el Príncipe Azul así que llamé al Médico y le propuse que fuera mi pareja. Naturalmente me dijo que sí. Luego vendrá a casa porque quiero dar un paseo por la ciudad, disfrazada y con el antifaz puesto, para ver la expectación que levanto. La abuela me ha llamado carca y dice que voy repompolluda con tanto fleco y miriñaque. Que sabrá ella de elegancias.

¡Oh no! Este hombre no es más tonto porque no se entrena. ¿Pero como puede hacerme algo así? ¡Le metería una patada en la espinilla si no supiera que le encanta!... Ha venido de Príncipe Azul pero ¡de los Pitufos! ¿Cómo va a ir una bellísima Princesa con semejante engendro? La abuela dice que si no lo quiero se lo queda ella.

- ¡Avemaripurísimaaaaaaaaaaaaa! ¿Esto qué es? - No sea payasa. Soy yo. Lo que pasa es que he resaltado  mi belleza y elegancia y contrasto demasiado con la fauna que me rodea. - Jajajajajaja ¡Haberte vestido de la Cospe cuando va al Corpus, así pareces una tarta de fresa con esmeraldas de culo de botella jajajaja - ¿Y a usted no le da vergüenza salir así a la calle? - ¿Por qué? Bien bonito que me ha quedado el disfraz de Botella de Chinchón.

La abuela hizo su aparición en escena. Iba de Urdangarín, con peluca incluída - ¡Yo no salgo contigo. Menudo cante! - Iba vestida de jugador de la Selección española de balonmano, lleno de tiritas y moratones; En una mano llevaba una palmatoria (por lo de empalmado) con un cirio gordo y largo (todo de cartón). Y en la otra un cubo de basura del que sobresalía un trozo de placa de calle donde se leía: Rambla dels Ducs de Palma de Mallorca, de cartón también. Del pecho, de los bolsillos y de la entrepierna, asomaban billetes de 500 euros. Su aparición fue muy aplaudida por todos, menos por mí porque me corroía la envidia.

Se me acercó y prendió su famoso broche en mi vestido. Ahí estaba Pascualita, muy tiesa y vestida de ¡Princesa! Que mala uva tiene ésta mujer. Ahora no podré disfrutar de la fiesta porque tendré que estar pendiente de que la sirena no se pierda - ¿Dónde has comprado estas cosas? (le preguntó la Cotilla) - "En la tienda del señor Li... Al verme quiso huir pero en cuanto le dije que le encontraba más atractivo que otras veces (aún está un poco inflamado) cayó a mis pies y con unas cuantas zalamerías más, me ha salido todo gratis. Que fáciles de contentar son algunos jejeje"

sábado, 9 de febrero de 2013

Menudo trajín tiene la abuela en su habitación. La oigo abrir y cerrar cajones, hablar sola, quejarse. Luego me he dado cuenta de que Pascualita está con ella, escuchado sus historias. Pues yo no voy a ser menos      - "Mira que bikini tan bonito ¿A qué es una pena que no pueda llevarlo? Si hiciera calor me disfrazaría de ti y podría lucir mi cuerpo serrano desde una carroza en el desfile del Carnaval... aunque no se me verían las piernas porque irían dentro de la cola ¡con lo bonitas que las tengo!... No me acaba de gustar la idea... Entonces de cabaretera ¡eso sí que estaría bien!... Ay, es que no encuentro nada que me inspire"... - Pero si vas disfrazada todo el año, abuela. Llevas lentejuelas, plumas, taconazos, medias de fantasía. No sé que más quieres - "¡Colores, quiero colores! Los Pinochos hicieron que me enlutase, creyendo que sería cosa de unos meses pero se ha convertido en el cuento de nunca acabar. Por eso quiero que mi disfraz esté lleno de colorido pero toda mi ropa es negra"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! Acabo de ver al señor Li. Parecía presumir de lo que lleva entre las piernas... - ¿Perdón? ... ¿De qué presumía? - ¿Tu nieta se ha vuelto sorda o sigue con la misma tontería de siempre? ... Hablo del "paquete"... Por cierto, digno de un museo y el caso es que nunca me había fijado en él. - "Será que ha aprendido a promocionarlo" - ¿Ah, sí? ¿Qué comemos hoy? - Admiro la facilidad que tiene la Cotilla para pasar de un tema a otro sin coger aire.

