domingo, 11 de abril de 2021

¡Que pesado!

Ha sonado el timbre de la puerta. He ido a abrir. No había nadie.

Ha sonado el timbre de la puerta. He ido a abrir. No había nadie.

Ha sonado el tim... ¡Nadie! ¡No había nadie! Y así veinte veces.

De repente se ha abierto la caja de los truenos: mi boca. Y han salido por ella una retahíla de palabrotas que no tenía ni idea de que estuviesen guardadas en mi subconsciente.

Quien ha llamado es un gamberro, o gamberra, como la copa de un pino. Como lo coja lo desmonto y se lo llevo a su madre dentro de una caja de Ikea para que, mientras intenta montarlo de nuevo, le vaya enseñando educación.

Que berrinche he cogidooooooo. - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! - ¡La que faltaba para el duro! ¿Ha tocado usted el timbre? - Para qué, si tengo llave. - Pues alguien lo ha hecho. - Sería Bedulio para traerte una multa jijijijiji 

No entendí sus risitas y debió notarlo en mi cara porque a la Cotilla le faltó tiempo para encerrarse en la salita .- ¡Y como le prenda fuego a la casa me va a oir! 

Pascualita, que jugaba con Pepe el jibarizado mordiendo el llavero, me miró un instante como  si pensara que era necesario tirarme unos buchitos de agua envenada para calmarme. - ¡¿Y a ti qué te pasa, mamarracho?!

Llamaron a la puerta. Abri, escoba en mano como arma disuasoria contra el "gracioso" y el escobazo se lo llevó el señor Li. - ¡Tu sel loca! ¡Yo invital a ti a l.lollitos de Plimavera. ¡Ahola ya no dal! - Oiga... perdone, es que... - ¡No es qué. Tu ajo y agua, jodía!

Un rato después sonó de nuevo el timbre. - ¡¿Será posible?! - Al abrir ¡no había nadie pero...

- ¡Abuelito! He visto la punta de tu sudario rosa fosfi cuando te escondías, ¡La madre que te parió! - Tu bisabuela (dijo sonriente mi primer abuelito) - ¡Mi bisaleches! (y lo rocié con matacucarachas) 

Mientras desaparecía en el éter, le oí gritar: - ¡Me has estropeado el sudario nuevooooooo!

No hay comentarios:

Publicar un comentario