domingo, 16 de abril de 2023

¡Que cosas!

Vuelve a peligrar mi futuro como dueña de la Torre del Paseo Marítimo allá por el año tres mil porque a la abuela no la parte un rayo. ¡Además. está pensando en borrarme del testamento por lo del frustrado bisnieto! 

He llamado a la Momia para que me eche una mano y monte una especie de campaña electoral en su casa, dándome mucho bombo y platillo pero... no está por la labor. - Ay, nena, me pillas mal, cariño. Ahora mismo hemos terminado, los cubanitos culito-respingones y yo, la maratón de baile cubano. Si vieses como están los pobres: derrengados y tirados en el sofá. - ¿Y tú, bisabuelastra? - ¡Encantada de la vida, nena! - Entonces ¿no vas a ayudarme?. - No, pero por falta de tiempo. Mañana mismo tenemos otra maratón on line. ¡Esto es un no para, hija!

 El aroma de azahar que me llegó desde lo alto anunció la llegada de mi primer abuelito. - ¿Has oído a la bisabuelastra? - Sí. ¡Que mujer! Es digna de admirar. ¡La que va a liar cuando venga al Más Allá. Algunos preferirán mudarse al Infierno antes que aguantar tanta energía vital.

Me extrañó que llevara un sudario, de alta costura, pero usado, - Ya había visto ese sudario, abuelito. ¿Hay huelga de modistos? - Lo que pasa es que no estoy de humor para ir de estreno. Estoy enfadado contigo. - ¿Por la foto de Carlitos Gardel? No tuve la culpa. Fue el cantante quién se acercó a mi. - Lo sé. Es un Juan Lanas ¡Pero abriste la dichosa caja!... Y no es el cantante!

Voló a toda velocidad al rededor de la lámpara hasta que se mareó y cayó redondo al suelo entre las risas y los aplausos de los Comensales de la Santa Cena y del árbol de la calle.

Asombrada, exclamé: - ¡Nunca pensé que las ánimas podían marearse! jajajajajaja

Y me sumé a los aplausos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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