miércoles, 23 de octubre de 2013

Después del desayuno, la abuela ha tirado el periódico sobre la mesa de la cocina y ha salido a la calle como si fuera a apagar un incendio - ¡¿A dónde vas?!

Pascualita ha saltado desde la pila bautismal. No me fío de este bicho. Pero solo quería comerse todas las migas que había en la mesa. Luego se ha metido de cabeza en las tazas del desayuno para rebañarlas bien. He dejado que lo hiciera jejejejejeje porque, mientras la abuela practica con ella la Operación reducción michelines, yo ayudo a la sirena en la contra operación: Inflar michelines.

Una vez que ha acabado con todo me ha mirado como solo ella sabe hacerlo: poniéndome la piel de gallina. Es como si evaluara si me come o no. Antes de que se decidiera le he dado una loncha de jamón serrano que se ha tragado en un abrir y cerrar de ojos. ¡Está enferma! Se está convirtiendo en un pozo sin fondo.

Antes de que se abriera la puerta de la calle,  ha comido galletas, más jamón, chocolate, kellops, pan con aceite y finalmente, un poco del potaje de judías que quedó de ayer ¡La abuela me va a matar! En cuanto me di cuenta de que era ella la que llegaba, le di un manotazo a Pascualita lanzándola de cabeza a la pila románica. Ya vamos teniendo arte en esta modalidad "deportiva"

La abuela venía sudorosa: - "¡Por fin lo he encontrado! He dado muchas vueltas por la ciudad pero me he salido con la mía" - ¿Que buscabas? - "A Matas" - ¿El ex presidente? ¿Para qué? - "Para pasarle por la chepa la Primitiva, el Euromillón, la Quiniela, el cupón de la Once y el décimo de Lotería Nacional. Es el tío con más suerte que he conocido. Ha pasado de tener una fianza de 3.000.000 millones de euros a ¡nada!. Otros, en cambio, Prinssesa incluída, están en la trena. Ya lo decía mi padre. ¡Hay que tener padrinos hasta en el infierno!" - ¿Crees que los tiene?

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaa! ¿Por qué haces ese ruido? (la Cotilla, me miró con cara de pocos amigos) - El sonotone no le funciona. - ¡Ya estás faltándome! - "También oigo un ruido raro" - Pero no lo hago yo... - Presté atención - ¡Viene de la cocina! ¿Te has dejado la exprés al fuego? - "No... Que raro" - Solo pueden ser dos cosas (dijo la Cotilla): que a tu primer marido le ha dado por cantar o cantos de sirena. - La abuela y yo dimos un respingo. ¿Ese bicho canta? me pregunté. Por lo menos tienen esa fama aunque en los dos años que lleva con nosotras no la habíamos oído nunca. Miré a Pepe. Tal vez él supiera algo... pero es tan discreto- ¡Será el abuelito! (solté, rápida) mientras la Cotilla salía a escape hacia la puerta de la calle - ¡Hoy como arribaaaaaaaaa!

Mientras saboreábamos una copita de chinchón, escuchamos cantar a Pascualita. Su voz melodiosa, un poco chirriante para mi gusto, nos envolvía y de vez en cuando, asomaba la cabeza mostrándonos sus dientecitos de tiburón en una escalofriante sonrisa. - ¿Nos quiere comer, abuela?

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