jueves, 31 de octubre de 2013

Pascualita ha llegado hasta la botella de chinchón que había en el suelo de la cocina para reciclarla. La abuela no vió que quedaban dos dedos de licor en ella y empezó otra. ¿Por qué la sirena ha echo el viaje desde su pila bautismal hasta el cubo de la basura?... ¿Tiene insomnio?... ¿Hambre?... ¿Sintió la llamada de la botella, al verla?... o, lo que es peor... ¿Buscaba una víctima que llevarse a su dentadura?

Lo cierto es que no me ha gustado encontrarla tumbada en el suelo, con los ojos bizcos, el pelo-alga revuelto y haciendo movimientos extraños. La he cogido con el guante de acero porque no la he visto en sus cabales y le he palpado la cabeza. ¡Menudo chichón tiene! ¿Eso quiere decir que ha saltado de la pila al suelo? Posiblemente... aunque siendo la víspera de Todos los Santos, puede haber pasado cualquier cosa... desagradable.

Es espeluznante ver a un bicho tan feo, borracho perdido. A pesar del chichón, pienso que no fue ella quien se tiró de la pila bautismal al suelo. No puede, sigue gorda como un tonel... bueno, tonelito. Entonces... alguien la ha ayudado. Pero ¿quién? - Abuela ¿tú que crees? - "Que estás como una chota"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaa! ¿Una chota es una cabra?... ¿y quién dice cabra, dice cabrito?... ¡No me digas que vamos a comer cabrito al horno! - Hay que ver la fantasía gastronómica que tiene usted. Pues no señora ¡Hay sopas de ajo! - Mientras comíamos saqué el tema que me preocupa. - ¿Verdad que la víspera de Todos los Santos andan sueltas las ánimas del Purgatorio? - "Verdad" - ¿Verdad que, a veces, no son muy amigables? - "Verdad" - ¿Y es posible que una de ellas nos quiera jugar una mala pasada a través de QUIEN TU YA SABES? (pregunté a la abuela, abriendo mucho los ojos) - "Verdad" - ¡Luego, estoy en lo cierto! ¡¡¡Ha sido Pepe!!!

- ¿Quién es Pepe? ¿De qué demonios habláis? - "Pepe es "nuestro" Pepe... la cabeza jivarizada, mujer... ¡Ay, hija, pareces tonta! La que está en la mesa de la cocina" - ¡Ah, sí. El llavero! ¿Qué pasa con él? - "Pues que es un muerto y su alma parece que vaga por esta casa" - La Cotilla dio un respingo - ¡Otro fantasma! ¿Es que hacéis colección?

Mientras tomábamos el café, oímos a Pascualita dar coletazos en el agua mientras cantaba. Los nervios de la vecina se tensaron. - ¿Habéis oído? - ¡NO! (contestamos la abuela y yo a la vez) - El chapoteo seguía - ¿Ahora tampoco? (a la Cotilla apenas le salía la voz) - ¡NO! - Entonces se levantó y salió dando un portazo. - "Creía que no se iría nunca. ¡Me pido el sofá grande y la mantita suave!" - ¡No vale! siempre te quedas lo mejor... ¿Qué le pasa a Pascualita? - "Le he echado un buen chorro de chinchón en el agua para que nos espante a la okupa jajajajjajaja" - ¡Que a gusto se está en el sofá sin tener que compartirlo!

miércoles, 30 de octubre de 2013

Si ayer por la mañana la abuela se fue a la playa, hoy se ha levantado con los patucos de lana puestos y la bata de boatiné, que tiene más años que el que inventó el candil. Esta mujer, o se pasa o no llega. Al ir a desayunar he abierto de par en par la ventana de la cocina y por poco me mata - "¡Ciérrala inmediatamente! ¿Quieres que coja una pulmonía?" - Si no hace frío... - "¿Qué sabrás tú, si en vez de sangre tienes horchata?" - Más tarde he abierto el balcón, mi ventana, la del baño, en fin, he tratado de airear la casa. Y ella venía detrás de mí dando golpes y portazos - "¡Vete a trabajar de una vez y déjame en paz!"

Ya me iba cuando he visto pasar a la abuela con un cazo de agua caliente en las manos, camino de la pila bautismal -¡¡¡Noooooooooooo!!! - "¿Quieres que Pascualita se muera de frio?" - ¡La vas a cocer, abuela. Harás caldo de sirena y algas! - "Si yo tengo frío, lo tiene todo el mundo ¡¿Estamos?!"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa! ¿Vas a hacer un caldito para comer? Que bien porque, con este frío, apetece. - ¡Otra que tal baila! - ¿Qué le pasa a ésta? - "Debe empezar con la menopausia porque es doña calores" - ¿No me digas que te quedas sin bisnieto? - "Al paso que va la pánfila ésta, me temo que sí" - Lástima que a mi se me haya retirado hace poco porque, si no, el bisnieto te lo daba yo. - ¿Qué es lo que se le ha retirado hace poco? jijijijijijijiji... ¿No será lo que me estoy imaginando jejejejejejejejejeje... ¡Que hace poco, dice! Será cachonda jajajajajajajaja - ¡Oye, un respeto! - Jajajajajajajajaja ¡Pero si la dejó cuando Franco aún era cabo! jajajajajajaja - ¡Dile a tu nieta que se calle o no te doy un bisnieto! - ¿Y de dónde lo va  sacar? ¿del contenedor del súper? ¡Jajajajajajajajaja! - La Cotilla le arrancó el cazo de las manos a la abuela con intención de tirármelo y se quemó - ¡Jopé! - gritó. Y tiró el agua caliente ¡en la pila bautismal! Como una flecha metí la mano y saqué a Pascualita que, en ese momento, dormía tranquilamente en su lecho de algas.

Todo sucedió tan deprisa que la Cotilla no se enteró de nada. En cuanto vi que la sirena abría los ojos y sacaba los dientes de tiburón de pasear, la tiré al aire y cayó sobre la cabeza de la vecina. De un manotazo, la abuela la lanzó dentro de la olla que tenía en el fuego. Cogí la espumadera y removí el potage que ya empezaba a hervir, hasta que logré dar con Pascualita. La puse bajo el grifo del fregadero y la solté inmediatamente porque cada vez se la veía más furiosa. Cayó dentro de la lámpara del techo y allí la dejamos. La Cotilla nos miraba, atónita - ¿Qué ha pasado? ¿Qué hacéis? - "Gimnasia mañanera" - soltó la abuela mientras se dejaba caer en una silla.

Me he pasado toda la comida con la risa tonta. No podía parar. Miraba a la Cotilla, que cada vez estaba más enfadada y me partía. Cuando nos hemos sentado a tomar café, la abuela ha querido poner paz y cordura en el ambiente y nos hemos tomado unas cuantas copitas de chinchón - "¿Creéis que Matas irá a la cárcel?" - ¿A qué? (pregunté, risueña) ¿A buscar "lo que hace poco" ha perdido ésta? jjijijijiji - (sin hacerme caso siguió) - "¿Será capaz de dar una rueda de prensa antes de entrar?" - Claro. Convendría que nos dijera... jijijiji... dónde se busca un bisnieto jijijijijij... - ¡Tu nieta se la está jugando!. - Nieta, no. ¡Bisnieto!    jajajajajaj! - "¡Ya basta, pesada!" - Que poca correa tienen éstas mujeres. La Cotilla me ha dado un capón que aún me retumba en el cerebro y la abuela ha metido, disimuladamente, a Pascualita en mi escote... Y ahora estoy "desnivelada" y dolida... ¡Aaaayyyy!

martes, 29 de octubre de 2013

No puedo pedirle a la abuela que sea coherente cuando el tiempo no lo es. Si estamos en otoño debería hacer fresquito y ¡hace calor! Tendríamos que sacar la ropa de entretiempo pero no tenemos porque no hay entretiempo. Comemos ensaladilla rusa cuando nos apetecería más una buena fabada pero, como no queremos sudar a mares, nos aguantamos. Esta mañana le he dicho a la abuela que se tapara un poco para salir a la calle por si había refrescado. Me ha mirado de arriba abajo, despectivamente, luego ha entrado en su cuarto y ha salido con la bolsa de la playa. - "Mientras hay sol, hay esperanza, boba de Coria"

Cuando he vuelto a casa, la abuela había preparado dos comidas: un pastel de carne y un potaje de lentejas en toda regla - ¿Tenemos invitados a comer? - "Es por si cambia el tiempo. El plato que no nos comamos, lo congelaré" - En las noticias anunciaban terribles tempestades en Europa - "¿Nosotras somos Europa, no? Los americanos, cuando se enteren de ésto, pensarán que toooooda Europa está bajo la tormenta. Por eso no es extraño que Obama mande espías a escucharnos, así se entera de las cosas de primera mano y no tal como lo cuentan algunos periodistas sensacionalistas" - O sea, que te parece bien que te espíen. - "Lo que me sabe mal es que no me avisen. Podría haberles pasado la receta de mis croquetas a cambio de buenos dólares pero, haciendo las cosas tan a la chita callando, no se pueden hacer negocios" - Es que son espías. - "¡Y mis croquetas muy buenas!"

Al final hemos comido las lentejas - ¿Qué vas a hacer con el pastel de carne? - preguntó la Cotilla, ansiosa. - "Congelarlo para el verano que viene" - Más tarde, mientras tomábamos el café, el cielo se ha oscurecido - "¡Eso es cosa del Gobierno! Nos sube la luz justo cuando empiezan las tormentas para que la tengamos encendida más horas" - ¡Y mi pensión por los suelos! - "A ver si te crees que la mía bate palmas" - No te quejes, potentada, que cobras la viudedad. - Y de repente ha caído el Diluvio. Una furiosa tormenta de agua, viento, truenos y relámpagos ha cargado de energía a las dos amigas - ¡Cerrad la ventana, locas! ¿Qué hacéis? - ¡Esperamos a Noé para que nos de un paseito en el Arca! - Hay días en que el chinchón les afecta más que otros. Y hoy es uno de ellos.

lunes, 28 de octubre de 2013

La abuela está de morros porque su icono (la tele) ha quedado inservible. Por más que le digo que no tuve arte ni parte en ello, no me cree. Esta mañana, mientras desayunábamos, predisponía a Pascualita contra mí. - "Gracias a ésta no podrás ver a la Esteban" - Abuelaaaa. - "¿Acaso miento?" - Claro. Primero porque no es culpa mía y segunda porque la sirena no puede ni verla. - "Ya se iba acostumbrando"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaa! ¡Mira que te traigo. Un televisor!... Bonito ¿eh? Una antigüedad auténtica que será la envidia de todo el que lo vea. - "¿De dónde lo has sacado?" - ¿De dónde va a ser, abuela? De un contenedor - Te estás pasando de lista. En cuanto lo he visto, les he dicho a los chicos que lo bajaban a la calle que me lo quedaba yo y lo han puesto en mi carro de supermercado. Luego les he mandado a pedir la propina a nuestros Pinochos.

- ¿Por qué se empeña en meter basura en mi casa? - Si no lo queréis tengo comprador. - ¡No se tire faroles que éste trasto es de cuando se inventó la tele! - Se lo quedará el cura de una parroquia en la que "límpio" para ponerlo como ejemplo a los feligreses. Dice que es un engendro del demonio porque solo enseña cosas pecaminosas. - A ver, enchúfelo... ¡Nada! Lleva años muerto. - "¿Entonces no lo quieres? (preguntó a la abuela) Pensé que sería un bonito regalo de boda.  Creo que hoy la Cotilla no comerá con nosotras.

 La verdad es que se queda una como huérfana al no oír el sonido de la caja tonta pero hemos podido hablar sin interrupciones de ¡Calla que no sé qué dice la locutora! La abuela ha comentado la valentía de un grupo de músicos de la Sinfónica que tocó ayer en el Auditorio, pese a ser coaccionado por los que mandan y creen tener razón, con un público "verde" totalmente entregado. Lo recaudado fue para la Caja de Resistencia de los maestros que ya llevan mucho dinero perdido por la cabezonería de los Pinochos.