Mientras comíamos la Cotilla volvía, una y otra vez, al tema del señor Li - Eso que tiene no es normal. ¿Sabes qué voy a hacer después de la siesta? Ir a preguntarle por el postizo que han traído de China - ¿Qué postizo es ese? - ¡Y yo que sé, boba de Coria! Con una mentira le sacaré la verdad - "¡A ti te lo va a contar, alma cándida!"- Le diré que pienso hacer propaganda de ese postizo, por toda la ciudad - "Allá tú... ¿Queréis una copita?" - A partir de ese momento, el tema de la entrepierna del señor Li pasó a un segundo plano.

viernes, 8 de febrero de 2013

La abuela lleva unos días rumiando algo. Está nerviosa y se enfada por cualquier cosa. He estado pendiente de sus conversaciones con Pascualita para ver si podía sacar alguna conclusión pero no ha habido suerte, así que he decidido coger el rábano por las hojas - ¿Qué te pasa? - "¿Por qué?" - Estás rara. - "Más rara estás tú y no te digo nada!" - Me ha cortado el rollo y me he ido a dar una vuelta.

Antes de comer ha venido la Cotilla, gritando, como siempre - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaa! ¿Qué dicen hoy las noticias? - "La Cotilla eres tú, así que tú sabrás" - ¿Qué te ha hecho tu nieta para que estés tan desagradable? -  "¡Que manía! no me pasa nada, no me han hecho nada!... lo cual no quiere decir que no me lo quieran hacer... ¿Has visto a ese chino ¿o era japonés? No sé, pero tenía los ojos así. Era de por allí. Ha instado a los viejos a que se den prisa en morirse porque son un gasto muy grande para su País. Me los imagino corriendo por las calles hasta llegar a unas enormes colas que avanzan rápidamente hasta el borde de una gran boca que se los va tragando a medida que caen en ella" - ¡¡¡Lagarto, lagarto!!!... Lo que no entiendo es tu preocupación por eso ¡Nosotras aún no somos viejas! Y yo menos que tú, Matusalen jejejeje - "¿A qué te quedas sin comer?" - No hagas bromas con eso.

Antes de sentarnos a la mesa llamaron a la puerta. Allí estaba el señor Li y su visita no podía ser menos inoportuna. Le indiqué que pasara al comedor. En cuanto la abuela lo vio, salió corriendo hacia la cocina. A el se le alegraron las pajarillas porque pensó que lo invitaba a comer e iba a por su cubierto. Desde que vive en España le encantan los potajes y hoy había uno en casa de judías con chorizo para chuparse los dedos.

Antes de que hubiese tomado asiento, la abuela ya estaba de vuelta pero no traía nada en las manos. El señor Li, la Cotilla y yo nos miramos, desconcertados. Entonces él se dio cuenta de que había metido la pata  porque, realmente, nadie le había dicho nada. De repente dio un grito desgarrador. Ese tipo de grito que yo conocía muy bien... ¿Le había mordido Pascualita?... ¿Pero... pero... cómo... y por qué? - La Cotilla corrió corriendo pasillo arriba, gritando - ¡¡¡Ánimas del Purgatorio. Yo no he hecho nadaaaaaaaaa!!! y salió dando un portazo. La abuela miraba al chino dar saltos mortales, desesperado de dolo. Y yo era incapaz de ver a la sirena - ¡¿Dónde está?! - grité.

Más tarde, sentadas tranquilamente ante unas tazas de humeante café y con una copa de chinchón en la mano, la abuela me contó que había tenido un impulso repentino al ver llegar al señor Li - "Pensé que venía a decirme ¡Dese prisa en morir porque le sale muy cara al País y la Ministra necesita el dinero para comprar confetti!" -  ¿Y dónde le metiste a Pascualita? - "Dentro del pantalón... ¿qué pasa?... por lo menos podrá presumir, durante unos días, de paquete jajajajajajajaja" - ¡Que abuela tengo!


miércoles, 6 de febrero de 2013

En casa huele a croquetas. La abuela está haciendo cantidad de ellas para congelarlas hasta que venga Blas a buscarlas en cuanto Urdangarín declare ante el juez. No puede dejar pasar la ocasión de llevar algo de dinero a su casa porque al pobre ya se le acabaron todas las ayudas gubernamentales... Creo que nosotras también podríamos sacar un pellizquito de ese negocio pero cualquiera se lo comenta a la abuela, es capaz de echarme de mi propia casa.

