jueves, 29 de junio de 2023

Al mercado

Mientras Pascualita y yo desayunábamos unas magdalenas que trajo la Cotilla del contenedor del súper, llamó la abuela. - "Un día os dará algo" (dijo) - Pero si solo están un poco caducadas. Lo malo es que, si meto una dentro de la taza de cola cao se lo bebe todo, la jodía. - "¿La Cotilla?" - No, la magdalena.

La abuela quería ir al mercado de Pere Garau ¡con Pascualita! - No es buena idea (le dije) - "¿Yendo conmigo?" - Vale, vale. (cualquiera le lleva la contraria)

Poco después, Geoooorge aparcó el rolls royce en  la parada del bus y se armó la de San Quintín... como siempre.

Tuve una pequeña discusión con la abuela. Ella quería llevar a Pascualita en el broche - Saltará cuando menos te lo pienses. - "Conmigo, no" - Es más seguro el termo de los chinos... - "¡Que no!" -  Y salimos los cuatro camino del mercado.

Caminando entre los puestos de los payeses oi comentarios- ¿Has visto que broche más feo, Virtudes? - Horroroso. Y eso que lo lleva una millonetis. -  Pues tendrá millones pero el gusto, eligiendo joyas, ni lo tiene ni se le espera.

La sirena aguantó la compostura, aferrada al broche cual Nefertiti en su palanquin, hasta llegar a las pescaderías donde, impulsándose con su preciosa cola de sardina, se fue a por los cangrejos azules de uno de los puestos. ¡Menuda escabechina hizo! 

Luego siguió con todo lo que se le puso a tiro: langostas, almejas, bogavantes, cigalas... cualquier cosa que se moviera un poco. Y, por último, saltó a la cabeza del pobre pescadero dejándola monda y lironda antes de que yo pudiera cogerla y saliera por pies

Menos mal que la abuela llevaba la tarjeta Oro.

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