martes, 11 de abril de 2023

¿Ahorradora?... hay que joderse.

La abuela me ha llamado cuando han llegado a  la Torre del Paso Marítimo, desde El Funeral. O sea, a las horas brujas de la noche, cuando por las calles solo pasean las almas del Purgatorio. ¿Y para qué ha tenido a bien despertarme? Para decirme: - "¿A éstas horas ya estás en la cama?" - ¡Y durmiendo!

- "A éste paso me quedo sin bisnieto. ¿Has guardado empanadas para el domingo que viene? Piensa que tenemos que ir al Castillo de Bellver a comerlas" - Que siiiiiii... - "Vale " (lo siguiente que escuché fue piiiiiiiiiiiiiiiiiiiii) - Yo me desvelé y ella se fue a dormir tan ricamente.

Clareaba el día cuando "algo helado como el dedo de la Muerte" cayó sobre mi barriga. El salto que di fue tremendo. Mi cabeza se empotró en el techo del cuarto y allí me quedé, con las piernas colgando a dos metros sobre la cama. Desde aquella altura y gracias a la luz que entraba por la ventana, divisé a Pascualia durmiendo a cola tendida, entre las sábanas.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! - ¡Cotilla, venga a mi cuarto. Corra!

Se paró en la puerta, miró y dijo: ¿Jugando al escondite, boba de Coria?

- ¡Mire al techo, coñe! - Así lo hizo y al verme pintó una sonrisa en su cara arrugada exclamando: - ¡Por fin sirves para algo! Ahora mismo voy a por una bombilla de bajo coste a la tienda del señor Li y te la pongo en la boca, ¡Ahorradora!

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