domingo, 30 de abril de 2023

¡Salimos en el periódico!

 He comprado el periódico al hombre que se pone los fines de semana a la puerta de la pastelería donde compro las ensaimadas domingueras. No lo miré de frente... ¿Y si había una foto mía en el diaro?

- Buenos díaaaaas... tengo que decirle que no la han sacado muy favorecida. Sale en la página de Sucesos. - ¿Habla conmigo? (me tapé la cara con la carterita de mano) - Me miró asombrado. - ¡Pues sí que se le han subido rápidos los humos! Ni que fuera usted la Marquesa de ca na Pardala.

Pagué y entré en el horno: - Hola, nena ¿verdad que eres tú la de la foto del periódico?. Tu has salido fea pero el muñeco, ¡madre mía! parece el hijo de Frankestein...! En fin, ¿qué te pongo?...

Lleguè a casa sudorosa. Abrí el periódico por la página indicada y ¡ahí estábamos Pascualita y yo en primer plano junto a lo que parecía un trozo de la cabeza atacada.

La foto la hizo la pareja del pelón ¡la madre que la parió! Pascualita no se sabía lo que era, afortunadamente, su hermosa cola de sardina no asomaba fuera del termo de los chinos. Yo parecía la madre de Fu Man Chu hasta arriba de opio, intentado arrancar a la sirena de la cabeza monda y lironda.

Solo espero que la abuela no haya visto el periódico.

Sonó el teléfono. No lo cogí. Así hasta tres veces.. Poco después el rolls royce aparcó en la parada del bus y se organizó un concierto de pitos. Y antes de que pudiera largarme de casa, la abuela entró, triunfante, llave en mano. 

- "¡¡¡¿QUÉ LE HAS ECHO A PASCUALITA, BOBA DE CORIA?!!!

sábado, 29 de abril de 2023

¡Se quedó con su cara el muy jodío!

 - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaa! ¡Uf, que calores hace hoy! Vengo empapada en sudor... lástima que no sea en chinchón jejeje. - V muy cargada, Cotilla - He aprovechado que el cura de una de las iglesias donde "límpio" sus cepillos no aguanta el calor y ha ido en busca de aire al claustro, y me he abastecido de velas, velitas y velones. - Mire que le gusta llevarse lo que no es suyo. - ¿Qué insinúas? - Afirmo, Cotilla. - ¿Me estás llamando ...? - ¿Ladrona? ¡Nooooooo! 

Más tarde, estando yo en la salita con la tele encendida, más que nada por escuchar voces humanas, entró la vecina dispuesta a montar un Altar a los Amigos de lo Ajeno.

- ¡¡¡Ni hablar del peluquín!!! (dije, airada, viendo su intención) - Los tengo un poco abandonados a los pobres, sobretodo a mi gurú Bárcenas y ahora que tengo las velas aprovecharé...

¿La Cotilla tiene orejas? Dos, las he visto pero deben ser de la tienda de los chinos del señor Li porque solo le sirven para oír lo que le conviene por más que me desgañite diciendo que NO. 

En un periquete estuvo montado el altar y las velas encendidas ¡Ahora sí que hacía calor! - ¡Apague eso, tía loca, que me va a quemar la casa!. - Así vendrán los bomberos buenorros, a ver si por fin haces el dichoso bisnieto de tu abuela, coñe.

Por inercia miré la pantalla de la tele y el calor que tenía se convirtió en frío. Helada quedé al ver en pantalla la cabeza monda y lironda del individuo que fue atacado por Pascualita durante el dichoso paseo por Palma. El tío daba pelos y señales de la cara de la sirena. ¡Menos mal  que solo le había visto unos segundos!

viernes, 28 de abril de 2023

De paseo con la sirena y Pepe.

- ¿En qué estaría yo pensando cuando se me ocurrió sacar a pasear a Pascualita y a Pepe el jibarizado? Supongo que la loca primavera me ha alborotado el cerebro. La cuestión es que, con la sirena en el termo de los chinos y la cabeza hueca haciendo sus funciones de llavero, salí a la calle sin encomendarme ni a Dios ni al Diablo. 

Menos mal que a Pepe solo lo oye una servidora porque estaba tan emocionado que se pasó todo el tiempo lanzando sus famosos OOOOOOOOOOOOOOOOO, cada vez más fuerte. 

Como no podía ser de otro modo Pascualita se cansó de oirlo e hizo amago de saltar a por el jibarizado. - ¡Quieta, guapa!,,, y perdón por lo de guapa jajajajaja - Pasó una pareja por mi lado, se me quedaron mirando y reanudaron la marcha comentando ella: - He ganado la apuesta ¡va hablando sola! ¡Que va! debe llevar un móvil de alta generación ¡Te digo que no! Vamos a preguntarle. ¿Tendrás cara? 

El caso es que me pararon y yo, ni corta ni perezosa, dije: ni hablo sola ni tengo un súper móvil ¡Soy ventrílocua! - ¿Y el muñeco? (preguntó el quisquilloso dándoselas de entendido) - Muñecos (le rectifiqué) - Y en un alarde de locura señalé la cabeza jibarizada y la cara de Pascualita. - ¡¡¡Aaayyy que cosa más fea, coñe!!!. (dijo él dando un paso atrás, asustado) 

Segundos después había cambiado su pelazo por un cráneo mondo y lirondo.

Antes de que les diera tiempo a discurrir qué les había pasado, nosotros ya estábamos llegando a casa.

 

 

 

 

 

 


jueves, 27 de abril de 2023

¡Que despiste!

 Me asomo a la despensa y miro en la zona de las galletas. Es un páramo triste, desértico, donde no queda más que unas cuantas miguitas. -  Tendré que ir a la compra (me digo) - Iba a cerrar la puerta de la despensa cuando una voz airada me grita: - ¡¿Y nosotros qué?! 

Miré pero no vi a nadie: - ¿María? ¿Quely?... - Al no haber las galletas no respondieron, claro. - La voz siguió gritando: - ¡En un taper no nos ven! ¿Cómo van a comernos así?

Salí a tomar el aire al balcón. La bromita pasaba de castaño oscuro. - Taladré con la mirada a los comensales de la Santa Cena. - ¡Nuestro estómago canta! (dijeron al unísono los doce) No hemos comido NADA... ¡ojalá!

Fue el árbol de la calle quien me aclaró las cosas: - No me extrañaría que fuesen los crespells que hiciste el otro día, boba de Coria. - ¡Claro, los crespells!

Dentro de una caja de tuperware rumiaban su rabia estrellas, corazones y pececitos: - ¡Si llegas a ser más tonta no naces! Nos encierras y te olvidas de nosotros. Menuda public relations estás echa ¡Qué cruz tiene tu abuela contigo!

