sábado, 11 de febrero de 2023

Gambas prefabricadas.

El señor Li mandó a uno de sus empleados a casa para darme el encargo de preparar más gambas gordas como las que le mandé para la fiesta del Año Nuevo Chino y yo me quedé a cuadros. - ¿Seguro que te ha dicho eso? (pregunté al chino que estaba en el rellano) - Segulo, señola boba de Colia.

Me dijo que se acercaba el cumpleaños del señor Li y quería ofrecer lo mejor de lo mejor a sus familiares y amigos que fuesen a felicitarlo. Nada me convenció y acabé llamándolo por teléfono.

¿Co ni chi uá? - Hola, señor Li ¿de verdad quiere cinco kilos de gambas gordas? - ¡Oh, sí! Se buenas pala nuevo negocio mío. - ¿La consulta del dentista? - ¡Exacto! Yo ganal dinelito con dientes lotos y mucho más poniendo dientes nuevos. Yo muy contento. Tengo diploma con filma impoltante colgado en paled de consultolio. Sel bonito.

Compré un saco de yeso y un montón de gambón congelado y empecé a fabricar gambas gordas sabiendo que muchos dientes de quebrarían.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa! ¡¿Hoy comemos gambas, nena?! ¿Te ha tocado la Primitiva? - No, Cotilla. Es un encargo de... - ¡Me importa un pito! Se me antoja comer gambas y no serás tu quién me lo impida. ¡Trae unas cuantas que las voy a freír, no puedo esperar! Ya te freirás las tuyas. - ¡No coja tantas! - Mira que eres rácana; ¡Que cruz tiene tu abuela contigo!

Poco después, sentada en el balcón, de cháchara con el árbol de la calle y la cristalera, oímos: - ¡Aaaaaaaaaaaaaayyyyyyyyyyy mis muelaaaaaas!

La Cotilla acababa de quedarse sin ¡dos muelas! Curiosamente Pascualita lloraba a lágrima viva la rotura de varios dientes de tiburón. Yo estaba perpleja, menos mal que mi primer abuelito me echó un capote: 

- La Cotilla echó una gamba de esas a la pila de lavar del comedor diciendo: por lo menos, aparte de algas, esta "pecera" tendrá un bichito de mar aunque sea frito... - ¡La madre que parió a la Cotilla!

 

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