viernes, 24 de mayo de 2019

Lo que hay que aguantar.

- "Nena... ¿Nena?... ¡¡¡NENAAAAAAAAAAA!!!" - Las delicadas maneras de la abuela para  despertarme, surtieron efecto y del salto que di quedé colgada de la lámpara del techo de mi cuarto. - "Hija de mi vida, no he visto un lirón que duerma tanto como tú" - ¿De dónde... salís a éstas ... horas? - "De El Funeral ¿De dónde si no? Andresito quiere decirte una cosa."

Miré de reojo el despertador ¡las tres y media de la madrugada! Y ahora el abuelito quería contarme algo... lo que tengo que aguantar para heredar la Torre del Paseo Marítimo.

- ¡Que disgusto, nena, que disgusto! Toma un kleenex porque ha pasado una cosa muuuuy triste... ¡snif!... No logro entenderlo ¡No me entra en la cabeza!... ¡snif!... - En estos momentos, mi cerebro se asemejaba a una máquina de vapor a punto de explotar, pensando en qué desgracia podía haber caído en la familia... ¿Acaso... se ha muerto mi bisabuelastra, la Momia...? - ¡¡¡Ha dimitido Theresa May!!! - Cuando el abuelito se pone tragicómico me da la risa y ahora me estaba pasando.

- ¿Quién dices? - El Brexit se la ha llevado por delante. Una mujer como ella... ¡snif! ... - ¡Ah, la del pelo blanco! ¿Se ha ido? Mientras no venga a pedirme asilo familiar en mi casa que haga lo que quiera ¡Ancha es Castilla!- Y me di la vuelta en la cama.

Escuché, a lo lejos, al abuelito comentar con la abuela: - Cada día es más insensible ésta nieta... Que cruz tenemos con ella. - "Pues sí..."

A las ocho de la mañana sonó el timbre de la puerta. Como un zombi, la abrí. - ¿Quién eres tú? - El que estaba en el rellano me era conocido pero... (entonces me fije en su cabeza) - ¡El nuevo vecino! - Exacto. Y vengo a advertirte que, si se repite el escándalo de esta madrugada, llamaré a los municipales. - ¿Perdona? ¿Qué escándalo? - Las voces que salían de ésta casa no me han dejado dormir. - Lo siento pero no es cosa mía. El fantasma de mi primer abuelito se presenta a cualquier horas y monta tertulias con otras ánimas.

- A los fantasmas me los paso yo por el arco del tríunfo. - ¡Huuuy lo que has dichoooooo! - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! Cuando la Cotilla se fijó en la cabeza, llena de mataduras, del vecino, hizo la señal de los cuernos y se apartó rápidamente de él: ¡¡¡Vade retro, Satanás!!! - Es el vecino de arriba. Un tiquismiquis, Cotilla. - ¡Pues que lo zurzan! - Y le cerró la puerta en las narices.





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