Sabiendo que tenían más razón que un santo, puse la caja sobre la mesa del comedor y dije: - ¡Pa luego es tarde!

Como fieras se abalanzaron cuantos personajes había en casa. El comensal de las treinta monedas de plata  me ofreció unas cuantas para quedarse la caja entera pero no nos dieron opción a regatear y allí todo el mundo comía a dos carrillos.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! ¿Que haces, desgraciada? - La Cotilla corrió a proteger la caja del taperware con su cuerpo: - ¡Tengo los crespells apalabrados para el trapicheo de ésta noche! - ¡Son mios! (grité) - Pero si no te acordabas de ellos ¡Egoista!

En el tira y afloja, los crespells cayeron al suelo. Hubo movilización general y pronto no quedó ninguno: Pompilio se llevó unos cuantos y dijo que los prefería a los calcetines ¡Toma, no! Que pillín jajajajaja.

miércoles, 26 de abril de 2023

 Esta mañana he encontrado a Pascualita en el balcón ejerciendo de directora de música mientras el árbol de la calle cantaba el Brindis de la Traviatta. He quedado admirada de lo bien que lo hacían.

Para potenciar su ordeno y mando, le di a la sirena una cañita de las de sorber refrescos. - Toma (le dije) un director de música está desnudo sin su batuta. - Luego dicen que el hábito no hace al monje pero ha sido digno de ver como ha estirado su cuerpecito blancuzco hasta adquirir un porte profesional. 

Los comensales de la Santa Cena se asomaron para ver y escuchar el "concierto" y aplaudian a rabiar. Los gorriones que pueblan el árbol trinaban al compás. De repente unos chillidos agudos pusieron el contrapunto hevi. Eran los alegres y juguetones vencejos que se unieron a la fiesta.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaa! - ¿Qué escándalo es éste, nena? - La Cotilla entró en casa arrastrando los pies. - ¡Que noche, por Dios, que noche! - Tuve un sobresalto y pregunté - ¿Loca? - ¡Loquísima, boba de Coria! No puedo con mi cuerpo - Y se fue camino de su cuarto no sin antes advertirme: - Ni se te ocurra llamarme. Ya me despertaré.

Un escalofrío recorrió mi espina dorsal poniéndome los pelos de punta. Desde lo alto de la lámpara del comedor, mi primer abuelito me miraba: - ¿Qué te preocupa, nena? - El bisnieto de la abuela... ¡Si lo tiene la Cotilla antes que yo, me quedo sin la Torre del Paseo Marítimo!

- Pero nena, si tiene cien años... - ¡Y qué! Viene de pasar una noche loca ¿no lo has oído? - ¿Tú crees qué...? - ¡¡¡Ayyyyyyy, que lo tendrá antes que yo!!! ¡La madre que la parió!

martes, 25 de abril de 2023

Música de "calle"

 - Vamos de paseo, Pascualita (dije mientras metía a la sirena en el termo de los chinos) - No tuvo tiempo para pensárselo porque la cogí de sopetón mientras dormía una de sus muchas siestas, flotando en el agua de la pila de lavar del comedor.

Era muy temprano y hacía frío. Evité acercar las manos al termo por si me ganaba un mordisco, o un buchito de agua envenenada en un ojo, de la medio sardina porque no hay nada que le de más coraje que ser despertada bruscamente.

Llevaba el termo colgado del cuello y notaba los tiritones que daba la sirena. Para calmarla, o intentarlo por lo menos, le hablé de todo lo que se me ocurría, por ejemplo de recetas de cocina, de la caza de ballenas (se puso echa una furia), de accidentes de tráfico (tampoco le gustó el tema). Es taaaaan especial la jodía.

El salir tan temprano de casa tenía un motivo: comprobar si era verdad que las calles de Palma tienen música, pero no música de tiendas sino "de calle" y para eso preferí que nada me distrajera y la única alma que encontré fue la de mi primer abuelito que, curioso, se nos juntó por el camino.

Y, de repente, pisé una baldosa y ¡oh, maravilla! sonó: ¡CLIN!

Pascualita, curiosa, empujó el tapón del termo y se asomó para no perderse el "concierto" que, a partir del primer Clin, no dejó de sonar: ¡CLIN, CLAN, CLON...!

Fue precioso. Caminé a derecha e izquierda, arriba y abajo, y la calle sonaba. Las baldosas eran enormes teclas de piano: ¡CLIN, CLAN, CLUN...!

 Pascualita movía los bracitos blancuzcos como si dirigiera una orquesta.

Mi primer abuelito estaba entusiasmado: - ¡En mis tiempos de vivo no pasaban éstas cosas! Y sin pensar que era un ser etéreo, puso los pies sobre una baldosa para hacerla sonar. Pero no le pidamos peras al olmo. Tuve que ser yo quien la pisara, disimuladamente, y él se sintió feliz.

Todo estalló como una pompa de jabón cuando la calle se llenó de zapatillas, despertadores, incluso un orinal lleno salió despedido por una ventana: - ¡¡¡ GILIPICHIIIIIIIIIS, ASI TE CAIGA ENCIMA UN PIANO DE COLAAAAAAAAAAAA!!!. Fue un grito unánime pero no el único.

domingo, 23 de abril de 2023

Pereza.

 En el árbol de la calle ha estallado la primavera. Los nidos de los gorriones se han llenado de huevecitos listos para ser incubados. Continuamente se escuchan peleas conyugales en las que, ni me meto ni me meteré - Porque no nos incumben, nena y menos a ti que no tienes ni idea de lo que es eso  (me avisó el árbol) - Ni tampoco a mi y eso que no les cobro el alquiler. - En el fondo eres un romántico.

Los nervios de los pájaros están a flor de piel mientras acondicionan los nidos y empiezan a turnarse para empollar la nidada.

Pascualita y yo nos pasamos las horas muertas en el balcón porque no queremos perdernos la rotura de los cascarones. A veces las discusiones suben de tono, entonces Pascualita muestra sus dientecitos de tiburón y ante la duda de si es una amenaza o una broma, se callan y bajan el tono. Pero se les ve estresados. Y eso me ha echo pensar que, algún día, puede ocurrirme a mi si me sale un novio y me da mucha pereza.

En esas estaba cuando llegó mi primer abuelito, elegantisimo con un sudario en blanco y negro y lleno de lucecitas de colores. - Pascualita me ha pedido que te haga una traducción de sus palabras... Dice que no eres más tonta porque no te entrenas. Ella ha colocado miles de piedras en el fondo del marcada vez que encontraba pareja. Son millones los alevines de sirena que ha parido a lo largo de su vida y nunca se cansó de montar su hogar en el fondo del mar.

- Todo eso está muy bien y es muy bonito pero pregúntale si era mileurista entonces... ¿No? Pues dile que se de un punto en la boca que no está el horno para bollos!

sábado, 22 de abril de 2023

 Los policías municipales patrullan el barrio de la mañana a la noche ¿Por qué? Pues no se sabe porque no sueltan prenda.