La abuela estaba haciendo la lista de la compra de mañana. La he visto morderse el labio, eso quiere decir que algo falla. - ¿Qué pasa? - "Tengo la impresión de que me falta algo por apuntar" - Es que no sé como puedes  concentrarte teniendo la radio a toda pastilla. - En ese momento acababan de conectar con la locutora que seguía de cerca la comparecencia de Luis Bárcenas en el juzgado. Al fondo, la gente le decía de todo menos guapo. Entonce se oyó claramente, un insulto: ¡chorizo! - "¡Eso es lo que me faltaba! Chorizo. Que imprescindible es la radio"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaa! ¡Niña, tienes visita! jejejejejeje A ver si esta vez hay suerte y le das una alegría a tu abuela, que menuda cruz tienen contigo. - Yo tengo el Calvario entero con ustedes... ¿Quién es? - El Médico... Ay, lo que hubiese dado yo por tener un novio así. Con los bolsillos llenos y deseando que le arrees un mamporro... Yo a eso le llamo ser tonto pero se dice otra cosa ¿verdad? - Masoquista. Eso es lo que somos mi abuela y yo por aguantarla a usted cada día.

Mi novio ocasional y yo fuimos a comer a un restaurante indio. Había poca gente, cosa que agradecí porque, para jaleos, los que hay en casa. La verdad es que me alegré de ver al Médico. Hace frío y siempre es agradable tener a mano una manta amiga que te da calor. Un indio, sonriente y servicial, fue colocando los platos sobre el mantel blanco; de fondo sonaba, flojito, un mantra que te llenaba de paz el espíritu. Todo era armonía pero, de repente, algo cayó dentro de uno de los cuencos, con un sonoro ¡CHAF! salpicándolo todo - "¡Cógela, alma de cántaro, que se va a achicharrar!" - ¡Ya te dije que no te pusieras ese broche tan horroroso que, encima, está despegado! - Instintivamente, metí la cuchara y saqué a una Pascualita del color del curry que braceaba para quitarse el mejunje de encima. La sumergí en mi vaso de vino a falta de otra cosa, para que se limpiara. - ¿Qué hacéis aquí? (y mi voz sonó tensa, como una cuerda de violín a punto de romperse) - "Siempre me ha hecho ilusión probar la comida india y me dije, donde comen dos, comen cuatro" - ¿Si no me gusta podré pedir huevos fritos con patatas?

Tomamos el café en casa, las tres solas porque, el Médico será masoquista pero hay golpes que ni él los soporta. Además, Pascualita está borracha perdida después de permanecer un ratito en mi copa. Yo no paro de dirigir miradas llenas de rencor a mi abuela. Rompió la magia que se había instalado, por breve tiempo, entre el Médico y yo y quién sabe a dónde nos hubiese llevado... - Siempre estás con ¡¡¡Quiero un biznieto, quiero un biznieto!!! y cuando todo parece que se encauza, vais tú y tu secretaria y estropeáis la escena. ¡Anda y que os vayan dando!

martes, 5 de febrero de 2013

La abuela ha ido de comprar y ha dejado las bolsas en la mesa del comedor. Son varias, así que hay posibilidades de que una de ellas sea para mí. ¡Que ilusión me hacen las sorpresas!... Me muero de ganas de mirar que es lo que hay dentro... No. Esperaré a que la abuela me la de, es lo justo. Por otro lado puedo equivocarme de bolsa y solo faltaría que me gustara alguna prenda que no es para mí... ¡Ay, que nervioooooos!... Bueno, miraré un poquito, como el que no quiere la cosa... Esto... no, no me parece bien ¡jopé! Ya soy mayor para saber aguantarme... ¿qué será?... A la abuela le chiflan las rebajas, se vuelve loca comprando... es verdad que sus gustos y los míos no suelen coincidir pero si me lo regala... A caballo regalado, no le mires el diente.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaa!... ¿Qué son esas bolsas? ¡A ver que hay! - ¡Quite, chismosa! son cosas de la abuela. - ¿Me ha comprado algo? - ¿A usted? pues sí: un SISEÑOR y un CALLEUSTED jajajajaja. - Te creerás graciosa, encima. ¡Trae p´acá esa bolsa! - ¡¡¡Abuelaaaaaaaaaa!!!

