martes, 6 de abril de 2021

ALBONDIGAS.

 Estoy cansada de comer fabada un día sí y otro también por eso hoy he decidido cocinar, luego ha tocado pensar qué. La cosa ha tenido su telenguendengue porque no me venía nada a la cabeza, ni siquiera evocando sabores, olores... ¡nada!

Me tomé unos chinchones, a los que se sumó Paascualita y, poco a poco, me fue viniendo la inspiración. - ¡Ya ésta! (grité y la sirena dio un respingo) Haré albóndigas con tomate.

Al volver de la compra no recordaba la receta y decidí ir haciéndola sobre la marcha.

En la mesa de la cocina dejé los ingredientes que traía del mercado.. Pascualita saltó de frutero hasta la bolsa de la carne picada.

- Tu tienes que acordarte de cómo se hacen porque la abuela te lo ha contado miles de veces. A ver, ¿por dónde empiezo?... ¿Qué meto primero en el bol...? - La sirena señaló la carne picada. Abrí la bolsa y metí la carne en el bol al tiempo que Pascualita, de un salto prodigioso, caía dentro y abriendo su bocaza, empezó a tragar como una lima nueva.

¡Ni una albóndiga pude hacer! El medio kilo de carne picada fue traspasado a su barriga que se abultó ostensiblemente. - ¡¡¡Eres una puñetera egoísta!!! ¿Y ahora qué como yo?

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaaa! ¿Me estás llamando egoísta ya antes de entrar en tu casa? ¿Pues sabes lo que te digo, boba de Coria? que las albóndigas con tomate que traigo para las dos, me las comeré todas yo ¡aunque reviente, jodía!

Vaya por Dios... 

No hay comentarios:

Publicar un comentario