Ante tanto misterio me he paseado tropecientas veces delante de ellos ¡Ordenes de la abuela! - "Mira a ver si pillas alguno que te haga a mi bisnieto, coñe" - He visto unos cuantos que están de toma pan y moja pero , por más que me exhibí, no saltó la liebre. Finalmente fue Bedulio quién vino a mi con cara de pocos amigos. - Si no dejas de hacer el indio delante de mis hombres... - ¡¿Tus hombres?! ... ¡Acaparador! Unos tanto y otra tan poco. - Te voy a poner una multa que te dejará el bolsillo tieso si no los dejas en paz.

No es raro que no tenga un bisnieto para la abuela, si es que no me lo ponen fácil.

De repente parece que la estrategia a cambiado y los que antes no me miraban a la cara ahora me sonríen ¡Bedulio incluído! ¿Habrán escuchado mi queja los dioses de Egipto?

Hoy han venido cuatro municipales a casa ¡cuatro! Por poco me desmayo al abrir la puerta.  Han sido tan amables que, finalmente, me resultaban empalagosos. De repente uno de ellos preguntó: - ¿Podemos ver tu habitación, nena? - ¡Glub! ¿Había oído bien?... ¿Dije que SI? - El caso es que irrumpieron en mi habitación y poco después salieron con caras de decepción y se fueron con viento fresco.

- ¿Qué ha pasado? (lancé la pregunta al aire) - ¿dónde? ¿cómo? ¿cuándo? ¿por qué? (fueron las contestaciones que recibí de mis personajes. ¡Anda que..!

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaa! - Hola, Cotilla ¿sabe qué pasa? - ¡Claro! el barrio ha sido asaltado por ladrones de calcetines que solo se han llevado uno de cada par. Por lo visto ha sido un alarde de fuerza para dar a conocer al gran público la incongruencia que significa tener que comprar un calcetín para un pie que no tienen.

Por el rabillo del ojo vi correr a Pompilio con los bracitos cargados de calcetines, que jodío.

viernes, 21 de abril de 2023

En busca de atasco.

Entraron como un elefante en una cacharrería en cuanto abrí la puerta. - ¡Oigan ¿a dónde van ustedes? - Los "ustedes" era un grupo de trabajadores enviados por el Presidente de la Comunidad de Propietarios para ver dónde estaba el atasco de las tuberías de la finca.

- ¿Y tienen que empezar por mi casa? - Ordenes son órdenes, señora (dijo el de la voz cantante) - Ita (dije, pillándolo en orsay) - ¿Perdón?... - SeñorITA. O sea, servidora.

- ¿La cocina, si me hace el favor? - ¿Para qué? - Tenemos que buscar dónde está el atasco, que es gordo, para luego picar, limpiar y resanar. (solo escuché la palabra PICAR) - ¿Aquí? ¿en MI CASA? ¡POST PENSAR!  (grité, acalorada) - Y me coloqué delante de la puerta dispuesta a defender la integridad de la cocina como Agustina de Aragón lo hizo con Zaragoza.

Mi defensa fue efímera porque, en cuanto uno de los obreros, moreno de verde luna, me abanicó con sus pestañas, toda mi decisión se fundió como un azucarillo en el café.

Me quedé en la salita, con la tele a tope, para no escuchar como descuartizaban el suelo. Tal vez, por eso, no me enteré cuando gritaron como posesos al encontrarse con la rata coja y su descomunal muslo que taponaba un buen trozo de tubería. Ni cuando salieron moqueando, hipando, llorando, saltando,,, etc, etc, al ser mordidos, indistintamente, por la fiera corrupia de Pascualita que, sin avisar, se lanzó a por ellos.

Ni cuando llegaron varias ambulancias con las sirenas a toda pastilla; ni cuando los sanitarios entraron en casa cargados de camillas para trasladar a los heridos...; ni cuando todos salieron por pies porque uno gritó: - ¡¡¡SOCORRO, QUE VIENE EL MONSTRUOOOOO!!!

De todo esto me enteré al día siguiente, por las vecinas: - ¿Y tú dónde estabas, boba de Coria? - En casa pero fui un momento al baño y...  

Lo principal es que Pascualita vuelve a nadar en su pila de lavar de comedor-

jueves, 20 de abril de 2023

¿Por qué la busco?... eso digo yo.

 De madrugada me ha parecido oír un ruido extraño. Algo así como ¡CROAK! y me he desvelado. - ¿Pascualita?... ¿o Pascualita?... ¿Te has comido una rana? Pues sí que están límpias las tuberías.

Me levanté y fui a la cocina. Presté atención pero solo se escuchaban los ruídos comunes de la noche; crujido de muebles, correteo de bolas de polvo, eructos de los comensales de la Santa Cena... Me apoyé en el fregadero y pregunté: - ¿Alguien ha visto a Pascualita por aquí dentro? - Silencio total hasta que, de repente alguien dijo ¡CROAK! y me agarré a esa pequeña esperanza. - Perdona pero no acabo de entenderte... ¿Hablas mallorquín por casualidad? - Idó, si.

Estuvimos un rato de cháchara antes de llegar al meollo de la cuestiòn: - ¿Dices que es una sirena, canija, más fea que Pício, con cuatro algas por pelo y de un genio endiablado? - Sí... - ¿Y la buscas? eres rara, chica.

Después hubo una asamblea entre el lúmpen de los desagües. Más tarde, cuando el sol se desperezó, llegó el veredicto: - ¡CROAK! una rata se encontró con la sirena en una tubería estrecha. Ambas tenían hambre. Ahora a la rata le falta una pata y la otra, de la que la sirena se ha comido un trozo, es descomunal y la pobre va llorando por los rincones. - Y dicho ésto, la asamblea se deshizo cuando todo el mundo salió huyendo.

Y yo me quedé junto al fregadero mientras la llamaba continuamente: - ¡PASCUALITAAAA, PASCUALITAAAA, PASCUAL... 

El desagüe se quejó pero yo seguí llamándola. También se quejó la Cotilla a la que despertaron mis gritos. - ¡¿Se puede saber qué haces, boba de Coria?! - Me pilló por sorpresa y tuve que improvisar. - Calentando la voz para cantar con el árbol de la calle... (¡vaya, me he equivocado!) - ¿Con un árbol? Anda, vamos a tomarnos un chinchón on the rocks, Luisa Fernanda...

 

 

miércoles, 19 de abril de 2023

Por el sumidero.

El celo que está pasando la sirena la tiene histérica y no hay quién la aguante. Para remate, ha dejado de comer y en dos días se ha quedado como la raspa de una sardina. Y me preocupo, claro. El caso es que no hay nada que le apetezca, ni siquiera las ensaimadas. Y ésta mañana ha pasado lo que se veía venir: se ha ido por el desagüe del fregadero.