Mientras la abuela hablaba entró, de nuevo, la Cotilla. Traía una bolsa de magdalenas para sellar la paz con su amiga. - ¿Es del contenedor del súper? - Sí, pero caducan mañana. - "Vale, pues llegas a tiempo de brindar por los músicos ¡Niña, trae las copas!... ¡Por la solidaridad!" - Luego se nos han ocurrido más brindis y finalmente hemos dormido una reparadora siesta...


domingo, 27 de octubre de 2013

Tengo los pies hinchados como garbanzos en remojo. Hemos estado toda la mañana andando de aquí para allá con tal de que la abuela no pusiese la tele. Hasta que ha recordado que había carrera de Fórmula Uno. - "Vamonos que quiero ver a Alonso" - ¿Cambiaste la hora en tu reloj? - "¡No me digas que estamos otra vez con el mismo rollo!" - Es la tradición, abuela. - "¡Es un desbarajuste! ¡Eso se avisa, hombre!" - Estaba gritando en plena calle y la gente que pasaba a nuestro lado me miraba mal. Entonces tuve una idea. - Vamos a ver la exposición de Cómic Nostro. - "¡No estoy para dibujitos!" - Te advierto que hay tíos muy guapos: - "¿Ah, sí?"

Había largas colas de gente deseosa de conseguir un autógrafo de sus ídolos. Las manos de los artistas echaban humos de tanto firmar. Estuvimos dando vueltas sin decidirse - ¿No quieres que te firmen un tebeo? - "¡No me pongas nerviosa, coñe!... ¡Aquí nos quedamos! ¡ Acabo de ver, paseando por el jardín a Ebro, uno de los personajes de "Los repartidores de cerveza" Corre a comprar unooooooooo!"  - Cuando le da la neura no hay quien la aguante. La dejé en la cola de firmas de PAU que, a penas tenía tiempo de levantar la cabeza de los tebeos que le iban pasando sin parar, con los famosos perros Atlas y Axis a la cabeza.

La mañana se convirtió en uno continuo hacer cola y comprar tebeos ¡Una fortuna me he gastado! para que los firmara Max, Pere Joan, etc. etc. Pero cuando ya ha perdido los papeles y a punto han estado de pedir una camisa de fuerza para sujetarla, ha sido cuando ha visto a JAN, el "padre" de Súper López

Se ha tirado sobre él con, a saber qué malas intenciones. Al no conseguirlo, le ha hecho la ola gritando como una loca. Yo he pasado de ella como es natural y me he asomado al balconcillo que da al jardín donde un gaucho asaba chorizos y carnes que olían a gloria.  Manejaba un gran cuchillo que  llevaba a la espalda, metido en una funda y que sacaba y metía sin mirar. Allí había morbo. No quería apartar los ojos para no perderme el momento en que se quedara sin riñón. Pero no ha fallado.

Finalmente, hemos vuelto a casa - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaa! ¿Dónde estabais? Ha venido un amigo mío a arreglar el televisor... - "¿Qué televisor?" - Es que anoche tu nieta me dijo que lo tocara... - ¿Yooooooooo? Usted dijo que sabía... - "¡¿Qué le habéis echo a mi tele?!" - ¡Fue la Cotilla! - ¡Que mala persona es tu nieta! Encima que traigo un técnico... que, por cierto, se ha ido a Urgencias. Trasteando la tele ha sudado como un cerdo y se ha refrescado la cara en ese trasto con agua que tenéis ahí... que ya me diréis para qué sirve. Y de repente, le ha caído un chorrito en el ojo. Yo creo que le ha dado un tiento al chinchón por qué ¿cómo va a salir un chorrito de ahí... no? - "¡¿Y encima se bebe mi chinchón?! ¡Os mato!"

sábado, 26 de octubre de 2013

¡Acontecimiento nacional! Esta tarde hay un partido Barça-Madrid y el País se paralizará, se llenarán los bares, las radios echarán humo, las calles quedarán huérfanas de gente... Ya quisieran los Sindicatos tener este poder de convocatoria. ¿Y qué se juegan? pues... la Liga, supongo, aunque falta mucho para ello.

La abuela, embuída del espíritu fútbolero, se ha puesto la camiseta del At. Baleares, ha metido una vuvucela en el bolso, una carraca que ha comprado en la tienda del señor Li y un pito azul y blanco. - Te has equivocado de camiseta, abuela. - "Estos son los colores de mi equipo. No soy una traidora" - Se van a reír de ti. - "¿En El funeral? Allí nadie reniega de sus equipos. Habrá un revoltillo de colores que dará ambientillo al local. Luego cada uno animará al Madrid o al Barça según sus predilecciones" - ¡Madre mía! ¿Con quién irás tú? - "No lo tengo decidido... Hay que ver donde juega el jugador más guapo y más sexi. Será difícil porque todos van provocando con esos pantalones cortos, aunque yo prefería los que llevaban en tiempos del Buitre, cortitos y ceñidos. Aquello era una gozada para la vista" - No sabía que te gustaba tanto el fútbol -"¿Quién está hablando de fútbol?"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! ¿Ya estamos en Carnaval? ... He oído que hay un partido en la tele y traigo dos pizzas que acababan de meter en el contenedor de enfrente del súper. - No se puede ver. Hay que pagar. - ¿Pagar? jejejejejeje ¿Estando yo aquí? Lo cogemos de extrangis - ¿Usted sabe hacerlo? - ¡Claro! solo hay que tocar unos botones, enchufar unos cables y ya está... He oído como se hacía mientras me tomaba un café con leche en un bar - "¡Bueno, que lujo, Cotilla! ¿Te han subido la pensión?" - ¡Es tan bajita que apenas se ve! Es que, desde la calle he visto como un hombre que estaba en la barra pedía uno y se ha ido al baño. Yo he aprovechado para tomármelo... más que nada porque era una lástima dejarlo enfriar. - ¡Pero que cara más dura! - ¿Hubieses preferido que se enfriara? Que rara eres, hija.

Nos quedamos las dos solas y como no teníamos nada mejor qué hacer, dejé que la Cotilla trasteara la tele mientras yo sacaba una bolsa de patatilla y cogía a Pascualita para que también viera el partido metida en mi escote. Ya me encargaría de darle chinchón a la vecina para que no se enterara.

Ahora me voy a dormir, cabreadísima, porque me he quedado sin tele. ¡Menudo estropicio ha hecho la vecina! Claro que la abuela me dará a mi la culpa de todo pero ¡juro que no he tocado nada! Ay, la que me espera mañana.

viernes, 25 de octubre de 2013

La abuela y Andresito se han ido de paseo con el coche. Ella llevaba la cesta de piknic que le regaló el banco hace muchos años por abrir una cuenta a plazo fijo. Es igual que la que llevaba Kin Novak en la película Piknic, es una reliquia de los años cincuenta del siglo pasado. Hasta tiene mantel y servilletas a cuadritos. ¡Que horterada, Dios mio! Me ha preguntado mi futuro abuelito si quería ir con ellos y le he dicho que no. No puedo exponerme a pasar vergüenza delante de la gente con semejante antigualla.
Y lo que es peor. La abuela se ha puesto en situación y ha desempolvado del baúl de los recuerdos, un cancán y un vestido con vuelo. Solo le ha faltado hacerse una cola de caballo y ponerse una rebequita sobre los hombros. De repente me ha dado la risa imaginándome a Andresito con jeans apretados (¡pobre próstata jajajajajaja!) ¡y tupé! y eso que no tiene un pelo que llevarse al peine jajajajajajaja.

Se han dado cuenta de que me reía de ellos porque la abuela, que es una rencorosa retorcida, se ha acercado a mí con los ojos semi cerrados y una malvada sonrisa en los labios rojo pasión y me ha dicho - "Te acabas de quedar sin el trozo de tortilla de patatas que te he dejado para comer, boba de Coria" - ¡Y se lo ha llevado!

Cuando ha venido la Cotilla y se ha enterado de que teníamos que comer lo que hiciera yo, se ha ido al comedor social - ¡Cotilla, espere que voy con usted! - Prefiero aguantarla a comerme lo mío.

La abuela ha vuelto espantada y con el tiempo justo de arreglarse y marcharse a El Funeral - "¡Qué horrible sensación!" - gritaba mientras iba de su habitación al cuarto de baño, una y otra vez. - ¿Qué ha pasado? - "Apenas he comido" - ¿Así que ha quedado tortilla? - "Sí... pero no te hagas ilusiones. Me la llevo para picar a la cafetería"

- ¿Qué te ha pasado? - "Nos espiaba. Esta mujer lo sabe todo de nosotros" - ¿De ti y Andresito? ¿es que tenéis algo que esconder? - "No sabes lo que es sentir sus ojos escrutadores, mirándote de frente o sentirlos en el cogote. Se te eriza el pelo de miedo" - ¡Jopé! Menuda enemiga tienes. ¿Quién es? - "La Merkel" - ¿La has visto? ¿Ha querido quitarte el novio? - "Después de Algaida hay un toro de Osborne que lo mismo sirve para un roto que para un descosido. ¡Y tiene la cara de Angela, con cuernos y todo! Y el cuerpo pintado de verde... ¡Ay, que escalofrío!" - ¿De verde? jajajajajaja Entonces no eres tú quien tiene que temblar jajajajaja ¡Sino los que quieren imponer el TIL a machamartillo! La emperatriz de Europa está con los maestros! - "¡Ostras!... Es verdad... Saca el chinchón y brindemos que te lo has ganado" - ¿Y la tortilla? - "Me lo pensaré"

jueves, 24 de octubre de 2013

¡No para, no paraaaaaaaaaaa! Pascualita canta noche y día, salvo las contadas ocasiones en que duerme. Al principio, para fastidiarla, le ponía un despertador junto a la pila bautismal y cuando sonaba, la sirena saltaba como si le hubiese picado una avispa ¡Era muy  divertido! Claro que luego había que aguantar su mal genio porque no le gusta que la despierten a destiempo. Muy señorita es ella.

Me lo pasé bien hasta que me escupió. Afortunadamente, no me acertó. En otro momento saltó hacia mi con la dentadura preparada para usarla. Tuve que retirar la silla rápidamente y me di un batacazo, así que ahora la dejo tranquila. Lo que no sé es por qué canta la jodía. ¿Estará en celo? Otras veces ha estado y no ha dicho ni mú. También he pensado que quizás tenía un polipo en las cuerdas vocales que no la dejaba "vocalizar" Pero la pregunta es ¿tiene cuerdas vocales éste bicho?

Es monótona en su cántico. Repite y repite el sonido chirriante y modula la voz. A ves es sugerente, otras furiosa, supongo que dependerá de su estado de ánimo. Lo que sé es que, desde que le ha dado por cantar, la Cotilla no aparece por casa. Algo bueno tenía que tener el aguantar esta tabarra.

La abuela le ha traído un bonito pequeño del mercado - ¿Lo vas a hacer con tomate? - "Se lo daré crudo" - ¿A quién?... ¿A Pascualita? ¡Ni hablar! Dale un bacalao...  ¿No dices que no puede comer nada, salvo el pienso para peces? - "Es un novio" - He oído hablar de La novia cadáver pero no del Novio cadáver jejejejeje ¡Está más tieso que la mojama! - "¡Pues no sé qué más hacer para que se calle! Ya me he tomado dos aspirinas esta mañana

Hace un rato, mientras intentaba dormir la siesta en el sofá de la salita, el monstruito se ha puesto a cantar de nuevo. Mis nervios, tensos como cuerdas de violín, han saltado y una furia asesina me ha llevado hasta la cocina. Allí he cogido a Pepe y se lo he tirado a Pascualita que cantaba tranquilamente, subida en el borde de la pila bautismal. ¡Le he dado en la cabeza, con la cabeza,! y ha caido como un plomo ,al agua. Ahora no se oye una mosca y el sopor hace presa en mi. Antes de dormirme, la abuela ha propuesto un brindis por mi idea y no lo he rechazado... No creo que le haya pasado algo malo... Ahogarse, no se va a ahogar, claro... ¡Uf, que sueñooooooo!... Luego... cuando me despierte... iré a ver si está viva.

miércoles, 23 de octubre de 2013

Después del desayuno, la abuela ha tirado el periódico sobre la mesa de la cocina y ha salido a la calle como si fuera a apagar un incendio - ¡¿A dónde vas?!

Pascualita ha saltado desde la pila bautismal. No me fío de este bicho. Pero solo quería comerse todas las migas que había en la mesa. Luego se ha metido de cabeza en las tazas del desayuno para rebañarlas bien. He dejado que lo hiciera jejejejejeje porque, mientras la abuela practica con ella la Operación reducción michelines, yo ayudo a la sirena en la contra operación: Inflar michelines.

