Si no existieran las carreras ciclistas como el Tour de Francia, habría que inventarlas. Hasta Pascualita es aficionada a ellas ¡una forofa! Nos sentamos juntas en la salita, delante de la tele a esperar, ansiosas, la aparición de la Serpiente Multicolor. La sirena incluso aplaude a rabiar. Después nos tomamos unos chinchones on the rocks bien repantingadas en el sofá...
Lo siguiente que vemos es la llegada a meta de los esforzados de la ruta y si es español, mejor. Luego solo tenemos que quitarnos las legañas de los ojos porque, durante la siesta, gloriosa en éste caso, también salen.
El verano nos gusta a todos los de casa. Incluso a la Cotilla. Suele decir: - ¡Que bien se duerme con ésta gente! - señalando a la pantalla del televisor.
Los comensales de la Santa Cena son grandes aficionados. Y eso que se sorprendieron mucho cuando vieron una bicicleta por primera vez : ¡Es un borrico sin cabeza! (dijo uno) . Otro pensó que para qué querría él un borrico raro al que hay que ayudarlo a caminar. - Prefieros el de mi casa que me lleva donde quiero con solo decirle ¡arre!
Se discutió largo y tendido sobre éste tema y aún siguen. Sin embargo todos hemos llegado a la misma conclusión: - ¡Que bien se duerme con los ciclistas!
No hay comentarios:
Publicar un comentario