sábado, 29 de abril de 2023

¡Se quedó con su cara el muy jodío!

 - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaa! ¡Uf, que calores hace hoy! Vengo empapada en sudor... lástima que no sea en chinchón jejeje. - V muy cargada, Cotilla - He aprovechado que el cura de una de las iglesias donde "límpio" sus cepillos no aguanta el calor y ha ido en busca de aire al claustro, y me he abastecido de velas, velitas y velones. - Mire que le gusta llevarse lo que no es suyo. - ¿Qué insinúas? - Afirmo, Cotilla. - ¿Me estás llamando ...? - ¿Ladrona? ¡Nooooooo! 

Más tarde, estando yo en la salita con la tele encendida, más que nada por escuchar voces humanas, entró la vecina dispuesta a montar un Altar a los Amigos de lo Ajeno.

- ¡¡¡Ni hablar del peluquín!!! (dije, airada, viendo su intención) - Los tengo un poco abandonados a los pobres, sobretodo a mi gurú Bárcenas y ahora que tengo las velas aprovecharé...

¿La Cotilla tiene orejas? Dos, las he visto pero deben ser de la tienda de los chinos del señor Li porque solo le sirven para oír lo que le conviene por más que me desgañite diciendo que NO. 

En un periquete estuvo montado el altar y las velas encendidas ¡Ahora sí que hacía calor! - ¡Apague eso, tía loca, que me va a quemar la casa!. - Así vendrán los bomberos buenorros, a ver si por fin haces el dichoso bisnieto de tu abuela, coñe.

Por inercia miré la pantalla de la tele y el calor que tenía se convirtió en frío. Helada quedé al ver en pantalla la cabeza monda y lironda del individuo que fue atacado por Pascualita durante el dichoso paseo por Palma. El tío daba pelos y señales de la cara de la sirena. ¡Menos mal  que solo le había visto unos segundos!

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