miércoles, 21 de abril de 2021

Los abuelitos me dicen que no.

Entre la abstenia primaveral y los jaleos de los abuelitos, necesito disfrutar de un largo descanso, cosa que en mi casa no puedo hacer y menos ahora que la Cotilla sabe que el juez le ha pedido a su gurú, Bárcenas, que traiga a España los millones que tiene en un paraíso fiscal. A la vecina la noticia le ha sabido a cuerno quemado.

- ¡Y luego dicen que yo soy cotilla! ¡Cotillo el juez metiendo las narices en una cosa que, ni le va ni le viene! A ver si el pobre Bárcenas no va a poder meter los ahorros de su vida en el banco que le de la gana, pobrecito mío! ¡A los altares  habría que subirlo por haber sabido ahorrar, eurito a eurito, un capitalito para su vejez en tiempos de crisis... ¡snif!... 

- ¿Se ha emocionado, Cotilla? - No es para menos... Sacrificarse para que luego te lo quiten ¡Eso no se le hace a un cristiano! Mañana, cuando vaya a limpiar a la iglesia le pediré al cura que haga una novena a Santa Rita, patrona de los imposibles, a ver si hace el milagro de que al juez se le olvide lo que ha dicho. - Lo mismo el cura la manda enchiquerar por "limpiarle" tan bien los cepillos.

Creo que no me ha oído porque ha seguido con su tema: - Voy a ponerle unas velas a mi maestro. - ¡Ni hablar! Enciéndalas en su casa. - ¿Quiéres que suba cuatro pisos cargada de velones, velas y velitas? - ¿Y para qué sirve el ascensor? - Tengo prohibido usarlo hasta que pague lo que debo a la Comunidad... como si no supieran que no llego a fin de mes. - ¡Anda que no! 

En un despiste mío, se ha encerrado en la salita y hace más de una hora que huelo a cera quemada.

Esto no puede seguir así. Llamaré a los abuelitos: - Que se ponga la abuela, Geoooooorge: - Madame decir que... - ¿O prefieres Georgebrexit? 

Le oí jurar en arameo, luego hablé con la abuela: - Necesito que me deis asilo familiar porq... - "¡NO!" - Pero... - "¡QUE NO!" - ¿Por qué? - Andresito y yo hemos empezado una relación de novios, basada en el sexo salvaje, para que no se amojame nuestra relación matrimonial." - No os molestare... - Por toda respuesta escuché: - ¡Clic! - cuando colgó el teléfono.

Mi primer abuelito, desde lo alto de la lámpara del comedor, me pasó una punta del sudario para secarme las lágrimas... - ¡Vente con tu abuelo, nena!

Más tarde, con media botella de chinchón entre pecho y espalda, cantaba Asturias patria querida mientras Pascualita seguía, torpemente, el ritmo con las manos y mi primer abuelito imitaba a Monserrat Caballé, telepáticamente, amiga suya en el Más Allá.



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