sábado, 10 de diciembre de 2022

 La mariposa tricéfala apareció, de nuevo, volando hacia la luz navideña que adornaba al árbol de la calle. Las tres cabezas venían discutiendo entre ellas ya que todas se derretían por los, supuestos, huesos de Pompilio. - ¡Cuando lo encontremos será para mi! (exclamó Yograxis) - ¡No te lo crees ni harta de vino! ¡Será para mi! (sentenció Graxisyo) - Jajajajajaja Se nota que no os miráis en el espejo (rebatió Xisyogra) ¡Pompilio es mio!

Enfrascadas en la discusión no vieron como el árbol se les echaba encima y el golpe fue morrocotudo (aunque para él fue la mariposa que lo arrolló a él)

- ¡Maleducado! ¡Cegato! ¡Inútil! (gritaron, aunque, debido al atontamiento por el golpe el árbol de  la calle apenas escuchó sus débiles voces)

Me asomé al balcón. - ¡Has visto, nena, las chicas de hoy en día van como locas! ¡Me han envestido! - Pero si solo es una mariposa... - ¡Mutante! No olvides este pequeño detalle. Fíjate, tres mariposas en una. El cambio climático avanza reduciendo la densidad de algunas especies. Ahora han sido las mariposas y dentro de poco ocurrirá lo mismo con las personas... ¡Huy, te imagino jajajajajaja... con tres cabezas y jajajajajaja... ¡me da la risa jajajajajajaja... flojaaaaaa jajajajajajaja, - Pues no le veo la gracia. - Cuando el árbol fue a replicar, le cerré la Cristalera en sus narices.

Pompilio salió de debajo el sofá de la salita. - Me ha parecido oír mi nombre... - Era la mariposa tricéfala... - ¡Que agobio ser tan guapo, por favoooooor! - Y se volvió por donde había venido.

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