lunes, 20 de febrero de 2023

Quejicas.

 Los comensales de la Santa Cena se han despertado bulliciosos hoy. Han usado el mantel de la mesa de la tasca donde cenaron a modo de pancarta para quejarse de que ha sido Carnaval - ¡Y no nos hemos disfrazado!

Al llegarle la noticia a Pepe el jibarizado montó en cólera y gritó: - ¡¡¡OOOOOOOOOOOO!!! y tras él toda la santa compaña que habita mi casa. Todos estaban seguros que, de haber ido a la Rua, se hubiesen llevado el primer premio al mejor disfraz. Y si se hubiesen juntado, también hubiesen ganado el premio a la mejor Comparsa.

- ¡Nos has robado el premio, la Gloria, el estrellato, la llave de la puerta que lleva hasta el Oscar, el reconocimiento a una labor bien echa... - ¿De qué habláis? ¡¿Quién ha cogido la botella de chinchón?! - ¡La Cotilla! dijeron todos.

Con ojos legañosos, Pascualita surgió como una aparición del fondo de la pila de lavar del comedor hasta el borde de la misma y se puso a escuchar atentamente. 

La tropa de mi casa seguía dándome la culpa de vetarles el Porvenir espectacular que les hubiera supuesto ser presentados en sociedad. - Porque es que no nos conoce ni el Presidente de la escalera en cambio tú te paseas por ahí como Pedro con la guitarra. ¡Egoísta! - ¿Egoísta  yo?! ¡¡¡TURURÚ!!!

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaa! ¿Lo de egoísta es para ti, boba de Coria? ¡Muy bien dicho! Por cierto, ¿quién lo ha dicho? - La misma cosa que me ha contado que se hizo suya la botella de chinchón. ¡Ya la está sacando!

Casi no pude acabar la frase cuando la Cotilla se dobló y vomitó en mis pies hasta quedar seca. Después dijo: - Hale, todo el chinchón para ti.

Desde lo alto del frutero, mi abuelito observaba la escena luciendo un fantástico traje de pirata y una espada con la que hacía rodajas a los malos que pillaba.

No hay comentarios:

Publicar un comentario