Ha empezado el día martirizando al pobre Pepe el jibarizado al que ha mordido repetidas veces y eso que estaba sobre su estante pero Pascualita no para de saltar de la Ceca a la Meca y me resulta imosible cogerla:

- ¡Para ya, jolines! - ¿Me ha hecho caso? Más le hubiera valido.

Para intentar que comiera algo le he hecho un cola cao y le ha faltado tiempo para meterse de cabeza en la taza. La ha volcado y ha disfrutado chapoteando en la leche chocolateada.

Al intentar cogerla patinaba entre mis dedos y yo quería estrangularla. Y una de las veces, haciendo palanca, ha saltado hacia mi, me ha mordido en la nariz ¡Hay que ver el pedazo de trompa elefantina que tengo colgando en la cara! Y, al separarse de mi ha encontrado justo castigo a sus maldades: ha caído en el fregadero, el tapón ha saltado al tiempo que le gritaba a la sirena aquello de ¡ancha es Castilla! y la tiparraca ha desaparecido por el sumidero.

¿Dónde estará ahora? Me he desgañitando llamándola. Los vecinos se han quejado: - ¡Queremos oír el telediario! - El árbol de la calle ha repiqueteado en los cristales con sus ramas: - ¡Calla que estoy cantado, jodía! - Bedulio ha venido a entregarme una multa por escándalo. Al abrirle la puerta ha preguntando: - ¿Está...tu abu... abuelito prime... ro....? - ¡SI QUE ESTÁ! ¡COMO SIEMPRE! ¡CLARO QUE ESTÁ! - Y ha salido de estampida llevándose la multa.

Ahora no puedo dormir: - ¿Dónde estás, Pascualita...? zzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz...

martes, 18 de abril de 2023

Pascualita está que trina.

 Pascualita está fuera de sí porque ha tenido a mano una comida exquisita y por mi culpa, (según mi primer abuelito, la media sardina me culpa de no haber podido devorar a la tintorera de unos ¡dos metros!) se ha quedado en ayunas.

- Dice que ha sido parte de su dieta durante milenios. - ¿Siempre comiendo lo mismo? Menudo aburrimiento. - Bueno, también comían marinos que se tiraban de cabeza al mar para perseguir a las sirenas cantarinas, sin recordar que no sabían nadar. - Ay, no me lo cuentes, abuelito. Prefiero pensar que eran lindas y modosas muchachas que intentaban salvarlos.

- ¡Mira, Pascualita se parte de risa! Dice que no eres más tonta porque no te entrenas. Las sirenas cazaban y comían. Por eso existieron durante milenios. -

Desde la cocina llegó un claro OOOOOOOOOOOOOOOOOOOO lanzado por un enojado Pepe el jibarizado, a quien el abuelito también entendía y que también fue comido.- ¡No es lo mismo!. Díselo. El no se tiró al mar... - Mira que eres obtusa, nena. Hale, me voy que tengo una prueba del nuevo sudario que me hace Oscar de la Renta.

Mientras despedía a mi primer abuelito, en la tele salió, por tropecientas mil veces, el vídeo de la tintorera en la orilla del mar y la rabia de la sirena contra mi se quintuplicó. No tuve más opción que comprarle medio quilo de sardinas en el mercado de Pere Garau. Eso la calmó un poco y pude dormir la siesta con relativa tranquilidad.

lunes, 17 de abril de 2023

El amor está en el aire.

Ha quedado una deliciosa tarde de primavera después de días aguantando los vendavales de Tramuntana. Esto me ha puesto de buen humor y he decidido a salir a dar una vuelta por Palma con Pascualita en el termo de los chinos colgado de mi cuello.

El salir a la calle y el grito de los vencejos estimuló mi autoestima. Me sentí pletórica, más guapa que nadie, Miss Mallorca vamos.

Los palomos de la plaza de España iban "de pica" como hacían, hace años, los hombres que salían de noche a ligar suecas. ¡Vaya! me dije, el amor está en el aire. - Y enderecé la espalda mientras me quejaba a la sirena: - Podrías haberme mordido el tetamen y ahora presumiría de pechuga. 

Caminé sin rumbo y acabé frente al mar. Allí la sirena se revolucionó. Me costó Dios y ayuda frenarla porque algo llamó su atención y se puso fuera de sí. Saltaba sobre la primera persona que tenía a mano y luego yo tenía que arrancarla con un tirón seco. Y así una y otra vez. La gente chillaba, sangraba, quedaban pelones, con hinchazones exagerados y yo quería irme de allí por si se les ocurría lincharme.

Y así,sin darme cuenta, llegué hasta la orilla. Una ola lamió mis pies y algo me rozó. Miré y salté tan alto como pude (que fue mucho como quedó plasmado en infinidad de teléfonos móviles) porque una tintorera! o sea; ¡UN TIBURÓN MALLORQUÍN! estaba junto a mi. 

La actitud de la sirena, mostrándole su dentadura de tiburón, era agresiva ¡se lo quería comer la muy chula!

 

domingo, 16 de abril de 2023

¡Que cosas!

Vuelve a peligrar mi futuro como dueña de la Torre del Paseo Marítimo allá por el año tres mil porque a la abuela no la parte un rayo. ¡Además. está pensando en borrarme del testamento por lo del frustrado bisnieto! 

He llamado a la Momia para que me eche una mano y monte una especie de campaña electoral en su casa, dándome mucho bombo y platillo pero... no está por la labor. - Ay, nena, me pillas mal, cariño. Ahora mismo hemos terminado, los cubanitos culito-respingones y yo, la maratón de baile cubano. Si vieses como están los pobres: derrengados y tirados en el sofá. - ¿Y tú, bisabuelastra? - ¡Encantada de la vida, nena! - Entonces ¿no vas a ayudarme?. - No, pero por falta de tiempo. Mañana mismo tenemos otra maratón on line. ¡Esto es un no para, hija!

 El aroma de azahar que me llegó desde lo alto anunció la llegada de mi primer abuelito. - ¿Has oído a la bisabuelastra? - Sí. ¡Que mujer! Es digna de admirar. ¡La que va a liar cuando venga al Más Allá. Algunos preferirán mudarse al Infierno antes que aguantar tanta energía vital.

Me extrañó que llevara un sudario, de alta costura, pero usado, - Ya había visto ese sudario, abuelito. ¿Hay huelga de modistos? - Lo que pasa es que no estoy de humor para ir de estreno. Estoy enfadado contigo. - ¿Por la foto de Carlitos Gardel? No tuve la culpa. Fue el cantante quién se acercó a mi. - Lo sé. Es un Juan Lanas ¡Pero abriste la dichosa caja!... Y no es el cantante!

