jueves, 7 de octubre de 2021

El tesoro oculto.

¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! - En contra de su costumbre de entrar en casa a paso de carga, esta vez la Cotilla lo hizo renqueando y respirando ruidosamente. Se oía desde la cocina y no pude por menos que decirle: - ¿Se entrena para los próximos Juegos Olímpicos de Paris? - Si encontramos lo que tal vez encontremos... ay, que me asfixio... iremos a Paris... ¡uf!... a ver como sudan... ¡jopé!... otros...

Camuflé a Pascualia entre los plátanos del frutero y salí de la cocina para ver qué pasaba. - Si va en busca del Dorado le recuerdo que el de Palma era un cine de barriada jejejejejeje - ¡Ayúdame, jodía, que se me cae todo. 

"Todo" era, palas, picos, cestos para meter tierra, frontales, mascarillas...  - No me diga que ha ido a la tienda de los chinos del señor Li y le ha endosado este lote ¡Aaaayyy, Cotilla, los años no pasan en balde jejejejeje

- El señor Li quiere ser socio en mi nuevo negocio. A ti no te queda más remedio que serlo porque, al fin y al cabo, ésta es tu casa. 

Una nube negra pasó ante mi vista. Eso quería decir que algo malo me iba a pasar: - ¿De qué va ésto? - Ultimamente salen a la luz muchos tesoros escondidos en sótanos o emparedados en viviendas antiguas. Algunos hasta han encontrado ollas repletas de monedas de oro ¡Imaginate lo que supondría un hallazgo para nosotras, boba de Coria... - Y el señor Li. - Así es. - ¿Y dónde ésta esa casa antigua? - Aquí. ¡Es esta! Y para colmo vives en el primer piso. O sea, blanco y en botella.

Y sin más preámbulos agarró un pico, golpeó con él en el suelo y se cargó una baldosa. ¡Se armó la marimorena! La baldosa gritaba ¡ASESINAAAAAA! ¡AY,AY,AY,AY,AY,AY,AY,AY,! Yo estaba estupefacta y no conseguía vocalizar nada. El resto de baldosas de la casa se fueron enterando de lo ocurrido y terminaron gritando todas a la vez. 

Como la Cotilla no se enteraba de nada, siguió rompiendo baldosas como quien casca nueces. Por fin se me desató la lengua: - ¡¡¡PAREEEEEEEE, BRUJAAAAA!!!  ¡Me destroza la casa! - No te quejarás tanto cuando encontremos el tesoro ¡Coje el otro pico y manos a la obra!

Ante la duda: - ¿Y si lo que dice es verdad? - no me quedó más remedio que picar.

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