domingo, 14 de abril de 2024

¡LO QUE ME FALTABA!

Pascualita ha aprendido a abrir la puerta de la calle. ¿Quién se lo ha enseñado? Ah, a mi que me registren. 

Me puse al habla con mi primer abuelito: - Anda, pregúntale tu a la sirena, resalao. - No me des coba, nena, que sabes que no sé negarte nada. 

Mientras comíamos,la Cotilla y yo, el contenido de una lata de fabada asturiana, el abuelito se sentó sobre la barra de pan diciendo: - No tiene ni idea de cómo lo ha aprendido. - ¡Vaya! - Le  pedí que hiciera un esfuerzo mental y ha terminado por recordar. Hace miles de años existió una civilización adelantadísima que fue envidiada por las otras civilizaciones por tener unos preciosos pomos en sus puertas que se abrían enseñándoles la lengua

- Un pescador, al que no me comí porque ese día estaba empachada, me enseñó el truco para  manejar el pomo de la puerta de su casa para congraciarse conmigo . Aprendí rápido y no quedó puerta que yo no hubiese abierto siquiera una vez.

- Comprenderás, nena que me congratulara por el echo de dejar vivo al pobre pescador... La media sardina me replicó: ¿Pobre por qué? ¡Si estaba buenísimo el jodío!. - ¿Te enamoraste de él? (pregunté, iluso)  - Los ojos de la sirena bizquearon de placer. - No. ¡Me lo comí! - ¿Pero no habías dicho...? - En aquel momento, no, pero se me pasó el empacho y...

Esta noche no he dormido pensando que la sirena se irá de casa cuando quiera...  Y la abuela me borrará de su testamento ¡y me quedaré sin la Torre del Paseo Marítimo ¡BUAAAAAA!

 

 

 

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