jueves, 13 de julio de 2023

¿Espejismo?

 Llamaron a la puerta cuando más apretaba el calor, por eso no me moví de donde estaba: tirada en el suelo frente al balcón abierto mientras una suave brisa, regalo del árbol de la calle, mitigaba un poco los calores.

Pero el timbre volvió a sonar y no tuve más remedio que ir a abrir. Detrás de la puerta estaba el hombre más guapo que había visto jamás y, por supuesto cerré de un portazo dejándolo en el descansillo.

Fueron más las veces que llamó y que yo abrí... hasta que me cansé y volví a mi primera posición frente al balcón para volver a coger el sueñecito.

Mi primer abuelito apareció hecho un pincel: - Hay un hombre guapísimo en tu rellano. Si yo hubiera tenido una boca como la suya tu abuela no me hubiese mandado al Otro Barrio - O esos ojos aterciopelados... - ¡Exacto! Aún estaría vivo.  - O esa melena sensual... - ¡Por ejemplo! - Ese metro ochenta bien repartido por un esqueleto digno de un museo... - ¡Ya te digo! Pero, nena ¿por qué le has dado con la puerta en las narices? - ¡No puedo enamorarme de una visión creada por el calor, el sopor, los efluvios de los chinchones on the rock que me he tomado... 

Sonó el teléfono. Era la abuela: - "¿Interrumpoooo? jijijiji" - Estaba hablando con tu ex... - "Déjate de tonterías, boba de Coria... ¿No te quejarás del cañón que te he mandado para ver si, por fin, te hacen a mi bisnieto?

- Ah, pero...  ¿era de verdad? ¡¡¡OH, NOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!

Corrí a la puerta y, al abrirla, me topé con la Cotilla que a punto estuvo de rodar escaleras abajo. - ¡¿DONDE ESTAAAA?! (grité) - El bellezón había desaparecido.

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