lunes, 12 de diciembre de 2022

El Espiritu Navideño.

El árbol de la calle lleva dos días cantando villancicos y hoy ¡está ronco perdido! Aleluya. Por fin podré dormir a pierna suelta. Y mira que le he tirado cosas para que se callara pero iba embalado y sin frenos.

Me he acostado temprano para recuperar el sueño perdido y creo que todos los demás han echo lo mismo porque no se oía una mosca en casa hasta que... - ¡Avemariapurísimaaaaaaaa! ¿Ya estás en la cama, boba de Coria? - Llevo sueño atrasado, Cotilla.

La vecina cogió la botella de chinchón, a la que le he puesto un lacito rojo para que también sienta el Espíritu de la Navidad, y le ha dado un tiento que la ha dejado bailando la raspa. - ¡Madre mía, como trasiega ésta mujer! Tanto la abuela (otra que tal baila) como ella, están conservadas en alcohol. Amojamadas; y así pueden vivir el tiempo que les de la gana.

- ¿Qué sueño atrasado llevas tu,  carita de azucena? - Huy, Cotilla, que cosa más bonita me ha dicho. - ¿Ah, sí?... Será el Espíritu Navideño porque sino, no me lo explico...

Al cabo de un rato volvió a la carga con el tema del sueño: - Pero si duermes más que los lirones, nena (a todo eso ya llevaba trasegada media botella de chinchón con mi ayuda) - No se puede dormir con un personaje que dice OOOOOOOOOOOOO cuando menos te lo esperas; con un árbol de la calle que canta a voz en grito; con una cristalera tiquismiquis; con unos comensales que no te quitan el ojo de encima; con unas bolas de polvo que hacen carreras bajo los muebles... ¡hip!... y con una sirena escuchimizada que se cree la Reina de los mares... ¡hip!... ¡Un momento...! ¡Pascualita ES la reina de los mares, jolines! - ¿Pas... Pascual...? ¿tiene algo que ver con Pascual, el querido de tu abuela? - ¡Ya lo creo, Cotilla!

Me desperté a media noche con una idea fija en la cabeza: - ¿Tendré que hacerle reverencias a la media sardina ¡¿cada vez que nos veamos?! ... ¡Lo que me faltaba para el duro!

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