miércoles, 21 de diciembre de 2022

Vuelve a casa por Navidad.

 La Cotilla nunca había traído tanto cirio a casa. - ¡Avemariapurísimaaaaaaaa! ¡Aaayyy jiijijiji! ¡Aaaaayyyy jijijijiji! ¡Como el turrón, vuelve a casa por Navidad! ¡Aaaaayyyyyy jijijijijiji!

De ésta guisa entró la Cotilla en casa. Pensé que se había vuelto majareta y no le di la menor importancia. Cuando empecé a preocuparme fue viéndola sacar cirios y más cirios, de todos los tamaños, de su bolsa sin fondo. - Oiga ¿no pensará encenderlos todos? - Sí, señora ¡todos a la vez! - No caerá esa breva (dije, aunque no estaba muy convencida)

Tiró de móvil último modelo que sacó de la faltriquera. - ¿Y esa virguería? Le habrá costado riñón y medio, por lo menos y luego dice que no llega a fin de mes. - Que mala es la envidia. No me ha costado nada, NADA. Lo he encontrado en la calle. - Pero si es nuevo de trinca. - Solo se necesita un sexto sentido que tengo yo y estar en el sitio justo en el momento oportuno.

- ¿Estaba cerca de una tienda de regalos? - ¿Cómo lo sabes? - ¿La de los chinos del señor Li? - ¡Efectiviwonder! - ¡Lo ha robado! - ¡Esa boca! Solo he aprovechado una oportunidad; y ahora voy  a montar un altar para los Amigos de lo Ajeno, dedicado a mi gurú Bárcenas ¡que comerá los turrones en su casa! - Angelico...

En un visto y no visto llenó de velas, velitas y velones, toda la salita. Y mientras la Cotilla los encendía yo llamé al Parque de Bomberos: - Pero que vengan los buenorros del calendario...¿Ah, sí? ... vale. Me conformo con los suplentes... ¿Tampoco? ¿Qué les queda?... ¿Los suplentes, de los suplentes, de los sup..., de los..., de los, de los...? Si que están solicitados... Que vengan quien sea y evite que mi casa se convierta en una falla.

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