martes, 6 de diciembre de 2022

Pompilio.

El jefe de los municipales se dio cuenta de la falta de calcetín en Bedulio y su compañero. - ¿Es una moda nueva llevar un pie tapado y otro al aire? - ¿Eh...? Es una costumbre entre los policías americanos (dijo uno) - Sí, lo vimos en varias películas... ejem.

En su casa el jefe se pasó el fin de semana revisando películas policiacas y en ninguna salió esa "costumbre", así que, cuando se encontró con los dos municipales no se anduvo con rodeos: - Quiero la verdad o habrá consecuencias.

Al jefe se le pusieron los bigotes de punta solo que, en lugar de apuntar hacia arriba como los de Dalí, apuntaban a los lados lo que le daba un aspecto extraño que inquietó el ánimo de sus subordinados que, ni cortos ni perezosos, cantaron por bulerías: - Ha sido en casa de la nena, señor. Alguien nos ha robado los calcetines sin quitarnos los zapatos... - ¿Qué alguien? - No lo vimos, señor. - Sé que en esa casa tiran mucho del chinchón (dijo el jefe) - ¡¡¡NO LO PROBAMOS, SEÑOR!!!

Se presentaron los tres en casa: - Venimos a descubrir al "artista" de los calcetines. - Se llama Pompilio (aclaré) busquen, busquen.

Poco después el jefe sintió frío en un pie y al mirar sus bigotes cayeron en picado colgando de la comisura de los labios - ¡¿Dónde está mi calcetín?! ¡No estoy para magias! - Bedulio corrió hacia la puerta de la calle sin esperar a los demás. Ya en la calle el jefe, con voz temblorosa, preguntó: - ¿Qué hace... una pila de lavar en...el comedor? y ¿qué... era "eso" que saltaba en el agua? - ¡Corra y calle, señor que todavía vendrá el abuelito para redondear la jugada!

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