Voló a toda velocidad al rededor de la lámpara hasta que se mareó y cayó redondo al suelo entre las risas y los aplausos de los Comensales de la Santa Cena y del árbol de la calle.

Asombrada, exclamé: - ¡Nunca pensé que las ánimas podían marearse! jajajajajaja

Y me sumé a los aplausos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

sábado, 15 de abril de 2023

¡Uf, que enfado!

 La Cotilla entró en casa, a las tantas de la madrugada, como un elefante en una cacharrería y me despertó. Por más que conté ovejas no pude volver a dormir. Harta de dar vueltas en la cama, opté por levantarme, ir al cuarto de la Cotilla, entrar dando un patadón a la puerta gritando: - ¡Policía, manos arriba!

Reconozco que para una centenaria, podría haber sido un trauma pero no para la vecina que tiene más conchas que un galápago. - ¡Cooooñe! ¿Qué pasa? - Vengo a buscar una caja de la abuela que guarda en el cantarano. - ¿A éstas horas? (preguntó mientras se arrebujaba de nuevo entre las mantas)

Me llevé la caja a la cocina y me preparé un cola cao calentito porque la noche iba a ser larga.

Antes de acabar de removerlo ya estaba la Cotilla, envuelta en una bata llena de pagodas y dragones, china, de la tienda del señor Li - Gracias por el detalle...y se bebió MI cola cao - La cara de esta mujer es de cemento armado.

Abrí la caja y vacié su contenido sobre la mesa de la cocina. Pronto escuché a Pepe el jibarizado protestar por haberle desvelado. - OOOOOOOOOOOOOOOOOO -  Ajo y agua, pensé para mi.

Viejas fotografías desde las cuales antiguos familiares y amigos me saludaban: - ¡Huuuuy, cuánto has crecido! - Pensé que, de mayor, serías más guapetona. - ¿A quién te pareces, nena?

Una de las fotos se acercó, disimuladamente, hasta caer en mis manos ¡¡¡Y el cielo se abrió!!!

Mi primer abuelito, tronando como en una tormenta de verano, vino en vuelo rasante hacia mi y me la arrebató. La Cotilla parpadeó: - Me ha parecido ver la foto de Carlitos Gardel... Tu abuela y él tuvieron un lío tan intenso que tu abuelo se vio coronado con una hermosa cornamenta digna de un miura¡


viernes, 14 de abril de 2023

De ilusión también se vive.

Después de andar zascandileando por Palma, disfrutando de  la buena (o mala, según se mire) temperatura veraniega, me di cuenta de que alguien me estaba siguiendo.

Seguí caminando, reduciendo la velocidad de paseo al paso de oruga pero nada cambió. Pensé alborozada, que había ligado ¡por fin alguien reconocía mis méritos, belleza, son de gentes, etc. etc.! ¿Quién sería mi perseguidor? ¿un bombero de calendario? ¿un guardia municipal? ¡Ay, que nervios!

Poco después tropecé con Bedulio el Municipal y sentí un pequeño desengaño porque con él no había sorpresa... aunque el hecho de seguirme por la calle ya, de por sí, lo era. Nunca se había interesado por mi persona.

Bueno, la cuestión era que ya tenía un candidato a padre del bisnieto de la abuela ¡Yupi! (grité en medio de la calle) - ¿Te pasa algo? (dijo, alarmado) ¿No estará por aquí... tu primer... abuelito...? - No te preocupes que, al ser ya como de  la familia, no te hará nada jejejejeje - Me miró raro. - ¿Por qué no me invitas a un Laccao, Bedulio? - ¿A santo de qué? 

Ni hubo invitación ni acompañamiento hasta casa. - Pues sí que empezamos bien (me dije) 

Llegué a casa algo mohína sintiendo ya una sola mariposa en el estómago que no tardó en tomar las de Villadiego y largarse con viento fresco. Salí al balcón a contarle al árbol de la calle lo que me había pasado. - Que sepas (dijo el árbol) que el desconocido no era Bedulio sino alguien que sigue pegado a la suela de tus zapatos... ¡Tu sombra, boba de Coria!

 

jueves, 13 de abril de 2023

¿Leemos un libro?

 Cansada de coger el teléfono, que no para de sonar, y encontrarme a la abuela al otro lado con un cachondeíto fino, fino, filipino a causa del fallo que tuve al pensar que, por tener debajo de casa a bomberos y policías cachas, iba a encontrar al futuro padre de su bisnieto, he optado por no hacer caso al repiqueteo y leerles un libro, o los que haga falta, a mis personajes.

Dije: - Empezaré por Platero y yo... - ¡¿Qué yo?! (preguntaron ipso facto los comensales de la santa cena) porque nosotros somos muchos yoes. - En la portada del libro dice ésto: Platero y yo. - O sea, TÚ. (dijo el árbol de la calle con un deje de envidia cochina que tiraba para atrás) ¿Y por qué no yo? Porque la s.e.ñ.o.r.i.t.a. es humana ¡Los reyes del mambo!

Pascualita, que escuchaba como el que oye llover, de repente me lanzó un buchito de agua envenenada al ojo que le pilló más cerca. 

Por supuesto de mi boca salieron sapos y culebras, salté, lloré, moqueé, grite, bebí chinchón a morro... Ahora me queda dolor y un ojo tan grande como una pelota de tenis que amenaza con tirarse al suelo e irse botando a jugar el Roland Garros. Y todo ésto ha ocurrido por leer el título de un libro.

Por eso dicen algunos que la Cultura es muy peligrosa.

miércoles, 12 de abril de 2023

¡Fuego!

 Estaba medio traspuesta delante de la tele cuando de la calle me llegó el sonido de sirenas que terminaban bajo mi balcón. Corrí a ver qué pasaba y ¡oh, maravilla! había bomberos y municipales a punta pala, con sus casaco y uniformes, tan guapos ellos ¡y bajo mi balcón! Tanta ilusión me hizo que fui a por el móvil y luego me preparé para que me cantaran Clavelitos.

- ¡Abuela! Te voy a retransmitir en directo mi encuentro con el futuro padre de tu bisnieto ¡Y tengo dónde escoger! - "El chinchón te afecta más de lo que parece, boba de Coria" - ¡No lo he probado! Es que, sin comerlo ni beberlo, el Destino me ha mandado hombretones grandes, musculosos y guapísimos, para que yo elija. - "¿Están contigo, en tu casa?" - Debajo del bal... ¡cof, cof, cof! ... cón.

- "¿Y esa tos?" - No... ¡cof, cof, cof!... sé.

El árbol de la calle tosió, los gorriones tosieron, las hojitas tosieron y los comensales de la Santa Cena, Pompilio, las bolas de polvo, Pascualita y hasta Pepe el jibarizado a pesar de ser una cabeza hueca. Por último, la Cristalera del balcón se cerró a cal y canto dejándome fuera.