Una vez que ha acabado con todo me ha mirado como solo ella sabe hacerlo: poniéndome la piel de gallina. Es como si evaluara si me come o no. Antes de que se decidiera le he dado una loncha de jamón serrano que se ha tragado en un abrir y cerrar de ojos. ¡Está enferma! Se está convirtiendo en un pozo sin fondo.

Antes de que se abriera la puerta de la calle,  ha comido galletas, más jamón, chocolate, kellops, pan con aceite y finalmente, un poco del potaje de judías que quedó de ayer ¡La abuela me va a matar! En cuanto me di cuenta de que era ella la que llegaba, le di un manotazo a Pascualita lanzándola de cabeza a la pila románica. Ya vamos teniendo arte en esta modalidad "deportiva"

La abuela venía sudorosa: - "¡Por fin lo he encontrado! He dado muchas vueltas por la ciudad pero me he salido con la mía" - ¿Que buscabas? - "A Matas" - ¿El ex presidente? ¿Para qué? - "Para pasarle por la chepa la Primitiva, el Euromillón, la Quiniela, el cupón de la Once y el décimo de Lotería Nacional. Es el tío con más suerte que he conocido. Ha pasado de tener una fianza de 3.000.000 millones de euros a ¡nada!. Otros, en cambio, Prinssesa incluída, están en la trena. Ya lo decía mi padre. ¡Hay que tener padrinos hasta en el infierno!" - ¿Crees que los tiene?

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaa! ¿Por qué haces ese ruido? (la Cotilla, me miró con cara de pocos amigos) - El sonotone no le funciona. - ¡Ya estás faltándome! - "También oigo un ruido raro" - Pero no lo hago yo... - Presté atención - ¡Viene de la cocina! ¿Te has dejado la exprés al fuego? - "No... Que raro" - Solo pueden ser dos cosas (dijo la Cotilla): que a tu primer marido le ha dado por cantar o cantos de sirena. - La abuela y yo dimos un respingo. ¿Ese bicho canta? me pregunté. Por lo menos tienen esa fama aunque en los dos años que lleva con nosotras no la habíamos oído nunca. Miré a Pepe. Tal vez él supiera algo... pero es tan discreto- ¡Será el abuelito! (solté, rápida) mientras la Cotilla salía a escape hacia la puerta de la calle - ¡Hoy como arribaaaaaaaaa!

Mientras saboreábamos una copita de chinchón, escuchamos cantar a Pascualita. Su voz melodiosa, un poco chirriante para mi gusto, nos envolvía y de vez en cuando, asomaba la cabeza mostrándonos sus dientecitos de tiburón en una escalofriante sonrisa. - ¿Nos quiere comer, abuela?

martes, 22 de octubre de 2013

Voy a rastras por la casa. Tengo los pies molidos y el cerebro cuadriculado ¡No aguanto más! Me gusta ir a comprar como a todo el mundo pero ir con la abuela es una agonía... Se ha empeñado en que la acompañe al mercado de buena mañana. Los payeses aún estaban colocando los puestos. - ¿Por qué no vienes más tarde tu sola? Me da la impresión de que estamos molestando a ésta gente. - "¡Que se levanten más temprano!" - ¡Más todavía!...¿Qué tienes que comprar? - "Peras... Mira, aquellas parecen buenas... - Veinte minutos más tarde nos apartamos del puesto, dejando a una dependienta cabreada para todo el día y sintiéndome como un gusano mientras la abuela, cargada de razón, se dirigía a otra de las paradas.

- Creo que me iré a casa. No soportaré otra "representación" como la que acabas de hacer. - "¿Qué pasa?" ¿Es que tú te quedas con lo primero que te dan? ¡Hay que trabajárselo! Si yo quiero un determinado racimo de uva, no tienen porqué darme otro" - Solo te han dicho que no lo cogieras. - "¡Pero si lo voy a pagar!" - ¡O no! que le has hecho cambiar cuatro veces de racimo a la pobre mujer, por cabezonería ¡Si no se puede tocar el género, pues no se toca!... ¿Y las peras? ¿no has dicho que te gustaban? - "Sí, porque no las había visto bien" - Te las ha enseñado, has dado el visto bueno, las ha pesado y entonces has dicho ¡Quítamelas. No las quiero! ¿cuántas veces lo has dicho?  ¿Te parece normal? - "¡Huy, cuanto tienes que aprender!"

Una hora después hemos vuelto a casa. Yo cargada como una mula y más enfadada que un mono. - Si tu fueras la carnicera y una clienta te rechazara los bistecs, después de haberlos cortado porque habías dicho que eran guapísimos ¿qué harías? - "¡Se los llevaría la clienta, faltaría más!" - Sin embargo tú no lo has hecho ¿Has visto la cara que ha puesto la mujer? - "No es lo mismo. La carnicera es amiga mía. Le compro hace muchos años" - Sí, ya me he dado cuenta de que, en cuanto te ha visto, ha afilado el cuchillo" - La abuela me miró, intrigada - "¿Qué quieres decir?"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! Traigo cemento. Estaba tirado en una acera y he llenado unas bolsas. ahora iré a por más ¡Toma! (le dijo a la abuela) te regalo una, las otras te las vendo. - Las bolsas en cuestión eran de medio kilo, más o menos. - "¿Qué hago yo con eso?" - Para cuando arregles el cuarto de baño. - "Es muy poco" -  ¿Cuántas quieres? - Abuelaaaaaa, cuidado con la vecinaaaaaaaa - ¡Que agonías es ésta chica! ¡Que estamos en crisis, mujer!

- Usted es como los grandes empresario, los grandes banqueros y el gobierno. - ¿Yoooooooo? ¡A mí no me insultes! - Con el cuento de la crisis, se benefician de lo que no es suyo. - ¿Si lo dices por los cepillos de las iglesias, vas equivocada? Es la casa del Padre y lo que hay en su casa es de todos sus hijos. - "Tiene razón la Cotilla"

Harta de oírlas, me acerqué hasta  la pila bautismal donde Pascualita estaba en el fondo, medio tapada de algas. Entonces me acordé de que no había comido "cosas ricas" de esas que alimentan los michelines y le dí una hermosa sardina, rolliza y fresca, que había comprado la abuela esa misma mañana después de hacerle vaciar y llenar tres veces la bolsa a la pescadera. En cuanto la sirena la vio, saltó hacia arriba como un delfín, sacó la dentadura de tiburón a pasear y límpiamente, me la arrebató de las manos. ¡Menos mal que no se me levó un dedo! Era tal el hambre que tenía del bicho que lo devoró en un santiamén mientras el agua parecía hervir con sus coletazos. La verdad es que da miedo verla. Ahora se lo que les pasaba a los pobres marinos que caían al mar, victimas de los cantos de las sirenas. ¡Ni un pelo debía quedar de ellos!

Sobrecogida por estos pensamientos no fui capaz de esquivar el pescozón de la abuela. Debió verme cuando me llevé la sardina y me atacó por la espalda. Del golpe caí de bruces en el agua y antes de poderme levantar, sentí como me clavaba los dientes en la nariz, la desagradecida de Pascualita. Ahora tengo la cara hinchada, los ojos medio cerrados y dolor de cabeza, más las heridas del tirón que dio la abuela para arrancarme a la sirena, pero he sacado fuerzas de flaqueza y aquí estoy otra vez, delante de la pila bautismal, mientras la fiera me mira y hace la señal de OK con sus deditos, para lanzárle un desafío: ¡Arrieritos somos y en el camino nos encontraremos!... ¡Ay, ay, ay, ay, que doloooooooooorrrrrr!

lunes, 21 de octubre de 2013

La abuela tiene la mesa de la cocina totalmente ocupada con propaganda de viajes. - ¿Los coleccionas? - " " No. Es que quiero tener una idea exacta del viajes que queremos hacer... ¿Tú a dónde irías?" - ¡Huy! pues... así, de prontoooo... - "¡Se te acabó el tiempo! Hay que responder con seguridad y rapidez." - ¿Por qué? - "Por si algún día te llaman para un concurso de la tele. ¡Ojalá no lo hagan! Que vergüenza me harías pasar"

Debe haber una explicación lógica para que, cada vez que abro la boca, me la cargue. Mientras encuentro esa explicación, he ido a ver a la sirena. Parece que empiezan ha hacer efecto la dieta y la gimnasia... no le veo los michelines tan marcados. Por eso le he dado una galleta María que llevaba en el bolsillo. No pienso llevar un trasto con agua colgado del cuello el día de la boda de la abuela.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa! ¿Para qué quieres tantos folletos? ¿para el viaje de novios? Pues hija, más que pensar en monumentos, te conviene saber qué país tiene los mejores geriátricos jejejejejejeje porque si Andresito, tiene que dar tantos saltos del tigre como a ti te gustaría, los vais a necesitar. - "¡Mucha envidia es lo que tu tienes!" - ¿Sabes lo que ahora está de moda cuando se sale de viaje?... Visitar escuelas. - "¿Estás segura?" - Totalmente. Lo ha implantado nuestro Pinocho particular. En cuanto sale al extranjero, visitar a una escuela. Debe de ser lo último en recorridos turísticos. - "Se lo tendré que preguntar a Andresito, que es de su cuerda... ¿No nos saldría más barato si visitara las de aquí?" - Seguramente que sí, pero no tendría tanto glamour y además, le pondrían verde... ¡con tanta camiseta de Crida! jajajajajaja

Durante la siesta, que la Cotilla ameniza con sus espectaculares ronquidos, echo un vistazo a los folletos mientras sostengo a Pascualita en el regazo. - Podríamos ir a Venecia ¿qué te parece? Y mientras la pareja feliz recorre las tiendas, yo te llevaría por el agua de los canales desde una góndola, sujeta por el arnés. De repente, a Pascualita se le han erizado las cuatro algas estropajosas que tiene por pelo mientras miramos una foto del campanario de la Plaza de San Marcos - ¡Abuela, abuelaaaaaaa! (grito por lo bajini para que no se despierte la vecina) ¡Pascualita es veneciana! - "¡Y tu crees que yo soy tonta del bote! ¡Como vuelvas a darle chinchón te parto la crisma!" - Ni con los ojos cerrados se le escapa nada a la abuela.


domingo, 20 de octubre de 2013

La paella estaba casi lista cuando hemos oído el grito de guerra de la Cotilla - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaa! ¡Paella! el olfato no me ha engañado. - "¿Lo has olido en la escalera?" - No , desde casa y no me he podido resistir a bajar. - Que poca resistencia tiene usted. Siempre cae en la tentación. - Ya ves, hija, la carne es débil... - ¡Y su cara muy dura! Ya podría traer algo para picar. - ¿Un martillo, por ejemplo?

- Mientras estaba en casa de... bueno, de quién sea. - "¿De quién? No me dejes a medias" - Pero si no tiene importancia... - "Claro que la tiene. Dímelo... Cotillaaaaaaaaa, que no vas a probar el arroooooooz" - ¡Chantajista! En casa de los señores de Durán. - ¿Quiénes son? - Pues gente que hace caridades... He ido a que me den ropa usada. Todas las temporadas voy a recogerla porque cuando cambian las estaciones, esa señora vacía el armario para volver a llenarlo de prendas nuevas. - "¿Hace mucho que vas?" - Sí... Unos diez años, más o menos. Tiene muy buena ropa esta mujer. - Pues a usted no le luce. Siempre va con las mismas fachas. - ¡Porque la vendo! que cada vez me cuesta más llegar a fin de mes. A lo que iba. Estaba en esa casa, dando una vuelta por la salita de estar, he visto a los Señoritos blancos de Pau en la pantalla de un ordenado - "¡No me digas! ¿Qué hacían allí?" - ¿Has oído hablar de Kendal? - "Pues... no me suena. ¿Quién es?" - Una ciudad inglesa. Allí está ahora Pau con sus famosos perros, Atlas y Axis y sus Señoritos blancos y una tienda se ha apresurado a pegarlos en su escaparate. Son una monada.- "Esto se merece un brindis" - ¡O dos!

