domingo, 5 de mayo de 2019

Negocio a la vista.

He colgado en la pared del comedor la carta con la firma de Donald (¡que cachondeo de nombre!) Trump para presumir delante de las visitas y, de paso, cabrear a los abuelitos.

- "Hasta que no descuelgues "eso", Andresito no piensa poner un pie en tu casa" - Lo que tiene tu marido es envidia cochina. Reconócelo. - "Huuuuuuy, como peligra tu herenciaaaa, chulita" - ¿Pero por qué tienes que juntar huevos con caracoles, abuela?

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! ¿Ese cuadro qué es? ¿abstracto? ¿modernista? ¿la factura del dentista? ¿la cuenta del supermercado de la esquina?... - No, Cotilla . Es una carta del Presidente de los USA (dije, orgullosa, levantando mucho la nariz) - ¿Qué es lo que usa ese quién sea? - Quiere decir Estados Unidos de América. - ¡Ostras! ¿Te ha escrito el tipo que parece que lleva un gato siamés por peluca? - ¡El mismo! - Vaya. Pues... podríamos venderla y nos darían un pastón.

El cerebro de la Cotilla funcionaba como una caja registradora. Veía un negocio y en su cabeza sonaba: ¡tilín, tilín, tilín!  Las monedas cayendo sin cesar en el cajón.

- ¡No voy a venderla! Será un recuerdo para contar a mis nietos. - Jajajajajajaja ¿Si no sabes hacer un bisnieto para tu abuela cómo vas a hacer nietos para ti? Nada, dejate de ensoñaciones y ves a lo positivo ¡Vamos a venderla!

Me hice la remolona aunque, en el fondo, sabía que cedería porque a nadie le amarga un dulce y menos, si el sueldo es escaso... - ¿Cuánto cree que nos darán por la carta? - Pues... no sé. Tengo que indagar a cuánto está el cuarto y mitad de carta de Trump, pero será un buen pico, seguro.

- Oiga, ¿por que no lo vendemos por piezas. Por ejemplo: el sello, el sobre, la carta, la traducción de la misma porque no todo el mundo sabe inglés-americano. Sacaríamos más pasta ¿no le parece? - Vaya, boba de Coria, me dejas de una pieza.


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