Fui a protestar pero el humo que salía del garaje de la finca me lo impidió.

Cuando abrí los ojos estaba en una ambulancia medicalizada, con una mascarilla de oxígeno puesta mientras una enfermera me decía no sé qué porque yo solo tenía una idea en la cabeza y la solté: - ¿Ya me han echo el boca a boca? Que se repita que no me he enterado.


martes, 11 de abril de 2023

¿Ahorradora?... hay que joderse.

La abuela me ha llamado cuando han llegado a  la Torre del Paso Marítimo, desde El Funeral. O sea, a las horas brujas de la noche, cuando por las calles solo pasean las almas del Purgatorio. ¿Y para qué ha tenido a bien despertarme? Para decirme: - "¿A éstas horas ya estás en la cama?" - ¡Y durmiendo!

- "A éste paso me quedo sin bisnieto. ¿Has guardado empanadas para el domingo que viene? Piensa que tenemos que ir al Castillo de Bellver a comerlas" - Que siiiiiii... - "Vale " (lo siguiente que escuché fue piiiiiiiiiiiiiiiiiiiii) - Yo me desvelé y ella se fue a dormir tan ricamente.

Clareaba el día cuando "algo helado como el dedo de la Muerte" cayó sobre mi barriga. El salto que di fue tremendo. Mi cabeza se empotró en el techo del cuarto y allí me quedé, con las piernas colgando a dos metros sobre la cama. Desde aquella altura y gracias a la luz que entraba por la ventana, divisé a Pascualia durmiendo a cola tendida, entre las sábanas.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! - ¡Cotilla, venga a mi cuarto. Corra!

Se paró en la puerta, miró y dijo: ¿Jugando al escondite, boba de Coria?

- ¡Mire al techo, coñe! - Así lo hizo y al verme pintó una sonrisa en su cara arrugada exclamando: - ¡Por fin sirves para algo! Ahora mismo voy a por una bombilla de bajo coste a la tienda del señor Li y te la pongo en la boca, ¡Ahorradora!

lunes, 10 de abril de 2023

¡Dichosa Mari Flowers!

El árbol de la calle protestaba, muy enérgico él, sobre la poca formalidad que tenía... ¿quién? Me asomé al balcón y vi que se encaraba con la hippy que gobierna el Tiempo desde hace poco: ¡La Primavera!

Tuve que darle la razón al árbol porque, doña Flowers lo tiene todo manga por hombro: ahora hace frío, ahora calor, de nuevo frío; floraciones a destiempo; brilla el sol, llueve, sol de nuevo ¡Esto es un desbarajuste! Por eso los niños de hoy en día cantan ¡Que llueva, que llueva, la Virgen de la Cueva...! como hicieron sus abuelos.

Y viendo que brillaba el sol y además es fiesta (la segunda de Pascua) salí a la calle dispuesta a disfrutar del calorcillo en compañía de Pascualita que, a duras penas, cabe en el termo de los chinos y he tenido que meterla a rosca.

Caminando por Palma el cielo se nubló y la gente que debería estar en la playa, apareció en las calles ¡y sin un guardia de tráfico que pusiera órden! 

Si hubiese podido ver el paisaje desde un dron, seríamos como hormigas camino del hormiguero siendo atacadas por abejorros cabreadísimos y con ganas de empipar al prójimo.

No hacía otra cosa que chocar con unos u otras; ¡Perdón! ¡perdón! ¡perdón! ... Luego he cambiado de táctica: chocar solo contra hombres y de perdón, nada. A ver si así lograba encontrar al candidato a padre del bisnieto de la abuela pero ¡ni por esas!

domingo, 9 de abril de 2023

Doña Rencores.

 Estaba ésta mañana, empardalada, mirando la tele cuando me pareció ver, de reojo, el lanzamiento de un misil tierra-aire desde el comedor. ¡Que susto!

Salí corriendo de la salita y a punto estuve de pisar a Pompilio el orejudo (de momento, porque sus orejas ya empiezan a menguar al irse  pasando el efecto de la saliva envenenada de la sirena)

 El pobre se quejó amargamente porque seguía si poder trabajar ya que su trabajo es un arte. Tiene que quitar un calcetín, o bien que esté puesto o metido en la lavadora, Y luego salir corriendo para que no le descubran pero, con semejantes orejas, se las pisa y ¡PATAPAM! va de cabeza al suelo.

Debería haber sido más empática con él pero me preocupaba más el asunto del misil. Miré en la pila de lavar del comedor. El agua estaba removida. Pregunté a los presentes y ni mi primer abuelito se había enterado de nada. - ¿Aquí? ¿En ésta casa?... No, nena. ¿No será cosa del chinchón? - Ahora que lo dices...aún no lo he probado hoy.

Busqué un rastro y lo encontré pasillo adelante, justo delante del cuarto de la Cotilla. La puerta estaba entornada... la abrí lentamente y ¡¡¡NOOOOOO, PASCUALITAAAAA!!!

La medio sardina salió de su escondite en plan arma de destrucción masiva después de haberse impulsado con su preciosa cola... hasta mi pecho ¡y clavó los dientes con rabia!

Ahora voy torcida ¿por qué no reparte bien sus mordiscos? 

Sé que estoy a punto del coma etílico pero puedo... ¡hip!... prometer y prometo... ¡hip!... que Pascualita no...¡hip!... no me ha pedido dis... ¡hip!... culpas por confundirme con la ... ¡hip! ... Cotilla... por lo menos podría igualarme los pechos, la muy jodía.

sábado, 8 de abril de 2023

¡Que susto!

 - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa! Nena, mira lo que he encontrado en el contenedor de papel ¡La sirenita! - Me dio un vuelco el corazón y a punto estuve de palmarla. Menos mal que me repuse enseguida porque, si me muero sin haber hecho un bisnieto para la abuela, me mata.

La Cotilla dejó el cuento sobre la mesa del comedor sin parar de hablar. - ¿Qué te parece este personaje, nena? Para mi es un absurdo porque, si pescas una sirena ¿qué parte te comes? Seguramente la parte del pescado, con mahonesa ¿Y qué hacer con el resto? ¿Se sacan bistecs de una sirena? ¿Podrían meterme en la cárcel por canibal?

- Qué cosas dice, Cotilla... - ¡Mira, de tener una a mano, podría usarla para relleno de las empanadas de carne y pescado! Al final serviría para algo. Pero tendría que estar gorda porque la del cuento no serviría ni para aperitivo ¡Está canija!

A pesar de saber que Pascualita seguía encerrada en el barco hundido, no las tenía todas conmigo porque ese bicho no es sordo... - ¿A qué sabrá? ¿A calamar? Aunque, ya puestos a pedir, la preferiría con sabor a langosta ¿Te imaginas una caldereta de sirena? 