 Por una vez estuve de acuerdo con la Cotilla... pero algo me tenía preocupada... - ¡Ah, sí! ¿Qué hacía usted paseándose por la salita de estar de esa gente? - ¿Qué va a ser? Ver si había algo de utilidad... Es que a tu nieta hay que dárselo todo mascado ¡Que cruz tienes con ella!
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sábado, 19 de octubre de 2013

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaa! - ¿Dónde va tan temprano? Aún no han puesto las calles. - Es que no he pegado ojo en toda la noche - ¿Qué toda, si aún vamos por la mitad, tía loca? - "Cotilla ¿qué pasa?" - ¡Ayer lo víiiiiiiiiiiiiiiii! ¡Que bonico eeeeeeeeeessssssssss! ¡Mi héroe, mi gurú, mi ejemplo a seguir... ¡Ay, que emoción más grandeeeeeeeeeee! - ¡Deje de gritar que despertará a toda la finca! - Es que los nervios me dominan.¡Mira lo que traigo! Todas las velas que tengo en casa - "¿Han anunciado un apagón?" - No lo sé. No tengo la cabeza para cosas sin importancia... ¡Voy a montarle un altar!

La abuela, que con la Cotilla tiene más paciencia que yo, le ha dado una copita de chinchón para que se calme, aunque ella, aprovechando que tenía la botella delante, se ha tomado cuatro o cinco. - "¿A quién hay que hacerle un altar?" - A don Luis Bárcenas. - ¿¡Quéééééééééé!? ¡Por encima de mi cadáver! - Un minuto después, los vecinos aporreaban la puerta - ¡¡¡Callarse ya, brujas, que son las tres!!!

Mientras la abuela y la Cotilla buscaban el sitio ideal para montar el altar yo fui a por Pascualita que también se había despertado con el jaleo. Estoy harta de ser el último mono de esta casa, que es MÍA.  El caso es que, en venganza contra la abuela por ningunearme, le di bastantes gotas de chinchón a la sirena. Estaba encantada. Luego fui a la salita a ver la que liaban aquellas dos.

Han colocado una mesita auxiliar, con un tapete, junto a la pila batismal. Encima han puesto una foto aumentada de Bárcenas rodeada de un montón de cabos de cirios "recogidos" de las iglesias donde "trabaja" la Cotilla. De repente me he acordado del conato de incendio que tuvimos con el primer altar que le hicieron al "honrado tesorero". Quizás ese es el motivo por el que la abuela lo ha colocado junto a la pila milenaria.

Para combatir el sueño, le dí un tiento a la botella... bueno, unos cuantos. Y me dio por reír. Cuando toda la parafernalia estuvo a punto, encendieron las velas. Había tantas que parecía de día. Mientras, puse a Pascualita en el agua y me senté junto a ella. Y soplé... ¡una vela apagada!. Otro soplido: tres velas fuera de combate. ¡Me partía de risa! En cuanto una se apagaba ya estaba la Cotilla encendiéndola. Y como Pascualita es muy lista no tardó en imitarme, solo que ella lo hacía con un chorrito de agua. La abuela se dio cuenta de lo que pasaba y se calló como un muerto mientras su amiga empezaba a sudar de tanto ir de acá para allá. - ¿Esto no será cosa de tu ex marido? - "No, hija... Vamos, creo que no"

Volvieron a llamar a a puerta. Esta vez era el Municipal, preocupado al ver tanta claridad en la ventana de la salita. - ¿No hay fuego, verdad? He estado a punto de llamar a los bomberos. - Llámelos, a ver si ligo jajajajajaja... Fuego sí que hay. Pase, pase.

Ahora tengo tanto sueño que no sé por dónde ando pero lo he pasado muy bien ésta noche jajajajaja. La Cotilla está roncando en el sofá. No ha querido separase del altar. Ahora veo que, además de los restos de círios, hay varias velas negras delante de fotos recortadas de los periódicos de los principales Pinochos que, al parecer, cogieron sobres.  Ahora están todas apagadas. Lo ha recomendado el Municipal que no se fía ni un pelo de nosotras y que ha tardado, ná y menos, en salir corriendo cuando la Cotilla le ha contado lo de los misteriosos apagones de las velas.

viernes, 18 de octubre de 2013

La abuela ha puesto una red sobre la pila bautismal para que Pascualita no pueda salir. Dice que es por su bien. Así no comerá lo que no debe ¡A buenas horas, mangas verdes!. Además, no tardará en volver a saltar porque ya le ha hecho un agujero a la red - Tendrías que haberla puesto electrificada, abuela y así matarías dos pájaros de un tiro: la sirena no saldría y encima, se haría la permanente jajajajaja ¡Ay, me la imagino con los rizos chamuscados y me asusto! - "Te la estás jugando. Crees que no te entiende porque es un pez, o lo que sea, pero el bicho se entera de todo y lo que es peor, es una rencorosa de cuidado" - Le das demasiada importancia por algunos detalles que ha tenido que bien pueden ser imitaciones nuestras, después de vernos cada día y durante tanto tiempo. - "Allá tú. Te he avisado, así que..." - ¡Aaaaaaaaaaaaaaayyyyyyyyyyyyy! ¡¡¡Me ha escupido!!! - "Jajajajajajaja ¡Qué lista es mi sirenita"

A media mañana, mientras yo seguía poniéndome paños de agua fría en el ojo, llegó la Cotilla -¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa! ¡Vaya ojo que te ha puesto tu abuela! Ese es el método que tienes que seguir con la pánfila de tu nieta: garrotazo y tente tieso... ¡¡¡Aaaayyyyyyyyyyy!!! - A pesar de no ver muy bien, el zapato que le tiré le dio de lleno en la cara.

Después de unas copitas de chinchón para rebajar los dolores de ambas, la abuela recogió unos papeles que había sobre la mesa - ¡No los tires! ¿Son las cuentas del súper, verdad? - "Para qué las quieres?" - Para hacerme un bloc... Te cojo una pinza de la ropa para sujetarlos y me llevo este lápiz de Ikea... Me servirán para mi nuevo trabajo. - ¿Ha dejado de asaltar cepillos de iglesia? - Con la crisis que hay no se puede dejar ningún trabajo, aunque dé poco rendimiento... pero el nuevo es legal. Lo ha instaurado el Ayuntamiento y me va a ir de perlas... Aún no sé lo que cobraré pero estoy segura de que sirvo para ello. - ¿No será de aparcacoches? es que para otra cosa no creo que valga. - ¡Pues no, señora. Es de chivata! - "¿Mateo dará trabajo a chivatos?" - ¿Mateo? - "El Alcalde" - Sí. Tengo que denunciar cosas mal hechas y que atentan contra el ciudadano de bien... Mira, voy a empezar ahora mismo y de paso, estrenaré el bloc y el lápiz. - "¿Nos vas a denunciar a nosotras?" - Sí, por bajar la basura por la mañana. ¡Fíjate, ya tengo mi primera denuncia! - ¡La madre que la parió! - Del manotazo que le dí, el bloc y el lápiz salieron disparados, por la ventana, a la calle. - ¡Te acuso de manchar la acera! ¡Jopé, que divertido es esto! - ¡¡¡Abuela. Ésta no come hoy aquí!!!

jueves, 17 de octubre de 2013

La abuela se trae a casa toda cuanta revista lleva fotos de bodas. Ya no caben más. De todas saca un detalle que quiere lucir el día que se case ella. Menudo tutti frutti nupcial. Hoy se ha presentado con el Hola donde sale una novia muy guapa con un vestido impresionante. - "¡Mira, uno como éste es el que quiero llevar yo!" - Pues vale los dos ojos de la cara y parte del otro. - "Da igual. Paga el novio... ¿Te has fijado en la iglesia? ¡Tiene árboles! ¿Habías visto algo así?" - Los pusieron de adorno, abuela. - "¡Ah!... entonces le diré a Andresito que quiero cipreses en la Catedral" - ¿Cipreses? Parecerá un cementerio - "Es que el techo es muy alto y si ponemos oliveras no se verán" - ¿Pero no iba a ser una boda divertida, a la pata la llana? ¿Para qué te he dejado tu amigo travesti la ropa, las peineta, los adornos las plumas...? - "Ya... pero es que quizás ya no me case más y me gustaría que esta fuera una boda de tronío" - ¿Es que piensas casarte más veces? - "Bueno, si quedo viuda y se presenta un buen partido, no te digo que no"

Hablábamos mientras desayunábamos y de repente, algo pesado ha caído a nuestro lado - "¡Pascualita! ¿Qué haces aquí?" - Vaya, va recobrando la agilidad... ¡¡¡cuidado que se va a comer tu ensaimada!!! - La pobre tiene mono de cosas buenas y se ha vuelto peligrosa. Al menor descuido se echa sobre la comida y si se la intentamos quitar saca su dentadura de tiburón a pasear - "¡Estate quieta, jodía!" - He tenido que ponerme el aguante de acero para protegerme... De repente se ha quedado quieta delante de la revista. - Mira, abuela (dije, bajando la voz para no romper el hechizo) le gusta la boda - "¡Si es que es más lista que el hambre! (la abuela no cabía en sí de orgullo). Entonces la sirena se lió a dentelladas con las hojas de papel y lo hizo trizas - ¡¡¡Oye, que no la he leído. Estate quietaaaaaaaaaaa!!!

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaa! ¿Qué pasa? ¿Qué le estás haciendo a tu abuela? ¿Te parece bonito romperle la revista? ¡Líate la manta a la cabeza y búscate un novio que te calme, alma de cántaro! - La abuela, al oír entrar a la Cotilla, dio un manotazo a la sirena y la mandó de vuelta a la pila bautismal. Y mientras la vecina me ponía a parir iba recogiendo los trozos de papel para tratar de recomponer la revista - Esta es la única foto que ha quedado entera - Cuando nos la enseñó comprendimos que Pascualita es más inteligente de lo que pensábamos: La Duquesa con un modelito imposible. De juzgado de guardia, vamos. De todas maneras no quisimos dejar pasar la ocasión de hacer un brindis. - "¡Niña, saca el chinchón! ... Porque pueda lucir estrafalaria muchos años jajajajajajajaj"




miércoles, 16 de octubre de 2013

Viendo un programa de la tele sobre la reconversión de los antiguos caminos ferroviarios en actuales rutas verdes, donde la gente pasea, corre, monta en bicicleta, envueltos en maravillosos paisajes que antaño se veían desde los trenes de cercanías, la abuela y yo comentamos que era una pena que aquí no se les hiciera ningún caso cuando se desmantelaron los raíles. Ni siquiera a las estaciones. Muchas se cayeron a trozos, olvidadas de la mano de dios y mira que eran bonitas, forradas de piedra y todo. - "Es que somos lo que no hay. No le tenemos aprecio a las cosas hasta que vemos los que han echo, con lo mismo, los de fuera, es forasters, vaya" - Entonces la gente no andaba tanto. - "¡No seas burra! la gente ha caminado siempre hasta hace dos días, como quién dice, cuando se inventó el coche"

La abuela cogió a Pascualita para ponerle el arnés. La pobre ya se ha hecho a la idea de hacer ejercicio diario y comer más bien poco, del bote que compramos en la tienda de peces. Da pena verla asomada al borde de la pila bautismal cuando desayunamos. El otro día no me pude resistir y le hice una foto... cuando la vi me di tal susto que la borré en seguida ¡Es fea con avaricia!

