miércoles, 22 de mayo de 2019

¡¡¡ Se hundeeeeeeeeeeeeeeeeee!!!

Por fin, después de tanto tiempo, la abuela le ha consentido a Geoooorge aparcar bien al llegar a mi casa. Le hace una ilusión loca coger siempre el mismo sitio para que, al salir del coche, pueda ir pisando sobre las huellas de alquitrán que dejaron ambos el otro día.

Lo que pasa es que no siempre está vacío el sitio, entonces aparcan en la parada del bus (como siempre) y esperan el tiempo que sea, hasta que el coche ("usurpador" le llama ella) se va. Entonces, a la velocidad del rayo recupera el sitio que, dice ella, que es suyo.

El caso es que el rolls royce es muy grande para los coches normales y no siempre cabe en el aparcamiento, necesitan dos. A veces han esperado tanto que he tenido que bajarles un tentempié y unas bebidas a la abuela y al inglés.

En cuanto empieza el concierto de pitos salgo al balcón con Pascualita preparadas para calcular el tiempo de espera ¡Van batiendo records!

Parece que Pascualita se va a moldando a su nuevo "acuario" el bidón de gasolina psicodélico. Para que no esté a oscuras le pedí al señor Li si podía ayudarme a poner luces leds en el interior del bidón. Llamó a dos empleados suyos y en dos patadas lo tuvo arreglado. El señor Li no me quiso cobrar nada. - No quelel dinelo. Tu debel favoles a mi jejejejejejeje...

A la sirena no le hace ninguna gracia tener cercar al señor Li. Cuando el llega se mantiene escondida pero sin perderle ojo. Recuerda como la confundió con gamba gorda y, por poco acaba en la tripa del chino.

Camuflada entre las algas flotantes y teniendo el parapeto de la abuela cerca, Pascualita se atreve a atacarlo lanzándole buchitos de agua envenenada. El caso es que, más de una vez le han caído salpicaduras en los ojos al pobre chino. Los ojos rasgados se han convertido en finas ranuras que, a penas, dejan pasar la luz del sol. El pobre va dándose trastazos por las paredes y muebles que encuentra a su paso... Tengo que reconocer que es gracioso jajajajajajajajajjajajajajajaja

La abuela está dando voces desde la calle: - ¿Que pasa? - ¡¡¡El coche se ha pegado al asfalto!!! ¡¡¡No podemos salir de aquí!!! - Hace 45 º a la sombre y llevan desde la mañana hasta la mitad de la tarde, con toda la solana, esperando para coger aparcamiento. - La abuela seguió gritando: - ¡¡¡ABUELAAA, NOS HUNDIMOOOOOOOS!!!

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