viernes, 20 de diciembre de 2013

La llegada de la abuela a casa se ha cargado la paz que reinaba en ella desde que se largó a Ciutadella. - ¿Ya estás aquí? ¿No ibas a estar diez días?... Es imposible que hayan pasado tan pronto... - "Que poco dura la alegría en casa del pobre ¿eh? jajajajajaja ¡Ah, se siente!" - ¿Has decidido lo que vas a hacer con respecto a tu boda? - "Claro ¡casarme! ¿O crees que quiero quedarme para vestir santos como tú? Además, está la Torre del Paseo Marítimo... y también Andresito, claro" - Como que es el novio.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaa! ¿Ya estás aquí? Pero si no te has ido cuando ya has vuelto... - "Ya veo que me habéis echado de menos (la voz de la abuela sonó resentida). Pues ahora no os voy a dar el queso que he traído de Menorca. Me lo llevaré a mi nueva casa... ¿No oís un ruidito? ¿Qué pasa aquí?" - Verás, abuela... Tenemos realquilados... - "¿Por qué? ¿Te han despedido? Si es así, me parece bien, así ganarás un dinerito y no vendrás a vivir a mi casa..." - Mira que cosita tan bonita (dijo la Cotilla mientras arrimaba, con mucho cuidado, una jaula a la mesa de la cocina -¡Son diamantes! - "Eso son palabras mayores. Al final te van a trincar" - Son pajaritos, abuela ¡Han nacido ocho mientras tú estabas de picos pardos por ahí! - La abuela miró y al momento se echó para atrás - "¡Son gremlims!" - El señor Li se los quiere comer, por eso están aquí - "¡Sería raro!"

Pascualita al oír a su amiga y saltó agilmente de la pila bautismal a la mesa de la cocina dando un susto de muerte a la Cotilla - ¡¡¡Aaaaaaaaaaaayyyyyyyyyyy, el puñetero de tu primer marido otra vez!!! - Antes de que la abuela pdiera coger a la sirena, le di un manotazo y cayó sobre la coca que la¡ vecina había encontrado en el contenedor del súper. Y sacando sus dientecitos de tiburón a pasear, dio buena cuenta de la misma comiendo de arriba abajo, quedando enterrada en bizcocho. En ese momento Andredito llamó a la abuela y cuando colgó estaba radiante. - "¡¡¡Voy a ir de Dior!!! Dice que no me merezco nada por debajo de eso" - ¿De Dior? - "¡Mi traje de boda me lo ha echo Dior! jajajajajajaja" - ¿Dior? - preguntó la Cotilla. - ¿Ese también vendrá al banquete? Pues a mi que no me quiten condumio para dárselo a él. - Pero, abuela ¿qué crees que pensará de ti tu amigo el travesti, con la ilusión que le hacía que llevaras ropa suya ése día? - "No se podrá quejar. Llevaré la peineta naranja fosfi"

Mientras comíamos, la abuela nos contaba que estos días ha estado encantada por no tener que cocinar. - Nosotras tampoco hemos cocinado. En el comedor social hasta te sirven. - "Hemos visitado un sitio donde hay una mesa, una taula, altísima. No sé de quién será pero debe costar un pico alimentarlo" - ¿Lo has visto? - "No. Debe ser uno de esos que tienen que emigrar a Alemania porque no les llega el presupuesto" - Hay que ver la de cosas raras que se encuentra una cuando sale por el extranjero. - "Cotilla. No era el extranjero" - ¡Si lo sabré yo! En cuanto tienes que salir allende el mar, es el extranjero.

Mientras tomábamos el café, la abuela se fijó en lo poco que quedaba de la botella de chinchón - "Allí probé una cosa que no está nada mal: un ginet" ¿Alguien quiere?"- ¡Niña, saca el chinchón para brindar por el ginet! - ¿Y qué hacemos con él? - ¡Brindar por el chinchón!

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