- He traído un bote de lengua con alcaparras para comer a mediodía pero lo dejaremos para otra ocasión ¡Madre mía, que carrete tiene! (tenía que parar esa verborrea) - La culpa la tiene este absurdo cuento de un bicho que no es ni chicha ni limoná. - ¿Quiére un chinchón on the rocks, Cotilla? - Es la primera cosa coherente que has dicho desde que he llegado...






viernes, 7 de abril de 2023

La Cotilla y sus problemas.

 La Cotilla ha venido enfadada del trabajo: - Dijimos durante los meses de pandemia del covid, que saldríamos de ella siendo mejores personas. Creíamos que habíamos aprendido a respetarnos,,, ¡mentira! Pura mentira. ¡No respetamos nada!... - Póngase tranquila mujer o le dará un  jamacuco ¿Qué le ha pasado?

- He ido a mi puesto de trabajo ¡porque no soy el Rey Midas sino una pobre jubilada con una pensión con la que, apenas llego a fin de mes!.. ¡snif!... - ¿Qué puesto de trabajo? - Ay, boba de Coria, que cruz tengo contigo. ¿Acaso no voy cada día a hacer la ronda por las iglesias en las que "límpio" los cepillos? - Ah, eso... ¿y qué pasa? - Pues que las iglesias están llenas por la Semana Santa y no puedo trabajar con tranquilidad. Siempre hay alguien mirando, incluso se acercan a ver qué hago ¡Eso me ha preguntado una mujer ésta misma mañana! . ¿Y qué le ha contestado usted? - Le he gritado ¡¡¡VADE RETRO, SATANAS!!! y ha salido por pies... y yo también porque venía el cura flechado hacia mi.

La conversación le sirvió a la Cotilla de desahogo y ya más tranquila, se encerró en su cuarto a dormir un rato antes de irse a sus trapicheos. Yo aproveché para ver qué tal le iba a Pascualita. 

La sirena glotona sigue encerrada en el barco hundido. Todavía tiene varias tallas que perder y tiene el genio subido. Ahora es como un arma de destrucción masiva. Cualquiera le arrima un dedo ¡se lo come!


jueves, 6 de abril de 2023

¡YO NO HE SIDO!

Del kilo que he hecho de crespells ya no queda nada y solo me he comido tres o cuatro.

He puesto firmes a todo el mundo porque ¡yo no he sido! ¿quién se ha comido todo lo que falta? La respuesta ha sido: ¡A mi no me mires

Pepe el jibarizado ha dicho que ha intentado comer una empanada sin acordarse de que es solo una cabeza con la boca cosida. Además, si pudieses abrir la boca, la comida caería al suelo ¡y ya son ganas de desperdiciarla! - No le ha gustado mucho mi reflexión pero es lo que hay.

Los comensales de la Santa Cena no han sido porque no apartan los ojos de la tele donde pasan las procesiones y ellos están representados en algunos pasos. Por eso tienen un disgusto que les ha cerrado el estómago y no les entra nada. - ¡No nos parecemos ni en el blanco de los ojos! (han dicho)

Seguí con mis interrogatorios buscando al "culpable" del robo hasta que: - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaa! - ¡Claro! tiene que haber sido la Cotilla que se ha llevado las delicias Pascuales para trapichear con ellas.

Pero no... porque segundos después la oí gritar: - ¡¿Quién ha sido la cretina, boba de Coria?!

Estrellas y corazones riquísimos ¡flotaban y se deshacían en el agua de mar! de la pila de lavar del comedor! Pascualita, la ansiosa sirena de las narices, había arramblado con todo y llevado a su guarida. Pero en el pecado llevo la penitencia. Se encerró en el barco hundido para comer a dos carrillos y ahora no puede salir de allí porque no pasa por la puerta. - Pues, ajo y agua (le grité) y me preparé para inventar una excusa creible de cómo llegaron aquellos crespells  a estar flotando en la pila de lavar.

miércoles, 5 de abril de 2023

¡Que genio tiene la medio sardina!


Hoy toca hacer empandas y la experiencia me dice que Pascualta debe estar lo más lejos posible de la cocina. 

Por otro lado ella es la portadora de las recetas clásicas mallorquinas de Semana Santa, porque tiene una memoria de mamut, que era el bicho más parecido al elefante actual del que tengo conocimiento. Y porque el cuaderno donde, hace años apunté las recetas de la abuela, está tan lleno de manchas de manteca que apenas se lee lo que pone.

Tuve que recurrir, una vez más, a mi primer abuelito para convencer a la medio sardina que me ayudara a recordar pesos, medidas e ingredientes. Contra todo pronóstico, no  opuso resistencia y saltó de la pila de lavar del comedor al suelo. Desde allí reptó hasta la cocina y se empeñó en que la subiera al frutero. 

Habló el abuelito: - Para hacer empanadas hay que poner en un bol... - Primero haremos crespells (dije) - ¡Vale! Me encantan (mi primer abuelito estaba eufórico) - Si no puedes comerlos. Eres una ánima venida del Más Allá - ¿Qué tendrá que ver la velocidad con el tocino, nena? Me gustan los crespells y pienso ponerme como el Quico de ellos. ¡Venga, vamos a empezar, Pascualita!... ¿Cómo que no?... dice que solo dictará la receta de empanadas ¡Pero yo quiero crespells!

Una rama del árbol de la calle se asomó a la ventana de la cocina para meter las narices donde no la llamaban: - Donde se ponga una empanada de cordero y guisantes todo lo demás sobra. - Habló el sabio Salomón (dije con impaciencia) ¡Empecemos ya!

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaa! ¿Vas a hacer crespells, nena? - ¡Estoy en ello! - Rápidamente escondí a la sirena en mi escote esperando que no se enfadar mucho y se liara a mordiscos conmigo porque la tía se había emperrado en hacer empanadas.

Poco a poco fui recordando los ingredientes de los crespells que incorporé al bol. Eso despertó la ira de la sirena que saltó dentro de la masa, líquida todavía, esparciéndola por toda la cocina. Al final yo no veía nada: - ¡¡¡BASTAAAAAAAAAAAAA!!! Haré torrijas y santas Pascuas

llevo tres hora buscando a la dichos sirena. Cuando la encuentre la rebozaré con huevo y azúcar con canela ¡Hale!

martes, 4 de abril de 2023

Idea de Pepe el jibarizado.

Ahora, además del peculiar saludo de la Cotilla cuando llega a casa, hay un nuevo "grito" para avisar que llega Pompilio. Se le ocurrió a Pepe el jibarizado que, pese a ser una cabeza hueca, la pensó y nos lo hizo saber.