Casi no he comido del disgusto... Bueno, me he terminado los tres platos porque soy educada que si no... ¡No me ha comprado nada mi "querida" abuela ¡Nada!... ¿Qué le hubiese costado hacerlo? Pues dice que no se acordó y que, total, para lo que salgo, que para qué quiero cosas nuevas. ¡Que cara más dura! En cambio se ha acordado de su amiga ¡de la Cotilla! y por supuesto, de Pascualita: le ha comprado un castillo en ruinas para su acuario, monísimo... ¡Ah! y un gorrito para Pepe... Si es que no me apetece ni una copa de chinchón. Me da una rabia verlas tan contentas... - "¡Anda, ya se me olvidaba!" (dijo, de repente la abuela) -  ¿Me has gastado una broma? jejejejejejeje Que pillina eres... - "En una de las bolsas hay unos pantalones..." - ¡Que bien! - "que le he comprado a Andresito..." - ¿Eh? - "Los he traído para que le cojas el dobladillo..." - ¿Pero, pero... (estoy haciendo pucheros) - " No te duermas en los laureles que los necesita para mañana" - Ahora sí que me apetece un chinchón (dije, sorbiéndome los mocos) - "¡Ni hablar, que luego te dormirás y no habrás echo nada!"

lunes, 4 de febrero de 2013

Los ingleses han encontrado los huesos del rey Ricardo III y le han desmontado a la abuela su proyecto para cuando deje éste mundo. Quiere ser incinerada y ya ha elegido la urna en la que reposarán sus cenizas... por poco tiempo.

Cuando la vi me dio repelús. ¿A qué viene adelantar acontecimientos? le dije. Y me contestó que mujer prevenida vale por dos - ¿Y para que quiero yo dos abuelas idénticas si con una ya tengo bastante? - le repliqué. Esto me costó tener que aguantar durante todo el día que se estuviera riendo de mi. Viendo que no lograba quitarle la idea de la cabeza de meter una urna funeraria en casa (aunque estuviese vacía), ataqué por otro flanco, el de la moda. Y ahí no me equivoqué - Imagínate, por un momento, que cuando te mueras sacan nuevos modelos, más modernos y funcionales; más atractivos, personalizados... Nunca se sabe. Y tú estarás dentro de esa antigualla... Yo que tú, esperaría.

Pero ahora, al ver los restos del rey inglés y el caso que le han hecho duda y ya no ve la cremación como algo "ideal", eso al menos es lo que le ha contado a Pascualita mientras desayunaba - "Si encuentran mis cenizas dentro de 500 años, quizás piensen que se trata del cenicero de un fumador empedernido y tiren las cenizas para quedarse con la urna y exponerla en un museo. En cambio si lo que encuentran es mi esqueleto lo darán a conocer a través de los medios de comunicación que haya entonces y me estudiarán hasta que den con mi origen e incluso, conmigo misma y harán una reconstrucción idealizada de mi rostro que será una maravilla... ¡Vaya! con lo bien pensado que lo tenía todo..." - Como la conversación se ha alargado, a la sirena le ha entrado sueño y dándole la espalda a su amiga, se ha zambullido para esconderse en el barco hundido y echarse una siesta.

Automáticamente, la abuela ha sacado a Pepe del cajón y ha seguido con él su retahíla post morten. Lo malo es que se acercaba la hora de comer y no había nada echo - Abuela ¿qué comeremos hoy? - "No estoy para pensar en otra cosa que no sea mi futura vida" - Tendrás tiempo para ello... De momento ¿qué te parece si vas preparando algo? - "¡Ya salió la egoísta! ¡Hay pan y queso ¿no? Pues ya tienes el menú!"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! ¿Qué le has hecho a tú abuela? - ¿Por qué lo dice? - Porque no huele a comida. Hazla enfadar por la tarde, atontada, que yo no vengo a cenar. - Abuela, que dice la Cotilla que tiene hambre. - "Dale un buen vaso de agua y verás que pronto se le llena el estómago... ¿Qué hago, qué hago...?" - ¿Arroz con almejas, por ejemplo? - "Esta noche plantearé mis dudas en el Funeral, como tema de debate... ¡Sí, señor. Eso haré!... Pero  ¿aún no habéis puesto la mesa?

domingo, 3 de febrero de 2013

Menudo vendaval está barriendo las islas.¡Y hace un frío que me río yo del que tienen los esquimales en su casa!. La pobre Pascualita lleva unos días sin salir a la calle  porque no queremos que se nos vuele.Y a Pepe lo hemos metido en un cajón porque, cuando abrimos la ventana de la cocina, sale rodando y hay que buscarlo bajo los muebles.

