miércoles, 19 de abril de 2023

Por el sumidero.

El celo que está pasando la sirena la tiene histérica y no hay quién la aguante. Para remate, ha dejado de comer y en dos días se ha quedado como la raspa de una sardina. Y me preocupo, claro. El caso es que no hay nada que le apetezca, ni siquiera las ensaimadas. Y ésta mañana ha pasado lo que se veía venir: se ha ido por el desagüe del fregadero.

Ha empezado el día martirizando al pobre Pepe el jibarizado al que ha mordido repetidas veces y eso que estaba sobre su estante pero Pascualita no para de saltar de la Ceca a la Meca y me resulta imosible cogerla:

- ¡Para ya, jolines! - ¿Me ha hecho caso? Más le hubiera valido.

Para intentar que comiera algo le he hecho un cola cao y le ha faltado tiempo para meterse de cabeza en la taza. La ha volcado y ha disfrutado chapoteando en la leche chocolateada.

Al intentar cogerla patinaba entre mis dedos y yo quería estrangularla. Y una de las veces, haciendo palanca, ha saltado hacia mi, me ha mordido en la nariz ¡Hay que ver el pedazo de trompa elefantina que tengo colgando en la cara! Y, al separarse de mi ha encontrado justo castigo a sus maldades: ha caído en el fregadero, el tapón ha saltado al tiempo que le gritaba a la sirena aquello de ¡ancha es Castilla! y la tiparraca ha desaparecido por el sumidero.

¿Dónde estará ahora? Me he desgañitando llamándola. Los vecinos se han quejado: - ¡Queremos oír el telediario! - El árbol de la calle ha repiqueteado en los cristales con sus ramas: - ¡Calla que estoy cantado, jodía! - Bedulio ha venido a entregarme una multa por escándalo. Al abrirle la puerta ha preguntando: - ¿Está...tu abu... abuelito prime... ro....? - ¡SI QUE ESTÁ! ¡COMO SIEMPRE! ¡CLARO QUE ESTÁ! - Y ha salido de estampida llevándose la multa.

Ahora no puedo dormir: - ¿Dónde estás, Pascualita...? zzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz...

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