De la cocina llegó su voz - OOOOOOOOOOOOOOOO - y como siempre, pasé de ella hasta que recordé la queja que me había echo sobre que no le hacia ni caso a lo que decía pese a tener razón ¿Pero qué voy a escuchar de un cascarón vacío reconvertido en llavero? ¿Acaso soy tonta? A ésta pregunta solo puedo contestar con mi abogado (si lo tuviera) delante.

Así que ésta vez presté atención. Sí, era el OOOOOOOOOOOOOO de costumbre y hasta que no apareció mi primer abuelito no entendí nada. 

El ánima de mi querido abuelito llegó envuelta en el sonido estridente de tambores y trompetas marcando el paso a los penitentes y sus caperuzas puntiagudas, que para eso estamos en Semana Santa. El nuevo sudario cantaba saetas y tiraba confites gordos que ponían en peligro mi integridad física.

Cuando acabó la exhibición, el abuelito tradujo a Pepe: - Dice que cuando veamos a Pompilio aparecer con su nuevo aspecto, digamos: - ¡Hallegadoelorejudoooooooooooooooooooo! - ¡Que buena idea! (exclamé) - Y quedó institucionalizado el nuevo saludo.

 

lunes, 3 de abril de 2023

¡LA ENCONTRÉ!

Pascualita sigue sin aparecer. Ya no sé dónde mirar. Además, parece que todo el mundo estaba despistado. - Tenía dolor de cabeza (dijo el árbol de la calle) - Nosotros estamos a lo nuestro (contestó así a mi pregunta el portavoz de los comensales de la Santa Cena que ésta semana están muy ajetreados recordando otros tiempos)

Tampoco Pepe el jibarizado se enteró de nada pero se le notaba enfadado porque dijo: -  OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO (algo así como ¡para el caso que me hacéis!)

Ni siquiera las bolas de polvo que andan por toda la casa vieron nada. - ¡Me parece imposible que nadie la viera!

Llamó la abuela: - "¿Se ha perdido Pascualita?" - ¡Cómo lo sabes! - "Porque no nací ayer.  Cuando tú vas yo vengo. Y a quién Dios se la dé, San Pedro se la bendiga" - Y se quedó tan pancha.

Tengo a mi neurona protestando, con pancarta y todo, por el mal trato que, dice, le doy. Es doña remilgos aunque tenga algo de razón porque la he puesto a pensar un montón de horas, haciendo repaso de quienes y cuántos somos en ésta locura de casa. Al final ha salido la cuenta: tropecientos setenta y siete... ¿Y a quién no he podido preguntar porque no lo he visto?... Buena pregunta... (piensa que te piensa...)

¡Por fin di en el clavo! O mejor dicho ¡en el calcetín! A Pascualita se la llevó Pompilio a su guarida calcetinera. Inmediatamente puse a la escoba a trabajar y, entre toda la morralla que sacó de los más recónditos rincones, salieron calcetines ¡y Pascualita! Por cierto, más cabreada que un mono, lanzando mordiscos a diestro y siniestro.

Según me contó mi primer abuelito que habla con ella por telepatía, Pompilio, creyendo que la cola de sardina era un calcetín moderno, intentó arrancárselo a tirones, luego la arrastró hasta su escondrijo para trabajar con más calma... hasta que a la sirena le aburrió el juego y le arreó mordiscos en las orejas. Ahora son tres veces más grandes que el duende que lleva arrastrándolas desde entonces. ¡Cómo lloraba el pobre!: - ¡La de calcetines que no podré recoger por culpa de los orejones... ¡snif!... ¡BUAAAAAAAAAAAAAA!

domingo, 2 de abril de 2023

Dichosa familia...

¡Ya no puedo más! por eso hoy he llamado al abuelito para pedir asilo familiar para mi. La música pegadiza se ha infiltrado a través de ¡vaya usted a saber por dónde! a todos los habitantes de mi casa y bailamos todo el día. Y para remate, Pascualita ha desaparecido.

Al principio pensé que, desesperada, se había tirado por el balcón. Bajé a la calle buscando el cadáver de la media sardina y no lo encontré. Pregunté al árbol de la calle si había presenciado un sirenocidio 

. - ¡No, boba de Coria pero, como no hagas callar esa música machacona que nos lleva p'alanate y p'atras, puede que haya un arboricidio porque no aguanto más.

Corrí a teléfono. Se puso Geooooorge: - ¿Yes? - Que se ponga mi abuelito, o la abuela, - No poder... decirme que no estar. - ¡Inglés, for your mather, que se pongan! - Ellos decir que... - Como tenga que venir a la Torre del Paseo Marítimo ¡harás palmas con las orejas!

Finalmente se puso Andresito: - ¡Hola, nena!... ¿Pasa algoooo...? - ¡Si que pasa! ¡Llévate a tu madre y a sus cubanitos! ¡No aguanto más!

El teléfono pasó de mano en mano y se puso la abuela. - "¿Tú quiéres la Torre del Paseo Marítimo el día de mañana?... ¿Sí? pues ¡¡¡AJO Y AGUA!!!" (y colgó dejándome con la palabra en la boca)

Afortunadamente, con el buen tiempo llegan las verbenas de los pueblos y a la Cotilla le faltó tiempo para apuntar a la Momia y al trío sandunguero, para que actuasen en todas ellas. - Sacaremos unos eurillos y yo podré volver a mi cuarto. - No se haga ilusiones, la bisabuelastra querrá dormir en su cama, - Estarán tan cansados que dormirían hasta en el palo de un gallinero... y ¿qué es eso de SU CAMA?

sábado, 1 de abril de 2023

Desvelada.

La Cotilla hizo de tripas, corazón y aceptó dormir en el sofá de la salita mientras la bisabuelastra y los cubanitos culito.respingones estén en casa. Pero se ve que lo dijo con la boca pequeña porque esta madrugada, al volver de sus trapicheos ¡se ha metido en mi cama!

Ha puesto sus pies helados sobre los míos y del susto he saltado hasta la lámpara del techo y ahora tengo un chichón espectacular, en la frente. Todo esto ha provocado las risas de mi primer abuelito que, en ese momento, disfrutaba volando por el techo de mi habitación llevando el último grito en sudarios de alta costura.

Ojos de búho se me han puesto al saber que, mientras duermo, mi primer abuelito vigila mi sueño. - ¿Por qué? (pregunté alarmada) - Le cambié el sitio a tu ángel de la guarda porque era un pasota de tomo y lomo. No estaba a lo que hay que estar cuando se vigila. Y apestaba a porro. El dijo que era a puerro pero no lo creí. Aún recuerdo el aroma de los que fumaban tu abuela y su amiga y a puerro no era.

Cuando fui a preguntar a la Cotilla su cambio de opinión sobre el sofá de la salita, ya dormía a pierna suelta.

Mañana echaré la llave...