- "Tú no lo puedes saber, Pascualita, porque no tienes piernas pero la Humanidad siempre las ha usado para sus desplazamientos, sin importar lo lejos o cerca que tuvieran que ir... Creo que las langostas también son buenas andarinas bajo el mar... ¿Vosotras también emigráis en busca de sirenos?" - No creo que existan. - "Pues ésta no ha nacido por generación espontánea?" - Eso sí... (estuve pensando en ello un buen rato)

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa! ¡Ya tenemos otra liada! Nuestros Pinochos han decidido hacer una ruta verde... - "¡Que me dices! Justo ahora estaba hablando de esto con Pas... ¡mi nieta!" - ¿No me digas de Pascual está aquí? ¡Preséntamelo de una vez! - "¿Quién es Pascual?" - Como te afecta la edad, hija. - La Cotilla estaba pisando terreno minado así, que decidí intervenir. - ¿Dónde van a hacer la ruta? - Donde iba a ir el tren. - "¿A mí me afecta la edad? mira quién fue a hablar. Dirás donde FUE el tren" - ¡No señora! Donde IBA a ir. Hasta Son Servera... ¿Qué tienes en la mano? ¡Otra ve la porquería esa! ¿No me digas que es la misma de siempre que te denuncio a Sanidad y vendrán a fumigar la casa? - Se nos había olvidado que Pascualita estaba en manos de la abuela. - "Verás... es algo que no quiero que se sepa..." - ¡Abuelaaa!- "Es una antigua receta china..." - ¿Del señor Li? - "No, no... ¡De su abuela! Me la enseñó ella" - Pero si su abuela... - "Ya sé que murió hace muchísimo tiempo, hija, pero... la veo en sueños" - ¡¿Qué me dices?! ¿Otro fantasma? - "Esto... sí. Ahora que lo dices, sí. El caso es que me recomendó esta clase de bicho para retardar el envejecimiento... Como puedes ver" - La abuela se dio una vuelta para que su amiga la admirara. - Quiero uno. - "¡No hay más!... Me la entregó mientras dormía...Cuando desperté tenía ese bicho en la mano" - ¡No me digas! Me está dando miedo. - "No me extraña (dijo muy seria) Me dijo que lo tuviera en remojo y que todos los miércoles bebiera medio litro de ese agua. Y ya ves ¡mano de santo!" - ¡Hoy es miércoles! Dame un vaso...¡Beberé un litro para recuperar el tiempo! - "No sé si te sentará bien"

No le sentó bien. Un litro de agua de mar, aderezada con los detrítus de la sirena más los restos de la comida para peces, fueron demasiado para su estómago.


martes, 15 de octubre de 2013

- "¡Vaya, no había pensado en eso!... ahora no sé qué tengo que hacer..." - ¿Qué pasa, abuela? - "Tengo un problema... Es que son tantas las cosas en las que tengo que pensar para organizar la boda, que ésta se me había pasado por completo" - ¿Es algo importante? - La abuela, pasando de mí, se acercó a la pila bautismal donde Pascualita estaba asomada. - "¿Tú qué harías?" - Aquello me desconcertó... ¿A quién le hablaba?

- ¿No me preparas el cola cao y la tostada? - Me preocupaba que la abuela, sabiendo que tenía que irme al trabajo, no me hiciera el desayuno. Seguro que su problema podía esperar unos minutos... - ¡Abuelaaaa! Tengo que iiiiiiirmeeeeeeeeee. - Al final tuve que hacérmelo yo. Quemé la tostada y se me olvidó echar azúcar a la leche.

Al llegar a casa, a mediodía, encontré a la abuela y la Cotilla en plena cháchara. - ¡Menudo problemón! Es que eso es tuyo y sería una lástima perderlo por la tontería de casarte. - "¿Qué hago?" - Lo mejor sería que te juntaras y así no habría papeles oficiales... - "¿Y al morir Andresito quién se quedaría con la Torre del Paseo Marítimo? - Su hijo, el Médico... y tu nieta, si sabe jugar las cartas. Tienes que apretarle las clavijas porque, tal como están gestionando los Pinochos el tema de las pensiones, no podemos perder ni un euro... ¡Mírala. Aquí está!

¡Por fin me he enterado de lo que preocupa a la abuela. Por lo visto, si se casa, perderá la viudedad de su primer marido y no quiere ni oír hablar de eso - ¡Pero si son cuatro perras! ¿Qué más te da? En cuanto te cases serás rica. - "Pero no tendré esa paga" - ¿Y qué? - "¿Quién se la quedará? ¿El Gobierno? ¡Esos euros son míos, que me costó mucho quedarme viuda!" - Para ser justas, yo tendría que tener una parte de esa paga...  también cooperé (dijo la Cotilla). - "Pero yo era quién lo aguantaba" - ¿Y si me hago pasar por ti? Cobraría yo, que buena falta me hace porque cada vez es más delgada la pensión ¡Malditos Pinochos!

Durante la comida no hablaron de otra cosa. Harta de oírlas, dije - ¡Habla con Andresito! A ver qué dice él - Fue una idea estupenda. ¡No sé cómo se me pudo ocurrir sin haber tomado chinchón. La abuela, que empezó llorosa la conversación telefónica, acabó dando saltos de alegría y gritando ¡¡¡te quieroooooooooo!!! como una loca. - ¿La podré cobrar yo? (dijo, esperanzada, la vecina) - "¡La cobraré yo! Andresito me la dará todos los meses, además (¡esa idea se la he dado yo! dijo) pondrá una clausula en el testamento para que me la sigan dando cuando él muera" -

Me mosquea que esté tan segura de que Andresito será el primero en irse al otro barrio.

lunes, 14 de octubre de 2013

Pascualita está comatosa. Debe tener una subida de azúcar (si es que los peces pueden tenerla) Su color de ahogado está más acentuado aún. Se ha pasado toda la mañana tumbada sobre las algas y como me daba mala espina, la he tocado con la punta de una cuchara varias veces y se ha movido... - "¡Déjala en paz! Si está así es por tu culpa" - La abuela está muy enfadada conmigo porque cree que fui yo quién la atiborró de cosas dulces ayer. - Lo hizo ella solita. Ya no sé cómo decírtelo para que me creas. - "Por una razón muy sencilla. ¿Has visto el tamaño de su cabeza?... ¿Te has fijado en la tuya? Es mucho más grande ¿verdad?" - ¡Claro! ella es como una sardina. - "Pues el seso que hay en la tuya es mucho más pequeño que el suyo" - ¿Qué quieres decir?... (estuve un rato pensando mientras la abuela, con los brazos cruzados, no me quitaba ojo) ¿Qué es más lista que yo? (dije al fin) - "¡No! ¡¡¡Que tú eres más tonta que ella, boba de Coria!!!"

A media mañana, ha sacado a la sirena del agua y le ha dado un masaje sobre la mesa de la cocina, moviéndole brazos, cola y cabeza para desentumecerla, ha dicho. Luego le ha puesto un arnés que ha fabricado ella con cinta de seda y la ha llevado a la bañera. Allí había vaciado todas las garrafas de agua de mar que había en casa - ¡Ahora tendré que volver a por más! como si no tuviera nada más que hacer - "¿Dime qué?" - Pues... estooooooo... Ay, así, tan de repente, no se me ocurre nada pero..

Una vez en el agua, la abuela ha obligado a Pascualita a nadar pero no ha sido fácil. No quería y soltaba dentelladas a diestro y siniestro, queriendo alcanzar el arnés pero no ha podido porque lo lleva en la espalda ¡Que jodía la abuela!  - "¡Trae uno de los pescados que he traído para la sopa!" - Ha sido mano de santo. Pascualita, que llevaba toda la mañana sin probar bocado, se ha lanzado como una fiera a por el pez pero no ha podido alcanzarlo. Cuando se ha hecho veinte bañeras, estaba reventada. - ¡Avemariapurísimaaaaaa! ¿Dónde estáis? - La Cotilla se asomó al cuarto de baño. - ¿Qué os pasa? - "¡No te acerques! Mi nieta tiene piojos hasta en las cejas" - La Cotilla cerró la puerta de golpe.

A la hora de comer se puso lejos de mí. Entonces tuve ganas de divertirme y me rasqué la cabeza - ¡Aún tiene! Ay, que repelús me da. - Al acabar el primer plato me levanté para llevarlo a la cocina (cosa que nunca hago) y al pasar a su lado me rasqué más fuerte. La abuela comentó - "¡Cuidado, boba, que se ha caído un piojo sobre la Cotilla!" - ¡Mete mi comida en un taper y me la comeré en casa! ¡Ay, como me pica todooooooooo! ¡Solo le falta a tu nieta ser una piojosa! - ¡Vaya! eso fue un golpe bajo que no me hizo ninguna gracia, así que me acerqué a ella, que ya estaba a punto de salir y sacudí mi melena con fuerza a su lado. - Hale, llévese, aparte de la comida, unos cuantos bichitos... ¡Ahora la piojosa es usted.!

domingo, 13 de octubre de 2013

La abuela tiene una resaca como un piano y se ha pasado el día durmiendo. Ha sido una gozada porque no he tenido que aguantar sus impertinencias. Aunque, eso sí, he tenido que sacrificarme e ir a comprar las ensaimadas y el periódico. Todo sea por el placer de sentirme dueña de mi casa.

Pascualita se ha asomado al borde de la pila bautismal mirándome con ojos de borrego degollado. Como no puede saltar por los gramos de más que ha cogido, pone carita de pena para que la cojan. La he puesto en la mesa, junto a Pepe. Lo malo es que reptar sí que puede. Se ha acercado a mi taza de cola cao y cogiéndose al asa, al intentado subirse, ha conseguido darse un baño caliente porque ha volcado la taza y ha habido por todo. ¡He tenido que ponerme el guante de acero para quitarla de allí porque se ha puesto a lamer como una posesa y me enseñaba los dientes cuando me acercaba! Así nos  ha encontrado la Cotilla porque, cuando ha saludado, ya estaba en la cocina. - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! ¿Qué haces con esa porquería en las manos? (dijo con cara de asco)

Metí a la sirena que en lo que tenía más a mano: mi taza de desayuno. - ¡Pero tíralo, que una cosa tan asquerosa solo puede traerte enfermedades venéreas! - ¿Cómo qué venéreas? - Quién dice venéreas dice una gripe o el sida! ¿Qué te enseñaron en la escuela, alma cándida? - ¿Cómo voy a contagiarme con esto? - Cosas más raras se han visto ¡yo qué sé! pero algo cogerás... ¿Y tú abuela? - Durmiendo la mona. Tuvieron fiesta en El Funeral y ha vuelto un poco perjudicada jejejejejeje - Ya no tiene edad para esas cosas. - ¡Miré quién habla! - ¿Qué harás de comer? - ¿Yoooooooo?... ¡Vaya! no había caído en eso.

Por más que he llamado a la abuela, no he conseguido despertarla. Le he puesto, una y otra vez el despertador,  la radio a toda pastilla y lo único que he conseguido ha sido un zapatazo en plena frente, bastante anti estético. Al final la Cotilla ha optado por ir al comedor social - No quiero arriesgarme a un envenenamiento. - Al menos me había librado de ella. Entonces me he acordado de Pascualita.  El puñetero bicho se había tomado todo el cola cao vertido en la mesa y había dejado el interior de la taza, límpio como una patena. Además se había comido una ensaimada y media y ahora estaba tumbada sobre el papel que las envolvía, rebozada en azúcar glas. ¡La abuela me matará cuando se entere! Pascualita ya no puede engordar más o reventará.

La he metido en la pila bautismal y se ha ido directa al fondo, bajo las algas. Entonces han subido unas pequeñas burbujas, luego otras y otras y otras. Espaciadas entre sí. ¿Qué podía ser aquello?... ¡eructos! Pascualita estaba teniendo una digestión pesada. Al no encontrar ni el tarro de sal de frutas ni el de bicarbonato, pensé que el chinchón sería un buen digestivo y le he echado un buen chorro al agua de mar. Al rato han subido más burbujas: unas seguían siendo eructos, las otras eran del hipo etílico.

sábado, 12 de octubre de 2013

La abuela encontró la buvucela que compró cuando la Selección española de fútbol jugó el mundial en Sudáfrica y Shakira movió tan bien las caderas que dejó a Piqué enredado en ellas. Antes de salir hacia el campo del Mallorca, estuvo ensayando en casa el sonido del dichoso invento africano. Me suena a vaca loca buscando toro exaltado. ¡Que escandalera! Pascualita se escondió bajó las algas del fondo de la pila bautismal para no oírla.

La Selección jugaba en Palma y el campo se llenó, tal como pude ver en televisión. Por esto dice el ministro Montoro que estamos recuperándonos de la crisis. Me dormí cuando aún estaban 0 a 0. Pensé que la cosa acabaría así y la abuela tiraría la dichosa trompeta al primer contenedor que encontrara... Pero no lo hizo. Entró en casa, sigilosamente. Se acercó a mi cama y poniendo la buvucela pegadita a mi oído, sopló con todas sus fuerzas mientras gritaba - "¡¡¡Oé, oé, oé, oé!!! ¡¡¡Hemos ganadoooooooo!!! ¡¡¡Campeones, campeones, oé, oé, oé!!!" -

Aún me duran el susto y la sordera. ¡ A punto estuve de colgarme de la lámpara! Salí corriendo sin saber qué me pasaba y metí la cabeza en la pila bautismal, queriendo esconderme como la sirena. Casi en seguida escuché una voz familiar - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! ¿Qué está pasando? ¡He llamado al Municipal para que os defienda!