La abuela se queja como todo el mundo pero lo hace con la boca pequeña porque le encanta enseñar las piernas. Por eso, los días de vendaval, se pone minifaldas con vuelo sobre los leguins para que el viento le levante la falda y la gente pueda admirar sus "columnas". Y desde ayer, espera que este viento se lleve consigo toda la porquería que hay en la política, políticos incluidos.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! ¡Un café con leche bien calentito, por favor! Menuda rasca hace en la calle... ¿Dónde está tu abuela? - En la cocina pero ahora no se puede pasar. - ¿Por qué?... ¿está haciendo una comida especial? - ¿Eh?... Pues, no sé... - Siempre estás en babia. ¡Espabila, que ya tienes una edad! - ¡¡¡Abuelaaaaaaa!!! - La abuela no podía salir porque estaba limpiando el "acuario" de la sirena y eso le lleva un rato porque luego tiene que colocar la arena, las algas, el barco naufragado y todo eso mientras le cuenta a Pascualita cualquier historia que la otra escucha embelesada. Hasta nuestros oídos llego su voz hablando de Mariano -... No es creíble, ya no. A estos le pasa como a Pedro con el lobo. Tantas veces mintió diciendo que venía el lobo que cuando fue verdad nadie le creyó y acabó con todas ovejas.

Me asomé un momento para instarla a que se diera prisa porque la Cotilla quería entrar... ¡y entró! - A ver qué es eso tan importante que haces...¿arreglar una bañera de plástico? En esta casa estáis cada vez peor ¡locas de atar! ¿Se puede saber para qué haces eso si no tenéis peces? - "Esa es una de las 10.500 cosas que no te importan... - La vecina se fijó en algo que se movía sobre la mesa ¡la abuela había dejado allí a Pascualita para que se moviera a sus anchas! . Me acerqué rápidamente a cogerla pero la vecina se me adelantó. - ¿Qué es esto que tienes ahí?... Vaya cosa fea... ¿es un muñeco? ¡Uf! da grima... ¡Ah! debe ser algo del señor Li - Y sin ningún temor fue recorriendo con el dedo el cuerpo de la sirena. Temiéndome lo peor, le pedí que me la diera pero se hizo la sorda - ¡Que me lo dé le digo! - ¡Y yo te he dicho que me dieras un café con leche y aún no lo veo! - ¡Tráiga acá! - ¡Maleducada. Quitaaaaaaa! - La abuela se plantó junto a nosotras y, de un manotazo cogió a Pascualita -"¡Ya está bien!" - dijo y la tiró al "acuario"

La Cotilla reaccionó enseguida - ¿Tienes un pez?... ¿"Eso" era un pez?. - Se asomó, curiosa, a la bañera rosa y justo en ese momento, un chorrito de agua envenenada le cayó en un ojo.

Ahora duerme la mona pero no sé  si la medicina de siempre será efectiva porque, la he oído hablar en sueños. Dice frases incoherentes como : - Ezo... ¡hip!... que é ... ¡hip!... lo que é?

sábado, 2 de febrero de 2013

Hace unos días que no hemos visto a la Cotilla y eso nos ha dado qué pensar. He subido a su casa y olido su puerta. He llamado a la puerta vecina para preguntar si algo olía mal. Y me han dado con la puerta en las narices mientras decían. ¡Idiota!... Bueno, no sería la primera vez que alguien se muere en su casa y los vecinos no se enteran hasta que han pasado veinte años. Y luego siempre sale por la tele alguien que dice: ¿Se murió? Vaya, pues siempre pensé que era una persona muy despreocupada, que dejaba que el correo y la propaganda se amontonaran bajo su buzón de correos.

En vista del éxito dejé que el tiempo pusiera a cada uno en su sitio y si tenían que venir la policía y los bomberos, procuraría aprovechar la circunstancia para intentar ligar. Como dice la abuela, si no me espabilo se me pasará el arroz.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaa! - ¡Vaya, la hija pródiga! - ¡Eso lo será tu padre, boba de Coria!... Ay, vengo reventada... Dame un chinchón, a ver si me repongo. - "¿Dónde has estado?" - En la Residencia que te dije. ¡Que cosa más bonitaaaaaa! ¡Hasta tienen piscina! -"¿Y a ti qué más te da, si no sabes nadar?... ¿Te han echado?" - No les ha dado tiempo porque llegué en el momento en que se mudaban.. Como no reunía los requisitos para que me admitieran, me colé por la puerta de atrás que estaba abierta. Alguien que  me vio pasear por allí, me agarró, me soltó una bronca (lo supongo por los modos porque no tengo ni idea de lo que decían) me llevó a una habitación y me acostó. Y estuve como una reina - "Entonces... ¿qué haces aquí?" - Tuve que irme porque, a la hora de desayunar, fue un desastre. Todo estaba frío y digo yo, ya que pago... - "¿Pagaste?" - Es una manera de hablar, mujer... ya que pago, que me lo den calentito. Así que me fui... Para mí que habían desmantelado el lugar. Estaba todo manga por hombro y faltaban muchas cosas. Así que cogí la puerta y puse tierra de por medio. Si allí faltaba algo no me lo había llevado yo pero como la fama me precede...

