lunes, 1 de agosto de 2022

Pascualita está en peligro.

Estoy segura que la Cotilla ha hecho copias de mis llaves porque cada vez que viene a casa entra sin llamar y, hasta ahora, quien se filtra por las paredes es el ánima de mi primer abuelito... a no ser que la vecina se haya muerto y no me he enterado.

- ¡Avemaríapurísimaaaaaa! - ¡Otra llave que tiene que entregarme o ... ¿la ha palmado sin decirme nada? - ¡Toma la llave! ¡Lagarto, lagarto! - Así que está vivíta y coleando... - ¡Y por muchos años! - entonces ¿de dónde ha sacado tantas copias y, sobretodo, cuánto le han costado' Porque usted se estira menos que un portero de futbolín. - Se dice el pecado pero no el pecador. - Huy, ésto me huele a chamusquina.

Le estuve haciendo un interrogatorio en toda regla pero se resistió como gato panza arriba y no fue hasta después de la siesta cuando claudicó frente a una terrina de helado de chocolate con la que la amenacé con no darle ni una cucharadita si no me contaba la verdad ¡y me daba todas, absolutamente todas, las llaves!

Atiborrada de helado, me confesó que llegó a un acuerdo con ¡el señor Li! El hizo infinidad de llaves, GRATIS, quedándose un buen puñado para entrar cuando le diera la gana, a comprobar ¡QUE NO TENGO GAMBAS GORDAS! 

¡¡¡PASCUALITA ESTÁ EN PELIGRO!!! 

He llamado a Bedulio: - ¡Tienes que detener al señor Li y a la Cotilla! - ¿Con éste calor? ¿Qué han hecho? - ¡Copias de llaves! - Ya ves tú que delito más gordo... - ¡Son mías! - Me alegro mucho. - ¡De mi casa! - ¡Fiiiiiiiiiiiiuuuuuuuuuuu! Me quitas un peso de encima. Pensé que eran de la Casa Real. Hale, pues, hasta la siega del tocino.

¡Y colgó!

No hay comentarios:

Publicar un comentario