Bedulio llegó sin mucho ánimo. No hubiese entrado si la Cotilla no le hubiese cogido del brazo. - ¡Entra, hombre, que eres la autoridad! - ¿Qué... qué ha pasado? - ¡He oído un ruido ensordecedor! Como si aquí hubiera una vaca en celo. - ¿Ha bebido?... ¿Seguro que aquí hay una vaca? - "¿Quién ha dicho eso" - Su vecina. - No. He dicho que parecía... - ¿Entonces hay vaca o no? - "Bedulio, hijo, estás en tu casa. Entra y míralo tú mismo jajajajajajaja ¡Hemos ganado, tío! ¡Somos los mejores" - ¿Ha probado el chinchón, verdad? - "Siiiiiiiiiiiiiiiiii... ¿Quiéres un poco?" - ¡Yo sí! (dijo la Cotilla)

De pronto me di cuenta de que mis pulmones no aguantaban más y saqué la cabeza del agua. Mareada, me senté junto a Pepe - Todavía me tiemblan las piernas (le dije) Creo que denunciaré a mi abuela por intento de asesinato... ¡Por poco me da un infarto! ¿Crees que haría bien denunciándola?... Si la meten en la cárcel tendré que cocinar yo... No me compensa pero me va a oír.

La luz de la cocina se encendió. el Municipal me miraba espantado - ¿Cón... con quién hablas? - tartamudeó - Con Pepe. - ¿Con ese muerto?... (empezó a jadear mientras palidecía) ¿Por qué... por qué tienes el pelo... chorreando? - Me ha tirado un cubo de agua jejejejeje... es un guasón. - ¿Quién, "eso"? (señaló con un dedo al jibarizado)- Iba a contestar cuando un chorrito de agua envenenada entró en mi ojo y grité, corrí salté y lloré como una posesa. A Pascualita no le gusta que la despierten de sopetón, como había hecho yo al meter la cabeza en su pila  ¡¡¡Aaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhhhhh!!! ¡Maldito bicho rencoroso!

El primero que salió pitando de casa fue el Municipal, seguido de cerca de la Cotilla que subió las escaleras de dos en dos, hasta llegar a su piso. Cuando pasé, dolorida, hacia el comedor para tomar una copa de chinchón, oí los ronquidos de la abuela.

viernes, 11 de octubre de 2013

Esta mañana la abuela ha salido de su cuarto envuelta en la bata de invierno. No he querido preguntar qué le pasaba por si se encontraba mal y me pedía que hiciera yo el desayuno e, incluso, la comida. Ya dicen que en boca cerrada no entran moscas y que la mejor palabra es la que no se dice. Y yo hago caso a los refranes... cuando me conviene.

Pero debía estar bien porque ha seguido la rutina de todas las mañanas. Ha hecho su café con leche con ensaimada, mi cola cao con tostada y aceite. Ha cogido a Pacualita para darle lo buenos días con un beso que debe saber a sardina, la ha sentado sobre Pepe y le ha dado de comer de su desayuno. Luego quiere que el bicho adelgace pero no voy a ser yo quién se lo recuerde, que la sirena es muy rencorosa y cuando menos lo espere, me veo con un ojo a la funerala.

A mediodía, al volver del trabajo y entrar en casa, me he asustado. - ¡Abuela! ¿Has llamado a los bomberos? - "Si es para que te ligues alguno, los llamo ahora mismo... ¿qué pasa?" - ¡Algo se quema en casa! ¿No notas el calor? - "¡Pero mira que eres exagerada, alma de cántaro! He encendido las estufas. Hace un frío que pela" - ¿Y yo soy la exagerada? ¡Todos los años, por estas fechas, haces lo mismo! Estamos a 20 grados. - "Si les haces caso a los repeinados de la tele que anuncian el Tiempo, te quedas como un pajarito. Hace frío. Tengo los pies como el hielo. Los zapatos me bailan porque los pies se han contraído por el frío ¿Para qué necesito que alguien me diga qué tiempo hace? No soy insensible... Por cierto, puesto el edredón en tu cama."

¡No falla! Si la abuela tiene frío, todos debemos taparnos. De repente me he acordado de Pascualita. La he encontrado sentada en el borde de la pila bautismal y enseñándome los dientes. Cuando he metido el dedo en su agua he comprendido su enfado ¡estaba caliente! - ¿Le has calentado el agua a la sirena? - "Claro, pobrecilla. Tiene el mismo derecho que nosotras a estar calentita" - Miré a Pepe. La cabeza reposaba sobre una bufanda de lana que le cubría hasta la boca. - "¡Mírale qué guapo está! Así no cogerá anginas" - ¡Si no tiene cuello! - "Ya, pero puede autosugestionarse y sentir las mismas molestias que si lo tuviera" - Vale, abuela. Para ti la perra gorda.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa! ¡Jopé, esto parece una sauna! - "¿A qué se está bien? Pues he hecho una fabada asturiana de las que levantan un muerto. Es lo mejor para éste tiempo." - Que mal le sientan a tu abuela los entretiempos. ¡A ver si llega el invierno de una vez y se acopla! - "Antes de comer y para ir calentando el estómago, vamos a tomarnos unas copitas de chinchón" - On the rocks, por favor. - Yo también (dijo la Cotilla) - "Huuuuuuyyy... vosotras no estáis bien. Nada de hielo que eso son pijaditas para el verano"

Hace tres horas que hemos comido y sigo sudando a chorros. Ya me he dado una ducha fría y no descarto darme otra en cuanto vuelva de comerme un helado.

jueves, 10 de octubre de 2013

Ha ocurrido un hecho inusual. La abuela me ha invitado a ir al El Funeral... Al principio pensé que hablaba con Pascualita y me dio la risa pensando que tendría que llevarla en una olla, por lo menos, porque está tan rolliza que ya cabe en pocos sitios. ¡Menudos mofletes tiene! Lo malo es ahora no sé cuando los tiene hinchados por gorda o por tener la boca llena de agua envenenada. Así que me paso el día quitando y poniéndome las gafas de sol porque no me fío un pelo.

Sobre las 7 de la tarde hemos salido rumbo a la cafetería. Pensé que nos vendría a recoger Andresito y me he puesto unos tacones altos que me compré para satisfacer un capricho pero no llevo nunca por temor a partirme un tobillo... o los dos. Íbamos hechas un pincel. Debo decir, aunque me de rabia, que los tacones de aguja de la abuela son más altos que los míos y ni una sola vez, ha dado un traspiés. Camina recta como un palo y el vuelo de su falda se mueve al compás de sus caderas, lo justo para no parecer chabacano, a pesar del vestuario que gasta. Yo iba cogida de su brazo y con la otra mano me apoyaba en la pared, en los coches, en los árboles... en lo que pillaba.

Llegué a la cafetería sudando a mares, con el rimel corrido y los pies hinchados. Cuando el camarero preguntó que qué queríamos, estuve a punto de decirle: una palangana de agua fresca. - Los compañeros rodearon a la abuela hablando todos a la vez de cosas distintas. Fue Conchi quién se fijó en mí - ¿Por qué te has traído a ésta? - "Porque es Santa Paganini y tengo que tenerla contenta" - ¡Que espíritu de sacrificio tienes, hija mía!

Durante el cotilleo bebieron como cosacos, después vino la merienda-cena a base de pinchos; luego jugaron al bingo. La abuela condescendió a que jugara yo también siempre que las ganancias las repartiéramos a partes iguales, aunque pagaba yo. ¡Menudo negocio hago con ella! Finalmente bailaron mientras yo los miraba desde la silla porque me había quitado los zapatos y ahora no me entraban. Le dije que no a un hombre que se me acercó y pensé que venía a sacarme a bailar cuando, en realidad, lo que quería era saber si le dejaba la silla para sentarse un ratito. ¡Que vergüenza pasé!

A la vuelta volvimos en el coche de Andresito ¡a las 3 de la madrugada! porque la noche no acabó en El Funeral. Subí a casa con los zapatos en la mano dispuesta a tirarlos al cubo de la basura y luego ¡dormir! ... Unos timbrazos me levantaron de la cama, a oscuras. Cuando estrellé el meñique del pie contra la pata del taquillón de la entrada, maldije en arameo mientras abría la puerta. La Cotilla entró como una exhalación - ¡Con las prisas se me ha olvidado la llave! Déjame un sitio en tú cama. En la mía no puedo dormir porque al colchón se le ha salido un muelle... - ¡Pero... pero... pero...! - ¡No puedo comprarme otro con las cuatro perras que cobro!... ¡ah! y procura no roncar.

miércoles, 9 de octubre de 2013

Que mal lo estoy pasando. Mientras desayunábamos (el desayuno he tenido que hacérmelo yo y no es lo mismo) la abuela ha colocado a Pascualita sobre la cabeza jibarizada y les ha explicado que soy una egoísta porque no quiero pagar el arreglo del baño. La sirena me ha amenazado con sus dientecitos de tiburón. - ¡No hay derecho, abuela. No he hecho nada! - "¡Ese es tu pecado. No hacer nada!"

- "Fijaros: ésta que ésta es una E-G-O-Í-S-T-A... Ahora ya sabéis como son..." - ¡No es justo! ¿Por qué me cargas este muerto? - "No dramatices. Además, ya está todo arreglado. Mañana vendrán unos albañiles a tomar medidas y hacer presupuesto. Les diré lo que tienen que hacer... y tú, si quieres quedar bien, aflojas la mosca. Como ves, te quito dolores de cabeza. No tienes que pensar qué azulejos poner o qué mampara te gusta ¡Nada de eso! Te lo daré mascado. ¿Qué más quieres? Te lo pongo a huevo ¿No irás a quejarte, verdad'"

Pascualita no me quitaba ojo y Pepe seguía silencioso. Y como dicen que quien calla, otorga, creo que me está cogiendo manía... ¡Podría defenderme, digo yo! Pero qué se puede esperar de él. Es un hombre... o lo fue antes de que lo convirtieran en llavero... ¿Soy, realmente, una egoísta como dice la abuela?

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaa! ¿Qué? ¿Ya ha entrado en razón tu nieta? - "Es lenta de  entendederas" - ¡Que cruz te ha caído con ella! - Es que a mi me gusta el cuarto de baño tal como está... (dije, tímidamente) - "¿¡Tú la oyes?! Es más antigua que andar palante." - Si te gusta como está y ya que tienes que pagar, arregla el de mi casa. - ¡Lo que me faltaba por oír!... Abuela, tendría que pedir un préstamo al banco y ahora nadie lo hace. - "Te ahogas en un vaso de agua. ¡Ya lo pediré yo!... pero lo pagarás tú!