Rajoy iba a hablar (o no) de los dichosos sobres de dinero, así que las cuatro nos sentamos delante de la tele y matamos el tiempo de duda (¿sale o no sale?... ¿sale? ... No, no sale... ¡Sí, si sale!) tomando unas copitas de chinchón. La abuela llevaba a Pascualita de broche y de tanto en tanto, mojaba el dedo en el licor y lo acercaba a la boca de la sirena que lo lamía con placer.

Cuando todo hubo terminado nos miramos asombradas y nos fuimos a comer. Solo a los postres la Cotilla preguntó lo que todos pensabámos: - "¿Pondríais el dinero negro en la Declaración de la Renta?" - Y estallamos de risa ¡¡¡Jajajajajajajajajaja!!!

viernes, 1 de febrero de 2013

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaa! - ¿Pero qué hace aquí tan temprano? ¿No ve que aún no han puesto las calles? - Hay niebla, boba de Coria y por eso no se ven. - La abuela salió de su cuarto con ojos somnolientos y antes de que abriera la boca, la Cotilla preguntó: - ¿De qué vas a disfrazarte este año?

Nos sentamos las tres en la cocina. La abuela y yo a desayunar. La Cotilla a ponerse agua en el ojo dónde le había dado Pepe. La abuela cada vez tiene mejor puntería. - Por lo menos invitadme a café con leche. - ¡Ni hablar. Te vas a tu casa. No quiero que tu amiga Nicolasa venga a buscarte cuando se despierte y nos deje sin nada.

A mediodía la Cotilla vino sola y con el ojo como un colchón - "¿No hablabas esta mañana de disfraces? Pues el tuyo es fácil: puedes ir de pirata, de boxeador, de manifestante, etc. En cambio yo iré de sobre..." - ¡Tú y unos miles más! - "O de duque empalmado" - ¡Huy, que desvergüenza! - "Simplemente es un duque llevando una palmatoria con un buen cirio. Seguro que paso la censura jajajaja" - Visto así... Por cierto, he despachado a Nicolasa. Se ha comido hasta los trozos de pan duro que guardo para mojar en la leche. Y he pensado en irme a una Residencia. Pero de las buenas. - ¡ Y le pasa la factura al PP que van sobraos!...jejejeje - Me han dicho que hay una en Porto Cristo que es el no va más y es para alemanes. - "Pues ya me contarás que tienes tú de rica y de alemana" - Debe haber alemanes mudos ¿no? Y sordos. - "Te falta el detalle de la cartera llena" - Haré un recorrido por los cepillos de las iglesias y las máquinas de la Ora... - "Eso te dará para el billete del autobús hasta el pueblo, como mucho" - ¡Pues yo no puedo dormir sola! - "¡Búscate un novio, coñe y deja de dar la murga!

Mientras comíamos sardinas en escabeche la Cotilla se quejó - ¡Ya estoy harta de sardinas. Que si fritas, que si asadas! ¡Compra jonquillo y varía un poco el menú! - "¿Le han subido, a madame, la pensión para que pueda comer exquisiteces?... ¿No? ¡Pues ajo y agua! y si no te gusta te vas a la Fonda del Sopapo!" - ¿Por qué no me tendría Luis Bárcenas en nómina? (dijo llorosa) Recibiendo cada mes mi sobre de dinero negro... ¡Huy, que bonitooooo!... Reconozco que nunca me he sabido relacionar con gente importante... - "Ahora tendrías que devolver lo cobrado..." - ¡¡¡Santa Rita, Santa Rita. Lo que se da no se quita!!! ... Bueno, ¿qué? ¿Me quedo aquí esta noche? - "Después del chinchón lo pensaré".