sábado, 8 de abril de 2023

¡Que susto!

 - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa! Nena, mira lo que he encontrado en el contenedor de papel ¡La sirenita! - Me dio un vuelco el corazón y a punto estuve de palmarla. Menos mal que me repuse enseguida porque, si me muero sin haber hecho un bisnieto para la abuela, me mata.

La Cotilla dejó el cuento sobre la mesa del comedor sin parar de hablar. - ¿Qué te parece este personaje, nena? Para mi es un absurdo porque, si pescas una sirena ¿qué parte te comes? Seguramente la parte del pescado, con mahonesa ¿Y qué hacer con el resto? ¿Se sacan bistecs de una sirena? ¿Podrían meterme en la cárcel por canibal?

- Qué cosas dice, Cotilla... - ¡Mira, de tener una a mano, podría usarla para relleno de las empanadas de carne y pescado! Al final serviría para algo. Pero tendría que estar gorda porque la del cuento no serviría ni para aperitivo ¡Está canija!

A pesar de saber que Pascualita seguía encerrada en el barco hundido, no las tenía todas conmigo porque ese bicho no es sordo... - ¿A qué sabrá? ¿A calamar? Aunque, ya puestos a pedir, la preferiría con sabor a langosta ¿Te imaginas una caldereta de sirena? 

- He traído un bote de lengua con alcaparras para comer a mediodía pero lo dejaremos para otra ocasión ¡Madre mía, que carrete tiene! (tenía que parar esa verborrea) - La culpa la tiene este absurdo cuento de un bicho que no es ni chicha ni limoná. - ¿Quiére un chinchón on the rocks, Cotilla? - Es la primera cosa coherente que has dicho desde que he llegado...






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