La abuela, en cuanto ha llegado de la calle, se ha encerrado en su habitación con Pacualita. La Cotilla y yo hemos comido en la cocina. A la hora del café he llamado a su puerta y la he oído soltar palabrotas que avergonzarían a un carretero - ¿No quieres un chinchón, abuela? - Al poco rato se ha unido a nosotras. Tenía los ojos rojos, el pelo alborotado y los nervios a flor de piel. Pascualita se agarraba al cuello de la camiseta para no caerse. - "El energúmeno me ha dicho que no puede darme un préstamo ¡¡¡por mi edad!!!... ¿Quién se ha creído que es ese mamarracho? ... ¿A mi edad? ¿Qué edad pensará que tengo? ¡Lo he dejado sin dientes! y esos no vuelven a salir" - ¿Qué has hecho, abuela? - "Usar el pisapapeles de mármol de su mesa cuando me ha dicho que tengo MUCHOS años" - ¡Que maleducado! (dijo la Cotilla) Has hecho muy bien. - "Que sofoco me ha hecho pasar. Naturalmente no podía dejar las cosas así y antes de salir del despacho, le he dado una patada en la espinilla para soltar toda la adrenalina. Es que sino, ¡lo mato!" -  ¿Qué es eso que llevas colgando de la camiseta? (se fijó la Cotilla) - "¡Las amigdalas del banquero!"

martes, 8 de octubre de 2013

De repente a la abuela le han entrado las ganas de gastar. Dice que vamos a reformar el cuarto de baño para que cuando venga su suegra, la Momia, no se encuentre estrecha ahí dentro. Eso me ha dado qué pensar porque esa señora es más bien escasa. Quiero decir, bajita, delgada, poca cosa, vamos. -"Pondremos un buen plato de ducha" - Prefiero la bañera para darme baños de sales y aceites" - "Para lo que te sirven... Ni oliendo a gloria se te arrima un hombre dispuesto a hacerte un bisnieto" - ¡Que pesada estás con eso! Además, sería un hijo. - "Lo que fuera para ti, me tiene sin cuidado" - ¿Y por qué una ducha? No creo que la Momia venga a ducharse aquí. - "¿Quién te dice a ti que no? Hay que prevenir las cosas antes de que ocurran"

La abuela ha estado toda la mañana fuera de casa y ha vuelto cargada de presupuestos, folletos de baños y grifos. - "Tenemos que elegir lo que vamos a hacer" - ¡Jopé! Vaya precios. Menos mal que paga Andresito. - "¿Cómo qué Andresito? Lo pagarás tú que para eso es tu casa" - ¿Yoooooooooo? Creía que... - "¡Que lista eres! aún no es tu abuelo y ya quieres sangrarlo" - ¿Acaso no tiene baño en su Torre del Paseo Marítimo? - "¡Cinco tiene! Anchos y luminosos" - ¿Y tiene que venir a hacer sus necesidades a MI casa? Me saldrá más económico comprarle un orinal de plástico en la tienda de los chinos del señor Li. Incluso, de su color favorito. - "¿No te das cuenta, alma de cántaro, que en cuanto me case tendremos un status superior? ¡Fíjate en la Presley! Cuanto más alto sube, más cuartos de baño hay en su casa. Pensando así, siempre serás parte de la chusma"

- Abuela, no tengo dinero para meterme en obras que no hacen falta. - "¿Qué no? El otro día intenté meter a Pascualita en el lavabo y se puso como una fiera" - Le pondrías agua del grifo. - "¡Que no! Fue por los azulejos. ¡Si son de cuando Jaime I conquistó la isla!" - Razón de más para no quitarlos. - "No puedo dejar que mi marido entre en ese baño tal como está. Le dará un infarto" - Cuando corre porque se le escapa la gotita, no creo que se fije en nada más que en levantar la tapa del wáter y apuntar bien para que el chorrito caiga dentro de la taza.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! ¿Ya estáis discutiendo? - La abuela quiere cambiar el baño. - ¡Me pido todo lo que quiten! - ¿Para ponerlo en el suyo? - ¡No, tonta! Para venderlo. - ¡Que aprovechada! - A ver qué harías tú si tuvieras mi pensión... ¿Por qué no hacéis una fiesta cuando lo inauguréis. - ¿Y a quién invitamos, al President? - No, no. Solo a mí. Me comprometo a comerme todo lo que pongáis. ¿Por qué no brindamos porque la obra quede bien hecha? - Porque no habrá obra, tía gorrera. - ¿Cómo qué no? ¡Vas a hacerme perder un dineral! - ¡Egoísta! - ¿Yoooooooo? encima que te quitaría de encima el engorro de los trastos viejos. ¡Desagradecida! - "Dí que sí. Vamos a brindar tú y yo, Cotilla" - ¿Y yo? - "Cuando entres en razón"

lunes, 7 de octubre de 2013

La abuela ha vuelto a vestir a Pascualita y a Pepe, de verde. Menos mal que la blusa de la sirena es ancha y todavía cabe. - "Me los llevo a que vean la entrada a los colegios" - ¿Cómo que me los llevo?... ¿A los dos? - "¡Claro! Quiero que vean a los maestros entrar en las clases con el agradecimiento de los papás de las criaturas. ¡Menuda lección les han enseñado! Y no para ahí la cosa. Estos tienen más cataplines que el caballo de Espartero... y ovarios, claro" - ¿Espartero era hermafrodita? - "Hija mía, si te enteras de algún concurso donde se elija a la persona más tonta de Europa, preséntate que lo ganarás" - Gracias, pero no quiero favoritismo. Seguro que Andresito movería unos cuantos hilos para que me dieran el premio. Y así, no. Yo quiero ganar en buena lid. - "Eso te honra pero te aseguro que no necesitas enchufe ¡¡¡porque eres tonta hasta decir basta!!!

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaaa! No sabéis el ahogo que sentí ayer tarde. - ¿Estaba en la playa? - ¿Qué se me ha perdido a mi en la playa habiendo manifestación en la calle? - "¿Ayer?" - Sí, hija. Y pensé que, como a esa no ibais a venir, podría aprovechar para sacarme el jornal que no pude sacar en la de la Marea Verde por vuestros remilgos. - "¿Quién se manifestaba y por qué?" - Era a favor del TIL y se manifestó la mayoría silenciosa e invisible, porque no la encontré hasta llegar a una de las esquinas del Born... Eran cuatro y el cabo. Ahora, eso sí, las carteras estaban llenas y cuando se reunieron para hacerse la foto de familia, aproveché para aligerarlas. - "Debiste confundirte. Una manifestación así también sería numerosa" - ¡Já!... Estarían viendo el partido del Mallorca... pero los cuatro gatos que había, me salieron rentables. - "Entonces invítanos a comer, aunque sean pizzas" - ¡Que aprovechada eres! ¿No te has enterado de que ha subido la luz? y yo cobro una pensión muy bajita... - ¡Pero si en su casa gasta velas! - Y los cepillos de la iglesias están más secos que la mojama. - Porque los curas madrugan más que usted jajajajajaja - ¿Tú crees? ¿Y esos predican la caridad cristiana? ¡Yo soy cristiana! - "Y ellos no son tontos jajajajajaja... Tráeme una pizza de cuatro quesos" - ¡Otra para mí!

Que gusto da comer a cuenta de la Cotilla. Aunque ella se habrá quedado con hambre porque su pizza era la más pequeña de la tienda  y mientras comíamos no paraba de preguntarnos si nos la íbamos a comer toda. - ¡Por supuesto, Cotilla!

Después del café, hemos brindado por los maestros y los padres y madres que les están ayudando. - "Mañana meteré 100 euros en la caja de resistencia" - ¿Para qué es esa caja? - "Para ayudarles, ya que pierden 100 euros cada día de huelga" - ¿Ya tienen algún euro? - "Unos 400.000" - ¡Jopé! ¿Y quién la vigila? Lo digo porque no tengo nada que hacer en todo el día y podría... - "¡Calla y bebe, Cotilla, que se te ven las ideas!"

domingo, 6 de octubre de 2013

No se puede empezar peor un domingo ¡he tenido que hacer YO el desayuno! La abuela sigue durmiendo porque ha llegado a las horas brujas de la madrugada, cuando aún no habían puesto las calles y no hay quién la despierte. He aporreado su puerta pero que si quieres arroz, Catalina. Así que me he quedado sin ensaimada... podría haber ido a buscarla, incluso traer otra para la abuela, pero no conviene dar malos ejemplos, que ya me veo yendo a la panadería todos los domingos y tempranito.

Pascualita sigue intentando saltar hasta la mesa de la cocina pero son muchos los gramos que tiene que perder todavía para tener la misma agilidad que antes... Me da pena y como no me veía nadie, le he dado un poco de pan y chorizo. Lo ha devorado en un santiamén... No creo que llegue a caber en el termo de los chinos jejejejeje... así no tendré que estar pendiente de ella en la boda de la abuela ¡Se quedará en casita!

- Abuela ¡por fin apareces! - "No grites que tengo resaca" - ¿Estuviste de fiesta? - "La de mi cumpleaños" - Pero si todavía no es... - "Fue ayer y nos los pasamos pipa" - ¿Ayer?... ¿Y no me invitaste? - "No, solo a personas divertidas y tú no lo eres..." - ¡Pero soy tu nieta! - "Esa es la cruz que me ha tocado" - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! ¿Hay desayuno para mí? - Si ha traído ensaimadas, sí. - ¿A ti qué te pasa? (le preguntó a la abuela) - "Que celebramos mi cumpleaños en El Funeral y me pasé un poco con el chinchón" - ¿Andresito no te invitó a champan? - "Sí, pero es muy flojito" - ¿Cuántos te han caído, 87... 88? - "85, guapa" - ¡¿Qué?! Si tienes los mismos años que la Duquesa. - "¿No es mi cumpleaños? pues cumplo los que me da la gana.

- "Me regalaron dos cosas fantásticas. Mis amigos me dieron un libro electrónico..." - ¡Que bien! podremos tirar los que tienes a la basura y tendremos un montón de sitio en las estanterías. - "¿Ves por qué no te invité, boba de Coria?... Y el otro me lo ha dado la Vida" - ¡¿ ?! - "Doce meses por descubrir " - ¡Que regalo más tonto! - "Anda, calla y trae el chinchón que voy a brindar con todos los que ayer me felicitaron". - ¿No estás de resaca? - "Solo se cumplen 85 una vez" - La Cotilla la miró con guasa y dijo -  Eso dicen al menos.

sábado, 5 de octubre de 2013

- ¡Que tabarra nos está dando la Cotilla con el pececito rojo! Ya no sé qué decirle para que nos deje en paz... Lo mejor sería comprarle uno pero como es capaz de meterlo otra vez en la pila bautismal, mejor no me gasto un euro en eso. Además, a Pascualita no le conviene salirse del régimen que le hemos marcado.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa! ¿Lo habéis encontrado? porque tiene que estar aquí ¡no hay tu tía! - "Ya te hemos dicho, por activa y por pasiva, que no está... ¿Seguro que lo metiste en el agua?" - ¡Claro que estoy segura! - No sé cómo puede estarlo con los lingotazos de chinchón que se metió entre pecho y espalda después de comer. - ¿No estarás insinuando que me lo bebí todo yo? - ¡No insinúo. Afirmo! - ¡Que cruz tienes con ésta nieta! Menos mal que me quedé soltera, porque quise, y evité tener un personaje como éste en la familia. - "No se puede tener todo. Unas tienen suerte, como yo y otras limpian cepillos de las iglesias, como tú" - Creo que estamos desviándonos de la cuestión ¡¿Dónde está mi pececito?!

Ha dado la casualidad de que la abuela ha puesto salmonetes para comer y ha sido la primera vez que he visto a la Cotilla echarse para atrás ante un plato de comida - ¡¡¡Pescaditos rojos!!!... ¿Cómo has podido hacer algo así? - "¿Cuántos quieres?" - ¡¡¡No los toquéis, asesinas!!! Ahora mismo voy a llamar al Municipal para que os mande a la cárcel - "Pero si siempre te han gustado" - No desde que sé que son parientes de mi pescadito rojo.

No ha dado su brazo a torcer y al cabo de unos minutos el Municipal ha llamado a la puerta con cara de pocos amigos. - Espero que sea algo importante (dijo mirando a la Cotilla) - Lo es, Bedulio. Se trata de ¡un crimen! - El hombre dio un respingo - "No le hagas caso. Dice que ayer trajo un pez y no aparece... A su edad, el chinchón no es buen compañero" - ¡Deténlas! Son unas caníbales ¡mira lo que han puesto para comer! - ¡Salmonetes! Hacen un montón que no los como. - "Pues siéntate, hombre y vamos a remediar eso" - ¡No puede comer! Está de servicio... Bedulio, que te denuncio... ¡No te lo comas que puede ser mi pez!

La abuela, el Municipal y yo nos habíamos sentamos a comer mientras la Cotilla seguía soltando palique. Pero cuando la fuente de los pescados se fue vaciando, se sentó y comió a dos carrillos hasta que no quedó nada - ¡Egoístas! Queríais dejarme sin nada. Y tú, Bedulio, que sepas que te pondré una denuncia como un piano.

