miércoles, 1 de febrero de 2023

¿Un regalito, a mi?

Llaman al timbre, miro por la mirilla y me llevo el susto del día: Mafia china y flores. - Ayayayayayayyayyyyyyyyy ¿Son las flores de mi entierro? - ¡Habla, señola. Se que estal aquí! Tlaigo legalito del señol Li pala usted.

- Ahora no puedo abrir, estoy desnuda. Deje el regalo en el suelo y lo recogeré luego.- No podel sel. Señol Li decil que dal en mano y yo dale en mano. Tu ablil que yo no milal.

Fui hasta el comedor diciéndome : ¿qué hago? ¿Qué hagooooooo? - Abre de una vez y veremos el regalo, coñe (me sermoneó el árbol de la calle) - Para una vez que te regalan algo, demuestra educación, boba de Coria (me sermoneó la Cristalera) 

- Pero si estás vestida ¡mentirosa! No te mereces el regalo (me sermonearon los comensales de la Santa Cena) - Está visto que me he levantado con el pie izquierdo - ¡Ya está bien de sermones!

- Nena, en el rellano de la escalera hay un pretendiente con cara de aburrido y un ramo de flores en las manos; ábrele, mujer. ¿Será el padre de mi bisnieto? - Venga, abuelito, menos guasa. 

Mi primer abuelito llevaba un nuevo sudario de seda helada. con abetos y copos de nieve que volaban por toda la casa e iban haciendo charquitos a medida que se descongelaban. - Se nota que ya no está la Momia... - El amor de mi vida a vuelto a su casa... y he recuperado la sana costumbre de vestir alta costura. Anda, atiende al del rellano.

Abrí. El chico se había quedado traspuesto y debía soñar que era Gengis Khan porque tenía tal pelea con quien estuviera en su sueño, que rodó las escaleras y acabó acostado sobre el ramo del señor Li y las flores echas cisco.

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