La Cotilla ha vuelto de sus trapicheos asfixiada y sudorosa. - ¿Y esa pinta a qué viene? (pregunté por fastidiar) - He tenido que correr. Menos mal que al poco casi choco con Bedulio y me ha salvado la vida.
- Huy, que dramático suena esto. - Es que ya nada es como antes, cuando los curas eran orondos y les costaba trabajo correr. Sin embargo, ahora corren como liebres. - Eso quiere decir que la han pillado "limpiando" los cepillos de una iglesia ¿verdad? jejejejeje
- Que poca caridad cristiana tienen. ¿No ven la edad que tengo? ¿Que soy una pobre pensionista que no llega a fin de mes? - Como ahora los curas, además de hacer deporte también tienen internet, se habran enterado de que tiene usted un piso patera, el del 4º, alquilado a extranjeros ruidosos.
- ¡Calla, lengua larga, que pueden haber puesto micrófonos escondidos por ahí!
Con los nervios se le cayó la bolsa sin fondo que siempre lleva y en la que cabe de todo y montones de velas, velitas y velones, se esparcieron por el suelo. - ¡Ni se le ocurra montar un Altar a los Amigos de los Ajeno!
Mientras recogía "el botín incautado a la Iglesia" me contó que Bedulio tomó al cura perseguidor por un acosador sexual (este hombre cada día está peor de la cabeza) y lo puso en posición de firmes mientras le cantaba las cuarenta.
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