Cuando nos sentamos a tomar café, la vecina se asomó a la pila bautismal que la abuela había tapado con un tapete de ganchillo. - "¿No quieres chinchón?" - Voy a velar al pobre pez - "Queda muy poco y somos uno más... Lo mismo te quedas sin." - ¡Pónme a mí primero que éste ha llegado el último!

viernes, 4 de octubre de 2013

- "¡Ay lo que me ha pasadooooooooooooooo! Un poco más y no lo cuentoooooooo" - ¿De dónde vienes con el pelo mojado tan temprano? - "De la piscina" - ¿Has comprado ensaimadas de camino? - "Si le tienes tanto cariño a tu estómago ¡ves tú! Por poco te quedas sin abuela y solamente piensas en ti ¡Egoísta! No sé a quién sales"

Cuando está así, lo mejor es cerrar la boca y esperar a que amaine el temporal. Así que me senté a la mesa de la cocina a esperar... que me pusiera el cola cao y el pan tostado. No hay que perder las buenas costumbres. Mientras, la abuela iba sacando de una bolsa, el bañador, el gorro, la toalla, una bolsita de plástico que acercó, velozmente, a la pila bautismal. - ¿Qué metes ahí?... ¿Es Pascualita?... ¡Te has llevado a la sirena a una piscina de agua dulce! - "Sí. Quería que hiciera ejercicio para perder grasa" - ¡¿Pero cómo se te ocurre?! - "Me ha venido la idea de repente. ¿No me digas que no es buena?" - Si el agua fuese de mar, sí. ¿A ver cómo está? - "No. Déjala tranquila un rato. Que descanse... ¿Te preparo un cola cao?" - ¡Abuelaaaaaaa!

Pascualita estaba blanco-amarillenta (su color natural pero acentuado) ¡una ahogada, vamos! Y yacía lacia en el fondo de la pila bautismal. El corazón me dio un vuelco. - ¿Está...? - "¡Nooooo! Ya sabes que le gusta hacer comedia... Toma, pan tostado ¿a qué huele bien?" - Divinamente.

Antes de que llegara la Cotilla, quise aclarar lo de Pascualita. - "Era tan temprano que solamente éramos dos personas nadando en la piscina. Y decidí soltar a la sirena para que disfrutara con tanta agua a su disposición. Inmediatamente se fue al fondo. ¿Quieres creer que me emocioné? Pensé que le tiraban las profundidades y no hice caso. Como tenía toda una calle para mí, quise perfeccionar la natación de espaldas. Así puedo mover los brazos a placer sin arrear tortazos a mis vecinos" - Te he dicho mil veces que los brazos van junto a la cabeza - "Lo hago, pero junto a la cabeza del de al lado y ya me han llamado varias veces la atención ¡menudas tortas reparto!

"Cuando me he cansado he ido a por Pascualita y... estaba en el fondo, sin moverse. ¡Y he tenido que bucear! No podía llamar al socorrista. Por más que intentaba hundirme, el culo se iba hacia arriba. Así que he salido del agua, he cogido la maleta de la otra nadadora, la he abrazado y me he tirado hasta el fondo. Me ha costado coger a Pascualita porque apenas veía. Y he salido porque el socorrista me ha sacado de los pelos aunque, para compensar, luego me ha hecho el boca a boca... ¡Y la loca de la maleta me ha vuelto a tirar al agua! ¡Se había enfadado la tía!"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! ¡mirad, he comprado un pececillo rojo! ¿Lo meto en la pecera? - ¡No! en la pila...estoooooo... Métalo ahí, que hay más agua. - Antes de comer, la abuela me guiñó un ojo y me faltó tiempo para acercarme a la pila bautismal. Pascualita nadaba lentamente mientras una pequeña escama flotaba entre dos agua. ¡Había vuelto a la vida!

jueves, 3 de octubre de 2013

"He tenido un sueño... ¿o no lo ha sido?" - ¿Salía yo, abuela? - "He dicho que he tenido un sueño, no una pesadilla... Salía Mateo" - ¿Mateo? - "El alcalde. Me gustaría haberlo compartido con él" - ¡Huy, como se entere Andresito!

Pascualita asomó la cabeza sobre la pila bautismal. La hora del desayuno era sagrada para ella. Creo que tiene un reloj biológico que le dice cuando tiene que venir a la mesa y dejarse mimar por nosotras... Pero hoy no ha saltado. - ¿Qué le pasa a ésta? - "No se puede mover. Está echa un tonel después del azúcar que comió ayer" - La sirena hacía esfuerzos para tomar impulso pero el sobrepeso no se lo permitía. - ¡Está hecha un tonel y la culpa es tuya! - "¡Ooooooooooh, habló Pepa, la lista¡" - Imagínate que vuelve así a su hábitat ¡No duraría un segundo dentro del agua! La hemos convertido en un bocado apetecible a los ojos de cualquier pez. - "Eso no pasará porque no va a salir de casa"

Sonó el timbre de la puerta. Era el señor Li que venía a enseñarle unos tocados a la abuela - Hola. Tlaer a mí estos tocadoles (¿?) y yo pensal: la abuela necesital pala boda. Tu plobal y yo espelal ¿sí? - Abuela ¡ni se te ocurra llevar alguno de estos bodrios! - No bodlios, Nieta, sel tocadoles. -

Con cualquiera de los modelos que trajo, la abuela parecía un loro pero, como no sabe decir que no a nadie, salvo a mí, se los fue probando tranquilamente mientras Pascualita seguía con su afán de impulsarse hacia la mesa donde estaban nuestros desayunos. Para tener distraído al señor Li, reanudé la conversación que teníamos antes de que llegara - ¿Qué hacía el Alcalde en tu sueño? - "Inauguraba un tranvía. ¡Imagínate que cosa más bonita! volvían a Palma después de muchos años" - Entonces, sí que ha sido un sueño.

El señor Le, se acercó a curiosear la pila bautismal - Hasel luido agua. - Le falla el termostato. - ¡Y entonces la vio! - ¡¡¡Ooooooooohhhhhhhhhhhh sel cliadelo de gambas goldaaaaaaasssssss!!!
- ¡Esa gamba no es de verdad. Es un muñeco a pilas! - ¡¡¡Yo comel, yo comel!!! - ¡¡¡Que no, coñe. Pare ya!!! - El señor Li pierde el oremus, la verguenza, la educación milenaria ¡todo! delante de una gamba gorda
y si no hacía nada, se comería a Pascualita antes de decir amén. - ¡Que es un tamagochi, hombre! - ¿Japonés? El chino se había parado en seco - Pues... sí... - ¡Bah, polquelía! Yo ilme. Estal enfadado.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! He encontrado al señor Li en la escalera. Iba hecho una fiera y ni se ha enterado cuando le he quitado la cartera - ¡¡¡Cotilla!!! creerá que hemos sido nosotras. - Esa es la idea... ¿qué comemos hoy? - "Lo que quieras. Invitas tú con el dinero del señor Li" - ¡¡¡Abuela!!! - "¿Qué pasa? ¿no quieres comer?" - Pues sí.

miércoles, 2 de octubre de 2013

La abuela ha salido hecha un pincel de casa. Pantalón pirata, camiseta de tirantes, abarcas, sombrero de paja con una cinta verde donde pone !CRIDA! y una mochila a la espalda con toalla, cremas contra el sol, bocadillo, agua, un libro, un transistor y en la mano, una sombrilla plegada. - ¿Te vas al fin del mundo? - "Me voy a la playa, boba de Coria" - ¡Si estamos en otoño! ¿no has visto cómo caen las hojas? - "Lo que he visto es que he tenido que quitar el edredón de mi cama. ¡Que calor!"

Me he quedado muerta de envidia pero ¿alguien tiene que trabajar para levantar el País, no? ¡¿Por qué tengo que ser yo?!... Llamaré al trabajo fingiendo la voz y diré que estoy enferma jejejejeje... ¡Maldita sea. Me han reconocido! Si no estoy allí en cinco minutos, darán mi puesto a otra. Y la cola del paro es laaaaaaarga e inhóspita, me han dicho ¡Jopé!

He pasado a ver a Pascualita ¡y no estaba! Dichosa abuela. Se la ha llevado a la playa y lo más normal es que la pierda... ¡Vaya, por Dios! Ni siquiera he podido despedirme de la sirena... ¡Aaaaaayyyy, que mañana llevo!

Al volver a casa olía a gloria - ¡Estofado de albóndigas! ¿verdad, abuela? - "No. Lomo al horno. Que taruga eres, hija" - Debe fallarme el olfato, cada vez acierto menos, en cambio la Cotilla no falla. - ¿Qué ha pasado con Pascualita? - "¿Qué ha pasado?" - Yo he preguntado primero. - "Pero como no sé de qué hablas..." - ¿La has perdido en la playa? - "No me la he llevado porque el bote que usa ahora es muy pesado para mí" - ¿Se notan los años, eh? - "Pues empiezas pronto" - ¡Digo los tuyos! - "A los míos los dejas en paz... Bueno ¿dónde está?"

Si ninguna de las dos la tenía y no estaba en su milenaria pila bautismal ¿dónde estaba Pascualita? Ambas miramos a Pepe, muy serias. Pero él ha seguido con su mutismo de siempre. A veces me saca de quicio tanta prudencia. - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! ¡Hummm... lomo al horno!... ¿qué buscáis? - "Estooooooo... ejem..." - ¡Se me ha caído una lentilla! - Tu abuela chochea más cada día... ¿Desde cuando llevas lentillas? - ¡Uf! hace la tira de años. - No me había enterado - ¡Ya es raro!

Durante la comida la abuela no estuvo especialmente amable con la Cotilla, pero la sangre no llegó al río. Después pasamos a la salita a tomar el café. La vecina estaba de lo más dicharachera mientras nosotras, preocupadas por Pascualita, a penas la escuchábamos - ¡Niña ¿y el azúcar? - ¡Eh!... en la cocina. Vaya usted a buscarlo. - ¿Yoooooooooo? ¿Encima que vengo a comer quieres que trabaje? - Pero no le quedó otra porque la abuela y yo no nos movimos. - ¡Haz favores para esto! - De la cocina nos llegó un grito espeluznante - ¡¡¡Pascualita!!! - pensamos.

La Cotilla gritaba, el azúcar estaba derramado sobre la mesa y algo parecido a un pequeño balón de rubby, blanco, intentaba reptar sin conseguirlo después de haberse pasado la mañana encerrada en el azucarero y comerse la mitad del azúcar. - ¡¡¡Es él. Y más feo que cuando vivíaaaaaaa!!! - ¿Quién? - ¡¡¡Tu puñetero abuelitooooooo!!!


martes, 1 de octubre de 2013

"¡¡¡Que Santa Lucía les conserve el oído porque la vista ya la tienen perdida!!! Dicen los Pinochos que éramos pocos en la manifestación ¿Pocos? ¿Nos contaron uno a uno?" - La abuela está que trina. Es como un león en celo enjaulado. Y grita - "¡¡¡Voy a ir allí y les cantaré las cuarenta!!!"  - No sé donde es "allí" aunque me lo imagino pero  no quiero preguntar para no echar más leña al fuego.

También murmura entre dientes - "Que avergonzados deben estar los que fueron sus maestros ¡Más orejas de burro tendrían que haberles puesto!" - Abuela, no bebas más café que pareces una olla exprés apunto de estallar. - A Pascualita la ha puesto histérica porque le ha dado un poco de café de cada taza que se ha bebido, más algunas gotas del chichón que ha tomado entre medias. ¡Que mañana me están dando las dos!

He intentado quitarle la camiseta verde a la sirena para que nade libremente y por poco me arranca un botón de la blusa ¡Menos mal que ha errado el mordisco" - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaa! ¿O habéis enterado? - "Sí, hija. Que éramos pocos y esta vez no parió la abuela" - ¿No me digas que estás embarazada? Que mal repartido está el mundo ¡Te darán Cabrera!... ¿Seguro que es de Andresito? - La abuela me miró, perpleja - "Luego dices que es a mi a quién sienta mal la bebida" - ¿Pero no acabas de decir... ? (titubeó la Cotilla) Ah, ya entiendo. Otra vez tienes la cabeza pallá. - "Pallá la tendrá tu padre... ¿No estabas hablando de lo que han dicho los Pinochos sobre la Manifestación del domingo?" - ¿Yooooooooo? No me hables de eso. ¡Ni un euro gané esa tarde gracias a vosotras!  Y eso que hubiese podido sacarme una pasta, que buena falta me hará como caiga enferma y se entere la Ministra Mato. ¡Me mata si me obliga a pagar las medicinas la tía esta!... Es que han encontrado a un hombre en un congelador. - "¿Qué hacía allí?" - Estaba troceado. - ¡Jesús! ¿Usted no habrá tenido nada qué ver, verdad? - Pues no lo sé... No hace mucho cené en una de las fincas de esa calle... ¡Mirad, sale la foto del descuartizador, en la tele! ¡Uf! no le conozco... Menos mal porque estuvo todo muy rico. - ¡Ay, Cotilla. Cállese!