miércoles, 7 de abril de 2021

¡Que frío!

 Pascualita lleva dos días haciendo la digestión del medio kilo de carne picada. Está tumbada en el lecho de arena del acuario. De vez en cuando suben hasta la superficies burbujas de aire. No quiero ni pensar de dónde salen.

El árbol de la calle ha abierto la boca en cuanto me ha visto asomada al balcón. - ¿Te canto algo, resalá? - Pero yo no tenía cuerpo para aguantar serenatas. - ¡Tengo frío! (contesté) - La boca se cerró un momento, después se abrió de nuevo para decir. - Ah, perdona, no sabía que estabas en pleno entreno... ¡Animo, mujer, ya eres más tonta que ayer pero menos que mañana, aunque todo se andará.

El viento sopla con fuerza. - ¿A qué viene tanto esfuerzo? (le preguto por decir algo) - ¡Es que si me llevo toda la ropa de los tendederos del barrio, me apuntan al Libro Guinnes de los Records, boba de Coria! 

Todos tienen un horizonte, una meta a la que dirigir sus vidas, menos yo. Bueno, sí, tener un bisnieto pero, incluso ésto es mérito de la abuela ¡¿Yo para que quiero un bisnieto?! Sería justo que antes tuviera un hijo, pero no, ella quiere pasar por encima de los rangos... Si no fuese porque heredaré la Torre del Paseo Marítimo de los abuelitos algún día ¡me iba a meter yo en el lío ese de tener un bisnieto para la abuela... ¡Amos anda!

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