domingo, 21 de agosto de 2022

Las aguas se remansan.

 La Cotilla ha intentado muchas veces entrar en casa estos días en que he tenido la puerta cerrada y atrancada para que no descubriera el zapatiestas que montó Pascualita cuando no "consiguió atrapar al bello sireno"

Hoy, por fin, ha podido meter su llave y entrar. - ¡Avemariapurísimaaaaaaa! ¡La próxima vez que te vayas de viaje, avísame! ¡He tenido que dormir en el ascensor! - ¿Por qué no ha ido a su casa del 4º? - Los turistas no me han dejado entrar... - Pues... ajo y agua. - ¡Malhablada!

Mientras comíamos la última lata de albóndigas con tomate, la Cotilla no me quitaba la vista de encima. - ¿Tengo monos en la cara? - Monos, no, pero te noto rara. Pónte de perfil ¡Ya está! te ha crecido la napia estos días. ¿Y el moreno caribeño? - No conozco ninguno... (tuve que admitir) - Ya me extrañaría pero hablo del moreno del sol. Mira que eres rara: te vas al Caribe y vuelves tal cuál te fuiste. - ¿De qué habla? - No te hagas la longui que me lo dijo Bedulio.

- ¿Bedulio? - Me contó que los vecinos denunciaron ruidos extraños y aterradores (se le cambió la cara al decir ésta palabra al pobre) en ésta casa y su Jefe le mandó venir a investigar. El del 3º derecha, le comentó que fue como si el Infierno se hubiera trasladado a ésta casa pero otra dijo que te entrenabas a bailar rumba para irte al Caribe y ya no investigó más ¡Ya podrías habérmelo dicho, jodía!

Pascualita está más tranquila ¡Menos mal! pero no olvida... Por eso llevo las gafas de bucear puestas por casa todo el día por si me escupe agua envenenada en los ojos... Que cruz tengo con ella.

 

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