viernes, 14 de julio de 2023

Algo huele mal.

Estoy cansada, extenuada, rota... por culpa de la abuela, aunque ella dice que la culpa es mía, El teléfono no dejó de sonar desde el minuto uno en que ella se enteró de que su estratagema no había dado fruto, ni lo va a dar, para conseguir su deseado bisnieto.

En cuanto descuelgo escucho: - No está hecha la miel para la boca del asno. -  ¿Se puede ser más tonta? ¡Sí! La boba de Coria lo ha demostrado una vez más... Y así, hasta el infinito y más allá ¡¡¡NO PUEDO MAS!!! Me voy de vacaciones.

Lo he comentado con la Cotilla que, muy servicial ella, ha llenado la casa de folletos de viajes. Los precios me asustan. Todo es carísimo para mi: - ¿Por qué no vas a Egipto, nena? Con lo que a ti te gusta. - Primero porque ahora debe hacer muchísimo calor y segundo, que no tengo monis para ese viaje. - Entonces la Cotilla dijo la frase que me hizo sospechar:

- No te preocupes por el dinero, YO TE LO DEJARÉ.

Mi primer abuelito, desde lo alto de la lámpara del comedor, se tocó la nariz - ¿Te huele mal, verdad? (le pregunté) ¡Pues anda que a mi!

La vecina esperaba mi respuesta mientras La Codicia asomaba a sus ojos: - ¡Las he visto más rápidas! (dijo la muy bruja)

Ese fue el momento en que unos timbrazos nos sobresaltaron. Mi primer abuelito, que lo ve todo por su condición de ánima, gritó: - ¡Son guiris arrastra-maletas! ¡¡¡SOCORROOOOO!!!

 

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